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La nueva mirada de las habilidades socio-emocionales: saber, saber hacer y saber ser

09 de agosto de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Ángela Escallón Emiliani

Para generar mejores oportunidades y bienestar en futuras generaciones es necesario tener un balance entre el desarrollo de las habilidades cognitivas y las socio-emocionales.

Diferentes actores a nivel internacional como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de su estudio “Desconectados, Habilidades, Educación y “Empleo en América Latina” y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) a través de su reciente publicación “Habilidades para el Progreso Social, El poder de las habilidades socio emocionales”, reconocen la importancia de desarrollar habilidades socio emocionales y el impacto directo de éstas  en el bienestar, progreso social, ciudadanía y principalmente en la relación con la salud, las conexiones sociales, familiares, la participación cívica y el mercado laboral.

Para generar mejores oportunidades y bienestar en los niños, jóvenes y futuras generaciones es necesario tener un balance entre el desarrollo de las habilidades cognitivas y las socio-emocionales, ya que este balance es primordial para  las destrezas que se requieren en el siglo XXI.

En Colombia el fomento y desarrollo de competencias socio-emocionales es un tema reciente. Desde la Constitución Política del 1991 y la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994) se reconoce la importancia del pleno desarrollo de la personalidad, la participación de todos en las decisiones que nos afectan, el desarrollo de la capacidad crítica, reflexiva y analítica en aras al  mejoramiento de la calidad de vida, entre otros, en el marco del fomento de los derechos humanos como objetivo fundamental de la educación.

Entre el 2003 y 2004 se definieron los lineamientos de las competencias laborales generales y las competencias ciudadanas. Las competencias laborales generales comprenden todos aquellos conocimientos, habilidades y actitudes, que son necesarios para que los jóvenes se desempeñen con eficiencia como seres productivos y que pueden ser desarrolladas desde la educación básica hasta la educación superior y vida profesional. Las competencias ciudadanas, por otro lado, habilitan a los jóvenes para la convivencia, la participación democrática y la solidaridad, las cuales se desarrollan en la educación básica primaria, básica secundaria, media académica y media técnica.

El año pasado la Fundación Corona, en conjunto con el Departamento Nacional de Planeación – DNP, el Departamento para la Prosperidad Social – DPS, Grupo Enel y la Caja de Compensación Compensar, realizaron el Foro “Habilidades para la Vida”, durante el cual se presentaron los diferentes enfoques desde el Gobierno y el sector privado. (Consulte las memorias del foro aquí)

En el Foro se reconoció que aunque la terminología de estas habilidades puede ser diferente – dado que algunos las llaman competencias blandas, otros competencias transversales y capacidades ciudadanas esenciales – todos concuerdan que son habilidades necesarias para hacer frente a los diferentes desafíos que encuentran los niños y jóvenes en cada etapa de su vida, motivo por el cual la agenda del país se debe centrar en cómo desarrollar estas habilidades, en qué momentos y cómo se pueden evaluar.

Frente a cuándo se deben desarrollar es importante tener en cuenta dos componentes: el contexto y el momento de educación. Frente al primero, los diferentes programas y estudios reconocen que se deben tener en cuenta cuatro entornos de aprendizaje tanto en la educación formal como la no formal: la escuela, la familia, la comunidad y el lugar de trabajo. Estos deben interactuar entre ellos para lograr el desarrollo de las habilidades de forma integral.

En cuanto al momento en la educación, diferentes estudios han demostrado es la etapa de primera infancia (0 a 5 años)  el principal momento para desarrollar las habilidades socio emocionales, dado que  éstas generan y fortalecen a su vez nuevas habilidades, en un efecto de bola de nieve, generando resultados futuros más positivos, no solo frente a las habilidades socio emocionales, sino también en relación con las cognitivas. También se ha demostrado que debido a la elasticidad mental de los seres humanos, esta condición permite desarrollarlas durante toda la vida pero el mayor impacto se tiene en los primeros años.

Uno de los principales retos frente a las habilidades socio emocionales es la información que se tiene sobre el tema. La dificultad de medir, monitorear y evaluar el desarrollo de estas habilidades, se debe a los diferentes enfoques que  actualmente se tienen.

La mayoría de iniciativas evalúan competencias o habilidades tales como: trabajo en equipo, comunicación, liderazgo, resolución de conflictos, responsabilidad y compromiso. A través de evaluación de procesos se ha demostrado que los programas e iniciativas que presentan mejores resultados e impactos son las que se basan en experiencias prácticas y que utilizan metodologías de aprendizaje activo, programas que incluyen de forma transversal y explicita en los currículos las habilidades socio-emocionales, programas que fortalecen las competencias de los docentes e involucran a los padres y a la comunidad.

Por ello la OCDE liderará un estudio longitudinal con la Secretaria de Educación de Bogotá, con el fin de evaluar a profundidad los resultados del desarrollo de competencias en cada uno de los tramos del ciclo de vida. También se encuentran otras iniciativas públicas para monitorear y evaluar estas competencias como la mesa transversal de habilidades blandas, estudios de la pruebas Saber y PISA en competencias ciudadanas.

En el Informe Sistema Regional de Evaluación y Desarrollo de Competencias Ciudadanas, “Educación, Ciudadana y Formación Docente en Países de América Latina” plantea que el principal enfoque en el país se ha dado en las habilidades ciudadanas: “la educación ciudadana en Colombia está enfocada al saber y al saber hacer antes que al saber ser, salvo porque las habilidades de las que tratan estos estándares afectan directamente los criterios y parámetros para construir relaciones de convivencia, participación y pluralidad”.

Por lo tanto, somos muchos los que estamos en la tarea de promover cambios sistémicos en toda la cadena educativa y en los diferentes contextos en los cuales se deben desarrollar estas habilidades, con el fin de fortalecer las capacidades institucionales y generar sostenibilidad en el esfuerzo de ser seres íntegros y ciudadanos.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-nueva-mirada-de-las-habilidades-socio-emocionales-saber-saber-hacer-y-saber-ser

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Civic Tech: Transformando la ciudadanía a través de herramientas tecnológicas

12 de julio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Ángela Escallón Emiliani

Los principales retos que tenemos en el país se basan en la generación de alianzas, pensando en un impacto colectivo y solidario para la comunidad.

¿Quién ha oído hablar del concepto de “Civic Tech”? En este artículo queremos mostrar cómo la tecnología está transformando los temas históricos relacionados con la ciudadanía, como la participación, la incidencia, el empoderamiento, y su relación con los gobiernos, rendición de cuentas, transparencia e interacción.

Vivimos en una sociedad dinámica y acelerada, dependiente del acceso a la información y de nuevos dispositivos tecnológicos. Es en este contexto dónde el término “Civic Tech” o tecnología ciudadana hace referencia a cualquier tecnología o herramienta tecnológica que se use para empoderar a los ciudadanos o que ayude al gobierno a ser más accesible, eficiente y efectivo.

De acuerdo a los estudios realizados por la Knight Foundation, la tecnología ciudadana se podría dividir en dos categorías: 1. Gobiernos abiertos: proyectos que desde un enfoque top-down, es decir desde la perspectiva de las instituciones hacia los beneficiarios, generan cambios a través de la promoción al acceso a los datos, la transparencia, visualizaciones y mapas, promoción de involucramiento ciudadano en procesos democráticos y herramientas para facilitar la toma de decisiones públicas. 2. Acciones comunitarias: proyectos con enfoque desde las necesidades del usuario final o bottom-up que catalizan reformas a través de nuevos esquemas de interacción como, compartir información entre pares, esquemas de financiación colaborativa como crowdfunding y foros de comunidades que quieren resolver sus propios problemas.

Los proyectos de Civic Tech los vivimos todos los días sin saberlo. Algunos ejemplos los vemos en los nuevos emprendimientos e iniciativas como Waze, Civico y Biko entre otros, sin embargo es importante reconocer que las herramientas tecnológicas por sí solas no generan cambios de incidencia en políticas púbicas.

Lo que hemos aprendido en este recorrido de incorporar la tecnología a los temas ciudadanos, es que la base de todo radica en el cambio de paradigma. Para que esto funcione se requiere de un trabajo colaborativo en el que participen todos los grupos de interés (Gobierno, organizaciones de la sociedad civil, academia, periodistas y desarrolladores). En las plataformas este concepto está muy difundido. La gente usa y aprovecha los desarrollos que otros han hecho y sobre ellos mejoran, amplían o generan nuevos usos.

En el mundo de las interacciones humanas, esto es más complejo, pero requiere de este cambio para que podamos alcanzar una escala más grande y sobre todo un mayor impacto.

Por eso la Fundación AVINA, que cuenta con el Fondo Acelerador de Innovación Cívicas ha apoyado por varios años diferentes plataformas tecnológicas de innovación cívica, planteando que para lograrlas se necesitan cuatro niveles: 1. Construcción de plataformas o herramientas tecnológicas y desarrollo de alianzas para su uso, 2. Involucramiento, fortalecimiento y empoderamiento de los actores, 3. Comunicación, expansión y uso de la herramienta y diseminación de su información, 4. Cambio de prácticas y políticas públicas con potencial de mejorar la calidad de vida.

Actualmente, existe un catálogo de datos abiertos del Gobierno, en donde la sociedad civil promueve la construcción y la visibilización de los diferentes avances, beneficios y opiniones colaborativas para lograr un Gobierno Abierto y participativo a través de la Alianza Gobierno Abierto (AGA). En este mismo contexto, la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos está construyendo una plataforma de datos abiertos para compartir toda su información y articular actores que aumenten el empoderamiento ciudadano y promuevan cambios para mejorar la calidad de vida.

Desde la Fundación Corona, creemos que los principales retos que tenemos en el país se basan en la generación de alianzas, pensando en un impacto colectivo y solidario para la comunidad, además del fortalecimiento y empoderamiento de los actores para que se aprovechen de forma eficiente las diferentes herramientas tecnológicas que existen y que se están creando en el mercado.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/civic-tech-transformando-la-ciudadania-traves-de-herramientas-tecnologicas

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Ser ejemplo

21 de junio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Ángela Escallón Emiliani

En el siglo XXI, siglo de la conexión global, del acceso inmediato a la información, del contacto con hechos y personas de todo el mundo, el maestro está presionado a repensar su rol como formador.

Alguna vez escuché la siguiente metáfora: si un doctor de hace más de 100 años se despertara y entrara a una sala de cirugía hoy, probablemente no la reconocería por los múltiples cambios y evoluciones de la medicina; pero si es un maestro de hace un siglo se levantara y entrara a un aula, la encontraría con los mismos elementos físicos y con la misma estructura relacional.

Esto nos hace pensar que todavía hoy -así como hace siglos atrás- niños, niñas y jóvenes pasan la mayor parte del tiempo en la escuela a cargo de los maestros. Esta es una de las pocas cosas que, por el momento, no han cambiado pese a que el contexto en general si es otro muy distinto al que conocíamos antes.

Gracias a las nuevas tecnologías, aplicaciones, softwares y dispositivos, los estudiantes tienen acceso a la información, a los hechos, a la historia, a las opiniones, en cualquier momento y lugar. Entonces, ¿Cuál es su aporte único en esa compleja tarea del desarrollo físico, emocional, intelectual, social, ético y espiritual de las nuevas generaciones con estos volúmenes de información y comunicaciones?

Ante esta pregunta, surgen mil reflexiones sobre cómo debe adaptarse el rol de los maestros para hacer frente a los cambios que ha traído las tecnologías. Si el profesor – como los estudiantes-, en términos de información actualizada y en tiempo real tiene a su lado fuentes como Wikipedia, o Google Earth ¿Qué puede y debe aportar al desarrollo integral de las nuevas generaciones?

En la Fundación Corona pensamos que uno de los aspectos, que a nuestro juicio, hace la diferencia cuando pensamos en el rol del maestro actualmente -dada su relación cotidiana y cercana con los niños, niñas y jóvenes-, es el ser ejemplo.

La investigación psicológica y pedagógica ha demostrado que los valores, los principios, las actitudes, los enfoques y, en últimas, la cultura; se adquieren más por la aceptación de modelos considerados dignos de imitar que por conceptos, teorías o exhortaciones discursivas. El maestro como formador debe ser un ejemplo vivo. Ello implica un profundo cuestionamiento: lo que se quiere promover en los estudiantes debe ser primero realidad en el profesor.

El compromiso por ser ejemplo e inspirar a los demás hizo que anteriormente el maestro fuera una figura de máxima importancia y autoridad para la sociedad, admirado y querido por todos. Esto hay que recobrarlo nuevamente. Para ello el profesor debe recuperar la conciencia del sentido de su valor para la sociedad y ella, a su vez, debe promover que esto se dé, reconociendo el importante e insustituible papel de los docentes.

Es bien conocido que las competencias básicas son lo mínimo que debe dominar un maestro: saber enseñar a leer, escribir, comprender lo que lee, saber comunicar, tener pensamiento crítico, capacidad de resolución de problemas, manejar las nuevas tecnologías e integrarlas a los procesos de aprendizaje en el salón de clase, y una fundamental en estos tiempos de crisis ambiental: la valoración y el respeto por la naturaleza.

En complemento a estas competencias se encuentran las capacidades requeridas para la profesión misma, como la creación de ambientes de aprendizaje y el mejoramiento constante en estrategias pedagógicas para el desarrollo de estas habilidades y competencias, la preocupación por el aprendizaje continuo, entre otras.

Pero además de estas capacidades y competencias básicas están también las competencias transversales, aquellas que se refieren al ser mismo y que todo ser humano de este siglo debe preocuparse por desarrollar, como son un comportamiento ético, un manejo adecuado de las emociones, el reconocimiento y respeto por la diversidad, la empatía, la habilidad de experimentar, indagar, ser creativo, flexible, saber trabajar en equipo y cooperar, ser abierto y receptivo a perspectivas nuevas y diversas, ser capaz de ver el fracaso como una oportunidad para aprender.

En un mundo globalizado, donde la información se ha democratizado y tener conocimiento ya no es la mayor diferencia; el maestro debe ser una perfecta combinación entre el conocimiento, las capacidades y un ser humano ético, integro e integral, que inspire a sus alumnos a conocer más, a aprender más, a analizar, a probar, a innovar, a ser buenos ciudadanos, etc.

Por supuesto, no es un reto menor el que se le plantea al profesor. Pero es urgente que la sociedad y él vuelvan a tomar conciencia de su rol esencial, de sus debilidades y fortalezas, siendo reflexivo y autocrítico para poder mejorar su auto-desarrollo. El mensaje para los maestros es único: ustedes son el pilar del cambio, con el compromiso diario que evidenciamos todos los días de miles de ellos sabemos que ya hay conciencia y compromiso. Necesitamos que por encima de todos los intereses políticos y personales, sean todos los maestros un gran ejemplo.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/ser-ejemplo

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Identificando desigualdades para impulsar la equidad en la Primera Infancia colombiana

12 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Ángela Escallón Emiliani

Lea el resumen ejecutivo de este documento desarrollado entre la Fundación Corona, la Pontificia Universidad Javeriana, la Red de Ciudades Cómo Vamos y Equidad para la Infancia.

El objetivo principal de este informe es proporcionar evidencias sobre las condiciones de vida y las inequidades que afectan a la primera infancia en las principales ciudades de Colombia. Con ello, se espera hacer un aporte para el desarrollo de políticas públicas locales, potenciar el impacto de los programas nacionales e incidir para mejorar la implementación de intervenciones que permitan alcanzar la amplia realización de los derechos y el potencial de todas las niñas y los niños del país. Se busca poner una mirada centrada en asegurar una efectiva equidad en el alcance de estos derechos.

El ejercicio desarrollado está en línea con el compromiso asumido por el gobierno nacional en su estrategia de atención integral a la primera infancia «De Cero a Siempre» y el esfuerzo de administraciones locales para proteger a esta población. A partir de esta propuesta de medición, se plantea la incorporación y progresiva ampliación de evidencia estadística que, desde los contextos locales, dé cuenta de la aproximación de atención integral, en especial a los sectores vulnerables.

En este contexto, se propone una herramienta para la ciudadanía y sus organizaciones, acorde a los principios de transparencia, participación, monitoreo y responsabilidad social que impulsa la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos, la Fundación Corona y sus aliados. Se espera que los resultados ofrecidos sean de utilidad para el monitoreo de la sociedad sobre la evolución de la calidad de vida de la primera infancia y el impacto de las políticas que la atienden.

Concretamente, el ejercicio analiza las condiciones de vida de la primera infancia en 7 ciudades: Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Manizales y Medellín. Los indicadores que se presentan constituyen ‘una línea de base’ para monitorear el bienestar de niños/as hasta los 5 años y las inequidades que enfrentan. El informe comparativo se complementa con fichas y análisis locales para las ciudades, ya que es en este nivel que la Red Como Vamos pone su mayor énfasis.

Con este ejercicio piloto se da inicio a un proyecto más amplio para incorporar de manera sistemática un conjunto de indicadores sobre infancia en los análisis sobre calidad de vida de las Ciudades Cómo Vamos, abriendo espacio a la perspectiva poblacional como criterio para analizar los contextos locales.

Lea el informe completo en este enlace.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/otras-investigaciones/identificando-desigualdades-para-impulsar-la-equidad-en-la-primera-infancia

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Innovación y búsquedas

01 de marzo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Ángela Escallón Emiliani

Nuestra apuesta por la innovación en la educación obedece a que la vemos como el ingrediente fundamental para atender a las vicisitudes que se presentan.

Italo Calvino, a mediados de los años 80’s, escribió un gran libro llamado «seis propuestas para el próximo mileno». Su inteligencia y su visión, le permitieron ver lo que hoy evidenciamos como una realidad: levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad, consistencia.

Calvino veía venir los grandes cambios, que sumados a la inmediatez y a la genialidad, experimentamos a diario. Estos cambios a su vez evidencian nuevas necesidades para afrontar nuevos retos y la necesidad de pensar en formas novedosas de atender esta realidad de naturaleza cambiante.

El año pasado, en el Foro Educacion de Semana, el expositor Jon Kao, presentaba como cada época ha estado caracterizada por un gran hito: de la época de la agricultura a la industrial; de la época industrial a la época de la innovación. Palabra que ya es parte de nuestra cotidianidad, ilustrado de manera contundente por Kao al revelar que la palabra innovación ha sido consultada 2.65 billones de veces en el último año en el buscador de Google.

¿Qué nos dice esto en materia de educación? ¿Cuál es el rol de la innovación en un mundo cambiante de manera acelerada y de nuevas formas de aprender, desaprender y reaprender?

Aunque la palabra innovación generalmente nos lleva a pensar en tecnología, desde la Fundación Corona abarcamos el término desde una perspectiva mucho más holística entendiéndola como una manera de comprender realidades a través de caminos no tradicionales, de forma más eficaz, produciendo un cambio favorable en un determinado sistema.

Nuestra apuesta por la innovación en la educación obedece a que la vemos como el ingrediente fundamental para atender a las vicisitudes que se presentan. No se trata solo de pensar en soluciones u oportunidades nuevas, sino también en revolucionar, en darle un giro a lo que generalmente hemos venido haciendo en aras de lograr un mayor efecto, en trabajar de manera colectiva y colaborativa buscando soluciones de impacto colectivo.

Con el fin de obtener una transformación al interior de la educación, entendemos la innovación en la educación como un eje transversal en las dos líneas de nuestro trabajo: Educación Orientada a la Ciudadanía y Educación Orientada al Trabajo.

Un ejemplo de lo que hacemos frente a este tema, es nuestra alianza con Enseña por Colombia, una iniciativa que busca mejorar la calidad de la educación, llevando jóvenes graduados de las mejores universidades del país con las mejores calificaciones a enseñar por dos años como profesores de instituciones públicas en los lugares más alejados de Colombia. En esta experiencia se innova en la forma de atraer buen talento para la educación, en la forma de democratizar las oportunidades para todos, en la manera de hacer país y ofrecerle a las nuevas generaciones oportunidades concretar de ser parte del cambio que tanto buscamos y reclamamos y que en particular ellos experimentan como un desafío propio.

Se innova en la manera de ser, de hacer, de pensar, de actuar. Se innova generando la capacidad de análisis, de afrontar retos históricos. Necesitamos cambios contundentes en las formas de enseñar y aprender, así como también en repensar lo que enseñamos. Queremos una educación interesante, incluyente, pertinente y participativa donde estamos convencidos que la innovación será la única forma de lograr cambiar los esquemas ordinarios y darle un aire fresco al proceso educativo.

Los invitamos a pensar diferente, a escuchar lo que dicen los jóvenes, lo que quieren, lo que son capaces y lo que necesitan. Hagamos de la educación un ejercicio democrático, creativo, dinámico que responda a 2.65 billones de búsquedas.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/innovacion-y-busquedas

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¿Cómo medir las competencias y habilidades socioemocionales? Recomendaciones de un experto

22 de febrero de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Ángela Escallón Emiliani

Según Koji Miyamoto, aunque al día de hoy la medición de competencias socioemocionales es todavía un poco incierta, hay muchas técnicas que pueden ser implementadas.

No cabe duda que uno de los temas que más nos trasnocha en materia de competencias es la medición de las habilidades socioemocionales. El pasado 16 de septiembre la Fundación Corona llevó a cabo un Conversatorio sobre Competencias Socio Emocionales con el experto Koji Miyamoto, quien desde su experiencia en la OCDE y ahora en el Banco Mundial, nos compartió importantes aprendizajes sobre este tema. Queremos compartir algunos consejos para esta tarea tan retadora.

Actualmente se pueden encontrar distintos instrumentos de medición por medio de tecnología como softwares y tests en computador, sin embargo, el despliegue de dichas tecnologías a grupos poblaciones grandes y lejanos puede ser muy costoso y difícil de ejecutar.

De acuerdo al artículo de la OCDE “Hacia mejores herramientas para medir las habilidades socioemocionales”, el instrumento más usado actualmente para medir competencias socioemocionales son los test de autoevaluación, entendidos como el proceso mediante el cual el estudiante realiza la valoración de su desempeño en una tarea realizada, además de describir cómo alcanzó ese logro y cómo puede mejorar. Un ejemplo conocido de este tipo de autoevaluación puede ser  la Escala de Perseverancia (Grit Scale), donde al estudiante se le pide que señale si lo que se le pregunta corresponden o no a su comportamiento y personalidad, con afirmaciones como: “Tengo dificultades para mantener mi enfoque en proyectos que tomen más de unos meses en completarse” o “He superado obstáculos para conquistar un reto importante”

No obstante, las respuestas de estos test estandarizados pueden tener altos sesgos en la información dependiendo del contexto, la cultura y la comunidad en el que se realiza, y la variabilidad y la intensidad de la formación de ciertas competencias socioemocionales en estos entornos.

Otro tipo de sesgo que se puede encontrar tiene que ver con el grupo de referencia en donde se realiza la medición. En este caso es posible que, si le pedimos a un niño que califique su nivel de perseverancia, este defina su puntaje según el promedio del grupo en el que se encuentra. Pero, si lleváramos este mismo niño a un grupo con un promedio más alto, lo más probable es que él mismo cambie su auto puntaje pues el grupo de control y referente es distinto.

De allí, asegura Miyamoto, nace la importancia de tener más de un instrumento de medición que permitan complementar y contrastar los datos, con el propósito de triangular la información y llegar a conclusiones más precisas. En este sentido es importante que la medición se complemente con técnicas que también involucren a la familia, a los docentes, a la comunidad, entre otros.

Hay otras alternativas y aproximaciones de monitoreo interesantes que pueden lograr un acercamiento más confiablemente a los datos. Para estas otras aproximaciones se puede usar métodos que utilizan referencias de imágenes o preguntas situacionales, para correlacionarlas con comportamientos o rasgos de personalidad de las personas que están siendo evaluadas.

En el primer caso, por ejemplo, se le pide al niño que identifique qué tan ordenado es su cuarto mediante tres imágenes que muestran una habitación ordenada, otra más o menos desordenada y la última muy desordenada. El niño debe escoger la imagen más cercana a su caso. En el segundo ejemplo, que es por medio de preguntas situacionales, consiste en hacerle preguntas al niño como: “Si tienes que terminar tu tarea para mañana, pero tus amigos están al frente de tu casa invitándote a jugar fútbol ¿Qué harías tú?”, y se espera que el niño conteste cuál sería su reacción ante esa situación.

O como lo menciona el artículo de la OCDE, también se puede usar técnicas de puesta en escena, juegos experimentales e incluso hay técnicas dirigidas a primera infancia que usa títeres para ejemplificar situaciones y sentimientos, y evaluar la respuesta de los niños ante ellos. Sin embargo, este tipo de técnicas no han sido sujeto aún de muchas investigaciones.

Conscientes de las limitaciones que aún existe en la medición de competencias socioemocionales, es definitivo que este componente esté presente en los programas e iniciativas para evaluar y monitorear sus avances. Sin embargo, hay que ser cuidadoso con mediciones ruidosas que lleven a conclusiones y resultados no ciertos. Pero, si se quiere realizar cambios con las intervenciones, la medición, el monitoreo y la evaluación son un factor definitivo y totalmente necesario en este campo.

Sobre el Estudio Longitudinal de Habilidades Socio Emocionales

Desde su anterior trabajo en la OCDE, Koji Miyamoto fue uno de los promotores del Estudio Longitudinal de Habilidades Socio Emocionales, el cual busca entender mejor cómo el desarrollo de habilidades socioemocionales contribuye al bienestar individual y al progreso social de los países. Además, tiene el propósito de abordar los retos en la medición de dichas habilidades, mediante el desarrollo de medidas válidas y fiables que sean comparables entre los diferentes contextos culturales.

Para esto, el estudio medirá durante los próximos años el desarrollo de competencias socioemocionales en niños de 10 grandes ciudades del mundo, a partir del año 2020, y tendrá un seguimiento hasta la adultez de estos. Bogotá es una de las afortunadas ciudades que fueron seleccionadas para este trabajo, en alianza con la Secretaria de Educación Distrital entre otros actores, como la Fundación Corona. Esta investigación permitirá que la ciudad avance en un desarrollo conceptual propio que le permite mejorar la educación, y le dé la posibilidad de medir el efecto de estrategias o políticas implementadas en esta materia de forma sostenida.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas-alianza-compartir-fundacion-corona/como-medir-las-competencias-y-habilidades

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Enseñar a aprender

15 de febrero de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Ángela Escallón Emiliani

Es clave comprender cuáles son las motivaciones de los niños y jóvenes actualmente, para reconocer los nuevos desafíos que le corresponde al maestro como inspirador, motivador y mentor.

Muchas veces nos preguntamos ¿cuáles son las motivaciones de los niños y jóvenes del siglo XXI?, ¿qué los lleva a actuar de la manera en que lo hacen y a tomar sus decisiones? ¿Cuáles son sus intereses y qué es lo que los mueve?

Estas preguntas las consideramos de gran relevancia para poder entender el rol activo que tienen los estudiantes en su aprendizaje, y para reconocer -al mismo tiempo- los nuevos desafíos que le corresponde al maestro como inspirador, motivador y mentor.

En un artículo anterior hablábamos de la importancia de que, dentro del contexto actual, el maestro sea ejemplo vivo para sus alumnos (lee aquí el artículo). Es decir, una combinación entre el conocimiento, las capacidades y un ser humano íntegro, integral y ético que inspire a quienes enseña. En esta ocasión, para complementar esta visión, queremos hablar de la importancia del rol del estudiante en su aprendizaje, y de uno de sus principales interlocutores: el docente como catalizador de este proceso.

Hoy niños, niñas y jóvenes están creciendo en una era con referentes distintos, en una cultura digital, con fácil acceso a grandes cantidades de información. Hoy su desarrollo se hace bajo un concepto diferente de tiempo y espacio, de cambios constantes y muy rápidos, con nuevas formas de comunicación y aprendizaje que mezclan imagen, palabra y sonido.

Es en este contexto donde cada vez cobra mayor importancia el planteamiento de enseñar a aprender, que parte de depositar la confianza en el estudiante y en su capacidad de construir su propio conocimiento y organizar sus estructuras mentales; reconociendo que lo que éste requiere para propiciar su desarrollo, son ambientes abiertos de aprendizaje significativo que lo orienten a aproximarse a esa gran cantidad de información disponible, de manera que desarrolle su capacidad de recoger todo lo que está recibiendo y pueda integrarlo en pro de su beneficio personal, el de su entorno y el de la sociedad en general.

Enseñar a aprender no se trata sólo de pasar el conocimiento que se tiene, no es únicamente transmitir un saber. Es ayudar a que el alumno, ávido de conocimiento y con muchas preguntas, aprenda por él mismo. Más que transmitir información, se trata de contagiar el amor por el conocimiento, de motivarlos y guiarlos. Es desarrollar la capacidad en el alumno de acceder, gestionar, analizar y aplicar eficazmente la información. Es tener la capacidad de valorar los aportes de los estudiantes y promover que compartan sus ideas e inquietudes, para inspirarlos a partir de sus propios descubrimientos e interrogantes.

«Enseñar a aprender es ayudar a que el alumno, ávido de conocimiento, aprenda por él mismo…donde el maestro es quien cataliza, abona, orienta e inspira este proceso»

Se trata de acompañarlos en la creación de aprendizajes significativos para su vida y para su entorno social, creando las oportunidades para que explore, experimente, indague y descubra. Pero para lograr esto, el maestro además de entender cómo funcionan los factores que forman parte de los procesos cognitivos del alumno, debe hacerse las preguntas que mencionamos al inicio de este texto, y abrirse a la posibilidad de comprender el porqué del comportamiento del estudiante actual, para saber aplicar las estrategias adecuadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Desde esta perspectiva es el propio estudiante quien produce su aprendizaje y el maestro es quien cataliza, abona, orienta e inspira este proceso. Un aprendizaje que emerge en un ambiente de confianza, libertad, autonomía, liberado de presiones y represiones, facilitando que la creatividad surja y permitiendo que el estudiante sea más partícipe y responsable de su propia formación.

Sin embargo, nos queda una pregunta final, ¿qué tanto las formas actuales de gestión de la educación en nuestro país y de la medición de los resultados están ayudando a que estos cambios se gesten en el aula de clase?

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/ensenar-aprender

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