Por: Carlos Ruiz González.
Hace poco escuche una entrevista con Marcus Dantus, el CEO de Start Up México, SUM (1), en la que le preguntaban si en México podía ‘prender’ la innovación.
Marcus, con seguridad y aplomo, afirmó que sí, que en México hay mucha capacidad de improvisar y mucha creatividad, pero que hay que encauzarla enseñando a los jóvenes a ser innovadores y a emprender.
Los jóvenes y la innovación. Existe una característica que es común a los innovadores y a los jóvenes: la inconformidad. Los jóvenes son en su mayoría idealistas. Se cuestionan el mundo en el que viven, no lo encuentran satisfactorio y esto les genera inconformidad. Lo mismo sucede con los innovadores. Ven las cosas como son, pero no les satisfacen y, por ello, se dedican a transformar la realidad para obtener mejores resultados a través de nuevos productos, servicios y hasta de diferentes maneras de hacer las cosas (podríamos decir nuevos modelos de negocio).
Sí, la innovación está “de moda”. Todos queremos ser mejores, más sanos, más eficaces y más estudiosos. Todos queremos gastar menos o gastar mejor, y aprovechar mejor el tiempo. En resumen, queremos ser mejores. Para lograrlo, tendríamos que hacer las cosas diferentes a lo que habitualmente hacemos, es decir, poner en práctica la innovación para lograr hacer las cosas mejor, más eficientes o con mayor calidad.
No se trata de ser creativo, es más, no basta con ser creativo. También hay que ser innovador. Aquí cabe señalar la diferencia entre creatividad e innovación. La primera tiene que ver con generación de ideas, con tener visiones nuevas, distintas y con explorar más posibilidades. Es tratar de pensar diferente y tomar otros enfoques. En resumen, creatividad es ‘parir’ ideas.
Sin embargo, la sola creatividad no lleva a la concreción. Innovar es precisamente concretar esas ideas, hacerlas realidad, conceptualizarlas y llevarlas a cabo. Entonces, la innovación no se trata sólo de creatividad, sino de lograr lo que la creatividad propone.
Muchos de los innovadores famosos como Steve Jobs de Apple, Jeff Bezos de Amazon o los jóvenes hermanos Servitje en la década de los 40, al iniciar lo que llegaría a ser Grupo Bimbo eran precisamente jóvenes inconformes con el statu quo, con lo establecido. Su inconformidad fue el primer paso, su primer característica común.
Sin embargo, los innovadores no se conformaron con ser solamente inconformes, se atrevieron a desafiar lo establecido y a asumir riesgos para transformar la realidad.
LA PERPETUA BÚSQUEDA DE MEJORAS
Quizá la innovación sea inherente a la naturaleza del ser humano.
Siempre queremos hacer las cosas mejores y estamos dispuestos a modificar o cambiar para aumentar los satisfactores. Los avances en medicina, en ingeniería y en calidad de vida son el producto de mentes innovadoras, insatisfechas con el statu quo.
La característica principal de los empresarios de Henry Ford, de Bill Gates, de los hermanos Servitje es que no estuvieron satisfechos con ese statu quo, y basándose en persistencia, inteligencia, voluntad e ingenio, innovaron para cambiarlo al ofrecer productos innovadores a sus clientes.
La pregunta es ¿cómo lograrlo? El famoso profesor de la Harvard Business School, Clay Christensen (junto con Jeff Dyer y Hal Gregersen) presenta un estudio (2) sobre las habilidades que dominan los innovadores. Reflexionemos sobre ellas, analicemos si podemos entenderlas y aplicarlas para lograr ser mejores. Entender este esquema, que tiene muchos ejemplos que lo sustentan, es el primer paso de aprender a innovar.
(1) Start Up México es el primer campus especializado en emprendimiento del país. Ahí se puede encontrar todo lo necesario para llevar una idea a la realidad. Cuentan con: convocatorias de incubación, tienen productos y servicios para impulsar startups, y tienen un espacio disponible de coworking, y ofrecen eventos y cursos, entre otras diversas actividades diseñadas para la nueva generación de emprendedores en México.
(2) En The Innovator’s DNA: Mastering the Five Skills of Disruptive Innovators, por Clay Christensen Harvard Business Review Press; 1st edition (July 19, 2011), ISBN-13: 978-1422134818
Fuente:
http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/se-aprende-a-innovar-la-importancia-de-la-innovacion-en-la-formacion.html
Imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2017/05/04/590bf2186f730.png