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Pedagogía de la protesta en tiempos de crisis social

Por: David Auris Villegas

Como profesor dedicado a dialogar y negociar constantemente con personas de diversas idiosincrasias, recuerdo que tuve estudiantes, sobre todo los más desfavorecidos de las clases, firmando para echarme de la universidad. Nunca me incomodó. Los escuché y fortalecí dramáticamente mis debilidades pedagógicas, por lo que siempre estoy muy agradecido a esos jóvenes quienes gracias a sus protestas hicieron de mí, un profesor más comprometido.

En ese sentido, las protestas sociales en el Perú y en cualquier parte del mundo, son un llamado pedagógico a la conciencia de los gobernantes desde la voz de los excluidos que siempre son la inmensa mayoría al que fatalmente la clase gobernante los ignora y hacen lo posible por reprimirlos como ahora vemos horrorizados, cuando en realidad deben escucharlos y agradecerlos, porque estas protestas muestran al gobierno sus falencias y desaciertos para optimizar su gestión y realmente gobernar para todos, así como un maestro, desarrolla sus clases con el objetivo de que todos aprendan, sobre todo los menos favorecidos.

Asimismo, protestar es un acto de inconformidad según la Real Academia de la Lengua y es un derecho humano y natural, amparado en la Constitución de nuestro país y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, porque todos tenemos el derecho a la libre expresión y a ser escuchados, sobre todo, tenemos el derecho a una vida plena y es precisamente esa aspiración a una vida mejor la que ha desatado estas justas protestas en el Perú, contra un enceguecido gobierno condenadamente centralizado en la capital.

Pero, protestar no significa vandalismo y denigrar con ridículos adjetivos que aleje a las negociaciones y genere resentimiento y rencor, como decir, “Dina asesina” en alusión a la presidenta de la República o como tildarlos de “terroristas” a los manifestantes que reclaman justicia por calles y plazas, sino que protestar debe ser un acto de marcha democrática con propuestas para mejorar la vida de la ciudadanía, respetando la dignidad humana, las vidas de las personas, los bienes públicos y privados así como lo hizo nuestro mayor pedagogo de la protesta, Mahatma Gandhi.

 Y es en las escuelas, así no aparezca en los planes curriculares como tema, son los maestros y maestras, los grandes tribunos para educar a las sociedades y es tiempo de reemplazar a las marchas clasistas que escinde a la sociedad por las marchas de convivencia que es lo que el mundo de hoy necesita.  Así, ¿Acaso solamente debemos reclamar con marchas al gobierno central?, y, porque no reclamar y hacerle las marchas a las autoridades inmediatas como a los alcaldes y gobiernos regionales, quienes fueron elegidos democráticamente y son ellos quienes deben liderar y gestionar el desarrollo de sus territorios como lo hacen cualquier alcalde de los países desarrollados.

Finalmente, en las escuelas, deben debatirse con rigor académico en los cursos de filosofía y demás temas transversales, la importancia de protestar con respeto como nuestro Derecho fundamental e inculcar a los estudiantes, futuros padres y madres, la predisposición a negociar anteponiendo las razones sobre los intereses particulares, para una armoniosa convivencia buscando un bien común y así evitar la intransigencia de los protagonistas, que muchas veces ocultan intereses políticos perjudicando a las personas más vulnerables como ya lo estamos viendo.

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.

Fotografía: El país

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com

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Pedagogía de la navidad y renacimiento humano

Por: David Auris Villegas

Al leer el título de este artículo, probablemente podrán imaginarse que me refiero al aspecto puramente cognitivo, pero no, me refiero a que nosotros tenemos la oportunidad y el derecho de renacer en los brazos de la maravillosa Navidad, convirtiéndonos en mejores personas a partir de una reflexión consciente y; durante esta fecha, creo que es el momento para deponer nuestras absurdas peleas y odios en esta mágica fiesta, para dar comienzo a una vida que derrame solidaridad y amor que hace tanta falta en nuestro país enfrentado entre peruanos.

Independientemente de nuestras diferentes creencias religiosas, costumbres y más allá de ser la fecha más comercial de la mercadotecnia mundial, donde muestran los más variados adornos, la Navidad es más profunda, ella encierra un bello mensaje pedagógico de amor como la de compartir alegría y una convivencia armoniosa, haciéndonos más amables a partir del nacimiento de Cristo que puede ser nuestro propio nacimiento hacia una vida extraordinaria.

Esta Navidad celebrada a flor de labio, también es un acto pedagógico por la demostración de actitudes, derroche de generosidad rebosante de felicidad basada en el amor y es el punto de encuentro, donde las diferencias desaparecen para dar paso a la alegría que ella nos invita, para ver al mundo más alegre desde las mágicas miradas de las niñas y niños.

En esta narrativa, el espíritu navideño es la bella metáfora de la pedagogía del amor que se desarrolla en cada espacio social, teniendo a la familia como epicentro de encuentro del ecosistema natural del amor.  Esta fiesta es una montaña rusa de emociones, repleta de ilusiones para las niñas y niños de dimensiones indescriptibles en torno a la celebración del nacimiento simbólico del niño Jesús y, al mismo tiempo nos invita a renacer hacia una vida extraordinaria en busca de la felicidad.

Naturalmente la Navidad es una fecha ideal para fortalecer el amor de los niños y niñas hacia los demás, en función de su edad escolar, por ejemplo, las maestras y maestros junto a los niños pueden visitar, llevando regalos y alegría a los asilos de ancianos, orfelinatos de niños huérfanos y a los hospitales, con el objetivo de desarrollar en ellos, la empatía y la solidaridad como claves para la convivencia de hoy.

Asimismo, acaso es el momento de perdonar, pero antes, perdonémonos a nosotros mismos para ser más libres y empezar a transitar por los espacios de la reconciliación y gratitud para con los demás, ya que la Navidad encierra el increíble poder de sensibilizar nuestros más profundos sentimientos.

Sin embargo, ¿Navidad es sólo celebración, alegría, abundante comida, regalos y amor familiar? Creo que es algo más. Veamos la otra cara de la medalla: ¿Qué será de los huérfanos, los niños enfermos, los niños dementes, los niños abandonados, los niños pobres o aquellos solitarios que no tienen familia? Afrontar esta realidad, es nuestro gran desafío mundial, aunque honestamente creo que ya estamos haciendo un mundo mejor evitando causar daño a los demás.

En síntesis, la pedagogía de la Navidad es una bella oportunidad para reflexionar sólo o en familia a la luz del amor y la razón para renacer hacia una vida maravillosa, con una actitud amorosa del corazón y ser más solidarios que ayer, esforzándonos en dar alegría a los demás a partir de una canasta colmada de esperanza, abrazos y gratitud a la vida.

Fotografía: getty

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Educación peruana: problemas y respuestas

Por: David Auris Villegas

La sociedad peruana, está siendo traicionado por un presidente de extraordinario cinismo que deja mal parado a la comunidad docente. Su incapacidad de aceptar haber plagiado su tesis ya pintaba su inmoralidad que hoy vemos atónitos, pues la Fiscalía de la Nación le ha abierto una sexta investigación preliminar por corrupción en apenas un año de gestión. Esta triste situación del profesor Castillo, incita a reflexionar sobre el tipo de personas que estamos educando en las aulas peruanas.

Siguiendo esta cavilación, nuestra educación no desarrolla los aprendizajes para la vida y ostenta una desarticulación entre los niveles educativos. Los docentes perciben salarios irrisorios que no corresponde a su alta investidura pedagógica y, el sistema educativo está liderado por funcionarios incapaces de diseñar una real política de calidad educativa que nos permita dar el salto cualitativo, desde una sociedad consumista hacia una sociedad de la innovación.

Ante esta cruda realidad, Castillo, durante su campaña presidencial planteó acciones para mejorar la educación como: impulsar el ingreso directo a las universidades; crear el ministerio de Ciencia y Tecnología; elevar el PBI al 10%; el programa “Barriga llena, corazón contento”, una suerte de comedor popular en los colegios y declarar a la educación en emergencia que, por suerte, sólo cumplió este último concretizándose a través del decreto supremo N° 014-2021-MINEDU.

En esta línea, el aprendizaje de los estudiantes es capital para el desarrollo de la sociedad, pero nuestro sistema educativo desde el nivel inicial hasta los postgrados, sobre todo en la esfera estatal, más aún en las zonas rurales, continúan transmitiendo contenidos que poco sirve en la era de la inteligencia artificial, por lo que es necesario esbozar un currículo inteligente que desarrolle el potencial del cerebro humano.

De la misma manera, el presupuesto económico como aspecto medular, apenas bordea el 4% del PBI lejos del 10% que prometió este gobierno. Esta limitación económica impide tener acceso a Internet en las escuelas. Agregando a ello, una infraestructura en decadencia con mayor acentuación en las zonas rurales, frenan el desarrollo de los estudiantes más pobres del país y para revertir esta brecha, es urgente elevar el presupuesto al sector educativo y concibamos a la educación como nuestra mejor inversión.

Para agregar, la comunidad docente inspira a los más de seis millones de estudiantes, por lo que el estado debe capacitarlos en didáctica digital, habilidades blandas e innovación pedagógica y, otorgarles la pedagogía de la dignidad, elevando sus salarios superiores a una Unidad Impositiva Tributaria que alardea este gobierno.

Asimismo, coincidiendo con Jaime Saavedra, la gestión pedagógica es clave para liderar la educación. En este marco, el actual ministro Cerna, acusado de plagiar su tesis, ¿estará en condiciones de liderar la educación?, probablemente no, porque la riqueza ética sumada a la capacidad administrativa es crucial para una eficiente gestión y, creemos que es el momento de llevar a cabo una evaluación pública, para acceder a puestos jerárquicos con el objetivo de lograr la ansiada calidad educativa.

Finalmente, la educación es clave del desarrollo humano y, para no elegir a otro profesor con pobre patrimonio moral, como presidente, exijamos al gobierno, una real política de calidad educativa, basada en la investigación, creatividad y habilidades blandas, porque como ciudadanas y ciudadanos merecemos una vida mejor.


Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: EL COMERCIO PERÚ


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Límite de edad y docencia universitaria

Por: David Auris Villegas

Entre aplausos y cero votos en contra, como innovador aporte a la educación universitaria, congresistas peruanos, con amplia mayoría, este mes de julio, aprobaron el proyecto de Ley que elimina el límite de edad, dando luz verde a la docencia universitaria más allá de los 75 años.

Esta hazaña legal, limita la mejora continua y frena a una generación de profesores jóvenes con producción científica en crecimiento. El 60% de docentes de universidades estatales superan los 60 años, mientras el 60% de docentes de universidades privadas son menores de 50 años, incitando a preguntarnos ¿a quién favorece este proyecto?, ¿realmente beneficia a los docentes mayores? ¿acaso no genera brechas académicas entre ambos sistemas?

No obstante, la Ley universitaria 30220 en el 2017, amplió la jubilación a 75 años, superando a países como Alemania, Francia y Argentina, no contento con ello, ahora los docentes de universidades estatales, apoyados en la novísima ley, continuarán ejerciendo sus labores pedagógicas, con limitaciones digitales y muchos de ellos, amparados en su nombramiento, solo enarbolan una experiencia vegetativa.

Asimismo, ejerciendo el abogado del diablo y provocando a mis colegas, la educación está transformándose hacia lo híbrido y exige un alto dominio de herramientas digitales, una dosis de humor y buena salud que, según la ciencia, muchas personas de avanzada edad no somos amigos de estas cualidades en sesiones de aprendizaje innovador.

Por otro lado, ¿Cómo evaluamos a los docentes para seguir en carrera? Este proyecto de Ley plantea una evaluación mental y de salud, lo cual subestima al docente y genera un gasto al erario nacional y dada la tradición sindicalista, es muy probable que realicen marchas y denuncias legales, argumentando derechos laborales.

Sin embargo, destacamos a docentes mayores como Noam Chomsky, Mario Vargas Llosa, entre otros, ejercer la praxis académica como profesores eméritos, gracias a sus contribuciones científicas e intelectuales de alto impacto, por lo que el Congreso debe generar leyes que obliguen a universidades privadas y estatales, contratar maestras y maestros inspiradores, con la finalidad de transmitir sus conocimientos y educar semilleros de profesores universitarios.

En suma, ejercer la docencia universitaria es un apasionante desafío. Superado cierta edad no basta rimbombantes leyes, sino, se requiere alta competencia científica y una dosis de emoción, para inspirar a nativos digitales y, aquellos quienes estamos distrayéndonos, reinventémonos para erguirnos como mentores y amautas de la sociedad.

Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org

Síntesis Curricular del autor: https://orcid.org/0000-0002-8478-6738 

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Libros digitales y educación

Por: David Auris Villegas

davidauris@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-8478-6738

La magia de la tecnología nos provoca asombrosas perspectivas de aprendizaje interactivo, estimulándonos a desplegar nuestro cuajado potencial cognitivo, apoyados desde el formidable poder de los libros digitales, al que podemos acceder en cualquier momento y lugar, “sin restricción alguno”. 

Estos libros se remontan a 1949. Afanada por mejorar el aprendizaje de sus estudiantes, la española Ángela Ruiz Robles creó la enciclopedia mecánica, predecesora de los E-Books, inventado por Michael Hart en 1971, a través del proyecto Gutenberg con el objetivo de facilitar el acceso gratis a los libros digitales y, precisamente, el primer libro electrónico de la historia fue, La Declaración de Independencia de los Estados Unidos.

Conscientes del valor pedagógico de estos libros, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia UNICEF, ejecuta proyectos de digitalización de libros destinados a transformar y masificar la educación, como la experiencia piloto en Nicaragua, cuyos libros digitales accesible a todos los niños están optimizando los aprendizajes.

Asimismo, al ser digital este libro no usa papel, consecuentemente, evitamos talar árboles, protegiendo de esta manera nuestro único medio ambiente y, al estar alojado en la internet, muchos de ellos podemos descargar gratuitamente, leerlos y compartir con nuestras amistades del mundo, democratizando el acceso a los conocimientos, traspasando barreras idiomáticas y condición social que ha creado el absurdo sistema.

Por otro lado, al editarse en formato interactivo, conteniendo imágenes en todas sus variedades, textos e hipervínculos como la vida misma, despierta nuestro interés lector personal y en red, fortaleciendo así, nuestra concentración psicológica y permitiéndonos empoderar la competencia comunicativa, necesaria para interrelacionarnos con los demás.

En esta línea, hagamos de los libros electrónicos, parte de nuestra cotidianeidad académica. Igualmente, produzcamos y utilicemos como una poderosa herramienta didáctica y, al ser participativo, potenciamos el vertiginoso aprendizaje significativo, vigorizando el pensamiento crítico, creativo e imaginativo; provocando así, la cooperación entre estudiantes, padres de familia y colegas, creando plataformas lectoras a personas con limitaciones física o mentales, entre ellos, los audiolibros.

Sin embargo, a manera de precaución, los libros digitales leídos desde aparatos brillantes fatigan nuestra vista. Además, es vulnerable a la piratería y, si no contamos con dispositivos y una conexión a internet, no podremos leer y amén de la inseguridad por navegar sitios públicos, por lo que debemos impulsar, leyes digitales globales destinados a proteger a los cibernautas.

Finalmente, estos libros digitales potencian de manera amena nuestro aprendizaje, incitándonos a protagonizar el proceso cognitivo, por lo que es ineludible masificar su uso, desde políticas de estado, si pretendemos mayor inclusión, acceso a la cultura y desarrollo sostenido.


Fotografía: Noticias Caracas

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com


 

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Educación: motor del Bicentenario peruano

Por: David Auris Villegas

La Educación necesita morar en crisis para perfeccionarla continuamente, de lo contrario, sería perfecta lindando con lo absurdo. Por ello, cuando escuchamos al gobernante peruano, declararla en emergencia, sencillamente está reivindicando su importancia en el Bicentenario que, ciertamente hay poco por celebrar, salvo nuestra sobrevivencia al Covid-19 y, la esperanza de construir un país desarrollado rumbo al Tricentenario.

Dentro del contexto mundial, nos encontramos sitiados por la pandemia y preso expectante de la cuarta revolución industrial, la inteligencia artificial, la automatización, la internet de las cosas, los valores prácticos, el atroz consumismo y el inevitable bombardeo de informaciones desde todos los frentes, todo creado por nosotros mismos.

En este novedoso itinerario, los actores de nuestro Bicentenario, con una mirada socioemocional, estamos obligados, abordar los problemas sociales desde una mirada propositiva, contribuyendo a la construcción de una sociedad más equitativa, solidaria y productora de nuevos conocimientos para crear una industria artificial, definitivamente centrado en la educación como motor de desarrollo.

Una educación humanista y tecnológica, cuyo rol protagónico recae en los actores del aprendizaje, la comunidad educadora del Bicentenario. Con la esperanza de una redistribución de oportunidades para todos, comprometámonos apuntar hacia un país con desarrollo sostenido, donde la palabra marginal vaya reduciendo su presencia en la sociedad, gracias a una educación en constante cambio.

Atendiendo este desafío, es lícito preguntarnos, ¿Qué hacemos los educadores para construir una sociedad más justa y solidaria con vistas al Tricentenario?  En esta línea, esbozaré cinco tópicos que seguramente potenciará nuestra praxis docente. Haciendo una reingeniería pedagógica, ejecutemos acciones novedosas, para afrontar los desafíos de hoy y mañana.

Eduquemos ciudadanas y ciudadanos, creativos, solidarios, críticos, innovadores, emprendedores e incapaces de ver al Estado como un botín para enriquecerse que, cuando ejerzan la función pública, lo hagan como un privilegio de servir al país.

Asimismo, la comunidad docente, estamos obligados a leer clásicos de la pedagogía, para forjar nuestra identidad educadora, reflexiva, crítica, creativa y propositiva, haciéndonos amigos de: Inger Enkvist, Peter McLaren, Ken Robinson, Claudio Naranjo, Robert Swartz, Johan Galtung entre otros pedagogos contemporáneos, quienes amplían nuestro foco formativo y nos invitan a navegar con solvencia académica y moral, las aguas de la educación.

¿Acaso es propicio revelarnos contra un sistema educativo enseñante y meritocrático? Sustituyamos el paradigma de Competencias por el Aprendizaje Colaborativo como sugería Humberto Maturana, para sensibilizar la solidaridad humana, creativa y productora, tan necesarias en tiempos de pandemia y en nuestra cotidianeidad, provocando un sentimiento de amor genuino hacia los demás.

Prioricemos el aprendizaje socioemocional y explotemos la infinita mente humana, sobreponiéndonos a los aprendizajes tradicionales como recomiendan la comunidad científica, con el objetivo de convivir en paz sugerido por la UNESCO y desarrollemos nuestra capacidad holística de adaptarnos a los constantes cambios, fruto del vertiginoso avance de la ciencia y los problemas sicosocioambientales.

Dada la incertidumbre del futuro, aquello que hoy aprendemos tal vez mañana no valga para continuar ejerciendo con éxito la pedagogía, en tal sentido desarrollemos la capacidad de aprender las novedades del mañana, en el menor tiempo posible, como único salvoconducto para el éxito pedagógico y social como sostiene David Perkins.

Finalmente, hagamos del profesorado la profesión del siglo XXI reclamada por Alex Beard. Eduquemos personas solidarias y altamente creativas, para conmemorar el Tricentenario como un país desarrollado, donde respiremos el aire tibio de la libertad y la esperanza de continuar la historia humana.

Fuentes:

© David Auris Villegas. Escritor, poeta, columnista y pedagogo peruano. Teórico de la educación alternativa para el desarrollo sostenible.

Fuente de la información: Insurgencia Magisterial

Imagen: herbertmujicarojas – La Mula

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