Asia/India/24 Mayo 2018/Fuente: Europa press
Algo tan simple como una bicicleta se ha convertido en el pasaporte para que algunas chicas en Anantapur, en el estado indio de Andhra Pradesh, continúen sus estudios. Gracias a la Fundación Vicente Ferrer (FVF), más de 14.000 niñas, en general de unos 13 o 14 años, han recibido una bicicleta, lo que les permite llegar más rápido y de forma más segura a sus escuelas.
«Los padres tienen miedo de enviar a sus hijas a la escuela», reconoce a Europa Press el director de programas de la FVF, Moncho Ferrer. En la zona en la que trabaja la ONG, «todos los pueblos tienen escuela primaria» por lo que «es fácil convencer a las familias de enviar a las niñas a clase».
Pero la cosa se complica en la educación secundaria, pues lo normal es que haya un centro para varios pueblos y que haya que desplazarse. «Ahí es donde empieza a caer el número de niñas que siguen estudiando y en educación superior hay que ir mucho más lejos por lo que hay menos chicas», subraya.
FVF
En la FVF, la educación es uno de los pilares de su trabajo, por lo que en 2004-2005 se puso en marcha el programa de bicicletas, que hasta la fecha ha repartido 18.729 de ellas, incluidas 4.472 a niños y 14.257 a niñas. Los resultados les han dado la razón. «Hemos observado que las bicicletas son muy útiles para garantizar la continuidad de los jóvenes en los estudios, sobre todo las chicas», explica a Europa Press el director del sector Educación en la FVF, Chandrasekhara Naidu.
Además, añade, «mejora su seguridad, salud, integración social y gestión de tiempo». Al poder ir juntas, las chicas se sienten más seguras en sus desplazamientos a la escuela, tardan menos, lo que les deja tiempo para ayudar en las tareas de casa o para hacer sus deberes, y les ayuda a relacionarse.
FALTA DE TRANSPORTE PÚBLICO
Pero ¿por qué bicicletas y no otro medio de transporte público? Básicamente, explica Naidu, porque Anantapur es una zona rural en la que apenas existen medios de transporte y los que hay, en general los ‘autoricksaw’, tienen poca capacidad, aunque suelen ir sobrecargados, y carecen de horarios y recorridos precisos, lo que impide a los estudiantes llegar a la hora a clase.
«Las chicas suelen sentirse incómodas al tener que compartir el vehículo con tanta gente, sienten vergüenza y no es seguro», subraya el responsable de la FVF. A esto se suma el que «el precio por trayecto oscila entre las 20-25 rupias, una cantidad que no todas las familias pueden o quieren afrontar», puntualiza.
FVF
«Con un elemento tan simple como una bicicleta las chicas pueden ir a la escuela sin depender de un medio de transporte externo, con total seguridad, y volver a casa temprano, antes de que anochezca, lo que les deja más tiempo para estudiar, hacer los deberes y ayudar en casa», resume el responsable de Educación de la fundación.
«NO TENÍA FUERZAS PARA HACER LOS DEBERES»
Pushpa tiene 15 años, estudia décimo curso y cuenta con una bicicleta de la FVF desde hace dos cursos. «Antes me tenía que levantar muy temprano para llegar al colegio», recuerda. Tardaba hora y media en llegar a clase, llegaba tarde y cuando volvía a casa, también muy tarde, estaba tan cansada que «no tenía fuerzas para hacer los deberes», precisa.
Ahora, con su ‘bici’ solo tarda media hora en llegar a la escuela, llega puntual y por las tardes tiene tiempo de hacer los deberes, ayudar a su madre a preparar la cena o con las tareas del hogar. Además, antes los días de lluvia suponían que Pushpa se quedara en casa, ya que los caminos quedaban embarrados y le daba miedo encontrarse con serpientes o escorpiones.
Otro valor añadido para Pushpa es que a diario va con otros quince niños y niñas de su aldea juntos en bicicleta al colegio y «es muy divertido». Tener más tiempo para hacer sus deberes o para ir a clases de refuerzo ha dado sus frutos: «mis notas han mejorado», cuenta la adolescente que tiene un objetivo claro, «ser maestra».
FVF
Los profesores también han detectado que «gracias al reparto de bicicletas, los alumnos están más cohesionados y se ayudan entre ellos cuando a alguno se le estropea su bicicleta o se le pincha la rueda». «Se ayudan independientemente de la casta o el sexo, y eso no es fácil» en India, resalta Naidu.
La entrega de las bicicletas también contribuye a aumentar la confianza de los padres en sus hijos y su apoyo a que continúen con sus estudios. «Se siente aliviados» porque saben que ahora podrán ir y volver de la escuela de forma segura, especialmente aquellos que tienen hijas que viven «con miedo» ante la posibilidad de que les pueda ocurrir algo cuando regresan a casa por las tardes y recorrer los 3 o 4 kilómetros de distancia que tienen algunas de ellas de sus centros educativos, añade el responsable de la FVF.
DERECHO A LA EDUCACIÓN
«El derecho a la educación es fundamental y un pilar básico para el progreso e integración en la sociedad», resalta Naidu. En la zona en la que trabaja, la FVF ha conseguido lograr el abandono escolar cero en educación primaria y ahora se ha fijado como meta alcanzar esa misma tasa en la educación secundaria.
«Las bicicletas las entregamos a los alumnos de sexto y séptimo curso, porque detectamos que eran los cursos en los que se producían la mayoría de los abandonos escolares», explica el responsable de la FVR, que resalta que aunque el beneficiario es un estudiante, en realidad toda la familia termina beneficiándose de la bicicleta.
«Cada bicicleta tiene un coste de entre 3.500-3.700 rupias (entre 43 y 47 euros), una cantidad que para una familia campesina que gana de media 100 rupias a la semana sería inasumible», reconoce, por eso «la respuesta por parte de los padres de los estudiantes es siempre positiva».
Fuente: http://www.europapress.es/internacional/noticia-bicicleta-pasaporte-seguir-estudiando-ninas-india-20180519093435.html