Por: Hugo Ñopo
En este intercambio de e-mails, Mariana Rodríguez Risco y Hugo Ñopo discuten diferencias y hallan puntos coincidentes para abordar el imprescindible desafío de mejorar la educación en el Perú.
¿POR DÓNDE EMPEZAR?
Estimado Hugo:
Contagiada del entusiasmo por la clasificación al Mundial, me pregunto: ¿por qué no pensar en un Perú que juegue el partido de la
educación en las ligas mayores? Veo un sector educativo que ha logrado grandes avances, desarrollado capacidades y tiene un gran potencial.
Me podrán acusar de exceso de optimismo; sin embargo, no soy ciega a las dificultades. Las cifras muestran grandes avances en cobertura en todos los niveles. ¡Gol a favor de la inclusión educativa!
Lamentablemente la cobertura no ha sido acompañada por la calidad, que quedó concentrada en unas pocas instituciones educativas en Lima y grandes ciudades. Pero, ¿por qué no se expandieron llevando calidad a todo el Perú? En mi opinión, quedaron atrapados en su “zona de confort” por complacencia, falta de competencia, burocracia y políticas educativas desacertadas que, por cierto, aún persisten. ¡Autogol a la inclusión educativa en calidad!
Tenemos un sistema educativo con gran potencial, pero está maniatado. Hay tres nudos: 1) eliminar la sobrerregulación que genera burocracia y corrupción, empoderando a los líderes y gestores educativos, 2) poner en valor al maestro, y, 3) construir la institucionalidad, eliminando la existencia de instituciones educativas al margen de la ley.
Saludos,
Mariana
Querida Mariana:
Comparto tu entusiasmo y optimismo. Tenemos una oportunidad de oro. Este período debe fortalecernos como nación. Se viene construyendo un relato valioso acerca de la fe en los talentos de las personas, el trabajo en equipo, la perseverancia y la pasión en la búsqueda de los objetivos. Estas son precisamente las habilidades que
se requieren para el éxito en el futuro. Ojalá sepamos aprovechar esta oportunidad.
Dicho esto, también es conveniente una dosis de realismo. Será muy difícil enfrentar exitosamente los retos del desarrollo con el estado actual de nuestro sistema educativo.
Algo debe cambiar. ¿Qué priorizar? De los tres puntos que planteas, claramentetomo uno: los docentes. La institucionalidad también es importante, pero creo que esta la construyen las personas. Por eso priorizo al maestro.
Me gustaría ver mejor tu punto acerca de “la sobrerregulación que lleva a burocracia y corrupción”, especialmente si tomamos en cuenta que esto afecta a un cuarto de la matrícula en educación básica regular.
Así que te planteo un reto interesante. Dame una lista con diez ejemplos de lo que planteas.
Un abrazo,
H.
Mariana Rodriguez y Hugo Ñopo. (Foto: Archivo El Comercio)
LA REGULACIÓN EN LA MIRA
Hugo:
Coincido, ¡el maestro sin duda! Urge desarrollar capacidades pedagógicas, atraer talento joven con vocación docente, e innovar el currículo de los programas de educación. Sin embargo, son miles de
maestros y están repartidos por todo el Perú, un gran porcentaje tiene más de 50 años. ¿Dosis de realismo? ¿Por dónde empezar?
Empoderando a los gestores y directores de los colegios, como en el caso de Fe y Alegría, que está logrando buenos resultados, dándoles más autonomía con rendición de cuentas. En ellos recaería la tarea de convocar y formar a excelentes maestros y de liderar el cambio, rompiendo la inercia en la que nos encontramos.
La sobrerregulación aplasta las iniciativas de mejora e innovación de los buenos colegios, ya que genera burocracia, estandariza y coloca ‘camisas de fuerza’, impone reglas y requerimientos excesivos, en muchos casos imposibles de cumplir. Gestores y directores de colegios te pueden dar muchos ejemplos del calvario que atraviesan.
Sí, estamos frente a una oportunidad de oro que debemos saber aprovechar. Trabajemos una regulación “en su justa medida” y en la institucionalidad. Son condiciones indispensables para la construcción de un sistema educativo de clase mundial.
Un abrazo,
Mariana
Mariana:
En un país con alta informalidad, la sobrerregulación suele ser un espejismo. Recordemos que gran parte de la regulación vigente
no se respeta (instituciones que funcionan en condiciones de hacinamiento, encima de chifas, casinos, etc.). Eso hace que, lamentablemente, justos paguen por pecadores. Por eso creo que para el mercado de servicios educativos, la urgencia está en la difusión de
información que nos permita distinguir el trigo de la paja.
Coincido con tu posición acerca del empoderamiento de gestores y directores de colegios. Pero si nos preguntamos por las capacidades de esos directores, volvemos al punto de partida del diagnóstico. La clave está en la selección. Es necesario poner vallas muy altas para el ingreso a la carrera docente (y, por ende, a la directiva). Para eso hay que atraer talento joven. La ventana de oportunidad está dada. De aquí al bicentenario uno de cada seis docentes habrá superado la
edad de jubilación. Pero, ¿cómo atraerlos a una profesión cuyo salario promedio está en el tercio inferior de la población? Aquí también
hay una responsabilidad de algunos empresarios. A nivel nacional, los profesores de escuelas privadas perciben salarios que son 27% inferiores a los de escuelas públicas. Con esta presión hacia abajo de los salarios difícilmente podremos salir del hoyo.
H.
EL ROL DE LOS MAESTROS
Estimado Hugo:
El sector educación tiene altos índices de ilegalidad e informalidad, reflejo de una problemática del país. La regulación ‘casuística’ intenta ponerle coto y no solo no lo consigue, sino que perjudica al sistema.
Con la mala hierba también mueren nuestros mejores frutos. Pero, vamos encontrando coincidencias: la transparencia de información es una respuesta efectiva para separar el trigo de la paja.
Como dice el Banco Mundial, la calidad de la educación es tan buena como la calidad de sus docentes. Urgen mejoras salariales, sin las cuales, iniciativas para atraer talento joven no serán efectivas. Esto es
necesario mas no suficiente. En los CADE Educación 2016 y 2017 se planteó promover un nuevo enfoque en la carrera de educación, una gran campaña nacional para revalorizar la carrera docente (60% de los peruanos no recomendaría a sus hijos ser maestro), y formar redes de colegios públicos a cargo de directores experimentados.
Para ello, se requiere consenso nacional, voluntad política y trabajo colaborativo (público y privado). Lo que me genera optimismo
es que estoy observando, como nunca antes, a la educación como un tema prioritario en la agenda nacional, un sentido de urgencia compartido, y un mayor acercamiento y confianza entre los sectores público y privado.
Mariana
Querida Mariana:
Creo que un momento en el que, efectivamente, se priorizó a la educación fue ese par de años en los que la inversión educativa
como porcentaje del PBI subió de 3% a 3,7% (2013-2015). Ojalá tengamos un nuevo período de crecimiento de la inversión. Lo necesitamos para poner en niveles competitivos los salarios de nuestros maestros.
Mientras tanto, conviene también aprovechar el momento tan interesante por el que pasa nuestra sociedad global.
Vivimos en un mundo en el que, cada vez más, la tecnología juega un rol central como herramienta para las comunicaciones y almacenamiento de información. Los sistemas educativos tienen mucho por ganar aquí.
Para aprovechar bien esta oportunidad vale la pena tener claridad sobre el rol de la tecnología y el rol del docente. La tecnología puede ser utilizada de manera costo-eficiencia para la transmisión de
información.
Con el maestro, por su lado, vale la pena avanzar hacia un modelo educativo en donde su rol es fundamentalmente formador:de mentalidades críticas, de eternos aprendices, de trabajadores en equipo, de buenos ciudadanos.
Saludos,
Fuente: https://elcomercio.pe/cade/cade-lograr-educacion-inclusiva-noticia-477539