«En Cuba, ser madre y ser padre se asume con mucha ilusión y entusiasmo; pero al mismo tiempo en los escenarios cotidianos de la familia se suelen sentir dudas, indecisiones, agobio, sobrecargas, culpas. Por lo general se piensa que es un problema de “uno,” “que no saben hacerlo bien”, o que hacer familia implica esos desgastes que hay que aguantar y esperar “a que pasen”».
Es la primera reflexión, el primer «ponernos en contexto» con el que la doctora Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), inicia el diálogo con Granma, sobre el propósito de una de las actividades que impulsa la institución, y que constituye una valiosa propuesta de reflexión y desmontaje de estereotipos: la 5ta. edición de las jornadas Maternidad y Paternidad. Iguales en derechos y responsabilidades.
«¿Qué supone ser una “buena madre” o un “buen padre”? ¿Es un don de la naturaleza o es el resultado del aprendizaje de patrones sociales?¿Todo patrón social es saludable? Cuando se comprende que se trata de la reproducción de pautas educativas no saludables, pero asumidas como correctas, se contribuye a superar la culpa y se asumen responsabilidades con mayor autonomía y seguridad.
«Lo que nos proponemos es estimular una lectura crítica sobre el ejercicio de la maternidad, la paternidad y las actuales pautas de crianza. Hemos aprendido patrones educativos que obstaculizan la adquisición de autonomía en el desarrollo de las hijas y los hijos, cuando se trata de un elemento indispensable. Esto implica atender algunos de los necesarios procesos de transformación de la familia», apuntó la entrevistada.
Pero, ¿cuáles serían algunos de los fallos más frecuentes en las actuales pautas de crianza?
En opinión de la entrevistada «con frecuencia escuchamos decir, por ejemplo, que “para una madre los niños nunca crecen”. Esta frase simboliza una propuesta de crianza que pondera la sobreprotección, el protagonismo de la mujer como madre, la perpetuidad de su papel de cuidadora y del papel del padre como principal proveedor de la familia. Esto implica que en las funciones que desempeñan las madres y los padres no se identifica el proceso de crecer como un camino que conlleva sucesivas separaciones (desprendimientos) de los adultos cuidadores, que desde cada nueva habilidad adquirida conduce a mayores grados de autonomía para la vida.
«Toda madre y padre desea que sus hijas e hijos sean felices, sientan seguridad, tengan buenos resultados en la escuela, sean personas responsables, entre otros aspectos. Pero, esto no se logra solamente por la voluntad y buenos deseos de la familia, sino desde un trabajo sostenido que potencie la adquisición de nuevas responsabilidades acordes con las nuevas capacidades que una niña o un niño ha desarrollado. Si ya puede comer, vestirse, asearse, es importante que los adultos no se lo impidan bajo la justificación “de que llegarán tarde o de que no lo hacen bien”», comentó Castro Espín.
De hecho, también se constatan con mucha frecuencia dificultades con el ejercicio de la autoridad y el establecimiento de límites por parte de los adultos, agregó la especialista. «Hay algunas expresiones que ponen de manifiesto la impotencia del adulto para sostener su lugar de autoridad, como: “yo con este niño no puedo”, “esta niña me saca de quicio”, “no te vas a salir con la tuya”, “si no comes te van a inyectar”, “si te portas bien te traigo un regalito”, “el tete se perdió”, “no tengo dinero para comprarte globos”…
«Los chantajes, las justificaciones, las explicaciones excesivas, ponerse al mismo nivel de los niños y niñas, son algunas cuestiones que distorsionan el adecuado ejercicio de la autoridad y el lugar de los adultos como referentes. Es importante destacar que los límites adecuados no son imposiciones arbitrarias para la obediencia, sino marcos de referencia que delimitan el lugar de la niña y el niño en función de sus necesidades».
Y, ¿este análisis aplica para todo tipo de familias?, preguntamos.
De acuerdo con la coordinadora de estas jornadas, las mismas están dirigidas a todo tipo de familias, «ya sean de parejas heterosexuales, madres o padres solos, abuelas y abuelos al cuidado de sus nietos/as, parejas homosexuales, entre otras.
Las mismas pautas que favorecen o distorsionan un desarrollo saludable deberían ser consideradas en todos los casos», apuntó.
En ese sentido, y refiriéndose a los procesos de transformación que el Cenesex propone, explicó que la institución cuenta con un departamento de trabajo comunitario que utiliza principalmente la Educación Popular y la Metodología de los Procesos Correctores Comunitarios (Metodología ProCC).
«Esta última aporta varios programas dirigidos a grupos específicos de las comunidades con el propósito de crear espacios de reflexión grupal sobre una problemática determinada, brindar elementos de análisis y potenciar el desarrollo del protagonismo personal-social para la búsqueda de alternativas en la solución de los conflictos», dijo.
Algunos de ellos –mencionó– son los Programas ProCC de Escuela para madres y padres; Embarazo, parto y puerperio; El rol de la mujer y su problemática actual; La problemática silenciada del hombre; Pubertad, todo me cambia; Adolescencia, ¿asignatura pendiente?; Niños y niñas con necesidades especiales; La tarea educativa en la escuela y su problemática actual; entre otros temas.
«Las valoraciones de la población son una retroalimentación que nos compromete», subrayó la Directora del Cenesex, quien se refirió a criterios expresados por quienes participan en los programas mencionados y que reiteran que “es como una escuela de la vida. Lo he aplicado no solo en la familia, también al trabajo y otras relaciones”; “Esta experiencia ha sido una liberación, la gente no tiene conciencia de que es una necesidad”; “Aprendí a descifrar muchos códigos sociales ocultos. Uno es el primero que debe ser cambiado”…».
Las Jornadas… planteó la entrevistada, se orientan hacia una visión más integral del papel de la familia en la sociedad.
«Es un reto ocuparnos, desde la familia, de la fina orfebrería de la construcción del sujeto autónomo y cooperativo necesario al proyecto emancipador de la sociedad que deseamos, a la visión de país aprobada en el 7mo. Congreso del Partido y refrendada por la Asamblea Nacional: socialista, democrático, soberano, independiente, próspero y sostenible.
«Insistimos en que toda tarea de transformación social, junto a los cambios materiales, debe poner la mirada en la subjetividad y esto conlleva una perspectiva más integral. Podremos trabajar en el perfeccionamiento de las formas de producción basadas en relaciones de cooperación frente a las de explotación de los seres humanos, pero si no atendemos cuidadosamente la transformación del sujeto ideológico –que continúa reproduciendo la lógica explotadora del capital–, el anhelo sagrado de formar hombres y mujeres libres y plenos seguiría siendo una utopía. En el ejercicio responsable de la maternidad y la paternidad se juegan elementos claves para el desarrollo del sujeto autónomo», puntualizó Castro Espín.
Entonces, ¿quedarían muchas más jornadas por delante?
«El proceso de transición socialista en Cuba nos sitúa ante el reto permanente de analizar de manera crítica la herencia cultural que reproduce en la vida cotidiana aspectos de la lógica explotadora de los sistemas socioeconómicos que nos precedieron en la historia. Este proceso favoreció de manera peculiar la participación de las mujeres en la transformación de la sociedad y de ellas mismas como sujetos de derecho. A la par de avanzar en la consolidación y profundización de las conquistas sociales de las mujeres, tenemos el desafío de priorizar, estratégicamente y de manera más propositiva, la problemática silenciada de los hombres, las orientaciones sexuales y las identidades de género no binarias.
«Sentimos satisfacción por el camino recorrido, pero tenemos plena conciencia de la apasionante y compleja tarea de seguir inventando el socialismo. ¿Por qué? Porque es la voluntad soberana de este pueblo maravilloso», concluyó.
Fuente: http://www.granma.cu/cuba/2018-02-28/hacer-de-la-maternidad-y-la-paternidad-un-ejercicio-critico-28-02-2018-19-02-10