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Largo camino, buen destino

El occidente de Honduras es una región extremadamente montañosa de bellos y exuberantes bosques de pinos. Está habitada por la población de origen lenka, descendientes de Lempira, quien fue gran antecesor de la independencia de América Latina. Por otra parte, es una de las regiones de Honduras con mayores retos de desarrollo en la actualidad.  Sus tasas de pobreza son mayores a las del resto del país, lo cual se relaciona con el escaso logro educativo de su población. Los jóvenes de 20 años solo cuentan con un promedio de siete años de educación, lo que significa que uno de cada dos niños que acaban sexto grado se matricula en séptimo. Es decir, en total, cada año aproximadamente 14.000 niños de 12 y 13 años interrumpen su proceso educativo.

Frente a ello, el gobierno de Honduras decidió adoptar medidas rápidas a través de su Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social, la coordinación y empuje de la Secretaría de Educación y el apoyo del BID. A pesar de la intención de actuar velozmente, surgieron una cantidad de interrogantes: ¿Debemos instalar colegios en dichas comunidades? ¿Qué tipo de escuelas se podrían construir? ¿Debemos darles a los estudiantes un bono de transporte? ¿Vendrán los alumnos? ¿Estudiarán?

Se tomaron decisiones difíciles.

Se acordó, en una primera fase, atender áreas con una gran población graduada de sexto grado, pero que no continuaba en séptimo por falta de oferta educativa local. O, por otra parte, enfocarse en aldeas, centros poblados o ciudades cercanas accesibles durante todo el año.

Debido a los escasos recursos, se decidió emplear la experiencia del Sistema de Aprendizaje Tutorial (SAT), el cual es un programa de educación secundaria alternativa que ofrece instrucción de 7mo a 12vo grado a jóvenes que viven en comunidades rurales aisladas en cinco países de  Latinoamérica.

De esta manera, se brindaron servicios educativos a través de instructores que utilizan materiales en distintas materias para guiar el aprendizaje de los alumnos. También se empleó el conocimiento local y el entusiasmo del Instituto Hondureño de Educación por Radio (IHER). La experiencia fue lanzada a comienzos del 2014, creando oferta educativa en 100 aldeas rurales.

Dada la importancia del proyecto para el desarrollo de esta zona de Honduras, tuve la oportunidad de visitar algunas escuelas del área en Octubre de 2014. Una de mis visitas me llevó a la Escuela José Trinidad Cabañas de la comunidad El Portillón del municipio San Marco, en el departamento de Intibucá.  Para llegar a esta escuela, desde la capital departamental, primero tomamos un camino consolidado. Luego, pasamos a uno también asentado, pero mucho más angosto e irregular, un camino de herradura. Las lluvias de la época le añadieron un poco de emoción al viaje: por seguridad, tuvimos que descender del vehículo que nos transportaba en varios puntos del camino.

 

Nota: mapa elaborado en Google Earth. La línea morada representa el camino de herradura; la línea roja, representa la línea recta.

 

La comunidad cercana, San Marco de la Sierra, se encuentra aproximadamente a cinco kilómetros en línea recta y a diez kilómetros por el camino de herradura. La  vía directa tiene varias montañas en su camino, con una pendiente promedio de 24 grados y con picos que pueden llegar a 45. En época seca, les tomaría a los alumnos caminar dos horas de ida para llegar a la escuela y dos de vuelta para regresar. Por otro lado, el camino de herradura les tomaría a los estudiantes 30 minutos en transporte. Sin embargo, este camino se cierra en época de lluvias, lo que afecta la asistencia a las clases. Cabe acotar que la pendiente promedio de esta vía es de 14%, dificultando así que los alumnos se trasladen en bicicleta.

 

NOTA: Perfil de elevación del terreno en base a GoogleEarth

 

Al final del camino, llegamos a la escuela. El viaje (y el dolor de espalda) fue gratamente recompensado al ver un aula que, si bien, se encontraba en condiciones muy precarias, estaba llena de estudiantes ¡estudiando! Los alumnos, acompañados por un instructor totalmente comprometido, estaban avanzando de acuerdo al plan educativo. Debido a nuestra visita, la mayoría de los padres estaban presentes, extremadamente agradecidos por la oportunidad de la que disfrutaban sus hijos. Como gesto de gratitud, nos ofrecieron un manjar de la zona: una rica sopa indígena de gallina.

El éxito del programa no solo se ha registrado en esta aldea. En total, se matricularon más de 2.500 estudiantes en 100 centros educativos en 2014. La deserción durante el año fue mínima. Las escuelas han empezado clases en el 2015, atendiendo nuevos alumnos en séptimo grado y a aquellos que fueron promovidos de séptimo a octavo grado. El gobierno, en coordinación con el BID, está evaluando alternativas para potenciar el modelo, mejorando las condiciones de prestación del servicio educativo e incluyendo tecnologías de información.

Adicionalmente, el gobierno de Honduras está consciente de que hay muchas escuelas que están en áreas aún más remotas, donde no llega ni el camino consolidado, ni el camino de herradura. Es por esto que, en cooperación con el BID y otros organismos locales e internacionales, se está en proceso de identificar otras soluciones creativas para mejorar el desempeño educativo de la zona y potenciar su crecimiento sostenido.

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Crecimiento: 1- Equidad: 0. Y, la educación, ¿qué papel juega?

Estas últimas semanas han sido de gran controversia en el mundo de los economistas por la publicación de Capital en el Siglo XXI de Thomas Piketty. El libro ha causado revuelo porque hace referencia al rol de las instituciones del capitalismo en la evolución y distribución de ingresos, y concluye que nos estaría conduciendo a una sociedad más desigual.

Otros autores como Per Krusell y Tony Smith han abordado el problema de la desigualdad de ingreso con una óptica distinta y se han enfocado, entre otros factores, en el rol de la educación y su eventual importancia para generar mejores oportunidades para todos. Entonces, nos preguntamos: ¿qué sabemos de la evolución del logro educativo y de su evolución en el tiempo? ¿Los jóvenes de hoy tienen más y mejor educación que los de hace cincuenta años?

Antes de responder a estas preguntas, definamos qué es el logro educativo y por qué es importante. El logro educativo se define como los años de educación que alcanzan las personas dentro del sistema educativo formal y es uno de los principales componentes del capital humano, el cual a su vez es determinante para el crecimiento económico.  Existe evidencia de que los países con mayor logro educativo crecen económicamente más rápido y de que las personas con logros educativos más altos tienden a tener salarios más altos en el futuro [1].

Ahora, volvamos a las preguntas que nos planteamos sobre la evolución del logro educativo. Gracias al sostenido esfuerzo de recolección de datos por parte de los persistentes investigadores Barro y Lee, pudimos analizar si los individuos acumulan más o menos años de educación hoy en día. De la figura anterior, podemos sacar dos conclusiones importantes:

  • A nivel mundial, el logro educativo del ciudadano promedio [2] mejoró abismalmente en los últimos sesenta años. ¡Este ciudadano, en los años cincuenta, tenía cero años de educación y ahora en el 2010 tiene 9!
  • ¡Todos mejoramos! Tanto los individuos que antes tenían un logro educativo alto como los que lo tenían bajo ahora permanecen por más tiempo en el sistema educativo.

Sin embargo, no todas las noticias son buenas. A nivel mundial, los individuos con alto logro educativo aumentaron 6 años, mientras que aquellos con bajo nivel subieron solo 3. Esto implica que la brecha entre los individuos con alto y bajo logro educativo se ha expandido con el correr del tiempo.

Además, la mejora también varía por regiones y por países (ver tabla). Por ejemplo, en países desarrollados el individuo promedio pasó de 6 a 12 años de logro educativo, y la diferencia entre los individuos con alto y bajo logro educativo se redujo de 6 a 5 años.

En América Latina y el Caribe la historia es distinta. En la región, aunque el individuo promedio pasó de 3 a 9 años de logro educativo, la diferencia entre los individuos con alto y bajo logro educativo aumentó de 3 a 6 años. En África Sub-Sahariana, donde los niveles de escolaridad eran muy bajos, el individuo promedio ha avanzado de 0 a 3 años de educación y la diferencia entre los individuos con alto y bajo logro educativo se ha acelerado de 0 a 9 años.

Los  sistemas educativos están realizando grandes esfuerzos por aumentar el logro educativo y reducir brechas, pero todavía la tarea es ardua. Usualmente los individuos con padres pobres y que no han concluido la escuela son aquellos que tienen el logro educativo más bajo por lo que se generan patrones viciosos de transmisión intergeneracional de pobreza y de falta de oportunidades. Así, como se aprecia en la tabla, si bien la diferencia entre los de alto nivel y bajo nivel se ha reducido, el logro educativo del individuo con bajo nivel en América Latina es de sólo 6 años, es decir el equivalente a primaria completa.

Para cerrar estas brechas es necesario el esfuerzo sostenido de los diversos países con el apoyo de organismos internacionales. En ese sentido, con gusto informo en este blog que el gobierno de Honduras acaba de crear 2500 cupos adicionales en secundaria con respaldo del BID. Así, muchos más estudiantes de las zonas rurales aisladas podrán acceder a la secundaria y graduarse, lo cual les permitirá tener mejores oportunidades e ingresos más altos en el futuro. Si bien este puede parecer un avance pequeño frente a los monumentales desafíos a los que nos enfrentamos, estamos en el camino correcto para disminuir las diferencias. Solo así podremos ofrecer a todos nuestros ciudadanos la oportunidad de permanecer en la escuela y de adquirir las habilidades necesarias para acceder a trabajos bien remunerados que les aseguren una mejor calidad de vida.


 [1] Estudios recientes presentan medidas de logro cognitivo como mejor indicador de capital humano, por ejemplo Hanushek y Woessman (2008). No obstante, las series de logro cognitivo son cortas y cubren numero reducidos de países.

[2] Individuo mediano, el percentil 50 en la distribución del logro educativo.

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Tienes trabajo, pero… ¿Sabes regla de tres?

Javier Luque

Hace unos días, viendo las ofertas de empleo en un periódico de la región,  encontré un anuncio que capturó mi atención. Una posición para ser asesor de negocios en micro finanzas que requería de los postulantes una educación secundaria completa y especificaba dos grupos de habilidades independientes: dominar operaciones matemáticas básicas, incluyendo la regla de tres, y manejo de habilidades socioemocionales (proactivo, trabajo bajo presión). Si bien un chico con secundaria completa debería dominar estas habilidades, el hecho de que las mencionaran específicamente me hizo reflexionar sobre si realmente los graduados las saben aplicar.

Mucha discusión reciente se ha enfocado en las habilidades socioemocionales para el trabajo y poco en las cognitivas, en particular, en las habilidades matemáticas. Este anuncio requiere dominio de la regla de tres, la cual es un contenido incluido usualmente en los últimos años de primaria y es clave para aplicar conceptos de aritmética a nuestra vida diaria. ¿Saben los chicos de la región emplearla? Mi inquietud fue resuelta, al menos parcialmente, al descubrir una pregunta en la prueba PISA aplicada en el 2012, que requería el uso de la regla de tres.  La pregunta era:

ESCALANDO EL MONTE FUJI

El camino Gotemba para subir el monte Fuji es de 9 km. Los montañistas tienen que regresar de la caminata de 18 km a las 8 pm.

Toshi estima que él puede caminar hacia la cima de la montaña a 1.5 kilómetros por hora en promedio, y de bajada al doble de la velocidad. Estas velocidades toman en cuenta comidas y tiempo de descanso.

Usando las velocidades de Toshi, ¿a qué hora es lo más tarde que puede salir Toshi para estar de regreso a las 8 pm?

Esta pregunta fue respondida correctamente por muy pocos alumnos en la región. Por ejemplo, en el caso de Perú, solo el 5% de las chicas y el 8% de los chicos acertaron en la respuesta.

Fuente: PISA, 2012.

Claramente, la mayoría de los chicos de la región no podría aplicar a esta posición. ¿Para qué otras no podrán aplicar? Probablemente muchas, dado que existe una relación entre los conocimientos matemáticos y las habilidades requeridas en muchas ocupaciones para desempeñarlas bien. Un libro simpático, y relativamente poco conocido, escrito por Hal Saunders da un vistazo a la relación entre ocupaciones y conocimiento matemáticos (When Are We Ever Gonna Have To Use This?).  El análisis de Saunders de ratios y proporciones indica que la regla de tres se requiere en 80% de las ocupaciones presentadas.

Como reflexión final, si bien ya conocíamos la relación entre las pruebas PISA y el crecimiento a largo plazo de los países, este anuncio de periódico nos hace aterrizar y ver problemas específicos en conceptos básicos. Ya se han documentado los retos en identificar postulantes con habilidades socioemocionales correctas.  Es necesario complementar dicho análisis con habilidades cognitivas, de tal forma que el sistema educativo pueda apoyar claramente al proceso de crecimiento económico.

Fuente de la noticia: http://blogs.iadb.org/educacion/2015/06/16/tienes-trabajo-pero-sabes-regla-de-tres/

Fuente de la imagen: http://blogs.iadb.org/educacion/files/regla-de-tres-baja.jpg

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Jugando sí aprendo: educación preescolar comunitaria en Honduras

Javier Luque

En la aldea de Rotepeque, en Santa Bárbara, Honduras, vive José. José tiene cinco años y en febrero de 2013 empezó a asistir al kínder, al cual va muy feliz porque pasa el tiempo jugando. La decisión de la familia para matricularlo no fue fácil.  Por un lado, se preguntaban si era importante que jugara en el kínder cuando pudiese hacerlo en la casa y, por otro, tenían el temor de que caminara en el monte por más de 30 minutos solo.

Su aldea había decidido abrir el kínder (formalmente un Centro Comunitario de Preescolar o CCEPREB), y su familia, como buenos miembros de su comunidad,  decidieron  participar  a pesar de sus dudas. En la aldea no hay servicios de preescolar formal, por lo que el CCEPREB constituía su única oportunidad.

Los CCEPREBs son una alternativa de rápida implementación para proveer educación preescolar. Se basan en la metodología denominada Juego y Aprendo, desarrollada por la Fundación FEREMA (www.ferema.org). En el modelo, capacitadoras y capacitadores sin título formal en pedagogía ofrecen una metodología guiada, liderando la implementación de actividades cuidadosamente planeadas para todos los días del año escolar. Los CCEPREBs funcionan en los espacios que la comunidad les brinda. En el caso de José, funcionan en un aula que la escuela bidocente de su aldea no utiliza (las plazas docentes en dicha escuela disminuyeron, por lo que es posible contar con el espacio).  El modelo ha logrado gran popularidad y ha permitido ampliar de forma rápida la matrícula en preescolar en Honduras. Pero, la pregunta de su familia subsiste y, esta vez, a nivel macro: ¿están haciendo los CCEPREBS alguna diferencia?

Frente a esta interrogante, en coordinación con la Secretaría de Educación, el BID decidió implementar una evaluación[1].  Se trabajó con un pseudo grupo de control constituido por los mismos estudiantes que comenzaron el año escolar. La presencia de una discontinuidad generada por los requisitos de entrada a primer grado y la velocidad de avance de habilidades fueron factores que facilitaron la evaluación. El Gráfico A presenta los resultados del avance en aspectos cognitivos pre y post-intervención.

La línea azul representa la relación edad-desarrollo cognitivo antes de la intervención, mientras que la roja es la relación post-intervención.
Elaboración propia.

Se seleccionó un total de 100 CCEPREBs bajo el apoyo del BID para la evaluación, entrevistando un total aproximado de 1.000 niños. El instrumento elegido para la evaluación fue la Escala Engle desarrollada en PRIDI , el cual identifica ocho dimensiones. Las evaluaciones se realizaron a comienzos y finales de 2013.

El gráfico B presenta los resultados de la evaluación de diversas dimensiones de desarrollo de los niños además de los aspectos cognitivos. Para facilitar la comparación, el gráfico incluye el avance esperado durante un año de vida. Se observa que las mejoras por la intervención son similares a los avances que logran los estudiantes en un año de vida en seis dimensiones. Esto significa que, en un año, los niños avanzaron el equivalente a dos años de lo que hubieran avanzado sin la presencia de preescolar.

Elaboración propia

Los resultados de la evaluación confirman que la familia de José tomó una buena decisión matriculándolo en el CCEPREB: José va a llegar a primer grado mejor preparado.

En el 2014, visitamos nuevamente a José para analizar cómo se compara con otros niños de su aldea que no asistieron al CCEPREB y los resultados son muy buenos. Pero, sobre todo, visitamos a su comunidad para decirles y demostrarles con el ejemplo de José que los niños “jugando también aprenden”.


[1] La implementación de una evaluación experimental se vio afectada por la dificultad en encontrar comunidades rurales que cumpliesen con los requisitos mínimos de matrícula requeridos por las normas de la SE (8 alumnos de 5 años por aula) para efectuar una aleatorización de la intervención.

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El Niño y los niños en nuestras escuelas

 

 

 

“El Niño está llegando”, “el Niño va a ser muy fuerte” son titulares en muchosperiódicos de la región. Se habla mucho de cómo los gobiernos están invirtiendo para mitigar posibles desastres en el corto plazo ocasionados por este fenómeno climático. Sin embargo, no se habla de cómo ese “Niño” impacta el desarrollo de nuestros niños; los que son de carne y hueso. Particularmente, de cómo este fenómeno y el del clima, en general, pueden afectar los resultados educativos.

Usualmente, al hablar en educación de “clima” nos referimos a que la escuela tiene que tener un clima educativo adecuado, con relaciones correctas entre padres, docentes y estudiantes. Hablamos de que en el aula se debe buscar un clima armónico entre los alumnos y con el docente. Pero, es muy raro escuchar el término clima refiriéndonos a la temperatura, la humedad, la sensación térmica, la calidad del aire, etc. ¿Acaso el clima no importa? Pues, sí importa. Y bastante: ¿Qué pasará en los salones de clase con las temperaturas récord que se esperan en 2015 en el marco de El Niño ? ¿Qué pasaría en los salones de clase si la temperatura aumentará 6 ºC como predicen los peores escenarios de cambio climático en América Latina y el Caribe (ALC)?

Si bien el clima organizacional es muy importante, el clima entendido como condiciones atmosféricas también lo es. La literatura de desarrollo económico ha encontrado que países en zonas tropicales tienden a tener un menor nivel de desarrollo económico. Adicionalmente, el clima impacta los procesos de desarrollo institucional y por ende el clima organizacional. La literatura del impacto del clima en el proceso productivo es más específica. Por lo menos desde hace 60 años tenemos documentación que temperaturas sobre los 27 ºC tienden a producir daño fisiológico que afecta la eficiencia y el trabajo (como lo apunta Herrington en su estudio publicado en 1952), algo que intuitivamente sabemos desde hace muchos siglos.  La solución más directa para lidiar con el clima caluroso ha sido la instalación de aire acondicionado. Existe abundante literatura sobre el rol de la introducción del aire acondicionado para permitir el desarrollo en ciertas áreas del mundo, en particular, en el sur de los Estados Unidos de América como lo publicó Jeff Biddle en 2012. La reacción en el mundo del trabajo ha sido clara: convirtamos el ambiente laboral en enormes refrigeradoras.

¿Existe un canal que vincule el clima con la educación y el desarrollo? El proceso de desarrollo económico es complejo y no existe duda de la importancia de la educación en el mismo. Con relación al clima, existen estudios que determinan cómo este afecta el proceso educativo. Un par de trabajos de mediados del siglo pasado nos daban ya claras señales de alerta. Por ejemplo, Nolan, en su estudio de 1960, nos indicaba que temperaturas más elevadas tenían una relación negativa con el proceso de aprendizaje y McDonald publicó ese mismo año que en salones de clase con aire acondicionado se registraban menores molestias y condiciones más confortables.

En los últimos años, he tenido la oportunidad de visitar un gran número de escuelas, muchas de ellas en zonas con altas temperaturas y alta humedad.  Aparte de mi deshidratación, un patrón común emergía en esas visitas y es que niños, niñas y profesores luchan contra el calor por mantenerse atentos a la clase, pero lamentablemente, en muchos casos, el calor les gana la batalla, haciendo que pierdan la oportunidad de aprender.

Gran parte de América Latina y el Caribe se encuentra en zonas con temperaturas con promedio anual superior a 27 ºC. En muchas de estas zonas se han tomado medidas para mitigar el efecto de la temperatura en el proceso educativo. Por ejemplo, establecer jornadas escolares que empiezan al amanecer y terminan antes del mediodía, o pautar vacaciones en los meses de verano. Sin embargo, es necesario tomar medidas adicionales. Los cambios de horario en la jornada escolar son insuficientes para zonas donde la temperatura no registra mayores variaciones entre el día y la noche y, en muchas zonas, no hay mayores diferencias entre verano e invierno.

La implicancia de política, como lo apunta Mosle en su estudio publicado en 2013, es clara: “Es absurdo hablar sobre inculcar las habilidades del siglo XXI en clases que asemejan talleres sudorosos del siglo XIX”. En Estados Unidos, gran parte de las escuelas tienen sistemas de aire acondicionado, aun cuando, en la mayoría de los casos, son pocos los meses en que se registran temperaturas superiores a los 27 ºC. Claramente, el aire acondicionado en todas las escuelas no es una solución viable para nuestra región en el mediano plazo, dado que son costosos, generarían una gran demanda de electricidad y, con la tecnología actual, impactaría el cambio climático. Aun así, necesitamos escuelas que estén diseñadas con consideraciones específicas con relación al clima: búsqueda de sombras naturales, techos altos, aprovechamiento de la ventilación natural, etc. Una solución popular son los ventiladores, pero en muchos casos, las escuelas no disponen de electricidad, por lo que estos tienen poco impacto efectivo para mejorar las condiciones.

Es necesario observar constantemente las soluciones que están generándose en otros sectores y traerlas a las escuelas, ya que el panorama puede agravarse. Si se llegase a los peores escenarios, las condiciones climáticas para impartir educación se agravarían en muchos lugares de la región, añadiendo así otras consecuencias aparte de las más directas y ya discutidas del cambio climático.

La aproximación del fenómeno del niño y el aumento en las temperaturas esperadas puede hacer que el ciclo educativo del 2016 sea particularmente difícil para nuestros estudiantes. En el corto plazo, es necesario que se tomen medidas, ajustando  horarios de clase y la jornada escolar. En el largo plazo, tenemos que garantizar progresivamente que las escuelas registren condiciones adecuadas para el aprendizaje, incluyendo la temperatura.

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