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Cambios de época

Por: Alfredo Jocelyn-Holt

¿Será cierto que cambia lo social y nada vuelve a ser igual? No arriesgaría una tesis tan rotunda. Solía pensarse en esos términos en los años 60, típico de desarrollistas, también en los 20 y de remontarnos al siglo XIX, en Marx y Engels el 48. Pero, de tanto repetirse, se vuelve dudosa.

Conocida es la versión de esta idea que formulara Virginia Woolf: “En o alrededor de diciembre 1910, el carácter humano cambió. No digo que un día salimos, como se sale a un jardín, y vimos que una rosa había florecido o que una gallina había puesto un huevo. El cambio no fue tan repentino ni tan definido. Pero cambio hubo de todas formas y, puesto que uno debe ser arbitrario, digamos que fue en esa fecha”. Lo afirmó en una conferencia de 1924, harta seguramente de oír que el giro determinante se había producido el año 14, cuando lo que tenía en mente, a juzgar por el ejemplo que da, es que su cocinera la interrumpiera para pedirle prestado el Daily Herald, periódico sindicalista de antes de la Gran Guerra, y luego volviera para que la aconsejara con un modelito de sombrero. Está siendo irónica; el “se debe ser arbitrario” es su manera de precavernos que la situación cambia y no cambia nada, depende de cómo se la muestra.

Pasa con el arte. Haga una “visita virtual” por algún gran museo, y verá lo forzado y efectista que es el salto que se produce entre las salas dedicadas a los impresionistas (estuvimos hablando de ellos la semana pasada) y las de los expresionistas, en especial el “nuevo realismo” de la época de Weimar. George Grosz, Otto Dix, Max Beckmann o Käthe Kollwitz son la antítesis de Monet, Renoir y Woolf. En vez de lo pastel y plácido, predomina lo histriónico y esperpéntico; rabias se contraponen a lo ocioso burgués; y lo íntimo es desplazado por lo comprometido propagandístico. Si sus antipatías para con los impresionistas eran tales que incluso aborrecían que pintaran tan bien, ellos, prefiriendo la fealdad.

Leo explicaciones que se ofrecen para entender a los expresionistas, suenan actuales: “Ser expresionista era ser joven en un mundo viejo y cansado, era creer en la bancarrota de la sociedad, la idiotez de las masas y la falsedad de la imagen generalizada del mundo… todos despreciaban sus orígenes [burgueses]… Creían que solo una revolución profunda haría realidad sus ideas”. Curioso, pero no se entiende que cien años después se esté de nuevo en cero; uno pensaría que algo habrían hecho cambiar en el entretanto.

No es cierto que la mera denuncia conduzca a cambios de época. Abogar por lo social tiene el inconveniente que es más lo que diagnostica que lo que resuelve, y dado que la crítica nunca acaba, tampoco acaba con lo que denuncia. Se acostumbra a despreciar la política porque no cambia nada, aunque ¿no será que lo social es lo que suele terminar en puro discurso?

Fuente: https://www.latercera.com/opinion/noticia/cambios-de-epoca/RYQHVF4SJJHB5FHZIF4NHEGGWI/

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Combatir la desigualdad: más educación, menos balines

Por: La Tercera. 

Por cada peso invertido en educación inicial, se obtienen hasta siete pesos de retorno a la sociedad, según constató James Heckman, Premio Nobel de Economía, una teoría que el laureado economista acaba de refrendar: “Invertir en la educación infantil es la mejor estrategia contra el crimen”, aseguró en una entrevista con BBC de mayo de este año. Al contrario, cuando esa inversión está ausente, no solo se restringen los retornos para la sociedad, sino que la desigualdad se vive desde la cuna y se mantiene a lo largo de la vida.

¿Qué pasa en Chile? El 25,6% de los menores de cero a 3 años vive en situación de pobreza multidimensional, lo que sitúa a nuestro país entre los ocho con mayor pobreza infantil entre los 36 miembros de la OCDE. Esta cifra -de la encuesta Casen 2017-, alcanza niveles del 32% en La Araucanía, un 31,2% en Tarapacá y un 29,9% en Los Lagos, generando efectos no solo cognitivos, sino también emocionales y conductuales que los acompañarán de por vida.

Estudios de la neurocientífica de la Universidad de Columbia, Kimberly Noble, han comprobado que la pobreza genera efectos cerebrales en los niños, que inciden directamente en las áreas que procesan el lenguaje y gobiernan los controles de impulsos. Al otro lado, los trabajos de campo realizados por Heckman constatan que los niños que asisten a programas de educación en primera infancia de alta calidad, “en el futuro tienen más posibilidades de estar empleados y muchas menos de haber cometido crímenes”, añadiendo que el retorno social de esta inversión es del 13% anual compuesto considerando no solo el aumento de la escolaridad o el desempeño escolar, sino también la reducción de costos en áreas como refuerzo escolar, salud y los gastos del sistema penal.

¿Qué está haciendo el Estado al respecto? En 2018, el presupuesto total en educación parvularia del Ministerio de Educación fue de US$ 1.311 millones, esto es menos de la mitad de los US$ 3.032 millones de aporte fiscal a la educación superior, según cifras de la Dipres para ese año. ¿Por qué invertimos menos de la mitad en educación parvularia si sabemos científicamente que es donde por lejos está la mayor rentabilidad social? Probablemente sea porque su rentabilidad política de corto plazo no es muy alta.

Si bien el último tiempo el Estado ha buscado incrementar la cobertura y financiamiento de las salas cunas y jardines infantiles, otro grave problema que enfrentamos es que apenas tres de cada diez niños en etapa preescolar asisten a estas entidades y el 72% de quienes no van, lo hacen porque sus padres creen que “los cuidan mejor en casa”, según la misma encuesta Casen. Por ello, si queremos cambiar el futuro de Chile invirtiendo en primera infancia debemos ampliar la oferta a las familias, por ejemplo estando en sus casas y trabajando con sus padres como principales educadores para sumarlos a la formación integral de sus hijos.

La realidad actual ha demostrado que niños sin educación ni vínculos emocionales sólidos en los primeros años de vida, propenden a tener una mayor tasa de deserción escolar y se transforman en jóvenes más vulnerables y propensos a delinquir.

Del estallido social reciente no hay cifras públicas respecto del nivel de vulnerabilidad de los detenidos ni menos de su escolaridad. Lo que sí sabemos es que el 78% de los 13.300 arrestados por desórdenes o saqueos tiene detenciones previas -según cifras al 15 de noviembre-, un 11% son menores de edad y en Valparaíso desde el inicio del estallido social al 7 de noviembre se registraban 46 detenciones, donde la mitad era de jóvenes que habían pasado o se encontraban siendo intervenidos por el Sename.

Todo esto refleja la existencia de un grupo importante de personas a las que les ha faltado -al menos- amor, educación, contención, red de apoyo y que hoy están en las calles.

¿Qué hacer? Más allá de las medidas que esperamos puedan tomar las autoridades, como incorporar programas de primera infancia en la llamada Agenda Social e instalarla como un tema prioritario y decisivo para el Estado, quienes participamos en el mundo económico y empresarial también debemos asumir un rol protagónico en cambiar esta realidad.

Así como una parte creciente del empresariado ha tomado el liderazgo en disminuir las brechas salariales y derechamente incrementar los sueldos mínimos de las empresas, es necesario que también no olvidemos a los niños, porque es en esta etapa cuando realmente podemos combatir la raíz de las desigualdades y de cuyo futuro depende la paz social de nuestro país en las décadas venideras.

En concreto, es necesario poner en la discusión gremial estas ideas de inversiones sociales de largo plazo, como por ejemplo, impulsar programas de educación en la primera infancia, para que así -en el futuro- las necesarias discusiones y discrepancias que tengamos en torno a la sociedad chilena se den con mayor educación y menos balines.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/pulso/noticia/combatir-la-desigualdad-mas-educacion-menos-balines/912796/

 

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OCDE y tendencias en educación superior

Por: Ignacio Sánchez. 


La OCDE presentó recientemente su informe Education at a Glance 2019, en el que se analizan diversos indicadores que permiten describir y comparar los sistemas educativos de sus países miembros, entre ellos Chile. En esta oportunidad, el foco estuvo puesto en la educación terciaria, donde se destacaron hallazgos relativos a la duración y extensión de las carreras y a los recursos invertidos.

Así, por ejemplo, se encuentra que nuestro gasto público en educación superior como porcentaje del PIB (1%) es similar al promedio de la OCDE (0,9%) y que somos el segundo país que más lo incrementó entre los años 2010 a 2016. Pero, además, tal como en documentos previos del mismo organismo, el informe advierte una tendencia que vienen exhibiendo los países miembros: la reducción del gasto público en educación superior y el incremento gradual del financiamiento privado, particularmente proveniente de los hogares. Es decir, justo lo contrario a lo que ha ocurrido en Chile, donde en los últimos años la gratuidad de este nivel educativo significó un alza del presupuesto público, incluso superior a la del resto de los niveles educativos.

“Dado el ambiente económico actual, muchos gobiernos están presentando dificultades para proveer los recursos suficientes para sostener la creciente demanda por educación superior. Adicionalmente, algunos policy makers afirman que quienes más se benefician de la educación -los individuos que la reciben- debieran soportar al menos una parte de sus costos”, indica el reporte. De esta forma, queda de manifiesto que aun los sistemas educativos de los países desarrollados son incapaces de hacerse cargo de la totalidad del financiamiento de la educación superior. Así, si bien los recursos públicos aún representan una proporción importante de la inversión de los países en educación, las fuentes privadas están jugando un rol creciente.

En ese contexto, se destaca además que varios países han avanzado hacia sistemas de créditos estudiantiles para financiar la educación superior, tal como lo venía haciendo Chile antes de que se instalara la consigna de la gratuidad. Se recalca que éstos permiten reducir las barreras de acceso que impone el cobro de aranceles por parte de las casas de estudio, pero que simultáneamente “reducen el costo para los contribuyentes del gasto público”. En particular, se explica que los créditos permiten transferir el costo de la educación desde el momento en que el estudiante no posee ingresos suficientes, hasta después de su graduación, cuando normalmente ya se encuentra en condiciones de financiarlo.

El informe de la OCDE viene a aportar a un debate que en nuestro país se pensaba que ya estaba resuelto, pero que a la luz de los problemas que la gratuidad está evidenciando, debiera repensarse. Hay coincidencia con las opiniones de diversos especialistas nacionales que recomiendan frenar el avance de la gratuidad hasta los estudiantes pertenecientes al 60% de menores ingresos, y sobre dicho umbral establecer un sistema de créditos contingentes al ingreso.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/opinion/noticia/ocde-tendencias-educacion-superior/828604/

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Actualización curricular: deuda saldada con educación

Por: Editorial Diario La Tercera.

Después de más de dos décadas sin una innovación mayor, el Consejo Nacional de Educación aprobó las nuevas bases curriculares que presentó el Ministerio de Educación para 3° y 4° medio. Estas bases vienen a saldar una deuda que el país tiene con sus estudiantes, quienes contarán ahora con un currículum moderno, actualizado, acorde a los requerimientos nacionales, así como las tendencias internacionales.

¿Por qué es importante saldarla? Son múltiples las razones, pero hay una fundamental y es que Chile debe hacerse cargo de los cambios sociales y tecnológicos que experimenta el mundo. Y es que no solo el entorno que habitamos cambia, sino que también las generaciones; los modos de relacionarse, los intereses; en fin, cambia el modo de vivir.

La reciente modificación es el resultado de un proceso iniciado el año 2009 entre el Ministerio de Educación -quien elabora tales bases- y el CNED, al que la Ley General de Educación (CGE) le asigna específicamente la tarea de aprobarlas, observarlas o rechazarlas. Para algunos puede ser demasiado largo, sin embargo, durante los últimos cuatro años abundaron los rigurosos diagnósticos y debates.

¿Qué es lo que se propone? En esencia, las nuevas bases incorporan las “habilidades para el siglo XXI”, como el pensamiento crítico y la creatividad, de manera transversal a todas las asignaturas; así como el énfasis en el trabajo interdisciplinario, a través de una metodología de aprendizaje basada en proyectos, y la promoción del uso de las tecnologías para el aprendizaje. También responden a la demanda de mayor equidad educativa, a través de un núcleo básico de asignaturas para todos los estudiantes. A pesar de las restricciones horarias propias de 3° y 4° medio, particularmente en el caso de la educación técnico profesional, logran un balance adecuado para una formación integral.

En las asignaturas de profundización científico humanistas, las nuevas bases encuentran su sentido en la formación de personas que se hacen responsables de la construcción de sus vidas; jóvenes de 16 años que aprenden a ejercer su libertad con el límite de la responsabilidad y la conciencia de los impactos que sus decisiones tienen en sus propias vidas, pero también en las de los demás.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/opinion/noticia/actualizacion-curricular-deuda-saldada-educacion/681688/

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Chile: Reforma a la educación superior

Por: La Tercera

El camino que el gobierno de Chile y los parlamentarios han tomado en la manera de entender y ver la educación superior, ha respondido más a intereses ideológicos que educacionales. En estos últimos días, bajo una gran presión para hacer calzar los tiempos, nuestro Parlamento ha despachado leyes que afectarán indudablemente el quehacer de las organizaciones de educación superior del país, sin considerar efectivamente la realidad, la experiencia, la historia, la calidad, la contribución a las políticas públicas o los aportes a la solución de los problemas de las personas en el país.

Con la ley aprobada, para las universidades estatales se instala un trato preferente, diría exclusivo, con parte de las instituciones del Cruch por el solo hecho de ser estatales, como nunca en la historia de Chile se había realizado. La justificación es el “mal trato” que habrían recibido a lo largo de su existencia, el “abandono” continuo por parte del Estado. Dos causas que no solo han afectado, por cierto, a estas universidades estatales. Hoy, sin embargo, esas causas se oficializan hacia las instituciones del G9, se les mal trata y abandona por ley.

Sin duda, que generar el aporte de los basales por ley es una buena noticia o el incremento en el basal acordado para alrededor de diez universidades del Cruch que menos basal recibían -acordado en el año 2016- y que afecta positivamente a tres universidades del G9 y que daba cuenta de una mirada sin sesgos a esa fecha. Pero hoy, en lo que se refiere al apoyo en el desarrollo, en la participación preferente en la realización de las políticas públicas del país y de regiones, en el trato directo y apoyo financiero a las universidades regionales estatales o en la formalización del Consejo de estas universidades que terminan por poner una lápida al Cruch, lo que se observa, es una serie de decisiones que no solo han buscado mejorar a las instituciones del Estado, sino que han, claramente, quitado los patines, limitando el desarrollo y ahogando a las instituciones del G9, especialmente de regiones.

Fuente:http://www.latercera.com/opinion/noticia/reforma-la-educacion-superior/50114/

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Pertinacia del gobierno en reforma a la educación superior

Diario La Tercera

Es irresponsable que el Ejecutivo intente a toda costa dejar aprobado un proyecto que ha sido objeto de transversales cuestionamientos.

Tras un año y medio de discusión, el proyecto de ley sobre educación superior entró en su fase decisiva en el Senado. Presentadas alrededor de 700 indicaciones -que buscan modificar diversas partes del cuerpo legal-, y a tres semanas del receso legislativo, aprobar el proyecto tras un estudio responsable de cada una de las propuestas de modificación enviadas por el mismo gobierno y los parlamentarios parece difícil.

Definido desde el comienzo por la actual administración como una de sus iniciativas emblemáticas, cuesta entender que la urgencia no haya existido a la hora de elaborar el proyecto -que ingresó cuando ya habían transcurrido más de dos años desde su instalación- o durante el año y medio que lleva en el Congreso.

Si bien el gobierno se ha allanado a ciertas mejoras solicitadas por los distintos actores, por ejemplo, en áreas como la posibilidad que existan contratos entre entes relacionados -tal como se aprobó en el ámbito escolar- y las indicaciones pretenden mejorar ciertos aspectos del sistema de acreditación, de todas formas dista de ser un marco regulatorio moderno, respetuoso de la autonomía de las instituciones y que potencia la diversidad de proyectos educativos.

Asimismo, mantiene los aspectos más polémicos como la gratuidad universal, el sistema único de acceso y elementos que se desprenden de dichas políticas: la fijación estatal de precios tanto para alumnos que son beneficiarios de la gratuidad como para el resto de los estudiantes y del número de vacantes, lo que en último término significa que el Estado tiene un control total sobre cada una de las instituciones de educación superior. O la idea de ampliar el Consejo de Rectores de Chile (Cruch) -en lugar de eliminar los privilegios arbitrarios de los que gozan ciertas instituciones, avanzando hacia una relación meritocrática entre todas las instituciones sin importar su calidad jurídica, año de fundación o adhesión a políticas voluntarias como la gratuidad. Todos estos son planteamientos equivocados y que tendrán profundos y negativos impactos en el sistema de educación superior.

Con todo, el gobierno, al tener mayoría en ambas cámaras puede utilizarla para aprobar, contra el tiempo, una reforma que sigue siendo objeto de cuestionamientos transversales. Si persistiese en esa idea, no debiera descartarse la posibilidad de aprobar separadamente aspectos puntuales de la ley en donde existan coincidencias con la administración entrante. Por ejemplo, en una Superintendencia para el sector, proyecto que presentó en su momento el gobierno de Sebastián Piñera, dejando de lado aspectos más discutidos.

En caso de que el gobierno renuncie a buscar consensos, y apruebe íntegramente el proyecto tal cual está, se producirá el sinsentido de que la nueva administración tenga la obligación de implementar políticas que van en directa contradicción con su programa de gobierno o bien de rectificar leyes recientemente aprobadas. Evidentemente un escenario como el descrito no ayuda en nada a consolidar un sistema de educación superior que dé mayores oportunidades a los alumnos y a la generación de bienes públicos.

Fuente del articulo: http://www.latercera.com/noticia/pertinacia-del-gobierno-reforma-la-educacion-superior/

Fuente de la imagen: https://www.google.co.ve/imgres?imgurl=http%3A%2F%2Fservicios.universia.cl%2Fco

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Ocde: inversión pública en Chile es la más centralizada

Chile / www.latercera.com / 4 de Enero de 2018

Por: La Tercera

“Las especiales y diversas características geográficas de Chile hacen que sea particularmente importante que el país mire las inversiones en infraestructura a través de los lentes territoriales”, advirtió el reporte hecho por el organismo multinacional.

Chile tiene el marco de inversión pública más centralizado dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde).

Así lo reveló el informe “Brechas y Estándares de Gobierno de la Infraestructura Pública en Chile” del organismo internacional, que afirma que el 88% de la inversión pública en el país se decide desde el gobierno central, cifra que más que duplica el promedio de la Ocde, de 41%.

“Las especiales y diversas características geográficas de Chile hacen que sea particularmente importante que el país mire las inversiones en infraestructura a través de los lentes territoriales”, advirtió el reporte.

El estudio detalló, asimismo, que las inversiones que “mejoren la conectividad entre las áreas rurales y urbanas, fomenten las ciudades intermediarias, reduzcan las disparidades territoriales y alienten a mejorar la productividad en las regiones rezagadas, lo que podría permitir que Chile supere la trampa del ingreso medio”.

Fuente: http://www.latercera.com/noticia/ocde-inversion-publica-chile-la-mas-centralizada/

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