Etnocentrismo Versus Diversidad

María del Pilar Cordero César

¿Por qué tenemos que aceptar la diferencia?

El mundo cambia, la sociedad cambia, la globalización (cosificando todo dentro de un valor de mercado), nuevos paradigmas que aparecen como contradictorios, utópicos y poco confiables, nuevas tecnologías que modifican la conducta, nuevos trabajos, nuevos empleos, nuevos roles sociales de la mujer, de los indígenas, los niños y su realidad virtual, los tribalismos, los integrismos islámicos, etc. Dice Pérez Lindo, “en todo caso estamos más cerca de un proceso de hibridación de culturas  que de la guerra de civilizaciones que anunciara Samuel Huntington”. Sin embargo, ¿nos acercamos más a la guerra que a la integración?

El tema que aborda Pérez Lindo sobre filosofía del nuevo mundo[i] es actual, polémico, real y da para análisis de cómo el etnocentrismo está vigente y funcionando cuando las políticas sociales y educativas insertan como tema innovador la multiculturalidad o diversidad cultural como un reconocimiento de la naturaleza humana hacia la búsqueda del bien común (o patrimonio común). Sin embargo, este bien, en la realidad sigue sin existir.

El pensamiento y la cultura de la humanidad han estado marcados por el etnocentrismo durante los últimos siglo -hasta hoy-, sin embargo, por otro lado, se dice que se ha avanzado en el reconocimiento de derechos humanos y las democracias, con esto se cree que se ha superado las ideologías dominantes, únicas, conocedoras de la verdad pero de conceptos manipuladores.

Entre los aportes del pensamiento contemporáneo se debe destacar, dice Pérez Lindo, la crítica al etnocentrismo, al reduccionismo racionalista, al cientificismo y a otras desviaciones que llegaron con la Modernidad (2010). De estas malformaciones, el etnocentrismo figura entre las más destacadas porque legitimó el colonialismo y la destrucción de otras culturas. El “Etnocidio” no fue una práctica exclusiva de occidente (Pérez L.2010).

Continua Pérez, el pos modernismo estimuló la crítica filosófica pero también el egocentrismo, propio del individualismo occidental. La civilización moderna burguesa occidental llevó adelante la individuación del hombre y de la mujer, más allá de los límites que impone en cualquier cultura los procesos de socialización. Europa inventó el individualismo moderno y, aclara el autor, la individuación se considera una etapa evolutiva de la especie, individualismo es una modalidad de la cultura (2010).

La contradicción entre el mundo globalizado con su cultura capitalista, tecnológica, mediática y consumista y el reconocimiento en declaraciones internacionales sobre la dignidad, la solidaridad, la igualdad y hoy la diversidad es una realidad. En la dinámica de los conflictos actuales, dice Pérez, la regla parece ser la diversidad mientras que en la mayor parte del siglo XX eran los denominadores comunes los que daban sentido a los grandes movimientos sociales (socialismo, comunismo, fascismo, nacinalismos, tercermundismo, populismo, etc) (Pérez L. 2010).

Ahora estamos asistiendo al reconocimiento de las diversidades culturales, a la contemporaneidad de las culturas. Esto constituye un verdadero acontecimiento en la historia de la humanidad. Implica una reconciliación con las “diferencias”, una afirmación de pluralismo cultural. Hoy coexisten culturas propias del Neolítico con tribus urbanas y tribus informáticas (Pérez L. 2010).

Estamos en la era de las contradicciones, lo que es, que parece, no es, atiende la diversidad mientras fomentas el individualismo y la competencia.

¿Será que no hay contradicción?, sino que sencillamente no hemos comprendido lo que somos los seres humanos, nos interesa más el tener que el ser, olvidamos reconocernos como seres solidarios, ¿no será que la insistencia en la lucha por el reconocimiento de la diversidad se ha puntualizado por que es tanta la “diferencia” que hemos fomentado y nos ha orillado a la desconfianza, a la falta de identidad, a la tolerancia, a las guerras, conflictos, abusos? Todos éstos son el origen de un NO reconocimiento a la identidad de las personas, su sociedad y sus culturas. Dice Pérez, pese a las declaraciones Internacionales sobre diversidad cultural, hacia el 2009 el mundo padece guerras y conflictos en todo los continentes que tiene que ver con la negación de las identidades culturales o del derecho de autodeterminación de distintos pueblos. El reconocimiento del “otro”, de la diversidad, es todavía precario (2010). Es tan precario, que está generando en el mundo la idea que la diferencia es peligrosa, basta ver las políticas de Trump, los grupos radicales que crecen en miembros y en acciones, desde los fundamentalistas religiosos, los ecologistas, los altermundistas hasta los movimientos los sin tierra.

El reconocer en el otro lo que yo soy como ser humano y lo que puedo ser con la colaboración del otro, es parte del conocimiento de la realidad, pero si esta realidad está fragmentada ¿qué podemos esperar de las acciones del hombre con el hombre mismo?, ¿cuál es su parámetro de medición respecto a los otros y lo otro? sería mejor empezar a desarrollar la solidaridad y el pensamiento de que un yo, más un tú, da un nosotros, y esto es la fuerza del cambio, de la aceptación de la persona a la diversidad que suma.

La defensa de los derechos sigue siendo una lucha desde su declaración en 1789 pero ¿entendimos que éstos derechos incluye todo en cuanto pertenece a la naturaleza humana completa? así, no sería necesario elaborar consignas, leyes, declaraciones por los que tenemos que luchas cuando son de las personas. Nos olvidamos que están ahí…pero las olvidamos por que no las usamos.

Nadie nos tiene que otorgar derechos humanos, sin embargo, nos los han dado, y por lo tanto, nos los pueden quitar. ¿Se pueden quitar por decreto?

Como última reflexión, la migración, que es un grave problema de reconocimiento a la identidad del otro, es la que ha creado las grandes civilizaciones.

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Referencia:

Pérez Lindo A, (2010) ¿Para qué educamos hoy? Filosofía de la educación para un nuevo mundo. Argentina, Edit. Bibios

Fuente del articulo: http://www.ruizhealytimes.com/opinion-y-analisis/etnocentrismo-versus-diversidad

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Educar en movimiento, danzar para amar

María del Pilar Cordero César

El movimiento es el medio de la expresión humana. El hombre se mueve con el objeto de alcanzar bienes para satisfacer sus necesidades, a la vez que es movido por valores intangibles (Rebel, 1995).

De la traducción del sánscrito de la palabra danza por “anhelo de vivir” y traspasando los límites de la actividad exclusivamente corporal, algunos autores destacan en primer lugar el aspecto expresivo y afectivo de la misma definiéndola como “un medio capaz de expresar las emociones y los sentimientos mediante la sucesión de movimientos organizados que dependen de un ritmo” (Fernández, 1999, p17, citado de Vicente, Ureña, Gómez y Carrillo, 2010).

Ossona (1984, citado por Vicente, Ureña, Gómez y Carrillo, 2010) enfatiza el elemento personal-afectivo cuando califica de espiritual el impulso que mueve hacia la danza y lo considera una necesidad interior más cercana a lo espiritual que a lo físico.

Para García Ruso (1997) la danza es una actividad humana universal, pues se ha realizado en todas las épocas, espacios geográficos y es practicada por personas de ambos sexos y de todas las edades; motora, ya que utiliza el cuerpo como medio de expresión de ideas, emociones y sentimientos; polifórmica, porque se presenta en diferentes formas (arcaicas, clásica, moderna); polivalente, tiene dimensiones artísticas, educativas, terapéuticas y de ocio; compleja, ya que en ella interactúan factores biológicos, psicológicos, sociológicos, históricos, estéticos, además de ser simultáneamente expresión/técnica y actividad grupal/colectiva.

El uso de la danza como un instrumento terapéutico y catártico es tal vez tan antiguo como la danza misma. En muchas sociedades primitivas la danza es tan esencial como alimentarse o dormir. Provee a los individuos la posibilidad de expresarse, comunicar sentimientos y contactarse con la naturaleza. La danza como parte de un ritual acompaña frecuentemente los cambios de la vida, contribuyendo de este modo a la integración personal, así como también comunitaria (Berger, 1972). La danza del médico, sacerdote o shaman forma parte de la medicina y psicoterapia. La exaltación común y la liberación de tensiones operan disminuyendo el sufrimiento físico y mental transformándolo en una nueva forma más cercana a la salud. En los albores de la civilización, la religión, la música, la danza y la medicina eran inseparable (Merloo, 1960).

Un ejemplo de este contexto es el libro “Danzar o Morir”, de Pedro J. de Velasco R. que narra a partir de una investigación realizada con la cultura rarámuri donde la danza es el elemento central de como viven su religiosidad a partir de la integración católica y la fusión de su filosofía, y a su vez, la danza como manifestación de resistencia al mundo occidental de corte neoliberal. Así los rarámuri rezan bailando, si no danzan, mueren (De Velasco,2006),

Todo terapeuta, médico o sanador es un educador cuando establece la relación terapéutica con el objeto de un cambio de conciencia en el paciente /alumno. Toda relación humana es sanadora cuando parte del corazón. Educar es despertar. Es ser aprendiz de la vida (Paymal, 2010) es anhelo por vivir, es amar la vida y sentirla.

La danza en la educación desarrolla las inteligencias, en particular la inteligencia emocional que implica apertura al conocimiento, aprendizaje motor, sensibilidad a lo externo, gestión de emociones por que deja fluir, relaja, da la pauta para tranquilizar el corazón, la mente y el cuerpo, también dota de aprendizaje significativo, cuyos beneficios han sido tratados por diferentes disciplinas como la pedagogía, psicología, la fisioterapia y/o arteterapia.

El vínculo emocional será siempre un soporte esencial al trabajo cognocitivo (Antunes, 2007) Sin embargo, la danza en la educación no tiene un sentido transversal ni se le ha integrado como un elemento detonador de actitud y apertura al aprendizaje, al contrario, es una materia de relleno, que se mantiene en los últimos recursos que ofrece la educación. Como lo menciona Fux en su libro Danza, experiencia de vida, la danza es considerada como un mero adorno de la educación (1981).

El educador y formados José María Toro indica que la escuela sigue estando más preocupada por enseñar conocimientos que en la calidad y el modo de vida de las personas que han de hacer uso de ellos. Nuestra cultura ha hacho del cuerpo y las emociones algo inferior y de menor rango que la mente y de la razón (Toro, 2005). Es necesario integrar las artes, la danza en la escuela como la posibilidad de mejorar al ser humano en todas sus dimensiones.

Comparto un escrito (se encuentra también como video/texto) de José María Toro, educador,  formador y conferencista sobre educación emocional.

Educar, el arte de hacer danzar la vida en el corazón:

Danza, todo danza.

El movimiento de la vida es un baile sagrado donde cada paso es único y singular y cuyo escenario por excelencia es el corazón.

No hay danza sin bailarines y no hay baile sin alegría de vivir.

Danzar es permitir que la emoción se mueva y que la energía se estremezca construyendo siluetas y formas que se deshacen tan pronto como son trazadas.

La danza es el cuadro que se dibuja en el lienzo del espacio con los pinceles de los brazos, de las piernas y de los dedos.

La danza es una escultura modelada a base de miradas, caricias y sonrisas esculpidas con el cincel de la música.

La danza es la escultura que modela la carne humana dinamizada por el espíritu que la habita, es arquitectura en movimiento, edificios que se desplazan para encontrarse y generan paisajes de belleza.

La danza es la música que se escucha por los ojos, movimiento habitado, presencia consciente, presente absoluto, regalo para quien la ejecuta y para quien la contempla.

Danzar es mover la energía, movernos, rejuvenecernos, recrearnos y sanarnos.

La danza es curativa en cuanto es una invitación a fluir, a dejarnos llevar y nos aligera de los pesados fardos que nos abruman.

Es preciso recuperar la danza como ritual cotidiano, como movimiento doméstico y como fiesta ordinaria.

En las casas y en las escuelas se baila poco.

Es otro modo de decir que son espacios faltos de vida y alegría y en los que la rutina minó el espíritu festivo.

No sólo se trata de incorporar la danza como una actividad más sino de entender que enseñar es hacer bailar las letras, los números, las ideas y las palabras en el corazón de un niño para que allí puedan ser acogidas como celebración exaltación de la Vida que somos.

Educar es trazar coreografías de luz y de energía en el sagrado escenario del corazón humano, es hacer danzar los valores humanos que nos hacen divinos, es bailar con el otro, junto al otro y, sobre todo, hacia al interior de uno mismo.

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Referencias

Berger, Miriam (1972): “Bodily Experience and Expression of Emotion”, American Journal of Dance Therapy, USA

Fischman D. (2005) Tesis doctoral: La mejora de la capacidad empática en profesionales de la salud y la educación a través de talleres de Danza Movimiento Terapia.Universidad de Palermo. Recuperado de: https://dspace.palermo.edu:8443/xmlui/bitstream/handle/10226/1770/Fischman%20Diana%20Tesis.pdf?sequence=1   el día mayo 2017

Garcia Ruso H. (1997) La danza en la escuela. Barcelona, Inde

Meerloo, J. (1960) The Dance. New York: Chilton

Paymal M. (2010) Pedagogía 3000. Guía práctica para docentes y padres. Argentina, edit Bruja

Rebel, Gunter (1995): “El lenguaje corporal”, Editorial Edaf S.A., Madrid.

Toro, José María (2005) Educar con “Co-razón”. España, Desclée

Fuente del articulo: http://www.ruizhealytimes.com/vivir-mejor/educar-en-movimiento-danzar-para-amar

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La Educación que transforma ¿hacia dónde vamos?

Por: María del Pilar Cordero César

El contexto de este nuevo siglo, tan cambiante, tan rápido, tan complejo, tan estresante, sin tiempo y con mucha tecnología está marcando la pauta de nuevas conductas, la incorporación de nuevos hábitos y competencias, pero, ¿hacia dónde se dirigen los nuevos comportamientos y para qué?. Esta respuesta no es fácil y depende desde el contexto en que se analice.

El mundo occidental responde a través de la llamada globalización, desde el mercado, desde el individualismo y la competencia, desde la supremacía del hombre frente a la naturaleza, desde el consumismo.  Del otro lado, se encuentra una visión que pretende ser más solidaria, colaborativa, sustentable, incluyente en el que surgen conceptos como las llamadas “economías verdes”  hasta  el enfoque sobre el desarrollo humano sustentable.

La concepción de la transformación del hombre no se incluye aislado, sino del hombre que vive en sociedad y se desarrolla en ésta para transformarse y transformarla hacia una vida más humana, digna, creativa, reflexiva y feliz. Un aporte relevante de Paulo Freire es sobre su visión en la educaciónbasada en las potencialidades humanas de creatividad y libertad.

Su objetivo es descubrir y aplicar soluciones liberadoras por medio de la interacción y la transformación personal y social, a través de lo que él denomina proceso de concientización, definido como el proceso en virtud del cual el individuo y una comunidad alcanzan una mayor conciencia, tanto de la realidad sociocultural que configuran su vida, como de su capacidad de transformar esa realidad (citado por Agular A., Bize B., 2011).

Así, los humanos aprendemos a ser humanos en la interacción con los demás, de ahí que la socialización sea de suyo un proceso educativo que responde a las exigencias y necesidades de los grupos sociales (Patiño Hilda 2010).

La persona como ser de relación, está llamada alcanzar la felicidad en el encuentro amoroso con los otros y a fundar ámbitos de interacción creativa que permita el mutuo crecimiento  y una autonomía en interdependencia (Patiño 2010 p 77).

Educar para  como un “hecho social” y no un “hecho económico”, así la educación debe ser entendida al servicio del desarrollo humano integral con un sentido verdaderamente humanizador (Aguilar A., Bize B. 2011).

Decía Sagan (citado por Pedroza y Reyes, 2014) un escenario social donde se involucre a todos los elementos que conforman una sociedad, donde los seres humanos sigamos siendo parte importante del contexto, no más y no menos que el resto de las especies, organismos y formas de vida en el planeta en su totalidad.

En este escenario y entendiendo al igual que Bell (2006) que la educación es una de las instituciones más importantes de la sociedad.

Patiño comenta “en el campo de la educación resulta crucial sostener una concepción justa de la persona, es decir, una concepción que evite la simplificación de las visiones unilaterales, ya sean pesimistas u optimistas y que tomen en cuenta la complejidad de la condición humana, pues en la práctica educativa se “aterrizan” las concepciones antropológicas y, por ende, se resienten con más fuerza las consecuencias” (2010).

Entendernos en esa complejidad al homo sapiens, pero también la educación emocional y social –y ecológica- no pueden estar fuera del proceso educativo como práctica, ni dentro de la pedagogía en general, pues se habla del desarrollo humano en todas sus capacidades y potencialidades para perfeccionarse – humanizarse y ser feliz. Es necesario “educar para la vida”, no sólo para sacar buenas notas.

Este articulo pretende compartir las nuevas (y viejas) posturas que la educación está tomando en consideración y que no sólo son propuestas utópicas que la mayoría de la gente está buscando; son propuestas que están dando respuesta a una sociedad difícil de entender y difícil de llevar el ritmo, alejadas de la característica más humana de todas, el amor, la solidaridad y el uso de la libertad como máximo exponente del desarrollo del potencial humano.

Son propuestas que emergen sustentadas en pensamientos teóricos epistémicos y en aportes experimentales con metodologías en desarrollo, cada una de ellas desde una perspectiva particular, pero desde un abordaje pedagógico y principalmente con una visión de “proyecto socialmente humano” (Pedroza 2014).

Algunas propuestas son:

  • La psicopedagogía extraocular propuesta por Salvador Soriano y Mónica E. Soriano;
  • la neuropedagogía lúdica, propuesta por Carlos Alberto Jiménez;
  • la pedagogía sistémicofenomenológica, propuesta por Clara Ventura;
  • La práctica educativa desde la antropología y la hiprosis clínica, propuesta por Rene Pedroza y Guadalupe Villalobos;
  • la pedagogía EALE para la enseñanza de lenguas extranjeras, propuesta por Nancy Nava;
  • la pedagogía desugestiva/sugestopedia, propuesta por Gloria Alguacil; las pedagogías para la convivencia: en derechos humanos y de género, propuesta por María del Rosario Guerra y Carlina Serrano et al.;
  • la pedagogía emancipadora, propuesta por Jorge Merio Flores;
  • la “Esbozos de pedagogía marxista en el México posrevolucionario, propuesta por Jenaro Reynoso;
  • la pedagogía lenta/pedagogía del caracol, propuesta por Hilda Vargas;
  • la pedagogía 3000, propuesta por Noemi Paymal; el enfoque ecopedagógico que han postulado Moacir Gadotti, Cruz Prado y Francisco Gutierrez;
  • la educación GAIA, creado por un colectivo de educadores llamados Gloval Ecovillage educatoprs for a sustainable Earth (GEESE);
  •  la pedagogía de la ternura fortalecido por Arnobio Maya Betancourt;
  • la pedagogía de los Mandalas desarrollada por la francesa  Marie Pré;
  • la pedagogía Noosfera digital desarrollada por José Antonio Cobeña Fernandez;
  •  la pedagogía del Jazz de Carolyn Graham, la pedagogía ASIRI de Ivette Carrión;
  • la Ludosofía de Miguel Ángel Domínguez (I),
  • La escuela Ayllu Warisata educación que nace en Bolivia y trabaja con los saberes indígenas –ancestrales-, de Avelino Siñañi y Elizondo Pérez.,
  • En México un ejemplo de pedagogía originaria Otomí que nace en la universidad Indígena Internacional llamada Dänguu Mfäd., la educación Waldorf, pedagogía que se centra en el ser.
  • El método Kilpatrick, basado en la acción; el método montesorri, basado en el potencial humano;
  •  el modelo educativo Etievan, de Nathalie de Salzman (basado en las ideas de Ivanovich Gurdjieff;
  • La educación bio céntrica de Rolando Toro, Chile; Educación con co-razón de José María Toro, de España;
  • El método Shichida, de Mako Shichida, Japón;
  • La creática, de Natalio Domínguez, Venezuela;
  • la escuela en la nube, el método SOLE de Sugata Mitra en la India.

Otro tipo de pedagogías propuestas en las llamadas “escuelas alternativas” o “educación libre” están proporcionando una amplia gama de modelos que se insertan con una práctica humanizante y socialmente humana desde las familias que ya no quiere enviar a sus hijos a escuelas cerradas (o tradicionales) por que no están educando y empiezan un nuevo reto de educación en casa y/o en diferentes espacios no catalogados como aulas tradicionales, y ese auge no solo proviene de los movimientos alternativos.

Cada vez se cuestiona más la educación oficial, la falta de respeto hacia los menores y la imposición de criterios muy discutibles.

Señala Santiago González (escuela libre de España) que “se tiende mucho a no tener paciencia”, de ahí que no se respeten los distintos ritmos;  mientras que Eva Friera hace hincapié en que “el error permite el aprendizaje. Una mayor salud emocional desemboca en un mayor desarrollo cognitivo” frente a un modelo, el institucionalizado, donde no hay tiempo, y cada vez menos recursos para atender la diferencia, para respetar los tiempos de cada uno, sus intereses. Y de unos padres en muchas ocasiones obsesionados con la consecución de unas excelentes calificaciones, diferenciando entre asignaturas marías e importantes y no entendiendo la enseñanza como algo vivencial, integral, emocional. Por querer tener ingenieros de tan solo tres años.

Cada vez son más los padres que cuestionan el sistema oficial de enseñanza.

El concepto de “educación alternativa” incluye al alumno no solo como un receptor de conocimientos de las materias educativas, sino que debe tener espacios de interacción para desarrollar virtudes como la solidaridad, la búsqueda de la verdad, la libertad y creatividad (Palacios C. Casita de cartón, Perú). Son propuesta que desde la Praxis se están moviendo a la construcción teórica y epistemológica y desde ésta a la praxis, pues como dice Morin (2006) “esquemas para repensar  la educación: de la práctica a la teoría, de la teoría a la práctica; “el método generado por la teoría, la regenera”.

De aquí algunos ejemplos (II):

1.- Maestros Waldorf y sabedores indígenas, quienes introducen nuevos métodos deenseñanza como la pedagogía del colibrí (de origen Kággabba), la pedagogía del canasto (de origen Witoto, Amazonas colombiano) y la práctica del Mambeo (o Círculo de la Palabra) a través de la “Fundación con las manos en la tierra”, en Colombia en el  municipio de Ráquira, Boyacá. Es así como se comienza a formar una red de familias que educan a sus hijos en casa, en colaboración con la comunidad.

2.- Las Waldkindergartens, en Alemania, también llamadas Escuelas  Bosque, son escuelas donde niñas y niños de entre tres y seis años pasan cada día al aire libre, corriendo, revolcándose, trepando a los árboles, jugando con las ramas y las hojas, metiéndose en el barro hasta las rodillas, y descubriendo todas las manifestaciones de vida por minúsculas que sean. Funcionan desde 1996 y hoy hay más de 700 en toda Alemania.

3.- Educación Democrática, fundada por José Pacheco,  en los 70´¨s como el proyecto  escola da ponte, comienza abordando la autonomía como concepto inseparable de la solidaridad.

4.- Summerhill y las escuelas con cerebro que parte de la teoría de Alexander Neill y su hija Zoe sobre educación con asistencia en libertad.

5.- La Casa de Cartón  de Carlos Palacios en Perú, dijo que también es necesario un cambio drástico en la forma de impartir educación a los escolares.

En ese sentido comentó la experiencia vivida en este centro de estudios donde se aplican métodos de convivencia que involucran al docente, el escolar y su familia como protagonistas de la formación educativ.

Este modelo educativo, que ya tiene 30 años y que viene siendo planteado en varios colegios como complemento a la currícula establecida por el Estado, plantea priorizar el tiempo que el alumno pasa en las aulas para compartir los conocimientos con actividades culturales como el arte o el deporte y otras típicas de la vida en sociedad que a su vez sirven de estímulo para que el menor sienta la curiosidad y el deseo de aprender. Para ello se ofrece al educando talleres de pintura, de arte plástico, prácticas de deporte  y actividades como biohuerto y reciclaje de basura, que contribuyen a que desarrolle el sentido de la solidaridad con los demás y con el entorno en que se desenvuelve.

6.- Las escuelas libres en España, como la escuela Tximeleta, ubicada en un caserío navarro en el valle de Etxarri, la casona gijonesa que alberga a Andolina.

Suele tratarse de cooperativas familiares o asociaciones de familias que, poco atraídas por el sistema oficial y el trato que se da a los niños, deciden implicarse en la educación de sus hijos y fundan estos colegios privados, mixtos, laicos y de pedagogía activa, que acogen en su mayoría Educación Infantil y Primaria. Algunos de ellos, como es el caso de Andolina, surgen en parte de grupos de crianza, igual que La Quinta’l Texu, que abrirá sus puertas en Villaperi (Oviedo) este mes de septiembre (2013). Las Escuelas Libres, también llamadas democráticas o de Pedagogía Activa. Son escuelas alternativas frente a las convencionales acogidas bajo el paraguas de la “oficialidad” estatal, en manos de las Autonomías.

7.- Nelly Pearson, impulsora de una experiencia pedagógica alternativa. Por su influjo desde La Plata se crearon 30 escuelas en el país. Otras escalas de valoración. Un aprendizaje sin grados, sin pruebas escritas ni boletines.

Centro Pedagógico de La Plata. “Nunca estuvimos contra el sistema educativo público. Sólo quisimos aplicar las ideas renovadoras que habían sostenido las hermanas Cossetini”. La clave de esa enseñanza pasa por darles a los chicos sensibilidad artística y libertad para elegir, afianzándose valores como el respeto y la tolerancia. Las escuelas no tienen grados, no toman pruebas escritas ni hay boletines de calificación.

Esta es una invitación a explorar que en educación “otro mundo es posible”, a sus autores y a las propuestas.

Referencias:

(I) Aguilar A., Bize B. (2011) Pedagogía de la Intencionalidad. Santa Fe, Argentina, Homo Sapiens

Patiño D. -coord.- (2010) Persona y humanismo, algunas reflexiones para la educación en el siglo XXI. México, Universidad iberoamericana Puebla.

(II) Paymal N. (2010) Pedagogía 3000. Córdoba, Brujas.

Pedroza  F. (2014) Pedagogía para la práctica educativa del siglo XXI México, PEM colección, MAPorrúa.

Morín E. (2006) Educar en la era planetaria. España, Gedisa

Ecoportal.net

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