Por: Gilberto Dorantes Álvarez
Los útiles escolares son el tema obligado en la gran mayoría de los hogares mexicanos, pues desde preescolar hasta el nivel medio superior y superior, inician o han iniciado el nuevo ciclo escolar 2017-2018 y con ello una enorme derrama económica obligada se tiene que realizar, pues sabemos que un hijo sin la educación formal, (esa que se recibe dentro de un aula) no alcanzaría un desarrollo pleno dentro de las actuales sociedades que cada día exigen más de sus integrantes para poder desempeñar algún trabajo.
Por su parte, los docentes han permanecido los últimos días en constante capacitación, recibiendo distintos talleres, diplomados o cursos que le ayuden a mejorar los resultados dentro del salón de cases. En estos talleres, los maestros tratan de actualizarse lo mejor posible, discuten las formas de trabajo que mejores resultados dan para la mejora educativa, el desempeño del maestro se pone de manifiesto mostrando real interés por elevar el rendimiento escolar del educando. Se viven ambientes de respeto y cordialidad y sobre todo de compañerismo al compartir las distintas experiencias aúlicas, demostrando madurez, convirtiéndolos en auténticos profesionales de la educación. Pues al conformar los distintos colectivos, tienen como meta no sólo ser mejores maestros, sino resolver los distintos problemas situacionales que son obstáculos verdaderos para llegar a tener alumnos altamente competitivos de acuerdo al grado escolar que estén cursando.
A los padres de familia les corresponde tenerles todos los materiales necesarios a sus hijos para que la tarea educativa pueda llevarse a feliz término y ser partícipes del proceso enseñanza aprendizaje de sus representados, mientras que los alumnos deberán asistir puntualmente a sus centros escolares con el deseo vehemente del progreso, triangulándose de esta manera el desarrollo educacional de la población escolar y así poder aspirar a una educación de calidad. Pero, ¿y el gobierno? Ese gobierno que tanto habla y difunde en los medios de comunicación que las reformas estructurales son la piedra angular para el desarrollo económico de México, ¿Qué hace? Se supone que de los impuestos recibidos, gran parte de esos dineros deberían ser destinados para por lo menos mejorar las escuelas en su aspecto físico y dotarlas de todos los materiales indispensables para poder elevar la calidad de la educación, por desgracia nos damos cuenta que la realidad es distinta, y veremos a las sociedades de padres de familia junto con el personal que labora en las distintas escuelas, organizarse para implementar actividades para recabar fondos económicos y así poder solventar gastos mayores como son: reparación de sillas, compra de pizarrones, reparaciones mayores de los salones escolares e inclusive la construcción de nuevas aulas, compra de ventanas y protecciones, (porque la delincuencia no respeta absolutamente nada), pintura para el inmueble, pago de los servicios básicos como agua y energía eléctrica principalmente, y la lista puede acrecentarse considerablemente de acuerdo a otros factores. Sin embargo, esos detalles no son considerados por la reforma educativa, la cual solo ha golpeado brutalmente la cuestión de los derechos laborales de los docentes.
Estamos por concluir el sexenio que tanto impulso le ha dado a la reforma educativa, pero de esta famosa reforma no vemos el comienzo de una mejora real en la educación, pues continuamos con los mismos libros, salones deplorables, pizarrones de antaño pupitres de hace más de dos décadas y todo lo que al gobierno le toca modernizar continúa igual que hace 30 años atrás. ¡Reflexionemos mientras llega el próximo café!
Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/regreso-a-clases/