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Educación y justicia social

 

Sin equidad en la educación, no existe justicia social. No se trata de ideologías políticas. Se trata de desarrollar el capital humano, con el propósito de establecer una sociedad más sostenida que el mundo de hoy exige. La lucha por la justicia social desde la educación requiere un compromiso colectivo, con el fin de garantizar un acceso equitativo a todos los estudiantes.

A pocos días de empezar el año escolar 2024, el panorama educativo está lejos de encontrar la justicia social para los menos favorecidos. El Dr. Guillermo Molinari, exviceministro del Ministerio de Educación, dice que, 63 mil estudiantes han desertado durante el año 2023, existe desnutrición, dificultades de aprendizaje, poca condición de educabilidad y limitados recursos educativos. Asimismo, de las 55436 instituciones educativas públicas del Perú, 30294 de ellas requieren ser demolidas y, solo 16187 disponen de agua, luz y alcantarillado, señala Paola del Carpio, economista de “REDES”.

Esta situación es el triunfo de una larga política educativa vegetativa, impulsadas por gobernantes corruptos y sin perspectivas de desarrollo. Priorizaron sus intereses políticos en lugar de mejorar a la educación y algunos expresidentes siempre culparon de nuestro infortunio a los países desarrollados o a los organismos mundiales. Un Ministerio de Educación, colmado de funcionarios expertos, pero incapaces de liderar políticas educativas de equidad, aunque no de calidad. Además, la sociedad en su conjunto no juega un papel crucial, pues carecen de conciencia educativa para el progreso colectivo.

Con el objetivo de construir una sociedad equitativa, el 20 de febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social, promovida por Naciones Unidas, ONU, con su lema del 2023, “Superar barreras y desbloquear oportunidades para la justicia social”. La justicia social, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, (Unicef), se basa en la igualdad de oportunidades como un derecho humano a la equidad para desarrollar su potencial mental. Esto significa que la educación, contribuye a eliminar las disparidades, así como lo está consiguiendo China, un país en desarrollo gracias a un manejo adecuado de sus recursos.

En este siglo más interconectado de toda la historia de la humanidad, gracias a la internet, la justicia social es nuestro desafío y posibilidad, ya que todos los individuos tienen derecho a realizarse como persona. Según Audrey Azoulay, directora de la Unesco, la educación es un bien público, delicada, frágil y la mejor inversión que podemos hacer. En esencia, se trata de la búsqueda de un equilibrio social que promueva la equidad, la inclusión y el respeto a la dignidad humana.

Para el experto, Javier Murillo, a fin de alcanzar la equidad y la inclusión en la educación, indica que las escuelas para que contribuyan a la justicia social deben tener tres elementos fundamentales: escuelas de carácter equitativo, crítico y democrático.   Estos principios básicos pueden incorporarse en todo el currículo nacional y así garantizar el acceso igualitario a la educación, especialmente en comunidades marginadas, mediante la inversión en infraestructuras que brinden todos los servicios básicos y programas de apoyo didáctico.

Asimismo, es hora de innovar la administración del 4% del PBI destinado a educación, con el fin de incrementar la productividad en beneficios de todos. De lo contrario, así el Estado, asigne el 10% del PBI a este sector, y de continuar administrándose como en la actualidad, perpetuaremos esta crisis que, entre otras cosas, es el resultado de un irresponsable manejo de recursos con sobrecostos y despilfarros por parte de quienes tienen la capacidad de gasto.

El hecho de que todas las instituciones educativas tengan servicios básicos, recursos pedagógicos y profesores medianamente capacitados, es un gran paso hacia la justicia social que todos aspiramos.

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

© David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.

Fotografía: Padres corefonet

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Poderosa pedagogía de los perversos funcionarios y políticos peruanos

Algo compungido y pesimista, escribo este artículo, a pesar de mi fe en la humanidad. Es común que las instituciones educativas eduquen al ser humano, sin embargo, la educación más poderosa proviene de los malos funcionarios y políticos de cualquier país. Con sus perversas acciones y torpes ejemplos que son transmitidos en tiempo real y replicados a escala global por los medios de comunicación, dan lugar a la visión de la ciudadanía como si eso es lo correcto para ser imitado.

Estas poderosas actitudes son practicadas desde hace tiempo, y lamentablemente, una parte de la población lo ha asumido como una forma de vida en el Perú. Durante el año 2022, según la defensoría del pueblo, el 81% de los gobernadores elegidos se encontraban involucrados en casos de corrupción en proceso y otros delitos. Lo más triste, el candidato con arresto domiciliario de Tacna fue elegido gobernador por una ciudadanía que deja mucho que pensar. Esto es un escándalo social, digno de estudios de tesis doctorales.

La extraña novela no termina aquí. El Poder Legislativo, quienes deben elaborar leyes que impulsen el desarrollo del país, están delinquiendo en masa.  De acuerdo con el informe de la Procuraduría General del Estado (PGE), de los 130 congresistas de la República, en la actualidad, 47 de ellos están siendo investigados por Fiscalía de la Nación. Lo peor de todo, en vez de legislar, estos majaderos se pasan el tiempo defendiéndose y por supuesto, tienen sobradas razones para mantenerse en el poder hasta 2026.

Por otra parte, respecto al Poder Judicial, entidad encargada de impartir la justicia salomónica para el buen vivir, en julio del 2020 esto publicaba la Procuraduría Anticorrupción, “334 magistrados, entre jueces (151) y fiscales (183), se encuentran involucrados en presuntos actos de corrupción a nivel nacional, entre los que se registran 42 sentenciados por delitos…”. Estimados lectores, la lista es interminable y ni que escribir del Poder Ejecutivo, basta con observar a casi todos los expresidentes vivos investigados por casos de corrupción y tres de ellos están presos.

Con esta casta de funcionarios y políticos, como diría Javier Milei, el virtual presidente argentino: ¿es posible soñar con un Perú desarrollado?, ¿existe justicia equitativa?, ¿habrá agua y alcantarillado para todos?, ¿habrá una educación de calidad?, ¿hay gobernanza con oportunidades para todos? Sin pecar de pesimista, eso es imposible por ahora.  Es como si en la prisión hayamos asignado como guardián de los presos al jefe de la banda.

A finales del siglo pasado, Manuel Gonzales Prada afirmó que el Perú era un organismo enfermo donde se pone el dedo, salta el pus. A esto se añaden las palabras de Jorge Basadre, quien señalaba, que nuestro país padecía un abismo social y de malos funcionarios. En la actualidad, estas afirmaciones son reales y vemos asombrados, de cómo esta pandilla de bellacos nos conduce a la bancarrota, mientras junto a su entono se enriquecen, como se evidenció en el caso del Fondo Mivivienda en el gobierno de Castillo.

Este cáncer social tiene un impacto directo en la calidad de vida de los ciudadanos, lo que a su vez echa por tierra el esfuerzo pedagógico de los educadores. Para colmo, estos mafiosos gozan de un sinnúmero de entrevistas en los medios de comunicación y desde esa plataforma, con descaro descomunal, refuerzan sus defensas apelando a argumentos basados en leguleyadas y oscuras componendas.

La lucha y extirpación de la corrupción en el Perú es un desafío colectivo e histórico a cargo de la ciudadanía con aspiraciones de un país próspero. No podemos perderlo, de lo contrario estaremos condenados al eterno subdesarrollo, bajo el liderazgo de rufianes políticos y funcionarios corruptos.

Fuente de la información:  https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: Huachos

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Docentes: arquitectos de hoy y mañana

Por: David Auris Villegas

Comprometido a ampliar la perspectiva pedagógica de mis colegas, más allá de encasillarlos con recetas de enseñanza, creo que la tarea del docente consiste en ayudar a pensar a los estudiantes para que tomen decisiones adecuadas. Los maestros son arquitectos que educan la mente y el corazón de los individuos para que cometan menos errores en la vida.

La Unesco considera que la capacitación y valoración del docente son fundamentales para el logro de los objetivos educativos de la Agenda 2030. Estos docentes son pilares de la humanidad que inspiran vida. No obstante, la misma Unesco evidencia un déficit de 69 millones de educadores en todo el mundo, con énfasis en África subsahariana que requiere más inclusión y equidad de acceso a la educación, de lo contrario se hundirá en la pobreza.

Ante estos desafíos, se evidencia la responsabilidad del docente en los éxitos y desaciertos de los estudiantes. Debido a su monumental importancia, en 1966, fue establecida por la Unesco y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Día Mundial de los Docentes. Profesión menospreciada en países como el Perú, donde la mayoría de los maestros no aspiran a que sus hijos abracen esta hermosa carrera.

Entre las dificultades que enfrentan los educadores en su labor diaria, está el enorme desgaste emocional ante un batallón de estudiantes todopoderosos, la apabullante burocracia de papeles, la falta de reconocimiento por su actividad, dado que el profesorado es la carrera menos remunerada y menos valorada por la sociedad y, al mismo tiempo, la más exigida.

En ese sentido, se requiere establecer una política de revalorización desde el Estado, como premios y becas integrales en las mejores universidades del mundo para maestros innovadores que estén contribuyendo a la mejora de la educación. Estos aportes deben ser sostenidos y visibles en la internet, ya que no es justo premiar a docentes que solo acumulan méritos de papeles en búsqueda de premios como ahora muchos estilan.

Además, es esencial desarrollar sus competencias y restituir su autoridad en las aulas, con el fin de liderar un proceso de real aprendizaje y es necesario impulsarlos a hacer carrera magisterial, así como hacen los militares de alta graduación. Por lo tanto, la experta pedagoga sueca, Inger Enkvist, señala que «un buen docente es una combinación de conocimientos sólidos de la materia que enseña y de una personalidad idónea».

En resumen, pensemos que la educación no se limita únicamente a un derecho de acceso a ella, sino que es un deber de los gobiernos invertir en la profesionalización de los maestros para un aprendizaje de calidad. Ellos son arquitectos invisibles de un mundo mejor que todos queremos.

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV

Fuente de la información e imagen:  https://insurgenciamagisterial.com

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Día de la Maestra y Maestro peruano

 

 

Escribo este artículo para celebrar el Día del Maestro peruano cada 6 de julio. Más allá de analizar sus limitaciones, me limitaré a reconocer su valiosa labor que desempeñan en la sociedad y su impacto positivo en nuestras vidas y en el futuro de nuestra nación. Me complace celebrar su dedicación, pasión y compromiso con la educación, así como la de moldear nuestras personalidades. Su papel rebasa la difusión de conocimientos, ya que son responsables de salvar vidas, inspirándonos a ser mejores ciudadanos.

Según los expertos, los educadores son guías, mentores y auténticos agentes de transformación. Se trata de aquellos que nos brindan la oportunidad de identificar nuestras inquietudes, desafiar nuestros límites y erigir nuestro potencial. Nos impulsan a reflexionar con gran eficacia y a perseguir nuestros anhelos, con perseverancia y disciplina en el sendero de la búsqueda de nuestra realización personal.

En este contexto, es posible aseverar que los educadores son los arquitectos del futuro del Perú, puesto que, en las aulas, moldean los fundamentos de la sociedad, enriqueciendo las mentes y corazones de los jóvenes, brindándoles herramientas necesarias para transformar su contexto y su realidad, y así lograr una vida exitosa, en un mundo que exige una cuota de esfuerzo, para construir una sociedad con grandes expectativas.

Tenemos presente que, en cada objetivo y meta alcanzados, se encuentra un maestro que creyó en nosotros cuando no poseíamos la capacidad de creer en nosotros mismos. No solo nos proporcionan habilidades cognitivas, sino también nos proporcionan lecciones de vida, valores éticos y empoderan con su presencia la vida de los estudiantes.

Asimismo, deseo recordarles que cada lección establecida, cada consejo y cada sonrisa regalada otorgan una experiencia ineludible en nuestras existencias. Lo que se trata es resaltar y estimar su valiosa dedicación y compromiso. Los maestros son capaces de reconocer el potencial particular de cada estudiante y potenciar su confianza y autoestima. Los educadores son el respaldo y la voz de aliento que pueden expresar una transformación significativa en la existencia de un estudiante en situaciones de dificultad.

También, observamos que los educadores han convertido en una tarea fundamental de su labor detectar signos de angustia emocional, estrés o problemas de salud mental en los estudiantes. Al identificar estas señales y brindar asistencia oportuna, los educadores intensifican el enfoque visionario de los estudiantes, que constituye una herramienta crucial para lograr una vida con mayores opciones de desarrollo.

Porque nunca perdiste la fe en despertarte cada mañana, para ir con tanto entusiasmo y alegría a la escuela y, hacer de los estudiantes, personas más felices y mejores. Por esto y por todo lo que haces y harás, te envío muchos ¡Abrazos pedagógicos, maestras y docentes!, quienes, gracias a ustedes, he redactado este artículo.

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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Educación: camino hacia los objetivos del desarrollo sostenido y compartido

Por: David Auris Villegas

 

Un desarrollo sostenible y compartido se ha convertido en una necesidad vital de sobrevivencia, lo que puede depender en gran medida de la calidad de la educación
La importancia de un desarrollo sostenible y compartido se ha convertido en una necesidad vital de sobrevivencia, lo que puede depender en gran medida de la calidad de la educación como pilar fundamental para equipar a las personas con conocimientos, habilidades y valores capaces de transformar sus vidas y la de su entorno.

Mirando este contexto global, la educación basada en el mérito en Latinoamérica ha perdido su relevancia en términos de desarrollo global, ya que aún no ha logrado superar el paradigma centrado en diplomas y títulos de bajo impacto, que realmente no son útiles para competir. Como reflejo de esta realidad desoladora, observamos que ninguna universidad latinoamericana aparece entre las cien mejores en los rankings universitarios del 2023, lo cual denuncia que aún estamos lejos de lograr los objetivos de desarrollo sostenido.

En cuanto a esta realidad, siendo esperanzador, estamos a tiempo de promover una educación sostenible que rompa las barreras de la pobreza y la inequidad que perpetúan la desigualdad, para desarrollar al máximo el potencial humano con el afán de lograr el desarrollo sostenible y compartido que es impulsada desde las Naciones Unidas.

Este camino hacia la sostenibilidad, requiere, entre otros, la participación activa y comprometida de todos los ciudadanos. La educación debe cultivar habilidades como el pensamiento crítico, la empatía, la colaboración y la comunicación, lo que implica un cambio en la forma en que nos relacionamos y nos preocupamos por los demás. Cultivar estas cualidades desde temprana edad significa educar ciudadanos responsables y comprometidos en la construcción de un mundo más justo y equitativo.

Por otro lado, para lograr los objetivos del desarrollo sostenible, los expertos afirman que los países deben invertir en una educación de calidad, inclusiva, equitativa y científica en todos los niveles, destinando al menos el 6% del producto bruto interno como política educativa. Esto permitirá fomentar la participación activa a través de una educación comprometida y dedicada a sembrar las semillas del cambio y cosechar un futuro sostenible y compartido para las generaciones venideras.

Como consecuencia, es esencial cambiar de un aprendizaje pasivo a un aprendizaje creativo, tal como lo sugiere el experto chino en tecnología, Kai Fu Lee. En este sentido, es fundamental enfocarnos en la formación en ciencia y tecnología en las escuelas a través de la práctica experimental que permita adquirir las habilidades necesarias y enfrentar con éxito los desafíos globales, pues de no hacerlo, pondremos en jaque a nuestro porvenir.

En resumen, podemos afirmar que una educación científica e inclusiva es crucial para un desarrollo sostenible y compartido, donde cada persona tenga la oportunidad de alcanzar su máximo potencial y contribuir al bienestar colectivo de nuestra generación.

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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Tupac Amaru II: su legado educativo para la transformación social

Por David Auris Villegas

 

Escribo este artículo, como homenaje a Tupac Amaru II, el más grande revolucionario peruano que fue decapitado junto a su esposa, Micaela Bastidas, un 18 de mayo de 1781, por rebelarse contra la tiranía española diez años antes del estallido de la revolución francesa, en busca de la justicia, la equidad y la inclusión social que aún no hemos logrado a pesar de que navegamos en mares de tecnología.

Tupac Amaru II, convertido en un símbolo perdurable de rebelión, resistencia y justicia, nos legó su pedagogía liberadora que, es una fuente de inspiración para aquellos quienes anhelamos una educación transformadora que trascienda los muros de la dependencia y el sometimiento y empodere a las personas en su proceso de emancipación mental por una vida plena.

Asimismo, su extraordinario liderazgo y determinación barnizada de carisma, valentía y compromiso con los excluidos, son faros que los docentes debemos poseer en el ejercicio de nuestro magisterio, como la capacidad de unir a estudiantes de todas las etnias en la lucha por un aprendizaje liberador que, Paulo Freire lo llamó pedagogía de la liberación.

De esta revolución, se desprende que, la educación no solo es una transmisión de conocimientos, sino un vehículo para el cambio social y debemos entender que la educación no tiene tinte político partidario, sino, es nuestro bien común que permite liberar a los oprimidos mentales del atroz consumismo producto de la globalización que somete a toda una generación de los países subdesarrollados.

Este revolucionario, reconocía y apreciaba la diversidad como un activo fundamental de la humanidad que hoy la UNESCO, enarbola como bandera de desarrollo sostenido, pues su pedagogía se fundamenta en el respeto por las diferentes culturas, identidades y perspectivas, creando así una conciencia crítica y colectiva, para desafiar las estructuras de opresión mental y económica que aún persiste en la actualidad.

La acción de Tupac Amaru II, nos invita a reflexionar sobre nuestro rol como educadores y a asumir la responsabilidad de educar ciudadanos comprometidos en la construcción de una sociedad unida, para romper los paradigmas de abuso, con el aporte de los estudiantes en el mejoramiento de nuestra realidad y trabajar por una educación que promueva la autonomía y la participación ciudadana, así como él logró la participación activa del pueblo, en la lucha contra el abuso de poder.

Actualmente, el legado pedagógico de Tupac Amaru II, continúa siendo una fuente de inspiración para quienes aspiramos una educación transformadora y liberadora. Sus acciones nos instan a construir juntos, un sistema educativo que promueva la justicia, la equidad y la inclusión, empoderando de conciencia social a todas las personas para recrear un mundo más justo y solidario.

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.

Fuente de la información: https://revistaaula.com

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Educación solidaria para contrarrestar al bullying

Por: David Auris Villegas

Como Homo sapiens hemos transitado un largo camino, desde las frías cavernas hasta la luna y ahora con la inteligencia artificial como nuestro aliado, tenemos la posibilidad de disfrutar una vida más armoniosa y feliz, sin embargo, estas expectativas se ve oscurecida con la proliferación del bullying o acoso contra las personas que es un problema grave capaz de aniquilar la vida del acosado, por lo que es fundamental impulsar la educación solidaria en vez de fomentar la competencia entre estudiantes.

Según los psicólogos, el bullying es la agresión emocional, verbal, física y digital de manera constante que ejerce una o varias personas sobre otra persona y esta se da con fuerza en la educación básica, prueba de ello, el 2022, el Ministerio de Educación del Perú, reportó cerca de 2500 denuncias sobre estas tristes malas prácticas que, de no enfrentar este problema con las armas sicopedagógicas, será inviable nuestro futuro.

En ese sentido, para acometer esta pandemia social que asola a la comunidad estudiantil, como sociedad organizada, es el estado el encargado de liderar una política de educación solidaria, centrada en la pedagogía de la compasión, como clave para erradicar el bullying, avizorando que, si no controlamos esta situación, las víctimas de acoso padecerán efectos negativos y duraderos en su salud mental y emocional y puede ser un obstáculo para su éxito académico y personal.

Esta educación solidaria, se enfoca en enseñar a los estudiantes, docentes y personal administrativo sobre la importancia de la solidaridad, la empatía, la colaboración y el respeto mutuo que puede ser una forma poderosa de prevenir el acoso y promover un ambiente escolar saludable, acogedor y seguro, como la de impulsar en todas las escuelas la práctica del lenguaje del respeto en contraposición al lenguaje vejatorio que alimenta el acoso.

Por otro lado, para la Nobel de la Paz, Malala Yousafzai, la educación es todo y esto implica desarrollar en los estudiantes las habilidades emocionales y sociales para crear un futuro más justo y pacífico, y este conjunto de acciones pedagógicas debe plasmarse en el currículo solidario abocado a formar al homo solidarius capaz de convivir en paz con los demás y esa forma de vida respetuosa, se cultiva en principio desde el hogar.

En consecuencia, la educación solidaria es clave para contrarrestar el bullying, promoviendo una cultura de respeto y buen vivir en las escuelas y en las familias, como dijo Norah Borges, debemos dar alegría a las personas y, agregando una dosis de compasión al prójimo, seguro que lograremos instituir una sociedad más justa y armoniosa para todas y todos.

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: Eres mamá

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