El arte de ser maestra en el siglo XXI

México / 11 de marzo de 2018 / Autor: Luisa Martínez Baxin / Fuente: E-Consulta

Los retos pedagógicos de una docente de historia. Ayudar a los alumnos a sentirse seguros de sí.

Ser maestra en la actualidad no consiste en llegar al salón de clases e inventar un tema, ni mucho menos improvisar un contenido rápidamente para que los niños y jóvenes estén tranquilos en su silla.

Ser docente implica muchos retos, desde levantarse por la mañana y pensar de qué manera atraerás la atención de 40 niños, incluso en ocasiones utilizas los fines de semana para planear las actividades que harás en el trascurso de la semana. Piensas seriamente en los contenidos a abordar, qué temas quitar y cuáles no, puesto que el sistema te exige terminar el programa. Sin embargo, como maestra te preocupas porque no te dará tiempo ver los contenidos principales, debido a que en la comunidad donde se ejerce celebran las fiestas del pueblo, ferias, carnavales festejos que no están marcados en el calendario pero de alguna manera forman parte de la cotidianidad de la sociedad, y en su momento ocasiona la ausencia de muchos niños.

Esas actividades son las que se siguen enfrentando, y conlleva a diseñar y buscar estrategias para que los alumnos vean lo más relevante del año escolar. La prioridad no es aprender todo de manera memorística para abarcar todos los temas del libro, sino más bien como lo enmarca la pedagogía moderna, un aprendizaje que tenga como finalidad formar en el educando valores y actitudes útiles para la vida.

Tampoco es saturar la libreta de resúmenes y cuestionarios, de nombres, fechas y personajes que dieron patria, sino detenerse a buscar el fin de semana ¿Qué se hará en la clase del lunes? ¿Qué les pongo para llamar su atención? ¿Qué hago para motivarlos y no aburrirlos? Es sentarse a planear por un par de horas, y pensar en el material didáctico a utilizar, es cambiar la estrategia y generar en ellos lo que está exigiendo el contexto de la época, es decir el análisis y la reflexión.

Entonces ¿cómo hacer para que analicen y reflexionen? Es un reto muy difícil y más cuando son jóvenes de entre 12 y 15 años de edad, con distintas características, con un nivel socioeconómico diferente, y estilos de aprendizaje diverso. Por lo tanto, lo ideal es realizar actividades innovadoras para un salón de clases de 40 alumnos.

Es de tomarse en cuenta que no todos aprenden de la misma manera, y para ello también hay que meditar en los métodos utilizados. Los foros, las mesas redondas, y los debates son herramientas que favorecen el proceso de aprendizaje generando en ellos una conciencia. ¿Pero cómo saber si se ha logrado una conciencia histórica? Esto también es relevante como docente, ¿cómo sé qué mis alumnos están aprendiendo? ¿Por el 10 en ciencias? ¿Por el 9 en matemáticas? Son desafíos que se enfrentan día con día, e incluso si un alumno no trabaja, y no lleva tareas piensas si realmente estás haciendo bien tu labor.

Te preguntas ¿estoy haciendo algo mal como maestra? De ese modo, son muchas las dificultades por las que pasas, entre ellas la apatía y desinterés de los jóvenes, el no contar con el apoyo de los padres de familia, enfrentarse al contexto de la realidad actual, la violencia, la inseguridad, las problemáticas de drogadicción y entre otros factores que ocasionan también la deserción escolar.

Ser maestra en el siglo XXI no implica dar cariño a los niños, quererlos o abrazarlos cotidianamente, sino más bien enseñarles las herramientas necesarias para ayudarles a crecer, de mentalidad positiva, ayudarlos a sentirse seguros de sí mismos, pero sobre todo desarrollen sus habilidades y sean capaces de enfrentarse ante el mundo y sociedad.

No es formar idealistas que no lleven nada a la práctica, es construir personas con decisiones y convicciones fuertes, por lo tanto la responsabilidad es enorme cuando estas en el aula, y más que nada fijarse del mensaje a compartir, del ejemplo a dar, así como las experiencias contadas a más de 38 alumnos diariamente.

Fuente del Artículo:

http://www.e-consulta.com/opinion/2018-03-07/el-arte-de-ser-maestra-en-el-siglo-xxi

Fuente de la Imagen:

https://compartirpalabramaestra.org/columnas/calidad-docente-21-aspectos-revisar-para-el-maestro-del-siglo-xxi

Comparte este contenido:

La educación de la mujer mexica

Por Luisa Martínez Baxin

Los elementos de la educación femenina en el México precolombino. Disposición para los dioses.

En la actualidad hablar de educación conlleva a pensar en los procesos y estructuras que han configurado a la sociedad a lo largo de la historia, comportamientos, actitudes, pensamientos, mentalidades se han ido forjando con el tiempo.

La idea de inculcar valores así como las buenas enseñanzas vienen precisamente de los primeros precolombinos de América, quienes formaron grandes imperios y estructuras políticas y económicas que les dio sustento por muchos años hasta la llegada de los españoles.

De tal manera que enfocaremos este trabajo en torno a la educación de la mujer mexica. Para ello será necesario relacionar pasado-presente para conocer el proceso que ha tenido la educación, pero más que nada saber cuál fue el pensamiento de la sociedad mexica para inculcar una enseñanza en su pueblo y la relevancia que alcanzó para fortalecerse en el ámbito político y social.

Regresar al pasado permitirá conocer las prácticas educativas de un pueblo que tomó como herramienta primordial la necesidad de una educación obligatoria, desde el nacimiento de un niño o niña mexica la infancia fue considerada una de las etapas más importantes para esta sociedad.

La educación es transformadora  de  relaciones sociales, es el proceso que experimentan los seres humanos día a día, en cada momento y en cada circunstancia. Con ello mismo, en la sociedad del pasado los mexicas tenían como propósito fundamental la formación de una sociedad con firmeza. Es decir, las enseñanzas se dieron en relación a su medio, al tipo de vida puesto que su educación se basó en el culto a los dioses.

La cultura mexica corresponde al centro de México o el Altiplano Central, la autoridad suprema fue representada por un tlatoani, sucesión por sangre y línea recta de padres a hijos. No sucedían hijas sino el hijo mayor, el varón era el único personaje que ocupaba el puesto más importante para el imperio mexica.

En la sociedad mexica todo giraba en torno a las  deidades es por ello que desde el nacimiento de una niña o niño y  hasta la muerte formaba parte de algo simbólico y social.

Señala Jacques Soustelle, cuando la mujer estaba encinta quedaba bajo la protección de la diosa de la generación y de la salud Teteoinnan-patrona de las parteras y (Ayopechtli- divinidad menor femenina que presidia los partos). De esa manera la futura niña permanecía protegida antes de su nacimiento.

Cuando una niña o niño nacía el ritual del bautismo consistía en que la partera lavaba con agua al infante y en ese momento le imponía un nombre de acuerdo al signo en que nacía y en forma de ceremonia le decía:Habéis estar dentro de casa como el corazón dentro del cuerpo… habéis de ser la ceniza con que se cubre el fuego del hogar…

Desde el nacimiento  se procuraba que la niña escuchara el motivo de formar parte de su comunidad no importaba si tenía un solo día de  nacida. Entre los tres y quince años la educación de la mujer mexica estaba a cargo de la madre, a una edad temprana usaba la blusa habitual y una falda que al a principio era corta pero conforme iba creciendo se alargaba hasta los tobillos. En el hogar la niña aprendía observando a su madre a cocinar, limpiar, tejer, hilar y barrer.

En el mundo mexica no solo las labores del hogar fueron importantes, la comunicación fue necesaria como base fundamental de la familia. En los maternales consejos se mencionaba lo siguiente:

No seas perezosa ni descuidada, limpia, adereza a tu casa… ten cuidado de hacer bien el pan. Las cosas ponlas como conviene, tendrás cuidado de la hilaza, de la tela, debes ser bien hablada, obediente…

Cabe destacar que los métodos de enseñanza estaban basados en el consejo y el  convencimiento, esto conllevó al buen orden social de la cultura azteca.

Desde la infancia si el comportamiento era bueno se les gratificaba con comida, cariño y regalo. A la niña de tres años de edad le daban media tortilla, si se portaban mal existían castigos físicos, utilizaban las espinas de maguey y el humo del chile tostado para dañar los ojos, además la niña barría de día y de noche.

En la cultura mexica la base de la educación comenzaba en el hogar por lo que al ingresar a la escuela la niña ya llevaba conocimientos de la madre. Los templos de enseñanza para la sociedad estaban en el Calmécac donde asistían los hijos de los nobles y el Telpochcalli para los hijos de los plebeyos. Alfredo López Austin enfatiza que la existencia del Telpochcalli y del Calmécac eran templos dedicados a los dioses Tezcatlipoca y Quetzalcóatl.

Por ser de carácter religioso la madre llevaba a la niña al templo con el fin de servir a su deidad ingresaban al colegio entre los seis y nueve años de edad. Las jovencitas permanecían durante un determinado número de años hasta esperar su matrimonio, dirigidas por sacerdotisas de edad madura que las adoctrinaban. En cambio la joven que asistía al Telpochcalli realizaba cantos para servir al dios Tezcatlipoca.

En la sociedad azteca el primer título que tuvo la mujer fue la de ama de casa, puesto que no se le permitió ocupar actividades políticas. En la actualidad la educación de la mujer en el hogar ya no esta tan marcada como en el México antiguo, puesto que aspira a otras actividades que le otorgue beneficios como ocupar puestos importantes.

De igual forma el matrimonio ya no es un anhelo, la condición de la mujer ha cambiado en el transcurso del tiempo, ya no está mucho tiempo en la cocina, ni atiende labores del hogar. Sin embargo, es de mencionarse cómo a través de estas prácticas realizadas en la cultura mexica permitió la organización de su sociedad.

En el campo educativo a la mujer se le inculcó el gran sentido de la familia y el de la persona, el deber y el trabajo. El culto a los dioses representó el simbolismo para la organización de su pueblo, el pensamiento se basó en una estricta educación que estuvo marcada por la cosmovisión para mantener el orden social. La educación de la sociedad mexica tuvo gran relevancia en el México antiguo  como elemento primordial de desarrollo cultural convirtiéndose en una de las principales civilizaciones de Mesoamérica.

Referencias bibliográficas:

Burkhart Louise. Mujeres Mexicas: El frente del hogar: Trabajo Doméstico y Religión en el  México Azteca,Mesoamérica. 1992.

López Austin, Alfredo. La educación de los antiguos nahuas 1, SEP: El caballito, México, D.F. 1985.

López Austin, Alfredo. Educación Mexica. (Antología de documentos Sahaguntinos), Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F.1994

Soustelle, Jacques. La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, Fondo de Cultura Económica, México, D.F. 1970.

Fuente: http://www.e-consulta.com/opinion/2017-12-07/la-educacion-de-la-mujer-mexica

Imagen tomada de: http://mujeres.especial.eluniversal.com.mx/files/2012/03/catsdiosas.jpg

Comparte este contenido:

Para estudiar, fuera los acordeones.

Las nuevas generaciones tienen otras actitudes y otras herramientas para formarse. La reforma.

Por: Luisa Martínez Baxin.

Recuerdo perfectamente a mis maestros de la secundaria, sus métodos, sus estrategias y sus formas de compartir sus enseñanzas. Soy la generación de los 90s, aún tuve una educación estricta y tradicionalista, no olvidaré las caras, gestos y preocupaciones de mis compañeros cuando no sabían contestar una pregunta que hacia el maestro de historia o de formación cívica y ética.

Cuando llegaba el maestro de historia inmediatamente formulaba una pregunta para ser contestada por orden  de lista, sin embargo casi nadie lo hacía, no teníamos idea de qué es lo que quería escuchar, por lo tanto como castigo todo el salón permanecía de pie hasta terminar la clase. Más terror nos daba el maestro de geografía cuando no memorizábamos las capitales de un país, la obligación de cada uno era aprenderse la ubicación geográfica de los estados y ciudades así como saber el nombre de sus capitales.

El miedo seguía invadiendonos en el momento de la clase de química, tenías tan solo 15  minutos para memorizar 10 elementos y conocer su símbolo puesto que el objetivo era aprenderse toda la tabla periódica.

No olvidaré los gritos y regaños durante la clase de español, y el momento de enojo cuando nos lanzaban el borrador. Esa educación recibida de alguna manera marca tu trayectoria académica pero, a su vez, muestras interés y te preocupas por tus estudios, ya que ni en la escuela ni en casa ni mucho menos en tu vida cotidiana, cuentas con celular, ni con internet gratuito, por lo tanto los papás te inculcan a dedicarte exclusivamente a los estudios y sacar buenas notas.

El periodo de exámenes era el más estresante, aprenderse de memoria los temas, los personajes históricos, las fechas, los elementos químicos, las capitales, una cantidad de contenido que daba dolor de cabeza. Para ello el estudiante nacido en la década de los 90s recurre a sus estrategias para obtener buenas calificaciones, no faltaron compañeros de la secundaria y preparatoria que elaboraran los típicos “acordeones”, doblados en pequeños papeles para evitar ser descubiertos por el profesor, el uso de la goma, o el lapicero, o las señas realizadas cuando no sabían la respuesta.

Recuerdo mucho un comentario de una compañera de clase: Creo estudié mucho, realicé dos acordeones. La preocupación siempre fue diferente, hubo quienes sí estudiaban, otros se confiaban del uso del acordeón, otros que contestaban al azar y por último quienes solo contestaban para no dejar en blanco el examen.

Los maestros, mis compañeros de clase, las famosas sillas de paleta, los libros forrados, el pizarrón, el borrador, los gises, conformaron mi trayectoria escolar. Muy poco nos proyectaron películas o documentales debido a que no estaba tan arraigado el uso de la tecnología.

El maestro adaptaba su situación didáctica con los pocos elementos que tenía, es por ello que en ocasiones las clase era aburrida y tediosa. Sin embargo recuerdo el respeto que teníamos hacia ellos, quizás por la postura que realizaban y el enojo mostrado cuando explicaban una clase.

Hoy, 2017, son pocos los jóvenes que quieren estudiar, pocos los que quieren leer, discutir, comentar, opinar. Son contados quienes muestran interés, preocupación. ¿A quién culpar? A los padres, a las redes sociales, a la tecnología, al tiempo, al espacio.

Es de tomarse en cuenta que es otro contexto histórico, y como docente coincido en que son otra generación, es otro momento, por lo tanto la educación no puede ser la misma. Ahora el maestro cuenta con más herramientas para compartir sus conocimientos puesto que nos enfrentamos a una gama de información. Son mis alumnos quienes están la mayor parte del tiempo en el teléfono, en facebook y whatsapp y quienes se enteran rápidamente de algún tema ya sea de un aspecto social o cultural.

De tal manera que nos corresponde buscar formas y métodos para los estudiantes, ya que la mayoría de ellos cuenta con un teléfono móvil o una computadora, interesarlos es el objetivo. Debido a que actualmente ya no estudian para un examen, contestan sin importarles el resultado porque saben que la reforma educativa les da la oportunidad de pasar con 6, es una generación que se conforma, en dos años como docente no he encontrado ningún acordeón, no he visto ni escuchado en mis alumnos; ¡Pásame la respuesta de la uno, de la cinco!

Saben que el examen no es tan valioso para acreditar una materia, porque cuenta su desempeño durante un bimestre, y porque la reforma educativa tiene como finalidad pasar al alumno. A pesar de ello,  coincido con la intención de la reforma de dar espacio al constructivismo y al humanismo, en el trato hacia los estudiantes, en la búsqueda de elementos que sean útiles para su formación académica, en métodos para interesarlos en la enseñanza de la historia, debido a que no hay interés de ellos por conocer el pasado, ya no quieren saber de su país porque comentan que está lleno de tristeza y de injusticia.

Estoy de acuerdo en el uso de la tecnología para las clases, de invertir el tiempo para involucrarlos, pero también son los padres quienes tienen la gran labor de apoyar el trabajo del docente puesto que aún falta mucho por avanzar en el campo educativo.

Son las experiencias como docente y el conocimiento que tengo de mis alumnos quienes diariamente crean historias distintas. Es por eso que ese diario vivir dentro del aula me permite  ver los jóvenes que se van formando, tanto su creatividad, su entusiasmo, sus actitudes, como también el desánimo e incluso el desinterés de no querer estudiar ni para el examen, lo que implica que esta generación haya dejado atrás los acordeones.

No aplaudo esta técnica como cuestión didáctica para el alumno ni mucho menos para sacar buenas calificaciones, sino más bien es la actitud de los estudiantes, el interés que observo en ellos no es el mismo, simplemente es otra generación que se conforma y no quiere estudiar, no quieren leer, es por eso que compete a todos repensar la educación del siglo XXI.

Fuente: http://www.e-veracruz.mx/opinion/2017-08-05/para-estudiar-fuera-los-acordeones

Imagen: http://i2.esmas.com/2012/06/07/381412/copiar-en-examenes-610×430.jpg

Comparte este contenido: