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La orientación socio ocupacional en la educación media: una necesidad que no da espera

08 de febrero de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org/

Por: Ángela Escallón Emiliani

Momentos en los que hay que elegir una carrera u oficio o continuar estudios siempre nos enfrentan a la incertidumbre de estar tomando la decisión correcta con la información correcta.

Las épocas de transición y cambio son siempre difíciles en la vida. Momentos en los que hay que elegir una carrera u oficio, cambiar de trabajo o continuar estudios siempre nos enfrentan a la incertidumbre de estar tomando la decisión correcta con la información correcta.

Para nuestros estudiantes de educación media (10° y 11° grado), es sin duda, su principal preocupación y lo que hemos estudiado y entendido desde la Fundación Corona es la importancia que tiene la orientación socio ocupacional no sólo para los estudiantes sino para el destino y competitividad del país.

La orientación socio ocupacional, entendida por el Ministerio de Educación Nacional como un proceso de acompañamiento a las personas durante los momentos de transición que les permite tomar decisiones informadas y racionales, a partir del reconocimiento de sus intereses, aptitudes, valores y deseos y la ponderación de las oportunidades de formación y de las oportunidades de trabajo que ofrece el contexto (social, cultural, político y económico)

Los datos que arrojó una caracterización de los estudiantes del programa Ser Pilo Paga, mostró que  50% de los estudiantes no reciben orientación y  el 50% que sí la recibe, es bastante esporádica y poco sistemática. Existe la figura del “orientador”, que a diferencia de otros países no es reconocida como profesión, y generalmente es una persona que con la mejor voluntad atiende  un promedio de dos mil estudiantes, además de hacerse cargo por lo general, de  otros temas de bienestar estudiantil en general.

La teoría y las buenas prácticas tanto internacionales como nacionales nos muestra que la orientación debe abarcar tres aspectos básicos: autoconocimiento y plan de vida; información sobre opciones de educación terciaria y conocimiento y mecanismos de acceso a las oportunidades laborales existentes.

Veamos cada uno con detalle. El autoconocimiento y  plan de vida de cada persona, es un proceso complejo. En el colegio se asocia con las habilidades e intereses, con los resultados académicos y test de personalidad o test vocacionales. Es indispensable dimensionar este aspecto y comenzarlo a trabajar desde noveno para que el entendimiento no sea lo que dice un test, sino la mirada juiciosa de los intereses y competencias personales.

Es difícil saber que se quiere en la vida cuando uno tiene 14 o 15 años y es necesario que este análisis esté acompañado de otras estrategias, que en otros países son muy reconocidas, como son los mentores o padrinos.

Sobre la disponibilidad de la información, los jóvenes recurren a internet. “Mr. Google” como coloquialmente se le llama al buscador, es  la principal fuente de información. Bueno por lo democrático en la disponibilidad de la misma, pero triste porque nadie está mostrando el panorama completo, ni las alternativas  existentes.

Cuando vemos el abanico de educación terciaria – formación para el trabajo; técnica y tecnológica y universitaria -encontramos  un imaginario bastante generalizado que desacredita la educación técnica y tecnológica y la formación para el trabajo y considera sólo como válida  los estudios universitarios.

Para los estudiantes las carreras técnicas son o un trampolín para la universidad o la opción por descarte. Aquí hay un gran trabajo por hacer a todo nivel. La relación de estudiantes -cuando nos comparamos con los países desarrollados- es totalmente inversa. 6 técnicos por 3 universitarios, cuando nosotros tenemos 3 técnicos por 6 universitarios.

En este punto lo que queremos resaltar es la importante que los jóvenes conozcan las rutas y características de cada opción educativa.

En cuanto a los mecanismos de acceso e información del mercado laboral, existen una serie de becas, becas crédito y programas de financiación que no son tan conocidos. La relación de estas oportunidades acompañada de información sobre el mercado laboral, expectativas salariales, perfiles y competencias es de vital importancia que esté disponible para todos.

Se debe reconocer que hay esfuerzos que se están realizando con este fin, como el Observatorio laboral del MEN y las Red Ormet del Ministerio de Trabajo y PNUD. De igual forma en diferentes estudios se reconoce que las empresas no están encontrando al personal que buscan por la falta de competencias que requiere el mercado laboral.

La necesidad que los jóvenes conozcan y tengan acceso a este tipo de información, es una prioridad  y debe ser un  objetivo en las políticas públicas. El destino de nuestros jóvenes bachilleres, que como bien sabemos son pocos en relación con los que ya hemos perdido en el camino que representan más del 50%  de la población estudiantil, se preguntan con razón que les espera. Su posición incierta y sus decisiones poco informadas y sin proyecciones, acompañados de la presión familiar por generar ingresos y por encontrar una ocupación digna no hacen fácil este momento de transición.

Otro punto central donde focalizar la atención, tiene que ver obviamente con los problemas de calidad. Más allá de reconocer y considerar como válidas todas las opciones, lo que encontramos en  los tres niveles de educación terciaria es el problema de la calidad.

Pesa entonces la sombra de “instituciones de garaje” sobre el esfuerzo y sacrificio económico y personal que hacen miles de estudiantes y sus familias para tener un título que no les garantiza los sueños que ellos habían imaginado.

Pongamos en la agenda pública la ruta de la empleabilidad, un compromiso por articular y hacer efectivo la demanda de los empleadores, las instituciones educativas y las expectativas de los jóvenes. Hagamos un esfuerzo serio por entender y entre todos ofrecer lo mejor para las generaciones que comienzan su primera transición y que definirán el rumbo de todo un país.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-orientacion-socio-ocupacional-en-la-educacion-media-una-necesidad-que-no-da-espera

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La importancia de los Movimientos Sociales por la Educación

01 de febrero de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org/

Por: Ángela Escallón Emiliani

Han nacido en América Latina como un “efecto dominó” y han obedecido al desempeño deficiente de la educación en la región frente a la de Europa, Norte América y Asia. 

Según Matí Puig, los movimientos sociales son expresiones que se consolidan con el principal objetivo de generar acciones de cambio frente a un tema específico. Quienes hacen parte de éstos, comparten un objetivo en común: buscan alcanzar por medio de acciones no convencionales que poseen continuidad y un alto nivel de integración simbólica. Así mismo, estos movimientos buscan conseguir aliados influyentes que faciliten la posibilidad de acceder a los niveles gubernamentales y alcanzar sus objetivos.

En América Latina desde finales del siglo XIX estos movimientos han tomado fuerza, dado el descontento político, económico y social que ha caracterizado la región. Hoy por hoy, dichos movimientos toman más fuerza y legitimidad por los gobiernos democráticos que permiten su existencia como también por sus integrantes provenientes de distintos sectores que agregan legitimidad y poder. 

Dentro de la amplia gama de movimientos sociales que hoy existen, en este artículo queremos profundizar sobre los movimientos sociales en favor de la educación. En los últimos 10 años, éstos han nacido en América Latina como un “efecto dominó” y han obedecido al desempeño deficiente de la educación en Latino Americana frente a la de Europa, Norte América y Asia.

Las necesidades y exigencias de la sociedad civil frente al tema educativo y la importancia de que estas sean incluidas en la agenda política de cada país, en particular lo relacionado calidad, accesibilidad y pertinencia, ha llevado a la creación de estos movimientos ciudadanos como herramienta civil de presión. 

Actualmente, países como Perú, Ecuador, República Dominicana, Chile, Guatemala, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Paraguay, México, Argentina, Brasil y Colombia cuentan con movimientos ciudadanos en favor de  la educación los cuales han logrado importantes avances en esta materia siendo portavoces de las necesidades de los ciudadanos y acercándolas al gobierno para lograr acciones concretas.

En Colombia, existen varios movimientos de este tipo y uno de ellos es Todos por la Educación, el cual nace en el año 2014 buscando “movilizar a todos los actores y sectores de la sociedad, para que la educación sea la principal estrategia de equidad, desarrollo y paz. Sin ninguna filiación partidista e independiente de visiones particulares, busca construir a partir de los esfuerzos y las voces de las personas e instituciones que llevan la bandera de la educación, fijando metas concretas que se traduzcan en políticas públicas y generen transformaciones sociales”.

Los creadores y primeros adherentes se apoyaron para la creación de Todos por la Educación en los casos exitosos – con los cuales hoy comparten sus aprendizajes – de México con el movimiento Mexicanos Primero y de Chile  con el movimiento Educación 20/20. También desde el principio han sido apoyados por socios con experiencia en educación como la Fundación Corona, Empresarios por la Educación, Fundación Compartir y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

En este tiempo, Todos por la Educación se ha consolidado como un movimiento ciudadano, primordialmente juvenil, que trabaja con los objetivos de posicionar la educación como prioridad nacional, incidir en política pública y hacer seguimiento al gran acuerdo por la educación.

Hoy por hoy, casi dos años después, más de 23 mil ciudadanos han firmado el pacto por la educación, en donde apoyan los objetivos del movimiento.

Por otra parte, el movimiento ha logrado permear en gran medida las redes sociales, acercándose cada vez a más a los jóvenes invitándolos a participar del debate educativo, comunicando y movilizando de manera disruptiva y pedagógica temas de la agenda educativa que logran volver asequibles e interesantes este tema a los jóvenes. La participación y la voz propositiva y activa de los jóvenes es fundamental en el proceso de mejoramiento del sistema educativo de un país.

Su labor, la de exaltar las voces de quienes no son escuchados, abogar por el mayor bien para la mayoría, no optar por apoyar partidos sino por llevar la bandera propia de la educación como prioridad nacional, les ha permitido incidir en política pública y ganar legitimidad en el debate educativo. Lo anterior hace posible que Todos por la Educación cuente cada vez con más adherentes, más apoyo público, privado, poder de incidencia.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-importancia-de-los-movimientos-sociales-por-la-educacion

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Una apuesta de desarrollo para las regiones y el país

25 de enero de 2017 / Fuente: http://www.eltiempo.com/

Por: Ángela Escallón Emiliani

La inclusión laboral permite que poblaciones vulnerables puedan mejorar su calidad de vida.

Aunque el desempleo general en Colombia actualmente es del 9,8 %, cuando se mira esta cifra dentro de grupos poblaciones vulnerables específicos nos encontramos con un panorama aún más preocupante. Para revisar, solo un par de ejemplos: en la población desplazada el desempleo llega al 35,5 por ciento, para el caso de personas afrodescendientes alcanza el 19 y entre las mujeres, el 11,7.

La empleabilidad de los grupos vulnerables es, sin duda, uno de los temas prioritarios tanto de la agenda política como de las demandas cotidianas de la gente por mejorar su calidad de vida. Un asunto que no solo se trata de generación de ingresos, sino que también busca trabajar por la dignidad, el reconocimiento y la equidad de estas poblaciones.

La inclusión laboral, entendida como la vinculación formal y estable de personas con empleadores del mercado laboral, es una de las formas que permiten que poblaciones vulnerables puedan mejorar su calidad de vida. La exclusión laboral, por el contrario, se materializa en dificultades en la entrada y permanencia en el mercado, lo que imposibilita la generación de ingresos, el ahorro y la construcción de un proyecto de vida para un mejor bienestar.

Ese fue el reto que asumimos desde Fundación Corona, en alianza con el Programa para Afrodescendientes e Indígenas de Usaid, operado por Acdi/Voca, y la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), a través de su Fundación.

Conscientes de que el proceso histórico que vive el país nos pide una alta eficiencia en lo social, por lo que tenemos que ser capaces de aprender de las experiencias ya existentes para aumentar la escala y calidad de los programas sociales, en la alianza nos dimos a la tarea de recorrer el país analizando experiencias, con el fin de identificar las características que deberían tener las acciones exitosas en pro de la inclusión laboral.

A partir de este análisis construimos el Modelo de Empleo Inclusivo para Población Vulnerable, una apuesta para el desarrollo del país y las regiones que presentamos ante el país en días pasados y que pretende orientar y articular las distintas acciones de inclusión laboral que se generan desde las regiones.

Desde el Modelo identificamos como grupos más vulnerables a las comunidades afrodescendientes, indígenas, víctimas del conflicto, personas en proceso de reintegración, en condición de discapacidad, jóvenes y mujeres; recopilando las barreras, como falta de acceso a los servicios de formación, baja formación de competencias básicas, ausencia de esquemas de orientación socioocupacional integrales, la existencia de procesos de selección excluyentes, que se basan en ideas equivocadas acerca de las capacidades laborales de la población vulnerable.

La aspiración de esta iniciativa es la de que los procesos de diseño de nuevas iniciativas y el fortalecimiento de otras vinculen iniciativas ya existentes que tienen suficiente experiencia y resultados probados con la aplicación de sus metodologías e instrumentos. El Modelo brinda los lineamientos para mejorar las prácticas de inclusión laboral desde una lógica territorial, por lo que tiene en cuenta las características y necesidades de cada región.

El lanzamiento de la primera versión del Modelo es tan solo el primer paso de una agenda común que proponemos, en la que el Modelo actúe como vehículo de articulación e impacto colectivos, y como una herramienta para la acción que logre potenciar iniciativas, alianzas y territorios. En la medida en que esto ocurra, tendremos mejores resultados al corto, pero en especial, al mediano y largo plazo.

De lograr este objetivo, el país avanzará en canalizar las mejores estrategias y metodologías, articular y mejorar la capacidad institucional de los actores relacionados con la formación, intermediación y empleo, y así promover de manera mucho más efectiva y a una mayor escala la construcción de un país con oportunidades de empleo para todos.

Fuente artículo: http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/una-apuesta-de-desarrollo-para-las-regiones-y-el-pais-angela-escallon-emiliani-columnista-el-tiempo/16743692

Imagen: http://www.alternancia.com.mx/wp-content/uploads/2016/05/15-1.png

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Desaprender para aprender a vivir en otros escenarios posibles

18 de enero de 2017 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Ángela Escallón Emiliani

En una entrevista reciente a un campesino, que leí en un diario nacional, me llamo la atención su afirmación: “siempre hemos vivido en guerra, lo que no sabemos es vivir en paz”. Creo que tiene razón.

Después de 8 guerras nacionales y 14 regionales en el siglo XIX, una guerra salvaje de mil días, y la violencia de los años 50 que empató con el conflicto armado en los 60 hasta nuestros días, creo que tenemos incorporados en nuestra cultura, imaginarios y códigos relacionados con soluciones no pacíficas de los conflictos y las diferencias y comportamientos agresivos e incluso violentos como respuesta. Hasta la muerte se ha convertido en una alternativa de solución, factor impensable en cualquier cultura.

Lo comprobamos a diario. No sólo en las páginas judiciales sino en nuestra propia cotidianidad. Caminamos, conducimos, montamos en bus, incluso jugamos o vamos al estadio, vivimos, con una programación de desconfianza y lucha por la supervivencia cotidiana. No es solo la violencia asociada al conflicto político, es la convivencia pacífica y diaria la que nos cuesta mucho trabajo llevarla en paz.

A nivel específico en el tema que ahora tanto nos ocupa, también se ha evidenciado en otros procesos de paz, la prevalencia de elementos violentos en la cultura como un gran obstáculo para avanzar hacia la construcción de nuevas formas de relacionarnos, basadas en la confianza, la solidaridad, el reconocimiento y respeto del otro como diferente. Es ahí donde el concepto de “desaprender”, reciente en la pedagogía, adquiere completa vigencia y cuando la educación a lo largo de la vida puede jugar un papel fundamental.

Desaprender no es lo opuesto de aprender. Es dejar de lado, conceptos, creencias, actitudes, comportamientos que hemos introyectado y que reproducen el contexto que los gestó. Desaprender es levantar los bloqueos que impiden incorporar otras formas de ver, actuar o valorar la realidad para abrirse a nuevas experiencias, puntos de vista, saberes que construyan un Bien-Estar.

Una propuesta coherente y viable para que el sistema educativo en su conjunto – educación formal y educación ciudadana – contribuya a desaprender las formas violentas en que nos relacionamos, cuya mayor expresión es la guerra, desborda los límites de este artículo. Sólo podemos motivarlo y sugerir algunas pistas. Lo haremos en las tres dimensiones básicas del Saber.

En la dimensión del conocimiento, habría que propiciar conocer y difundir qué otras formas de vivir son posibles y deseables. Entender como lo hacen otras sociedades que llevan décadas de paz, y por lo tanto, han incorporado en su cultura comportamientos de confianza y convivencia. Al final nada distinto al respeto al “contrato social” que como sociedad adquirimos.

Sería deseable, buscar en nuestras raíces y reconocer la sabiduría de nuestros indígenas quienes pueden enseñarnos mejores formas de relacionamiento entre los seres humanos y con la naturaleza. Hay que desaprender la visión negativa que tenemos del conflicto, asociada a la violencia, y aprender que el conflicto es inherente a la sociedad, que se origina en nuestras múltiples diferencias y que esas diferencias son fuente de vida y entendimiento. No necesitamos violentarnos para manifestar que no estamos de acuerdo.

En la dimensión de las habilidades hay que desaprender las formas violentas de afrontar los conflictos y desarrollar habilidades emocionales, sociales y comunicativas que favorezcan el trámite pacífico de nuestras diferencias y contradicciones. Cambiar la mala palabra, el gesto desafiante y el puño por la pregunta, el diálogo y el deseo de convivir.

Y en la dimensión ética, de la cual dependen nuestras actitudes, esta debe proyectarse hacia todos los espacios principales de socialización: la familia, la escuela, el barrio, los grupos de pares, el trabajo, para desvalorizar la exclusión, la negación, la burla, el matoneo, la cultura del atajo, que valora al vivo y no a los que cumplen las normas, y valorar el reconocimiento del otro. Erigiendo como valores fundamentales la vida y la solidaridad.

Esta es una gran tarea que es de todos, que no se limita a una cátedra, que se debe ejercer en cada momento y en cada lugar y que tiene que comenzar por uno mismo en la cotidianidad. Consiste en desaprender la guerra, para aprender a vivir en paz, como nos lo recomendó aquel sabio campesino.

Lo invito a que comience usted también, hoy mismo.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/angela-escallon-desaprender-para-aprender-a-vivir-en-otros-escenarios-posibles/

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Jóvenes, tecnología y participación: ¿Cómo lograr articular lo nuevo con lo tradicional?

11 de enero de 2017 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Ángela Escallón Emiliani

Las encuestas tanto de las Ciudades Cómo Vamos como aquellas realizadas por el DANE en temas de cultura política, parecieran indicar que la gente no participa. Las respuestas que se observan tienden a mostrar que en general las personas no pertenecen a organizaciones de ningún tipo, además de que no conoce y, por consiguiente, no utilizan los espacios formales de participación ciudadana. ¿Pero es esto totalmente cierto en el caso de los jóvenes?

Esta realidad, sumada a lo que observamos día a día en nuestras iniciativas, nos llevó a preguntarnos qué estaba pasando realmente con la participación de los jóvenes, a quienes vemos activos a través de otros espacios de diálogo y expresión, como las redes sociales o los colectivos ciudadanos, que no son reconocidos como lugares formales de participación.

En el marco de la Semana Internacional de la Sociedad Civil, que se llevó a cabo del 25 al 26 de abril en Bogotá, organizamos un foro que nos permitió iniciar un diálogo con diferentes actores del sector público, jóvenes activos y ONGs que trabajan con movimientos sociales; con el propósito de entender mejor cómo podemos comprender la participación de los jóvenes hoy, y así, cómo podemos articularnos en todos los niveles necesarios.

Para comenzar, este foro nos permitió derribar el gran mito de que los jóvenes no participan en política y, por el contrario entender que si son extremadamente activos y participativos, sólo que a su propia manera y a través de sus propias dinámicas.  La excesiva burocracia y la desconfianza en las instituciones han hecho que los jóvenes migren hacia nuevas formas de participación ciudadana, que aún estamos en proceso de reconocer y de comprender.

Como planteó durante el foro el Director Ejecutivo de Action Aid International, Adriano Campolina, los grandes cambios que se están observando en el mundo no vienen sólo de movilizarse en espacios formales, de asistir a reuniones oficiales, sino de movilizarse masivamente y de lograr poner temas en la agenda pública de forma que no lo puedan ignorar los tomadores de decisiones. Es por esto que alrededor del mundo han surgido nuevos movimientos sociales y nuevas formas de movilizarse que son totalmente fragmentadas, no responden a estructuras jerárquicas de pertenencia y no necesitan la participación presencial para ser reconocidas, porque se conectan a través de herramientas tecnológicas que les permiten movilizar un mayor número de personas en un territorio más amplio y con una comunicación más disruptiva.

Estas nuevas formas de participación son manifestación de una nueva generación de jóvenes que está cansada tanto de la crítica pasiva como de las manifestaciones violentas, y que por lo tanto, quiere asumir una mayor corresponsabilidad con lo que pasa en su entorno e involucrarse como ciudadanos activos. Las cuatro experiencias de jóvenes que se presentaron en el foro, Todos por la Educación, La Ciudad Verde, 100 en 1 día y Los Incorruptibles; nos demostraron que a pesar de ser espacios que se salen de lo “formal y tradicional”, tienen una visión y unas dinámicas muy claras para trabajar por su agenda y sus prioridades, apalancándose en nuevas formas de comunicación tanto presenciales como virtuales, para promover y lograr cambios concretos tanto de pequeña como de gran escala.

Surgen entonces de estas nuevas formas de movilización, de organización y de comunicación grandes desafíos. Uno de esos es cómo unimos el activismo online, los colectivos ciudadanos y la movilización informal con los espacios presenciales y con los movimientos más tradicionales, para lograr mover en común los temas que realmente afectan y preocupan a la sociedad. Juan Carlos Reyes, Director de Colombia Joven, reconoció durante el evento que para el gobierno y para las instituciones formales ha sido un desafío precisamente entender cómo articular y cómo recoger e invitar a esas voces a establecer un diálogo con lo formal, sin pretender cambiarlos para que dejen de lado sus dinámicas.

Otro gran desafío al que nos enfrentamos es encontrar, desde las ONGs, fundaciones  e instituciones del sector público, nuevos espacios para comunicarnos con esas formas de movilización y de organización para apoyarnos mutuamente en las agendas. No debemos intentar “imponer” una agenda en estas nuevas formas participación de los jóvenes, sino que nuestro trabajo debe ser acompañar y fortalecer sus capacidades y su acceso a información de calidad, con datos reales, con análisis concretos de la situación y los territorios para tomar decisiones acertadas, y así, potenciar un mayor impacto.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/angela-escallon-jovenes-tecnologia-y-participacion-como-lograr-articular-lo-nuevo-con-lo-tradicional/

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Ciudadanía Digital, una oportunidad por explorar y trabajar en Colombia

08 de enero de 2017 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Ángela Escallón Emiliani

Desde el año pasado, hemos venido escribiendo y reflexionando sobre una nueva aproximación a las herramientas tecnológicas que permiten potenciar la relación entre las instituciones públicas y la sociedad civil. Estas herramientas, que incluyen proyectos de datos abiertos, laboratorios ciudadanos, aplicaciones web y móviles, entre otros; se enmarcan dentro de una estrategia de empoderamiento ciudadano en la era digital a través de la tecnología, conocida como Civic Tech. (lee aquí nuestro anterior artículo relacionado con este tema).

A pesar que aún en Colombia se habla muy poco sobre este tema, es un hecho que en la actualidad el mundo está girando su atención a la oportunidad que abren estas herramientas para incentivar una participación ciudadana que trasciende los espacios tradicionales, a veces poco eficientes y poco llamativos: La oportunidad de fomentar una ciudadanía digital que acerque la sociedad civil al gobierno.

Dentro de esta innovadora comprensión de la tecnología al servicio de la ciudadanía, tuvimos el placer de ser invitados como panelistas al pasado encuentro regional de las Américas organizado por el Open Government Partnership y el gobierno de Uruguay, que se realizó en Montevideo. Este evento es una muestra de cómo esta nueva aproximación está tomando relevancia en la agenda internacional a la hora de hablar de la relación entre las instituciones de los gobiernos y la sociedad civil.

En esta ocasión, además de tener un espacio para compartir nuestra experiencia con la plataforma de datos abiertos que desarrollamos, Ciudatos, el encuentro fue una gran oportunidad para aprender sobre las buenas prácticas que sobre este tema se vienen trabajando a nivel hemisférico, y el papel central que jugará la tecnología en el fortalecimiento de la democracia.

Un primer aprendizaje que nos llamó la atención fue la alta aceptabilidad que existe en los distintos países de la región del concepto de promover y contar con un Gobierno Abierto, articulado, con herramientas tecnológicas con fines cívicos en los que se comparta información, factor que promueve a su vez una ciudadanía más conectada e interesada en lo público que reafirma la necesidad de gobiernos más receptivos a los aportes ciudadanos.

Este tema ha evolucionado casi con la misma rapidez que lo hace la tecnología. Hoy a pesar de lo que muchos creen, el Open Data ya no es suficiente ni es lo más avanzando. Actualmente, nos encontramos ante experiencias que trascienden la lógica de apertura de datos en términos del simple acceso a la información -los cuales se limitan a publicar series de datos-. En contra parte, han empezado a surgir iniciativas generadas desde la sociedad civil y los sectores no gubernamentales, donde el gobierno participa como un aliado en la construcción de soluciones colectivas basadas en el análisis y estudio de la información disponible.

Estas nuevas lógicas buscan romper con el tradicional papel del Estado, hacia un modelo en el cual este se convierte en un prestador de servicios de calidad hacia la ciudadanía; promoviendo un acercamiento efectivo entre la sociedad civil, el sector privado y los gobiernos, que utiliza la tecnología para invitar a las personas a consumir la información, e incluso a producirla ellos mismos.

Un buen ejemplo de una estrategia de esta naturaleza, es el portal de Energía Abierta del gobierno de Chile, el que cuenta con una interface de estadísticas fácil y amigable de explorar, incluso a nivel georreferenciado. Este espacio permite observar visualizaciones interactivas sobre los precios de los combustibles a nivel local, el estado de la autonomía energética del país y otros indicadores sobre la producción y demanda de energía por sectores que ayudan a la ciudadanía a informarse sobre un sector, que para el caso chileno, es el que impulsa el empleo, las exportaciones y el crecimiento económico.

Portales como el de Energía Abierta, son sobretodo un insumo para que académicos, estudiantes y periodistas utilicen la información para realizar estudios, análisis y reportajes dirigidos al resto de la sociedad, generando un debate informado en sociedades donde la desinformación frecuentemente prevalece.

Un referente interesante de otro país que se enmarca en esta dirección, es el portal del gobierno municipal Decide Madrid, dirigido a una ciudadanía informada e interesada en involucrarse en lo público. Este caso puntual integra datos abiertos, información sobre transparencia del gobierno municipal, y un espacio dedicado en donde el ciudadano puede involucrarse en la construcción de procesos participativos, debates del ayuntamiento y puede votar sobre proyectos de ley que estén siendo tramitados en el legislativo local. Este es un ejemplo del tipo de participación que se fomenta desde esta iniciativa.

Vale la pena resaltar también el pilar de “sociedad de la información” que se encuentra dentro de la estrategia de gobierno abierto del Uruguay, un lineamiento de política que pretende acercar al país a una tendencia internacional de masificación de los medios digitales para mejorar la calidad de vida de las personas. La idea de este concepto es que “todas las personas puedan consultar, utilizar y compartir la información y el conocimiento, para que puedan emplear plenamente sus posibilidades en la promoción de su desarrollo y en la mejora de la calidad de vida”. Esta iniciativa del gobierno uruguayo recoge los beneficios de portales, como el caso de Energía Abierta y Decide Madrid, para generar una revolución en la forma como funciona la democracia representativa en una era digital.

Todo este panorama es una gran oportunidad para Colombia, en donde hay mucho por hacer en este campo, si se quiere dar el salto hacia una ciudadanía digital. Es necesario tener la claridad que las herramientas tecnológicas cívicas no son un fin en sí mismas, son instrumentos que nos facilitan alcanzar los ambiciosos objetivos que nos proponemos para lograr un verdadero involucramiento ciudadano con gobiernos participativos y alineados a las verdaderas necesidades de las personas.

Si quieres profundizar otros ejemplos de cómo crear una Ciudadanía Digital, te invitamos a escuchar esta charla de TED ¿Cómo actualizar la democracia para la era de Internet?, por Pia Mancini.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/angela-escallon-ciudadania-digital-una-oportunidad-por-explorar-y-trabajar-en-colombia/

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Llevando la universidad al colegio: Un paso hacia la pertinencia en la educación

23 de diciembre de 2016 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Ángela Escallón Emiliani

Una de las claves para acelerar la movilidad social y el desarrollo social y económico en el país, yace en la articulación entre la oferta del sector educativo y la demanda del mercado laboral.

El objetivo de esta articulación está en lograr que exista una conexión pertinente entre las necesidades y demandas  del mundo del trabajo y la respuesta que genere el sistema educativo a estas. Por ello, en este artículo presentaremos los desafíos y oportunidades que hemos identificado a través de una iniciativa de la Fundación Luker y la Fundación Corona en alianza con otras organizaciones públicas y privadas.

Hoy por hoy, los desafíos a los que se enfrentan los jóvenes en la ruta de la educación al empleo son bastantes retadores. Como lo mencionamos en el artículo “Una ruta que no debe correr a la suerte”, son muchos los jóvenes colombianos los que se encuentran con enormes dificultades en la transición a la educación superior ya sea por razones económicas o incluso por vacíos en sus conocimientos que les impiden aprobar las pruebas de acceso. De cada 100 niños, 39 se graduaran de bachillerato y tan sólo 11 llegan a la educación superior (Datos al Tablero).

Según el Ministerio de Educación en el país, anualmente 2’500.000 personas ingresan a estudiar carreras profesionales y técnicas, sin embargo hay una tasa de deserción en la educación superior del 9.3%; estas distintas cifras prenden la alarma sobre la dificultad en la elección de carrera y formación de proyecto de vida de los estudiantes en Colombia.

Es común ver que cuando los jóvenes seleccionan los programas de educación superior lo hacen según la experiencia de familiares o amigos, sin conocer la demanda de esa carrera en el mercado laboral y su realidad en el mundo del trabajo; lo que luego les dificultará la consecución y permanencia en un empleo estable y formal por la falta de pertinencia en su elección. La necesidad de fortalecer los programas de Orientación Socio Ocupacional es un tema que permanentemente estamos planteando.

Lo anterior no es solo problema de los estudiantes y de las instituciones de formación, es también un tema que concierne a las empresas al no tener una comunicación directa y actualizada con la academia que les permita informar constantemente sobre las vacantes y competencias que necesita o aquellas que requerirá en el futuro. De allí que, cuando los empresarios buscan empleados tienen altas dificultades para encontrar el personal idóneo que requiere la vacante. En la mayoría de los casos debido a que no sólo no cuentan con las competencias laborales especificas sino porque tampoco cuentan con las competencias laborales generales o habilidades para la vida que requiere el cargo.

Todos estos desafíos que mencionamos indican la importancia de generar procesos educativos donde la oferta de cursos sea construida con base en las necesidades del mercado laboral local y nacional. Es fundamental que en los procesos de formación se refuerce la enseñanza de habilidades generales laborales para asegurar el tránsito de la educación superior al mundo laboral de manera sostenible y duradera.

Además, debe haber por parte de las instituciones educativas, una responsabilidad por brindar orientación socio ocupacional  a los estudiantes o al menos informarlos sobre las carreras disponibles y que tienen proyección, las oportunidades de empleo y las necesidades de la región  para que su decisión frente a la educación superior, les facilite su inserción al mundo laboral y su movilidad social.

Esta relación disruptiva entre la educación y la empresa requiere de estrategias integrales que permitan hacer frente a este grande desafío. Para ello la Fundación Luker en asocio con la Secretaria de Educación, la Fundación Corona y otros socios regionales de la ciudad de Manizales lanzaron en 2014 el programa Universidad en Tu Colegio que pretende llenar los vacíos mencionados anteriormente.

Universidad en Tu Colegio (UTC) tiene presencia en 16 colegios de Manizales -40% del total de la ciudad- y tiene como objetivo realizar una formación fundamentada en la articulación de la educación media técnica académica, con posibilidad de continuar con la tecnológica, mediante la oferta de programas pertinentes a la demanda laboral de la ciudad de Manizales.


¿Cómo articulamos la educación media con la superior desde UTC?

Todos los colegios donde se ofrece Universidad en Tu Colegio, cuentan con la metodología de Escuela Activa Urbana, la cual promueve la enseñanza de habilidades para la vida a través de la formación de estudiantes participativos, colaborativos, responsables, creativos, críticos, tolerantes, autónomos y protagonistas de su proceso de aprendizaje a través de estrategias vivenciales promoviendo un nuevo rol del docente, como orientador y facilitador.

Este programa, como su nombre lo dice, lleva la universidad al colegio partiendo de un estudio de demanda laboral para escoger los 21 programas que se ofrecen, de forma tal que sean previamente validados por los sectores productivos en sus demandas actuales y futuras.

Cinco universidades y un centro de formación para el trabajo de la ciudad son los socios en esta propuesta que busca  facilitar el acceso y la permanencia desde noveno y ofrecer un plan de vida a los estudiantes. En  grado 10º, los estudiantes tienen la posibilidad de estudiar en las tardes, sin ningún costo, uno de los diversos programas que se ofrecen de técnico laboral o profesional, mientras continúan con su educación media. Dos años más tarde, estos estudiantes no solo obtienen su cartón de bachiller, sino que también son técnicos profesionales con la posibilidad de continuar formándose como tecnólogos.

UTC es una clara apuesta para reducir las brechas existentes entre la formación y el acceso, debido a que su operación busca generar mayores oportunidades que favorezcan la empleabilidad de jóvenes de Manizales.

De manera adicional, evidencia que es posible articular la educación media con la superior con base en los requerimientos del mercado laboral, generando pertinencia, y adicionalmente, formando en competencias laborales generales y teniendo como horizonte el desarrollo y la movilidad social de los beneficiarios.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/angela-escallon-llevando-la-universidad-al-colegio-un-paso-hacia-la-pertinencia-en-la-educacion/

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