El trabajo del docente investigador

El Salvador / 07 de octubre de 2018 / Autor: Fidel López Eguizábal / Fuente: El Mundo

En toda institución de educación superior debe haber investigadores y laboratorios especializados; empero, algunas universidades carecen de laboratorios idóneos, y no cuentan con equipo y personal capacitado para realizar el trabajo de docente investigador. El que ejerce en el mundo de la investigación tiene que estar actualizado y contar con equipo tecnológico de punta para poder hacer su trabajo eficaz y eficiente. Es necesario posea maestría en investigación científica, como mínimo. Conste que, existen investigadores que no son docentes universitarios.

En cada universidad existe un equipo de docentes investigadores (a tiempo completo, medio tiempo y hora clase), los cuales dependiendo de su carrera, realizan trabajos de campo en áreas como: tecnología, ciencias biológicas, medicina, agricultura, vulcanología, cambio climático, ciencias jurídicas, etc. Realizar investigaciones para colaborar con la ciencia, eso implica, en ocasiones, meses o años para cumplir el objetivo. No se confunda la investigación de cátedra con la investigación científica, aunque, en algunos casos, las investigaciones que realizan en conjunto catedráticos y alumnos son importantes y logran tener éxito. De nada sirve tener carreras como Medicina, si no hay investigaciones científicas para mejorar la calidad en la salud. Un ejemplo a seguir en El Salvador es la doctora María Isabel Rodríguez, quien es reconocida a nivel nacional e internacional por sus aportes a las ciencias médicas.

Según datos del Nuevo Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología NCONACYT, son 799 investigadores de los cuales: 302 son mujeres y 497 son hombres. Las actividades científicas y tecnológicas e investigación y desarrollo realizadas entre los años 2007 al 2015, son: Ciencias Sociales con un 31 %; Ingeniería 19 %; Ciencias Médicas 15 %; Ciencias Exactas y Naturales 14 %; Humanidades 11 % y Ciencias Agrícolas 7 %. Otro dato proporcionado por NCONACYT, indica que el índice promedio de un proyecto de investigación por investigador entre los años 2008 y 2015 recae en Ciencias Sociales. Datos que hacen reflexionar que hace falta hacer más investigación en áreas de ingeniería y ciencias médicas en El Salvador. Según el directorio, las investigaciones realizadas a nivel nacional son 1,334.

Desde el año 1998, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, exhortó que las funciones de la universidad son: La docencia, proyección social y la investigación, a este último, es al que se le debe inyectar más recursos económicos. La Ley de Educación Superior también lo manifiesta. Un país con mejores docentes investigadores y con presupuestos idóneos, tendrá una mejor perspectiva de desarrollo. El Ministerio de Educación (Mined), realiza auditorías y cada universidad tiene la obligación de tener equipos de investigadores, laboratorios científicos, y, si es posible, crear patentes, de las cuales El Salvador adolece en el ámbito universitario.

Los 41 centros de educación superior en El Salvador (para el año 2017), deben contar con un equipo de docentes investigadores. En la Universidad Francisco Gavidia existe un equipo multidisciplinario de investigadores, los cuales están inscritos en el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación ICTI-UFG. Cada investigador tiene su respectivo campo a investigar, entre áreas de nanotecnología, turismo, comunicaciones, ciencias del mar, robótica, etc. Entre las actividades que realizan están: publicación de libros, ponencias, pósteres científicos, publicaciones en revistas especializadas, alianzas con otras universidades, etc. Además, le están apostando al modelo educativo STEAM (Science, Technology, Engineering, Art y Mathematics) en español: ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas.

¿Son todas las investigaciones realizadas difundidas o reconocidas a nivel nacional o internacional? Los indicadores en Investigación y Desarrollo I+D para El Salvador no son muy alentadores; sin embargo, cada instituto de investigación universitario, tiene sus planes de acción y objetivos que cumplir. Cada universidad debe tener revistas científicas; además, las investigaciones deben estar publicadas en revistas internacionales de renombre.

El docente investigador tiene que actualizarse, tanto en el área tecnológica como en programas de estadística y softwares especializados. No es fácil enfrentarse con estadísticas que reflejan que son un escueto grupo de personas que están indagando. Las universidades privadas están a la vanguardia y, con los proyectos de I+D, están llevando al país a ser reconocidas por sus aplicaciones y trabajos en el mundo de la ciencia y tecnología. No es fácil ser docente investigador, pero cada quien hace su esfuerzo en sus respectivas carreras o disciplinas.

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El trabajo del docente investigador

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https://www.investigacion360.com/2018/05/investigador-de-tiempo-completo-vs-docente-investigador.html

ove/mahv

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El rumbo de las universidades que innovan

Por:  Fidel López Equizabal

Cuando se analiza el rumbo de las universidades, no es solo de verificar el tipo de equipo, infraestructura o tecnología con que cuenta, es también el tipo de maestros capacitados y dispuestos a enfrentar los retos de la globalización.

 Las universidades están enfrentando cambios debido a la virtualización de las carreras; las Tecnologías de la Información y la Comunicación son otro talón de Aquiles. En la actualidad, las carreras virtuales se han incrementado vertiginosamente. Innovar implica capacitar a maestros de todas las facultades para que logren impartir asignaturas en esa modalidad. ¿Existe deficiencia en la pedagogía virtual? ¿Se está incrementando la matrícula en modalidad virtual? ¿Qué pasará con las universidades que no innoven?

A la investigación y el desarrollo I+D, según mi análisis, se le debería incorporar la C, que significa competencia. Las competencias de cada estudiante también se suman al aprendizaje autodidacta. En la actualidad, los alumnos tienen toda la información en las manos; por lo tanto, un catedrático universitario debe ser capaz de convencer con nuevas formas de enseñar y no quedarse desfasado. Las mejores universidades invierten en investigación científica y desarrollo tecnológico.

A lo anterior se le suma que los equipos de prácticas educativas tienen que estar en constante renovación para poder enseñar con tecnologías de punta. La inversión que realiza cada universidad en tecnología hace tener a mejores profesionales y maestros capacitados.

La educación se ha orientado en un nuevo enfoque educativo, el cual ha ido cambiando no solo por la tecnología, sino por la era de la información. A principios del siglo XX los maestros explicaban y los alumnos entendían. En 1950, los maestros demostraban y los alumnos experimentaban. En el siglo XXI, el profesor se convirtió en mediador y los discentes en competidores. Es irrisorio constatar que hasta algunos colegios cuentan con mejor tecnología que algunas universidades.

Las universidades que no innovan irán perdiendo alumnos, y eso será un final duro que enfrentar. Deben competir con los MOOCS, cursos en línea impartidos a miles de participantes a través de internet. Es más, algunos cursos online ya están programándose y no necesitarán de maestros.

Carlos Vignolo, investigador de la Universidad de Chile, manifiesta: “La innovación no es una opción… o las empresas innovan o mueren”. En El Salvador, algunas universidades aún no están conectadas con el aprendizaje virtual.

La internacionalización de las universidades ya no es un mito, es una realidad. La globalización ha colaborado a ello. Los estudiantes son los que también encarrilan a un nuevo modelo de enseñanza. Los smartphones, las tabletas u otros aparatos les facilitan de una mejor manera el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La piedra angular del desarrollo es la educación; sin embargo, la innovación de las universidades también tiene que ir de la mano con la empresa privada. Recordemos que la empresa privada necesita a universitarios con conocimientos modernos para aplicarlos. Es más, las empresas grandes cuentan con mejor tecnología. Eso implica que las universidades que no innovan quedan descontinuadas.

En 2016 la Universidad de Oxford quedó en primer lugar en el mundo debido a cuatro indicadores de la metodología: investigación, enseñanza, distinciones y proyección internacional. Con esto se constata que también la investigación es una premisa para lograr empoderar a las universidades que deseen estar en ese ranking. En cada región, cada universidad lucha por salir del anonimato y sabe que cada profesional graduado es el que logrará tener éxito gracias a su proceso de enseñanza-aprendizaje.

Los mismos alumnos indagan sobre las carreras, el equipo o los laboratorios de prácticas educativas. Eso significa que debe haber transferencia tecnológica para semillero de talentos. Las mejores universidades deben aplicar desarrollo e innovación en todo el sistema curricular. Los maestros y discentes siempre deben estar en constante cambio con la mejora continua.

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