Por qué la actividad física es tan importante para los niños

Europa/España/29-09-2019/Autora: Paula González/Fuente: El País

Por: Paula González

Miguel Camarena, medallista nacional e internacional y licenciado en Ciencias del Deporte, no solo explica el porqué, sino cómo hacer que nuestros hijos estén sanos.

En jóvenes y adolescentes de siete a 17 años, la Organización Mundial de la Salud define la actividad física como: “juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias”. Deben ser actividades diarias de 60 minutos de intensidad moderada o alta y los beneficios serán mayores para aquellos chavales que practiquen deporte más de una hora al día.

● Desarrollar un aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones) sano.

● Desarrollar un sistema cardiovascular (corazón y pulmones) sano.

● Aprender a controlar el sistema neuromuscular (coordinación y control de los movimientos).

● Mantener un peso corporal saludable.

Miguel Camarena cree que “hoy en día el sobrepeso en niños y niñas se ha disparado y va en aumento, en parte por la inactividad, ya que se ha cambiado el pilla pilla y el juego del pañuelo por las consolas”. Es cierto que los videojuegos fomentan también otro tipo de habilidades cognitivas y es positivo que los pequeños desarrollen su creatividad e imaginación con actividades más sedentarias como la pintura, los juegos de mesa, la música o la lectura.

Sin embargo, teniendo las clases a la vuelta de la esquina, ya serán suficientes horas de estar parados, concentrados en una actividad más tranquila. Por lo que las pautas que Camarena recomendaría a cualquier familia con hijos se pueden resumir en dos: “Lo más importante es que practiquen un deporte que les guste y, a ser posible, que prueben uno colectivo y uno individual, porque cada uno aporta valores distintos pero muy necesarios”. Así, quizá se pueda combinar la danza con el baloncesto, o la escalada con el balonmano. Según el gusto de cada uno.

Lo importante es que se muevan, ya que según los datos que recientemente ha publicado la fundación Gasol en su estudio PASOS, tan solo el 36,4% de la población infantil en nuestro país cumple con las recomendaciones de la OMS de una hora de actividad física al día. Esto contradice todos los beneficios físicos y psíquicos? que se conocen acerca del deporte hasta el momento: “Se ha demostrado que practicar un deporte genera conexiones neuronales y aumenta la inteligencia” dice Miguel.

¿Qué debemos tener en cuenta sobre el deporte en población infantil?

En primer lugar, el atleta nos recuerda “que los niños no son adultos en miniatura y que requieren un trato emocional correcto y un entrenamiento diferente de los adultos”.

Lo más importante, según Camarena, es “dejar decidir al niño qué deporte quiere practicar y, si quiere cambiar cada cierto tiempo, que pueda hacerlo. No castigar al niño nunca sin hacer deporte – porque el ejercicio le ayuda a relajarse y a estar mejor – y, sobre todo, no castigar al niño poniéndolo a hacer deporte”. Los castigos refuerzan la sensación de negatividad en una actividad y lograríamos justo el efecto contrario de lo que pretendemos.

En las actividades extraescolares es cada vez más habitual apuntar a los pequeños a competiciones, donde los padres van a animar, e incluso a veces a crispar el ambiente, así que Miguel nos recomienda: “Si tu hijo hace algún deporte, celebrar cada competición gane o pierda, porque así asocian el deporte, y no solo el ganar, a disfrute”. Esto no significa que no debamos acompañar a los pequeños, ya que ”hacer actividad física y ejercicio con los hijos es perfecto porque favorece nuestro vínculo con ellos”, asegura Miguel.

¿Y qué hay de los deportes de fuerza? ¿Son recomendados para los pequeños de la casa? Camarena lo tiene claro: “Si tu hijo quiere entrenar fuerza puede hacerlo porque esto no va a detener su desarrollo. Es un mito muy extendido que se frena el crecimiento por entrenar fuerza”.

Aún así, siempre hay que entrenar siguiendo los consejos de un profesional, adaptando las cargas – si las hay – a la forma física de los niños, y siempre nos debemos asegurar de que la equipación sea la adecuada a su talla. En especial el calzado, como nos advierte Miguel, y que vayan siempre con una cantimplora con agua ya que “muchas veces no sienten sed, pero deben cuidar la hidratación”.

Combatir el sedentarismo

Según la AEP (Asociación Española de Pediatría), no basta con seguir las recomendaciones de la OMS de una hora de actividad física al día, también hay que luchar de forma activa contra el sedentarismo con actividades como: Disminuir el tiempo sentados en medios de transporte; ir caminando al colegio; reducir el tiempo frente al televisor, ordenadores y videojuegos; y motivar a los niños a colaborar en tareas domésticas que precisen actividad física.

Como en todo, lo importante en la salud de los más pequeños radica en que ellos tomen ejemplo de lo que los adultos de su entorno hagan, así que quizá esta vuelta al cole pueda ser un buen momento para desempolvar las zapatillas de deporte y buscar una actividad que podáis disfrutar en familia.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/09/13/mamas_papas/1568373773_766385.html

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Inteligencia en primera infancia

Por: Paula González

Inteligencia: ¿Qué es? ¿Cómo se desarrolla, fortalece o motiva?

Diversos estudios hablan acerca de la inteligencia y la definen como la capacidad para aprender, comprender, abstraer información y resolver problemas, del mismo modo se habla de la capacidad de elaborar productos dentro de un contexto socio-cultural. Autores como Adrián Owen, neurocientífico británico, Amanda Céspedes, neuropsiquiatra chilena y Fernando Gómez-Pinilla, neurocientífico de la Universidad de UCLA, señalan los diversos elementos importantes para el desarrollo de la inteligencia, entre ellos la plasticidad.

Una de las características más relevantes de la inteligencia para cualquier toma de decisión es la plasticidad, es decir, la capacidad de nuestro cerebro de modificarse a partir de los diversos estímulos que recibe del medio. La estimulación externa no va dirigida hacia ciertos aspectos de la inteligencia, sino que influye en el desarrollo global de la misma. Por tanto, el hecho que nuestro cerebro sea plástico, más aún en las primeras etapas de la vida, es una herramienta que podemos fortalecer y desarrollar en la primera infancia para ser más inteligentes en la edad adulta.

Sabemos que el cerebro y la  inteligencia están directamente relacionados y que los primeros años de la vida son cruciales para enraizar nuestro desarrollo. Según Amanda Céspedes, hasta los cinco años la corteza dispone de 300 billones de neuronas para conectarse entre sí; a los siete años, se dispone de 200 billones de neuronas y de los doce años en adelante tan solo 100 billones. Esta información es un tesoro, una maravillosa esperanza de poder modificar cientos de cosas y hacer de nuestros niños y niñas, personas con herramientas para la vida.

Los educadores tenemos un papel fundamental en este proceso. En la primera infancia y antes de la escolarización se trabaja el hemisferio derecho con mayor énfasis que el izquierdo, puesto que se encuentran las funciones más blandas tales como la intuición, la espiritualidad, la creatividad, la música melódica, la sensibilidad, etc. El sistema escolar actual ejercita mayormente el izquierdo con funciones más duras como son la lógica intelectual, el razonamiento, la memoria el pensamiento matemático, la música rítmica, la escritura y el lenguaje, olvidando la ejercitación de las funciones del hemisferio derecho.

Como maestros de niños en etapa infantil debemos sugerir ciertos aspectos favorables para el desarrollo y fortalecimiento de la inteligencia. Algunas recomendaciones para este objetivo son:

En relación al sueño
Es recomendable que el párvulo logre descansar las horas correspondientes (8 a 12 horas) cada noche. Sin luz, cómodos, con una temperatura adecuada y sin factores que pudieran alterar su sueño.

En relación con la alimentación
La comida debe ser saludable, priorizando aquellas que posean omega y vitaminas. Los horarios de éstas son importantes, puesto que se debe respetar las rutinas establecidas, y la cantidad debe corresponderse a la actividad que realicen: durante la mañana el consumo calórico debe ser mayor que el de la noche; las frutas deben consumirse durante la mañana o a media tarde, se debe alternan el consumo de carnes blancas y rojas, priorizando siempre las blancas por sobre las otras; los frutos secos consumirlos en pequeñas cantidades diariamente; y de liquido beber mayoritariamente agua o jugos de frutas naturales sin azúcar añadido como también infusiones o hierbas.

En relación con la actividad
El ejercicio, el movimiento del cuerpo, favorece no solo una vida y un cuerpo saludable sino la oportunidad de explorar, conocer, sentir y disfrutar de distintos escenarios ambientales. Actualmente se habla también del BRAIN GYM o gimnasia cerebral para despertar nuestras neuronas y, de esa manera, unir los hemisferios provocando mayores niveles de desarrollo de las habilidades mentales.

En relación con el estímulo externo
Este es, para mí, un punto neurálgico. Personalmente como educadora de párvulos hago hincapié en el rol fundamental de los padres. Tienen (tenemos, dado que soy además madre) gran parte de responsabilidad en esta tarea. Desde clase invito a todos los educadores a reiterar habitualmente a los padres los siguientes puntos que ayudarán a sus hijos a desarrollarse de una forma más sana y a fortalecer la inteligencia:

– Manifestar verbalmente el amor a ese niño o niña.
– Dar cariño constante a través de caricias.
– Acompañarle en sus juegos y hacerse participe de ellos.
– Escuchar música, especialmente instrumental.
– Llevarlo a espacios naturales donde pueda despertar sus sentidos y atesorar buenos recuerdos y significativos con la familia.
– Entregar contención siempre.
– Leer, leer, leer. Sí, ya no hay excusas. La lectura invita a desarrollar múltiples funciones, apego, lenguaje, valores, entretención, imaginación… entre tantas otras más cosas.
– Acompañarle en sus deberes académicos, orientarlo, sugerir, instruir en la medida de lo posible en un ambiente grato, sin actos que provoquen frustraciones o desinterés por las materias.
– Dialogar, constante y persistentemente con intención de explorar sus sentimientos y acompañarlo en su sentir; siendo guía, modelo y mediador responsable de su desarrollo.
– Invitarle a desarrollar un taller donde pueda ser responsable, disciplinado y perseverante en alguna habilidad que le guste. Además, esta será una herramienta que le permita socializar y regularse con otros.
– Invitarle a participar de algo espiritual, para algunos será la iglesia, para otros el contacto con la naturaleza, pero un lugar donde pueda reflexionar y pensar a escala en relación con su edad, acerca de su trascendencia.
– Disfrutar del arte, la pintura, la escultura, la música, acercarlo a este mundo a través de visitas a museos, exposiciones para que experimente sensaciones y con ello motivarse a crear.

Esta y otras sugerencias ayudan a aterrizar a los niños de la velocidad contractual, de la globalidad del mundo tecnologizado que ha robado las más simples pero más importantes etapas de la vida de nuestros pequeños. El recuperarlas depende, única y exclusivamente, de nuestro ejercicio diario con ellos y ellas.

Debemos recordar que estamos hechos de una riqueza invaluable: somos seres capaces de experimentar diversas situaciones y emociones. Howard Gardner ya hablaba de las inteligencias múltiples (espacial-visual, lingüística, lógico-matemática, -interpersonal, intrapersonal, naturalista, musical, corporal-kinestésica y existencial). No solo debemos desarrollar un solo tipo de inteligencia, dado que el mercado nos dirige a potenciar solo unas pocas, sino que debemos ser capaces como educadores de descubrir y potenciar aquellas que están más alejadas y que brindan a cada persona una mayor felicidad y paz interior a largo plazo.

Existe formación post universitaria que ayuda a los educadores a potenciar la máximo el desarrollo de sus alumnos como el Máster en Coaching Educativo, el Máster en Intervención Psicopedagógica en Contextos Educativos o el Máster en Neuroeducación entre otros.

Fuente artículo: https://www.isep.es/actualidad-educacion/inteligencia-primera-infancia/

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Incidencia del abuso de la TIC en preescolares

19 de abril de 2017 / Fuente: https://www.isep.es

Por: Paula González

Actualmente estamos insertos en una sociedad de la Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC), con premura y de urgencias, donde pareciera que si no utilizamos algún recurso tecnológico, estamos desconectados y perdidos del mundo y de nuestro entorno. Es como si el día durara menos horas que antes y nuestros deberes y responsabilidades aumentan considerablemente en la jornada. Corremos en la mañana para llegar a nuestros trabajos, luego para llegar a nuestros hogares y cuando queremos compartir tiempo con las familias, el cansancio, uso de la TIC y el desgano nos gana la batalla.

Del mismo modo les ocurre a los niños. La escolaridad completa, la competencia academicista de los establecimientos educacionales y el sistema en sí, parecieran extenuar a los escolares. Queremos y pretendemos hacer de nuestros niños adultos comprensivos y genios de contenidos de materias y habilidades a su corta edad. Poco importa si aprenden jugando o no, que exploren o disfruten de nuevas experiencias… lo importante es responder al sistema competitivo y veloz que se lleva a cabo para obtener buenos resultados y, con ello, favorecer a los establecimientos educativos.

Los niños con menos de seis años son actualmente “nativos digitales“, puesto que desde temprana edad están insertos en un mundo tecnológico y relacionado con celulares, vídeo-juegos, consolas o computadoras.

El tener la posibilidad de usar algún tipo de tecnología permite desarrollar en niños de corta edad, ciertas habilidades tales como: coordinación viso motriz; resolución de problemas; razonamiento lógico, orientación espacial; estrategia y mejora en los reflejos, entre otras. Sin embargo, estas habilidades podrían ser encauzadas desde otro tipo de herramientas, recursos y metodologías, menos llamativas para los niños de hoy.

Los efectos más palpables de niños menores de seis años que habitualmente utilizan este recurso en exceso son estremecedores. Entre ellos destacan:

– La falta de interacción social debido al poco contacto con otros niños, a las familias pequeñas de uno o dos hijos, a que los padres trabajan durante todo el día y a la poca socialización por no hacer uso de espacios comunes y públicos.
– Sedentarismo (obesidad, sobrepeso). La falta de ejercicio, las reducidas horas de educación física en la escuela, la comodidad del estar quieto… impiden tener una vida saludable, llevándolos a enfermedades a temprana edad.
– Comportamiento irritable. La irritabilidad, entendida como un estado emocional caracterizado por un menor control sobre el temperamento que generalmente se traduce en arrebatos verbales o de comportamiento (Snaith and Taylor 1985), provocados por la pérdida o el fin de un determinado juego, alteran el organismo del menor, haciendo que reaccione con un bajo dominio del control de sus emociones.
– Dependencia, es decir, y acotado al tema al abuso de la TIC, la necesidad de un determinado juego o tiempo de juego para sentir bienestar.
– Desorden en los hábitos de estudios y rutinas. Habitualmente los niños crean este desorden puesto que el tiempo del juego dependerá de la satisfacción o de su nivel de frustración. Si el resultado es positivo, entonces realizará sus actividades con ánimo y tranquilidad, mientras que si su resultado no es óptimo o esperable, dejarán esa estabilidad emocional, y sus rutinas de estudios se verán desplazadas o postergadas hasta lograr el éxito esperado en el juego.
– Desmotivación. Falta de interés en actividades al aire libre. Evita tener que realizar esfuerzos físicos e ir un poco a lo desconocido, con factores ambientales que pudieran afectar a su condición. Tiene preferencia a permanecer bajo circunstancias controladas, seguras y cómodas.
– Impulsividad, violencia y, en algunos casos, ira. La impulsividad conductual se caracteriza por la falta de control motriz y emocional y por actuar sin pensar en las consecuencias posteriores, movido por el deseo de gratificación inmediata.
– Desorientación en la noción del tiempo. Los niños que presentan un grado de adicción a videojuegos pierden, de alguna u otra manera, la noción del tiempo. El tiempo de juego corresponderá a los triunfos o derrotas que se generen en la oportunidad. En el caso de un alto índice de frustración el niño requerirá mayor tiempo para lograr la satisfacción esperada.
– Alteraciones de sueño. En ocasiones, el grado de violencia de los juegos afecta directamente a las etapas del sueño, pudiendo provocar en la fase tres y cuatro de sueño(donde las ondas cerebrales son más lentas) terror nocturno o pesadillas relacionadas con los videojuegos a los que juega.
– Ansiedad en circunstancias varias durante el juego. Se podrían generar ciertos temores en forma previa, anticipada, sin conocer o reconocer el por qué de esa sensación.

Entre las causas más habituales de la dependencia a los videojuegos y otros recursos tecnológicos se encuentran:

– La cantidad de dispositivos de este tipo que hay en los hogares.
– La actividad laboral de los padres y el poco tiempo a compartir con ellos.
– El bajo control y supervisión de los padres en el actuar de los niños.
– La falta de consistencia y coherencia en las reglas establecidas, si es que las hay.
– La opción de estar más cómodos.
– La seguridad dentro del hogar más que fuera de ella (parques, plazas, centros de juegos, etc.).
– La facilidad para encontrar rápidamente lo que buscan.
– La sensación de lograr algún tipo de recompensa al ganar un juego.

Pese a ello, el tener a niños dependientes preocupa a los progenitores. Es por ello que a continuación se dan a conocer algunas recomendaciones:

– Evitar el uso de videojuegos, consolas, computadora, tablets, incluso el televisión dentro de los dormitorios.
– Establecer horarios rutinarios de alimentación, estudio, sueño y recreación incluyendo en este punto el uso de las TIC.
– Planificar actividades fuera del hogar en familia que sean acorde a su edad y motivación.
– Hacer uso de plazas y lugares públicos, descongestionados, en donde hayan más niños con los que él se pueda relacionar.
– Incentivar el deporte con caminatas, salidas en bicicletas o al cerro. Si es en grupo familiar y bajo una actitud positiva probablemente sea más motivador para el niño.
– Mostrar el uso positivo de las TIC, dando a conocer el agrado por algún documental, tipo de música o ejercicio en línea que sea acorde a su edad y sus motivaciones.
– Invitar a conversar, a escala simple y sencilla, del daño que produce y los efectos que trae consigo la dependencia de las TIC.
– Establecer una gama de actividades, juegos o canales de Youtube donde los padres hayan hecho una selección exhaustiva del contenido.
– Bajar el nivel de irritabilidad a través de estrategias que conduzcan a una miranda interna de lo que provocó ese enojo, ira, molestia u otro y encontrar la solución. Enseñarle a respirar y controlar los impulsos para que sea capaz de auto-controlarse.
– Asistir a un especialista para que facilite orientaciones específicas.
– Procurar brindar afecto, tiempo y preocupación, con el fin de potenciar su persona en forma integral.

Finalmente entender que el preescolar podría estar en una proceso de hacerse adicto al uso de las TIC. El DSM-V da su primer paso para considerar adicciones conductuales a la clasificación de adicciones actuales descritas.

Fuente artículo: https://www.isep.es/actualidad-educacion/incidencia-del-abuso-de-uso-de-tic-en-preescolares/

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