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Aprende en casa ¿y desaprende en la escuela?

Por: Miguel Ángel Pérez Reynoso


Los cambios que hemos vivido en los últimos meses producto del contexto de contingencia, han servido para mover en buena medida las piezas y las acciones de (nuestra) vida cotidiana. Por ejemplo, el que los hijos e hijas en edad escolar asistan a la escuela ya sea acompañados por los padres, solos o con el apoyo del transporte escolar, ha sido modificado para dar paso al “quédate en casa – aprende en casa”.

El aprende en casa ha venido acompañado de distintas aristas y fenómenos igualmente inéditos, los cuales se suman a todos los que ha traído la pandemia. Los hijos e hijas en casa deberán contar con un aparato o dispositivo electrónico que se pueda conectar al internet (contar con servicio de internet previamente), organizar los tiempos y el uso de la plataforma que la escuela en torno a elegido, enviar tareas o subir tareas, adaptarse a la modalidad de trabajo. estar en contexto de manera permanente con el profesor o profesora en turno, etc.

Este aprende en casa es un enunciado sencillo que se ha traducido en infinidad de modalidades de trabajo, los testimonios o las narrativas que ha surgido en torno a ello, dan lugar a la recuperación para esta nueva opción metodológica de una especie de ciber etnografía, que se enlaza con tener a los padres en casa acompañando a los hijos.

El aprende en casa se suma a que los padres de familia en la mayoría de los casos asuman este ancestral compromiso de hacerse cargo de acompañar y educar a los hijos e hijas desde el hogar, más que una política púbica todo ello se ha traducido en una salida desesperada. Junto a ello se deberá reconocer también que existe un número importante de padres de familia que por motivos laborales deben salir de casa y dejar solos a los hijos “educándose”.

En este lapso que va de un poco más de seis meses de continencia, muchas familias lo han sentido como si fuera una eternidad; padres y madres de familia se han reconocido desesperados, añoran más que nunca a la escuela, como un espacio encargado no sólo de educar (eso pasa a un segundo término) sino de atender a hijos e hijas para garantizar un respiro en las familias.

Para muchos la contingencia ha estado asociada a un ambiente hostil, de encierro y prohibiciones diversas. La vida cotidiana la vivíamos de manera cómoda, despreocupada y con muy pocas medidas de precaución. Hoy las condiciones entre las que nos encontramos han contribuido en la construcción de un escenario paradójico. Se educa en casa y la escuela se ha convertido en un espacio cerrado y cancelado.

La escuela que ha sido el espacio privilegiado para generar y hacer circular saberes escolares primero y legitimados más adelante socialmente, que es el espacio idóneo que garantiza el desarrollo social a través de vínculos, interacciones e intercambio de saberes simbólicos, etc., Hoy ha quedado candelada.

El problema es que, en la contraparte, el Estado no cuidó en garantizar buenas condiciones para cumplir con el aprende en casa. No se saben las condiciones infraestructurales de las familias, el servicio de internet se ha tornado en caro y malo, (el monopolio de la comunicación no pierde), los aparatos electrónicos han escaseado y se han encarecido. Y lo más desfavorable, no se conocen las metodologías de trabajo o las metodólogas de atención educativa implementadas en el “Aprende en casa. Se sabe –si-, que se ha abierto un amplísimo abanico de formas de atención, desde visitas domiciliarias a los alumnos, trabajo por Facebook, WhatsApp, plataformas como Clasrom, llamadas por Meet, Zoom y un larguísimo etcétera. Sí, pero en dónde está la regulación y una matriz reguladora que permita darle sentido a todo ello.

Parece que el deseo pandémico está por cancelarse, las escuelas pronto abrirán nuevamente sus puertas y recibirán a los escolares no tanto por prevención, sino por hartazgo. “El aprende en casa” ya llegó a su límite, se ha atendido mucho y se ha des-apto más. Ahora es necesario regresarle la palabra a la escuela para saber que tiene y que tanto puede.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/aprende-en-casa-y-desaprende-en-la-escuela/

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Las tendencias en la definición de los nuevos estilos de desempeño docente

Por: Miguel Ángel Pérez

A los alumnos y alumnas de Pedagogía de la UPN Guadalajara,

Que con entusiasmo y creatividad construyen el rostro de la docencia para el siglo XXI.

Aunque ya es un lugar común afirmar que el contexto de la pandemia, ha “zarandeado” a la mayoría de las instancias y las estructuras de la sociedad; han sido las instancias educativas las más frágiles ante la llamada “nueva normalidad” debido a que la atención educativa ha migrado de esquemas y modelos de atención presencial al interior de un aula de clases en escuelas públicas o privadas, a la atención remota con el uso de diversos aparatos y conectados básicamente con el apoyo de la televisión o del internet.

Estos nuevos formatos de atención escolar (por llamarles de alguna manera), están exigiendo también una serie de cambios en la formación y en el ejercicio docente. Si bien el asunto de la formación docente es uno de los temas más abordados por estudiosos e investigadores, es el tema del cual se generan mayores retos y desafíos para la sociedad y para el diseño y curso de acción de las políticas educativas.

Ligado a lo anterior, el asunto de la formación y el desempeño docente es uno de los temas más importantes, debido a que se coloca por encima del amplio escenario del sistema educativo y es ahí en donde se articulan la vinculación entre las políticas y las acciones educativas. Los docentes de cierta manera son los interlocutores en la acción de lo que se piensa o se desea en el seno de la racionalidad política, su sensibilidad o irreverencia (según el caso y el contexto especifico), se colocan en la práctica en los hechos y la generación de resultados educativos. De ahí su importancia.

En este campo de la formación y el ejercicio docente, los especialistas distinguen tres grades modelos históricos:

a) El de la vocación y el apostolado.

b) El del docente como trabajador asalariado, sindicalizado y empleado al servicio del Estado benefactor. Y

c) El del profesional reflexivo con autonomía y autodeterminación.

En el origen, la vocación estuvo ligada con el apostolado, a los maestros y maestras se les asocia con el cura, el párroco o el sacerdote del pueblo por su capacidad de convertirse en líder o dirigente de las causas sociales, su vocación estaba definida a partir de la entrega, el compromiso de dar todo a cambio de muy poco. Estas imágenes están relatadas en el ideario de la escuela Rural mexicana y en algunos testimonios de los pedagogos clásicos del siglo XIX e inicios del siglo XX, en toda América Latina.

De ahí pasamos al modelo del docente empleado, trabajador, asalariado como una pieza más de la gran maquinaria burocrática de los gobiernos postrevolucionarios. Para el caso nuestro el sistema se sostiene con cerca de 900 mil docentes de educación básica de todos los niveles y las modalidades educativas, docentes que en su mayoría fueron formados en las Escuelas Normales (públicas y privadas) y que, a cambio de un salario quincenal o mensual hacen el mayor esfuerzo, por cumplirle a la patria, a la comunidad donde están y a sí mismos. Este ejercito de docentes no se exige mucho en cuanto al rigor profesional de su tarea, este rubro ha pasado por varias etapas y en la última de ellas, se colocan las reglas cada vez más complejas y confusas para ingresar al sistema y ganar una plaza en el sector público. Hoy en día no basta estudiar para ser maestro, no basta pasar las pruebas de ingreso o selección, hoy en día, también hay que superar las reglas de la nueva regulación que se ha impuesto, para ocupar un cargo en el entramado y burocrático mundo del sector público en educación.

Y tenemos un tercer modelo que está ligado con la profesionalidad y la autonomía, aquí entran los docentes destacados, que reflexionan e innovan su práctica que trabajan en equipo y construyen propuestas desde colectivos redes y agrupamientos por zonas escolares, por regiones o por estados. La profesionalidad no se reduce a un asunto de salario digno, (este se incluye en su esquema) ni tampoco con condiciones institucionales adecuadas y suficientes para realizar la tarea. No, tienen que ver también con la autoimagen y la proyección que difunden los sujetos docentes ante la sociedad como sujetos, comprometidos, sensibles y capaces. La profesionalidad está relacionada con la mejora continua de la práctica, con la innovación, la creatividad, como un rol de un docente animador que sabe acompañar a sus estudiantes y que garantiza estrategias para favorecer y consolidar aprendizajes.

En este recuento apretado en la revisión de modelos y propuestas de formas de ser docente y de asumirse en la profesión, está un elemento reciente vinculado con el llamado enfoque por competencias. Los docentes deben definir y clarificar las competencias básicas, genéricas, específicas y transversales que deberán desarrollar para formar parte del ejercito de profesionales de la educación en tareas de enseñar. El enfoque por competencias, sin embargo, ha sido fuertemente criticado por su perversidad tecnológica y por las intencionalidades ideológicas que de manera oculta tienden a formar y validar a sujetos que le hagan el juego al sistema y a todo el engranaje reproductivista.

En la contraparte poco se habla del desarrollo de competencias de solidaridad, de cooperación, de inclusión y justicia, de participación política de avanzada, por citar solo pocos ejemplos.

Desde la sociología de las profesiones se define al sujeto docente como un sujeto colectivo, el cual se encuentra atrapado bajo fuertes hilos y tradiciones que vienen del pasado, incuso el modelo de las Escuelas Normales en su versión del Plan 2018, no tiene nada de novedoso en cuanto a definir con claridad y compromiso el poder un salto y trascender del siglo XX para arribar al siglo XXI con toda la claridad de lo que significa formar docentes para responder a los retos de in presente cargado de profundos cambios en un mundo convulsionado y que nuevos desafíos.

Los modelos de formación, los estilos de práctica y las tradiciones en la docencia se siguen moviendo, pero en torno a espacios acotados. La pregunta persiste ¿Cuál es el rol, el perfil y los rasgos ideales de un modelo de docencia que responda a los retos de este mundo de profundos cambios y de amenazas de pandemias repentinas?

Fuente: http://www.educacionfutura.org/las-tendencias-en-la-definicion-de-los-nuevos-estilos-de-desempeno-docente/

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La UPN a 42 años de su fundación

Por: Miguel Ángel Pérez

Este 29 de agosto se cumple el 42 aniversario de la fundación de la Universidad Pedagógica Nacional, en ello distintas voces entre ellas la rectora Dra. Rosa María Torres, y el subsecretario de Educación Superior Luciano Concheiro han manifestado una postura en esta fecha emblemática, ha habido también foros de discusión organizados por algunos colegas o colectivos o de varias expresiones político – académicas de la propia Universidad.

Sin embrago considero, que es necesario que la palabra circule entre los distintos integrantes que formamos parte de la Universidad temática encargada del tratamiento educativo más grande del país. A 42 años de distancia el recuento implica un balance de muchos aciertos logrados y de una larga agenda pendiente de asuntos que deberán atenderse.

Por su carácter público de Universidad, la UPN es un referente importante en el tratamiento de los asuntos educativos, en la formación y las prácticas educativas, en las contribuciones disciplinarias en campos específicos del conocimiento ligados con la pedagogía, en la formación de jóvenes y adultos, e indígenas y en la conformación de alternativas e innovaciones pedagógicas; todo ello la han convertido en una instancia de vanguardia y un referente obligado en el tratamiento y conocimientos de los asuntos educativos de nuestro país. Sin embargo, en la contraparte la pluralidad y la diversidad de perspectivas acerca del rumbo y de la definición de la organización, estructura, financiamiento y órganos de gobierno, han contribuido a generar una especie de empantanamiento de su propio proceso y de su proyecto nacional.

La UPN a nivel nacional ha tenido (como todo en la vida) momentos de grandeza y crecimiento y otros de oscurantismo y estancamiento. Hoy en día atravesamos por un proceso complejo en donde los adeudos en las promesas incumplidas y la perdida de la perspectiva del rumbo de su proyecto nacional fundacional, han generado una mayor polarización y la generación de contradicciones que podrían evitarse con una disposición preventiva de todas las instancias.

Son muchas las contribuciones que la UPN le ha hecho al país como parte de proyectos nacionales y también de proyectos locales, de iniciativas ligadas con la sensible detección de necedades locales que se convierten en espacios de oportunidad para la acción de propuestas educativas, vinculadas con las comunidades locales y a partir de la alianza con otros actores en los estados.

Un ejemplo importante, viene siendo el surgimiento de la Licenciatura en Intervención Educativa la cual comenzó a operar a nivel nacional en el año de 2002, dicha licenciatura no solo inauguraba nuevas formas de concebir la formación de agentes educativas, sino también de concebir el trabajo de los y las educadores con un alto compromiso de participación social, de tal manera que hoy en día la LIE (como se le conoce) ocupa el primer lugar nacional en la matricula en licenciatura de todo la UPN a nivel nacional.

Un aspecto más que destaco de las contribuciones de la UPN es la conformación de una nueva identidad profesional tanto como como académico, como universitario, como docente y las contribuciones a lo que se podría llamarse la cultura pedagógica surgida de estudiar o formar parte de la UPN.

Aun con todo ello, la UPN atraviesa por una serie de problemáticas que comienzan a convertirse en problemas estructurales, enlisto tres a modo de botones de muestra sobre esto que yo le he llamado la agenda pendiente por atender:

  1. Desde hace meses tal vez algunos años, se comienza a sentir un descuido institucional, en cuanto al tratamiento de las propuestas y proyectos de la Universidad. Si bien la UPN fue pionera con el establecimiento del concurso de oposición para reclutamiento del personal académico, hoy bajo las nuevas reglas de control y corporación basadas en el eficietalismo neoliberal, el concurso ha sido sustituido por contratos temporales, los cuales generan vulnerabilidad laboral y fragilidad en cuanto a la continuidad de los proyectos estratégicos. Este mismo descuido institucional del que hablo, ha dado lugar a que nadie se haga cargo y resuelva los reclamos y las necesidades de diversos sectores de la comunidad universitaria: ni la Rectoría, ni los gobiernos de los estados y para el caso de las entidades, ni la nueva Dirección de unidades resuelven los problemas y los rezagos acumulados. Esta sensación de orfandad institucional se asocia a un ambiente de descuido e inmovilismo que comienza a desplegarse en muchas Unidades UPN.
  2.  Un segundo problema estructural, tiene que ver con el envejecimiento de la planta académica y un escenario incierto del relevo generacional. La mística fundacional de la UPN estuvo pautada a partir del compromiso, la entrega, un vocacionismo que permitió fusionar y amalgamar las identidades normalistas y universitarias en algo que fue muy propio de la UPN, estar en educación y atender docentes en servicio, pero bajo una visión crítica, rigurosa y de avanzada. Todo ello comienza a desdibujarse en la vida cotidiana de nuestra Universidad.
  3. Y el tercer problema tiene que ver, con la cancelación de proyectos estratégicos. El congreso universitario está detenido, la generación de actualización de la oferta educativa ha quedado paralizada a partir de dejar de diseñar nuevos programas de formación y el ser capaces de liderar proyectos y propuestas importantes, ha obligado a hacer un alto en el camino.

A 42 años de distancia los y las upenianos débenos estar orgullosos de nuestra Universidad, pero también preocupados por el alto nivel de incertidumbre. Lo único que nos resta es rescatar y fortalecer nuestro viejo vocacionismo que está en nuestro lema y que muchos y muchas lo llevamos en la sangre pedagógica. “Educar para transformar”.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-upn-a-42-anos-de-su-fundacion/

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El regreso a la escuela sin escuelas

Por: Miguel Ángel Pérez

Este lunes 24 de agosto ha dado inicio el ciclo escolar más atípico en la historia educativa de nuestro país: alumnos, alumnas y docentes regresan al trabajo escolar con las escuelas cerradas debido a la pandemia por coronavirus que se ha extendido de marzo de este año hasta esta fecha y lo que sigue. La atención educativa que tradicionalmente se ofrecía en los espacios escolares, las aulas de clase y el bullicio de las escuelas, hoy ha cedido su lugar a los procesadores, computadoras y dispositivos electrónicos.

El olor característico de las escuelas, una combinación entre papel, lápiz y humor de la inocencia infantil, ha sido sustituido por los nuevos olores insípidos de los procesadores. Además, un rasgo adicional es la apertura de la señal televisiva como eje de la conducción educativa. El papel de los maestros y las maestras será el de seguir dicha señal de la televisión para conocer de qué se va a tratar.

Este lunes 24, cerca de 23 millones de estudiantes, que antes corrían a las escuelas, hay permanecen en casa en espera de la señal, las imágenes de sus maestros y sus voces serán imágenes distorsionadas, difusas, llenas de humo urbano y de cansancio pandémico. Hoy el ciclo escolar camina a toda prisa, con la calma que da el no abrir las escuelas.

En este regreso a clases. El formato basado en la virtualidad, como atención, como recurso o como estrategia pedagógica, es por lo que el Estado ha optado más que una salida válida, todo esto parece más bien una puerta de salvación.

Lo que sí es posible afirmar bajo este contexto es que el vínculo humano el cual forma parte de la columna vertebral de la tarea educativa ha pasado a segundo plano, los maestros y maestras se han visto mayormente preocupados por acceder los mejor posible al uso de las tecnologías a manejar la plataforma que se ha decidido y a buscar mecanismos para establecer vínculos lo mejor posible.

Es obvio pensar que se podría optar por recurrir a distintas y hasta mejores estrategias, hoy se ha optado por esta. Se ha priorizado el derecho a la salud y a la seguridad y me parece que la medida ha sido correcta. Pero aun con todo ello, se ha dejado de lado, que esta estrategia de trabajo que ha comenzado este lunes 24, no vino acompañada de otras cosas que se necesitaban, como el hacer más equitativa la equidad con relación a la conectividad de las redes de intente, dotar a miles de alumnos y alumnas de equipos de cómputo que les sirva a los alumnos para conectarse, etcétera.

La nueva caja de herramientas que se exige para esta nueva normalidad educativa carece de compromisos y responsabilidades por parte de la instancia de gobierno y ¿qué pasará con los cientos de niños y niñas que no cuentan con dispositivos electrónicos para conectarse? ¿qué pasará con los miles de niños que se rezagarán por no poder adaptarse a las nuevas condiciones del formato educativo? ¿Quién los atenderá?

Como podrá verse a partir de este lunes 24 de agosto, el cambio social nos coloca ante uno de los desafíos más grandes de la historia del presente en nuestro país. Garantizar la atención educativa a los millones de mexicanos y mexicanas, aún bajo un contexto de pandemia y de contingencia nacional.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-regreso-a-la-escuela-sin-escuelas/

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El regreso a la escuela sin escuelas

Este lunes 24 de agosto ha dado inicio el ciclo escolar más atípico en la historia educativa de nuestro país: alumnos, alumnas y docentes regresan al trabajo escolar con las escuelas cerradas debido a la pandemia por coronavirus que se ha extendido de marzo de este año hasta esta fecha y lo que sigue. La atención educativa que tradicionalmente se ofrecía en los espacios escolares, las aulas de clase y el bullicio de las escuelas, hoy ha cedido su lugar a los procesadores, computadoras y dispositivos electrónicos.

El olor característico de las escuelas, una combinación entre papel, lápiz y humor de la inocencia infantil, ha sido sustituido por los nuevos olores insípidos de los procesadores. Además, un rasgo adicional es la apertura de la señal televisiva como eje de la conducción educativa. El papel de los maestros y las maestras será el de seguir dicha señal de la televisión para conocer de qué se va a tratar.

Este lunes 24, cerca de 23 millones de estudiantes, que antes corrían a las escuelas, hay permanecen en casa en espera de la señal, las imágenes de sus maestros y sus voces serán imágenes distorsionadas, difusas, llenas de humo urbano y de cansancio pandémico. Hoy el ciclo escolar camina a toda prisa, con la calma que da el no abrir las escuelas.

En este regreso a clases. El formato basado en la virtualidad, como atención, como recurso o como estrategia pedagógica, es por lo que el Estado ha optado más que una salida válida, todo esto parece más bien una puerta de salvación.

Lo que sí es posible afirmar bajo este contexto es que el vínculo humano el cual forma parte de la columna vertebral de la tarea educativa ha pasado a segundo plano, los maestros y maestras se han visto mayormente preocupados por acceder los mejor posible al uso de las tecnologías a manejar la plataforma que se ha decidido y a buscar mecanismos para establecer vínculos lo mejor posible.

Es obvio pensar que se podría optar por recurrir a distintas y hasta mejores estrategias, hoy se ha optado por esta. Se ha priorizado el derecho a la salud y a la seguridad y me parece que la medida ha sido correcta. Pero aun con todo ello, se ha dejado de lado, que esta estrategia de trabajo que ha comenzado este lunes 24, no vino acompañada de otras cosas que se necesitaban, como el hacer más equitativa la equidad con relación a la conectividad de las redes de intente, dotar a miles de alumnos y alumnas de equipos de cómputo que les sirva a los alumnos para conectarse, etcétera.

La nueva caja de herramientas que se exige para esta nueva normalidad educativa carece de compromisos y responsabilidades por parte de la instancia de gobierno y ¿qué pasará con los cientos de niños y niñas que no cuentan con dispositivos electrónicos para conectarse? ¿qué pasará con los miles de niños que se rezagarán por no poder adaptarse a las nuevas condiciones del formato educativo? ¿Quién los atenderá?

Como podrá verse a partir de este lunes 24 de agosto, el cambio social nos coloca ante uno de los desafíos más grandes de la historia del presente en nuestro país. Garantizar la atención educativa a los millones de mexicanos y mexicanas, aún bajo un contexto de pandemia y de contingencia nacional.

Fuente: https://www.educacionfutura.org/el-regreso-a-la-escuela-sin-escuelas/

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La convivencia escolar: La asignatura pendiente

Por: Miguel Ángel Pérez

El anuncio de hace unos días por parte de la autoridad educativa, ha generado posiciones divididas, hay quienes deseaban el regreso a las escuelas casi a toda costa, otros y otras estaban a favor de una modalidad mixta o híbrida, al final ganó la postura a distancia; cuidar la salud, aunque se arriesgue un poco la propuesta educativa.

Bajo este marco la convivencia es una de las asignaturas que pasarán a un segundo plano; a la convivencia la podríamos definir como el conjunto de relaciones e interacciones que establece un sujeto determinado con el resto de los sujetos y de los objetos que se encuentran en un ámbito determinado.

En educación está sobradamente comprobado la importancia que tienen dichas relaciones incluso algunos autores reconocen que es mucho más educativo las relaciones que se establecen con el entorno. Hoy bajo el nuevo formato educativo la convivencia ha quedado mediada o queda condicionada a los dispositivos utilizados, los niños y las niñas no sólo se siguen acostumbrado a relacionarse con máquinas, con dispositivos, con computadores o como quieran llamarle, pero el vínculo humano está pasando a un segundo plano.

Otro rasgo u otra característica de la convivencia en ámbitos escolares, es que las relaciones interhumanas que se establecen como parte de ella, sirve para el intercambio simbólico de valores y representaciones del mundo social. Una pregunta que se antoja en este momento es: ¿qué tipo de mundo social están construyendo niñas, niños y jóvenes, cuando las principales interacciones que han establecido en los últimos meses han sido con ordenadores y dispositivos electrónicos?

Todo lo que vivimos hoy es nuevo e inédito incluyendo las formas y los procedimientos de convivencia escolar; la escuela convencional, la escuela de todos los días; se ha preocupado mucho por lograr aprendizajes de los contenidos organizados en la currícula básica, pero hay otras asignaturas que no están explicitadas en un plan de estudios, que forman parte de un currículum oculto o un currículum transversal, en dichos contenidos entra la convivencia.

Diversos autores, organismos, redes e incluso instituciones se han preocupado mucho más por los riesgos que se viven al fragilizar la convivencia, repito son los vínculos de contacto humano los que sirven para garantizar o aderezar los aprendizajes que la escuela propone. Se aprende más y mejor al lado de los colegas, con los pleitos, las discusiones, las negociaciones, las disputas de diverso tipo, eso es el disco duro de la tarea educativa.

Se han generado pocas propuestas y pobres iniciativas en el terreno de la convivencia, ya que muchas de ellas están encaminadas a contrarrestar el estrés, el encierro, las implicaciones psicológicas de la pandemia. Sí, pero muy poco se ha dicho de cómo desplegar formas favorables para mitigar o compensar los vínculos sociales que niños y jóvenes deben vivir.

Sería bueno que la autoridad educativa revise e intente corregir su postura, una modalidad híbrida con todos los cuidados sanitarios sería mucho mejor. Seria lindo ver a niños y niñas que regresan a sus escuelas, al final es el espacio institucional que se asocia con la responsabilidad de estudiar y con el compromiso de aprender. Y la convivencia es el componente que sirve de base para lograr todo ello, pero también la convivencia corre riesgos, son tantas las ganas de en contrase con los pares que por estar al lado de los otros y las otras, el riesgo se puede desbordar y convertiste en un problema, en un nuevo problema que nadie lo espera ni lo desea.

Es por ello que hoy en día la convivencia escolar es la asignatura pendiente de nuestro sistema educativo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-convivencia-escolar-la-asignatura-pendiente/

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Por la conformación de un nuevo pacto educativo

Por: Miguel Ángel Pérez

En la historia reciente de la educación en nuestro país, se han generado reformas, pactos, acuerdos, alianzas por la calidad, planes nacionales o sectoriales etc., todos ellos tienen como finalidad la de traducirse en política pública en educación para un periodo de tiempo determinado y con contenidos y aspiraciones también determinadas.

 Aunque si nos detenemos un poco y miramos un poco más de cerca, cómo se gestan y tienen su curso de acción las distintas propuestas de reforma (le llamaremos así genéricamente), es posible darnos cuenta de que realmente viene siendo una alianza del grupo en el poder con los grupos o las agencias cercanas o afines a dicha postura, incluso se invita a los contrincantes políticos, pero con la convicción de que estén de acuerdo en los contenidos de que se les propone.

Toda iniciativa de reforma (aunque se diga lo contrario) es de carácter coyuntural y muchas veces remedial, su plazo de gestión no va más allá de los cinco o seis años (con excepción del Plan de Once años que trascendió los sexenios entre Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz). De ahí cada seis años en educación “se descubre el hilo negro y se inventa el agua tibia”. Y junto a ello los que estaban mal era los del sexenio anterior “los emisarios del pasado” como les llamó Luis Echeverría”.

Así las cosas, el cual actual gobierno le llama Acuerdo por la educación a su propuesta y en el corazón aparece la propuesta educativa de la Nueva Escuela Mexicana (nombre muy poco creativo). Sus aspiraciones no son radicales, en cuanto a los contenidos, pero si ambiciosas en cuanto a los grupos y sectores sociales involucrados, (grupos empresariales, sindicales, representantes magisteriales, colegios de profesionistas). A la actual propuesta de desarrollo educativo le preocupa más, con quien negociarla por encima de que los contenidos programáticos, los fines y las aspiraciones educativas de la misma.

La Nueva Escuela Mexicana y el Gran Acuerdo por la Educación en México caminan despacio, además no ha sido fácil desmantelar todos los excesos de lo que representó la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, de supeditar todo lo que implique la tarea educativa, la evaluación y lo que diga la OCDE, en ese orden.

Bajo este contexto en donde prevalece el inmovilismo y la parálisis institucional, se antoja más pensar en un nuevo acuerdo o en un pacto educativo que inaugure no sólo el método para generar consensos, sino los contenidos del mismo.

De entrada, se requiere tener una mirada con una perspectiva estratégica que se proyecte más allá de los seis años de una administración de gobierno como sucede en nuestro país. Y el otro punto es acerca de los actores sociales y políticos que firman dicho pacto. Hasta ahora (y este gobierno no ha sido la excepción) los acuerdos educativos se negocian de manera cupular con distintas instancias en cuya intención se trata de que dicho acuerdo siga adelante.

En la coyuntura actual es importante involucrar a nuevos actores que tradicionalmente han estado silenciados, marginados y excluidos de los acuerdos políticos trascendentales del campo educativo y no me refiero a la CNTE y a los grupos cercanos de la Cuarta Transformación (la 4T) que en los últimos meses han conseguido amplios espacios de interlocución con las instancias del poder, me refiero a colectivos y grupos magisteriales que trabajan en redes o en agrupamientos, pero bajo rasgos de clara marginalidad, las asociaciones de padres de familia democráticas que no dependen de los grupos corporativos de derecha que dicen representar a la totalidad de padres de familia en México y los grupos de jóvenes, que han demostrado que la educación en nuestro país debe transformarse radicalmente de cara a construir un modelo educativo diferente.

Los anteriores son solo algunos ejemplos de los nuevos actores que deberán incluirse en un pacto inaugural educativo, de cara a la sociedad y al futuro. Hoy la pandemia nos ha enseñado a mesurar las propuestas, a plantearlas con mayor rigor y aquí me refiero y a buscar formas de interlocución con nuevos actores, en alianzas también inéditas.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/por-la-conformacion-de-un-nuevo-pacto-educativo/

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