Por. Javier Marín Hernández
Es una cuestión de educación.
En primera persona:
Siempre, desde que tengo uso de razón, en el seno familiar se nos inculcó como regla básica de convivencia social el respeto a los mayores, a los menores y por supuesto a todas las personas en general, sin importar su condición social.
El mismo patrón se refrendó en muchos amigos y conocidos que solían repetir el modelo aprendido al momento de interactuar con otras personas, con una que otra excepción pero de manera extraordinaria.
Al entrar a una casa ajena, en una entrevista de trabajo o incluso en las relaciones cotidianas un gesto de respeto lo representaba el saludo inicial dependiendo la hora del día.
Son reglas básicas de buenos modales que no deberían de perderse a menos claro, que se desconozcan o no hayan sido instruidas.
Aun así, en las condiciones más adversas cada ser humano aprende a desarrollar el mejor comportamiento posible en la sociedad.
Hasta los animales que son “irracionales e instintivos” nos han dejado constancia que es posible la avenencia entre iguales o distintos.
Y lo anterior solo es una pequeña y breve introducción para abordar una referencia a la fotografía que se convirtió en un episodio viral en el ámbito estatal, nacional y posiblemente internacional en la que se observa a un grupo de niños, de una escuela primaria, del Municipio de Jalapa, Tabasco, arrodillados y portando pancartas en las que se leen “agradecimientos a un diputado”.
Ese legislador en mención fue José Mollinedo Zurita quien “donó” dos equipos de aire acondicionado al mencionado centro escolar.
Lo que no está mal, aunque en la Secretaría de Educación no se vea muy bien por el incremento que genera en el gasto por concepto del aumento en el consumo de energía eléctrica y que la dependencia tiene que pagar. Pero esa es otra historia.
El legislador salió a aclarar el malentendido –aunque de manera tardía- al admitir que nada tuvo que ver con la posición que esos niños adoptaron en la ceremonia oficial.
Cualquiera que sea la explicación no justifica el haber permitido semejante acto en el que los pequeños son los menos culpables porque solo acataron una instrucción para postrarse ante el legislador y las autoridades en ese momento, pero, los adultos –autoridades educativas y Mollinedo Zurita- si son plenamente corresponsables por avalarlo.
El hecho es una vergüenza que deja muy mal una vez más a los políticos de Tabasco y exhibe a niños inocentes. Lo que nos lleva a varios cuestionamientos:
¿Para que sirven tantas ceremonias del “Congreso de los niños” o “niño legislador por un día” o las visitas de alumnos al máximo recinto legislativo de Tabasco?
¿Y los derechos de los niños?
¿Cuál es la profesión del diputado?
Lo único que podría decirse en defensa de este legislador es que en diversas escuelas de ese municipio es ampliamente reconocido por los apoyos otorgados.
Que la lección de lo que no debe hacerse sirva para su familia, porque su hermana, la ex diputada local Ana Karen Mollinedo fue funcionaria de la Secretaría de Educación en la actual administración y ahora compite para la diputación federal, mientras que la mamá de ambos: María del Carmen Zurita fue designada la candidata a la alcaldía de Jalapa.
La educación comienza en casa…
CONTORNO
La forzosa cooperación para combatir la inseguridad
En el Fraccionamiento las Rosas del Municipio de Centro la delincuencia parece imparable, pocos son los que han librado un encuentro con los delincuentes y eso provocó que ante la convocatoria de la Secretaría de Seguridad Pública para reforzar una estrategia conjunta tuviera una increíble participación ciudadana.
Y así el resto de las comunidades.
mail: javiermarinhdez@hotmail.com
Fuente del Artículo:
https://www.elheraldodetabasco.com.mx/columna/arrodillados-y-el-hombre-educado