Unibol: La tradición universitaria al servicio y la expansión de los saberes indígenas bolivianos

Por Gabriela Garcia Calderon Orbe

Publicado el 31/05/2016 22:50 GMT

Este artículo es una adaptación del texto original aparecido en La Pública que se reproduce aquí como parte de un acuerdo para compartir contenido. Se puede leer la versión en aymara en este enlace.

La Universidad Indígena Boliviana Aymara Tupak Katari con sede en la localidad de Warisata, reúne a numerosos estudiantes de origen indígena en Bolivia con el fin de conjugar la educación formal académica con los saberes tradicionales de las comunidades originarias. El proyecto va progresando lentamente y necesita aún de tiempo y de trabajo para expandirse y crecer. Sin embargo, sus estudiantes, la energía principal que mantiene en pie la institución, consideran que hay muchas posibilidades de mejoría por delante. En una oportunidad anterior, Rising Voices siguió a otros estudiantes de la universidad y sus historias.

En los testimonios que siguen, algunos de los estudiantes de la Universidad Indígena comparten sus impresiones, sus experiencias, y lo que ha significado pertenecer a este proyecto educativo en su crecimiento personal. Para muchos de ellos, estudiar en la Unibol se traduce en rescatar saberes ancestrales, en enriquecer un pensamiento descolonial y en desarrollar un modo de producción de conocimientos inclusivo e intercultural.

Una educación inclusiva y para las identidades

Noemí Campos Yarari, estudiante de Ingeniería Textil, expresa su opinión con respecto a su universidad:

Soy de la provincia paceña Muñecas, de la segunda sección Ayata, comunidad Huancarani […] Considero muy buena [la universidad] porque acoge a estudiantes que en su mayoría provienen de las provincias, del campo, de hogares con pocos recursos.

José Luis Atanacio Maraza, Guido Mendoza Quispe, Maria Apaza Condori y Teodora Yanaguaya Pillco, cuatro estudiantes de Ingeniería de Alimentos, se refieren a la importancia de su facultad y hacen una reseña de la historia de su casa de estudios:

La Universidad Indígena Boliviana Aymara Tupak Katari existe gracias a la lucha de nuestros abuelos en muchos sentidos, por ejemplo en la siembra de alimentos. Ahora, desde la carrera de Ingeniería de alimentos (las otras tres son Veterinaria, Agronomía e Ingeniería textil), que ya tiene seis años, nos toca recuperar la tecnología ancestral, dar valor agregado a la materia prima e innovar con nuevos productos naturales, así como apoyar en la creación de empresas comunitarias en nuestras comunidades. Todo para el vivir bien de los bolivianos.

La Unibol fue fundada el 2 de agosto de 2008 (DS Nº 29664) en honor de nuestro líder indígena Julián Apaza Nina, alias Tupak Katari. Con su nacimiento se ha salido al paso de la discriminación que había en el país para el ingreso a las universidades.

Ruben Castillo Quispe, estudiante de Agronomía, cuenta cómo llegó a Unibol:

Nací en la comunidad de Ispaya Tocoli, en el municipio Ancoraimes de la provincia Omasuyos (La Paz), que se encuentra a orillas del lago Titicaca.

Estudié en la escuelita de la comunidad y tuve que enfrentar la dura caminata diaria de seis horas (ida y vuelta). Era el colegio más cercano a mi comunidad, así que no tuve otra alternativa.

Con todo y dificultades pude terminar el colegio y luego fui a prestar mi servicio militar. Al retornar a mi casa luego de un año, tenía muchas ganas de seguir estudiando. Quería ir a la universidad y sobre todo me gustaba el estudio de lenguas.

Ahora estoy estudiando en la Unibol, donde no hay la carrera de Lingüística; pero avanzo […] y ya estoy en sexto semestre.

Por su parte, Claudia Colque Aquino, estudiante de Ingeniería de Alimentos, explica cómo se desarrollan los estudios en Unibol:

En la Universidad Túpac Katari se inculcan conocimientos descolonizadores a los estudiantes de las cuatro carreras. Nos enseñan lo que es el trabajo comunitario, el que se practica en las clases para que nosotros que provenimos de grupos con una identidad cultural, un origen aymara, veamos que las prácticas de nuestra formación no siempre requieren de tecnología moderna, también necesitan de instrumentos ancestrales. Al elaborar las tesinas y emprendimientos productivos, se busca y se utiliza alguna técnica ancestral que se podría aplicar a la investigación universitaria. La defensa se hace asimismo con una vestimenta originaria y a los tribunales se les ofrece la hoja de coca.

A los representantes estudiantiles les llamamos irpiris y sullka irpiri y entre nosotros nos llamamos hermanos, tal cual hacemos con los docentes, sean licenciados o ingenieros.

La forma de vestir en la Unibol es también variada y hay quienes portan la ropa que se usa en sus comunidades y provincias. Por todo esto, diría yo, ésta es una universidad distinta de las otras en el país.

Choques de tradiciones académicas, problemas de recursos y el cuidado a la Pachamama, la Madre Tierra  

Los retos para la Unibol no han sido pocos. Las costumbres académicas, los problemas materiales y el irónico impacto de la Universidad Indígena a su entorno ambiental han sido el punto de partida de algunos de sus estudiantes. De la facultad de Agronomía, Félix destaca el papel de los catedráticos en los choques de diferentes culturas universitarias. En estas diferencias se hace evidente cómo las propuestas de institutos como la de la Universidad Indígena pueden chocar con las tradiciones académicas heredadas de Europa:

Algunos estudiantes de la carrera de Agronomía de la Unibol aymara tuvieron problemas el anterior semestre con algunos docentes de tiempo completo. [Los profesores] se habían parcializado con unos alumnos que trajeron costumbres de otras universidades [y que menospreciaban] las costumbres del pueblo aymara que son parte de los principios educativos de esta [Universidad]. Gracias a la inteligencia de la Dirección de la carrera se solucionaron los malos entendidos y se pudo seguir.

Gabriel Serrano López, también estudiante de Agronomía, habla de la importancia de tratar bien a la Tierra, la Pachamama:

Los desechos de plástico y otros derivados del petróleo abundan en los predios de la Unibol. Si bien en las aulas se habla de descolonizar y de respetar a la madre tierra, la Pachamama, los llamados a poner en práctica esos principios son los que contaminan el entorno con productos sintéticos. La basura de este tipo se acumula porque los estudiantes, administrativos y docentes compran refrescos, alimentos y otros productos en envases que se tiran por ahí, que llegan al río y luego llegan al lago Titicaca, agravando su grave contaminación. Ocurre que estamos en la comunidad lacustre de Cuyahuani, municipio Huarina de provincia paceña de Omasuyos.

 

De manera conjunta, Emilio Mamani Chino e Ivan Alí, estudiantes de Agronomía, se refieren a la escasez de agua y cómo los afecta:

En la Unibol TK hay problemas con los servicios básicos, especialmente con el agua que es escasa y a veces se seca del todo. Por eso mismo, tampoco hay duchas y el aseo personal se hace difícil. Así es desde el inicio de las actividades académicas de esta universidad. Creo que es importante que los estudiantes presenten su reclamo y que las autoridades implementen las soluciones.

Aunque las limitaciones lo hagan difícil, el proyecto continúa en pie. Del mismo modo, los estudiantes de la Unibol continúan la labor de dar vida y ayudar al desarrollo a una institución con bases de pensamiento de gran singularidad. Para muchos de ellos, estas limitaciones son temporales y llegarán a su fin. Al final, como en muchas otras instituciones universitarias que crecen y se cuestionan, lo que funciona seguirá bien y lo malo cambiará.

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