Page 1 of 3
1 2 3

Educar y transformar

La educación en México durante décadas, si es que no siglos, ha tenido un currículo colonizado, con ausencia de nuestra esencia, lo que ha sido evidente, ya que la permanencia de los resabios coloniales en la enseñanza se refleja en la mira puesta en Occidente como eje del saber. El proceso descolonizador requiere de la producción de saberes propios, comunitarios, sin negar lo universal, se trata de hacer universal los saberes originarios. Se requiere tomar las ideas y expresar las nuestras, y por ello debemos cuestionar ¿cuándo hablaremos de nuestra historia y filosofía latinoamericana y caribeña en las aulas escolares?

Entre otros pensadores, Leopoldo Zea integró un conjunto de reflexiones que dieron forma a lo que hoy reconocemos como filosofía latinoamericana. Sus esfuerzos se encaminaron a la articulación de los saberes, las ideas y los proyectos de unidad, integración, identidad e historia que expresan la cultura y la cotidianeidad en los países latinoamericanos y caribeños. Zea es impulsor de la lucha por el reconocimiento de nuestra filosofía e historia como corrientes del saber universal.

La negación continua de la filosofía latinoamericana y la enseñanza colonizada de su historia, siguen presentes en muchos de los llamados “centros del saber”, que reproducen la advertencia que José Martí escribiera en su ensayo Nuestra América al referirse a la burla del arrogante adinerado que se mofa del humilde campesino, pero olvida que las manos morenas y llagadas del sencillo son las mismas que cultivan las praderas para que abunde el alimento en su mesa costosa y extranjera. Así, la historia y filosofía latinoamericana son la esencia que florece de las entrañas de los suelos en la geografía marcada por el nosotros.

Tras la implementación del neoliberalismo en México y América Latina, la educación sufrió alteraciones en sus objetivos formativos y de contenido, los valores del capitalismo incrementaron el individualismo, la falta del pensamiento crítico y la desvinculación con la historia latinoamericana y caribeña. Se buscó deshacer la identidad y recolonizar al ser para extender la dominación depredadora que despoja, explota y niega la diversidad cultural. Es por ello que la educación necesita mayor compromiso, educar no es solo transmitir conocimientos, educar es tocar el alma para transformarla, las instituciones dicen educar, pero muchas quieren encajar en moldes lo que siempre ha sido diverso, la educación es libertad, tal y como lo demuestra la larga tradición pedagógica latinoamericana y caribeña emanada del quehacer de mujeres y hombres comprometidos con la humanidad.

Nuestra América ha tenido que explicarse a sí misma para reconocerse y ser reconocida, el neocolonialismo imperial sigue negando su existencia, la opresión es también una idea implantada en la colectividad que se materializa, enseñar nuestra historia y filosofía es la mejor respuesta contra la hegemonía occidental. Es resistencia en el campo de las ideas frente a la cultura que se asume como “superior”, el crisol nuestro es diverso como lo es la realidad. La enseñanza debe ser el eje de la transformación, la cultura es el camino para renovar la esencia humana, la utopía de un mundo mejor es aún realizable. La historia y la filosofía latinoamericana y caribeña se asumen también como instrumento para la emancipación de nuestros pueblos.

Hoy vivimos tiempos urgentes, los procesos geopolíticos nos advierten sobre la necesidad de regresar al humanismo, de encontrar en las tradiciones pedagógicas libertarias, como la de Paulo Freire y muchas otras, las bases que impulsen transformaciones reales, no sólo en el currículo, sino en la realidad concreta, pues la palabra sin sustento se desvanece con el viento. La Nueva Escuela Mexicana tiene bases filosóficas que, superando las contradicciones, pueden contribuir a la generación de nuevos saberes y al replanteamiento de para qué sirve la educación en sociedades desiguales y en países cuyas laceraciones socioeconómicas siguen presentes.

En todo caso, la educación es la base de toda transformación y se sustenta con el replanteamiento de los procesos formativos de los seres humanos, reconociendo la diversidad, pluralidad, multiculturalismo e impulsando el humanismo, pero también mejorando las condiciones materiales de existencia, pues no se trata de idealismo, sino de forjar la transformación con bases filosóficas reales y acordes a nuestras condiciones identitarias como mexicanos, latinoamericanos, caribeños y seres humanos.

Fuente de la información:  https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: LinkedIn

Comparte este contenido:

Israel: ocupación ilegal y genocida

En días pasados, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), máximo órgano judicial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dictaminó que la ocupación que realiza Israel de los territorios de Palestina en zonas como Gaza, Cisjordania y Jerusalén, es absolutamente ilegal y viola los convenios y tratados del Derecho Internacional, por lo que debe cesar la invasión y la ocupación violenta del Gobierno sionista: La importancia de este dictamen -aunque no sea vinculante y tampoco sea desconocida su resolución- radica en que se suma a la fundamentación legal y moral de los reclamos del pueblo y la nación palestina ante el recrudecimiento del genocidio que sufre bajo el asedio y la irracional política de muerte que hoy ejecuta Benjamín Netanyahu con el apoyo irrestricto del imperialismo estadounidense.

Israel ha violado todo tratado y convenio internacional en relación a Palestina, además, el asedio inhumano que ejerce sobre la población palestina ha llegado a grados impensables, sólo comparables con los crímenes que el mismo pueblo israelí sufrió bajo el asedio Nazi, y de esto muchas voces a lo largo de las décadas lo han advertido, siendo una de ellas la de Sigmund Freud, pero, en todo caso, la realidad es que la nación que fuera víctima se convirtió en aquello que combatió alguna vez; una transformación política e ideológica que no es nueva, pero que sí ha tomado matices en alto grado de cinismo que ya resulta una burla a la razón humana.

Netanyahu, primer ministro israelí, tras el dictamen de la CIJ, expresó que la resolución está basada en “mentiras” y que Israel “no comete delito alguno”, eso, al tiempo en que realizó una visita provocadora a una parte de los territorios ocupados, donde la destrucción por los bombardeos y los ataques terrestre es mayor, y donde la población palestina sobrevive a duras penas. Ya se han señalado las medidas genocidas que Israel realiza, como el bloqueo de la ayuda humanitaria, el bombardeo de los campamentos de refugiados, la destrucción de hospitales, escuelas y patrimonio cultural palestino, lo que ha generado hambrunas y la proliferación de enfermedades que en otras circunstancias serían controlables, siendo esta situación señalada por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Pero, a todo esto, hay que sumarle la manera en que los sionistas usan la distribución del agua como un arma de guerra, pues de manera vil Israel restringe en más de un 94 por ciento el suministro del vital líquido, esto último se ha documentado en el informe “Water War Crimes” (Crímenes de guerra de agua), que público Oxfam Intermón. ¿Qué más tiene que hacer Israel y qué más debe acontecer en este genocidio inhumano para que por fin se intervenga por parte de la ONU y demás organismos internacionales y se detenga de forma inmediata este crimen de lesa humanidad?

En este contexto, Israel ha bombardeado territorios de Yemen en días pasados y, ahora, también lo han hecho los ejércitos de los Estados Unidos y del Reino Unido, estos ataques a Yemen son más que provocativos, y está claro que sólo al imperialismo estadounidense y a sus aliados les interesa expandir el conflicto en Medio Oriente, pues en el fondo con estas acciones no se busca la paz ni la desaparición del “terrorismo” –que dicho de paso sólo desaparecerá cuando el imperialismo deje de subvencionar grupos terroristas y de fomentar la guerra-, sino el involucramiento de más naciones y el estallido de una guerra a gran escala. La disputa por el control geopolítico de las regiones del mundo suele disfrazarse de “acciones estratégicas para la paz”, sólo a Occidente le interesa una guerra cuyos efectos serían devastadores para los pueblos del orbe.

El dictamen de la CIJ y la reiteración de la ilegalidad de la ocupación sionista-israelí de territorios palestinos debe servir para unificar más las voces que claman el fin del genocidio y de la ocupación, y para ejercer presión a los gobiernos del mundo a dejar a un lado sus intereses particulares, sumándose a la presión contra Israel y así participando en la urgente causa de la humanidad. ¡Palestina será libre!

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

Comparte este contenido:

Julio Cortázar: letras y debates

Por: Cristóbal León Campos

Era un día gris en París, cuando Julio Cortázar falleció el 12 de febrero de 1984, hace ya 40 años.

Una enfermedad hasta entonces desconocida fue carcomiendo su salud, como expone Cristina Peri Rossi en su hermoso relato de complicidad que escribió sobre la muerte de su amigo, “Julio Cortázar y Cris” (2014).

Cortázar es una de las figuras emblemáticas de la literatura nuestraamericana, suscrito por los críticos al llamado boom latinoamericano, del cual siempre fue un crítico por su determinación bajo concepciones europeizantes como reflejo de un colonialismo cultural que denunció en muchas ocasiones, y que hasta hoy representa un peso en el mundo intelectual. Pero, también, el propio Julio celebró la trascendencia de ese boom que significó el reconocimiento de que en Latinoamérica se generaba y genera literatura de alto nivel y cuya importancia radica, en principio, en el hecho de que deja manifiesta la busqueda permanente de identidad y sentido al ser y la conciencia de nuestra región del mundo, significada por sus valores propios y no impuestos como se pretendió por mucho tiempo.

En ese sentido, y retomando elementos fundamentales de su quehacer intelectual como escritor comprometido –cuya definición le significó álgidos debates-, Cortázar afirmó, en una entrevista recién publicada en español realizada en enero de 1976, sobre el proceso de concientización cultural y política que se vivió entre las y los escritores latinoamericanos que: “este proceso de toma de conciencia de tipo revolucionario, de sentimiento de identidad latinoamericana, fue doble: por un lado, los escritores estaban preparándose[…]; asimismos, había un público esperando la manifestación de lo que sentía. Entre estos dos elementos, surgió un paralelismo. En todo caso, pienso que el boom es un hecho revolucionario y, además, tenemos pruebas de ello: cuando yo era joven, en América Latina se leía en última instancia a los autores latinoamericanos, porque todos los adolescentes leíamos a los autores extranjeros, casi siempre traducidos. Ahora ocurre todo lo contrario: los latinoamericanos leen a los escritores locales y sólo después a los extranjeros” (La Jornada Semanal, 11/2/2024).

Esa concientización sobre lo nuestro como una forma de liberación y, a la vez, de fortalecimiento identitario, significó también el involucramiento de Cortázar en procesos emancipatorios como la Revolución cubana y la Revolución sandinista, además de su reconocimiento del socialismo como la vía al bienestar humano, siendo una de las voces críticas que denunció los crímenes contra la humanidad cometidos por el imperialismo estadounidense y el colonialismo de las potencias europeas, sobre todo en lo referente al colonialismo cultural del que fue víctima por la censura de sus obras durante la dictadura argentina, sucesos sobre los que dijo: “escuchamos testimonios angustiantes y horrendos sobre la maquinaría de perpetración cultural por parte del imperialismo estadunidense en América Latina; tenemos pruebas de cómo este país trata de imponer (y a veces lo logra) sus propios modelos en la cultura latinoamericana, y esto gracias a fundaciones, inversiones y programas de cooperación. Estas son las cosas que el escritor latinoamericano tiene que enfrentar y combatir” (La Jornada Semanal, 11/2/2024).

Así, Cortázar dejó, a través de su vasta obra y de sus actos, un legado de escritor comprometido que hizo de la literatura su metralleta y “arma de trabajo y de lucha”. Hoy, a cuarenta años de su partida, muchas de sus letras y debates siguen vigentes y más urgentes…

Comparte este contenido:

Cortázar y el ser latinoamericano

Por Cristóbal León Campos

Unas horas atrás, finalicé la lectura de una entrevista que le realizará Rosa Montero a Julio Cortázar en 1982, el texto vio la luz originalmente en el periódico El País, y ahora forma parte del libro El arte de la entrevista (2019), donde se reúne la evolución periodística y como entrevistadora de la escritora española.

En la conversación dos años antes de la muerte de Cortázar, entre varios tópicos, uno de los temas que resalta es el relativo al exilio del escritor argentino en París, Francia, debido a que fue en esa ciudad en la que dio vida a sus más célebres obras como Rayuela (1963), cuya esencia parisina se respira en cada página. Pero, al mismo tiempo, es en su escritura donde se reafirma lo que Julio aseverara ante el cuestionamiento de Montero sobre sus razones para dejar su patria: “yo creo que me volví más argentino estando en París, porque allí descubrí algo que los argentinos, en general, no saben, y fue el hecho de ser latinoamericano”.

La respuesta de Cortázar no sorprende si recordamos que años antes, el 10 de mayo de 1967, escribió una carta al escritor cubano Roberto Fernández Retamar, que se publicó en el número 45 de la Revista Casa de las Américas, donde el cronopio mayor reflexionó sobre su papel como intelectual y la transformación que vivió como persona y escritor al acercarse a procesos revolucionarios como el de Cuba, triunfante en 1959, y, posteriormente, al de Nicaragua, con la llegada al poder de los sandinistas en 1979. Así, Julio narrándole a su amigo, afirma que: “Cuando digo que aquí [París] me fue dado descubrir mi condición de latinoamericano, indico tan sólo una de las consecuencias de una evolución más compleja y abierta”.

La sinceridad y ese juego entre sarcástico y fantasioso que caracterizó a Cortázar, se puede percibir en las formas que utiliza para abordar las preguntas de Montero, ese diálogo contribuye también a corroborar el sentimiento antidogmático del autor de libros como Historias de cronopios y de famas (1962), Todos los fuegos el fuego (1966) o Nicaragua tan violentamente dulce(1983). Esas mismas posturas, le valieron una serie de murmuraciones y descalificaciones de algunos críticos que, junto a grupos políticos, vieron en la postura reivindicativa del ser latinoamericano que Julio asumió ya radicado en París, una “falsa actitud”, ya que se le cuestionó que sus reflexiones sobre la realidad de América Latina las realizara desde el continente europeo.

Estas injurias llevaron a Cortázar a sostener infinitos debates con sus críticos, de los que se puede extraer la verdad inobjetable de que el compromiso intelectual con las causas de los desposeídos no puede tener lugar de residencia, sino que debe desarrollarse en cualquier parte del mundo, sin importar el lugar de origen de quien suscribe a favor de la justicia. Lo anterior, lo comprendió bien Julio, y esa es la esencia de su autoevaluación como intelectual que se puede leer en los documentos aquí referidos.

En el último párrafo de su carta a Retamar, Cortázar afirma que: “Estoy convencido de que sólo la obra de aquellos intelectuales que respondan a esa pulsión y a esa rebeldía se encarnará en las conciencias de los pueblos y justificará con su acción presente y futura este oficio de escribir para el que hemos nacido”. La comprensión de su papel como ser e intelectual latinoamericano, llevó a Julio Cortázar a despertar consciencias y afrontar tormentas a favor de la humanidad hasta el fin de sus días.

Comparte este contenido:

Ayotzinapa y la “justicia” cómplice

Ayotzinapa y la “justicia” cómplice

 

Fuentes: Rebelión

Muy lamentable resulta comprobar, otra vez, que buena parte del Poder Judicial a nivel federal forma parte de la complicidad corrupta e inhumana que pretende perpetuar en un manto de impunidad el Crimen de Estado ya reconocido, respecto a la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

La decisión de la jueza de distrito Yazmín Eréndira Ruiz de otorgar la suspensión definitiva al ex titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, relativa a su vinculación a proceso por los delitos de tortura, contra la procuración de justicia y desaparición forzada, relacionados con el caso Ayotzinapa, es otro granito de la montaña de cinismo que desde del 26 de septiembre tiene a la nación en vilo respecto a la falta de justicia, si ya desde esa trágica noche se sabía que los hechos respondían a un Crimen de Estado, ahora está más que claro que la red de intereses sigue vigente y continúa por todos los medios encubriendo la verdad y tratando de desvirtuar los esfuerzos reales que se efectúan por esclarecer los hechos. En otras palabras, nadie puede seguir jugando a dudar sobre la violencia de lesa humanidad cometida por los tres órdenes de gobierno con la participación abierta de las Fuerzas Armadas de México sobre los 43 normalistas y sus familiares. Hoy, más de ocho años después, falta mucho para terminar de limpiar las instituciones y dependencias de gobierno de la podredumbre moral, ética y social que la lógica capitalista ha instaurado a través de grupos políticos en las esferas más altas del poder y la “justicia” en nuestra nación.

Aunque la suspensión de la vinculación a proceso de Murillo no significa su liberación inmediata por la posibilidad de impugnación de la decisión por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), el hecho significa, de manera inmediata, un retraso en las investigaciones que otorga tiempo a los grupos que pretenden la impunidad de formular nuevas estrategias de interferencia, además, hay que sumar a esta acción, la gravísima filtración de información publicada en algunos medios nacionales, poniendo en riesgo buena parte de las actuales líneas de indagación, todo, en un contexto de exacerbación política entre grupos y partidos que únicamente beneficia a los intereses privados, dejando de lado las necesidades urgentes populares como es el esclarecimiento pleno del caso Ayotzinapa.

Ahora, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha realizado una denuncia sobre la evidente intromisión de la Fiscalía y el Ejército de México que con las acciones ya mencionadas y otras obstruyen las investigaciones sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, este mismo grupo, ya había hecho público desde marzo pasado, un documento donde señala que el Ejército espió a los involucrados en el caso, tanto criminales como autoridades y familiares, sumado a esto el hecho de la comprobada infiltración de al menos un elemento de las fuerzas armadas entre los normalistas tiempo antes de su desaparición.

No es difícil –si se quiere- ver lo obvio, el caso Ayotzinapa está rodeado de los más oscuros intereses de grupos políticos, militares y económicos que no desean se conozca la verdad, encubriendo su propia participación como la de otros actores aún pendientes de ser juzgados como el ex presidente Enrique Peña Nieto. Un sector amplio de la “justicia” es cómplice de la más vil impunidad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/ayotzinapa-y-la-justicia-complice/

 

Comparte este contenido:

Paulo Freire y acto de leer

Para Freire, el actor de leer, es un ejercicio de la libertad humana.

La obra del pedagogo brasileño Paulo Freire abarca un gran número de temáticas educativas en las que se vio envuelto, su quehacer transformador lo llevó a poner en práctica una serie de preceptos que reflexionó con el paso de los años, sus propuestas buscaron siempre el sustento en la realidad, a partir de ella ideó el cambio social de la mano de su principal planteamiento pedagógico que conocemos como Educación Popular.

Entre sus escritos enfocados a la lectura, podemos destacar “La importancia del acto de leer”, una propuesta que originalmente presentó en el Congreso Brasileño de Lectura, realizado en Campinas, Sao Paul, Brasil, en 1981, donde expuso un análisis crítico de lo que se ha entendido como leer. En el documento Freire explica que –bajo su concepción- el acto de leer conlleva tres tiempos: en el primero encontramos al individuo, quien efectúa una lectura previa de las cosas del mundo que lo rodea, se trata del primer contacto con el entorno representado por signos y símbolos, que se manifiestan en los olores, ruidos y sentidos, en las creencias, valores, preferencias y todo tipo de acto humano, siempre con una enorme carga sociocultural dependiendo del lugar en que se habite. Un segundo tiempo se presenta cuando el ser humano realiza la lectura de las palabras escritas previo el proceso de aprendizaje en los sistemas generalmente estandarizados de la educación “formal”. El tercer y último tiempo acontece cuando el ser humana lleva a cabo una relectura y reescritura del mundo que lo rodea, involucrando la conciencia como un elemento activo enfocado a la transformación.

Freire afirma que: “la lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél”. La concepción que presenta el educador latinoamericano se contrapone de manera directa a la mecanización y memorización características del acto de leer entendido como la descripción de los contenidos, careciendo de profundidad al no posibilitar la generación de conocimiento significativo por la falta de un proceso real de interiorización del saber. El autor de “La pedagogía del oprimido” es muy claro al referir que: “la comprensión del texto —afirma— es alcanzada por su lectura crítica, es decir, implica la percepción de relaciones entre el texto y el contexto”. Por ello, el primer tiempo de lectura descrito líneas arriba es fundamental, pues de la conciencia que desarrollamos sobre el mundo, es de donde surgirá nuestra interpretación del mismo.

La enajenación del ser humano sobre su contexto es una de las grandes limitantes para la generación de pensamiento crítico, la lectura memorística únicamente desarticula la posibilidad de cambio, carece de relevancia en este sentido la cantidad de textos utilizados en el estudio, si previamente se ha desactivado la conciencia sobre el entorno en el que el ser humano interactúa, al acontecer lo anterior se desarticula toda relectura y reescritura de la realidad, el ser enajenado únicamente reproduce mecánicamente lo que se le impone.

La salida de la enajenación está para Freire vinculada a la alfabetización, entendida como un acto creador asociado a la conciencia sobre la realidad, la praxis se presenta como idea-acción en el proceso dialéctico, posibilitando al ser humano efectuar una lectura crítica de todo, que en términos generales es para Freire el verdadero acto de leer, tal y como menciona: “la lectura crítica de la realidad, dándose en un proceso de alfabetización o no, y asociada sobre todo a ciertas prácticas claramente políticas de movilización y de organización, puede constituirse en un instrumento para lo que Gramsci llamaría acción contrahegemónica”. Para Freire, el actor de leer, es un ejercicio de la libertad humana.

Comparte este contenido:

El Magisterio: un sujeto revolucionario

El Magisterio: un sujeto revolucionario

Por Cristóbal León Campos

A las maestras y maestros de Yucatán

I

El 3 de diciembre de 1917, durante el gobierno constitucional de Venustiano Carranza, se instituyó mediante decreto, el 15 de mayo como Día del Maestro, fecha que refiere a la histórica toma de la ciudad de Querétaro, después de varios años de férrea resistencia juarista, con la que se puso fin a la invasión francesa ocurrida durante la segunda mitad del siglo XIX. El simbolismo de la efeméride y el acto, manifiestan en la figura de los maestros y maestras la libertad e independencia de pensamiento que cada día debe cultivarse en los procesos de enseñanza-aprendizaje, además, establece el reconocimiento a la labor educativa de todos los docentes que con su esfuerzo y dedicación, se propusieron contribuir al desarrollo de México y a la superación del oscurantismo al que fue sometida la mayoría de la población hasta antes del triunfo de la Revolución de 1910, teniendo como estandarte la luz del alfabeto, la ciencia y la razón.

La primera celebración en México, tuvo lugar en mayo de 1918, cuya iniciativa habían presentado meses atrás, los diputados Benito Ramírez y Enrique Viesca Lobatón, con el fin de establecer a nivel nacional una fiesta cívica en reconocimiento a los maestros y maestras, que ya para entonces, eran uno de los grupos sociales más influyentes en el país, por sus destacadas participaciones en la formulación de las leyes constitucionales y su papel eminentemente revolucionario a favor de los desposeídos. En Yucatán, el Día del Maestro fue decretado el 6 de junio de 1918, por el gobernador Carlos Castro Morales, y celebrado por vez primera el 15 de mayo de 1919, en medio de la efervescencia revolucionaria que el Estado vivía.

II

En cada nación se celebra a los maestros y maestras en un día en particular, para el caso especifico de Latinoamérica, en 1943 la Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas, efectuada en Panamá, decretó el 11 de septiembre como Día del Maestro para todo el continente americano en concordancia y homenaje al fallecimiento del escritor y político argentino Domingo Faustino Sarmiento, y de igual forma para reconocer la labor que realiza el magisterio latinoamericano todos días en las escuelas y en los lugares de enseñanza.

En 1994, la UNESCO instituyó el 5 de octubre como el Día Mundial de los Docentes, siguiendo la Recomendación conjunta de la OIT y la UNESCO relativa a la situación del personal docente aprobada en París, Francia, el 5 de octubre de 1966. Este documento establece los derechos y las responsabilidades de los docentes, las normas internacionales para su capacitación inicial y su formación, estipula condiciones para su contratación, empleo, enseñanza y aprendizaje. Incluye recomendaciones sobre la participación de los docentes en las decisiones relativas a la educación mediante la consulta y la negociación con las autoridades educativas. Se considera que el documento constituye una importante directriz para promover la condición del personal docente en aras de una educación de calidad. Años después, en 1997, fue aprobada la Recomendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de enseñanza superior, con el fin de sugerir una serie de prácticas que abarcan a todo el personal docente de la enseñanza superior, reconociendo sus necesidades específicas y complementando la Recomendación de 1966.

III

La característica de memorable que hoy en día tienen los profesores y profesoras de Yucatán, es sin duda, el resultado de una larga historia de esfuerzo y entrega que inicia en los instantes mismos en que se instituyó nuestra nación. La educación y sus actores han estado presentes en cada discusión, en cada proyecto sin importar sus connotaciones políticas, la educación y sus actores han establecido las bases de lo que hoy somos, y en particular en Yucatán, de lo que como grupo social representa el dedicarse a contribuir a la formación de ciudadanos que contribuyan al bienestar social y al desarrollo de nuestro Estado. La memoria y el patrimonio de la educación son los testigos fieles de esa entrega y esa pasión que ha despertado por siglos la idea de qué se debe ensenar y cómo debe hacerse. Los edificios, las fotografías, los objetos pedagógicos, los documentos y libros, las cartas, oficios y de más impresos resguardados nos permiten contribuir a reconstruir esos procesos, discusiones y proyectos que dieron forma a una historia vasta, que hoy otorga un lugar especial al Magisterio Yucateco en todo el país.

La educación es un amplio movimiento cultural, cuyas expresiones pedagógicas, educativas e históricas, nos hablan de uno de los sectores sociales más influyentes desde el siglo XIX, la evocación del magisterio es en muchos sentidos, el repaso de momentos determinantes de la formación de la nación mexicana. El magisterio, su conformación y aportaciones son vitales para la compresión del México actual. El surgimiento de las instituciones dedicadas a formar docentes, en los ámbitos urbano y rural, se expresan de diversas formas, teniendo puntos comunes a través de los planes de estudio y el ideal educativo, cada una de las escuelas normales, tiene en su legado, períodos gloriosos y coyunturas de crisis, hechos que concatenan los ámbitos políticos, sociales, económicos y culturales, son sin duda, un claro reflejo de la vida en el país. Las políticas educativas, las reformas, la manera de concebir la educación, las ideologías y los valores gubernamentales, están directamente relacionados con el quehacer magistral, ninguna institución en México manifiesta mejor los diferentes intereses entrecruzados que el sistema educativo.

IV

El normalismo se ha interpretado de diferentes formas, sus manifestaciones se particularizan en cada centro escolar, en cada ciudad o comunidad rural que alberga una escuela normal, el normalismo es la praxis generacional de hombres y mujeres dedicados a dar su vida por la enseñanza, el maestro es el actor primordial en el proceso educativo, ellos son los pilares de una historia que aún sigue escribiéndose, son la fuerza que contribuye al desarrollo de la nación. El normalismo es un movimiento social con marcadas expresiones históricas a lo largo y ancho de toda la República mexicana y, desde luego, en cada estado que la compone hay una reminiscencia por rescatar.

El magisterio afronta a diario el reto de hacer patente su misión, transmitir enseñanzas a la infancia y juventud mexicana, las condiciones cambian en cada región, deben enfrentar la pobreza extrema, andar senderos interminables todos los días para poder llegar a sus centros de trabajo, son las mujeres y hombres dedicadas a este apostolado los que a su cargo tienen en muchos sentidos el futuro de la nación, del tipo de ciudadanos que se formen dependerá el porvenir. Sus historias, semejantes y contradictorias, cercanas, pero con marcadas particularidades, nos dan muestra del papel primordial del profesor en las comunidades, en la cultura y en la sociedad, su figura, descuella y se registra como un generador de transformaciones sociales.

V

El destacado papel que tiene el magisterio en la sociedad y en las transformaciones del país es de valorarse, no sólo como un hecho histórico, sino como la muestra de la importancia de quienes tienen a su cargo la formación de las nuevas generaciones mediante la entrega de su esfuerzo y vocación. Conservar la memoria, difundirla e incrementarla es una indispensable labor y responsabilidad que recae en cada uno de nosotros, la sociedad yucateca se ha nutrido de los saberes y de las acciones del magisterio, reconocer su papel es fundamental para el bienestar social del Estado y de nuestro México.

Al celebrarse el Día del Maestro, levantamos la voz para reconocer al magisterio como un sujeto revolucionario que contribuye a la transformación social y a la superación de muchos de los males que nos aquejan en la actualidad, su empeño impulsa la conciencia y el progreso, son los maestros y maestras quienes tienen en sus manos la lucha contra la ignorancia y la desigualdad social, asimismo, levantamos la voz, para exigir respeto pleno de la dignidad humana y de los derechos laborales de todo el magisterio de México y del mundo.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/el-magisterio-un-sujeto-revolucionario/

Comparte este contenido:
Page 1 of 3
1 2 3