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Docentes: arquitectos de hoy y mañana

Por: David Auris Villegas

Comprometido a ampliar la perspectiva pedagógica de mis colegas, más allá de encasillarlos con recetas de enseñanza, creo que la tarea del docente consiste en ayudar a pensar a los estudiantes para que tomen decisiones adecuadas. Los maestros son arquitectos que educan la mente y el corazón de los individuos para que cometan menos errores en la vida.

La Unesco considera que la capacitación y valoración del docente son fundamentales para el logro de los objetivos educativos de la Agenda 2030. Estos docentes son pilares de la humanidad que inspiran vida. No obstante, la misma Unesco evidencia un déficit de 69 millones de educadores en todo el mundo, con énfasis en África subsahariana que requiere más inclusión y equidad de acceso a la educación, de lo contrario se hundirá en la pobreza.

Ante estos desafíos, se evidencia la responsabilidad del docente en los éxitos y desaciertos de los estudiantes. Debido a su monumental importancia, en 1966, fue establecida por la Unesco y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Día Mundial de los Docentes. Profesión menospreciada en países como el Perú, donde la mayoría de los maestros no aspiran a que sus hijos abracen esta hermosa carrera.

Entre las dificultades que enfrentan los educadores en su labor diaria, está el enorme desgaste emocional ante un batallón de estudiantes todopoderosos, la apabullante burocracia de papeles, la falta de reconocimiento por su actividad, dado que el profesorado es la carrera menos remunerada y menos valorada por la sociedad y, al mismo tiempo, la más exigida.

En ese sentido, se requiere establecer una política de revalorización desde el Estado, como premios y becas integrales en las mejores universidades del mundo para maestros innovadores que estén contribuyendo a la mejora de la educación. Estos aportes deben ser sostenidos y visibles en la internet, ya que no es justo premiar a docentes que solo acumulan méritos de papeles en búsqueda de premios como ahora muchos estilan.

Además, es esencial desarrollar sus competencias y restituir su autoridad en las aulas, con el fin de liderar un proceso de real aprendizaje y es necesario impulsarlos a hacer carrera magisterial, así como hacen los militares de alta graduación. Por lo tanto, la experta pedagoga sueca, Inger Enkvist, señala que «un buen docente es una combinación de conocimientos sólidos de la materia que enseña y de una personalidad idónea».

En resumen, pensemos que la educación no se limita únicamente a un derecho de acceso a ella, sino que es un deber de los gobiernos invertir en la profesionalización de los maestros para un aprendizaje de calidad. Ellos son arquitectos invisibles de un mundo mejor que todos queremos.

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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Día de la Maestra y Maestro peruano

 

 

Escribo este artículo para celebrar el Día del Maestro peruano cada 6 de julio. Más allá de analizar sus limitaciones, me limitaré a reconocer su valiosa labor que desempeñan en la sociedad y su impacto positivo en nuestras vidas y en el futuro de nuestra nación. Me complace celebrar su dedicación, pasión y compromiso con la educación, así como la de moldear nuestras personalidades. Su papel rebasa la difusión de conocimientos, ya que son responsables de salvar vidas, inspirándonos a ser mejores ciudadanos.

Según los expertos, los educadores son guías, mentores y auténticos agentes de transformación. Se trata de aquellos que nos brindan la oportunidad de identificar nuestras inquietudes, desafiar nuestros límites y erigir nuestro potencial. Nos impulsan a reflexionar con gran eficacia y a perseguir nuestros anhelos, con perseverancia y disciplina en el sendero de la búsqueda de nuestra realización personal.

En este contexto, es posible aseverar que los educadores son los arquitectos del futuro del Perú, puesto que, en las aulas, moldean los fundamentos de la sociedad, enriqueciendo las mentes y corazones de los jóvenes, brindándoles herramientas necesarias para transformar su contexto y su realidad, y así lograr una vida exitosa, en un mundo que exige una cuota de esfuerzo, para construir una sociedad con grandes expectativas.

Tenemos presente que, en cada objetivo y meta alcanzados, se encuentra un maestro que creyó en nosotros cuando no poseíamos la capacidad de creer en nosotros mismos. No solo nos proporcionan habilidades cognitivas, sino también nos proporcionan lecciones de vida, valores éticos y empoderan con su presencia la vida de los estudiantes.

Asimismo, deseo recordarles que cada lección establecida, cada consejo y cada sonrisa regalada otorgan una experiencia ineludible en nuestras existencias. Lo que se trata es resaltar y estimar su valiosa dedicación y compromiso. Los maestros son capaces de reconocer el potencial particular de cada estudiante y potenciar su confianza y autoestima. Los educadores son el respaldo y la voz de aliento que pueden expresar una transformación significativa en la existencia de un estudiante en situaciones de dificultad.

También, observamos que los educadores han convertido en una tarea fundamental de su labor detectar signos de angustia emocional, estrés o problemas de salud mental en los estudiantes. Al identificar estas señales y brindar asistencia oportuna, los educadores intensifican el enfoque visionario de los estudiantes, que constituye una herramienta crucial para lograr una vida con mayores opciones de desarrollo.

Porque nunca perdiste la fe en despertarte cada mañana, para ir con tanto entusiasmo y alegría a la escuela y, hacer de los estudiantes, personas más felices y mejores. Por esto y por todo lo que haces y harás, te envío muchos ¡Abrazos pedagógicos, maestras y docentes!, quienes, gracias a ustedes, he redactado este artículo.

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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Educación: camino hacia los objetivos del desarrollo sostenido y compartido

Por: David Auris Villegas

 

Un desarrollo sostenible y compartido se ha convertido en una necesidad vital de sobrevivencia, lo que puede depender en gran medida de la calidad de la educación
La importancia de un desarrollo sostenible y compartido se ha convertido en una necesidad vital de sobrevivencia, lo que puede depender en gran medida de la calidad de la educación como pilar fundamental para equipar a las personas con conocimientos, habilidades y valores capaces de transformar sus vidas y la de su entorno.

Mirando este contexto global, la educación basada en el mérito en Latinoamérica ha perdido su relevancia en términos de desarrollo global, ya que aún no ha logrado superar el paradigma centrado en diplomas y títulos de bajo impacto, que realmente no son útiles para competir. Como reflejo de esta realidad desoladora, observamos que ninguna universidad latinoamericana aparece entre las cien mejores en los rankings universitarios del 2023, lo cual denuncia que aún estamos lejos de lograr los objetivos de desarrollo sostenido.

En cuanto a esta realidad, siendo esperanzador, estamos a tiempo de promover una educación sostenible que rompa las barreras de la pobreza y la inequidad que perpetúan la desigualdad, para desarrollar al máximo el potencial humano con el afán de lograr el desarrollo sostenible y compartido que es impulsada desde las Naciones Unidas.

Este camino hacia la sostenibilidad, requiere, entre otros, la participación activa y comprometida de todos los ciudadanos. La educación debe cultivar habilidades como el pensamiento crítico, la empatía, la colaboración y la comunicación, lo que implica un cambio en la forma en que nos relacionamos y nos preocupamos por los demás. Cultivar estas cualidades desde temprana edad significa educar ciudadanos responsables y comprometidos en la construcción de un mundo más justo y equitativo.

Por otro lado, para lograr los objetivos del desarrollo sostenible, los expertos afirman que los países deben invertir en una educación de calidad, inclusiva, equitativa y científica en todos los niveles, destinando al menos el 6% del producto bruto interno como política educativa. Esto permitirá fomentar la participación activa a través de una educación comprometida y dedicada a sembrar las semillas del cambio y cosechar un futuro sostenible y compartido para las generaciones venideras.

Como consecuencia, es esencial cambiar de un aprendizaje pasivo a un aprendizaje creativo, tal como lo sugiere el experto chino en tecnología, Kai Fu Lee. En este sentido, es fundamental enfocarnos en la formación en ciencia y tecnología en las escuelas a través de la práctica experimental que permita adquirir las habilidades necesarias y enfrentar con éxito los desafíos globales, pues de no hacerlo, pondremos en jaque a nuestro porvenir.

En resumen, podemos afirmar que una educación científica e inclusiva es crucial para un desarrollo sostenible y compartido, donde cada persona tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial y contribuir al bienestar colectivo de nuestra generación.

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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Tupac Amaru II: su legado educativo para la transformación social

Por David Auris Villegas

 

Escribo este artículo, como homenaje a Tupac Amaru II, el más grande revolucionario peruano que fue decapitado junto a su esposa, Micaela Bastidas, un 18 de mayo de 1781, por rebelarse contra la tiranía española diez años antes del estallido de la revolución francesa, en busca de la justicia, la equidad y la inclusión social que aún no hemos logrado a pesar de que navegamos en mares de tecnología.

Tupac Amaru II, convertido en un símbolo perdurable de rebelión, resistencia y justicia, nos legó su pedagogía liberadora que, es una fuente de inspiración para aquellos quienes anhelamos una educación transformadora que trascienda los muros de la dependencia y el sometimiento y empodere a las personas en su proceso de emancipación mental por una vida plena.

Asimismo, su extraordinario liderazgo y determinación barnizada de carisma, valentía y compromiso con los excluidos, son faros que los docentes debemos poseer en el ejercicio de nuestro magisterio, como la capacidad de unir a estudiantes de todas las etnias en la lucha por un aprendizaje liberador que, Paulo Freire lo llamó pedagogía de la liberación.

De esta revolución, se desprende que, la educación no solo es una transmisión de conocimientos, sino un vehículo para el cambio social y debemos entender que la educación no tiene tinte político partidario, sino, es nuestro bien común que permite liberar a los oprimidos mentales del atroz consumismo producto de la globalización que somete a toda una generación de los países subdesarrollados.

Este revolucionario, reconocía y apreciaba la diversidad como un activo fundamental de la humanidad que hoy la UNESCO, enarbola como bandera de desarrollo sostenido, pues su pedagogía se fundamenta en el respeto por las diferentes culturas, identidades y perspectivas, creando así una conciencia crítica y colectiva, para desafiar las estructuras de opresión mental y económica que aún persiste en la actualidad.

La acción de Tupac Amaru II, nos invita a reflexionar sobre nuestro rol como educadores y a asumir la responsabilidad de educar ciudadanos comprometidos en la construcción de una sociedad unida, para romper los paradigmas de abuso, con el aporte de los estudiantes en el mejoramiento de nuestra realidad y trabajar por una educación que promueva la autonomía y la participación ciudadana, así como él logró la participación activa del pueblo, en la lucha contra el abuso de poder.

Actualmente, el legado pedagógico de Tupac Amaru II, continúa siendo una fuente de inspiración para quienes aspiramos una educación transformadora y liberadora. Sus acciones nos instan a construir juntos, un sistema educativo que promueva la justicia, la equidad y la inclusión, empoderando de conciencia social a todas las personas para recrear un mundo más justo y solidario.

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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Educación solidaria para contrarrestar al bullying

Por: David Auris Villegas

Como Homo sapiens hemos transitado un largo camino, desde las frías cavernas hasta la luna y ahora con la inteligencia artificial como nuestro aliado, tenemos la posibilidad de disfrutar una vida más armoniosa y feliz, sin embargo, estas expectativas se ve oscurecida con la proliferación del bullying o acoso contra las personas que es un problema grave capaz de aniquilar la vida del acosado, por lo que es fundamental impulsar la educación solidaria en vez de fomentar la competencia entre estudiantes.

Según los psicólogos, el bullying es la agresión emocional, verbal, física y digital de manera constante que ejerce una o varias personas sobre otra persona y esta se da con fuerza en la educación básica, prueba de ello, el 2022, el Ministerio de Educación del Perú, reportó cerca de 2500 denuncias sobre estas tristes malas prácticas que, de no enfrentar este problema con las armas sicopedagógicas, será inviable nuestro futuro.

En ese sentido, para acometer esta pandemia social que asola a la comunidad estudiantil, como sociedad organizada, es el estado el encargado de liderar una política de educación solidaria, centrada en la pedagogía de la compasión, como clave para erradicar el bullying, avizorando que, si no controlamos esta situación, las víctimas de acoso padecerán efectos negativos y duraderos en su salud mental y emocional y puede ser un obstáculo para su éxito académico y personal.

Esta educación solidaria, se enfoca en enseñar a los estudiantes, docentes y personal administrativo sobre la importancia de la solidaridad, la empatía, la colaboración y el respeto mutuo que puede ser una forma poderosa de prevenir el acoso y promover un ambiente escolar saludable, acogedor y seguro, como la de impulsar en todas las escuelas la práctica del lenguaje del respeto en contraposición al lenguaje vejatorio que alimenta el acoso.

Por otro lado, para la Nobel de la Paz, Malala Yousafzai, la educación es todo y esto implica desarrollar en los estudiantes las habilidades emocionales y sociales para crear un futuro más justo y pacífico, y este conjunto de acciones pedagógicas debe plasmarse en el currículo solidario abocado a formar al homo solidarius capaz de convivir en paz con los demás y esa forma de vida respetuosa, se cultiva en principio desde el hogar.

En consecuencia, la educación solidaria es clave para contrarrestar el bullying, promoviendo una cultura de respeto y buen vivir en las escuelas y en las familias, como dijo Norah Borges, debemos dar alegría a las personas y, agregando una dosis de compasión al prójimo, seguro que lograremos instituir una sociedad más justa y armoniosa para todas y todos.

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: Eres mamá

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Educación ambiental para cuidar a nuestra madre tierra

Por: David Auris Villegas

 

Desde 1970, cada 22 de abril, todos tenemos el deber ecológico de reflexionar sobre nuestras acciones humanas para cuidar mejor a nuestra madre tierra y así prolongar esta convivencia bajo la educación ambiental, como dijo el activista estadounidense, Bill McKibben: «La educación es clave para cambiar la mentalidad de las personas y hacer que comprendan la importancia de cuidar nuestro planeta», pues, si no la cuidamos y continuamos maltratándola, pronto perecerá y junto a ella todos desapareceremos.

Animándonos para revertir esta situación y consciente que la tierra está afiebrada debido a nuestras acciones depredadoras y consumistas, hace más de veinte años, Paulo Freire, alertaba: «La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo», es por ello que es necesario fomentar la educación ambiental desde temprana edad, para que los niños y jóvenes del planeta, crezcan conscientes de la importancia de cuidar a nuestra mama pacha.

Mirando con pavor los reportes mundiales que dicen que Europa está viviendo la época más calurosa de su historia, la ambientalista Jane Goodall apuesta a la educación como una poderosa herramienta para cuidar al planeta y dice, «La educación es la clave para la conservación a largo plazo de la naturaleza», por lo que necesario que los programas educativos incluyan una formación en valores y prácticas sostenibles, para que los estudiantes desarrollen habilidades que promuevan la conservación del medio ambiente como estilo de vida.

En este sentido, la educación del cuidado de nuestra tierra ha de apoyarse en la ciencia para una restauración ecológica global y esta debe ser asumida como una política mundial de sostenibilidad de los gobiernos junto a la ONU, impulsando carreras y profesiones en todas las universidades dedicadas a salvar la tierra, asimismo, para afianzar la práctica ecológica ha de incrustarse como líneas de investigación en las universidades y escuelas superiores, como lo viene haciendo la Universidad de Wageningen de Holanda.

Además, la educación ambiental está obligada a fomentar en la sociedad a través de campañas ecológicas en alianza con los medios de comunicación, la cultura de sembrar árboles, consumir lo necesario, no ensuciar las aguas, cuidar la tierra, conservar los recursos naturales y promover el uso de energía renovable como parte de nuestro andar cotidiano.

En conclusión, la educación ambiental nos enseña que somos los únicos responsables del destino de nuestra madre tierra, por lo que es fundamental tratarla con amor y respeto como si tratáramos a nuestra madre carnal y es nuestro deber como seres pensantes, trabajar juntos, para crear una cultura de cuidado y protección del medio ambiente, y la educación es el primer aliado para lograr una armoniosa convivencia planetaria.

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.

Fotografía: Asamblea nacional de nicaragua

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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Educación para una América unida y desarrollada

Por: David Auris Villegas

 

La educación es un poderoso instrumento para el desarrollo social y realización humana y, es clave para erradicar la pobreza, la desigualdad y la exclusión social en nuestra América. Para construir un futuro sostenible y esperanzador, es forzoso invertir en una educación que promueva el desarrollo económico, social y tecnológico, con la finalidad de erigir una América unida y próspera, de no hacerlo, perpetuaremos nuestro naufragio entre la inequidad y la pobreza.

En ese sentido, el 14 de abril de cada año, celebramos El Día de las Américas y tiene como objetivo, promover la unidad y la cooperación entre los países del continente, pero, en la realidad, no hemos cimentado una sola América y como tampoco tenemos una agenda común de desarrollo que, en cierta manera, hace inviable un futuro compartido.

Desde entonces, el Día de las Américas, es un espacio para reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos, dado que contamos con dos hermanos mayores, Estados Unidos y Canadá, quienes están en la obligación moral de liderar la cooperación y la transferencia tecnológica a través de la educación al resto de los países, para construir un sólido continente, así como ha logrado consolidar la comunidad europea, de lo contrario nuestro sueño común se convertirá en pesadilla y fragmentados seremos blanco fácil en estos tiempos de alta desconfianza entre países.

Otro de los desafíos, en América Latina, es la polarización política, la gobernanza y la democracia, debido a la inestabilidad política manchada de corrupción que asola al continente, en países como el Perú, con dos expresidentes presos y una Venezuela en bancarrota en nombre de una política del despilfarro, por lo que es perentorio que los gobiernos de cada país, impulsen educación para todos, más allá de ideologías políticas que solo han empobrecido y dividido al continente.

Asimismo, como consecuencia de la corrupción, florecen la delincuencia, el narcotráfico y la migración, que están esparciendo dolor y más pobreza en casi todos los países, por lo que es urgente endurecer las leyes para sancionar a los desadaptados, antes que los malos se apoderen de los gobiernos y envilezcan a nuestra región.

Ahora bien, si es posible asumir estos retos, porque somos una sociedad joven que poseemos sueños y enormes riquezas naturales y, a través de una educación digital, es viable redibujar el rostro de América, como dice Rebeca Grynspan, la educación debe desarrollar las habilidades en todas las personas para construir una sociedad desarrollada.

En resumen, en El Día de las Américas, es significativo reflexionar desde los gobernantes hasta el hombre común, sobre la importancia de la educación científica, como una herramienta para construir una América desarrollada, unida y próspera, con una agenda compartida y libre tránsito desde Alaska a Tierra de Fuego.

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.

Fotografía: Banco mundial

Fuente de la i9nformación: https://insurgenciamagisterial.com

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