Por. Kenia Lugo de Contrera
Comienza otro año escolar, comienza un nuevo ciclo y como siempre es necesario reflexionar sobre nuestro papel como padres y como educadores en la vida de nuestros niños y adolescentes. Nunca es tarde para repensar cómo podemos hacer mejor las cosas, ya que estamos acostumbrados a responder mecánicamente a todo lo que sucede a nuestro alrededor sin atrevernos a cuestionarlo y salir de la zona cómoda. Es mas fácil y mas productivo para una sociedad capitalista mantener los esquemas que año tras año y día tras día se repiten en nuestras vidas y terminamos convertidos en autómatas o seres alienados por un sistema al cual no le interesa que desarrollemos nuestro potencial y seamos libres verdaderamente.
Desde que nacemos se nos imponen costumbres, creencias, estereotipos que iremos asimilando lentamente hasta convertirnos en la persona que otros quieren que seamos y no la que deseamos ser. Esa que existe en nuestro interior y lucha por emerger con todas sus potencialidades, sueños e ideas y que nos hace únicos.
Pero otra realidad es posible: una en la que nos hacemos a nosotros mismos si nos facilitan las oportunidades, si los conceptos de crianza y formación fuesen algo distintos, si nos atreviéramos a cambiar los esquemas que nos imponen.
La visión de la maternidad, paternidad, maestras y maestros, debe evolucionar, dejar de ser castradoras y represivas, verticales y autoritarias para convertirse en relaciones de respeto, equilibrio y orientación. Un verdadero mentor te motiva a hacer las cosas por ti mismo, a que desarrolles tus talentos, a que indagues, descubras tus propias verdades; te ofrece las herramientas para que tú construyas, te invita a que preguntes, te deja saciar tu curiosidad, te invita a soñar, no coarta tu creatividad, no te manda a callar si preguntas; no te dice que es mejor que hagas los problemas de matemática si lo que te provoca es dibujar, respeta tus talentos y te ayuda a que los desarrolles; no te impone sus ideas, valora no solo tus conocimientos sino también aquello en lo que mas te destacas: tu nivel de empatía e inteligencia emocional, te corrige amorosamente, trata de comprenderte y, sobre todo, hace lo que hace con amor y con la convicción de que ama su labor.
Y por supuesto, todo comienza desde el hogar, una madre y un padre amorosos te crían para la vida, sin devorarte o engullirte en sus expectativas, neurosis o temores. No compite contigo, ni te obliga a estudiar lo que ellos quieren, ni a comportarte como a ellos les agrada, ni te presiona para que complazcas al “qué dirán”, ni te grita u ofende, no critica; te ofrece las posibilidades de desarrollar tu creatividad, de que conozcas todo tu potencial, te respeta y respeta tus sueños, tu personalidad, tus gustos, tu forma de pensar y sentir, te escucha, comparte tiempo de calidad contigo; te cuida pero también te deja experimentar, conversa contigo, te ayuda a ver las consecuencias de tus actos mas que castigarte; te deja ser y crecer en búsqueda de tu propio yo y cuando creces se convierte en uno de tus mejores amigos que te da sabios consejos pero que al final respeta tus decisiones, por supuesto siempre dándote las orientaciones básicas para crecer.
Pero al final, sabemos que ni familia ni escuela tienen la culpa de ser como son, son estructuras que vienen de años y años de tradiciones que se instauraron hace tanto tiempo que cuesta creer que puedan ser diferentes. Sin embargo, los tiempos van cambiando y debemos ir adaptándonos, todos los conceptos evolucionan y cada día somos testigos de estos cambios.
Hay países donde los conceptos educativos son muy revolucionarios, ni hablar de los nuevos conceptos de familia. Poco a poco nos vamos preparando para un nuevo tipo de sociedad y de humanidad, aunque a veces la desesperanza parezca apoderarse de todos. Mientras haya vida hay esperanza, y la vida es ese reto, ese viaje para descubrirnos, construirnos, crecer, madurar, dejar atrás lo obsoleto e innovar. Saber que debemos dejar de lado lo que no es nuestro, lo que nos han impuesto y desaprender lo que nos hace daño para ser la mejor versión de nosotros mismos que podamos ser.
Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/opinion-libre/otra-forma-educar-es-posible-tematica/
Imagen: www.correodelorinoco.gob.ve/wp-content/uploads/2016/09/Vargas-psique-y-sociedad.jpg