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La teoría de las Inteligencias Múltiples, una nueva vía en la educación infantil

Redacción: ABC

Tradicionalmente en la escuela solo se ha valorado la lingüística y las matemáticas, señala una experta.

«Podemos ignorar las diferencias y suponer que todas nuestras mentes son iguales. O podemos aprovechar estas diferencias». La frase del psicólogo, investigador y profesor de la Universidad de Harvard, Howard Gardner, es el punto de partida para Beatriz Marcos Orellana, maestra de laEscuela Infantil Nemomarlin Torneo (Sevilla), para abordar la Teoría de las Inteligencias Múltiplesque este introdujo. Gardner apostó por un nuevo enfoque de educación en el que la brillantez académica no lo es todo. «Tradicionalmente en la escuela solo se ha valorado la lingüística y las matemáticas, sometiendo a los alumnos/as a pruebas pertenecientes a dichas áreas», señala Orellana.

Para esta educadora de infantil, « el expediente académico no es un factor decisivo para conocer la inteligencia de una persona, pues hay personas con excelentes calificaciones académicas que pueden presentar problemas para relacionarse con otras o para manejar otras facetas de su vida. Por ejemplo, si echamos la vista atrás encontramos a varios genios que fracasaron en su etapa escolar como Albert Einstein, Picasso, Stephen Hawking… y esto se debe a que en el aula no se ha trabajado atendiendo a diferentes gustos, motivaciones e intereses los cuales son muy diferentes en cada sujeto».

Sin embargo, prosigue, « Howard Gardner, al proponer una visión polifacética de la inteligencia, aportó el método de las Inteligencias Múltiples». En él agrupó todas las capacidades que tenemos en ocho categorías, que serían las siguientes:

Inteligencia lógico-matemática: compuesta por habilidades como clasificar, deducir, calcular, relación, resolución de problemas…

Inteligencia cinético-corporal: hace referencia a la capacidad de expresarnos a través del movimiento, control del cuerpo, etc.

Inteligencia naturalista: capacidad para el cuidado del medio ambiente, el mundo natural, armonía con la naturaleza, seres vivos…

Inteligencia intrapersonal: hace referencia al reconocimiento de emociones propias, la capacidad de introspección.

Inteligencia interpersonal: facilidad para establecer relaciones sociales, empatizar e interactuar con los demás.

Inteligencia lingüística: se relaciona con la habilidad del uso del lenguaje oral y escrito, preguntas constantes, interés por letras y palabras…

Inteligencia visual-espacial: facilidad para la orientación y localización de objetos en el espacio, interés por las imágenes, planos, mapas, etc.

Inteligencia musical: capacidad para percibir melodías, ritmos, recordar y componer canciones con facilidad…

Las inteligencias múltiples en E.I.

«Cada niño/a tiene una forma particular de pensar, de ver el mundo y, por tanto, de aprender», asevera Orellana, quien explica que «a través de las inteligencias múltiples es posible ofrecer a cada menor diferentes herramientas y experiencias para potenciar el desarrollo de todas sus capacidades y favorecer así su desarrollo integral». A su juicio, «las personas implicadas en el proceso educativo de los niños y niñas de la etapa de educación infantil desempeñan un papel vital para detectar y potenciar al máximo cada una de las inteligencias».

Para entender esta teoría, prosigue esta maestra, «sería bueno hacer una autoobservación y ver en qué inteligencias destacamos, pues eso nos va a permitir trabajarlo de forma adecuada con los niño». Para que un aprendizaje sea significativo y funcional, explica Orellana, este debe conectar con los intereses de los más pequeños y estos aprendizajes pueden ser abordados a través de las distintas inteligencias.

Así explica esta maestra cómo una misma actividad engloba todas las inteligencias:

1) Por ejemplo, si trabajamos la familia en el aula de educación infantil a través de las distintas inteligencias, podemos contar el número de miembros, ordenarlos por edades, hacer una gráfica con el número de miembros de la familia de cada alumno y comparar (inteligencia matemática).

2) Hacemos un árbol genealógico donde iremos organizando las diferentes categorías (inteligencia visual-espacial).

3) Hablamos cada uno sobre nuestra familia, qué nos gusta hacer juntos, dónde hemos pasado el fin de semana (inteligencia lingüística).

4) Aprendemos una canción sobre la familia o la hacemos nosotros mismos con diferentes ritmos (musical).

5) Vemos que también forman parte de nuestra familia las mascotas que tenemos en casa y hablamos sobre las que tenemos cada uno y la importancia de su cuidado (naturalista).

6) Hablamos de cómo nos sentimos cuando estamos con la familia, cuando nos dan un beso o abrazo, cuando nos riñen,… al hablar de esto, cada uno hace una reflexión interior (inteligencia intrapersonal). Al compartir nuestras ideas y experiencias con los demás fomentamos la inteligencia interpersonal.

7) Bailamos la canción de la familia y hacemos una representación real del cuadro donde adoptemos las diferentes posturas (cinético-corporal).

Esto es un ejemplo de cómo trabajar a través de una misma temática las diferentes perspectivas, dando la posibilidad a cada niño/a de sentirse único e irrepetible.

¿Dónde destaca tu hijo?

Para detectar en qué tipo de inteligencia destacan los niños, continua esta experta, «el instrumento que debemos usar es la observación, pues esta nos dará pistas sobre las ‘’inclinaciones’’ de cada uno. Por ejemplo, en el momento de patio podemos ver cómo un alumno recolecta plantas (naturalista), mientras otro busca un lugar escondido donde tener un momento de soledad y tranquilidad (intrapersonal). Otro alumno puede buscar a sus compañeros para llevar a cabo un determinado juego (interpersonal) y otro puede ordenar piedras según su tamaño (lógico-matemática)».

Así, concluye Orellana, «podemos contar con una amplia gama de materiales y recursos para trabajar a través de las inteligencias múltiples pero, sobre todo, lo más importante, es que lo que utilicemos favorezca la experimentación y la participación de los niños en las diferentes experiencias, pues ellos son los verdaderos protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje».

Fuente: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-teoria-inteligencias-multiples-nueva-educacion-infantil-201902180206_noticia.html

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¿Por qué se gasta en ciencia si hay hambre en el mundo?

Por: Gonzálo López/BBC

Quizás alguna vez se haya preguntado para qué sirve la ciencia. Qué interés tiene conocer el bosón de Higgs, la vida de las galaxias o los hábitos reproductivos de las hormigas. Por qué la NASA ha invertido casi 1.000 millones de dólares en enviar el último robot a Marte o por qué se invierte en un acelerador de partículas con la cantidad de desastres que hay por arreglar en nuestro planeta. En definitiva, ¿para qué sirve estudiar cosas que no son útiles? ¿Por qué gastar millones en ciencia cuando hay hambre en el mundo?

Estas preguntas parten ya de un sesgo considerable, puesto que podríamos preguntarnos lo mismo sobre cualquier actividad. ¿Por qué se gasta dinero en fichar jugadores de fútbol si no es útil? ¿Por qué invertimos nuestro dinero en ir al cine los sábados por la tarde o en hacer autovías si hay hambre en el mundo? En mi opinión, este sesgo que menciono es un indicio de que para algunas personas la ciencia es algo aburrido, innecesario y alejado de la realidad cotidiana.

Puedo entender por qué. La ciencia es invisible e intangible. Se comunica en un lenguaje extraño y difícil de entender. Los científicos son gente que no suele salir en la televisión o en los medios. Estudian cosas difíciles de creer y que parecen haber surgido de la imaginación de alguna rata de laboratorio. ¿No será que los científicos hacen ciencia para mantener sus subvenciones y sus puestos de trabajo? ¿No serán charlatanes?

Aunque de todo hay en la viña del Señor, la respuesta es un rotundo y mayúsculo “NO” (sobre todo teniendo en cuenta la precariedad crónica que les aflige, muy especialmente en España) que debe resonar durante unos cuantos segundos. Explicaré por qué.

La ciencia es una revolución

En primer lugar, la ciencia está por todas partes. Si resulta invisible es porque no reparamos en que toda la tecnología que nos rodea ha sido creada por científicos e ingenieros. Los automóviles, los trenes, los teléfonos móviles, la electricidad, el plástico, la ropa y hasta la comida. Todo esto se ha mejorado a través de la investigación científica. Si usted está leyendo esto es gracias al trabajo de un número inimaginable de personas que estudiaron, trabajaron y pensaron hasta desarrollar pantallas digitales, chips y comunicaciones vía satélite.

Probablemente, si está leyendo esto, es también gracias al milagro en la mejora de la esperanza (y calidad) de vida que ocurrió durante el siglo XX. Por ejemplo, en Estados Unidos la esperanza de vida se incrementó en 29,2 años entre 1900 y 1999 y la mortalidad infantil cayó del 30,4% al 1,4. Pero más que por un milagro fue gracias a la ciencia. A finales del siglo XIX se descubrió el papel de los microorganismos en las enfermedades, se adoptaron mejoras en sanidad e higiene, se desarrollaron los antibióticos y se implementaron los programas de vacunación. Gracias a eso prácticamente se erradicaron enfermedades como la difteria, el tétanos, la poliomelitis, la viruela, las paperas o la rubeola.

La ciencia tiene consecuencias tan tangibles como el aumento de la producción agrícola

La investigación permitió el desarrollo de la revolución verde, que duplicó la producción de cereales en países en vías de desarrollo entre 1961 y 1985 ( si bien creó retos pendientes de resolver). Hizo más rápidos los aviones y más baratos los viajes por todo el mundo. Permitió que lleváramos un ordenador en el bolsillo y que hoy podamos pedir comida a domicilio, circular en coches eléctricos o comprar algo al otro lado del océano en unos pocos clicks. Si sufrimos una enfermedad, los médicos nos hacen análisis de sangre, radiografías o ecografías y usan técnicas de respiración asistida, suero y medicamentos. Todos ellos han sido investigados y puestos a punto por científicos (por cierto, en muchos casos recurriendo a la experimentación animal).

Se podría argumentar también que no todo lo que se investiga es útil. Por ejemplo, se trabaja en campos como las cosmología o la física de partículas, cuando ni los cuásares ni los quarks dan dan de comer a nadie. ¡Además se inventan muchas cosas que fracasan!

La ciencia no siempre es útil

En primer lugar, hay que tener en cuenta que, antes que se pueda desarrollar una aplicación concreta, hay que investigar y saber cómo funcionan las cosas, cuáles son los conceptos básicos o los fundamentos. Esto implica sencillamente investigar movido por la curiosidad, y no saber en ningún momento adónde se podrá llegar, si es que se podrá llegar a alguna parte. Esto, que se llama ciencia básica y que se diferencia de la ciencia aplicada, ya dirigida a aplicaciones concretas, es la base del conocimiento científico.

Como prueba de su importancia comentaré dos cosas. Hoy podemos usar el GPS en el móvil para encontrar el camino a casa gracias a que a principios de siglo Albert Einstein formuló su teoría de la Relatividad. Él no pensó en nada parecido a un GPS (el primer satélite no se lanzó hasta el año 1957), pero gracias a sus cálculos, totalmente inútiles en aquel momento, hoy se sabe cómo funciona el espacio-tiempo y cómo un GPS ha de tenerlo en cuenta. Gracias a que Alexander Fleming tuvo curiosidad por un hecho aparentemente baladí, después se desarrollaron los antibióticos. Gracias a que en los setenta Elizabeth Blackburn investigó la longitud de los extremos de los cromosomas, luego se averiguó que unas estructuras, conocidas como telómeros, tienen un papel clave en las enfermedades, el envejecimiento y el cáncer. Sin curiosidad inicial, el láser no se usaría hoy para comunicaciones, operaciones o procesos industriales. Y como estos, hay miles de ejemplos.

Pongamos uno más bastante llamativo. Todavía hay quienes piensan que jamás estuvimos en la Luna (al igual que hay quienes creen que la Tierra es plana o que la homeopatía tiene propiedades mágicas), pero el famoso programa Apollo no solo permitió que un astronauta pusiera una bandera en la Luna. Además de movilizar la ciencia, la tecnología y la industria de una nación entera, generó numerosos “spin-offs” o aplicaciones. El programa Apollo fue clave para el desarrollo de la tomografía axial computerizada (TAC), los microchips, las herramientas inalámbricas, los termómetros, la conservación de la cómida por deshidratación, el aislamiento, el joystick, la televisión por satélite, las lentes anti-arañazos, los calzados más ergonómicos, los detectores de humo, los bañadores con menos rozamiento y los filtros de agua. Por no hablar de que aceleró la carrera espacial, nuestro conocimiento del Sistema Solar, la meteorología espacial y el lanzamiento de miles de satélites que hoy empleamos de forma cotidiana para comunicarnos, reconocer nuestro planeta o hacer transferencias bancarias.

La importancia de comprender

Pero no solo eso. La ciencia tiene una labor al menos tan importante como tratar de mejorar la salud y calidad de vida. Su principal cometido es comprender el Universo. De todo el Universo (incluso de usted). La ciencia estudia esas cosas que existen, por un motivo que desconocemos, y que se basan en leyes y regularidades. Esas cosas que están detrás de la vida, de las estrellas y del tiempo. Quiere entender no solo las galaxias, sino también las partículas subatómicas, las reacciones nucleares, las transformaciones químicas, el funcionamiento del organismo, el comportamiento de los gatos, la naturaleza de la luz del Sol que nos baña, cuántos asteroides caen en la Tierra, cómo diantres funciona el clima, qué transformaciones está sufriendo nuestro planeta y cómo cambiará, por qué los guepardos tienen manchas en su pelaje, hasta qué punto nuestro comportamiento depende de la biología, de dónde venimos, dónde vivimos, adónde vamos.

La ciencia se mueve por y para la necesidad de de comprender el Universo. En la imagen, los “pilares de la creación”, nubes de gas interestelar captadas a 7.000 años luz de la Tierra por el Hubble

Algo nos debe importar, porque llevamos toda nuestra existencia siendo curiosos y haciéndonos las mismas preguntas. De hecho, gracias a la ciencia hoy hablamos de cosas extrañas que jamás hemos visto por aquí, como agujeros negros, galaxias, exoplanetas, neandertales, “big-bangs”, átomos y células. ¿No forman parte ya de nuestra forma de entender quiénes somos?

La dificultad de hacer ciencia

Además, a diferencia de todos los otros sistemas de conocimiento, la ciencia depende su capacidad de poner a prueba nuestra ideas (hipótesis) con evidencias recogidas en el mundo natural. Se alimenta de los hechos para tratar de comprender la realidad. Pero con su trabajo solo saca conclusiones provisionales (cosa que le produce mucho agobio a los que creen que los investigadores son adivinos). Estas conclusiones están siempre sujetas a revisión permanente por millones de científicos de todo el mundo. Por tanto, está en las antípodas del pensamiento mágico, de las soluciones simples para los problemas complejos y de los “crecepelos” milagrosos. ¿No resulta todo esto especialmente importante en el momento en que vivimos ahora?

Sin embargo, todo esto no conlleva que no se vea afectada por las debilidades humanas típicas, como la corrupción o la ambición, o que no dependa de intereses políticos y económicos. Pero yo al menos no conozco otro sistema tan depurado y fiable como este, que sea revisado por personas de todo el globo y en el que los hechos tengan tanto peso.

Adentrarse en lo desconocido es difícil, porque nadie puede guiar nuestros pasos. Investigar el secreto escondido en la materia o la historia escrita en las estrellas requiere desarrollar nuevas tecnologías y estudiar durante muchos años (para aprovechar todo lo que otros ya descubrieron e ignoraron). El proceso es largo, tedioso y a veces extremadamente caro. Con el tiempo, las materias son más complicadas y requieren esfuerzos más colectivos. El dinero es un factor limitante, pero las experiencias pasadas muestran que la inversión puede redundar en un desarrollo social, académico e intelectual. Por lo visto hasta ahora, es muy frecuente que la ciencia acabe generando un retorno para la industria y la sociedad.

Es más, se puede decir que la ciencia es el motor de la prosperidad. En Estados Unidos, se calcula que la tercera parte del crecimiento económico se logró gracias a la ciencia básica hecha desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Y, aparte de eso: ¿Cuántos ingenieros, arquitectos, científicos y estudiantes se formaron gracias a ella? ¿Cómo cambió la forma de pensar de todo el país? ¿Cómo evolucionó el conocimiento, la política y la filosofía?

Por tanto, difundir la idea de que se gasta en ciencia mientras hay hambre en el mundo es crear una falsa dicotomía para ocultar el hecho de que se ignora la importancia y la utilidad de la ciencia. La ciencia es progreso, calidad de vida (al menos según nuestros estándares occidentales), la cura de enfermedades y la comprensión de dónde venimos y dónde estamos. La ciencia es la única que podría avisarnos antes de una potente erupción volcánica, del impacto de un asteroide, de un cambio climático capaz de derrumbar nuestro sistema económico, de  una extinción masiva o del riesgo de llenar nuestros ríos y océanos de botellas de plástico.

Por eso, creo firmemente que la ciencia y la búsqueda de conocimiento que promueve es la única salida para el futuro tan peligroso que tenemos por delante. Sin ella, dudo que fuera posible emprender un esfuerzo global e informado para combatir el hambre, la polución, la destrucción del medio natural, el crecimiento demográfico descontrolado o el calentamiento global. Por favor, apoyen la ciencia.

Fuente: http://abcblogs.abc.es/bacterias-batallas/2018/12/31/ciencia-hambre-mundo/

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Así eran los deberes escolares en el Antiguo Egipto

Por: ABC

Los deberes escolares ya existían en elAntiguo Egipto. Así lo pone de manifiesto una tabla de madera con un encerado en el que puede leerse: «Debes aceptar solo los consejos de un hombre sabio» y «No puedes confiar en todos tus amigos»

La pieza, que fue adquirida por la Biblioteca Británica en 1892 y no se había expuesto al público desde los años setenta, es una de las estrellas de su próxima exposición «Escritura: Dejando tu huella», que recoge la evolución de la escritura a lo largo de 5.000 años de historia de la Humanidad.

La tabla recoge una lección en dos partes en griego, que proporciona una instantánea de la vida cotidiana de un alumno de la escuela primaria en Egipto hace 1.800 años. Así lo ha explicado Peter Toth, uno de los comisarios de la muestra y también de manuscritos antiguos y medievales en la Biblioteca Británica a l portal Live Science.

Uno de los capítulos es un ejercicio de escritura. El encerado muestra un ejemplo escrito del profesor en la primera línea y las dos siguientes contienen las mismas palabras copiadas más «más bien torpemente por la mano del estudiante, tal y como los alumnos de primaria actuales copian el texto de sus profesores», ha indicado Toth. La otra parte incluye una tabla de multiplicar y ejercicios de lectura.

A pesar de que el nombre y el sexo del propietario de la tabla se desconoce, todo parece indicar que se tratase de un chico de una familia acomodada, ya que la educación en el Antiguo Egipto estaba reservada al sexo masculino de clase privilegiada, de acuerdo con el Museo Real de Ontario.

Las letras que tenía que copiar este estudiante no eran solo para practicar caligrafía, también impartían lecciones morales. «No son solamente las manos y los dedos los que eran instruidos, también lo era la mente», ha aseverado Toth.

Las tablas destinadas a las tareas escolares eran fabricadas vertiendo cera derretida ennegrecida en una hendidura rectangular en el centro de una tabla de madera. Cuando la cera se enfriaba, los profesores y los estudiantes usaban una aguja de metal para las letras que aparecían como un color más claro contra el fondo oscuro.

La cera se descompone cuando existe humedad, así que el clima seco de la zona ayudó a proteger la tableta, «preservando la torpe escritura de un alumno de hace dos milenios», ha afirmado Toth.

Junto con esta tabla de deberes, la exposición mostrará cerca de cien artefactos de la colección de la Biblioteca Británica con ejemplos de escritura que van desde las civilizaciones antiguas a las culturas modernas, como jegloríficos egipcios; una copia del «Ulises» con anotaciones de su autor, James Joyce; notas musicales escritas por Mozart y instrumentos actuales para tatuar.

Fuente: https://www.abc.es/cultura/abci-eran-deberes-escolares-antiguo-egipto-201901141549_noticia.html

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Los superdotados no reciben una buena atención educativa

Por: ABC

Expertos denuncian la falta de programas eficaces de detección que establece la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE).

Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación, en los colegios e institutos españoles hay 23.745 alumnos con altas capacidades(curso 2015/16), «cuando estadísticamente debería haber, como mínimo, alrededor de 200.000». Así lo afirman desde la Asociación Española para Superdotados y con Talento (AEST), quien denuncia la escasa atención educativa que reciben estos estudiantes, según lo establecido por la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que los considera «alumnos con necesidad específica de apoyo».

Esta organización recoge, en su informe anual, que el 70% de las consultas que recibió en 2017 tuvieron que ver con la ausencia de programas eficaces de detección y atención a estos alumnos y la necesidad de las familias de consultar a psicólogos privados. «La gran mayoría de estos estudiantes nunca son identificados ni potenciados, lo que supone una gran pérdida de talento para España», manifiestan desde la asociación.

AEST recibió un total de 10.000 solicitudes de información el pasado año, 3.000 más que en 2016. El 8 por ciento de ellas fueron realizadas por profesionales de enseñanza media y universitaria y un 4%, por maestros de escuelas. La mayor parte de las peticiones atendidas se focalizaron en dos tipos de problemas: alumnos con altas capacidades no atendidos por los centros educativos (40%) y estudiantes valorados por psicólogos privados, que recurren a la asociación para recabar información (30%).

La AEST también revela que el acoso escolar ha dejado de ser motivo prioritario de consulta –sólo el 3% de las solicitudes de información estaba relacionado con esto–. Pero considera que «no puede bajarse la guardia», ya que el 99% de sus socios declaran haber sufrido alguna forma de acoso escolar o laboral.

Fuente: http://www.abc.es/familia/educacion/abci-educacion-superdotados-no-reciben-buena-atencion-educativa-201801021839_noticia.html

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Seis errores en la educación de los niños que dificultan el aprendizaje

Por: Álvaro Bilbao.

La educación infantil academicista y excesivamente volcada hacia las nuevas tecnologías puede perjudicar el desarrollo de los niños y niñas de menos de tres años. Así lo explicó el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, autor de «El cerebro de los niños explicado a los padre», en el pasado congreso de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) celebrado en Madrid con la presencia de medio millar de maestros.

El principal objetivo de este congreso, que tiene dos ediciones al año, es poner en común nuevas técnicas de trabajo en el aula y reivindicar el papel que tiene esta primera etapa educativa en la formación de la personalidad de los más pequeños. Según Bilbao, el papel del educador es respetar y potenciar las diferencias genéticas de cada niño y niña, ayudando a construir mejores cerebros y a modular sus rasgos, fomentando la confianza en ellos mismos.

Según Juan Sánchez Muliterno, presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI), «el desarrollo del cerebro del niño para que afronte con plenas garantías la etapa adulta tiene entre los 0 y los 3 años su momento más decisivo. Como asociación, reclamamos que los gobiernos reconozcan de una vez por todas la importancia de la educación infantil y que frenen el intrusismo en el sector con madres de día o guarderías ilegales que no acogen bien a los más pequeños. Por el contrario, defendemos la máxima excelencia profesional de los educadores».

Durante su ponencia en el congreso de AMEI, Álvaro Bilbao alertó de seis puntos negros en la educación de los más pequeños que, si no se tienen en cuenta y se evitan, pueden limitar el desarrollo de todas las capacidades de niños y niñas:

1. No utilizar el refuerzo positivo: Reconocer las cosas que el niño hace bien le ayuda en su proceso de aprendizaje al igual que la propia maduración cerebral, la experimentación, la observación y la instrucción recibida en la escuela. Según Bilbao, lo que importa es el proceso, más que la meta, así que hay que valorar el esfuerzo que hacen las criaturas cuando se intentan concentrar o piden una cosa por favor. Aunque el resultado no sea 100% satisfactorio en ese momento, es importante celebrar la evolución para que el niño no relacione esfuerzo con frustración.

2. Dar mensajes negativos: Repetirle a un niño que es gruñón, vago o agresivo acaba sedimentándose en el hipocampo, la parte del cerebro que almacena la memoria y los conocimientos. El efecto pedagógico de esto es contraproducente, ya que el pequeño puede acabar creyéndose lo que le dicen que es y aceptar ese rol.

3. Sobreproteger: Según Bilbao, los niños hacen lo que sienten que es fundamental en la familia. Por ejemplo, leer, no dejar comida en el plato o respetar a los demás. Su alta capacidad de observación del comportamiento de los adultos les hace aprender. Si su educador o familia se muestra inseguro y sobreprotector con respecto a él, estará estimulando la amígdala del niño, que activa el miedo y la inseguridad, en vez de la corteza prefrontal, que alberga la confianza y el afrontamiento.

4. Adulterar el ritmo madurativo natural: Es, para Álvaro Bilbao, uno de los problemas más comunes en la actualidad. «Los sistemas excesivamente academicistas provocan desmotivación porque no han desarrollado el instinto por aprender, que viene del disfrute», afirmó. En este sentido, recomendó a los maestros encontrar qué hace a cada niño especial para que “aprenda a aprender en función de las aficiones”.

5. Sobreestimular en la era digital: los niños necesitan pocos estímulos y bien desarrollados, abundó Bilbao, pero la sociedad de consumo actual no da lugar al reposo y provoca niños sobreestimulados. Puso como ejemplo el mundo digital, donde se multiplican los refuerzos positivos: puntuaciones, adrenalina, diseño gráfico de alta calidad… Además, para Bilbao, las tablets impiden que los niños aprendan a través del tacto, algo que sigue siendo fundamental porque, en edades tempranas, no tienen desasociados el mundo físico y mental como un adulto.

6. Caer en el no educar como forma de educar: las criaturas requieren mucho afecto, un ritmo tranquilo y confianza en ellos mismos. Según el experto, los educadores, tanto maestros como familiares, tienen que ayudar a los más pequeños a conectar los tres cerebros del ser humano: el cerebro reptil, que es el más instintivo; el mamífero o emocional, que se basa en la motivación y la memoria y busca acercarse a las cosas que han provocado satisfacción con anterioridad, y el racional, en el que se engloban la escritura, el razonamiento o la creatividad. Para Bilbao, la empatía y el juego son formas idóneas para conectar estos mundos mentales y educar.

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Ser padre es asumir el compromiso de formar hijos útiles para la sociedad

Por: ABC.com.py

El no hacer faltar nada a los hijos mueve a millones de papás a no escatimar esfuerzos, pero los niños no solo necesitan cosas materiales, sino también acompañamiento diario. La unidad familiar es fundamental para que los hijos sean ciudadanos útiles para la sociedad. En esta nota presentamos algunos testimonios por el Día del Padre, que se celebra hoy. Los papás que pelean la tenencia de sus hijos denuncian discriminación de género de la justicia.

Uno espera fines de semana, otro estudia para mejor futuro

Son jóvenes y buenos padres, aseguraron los compañeros de trabajo de Milssi Catalino Mancuello Vera (29) y Óscar Daian Garcete Díaz (34), ambos auxiliares administrativos del Hospital Distrital de Lambaré, cargo ocupado por aquellos que nunca son vistos por los pacientes, pero de importante y arduo trabajo diario.

“Como a todo papá, la venida de mi hijo Elías Josue, hace 2 años, me cambió totalmente la vida. El se volvió nuestro motor. Junto con mi esposa, Maura Raquel Aguayo, nos dedicamos a darle amor e inculcarle humildad y buena educación a nuestro pequeño”, señaló Mancuello, quien está en el tercer año de Enfermería.

Comentó que una de las cosas que lo motiva a estudiar son las puertas que se pueden abrir y de esa manera dar a su hijo y esposa un mejor vivir. “Yo quiero ayudar a mi hijo a que cumpla sus sueños el día de mañana. A que sea una buena persona”, manifestó.

Padre de fin de semana

Garcete comentó que ve a su hijo solo los fines de semana. “Se llama Mateo Ezequiel (6) y los viernes ya va a mi casa, hasta el domingo. Trato de aprovechar ese tiempo para compensar los días de ausencia en la semana”, dijo. Reconoció que lo extraña, pero siempre están “a tiro” de teléfono. “Tengo buena relación con la madre y espero que eso nunca cambie. Quiero que mi hijo sea un triunfador y que estudie para eso”, dijo.

Piden igualdad de condiciones para compartir con sus hijos

Muchos progenitores luchan por la custodia de sus hijos y aseguran que existe una discriminación de género contra los hombres en el sistema judicial paraguayo, no obstante en estos años se lograron importantes aperturas, enfatizaron.

La Asociación Kuimba’e Aty lleva adelante 6.500 casos de demanda judicial para obtener la custodia compartida de la criatura y muchos de ellos obtuvieron triunfos judiciales y gracias a eso, hoy esos chicos podrán compartir con sus papás este día.

Por ejemplo Kuimba’e Aty ya presentó 600 casos de custodia compartida en el periodo 2016-2017. Más de la mitad fueron ganados. La ley establece que el padre o madre fuera del hogar debe brindar la cuarta parte de su salario en concepto de prestación alimentaria, sin importar la cantidad de hijos que tenga la pareja.

También ya se consiguió hasta hoy que 72 mujeres paguen la prestación alimentaria a los padres de sus hijos.

Juan Ramírez cuenta con amargura que tuvo que sufrir por cuatro años los prejuicios en los juzgados de familia a la hora de definir temas como la custodia o el régimen de visitas de los niños. “Escuché una frase descorazonadora: deben entender que cualquiera puede ser padre, pero madre sólo hay una”, indicó.

Vendiendo frutas, sacó adelante a sus hijos

Felipe Ojeda, de 55 años, vende frutas y verduras hace más de tres décadas y afirmó que con ello sacó adelante a sus cuatro hijos. “Todos trabajan y estudian”, expresó con satisfacción.

Dijo que lo que hace feliz a un padre es que toda su familia “esté bien de salud y trabaje”. Felipe tiene esposa y con ella tuvo cuatro hijos. “Una tiene 15 años, la otra 12 y los otros dos ya son grandes y están casados”.

Vive en Capiatá y todos los días se carga con ganas de trabajar y viaja hasta Asunción para vender frutas y verduras en el barrio Carmelitas. Hace esto de forma incansable desde hace 35 años.

Aseguró que con las ganancias de sus ventas no solo pagó las cuentas de la casa, sino que pudo también apoyar a sus hijos en el estudio, comprando sus materiales, pagando cuotas y pasajes.

Al preguntarle cuál es la función principal del papá en la vida de sus hijos, contestó que “le tiene que salir bien las hijas, que trabajen y estudien”.

Ayer don Felipe se encontraba ofreciendo sus productos Frente a la Catedral de Asunción. Así como él, muchos otros papás trabajan en la calle para solventar los gastos del hogar. Ayer se pudo observar a muchos en las Plazas de la Capital.

Sobre el Día del Padre, se le preguntó a Don Felipe cómo festejaría, y este respondió que no espera una fiesta grande ni regalos caros, sino una reunión con su familia a lo paraguayo. “Con asadito, ese nomás, y mucho jugo”, expresó.

Diácono pide mayor compromiso de padres

Bernardo Figueredo Troche es diácono permanente del Arzobispado de Asunción y su vida se reparte entre las actividades de la Iglesia y su familia.

“La vida de un diácono es particularmente intensa. Al despertar oramos en familia y participamos de la misa en la Catedral a las 06:15. Luego trabajo como administrador del Arzobispado de Asunción y me encargo de las operaciones normales de la pastoral. Después comparto con la familia parte de la tarde y retorno a la Parroquia Virgen del Rosario de Sajonia para apoyar la parte litúrgica y pastoral”, explicó.

Figueredo recibió el llamado para ser diácono hace tres años. “Los diáconos permanentes somos hombres casados. Nunca estuvo en mis planes ser diácono, es el Señor el que elige realmente”, explicó.

Sobre el rol de los padres en nuestra sociedad expresó que necesitan comprometerse más con la educación de sus hijos y de toda la familia, como uno de los pilares que representan.

Además indicó que los padres son los primeros en compartir la palabra del Señor.

“Los padres necesitan comprometerse realmente con sus familias porque ellos son los primeros evangelizadores de la Iglesia. Partiendo de la primera comunidad que es la familia, son los padres, papá, abuelos los que deben inculcar el amor a la eucaristía a la palabra del Señor y asistir a misa los domingos. Ese compromiso serio es el que hace falta en nuestras familia”, dijo.

No se aprende en libros sino con la experiencia

Blas Quiñónez es secretario general de la Curia Pastoral y hace más de 26 años se desempeña como coordinador de toda la tarea pastoral de la Iglesia a nivel de la Arquidiócesis.

Quiñónez crió a dos hijos varones como lo criaron sus padres. “Vengo de una familia donde el respeto, la comprensión y en primer lugar Dios siempre estuvieron presentes y ese es el camino que le enseñé a mis hijos”, dijo.

Para Quiñónez la llegada de su primer hijo fue una escuela para ser padre. “Hace poco cumplí 25 años de casado y al año vino mi primer hijo y luego el segundo. Solo con la llegada de los hijos se aprende a ser padres. No hay libros ni escuelas donde consultar qué hacer. Solo crecer juntos”, comentó.

El secretario general además de sus actividades en la arquidiócesis también se desempeña como catequista y educador, y en esa tarea nota que cada vez más niños y jóvenes no son acompañados por sus padres.

“En la mayoría de las familias existe la ausencia de papá y mamá en el crecimiento de los hijos. Noto que se les abandona mucho a los chicos. Se nota la falta de acompañamiento de los padres”, indicó.

Pese a que estamos en una sociedad en la que ambos padres están obligados a salir a trabajar, Quiñónez recomienda prestar más atención a los hijos. “Los niños tienen que ver y sentir a papá y a mamá, de tal manera a que puedan fijar su futuro. Ellos necesitan ambas figuras, que son irremplazables, en sus vidas”, dijo.

Fuente: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/locales/ser-padre-es-asumir-el-compromiso-de-formar-hijos-utiles-para-la-sociedad-1604596.html

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Hace falta una gran revolución para cambiar la Universidad

Por: Hugo Ruiz Olazar

El profesor doctor Antonio Cubilla, un estudioso de la educación superior, médico patólogo, analiza con crudeza el estado de la educación superior y alienta la intervención de universidades privadas, como Unasur. En esta entrevista afirma que incluso la Universidad Nacional está en la picota. Sostiene que el movimiento “#UNAnotecalles” se enfocó en la corrupción administrativa pero dejó de lado la cuestión académica.

Los estudiantes en crisis, en rebeldía, reclaman. No aceptan el cierre porque sí de las Universidades privadas. El caso Unasur… 

–Es un fenómeno nuevo. Son universidades que no están acostumbradas a ser controladas. Han actuado muy libremente amparadas en la autonomía universitaria. Se ha abusado de esa libertad que repercute en el nivel educacional. El nivel es bastante precario. Tenemos de 60 a 70% de matrícula en las universidades lucrativas…

–¿Paraguay? 

–Está en 60% aproximadamente. Pero qué pasó. De programas baratos: administrativos, comerciales, humanidades, se volvieron más osados y comenzaron a instalar facultades de alto costo como medicina, que requiere de un hospital; ingeniería, que requiere de laboratorios sin estar preparados para hacerlo. Ahí está la falta de ética de los dueños de estas universidades.

–La realidad es que hay una explosiva demanda. El sector privado da a los jóvenes una posibilidad que el Estado no ofrece. 

–Un aspecto positivo es ese. Es cierto, jóvenes de menores recursos van a esas universidades. Hay una demanda masiva. Paradójicamente, las universidades públicas se convirtieron en centros superiores de élite. El pobre no alcanza a superar la rigurosidad de sus exámenes. Medicina es una carrera difícil de acceder para un estudiante de extracción humilde. Entonces se dan estas paradojas de desequilibrio social en la educación en el Paraguay. Las privadas palian en parte estas necesidades pero de manera impropia…

–¿Cumplen un rol social o no?

–Es cierto, pero también hay una cuestión cultural. El que ingresa se pone como objetivo lograr el máximo título. Al pagar la cuota los padres creen que sus hijos tienen derecho a ser doctores como mínimo, ingenieros, arquitectos, veterinarios. Pero no todo el mundo está calificado para esas carreras, independientemente de su situación económica. El perjudicado final no va a ser el estudiante de clase media o clase alta. Va a ser el pobre que tiene mala formación.

–La cuestión es ¿cerrar y se acabó? Si comenzaron a operar es porque las autoridades habilitaron. 

–Yo estoy de acuerdo en que se debe analizar mientras el Cones (Consejo Nacional de Educación Superior) continúe su trabajo. Yo apoyo el trabajo que viene haciendo. Apoyo el cierre de Universidades que no cumplen con los criterios mínimos.

–Qué sugiere que se haga… 

–En 2005 el MEC me pidió algunas ideas. Yo recomiendo que se haga un ranking de mejor a peor, como en Ecuador. Allá hay un programa que ya tiene 10 años que clasificó las universidades en A, B, C, D y E. Entonces las instituciones responsables evalúan las universidades de acuerdo a estos criterios y luego les ranquean. Se les da tiempo para ir subiendo de categoría. Cuánto más investigación hacen van para arriba. Se les da un plazo de dos a tres años. Si no se adecuan se cierra. Cerrar todas tampoco es la solución. Como dice usted, están cumpliendo una función social.

–Si se cierra, ¿qué opción puede dar el Estado? 

–Tiene que haber un saneamiento. Siempre se sufre en los inicios de los cambios. Necesariamente alguien va a tener que sufrir.

–Usted es muy drástico. 

–Yo soy del criterio de que tiene que cerrarse. Estoy de acuerdo en que hay que darle un tiempo prudencial para que se adecuen. Creo que a esta Universidad Unasur ya se le dio el tiempo. No sé cuál sería la solución, pero si no reune los requisitos…

–Usted no les da una alternativa a los alumnos, que sean acogidos por la UNA por ejemplo… 

–Puede ser una salida razonable, pero no todas las carreras que están en las universidades privadas están en la UNA. El sector privado tiene mucho más diversidad. La UNA no se ha diversificado. Está con sus materias clásicas desde hace 50 años. El Estado debe ofrecer eso como cosa pública, pero tiene que tener también sus exigencias de admisión, sus exámenes de ingreso. A nivel público se trata de hacer en serio las cosas porque no hay lucro de por medio.

–Atrapado en una endogamia, como dice (el padre) Montero Tirado… 

–Absolutamente. La Universidad pública es endogámica tremendamente. Hace falta un recambio. Endogamia es un término genético que tiene que ver con la falta de recambio de genes. Los genes se intercambian y el progreso biológico se basa en el mayor intercambio. Cuando hay menor intercambio de genes entonces se producen los problemas por la falta de recambio. Las enfermedades que están ahí presentes se van a diseminar más rápida y ampliamente cuando hay factores endogámicos.

–El movimiento “UNA no te Calles” hizo echar decanos, las autoridades pidieron perdón, pero se acabó la fiebre…

–Es una pena que haya enfocado solamente el aspecto administrativo y no el académico. Si se hace una evaluación rigurosa hay facultades que pueden correr riesgo de cerrarse. “Una no te Calles” estuvo correcto para señalar la corrupción y se inició un intento de mejoramiento académico, pero quedó truncado. No hubo cambios fundamentales…

–Qué tiene que cambiar en la parte académica…

–Tiene que haber más investigación. El profesor tiene que estar en su cátedra todo el día.

–Pero tampoco hay buena paga. El administrativo gana mejor… 

–Así mismo es. Hubo un intento interesante. Aquel rector anterior, Pedro González, instituyó un dinero para los profesores que hacen investigación. Consiguió 60 rubros en el Parlamento. Creo que eran de 12 millones de guaraníes mensuales. La suma se mantiene igual desde hace 15 años a pesar del tiempo y, lo más notable, de los 60 apenas 20 son investigadores…

–¿El resto fue al bolsillo de los amigos? 

–Fue para los amigos. Nunca fue regulado por el sistema meritocrático. Se requiere de una revolución muy grande para cambiar la Universidad y reconvertirla en una Universidad de investigación. No hay esa voluntad.

–¿Qué pasa si viene un Presidente y dice: “Voy a destinar desde este año el 7% del presupuesto a la educación”? 

–Así como está la UNA no me animaría a darle un presupuesto altísimo hasta que no demuestre una reconversión y un cambio de cultura académica, de la docente a la investigativa. Tiene que haber un cambio cultural, y yo creo que eso pasa por cambio de personas. Si hubieran aceptado nuestras sugerencias hace más de 10 años, hoy la UNA iba a estar con el 70% de investigadores. El cambio tenía que ser gradual.

–El gobierno compartido en la Universidad: rector, decano, docentes, estudiantes y representantes de egresados, ¿no funciona? 

–Este modelo, que es muy latinoamericano, se originó en la revolución de Córdoba en 1918. En esa época se justificaba ampliamente. Hasta ahora se justifica el gobierno paritario.

–Esto mismo que exigieron los estudiantes. –Sí, y yo les apoyé…

–¿Por qué? ¿No está desfasado? 

–La realidad latinoamericana es otra. Estuve cuatro años en el consejo de Medicina. Si no había protestas estudiantiles nada cambiaba. En Paraguay no hay cambios si no hay revoluciones estudiantiles. Entonces me pareció correcto tener más estudiantes y más egresados no profesores dentro del Consejo.

–¿No hay peligro de dictadura estudiantil? –Por mi propia experiencia he comprobado que cuando está más mala la situación, cualquier idea de cambio es buena. No digo que sea un modelo paritario para siempre, pero a lo mejor temporalmente, yo creo que es un instrumento que puede ser interesante para el recambio. El profesor se eterniza. En la Facultad de Medicina había que echarlos a los jefes de cátedra. No querían salir más, era más bien una cuestión de poder.

–Y eso existe todavía…

–Y sí. La UNA está igual. Muy poco ha cambiado. Entonces, si la Universidad madre sigue así, el panorama no es alentador. El problema es más grave que el cierre de la Unasur. Yo no estoy en contra de la Universidad privada. Soy ideológicamente un liberal, pero no este libertinaje que ha ocurrido.

–Pero ¿les sirve el título para el mercado laboral? A un empleador el título no le impresiona…

–Hay muchas quejas a nivel empresarial sobre la calidad de los empleados. Es una realidad que los cargos gerenciales en las grandes empresas, en un alto porcentaje, son acaparados por extranjeros o aquellos privilegiados que han estudiado en los grandes colegios de acá y se especializaron afuera.

–¿Usted tiene sus hijos afuera?

–De cuatro, tengo dos hijos afuera que ya no volvieron. La paga, la calidad de vida y la calidad del trabajo son muy diferentes. Yo mismo estuve a punto de quedarme (en Estados Unidos), pero volvimos un grupo de médicos en esa época. Por supuesto, el shock cultural después de 10 años de estar afuera es tremendo. Pero uno se adapta. Yo tenía mi especialidad, la patología. Volví y comencé de cero. Traje todo mi equipo. Trabajé en el Hospital de Clínicas y en el Instituto del Cáncer. Estuve 20 años en las instituciones públicas.

–¿Por qué volvió? 

–Mi familia no estaba muy adaptada, esa fue la causa principal…

–¿Dónde vivió? 

–En Nueva York. Volví con temor porque allá estaba muy bien. Pero regresé y nunca más busqué volver. Con todas sus imperfecciones, prefiero nuestro país.

Fuente: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/hace-falta-una-gran-revolucion-para-cambiar-la-universidad-1598138.html

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