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México: El trabajo en equipo y el aprendizaje

El trabajo en equipo y el aprendizaje

 

“Nada es más importante en estos tiempos que crear organizaciones capaces de evolucionar.”

Margaret Wheatley

Es imperativo reconocer que una escuela no es solo un edificio con aulas; es un organismo complejo donde diversas personalidades, creencias, antecedentes y valores convergen. La forma en que esta diversidad se organiza y se maneja puede significar la diferencia entre un entorno de aprendizaje efectivo y uno en el que tanto los estudiantes como el personal se sienten perdidos o desanimados.

La dirección de un centro escolar tiene la responsabilidad crucial de orquestar este complejo conjunto de elementos humanos hacia un objetivo común: el aprendizaje efectivo y significativo de los estudiantes. No se trata solo de administrar recursos y ejecutar políticas; es, en gran medida, la habilidad para entender las complejidades humanas y utilizarlas como palancas para mejorar la educación. La clave está en desarrollar «llaves» de comunicación que abran puertas a la comprensión mutua, la empatía y el trabajo en equipo eficaz.

El trabajo en equipo no es un cliché; es un elemento fundamental que funciona como los «vasos comunicantes» en el organismo escolar. Permite que la iniciativa, la coherencia, la empatía y la coordinación de acciones se muevan libremente, resultando en un aprendizaje organizacional fluido. Pero lograrlo requiere de un liderazgo que esté dispuesto a conocer a su equipo, escuchar activamente y dar espacio para la iniciativa individual y colectiva.

Algunas personas pueden argumentar que el tiempo que se «gasta» en fortalecer la cohesión del equipo y en entender las dinámicas humanas podría utilizarse en «tareas más importantes». No obstante, es vital comprender que un equipo cohesionado es mucho más productivo y eficaz en la implementación de cualquier tarea o iniciativa pedagógica. Además, un ambiente de trabajo saludable y coherente se traduce en un ambiente de aprendizaje saludable para los estudiantes. Al final del día, la educación no es solo sobre el plan de estudio y las calificaciones, sino sobre el desarrollo humano en todas sus dimensiones.

Para las niñas, niños y adolescentes esto es imperativo pues se trata de la conformación del espacio en el que acude día con día para aprender, lo cual no es una graciosa concesión sino un derecho puntual que se les confiere desde la propia Constitución y es el centro escolar y el personal, instrumentos para llevarlo a cabo de una manera adecuada y coherente.

Para el magisterio, esto significa que cada docente tiene una responsabilidad dual. Por un lado, están comprometidos con la educación de sus estudiantes; por otro lado, también son parte integral de un equipo que necesita su colaboración, respeto y empatía. Cuando ambos niveles de responsabilidad se cumplen, el resultado es una educación de alta calidad en un ambiente enriquecido, respaldado por una comunidad educativa unida.

Por lo tanto, es adecuado que educadores y autoridades educativas prestar la debida atención a la organización interna de sus centros escolares. Por tanto, es una posibilidad importante de la sociedad reconocer, apreciar y apoyar el complejo pero hermoso tapiz de roles y responsabilidades que hacen de la educación la piedra angular del desarrollo humano y social en el país. Cuando logramos que la organización interna de una escuela funcione de manera armónica y efectiva, estamos cada vez un paso más cerca de cumplir el propósito educativo que cada estudiante merece. Porque la educación es el camino…

https://manuelnavarrow.com

manuelnavarrow@gmail.com

 

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/el-trabajo-en-equipo-y-el-aprendizaje/

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Desapego familiar en el aprendizaje

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

Es esencial que los padres demuestren un interés genuino por la educación de sus hijos…

En la actualidad, nos encontramos inmersos en un modelo económico que ha traído consigo importantes cambios sociales y una modernidad líquida, que describió Bauman, donde todo parece ir demasiado rápido. Los avances tecnológicos, como los teléfonos y las computadoras, han invadido nuestro espacio personal e incluso el familiar, generando una colectividad individualizada. En este contexto, es evidente que el enfoque, la participación y la actividad de los padres en el proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos ha sufrido transformaciones significativas.

Resulta cada vez más común observar dificultades en los estudiantes para apropiarse de los conocimientos, principalmente debido a la falta de apoyo por parte de sus familias para enfrentar los desafíos educativos. Esta situación tiene consecuencias visibles en la realidad social, donde se percibe una falta de intervención por parte de las familias en el fortalecimiento del proceso escolar.

Es fundamental comprender que el compromiso de los padres y el apoyo familiar desempeñan un papel crucial en el aprendizaje de los hijos. El hogar debe convertirse en un espacio propicio para fomentar la curiosidad, el interés por el conocimiento y el desarrollo de habilidades académicas. Para lograrlo, es necesario establecer una mejor relación y una comunicación efectiva entre padres e hijos.

Es esencial que los padres demuestren un interés genuino por la educación de sus hijos y se involucren activamente en su proceso de aprendizaje. Esto implica dedicar tiempo de calidad para escuchar y comprender las inquietudes, necesidades y logros de sus hijos. Además, es importante establecer una rutina de estudio en casa, donde se brinde un ambiente tranquilo y propicio para el aprendizaje.

Asimismo, es fundamental que los padres establezcan expectativas claras y realistas para sus hijos, alentándoles a esforzarse y alcanzar sus metas académicas. El reconocimiento y el refuerzo positivo por los logros obtenidos son elementos clave para motivar y fortalecer la autoestima de los estudiantes.

La colaboración entre la escuela y la familia también juega un papel fundamental en el proceso educativo. Los padres deben mantener una comunicación constante con los docentes, participar en reuniones escolares y estar al tanto del progreso académico de sus hijos. Esta colaboración permitirá identificar posibles dificultades y brindar el apoyo necesario de manera oportuna.

Así, es importante destacar que el aprendizaje no se limita al ámbito académico. Los padres deben fomentar el desarrollo integral de sus hijos, promoviendo actividades extracurriculares, lectura, exploración de intereses personales y la adquisición de habilidades socioemocionales. Estos aspectos son fundamentales para formar individuos completos y preparados para enfrentar los retos de la vida.

En este contexto de cambios acelerados y colectividad individualizada, es crucial que los padres asuman un compromiso activo en la educación de sus hijos. El fortalecimiento de la relación y el apoyo familiar son elementos clave para fomentar un mejor proceso de aprendizaje. La participación activa de los padres, la comunicación efectiva, el establecimiento de expectativas realistas y el reconocimiento de los logros son estrategias fundamentales para promover el éxito educativo y el desarrollo integral de los hijos, porque la Educación es el camino…

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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Confiar en la escuela

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

 

«Hace falta recordar una y otra vez, que las y los profesionales de la educación, cursaron estudios de educación superior orientados precisamente para tomar las mejores decisiones en lo que tiene que ver con el aprendizaje.»

Existe en el mundo, con respecto a las políticas públicas que se implementan en el sector educativo, muy diferentes medidas que son producto de la idiosincrasia, cosmovisión, historia, cultura, valores y principios que se definen al interior de los ministerios educación de los diferentes países, sin embargo, hay ciertas decisiones que por su contenido, presentan ciertas similitudes y grados de aplicación, también acorde a la manera en que se tiene el concepto de educación por parte de quienes toman las decisiones que impactan en gran medida a los centros educativos de su territorio.

Por ello, resulta muy importante valorar el grado y la intención de la aplicación de determinadas políticas públicas, puesto que al momento en que se implementan o se dejan de lado, tienen un fuerte impacto en el sistema de comunicación y efecto bidireccional que trasciende en cada una de las más de un cuarto de millón de centros escolares que hay en México y que apoyan o no para el fin último de su tarea, que es el aprendizaje de las niñas, niños y adolescentes (NNA), por lo que dichas decisiones deben de tener eso en mente para que puedan ser acordes a las necesidades que se implementen luego en la escuela.

Así, un ejemplo claro de ello, es lo que en el mundo de las políticas educativas se ha denominado como la gestión centrada en la escuela, que, de acuerdo con Claudia Santizo (2012) se basa en un principio que señala que las comunidades escolares poseen información adecuada para seleccionar entre varias opciones aquellas que atiendan mejor los problemas que enfrentan y va desde el extremo en aquellos países que dejan en el centro escolar todas las decisiones educativas, como lo son los planes y programas de estudio, la contratación y la utilización de sus recursos económicos y humanos, la decisión del uso de libros de texto, así como el manejo de sus factores internos del manejo y control de la regulación de las condiciones de aprendizaje en sus aulas, hasta aquellos países que tienen centralizadas este tipo de decisiones y la escuela solo se convierte en una suerte de “maquila” en donde sólo se deja una mínima parte de las decisiones de política en materia educativa.

El caso mexicano, presenta ciertas variantes de dicho concepto, sin embargo, con una mayor inclinación hacia las decisiones centralizadas en donde la escuela como centro de las disposiciones para el aprendizaje en el contexto de su ubicación y relaciones tiene muy poco margen de operación para la transformación y/o aplicación en el marco de su contexto.

Por ello, hace falta recordar una y otra vez, que las y los profesionales de la educación, cursaron estudios de educación superior orientados precisamente para tomar las mejores decisiones en lo que tiene que ver con el aprendizaje. Así, sin perder la posibilidad o necesidad de regulación normativa, es conveniente migrar las decisiones hacia una mayor confianza en los centros educativos, en sus decisiones, en mirarlas en la justa dimensión de la profesión que representan y entender que las decisiones centralizadas, por muy bien intencionadas que sean, jamás tendrán el conocimiento, pulso y vinculación con el entorno de cada centro educativo.

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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Atienda las señales tempranas

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

«Recuerde que en sus manos está el tiempo que pasan en los videojuegos o en la televisión, el preguntar por la tarea, apoyarle para hacer su maqueta, preparar su exposición o ir con él para ver el sitio natural, cultural o histórico»

La agilidad y velocidad con el que se vive la realidad hoy en día, además del excesivo uso de los medios tecnológicos individualizados al interior del hogar hace que sea complejo dedicar tiempo a los aspectos realmente importante de nuestra casa, como lo es la convivencia en familia, la formación de los hijos, la relación con la escuela y otros aspectos igualmente significativos y trascendentes.

Así, dejamos en la escuela prácticamente toda la responsabilidad, atención y posibilidad de actuar en pro del desarrollo de nuestras niñas, niños y adolescentes, olvidando que en casa se tiene no solo el mayor ejemplo, sino el mayor peso sobre quienes están en proceso de formación en el hogar, y no solo eso, sino que prácticamente se reduce la comunicación con la escuela a las muchas veces “molestas” entrega de boletas cada dos meses en el mejor de los casos.

Este tipo de aspectos, entre otros, hacen que se olviden aspectos elementales que en mucho tienen que ver para establecer una verdadera coordinación en lo que tiene que ver con la formación de la futura personalidad y entender que en cada una de las acciones de vinculación que hacemos, estaremos aportando un granito de arena para su desarrollo.

Desde aspectos tan elementales como la conversación al salir de la escuela para conocer los aspectos más importantes que le sucedieron, apreciar la manera en que lo dice y el rostro que pone, el valorar frecuentemente el interior de la mochila y/o útiles escolares, preguntar sobre las tareas, la exposición, la visita y conocer realmente lo que se está haciendo en el aula representa un fuerte aliado no solo para colaborar, sino para formar un mejor lazo de comunicación familiar.

De igual manera, hay que recordar que muchas de las situaciones que llevan a nuestras y nuestros hijos por el camino del acoso, bullying, trastornos de salud mental o incluso a pensar en el suicidio, se originan en el día a día y las advertencias se pueden apreciar desde esos preciosos momentos en los que se encuentra en crecimiento y para el docente puede ser complejo el apreciar señales individuales en aulas que, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) son las de mayor concentración de estudiantes de dicha organización en el mundo.

Por ello, resulta especialmente importante su atención sobre cualquier seña física, como es el caso de moretones, golpes, raspones, o mentales, como lo puede ser la tristeza, el llanto o enojo por motivos incomprensibles o aquellos aspectos que resultan poco frecuentes deben de ser motivo para una charla con su docente y ver si se puede trabajar en conjunto para la mejora en el proceso de formación.

Así, recuerde que en sus manos está el tiempo que pasan en los videojuegos o en la televisión, el preguntar por la tarea, apoyarle para hacer su maqueta, preparar su exposición o ir con él para ver el sitio natural, cultural o histórico que coincide con lo que están viendo en clase y tenga mayores elementos para participar y con ello fomentar una mayor seguridad y apoyo en ese que mañana habrá de ser el resultado de lo que hoy precisamente decida sobre su vida.

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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¿El problema es la escuela?

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

«El problema por supuesto no son las buenas intenciones, ni tampoco que todos los sectores “vean con buenos ojos” integrar en las escuelas más y más programas adicionales a los planes de estudio»

Existe en nuestra sociedad, una creencia muy acentuada, en donde se percibe que es la escuela el único lugar en donde se pueden resolver los problemas sociales que enfrentamos, así, aparte de los cientos de contenidos de las diferentes asignaturas, día a día se le asignan nuevos programas adicionales “innovadores” que regularmente vienen de personas con “buenas intenciones” pero que tiene poca o nula formación como profesionales de la Educación.

Así, en los últimos tiempos, hemos visto cargas “adicionales” al ya de por si sobrecargado y siempre inalcanzable plan de estudios, programas para el fomento de la paz, reducción de la violencia, finanzas personales, cuidado del medio ambiente, vida saludable, lectura, apoyo a la ciencia, inclusión, olimpiada del conocimiento, convivencia escolar, y súmele los que le gusten de los casi 100 que existen actualmente y que no son seleccionados por el centro escolar con base en su contexto, sino que vienen desde “arriba” con la indicación de llevarse a cabo y “hacer un espacio” porque la autoridad en turno dice que es “muy importante” y que hay que atacar tal o cual problema.

El problema por supuesto no son las buenas intenciones, ni tampoco que todos los sectores “vean con buenos ojos” integrar en las escuelas más y más programas adicionales a los planes de estudio, el problema es muy sencillo, que siempre llegan sin recursos adicionales, y quieren que sea el personal docente quien lo desarrolle “de preferencia” sin afectar las clases de los niños, porque eso si “el derecho a la educación de las niñas, niños y adolescentes es sagrado”.

Lo muy interesante es ver que las acciones de política pública por parte de las autoridades sean consistentes con el discurso que se hace sobre la educación, por ejemplo, hace al menos tres décadas, existía en las escuelas secundarias, personal formado en atención psicopedagógica por Profesionales de Orientación educativa y en atención socio económica por parte de Profesionales del Trabajo Social por cada grado, lo cual permitía contar con una atención más personalizada, sin embargo, por cuestiones “administrativas y de plantilla” se fueron reduciendo hasta dejar, en el mejor de los casos un profesional de cada tipo “por escuela” por lo que no nos debe de alarmar los resultados que ahora podemos apreciar tanto en la escuela como fuera de ella en el incremento de casos de acoso, bullying, violencias, etc. Ah, pero eso sí, nos preguntamos exaltados, pero ¿qué es lo que está pasando con la escuela?, ¿qué están haciendo los maestros?, que para eso se les paga, de ahí que a cada instante lleguen “novedosas” iniciativas para hacer más, pero “con lo mismo”, es decir, con las uñas.

No, es momento de hacer un alto en el camino y reflexionar seriamente que en la escuela se va a aprender, que hay un enorme plan de estudios que llevar a cabo, que todo ello es muy importante y que si se quiere llevar “innovaciones” de gente “bien intencionada” pero poco sabedora de los procesos educativos, se lleve también a la escuela a personal capacitado y calificado para ponerlos en práctica, con un presupuesto suficiente y que se permita al personal docente hacer lo que tiene que hacer académicamente hablando.

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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Un siglo de Misiones Culturales

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

«Hablar de las Misiones Culturales es abrir un vínculo del presente hacia nuestras raíces…»

El 3 de octubre de 1921 con la visión del hasta entonces Rector de la Universidad Nacional, el Licenciado José Vasconcelos Calderón surge en México la Secretaría de Educación Pública con un proyecto completamente diferente, con el deseo de hacer realidad el sueño de la Revolución Mexicana y con un amplio bagaje de proyectos para llevar la educación y la justicia social a los rincones más escondidos de nuestro país.

Apenas un par de años después, en 1923, en el pueblo de Zacualtipán, Hidalgo, se instala la primera Misión Cultural, espacio desde donde posteriormente se habrían de multiplicar y extender a lo largo y ancho de toda la República Mexicana, cuyo proyecto central fue ampliamente avalado y respaldado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y ha sido responsable de alfabetizar a millones de personas a lo largo de su primer siglo de vida que se cumple en este año.

Hablar de las Misiones Culturales es abrir un vínculo del presente hacia nuestras raíces, hacia la esencia de lo que nos hemos planteado históricamente como reto, y desde donde aquel anhelo de equidad, transformación y desarrollo de los lugares más vulnerables sigue vigente a pesar de la lucha encarnizada del mundo globalizado que nos ha cubierto en cada espacio de la vida

Hoy en día es un proyecto que sigue operando, aunque con escasos recursos en la mayor parte del país, desde donde se desarrolla un cometido que tiene que ver con el desarrollo de los espacios rurales con mayor grado de vulnerabilidad, aun encabezando un esfuerzo por llevar educación y capacitación en donde se necesita en la actualidad.

La realidad actual, con los grandes avances científicos, industriales, tecnológicos y de gran transformación de la vida cotidiana, en muchas de las ocasiones nos confunde y nos hace olvidar que aun hoy en día una de cada dos personas en México vive en situación de carestía, realidad que la educación, sobre todo en educación básica convive de manera cercana día a día y en donde las Misiones Culturales son un espacio de construcción de una realidad que pareciera desaparecer a nuestros ojos.

A los habitantes atendidos en esas poblaciones se les ofrecen talleres sobre aspectos como Educación para la Salud; Computación; Carpintería; Pequeñas Industrias; Educación Familiar y Actividades Artísticas (música y danza folclórica) que permiten el desarrollo y crecimiento de las personas, de las familias y de la comunidad en su conjunto.

Por ello, representa un baluarte mal comprendido que debemos revalorizar y entender que su concepto está en su vocación de servicio, en su férreo acercamiento a la realidad más compleja de nuestro país y en emprender un rescate y ampliación del esfuerzo institucional que día a día hacen maestras y maestros muchas veces con las uñas para hacer realidad el derecho a la educación y a la igualdad en múltiples puntos de nuestro país, allá, invisibilizadas, justamente en donde no vemos y precisamente en donde más se necesita.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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Las escuelas y su problemática diaria

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

«Resulta muy importante que se regule y transparente la recepción, uso y destino de las cuotas escolares.»

De acuerdo con el calendario oficial de la Secretaría de Educación Pública (SEP), vigente para las escuelas públicas y particulares incorporadas al Sistema Educativo Nacional, estamos a unos días de que inicie el ciclo escolar 2022 – 2023 que, de acuerdo con la información vertida al menos en la mayoría de las entidades federativas, se hará en formato presencial, con las implicaciones que ello tiene para la propia educación.

La educación ha sido muy golpeada por muy diferentes factores, no solo por la deuda que tiene el modelo de la cuarta transformación con las comunidades escolares, sino por el impacto de la pandemia en la deserción, el vandalismo a los centros escolares, la estimación del Banco Mundial de un rezago de dos años de escolaridad, amén de los problemas docentes en lo que se refiere a prestaciones, cambios, asignaciones y un salario que no termina de hacer justicia a una labor que mucho se dice en el discurso pero poco en la realidad que agobia al magisterio.

Hoy el problema que se vive en las aulas tiene que ver poco con el discurso de ninguno de los tres órdenes de gobierno pues, mientras en estos se habla de grandes obras de infraestructura, oportunidades de convenios internacionales y nuevos planes de estudio, a realidad es que a terreno de piso en el centro escolar hay cada vez más problemas porque se convive con tres planes de estudio a la par y que no termina de aterrizar un modelo de capacitación y formación docente que apunte a resolver las necesidades que se tienen para mejorar el proceso de enseñanza – aprendizaje.

Los libros de texto llegan a los grandes almacenes oficiales de los centros urbanos, sin embargo, no hay camioneta oficial que los lleve hasta las escuelas, la impresión de las constancias, boletas, certificados, servicio de internet, teléfono, materiales didácticos de apoyo al aprendizaje, hojas para evaluaciones, la reposición de vidrios, gas para calentones, reparación de fugas de agua, entre muchos otros aspectos, son cubiertos por el propio personal docente y los cada vez menos padres y madres de familia que cooperan para sufragar estos avatares a los que se enfrentan día a día los centros educativos, mismos que se han cubierto con rifas, kermeses y otras actividades que se hacen en conjunto en las comunidades escolares de las escuelas oficiales.

Resulta muy importante que se regule y transparente la recepción, uso y destino de las cuotas escolares, no solo que la autoridad grite a los cuatro vientos que nos son obligatorias, sino que, si no puede apoyar como es debido, que es como ha sucedido en las últimas 8 décadas, brinde al menos un camino, una alterativa que de cauce para que los centros educativos puedan estar en condiciones de garantizar un derecho que como establece la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en ingles) es un derecho humano fundamental que permite sacar a los hombres y las mujeres de la pobreza, superar las desigualdades y garantizar un desarrollo sostenible como es la educación.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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