Una mujer de 22 años fue detenida en Teherán por la policía moral por vestir de manera «inapropiada». Tres días después murió en el hospital. Esto provocó la ira de los manifestantes.
El anterior balance oficial hablaba de 17 muertos.
Este Viernes en la noche, Teherán volvió a ser escenario de nuevas manifestaciones, al igual que las principales ciudades de Irán.
En varias ciudades, los manifestantes se enfrentaron con las fuerzas de seguridad, quemaron vehículos policiales y corearon consignas antigubernamentales, según medios y activistas.
Mahsa Amini, de 22 años, fue detenida el 13 de septiembre en Teherán por la policía moral por vestir de manera «inapropiada». Tres días después murió en el hospital. Este cuerpo está encargado de hacer cumplir el estricto código de vestimenta de Irán.
En el país islámico, las mujeres deben cubrirse el cabello y no se les permite usar abrigos cortos o ajustados ni jeans con agujeros.
La antropóloga feminista recibió el título Honoris Causa de la Universidad Nacional de Catamarca. Durante la entrega del reconocimiento denunció el vínculo entre esa casa de estudios y el extractivismo minero. Asimismo, detalló la relación entre la mirada patriarcal que agrede el cuerpo de las mujeres y la perspectiva del norte global que despoja territorios, culturas y saberes.
La Universidad Nacional de Catamarca otorgó la distinción Honoris Causa a la antropóloga Rita Segato. En el marco del acto realizado el pasado 14 de septiembre, la pensadora feminista brindó un discurso en el que señaló el pacto entre la Universidad Nacional de Catamarca y la megaminería. Además, explicó la relación entre territorio, identidad y vida, y el vínculo entre las lógicas patriarcales y extractivistas en cuanto a la cosificación del paisaje vivo y las agresiones contra el cuerpo de las mujeres.
Segato indicó que el proyecto histórico del capital que desaloja a comunidades y daña el ambiente también se inscribe en lo que ella misma definió como la «pedagogía de la crueldad» para explicar la violencia de género. La antropóloga señaló que las lógicas de la Conquista continúan sumergiendo a los localidades próximas a los lugares en que se encuentran los minerales, el agua y los combustibles codiciados a una «conquistualidad permanente«, pero compartió que se abre la esperanza de un regreso al futuro: un retorno de los saberes, filosofías de vida y formas de relación con el paisaje que quedaron represados.
El discurso completo de Rita Segato al recibir el Honoris Causa de la Universidad Nacional de Catamarca:
Estimadas y estimados, vicegobernador Rubén Dusso, magnífico rector Oscar Arellano, decana de Humanidades Lila Exeni, intendente de Catamarca, Gustavo Saadi; decanas y decanos, vicedecanas y vicedecanos, consejeras y consejeros superiores y directivos, equipos de gestión del Rectorado y unidades académicas:
Me siento inmensamente agradecida a esta Universidad, a las autoridades y docentes por esta importantísima distinción que me ofrecen. No es fácil encontrar las palabras para expresar esa gratitud. Me emociona y sacude mis cimientos de una manera en que el mismo título que recibí por parte de la Universidad de Salamanca hace tres meses no pudo hacerlo.
Catamarca es uno de los perfiles preciosos de mi país. Mi país es lo que quiero y deseo para mí. Cada día, de los 44 años de ausencia en los que viví lejos del mismo, soñé con encontrar el camino de regreso. Pedí a la vida poder volver. Muy especialmente pienso y agradezco a la gente del vasto campo de las Humanidades, que es lo que me ha traído hasta aquí y adonde pertenezco. Nosotros y nosotras, los de “las humanas”, somos quienes nombramos —como dijo la profesora que resumió mi pensamiento hace un momento— los donadores de nombres, los nombradores, los que construimos la grilla conceptual, las palabras que dan contorno al mundo y organizan la forma en que lo vemos. Somos poderosas las Humanidades, aunque a veces no se ve. Por eso también nuestra tarea tiene un impacto fuerte en el curso de la Historia y del futuro.
No olvidemos eso: que nuestro trabajo es dar nombres y generar retóricas de valor para lo que debe ser protegido y cuidado. El norte geopolítico del mundo ha sabido muy bien crear retóricas de valor para lo que ha creado y protege: desarrollo, crecimiento, acumulación, mercado, consumo. Son sus nombres. Nosotras y nosotros tenemos pendiente todavía mostrar el valor de lo que tenemos: vincularidad, comunalidad, amistad y fiesta.
Al venir ayer por tierra desde un confín del país a otro confín, desde la Quebrada de Humahuaca hasta el Valle de Catamarca, me di cuenta de que estaba llegando para participar de una rara celebración académica, francamente federal, de un cosmopolitismo idiosincrático y raro como es el encuentro entre regiones no mediado ni por el eurocentrismo habitual y descarriado de nuestras universidades, ni por el epicentro capitalino, pequeño y limitado del Río de la Plata. Me fui dando cuenta al encontrar la ruta salpicada de nombres quechuas, que marcan y demarcan el camino anudando y uniendo nuestro precioso mundo andino.
El paisaje es un libro de lectura, el lugar en que se inscribe la historia, un ancla, una cuna y un espejo de nuestra vida. Sin él, cuando se borra, quedamos huérfanos de quienes somos. Arraigo significa saber quién somos, no desorientarnos y no dejarnos capturar. Arraigo significa saber quiénes somos y necesita de un sitio, de un espejo que tiene la forma, el color y el aire de un lugar. Si lo abolimos nos quedamos sin ombligo, sin centro de gravedad; nos perdemos, quedamos expuestos y vulnerables en nuestra identidad. Por eso muchos pueblos entierran el ombligo del recién nacido en el lugar donde nace: para que sepa quién es. Otros pueblos, como los de por aquí, entierran el chuscharruto: el primer mechón de pelo que se le corta al niño, su primera chuscha.
Si borramos el paisaje nos quedamos sin ombligo. Desorientados. No olvidemos que uno de los pocos universales que el ser humano conoce es que el ombligo es la cicatriz que ninguna persona en este mundo desea apagar. La razón de esto es que esa cicatriz es la marca de un arraigo y de un camino que prepara nuestra vida. Es lo que nos conduce para siempre a saber que existimos y quiénes somos. En un sentido individual: que venimos de un vientre materno; en un sentido colectivo, pachamámico: que venimos de una tierra, de un paisaje específico, particular e idiosincrático. Ese es el horizonte que nos da sentido y contra el cual tantas fuerzas mediáticas, económicas y políticas hoy conspiran de una forma muy poderosa.
El más importante obstáculo para la expansión del proyecto histórico del capital es el arraigo. Esas fuerzas conspiran contra nuestro arraigo por todos los medios que nos dicen que es feliz y venturoso irse. Qué absurdo. Y también por el ojo codicioso de las corporaciones que nos dicen que no somos más que una cantera. Nos ven como cosas. Nos dicen que somos cosas. Vida cosificada, sin arte, sin canción, sin lírica, sin nostalgia de lugar. Nos convencen de que es así para que nos desvinculemos del horizonte en el que aprendimos a vivir. Nos instalan una amnesia como modo de existencia y nos transforman en parias sin dignidad y sin derechos. Se trata de una conspiración existencial.
Foto: Prensa UNCA
Borrar el paisaje nos desorienta, nos deja deshistoriados, sin historia. Nos lleva en la dirección que otros controlan. Nos dicen que solo así se encuentran los medios para sobrevivir. Pero si somos realmente inteligentes revisaremos esa tesis y le contrapondremos otra. Y no nos confundamos: si este discurso parece basado en una razón sentimental es porque los sentimientos nos revelan una razón existencial, política y también económica que los subyace. Los sentimientos nos alertan sobre un futuro que nos pierde, que nos extermina: un futuro robado. Si no, miremos Potosí. Por cinco décadas, la ciudad más rica del mundo entero, de la cual quedó sólo un puñado de monedas de oro en un museo. Potosí: la más lujosa por un tiempo y hoy, una ruina.
La más importante diferencia entre el mundo arraigado que estamos perdiendo y el mundo que nos está secuestrando es que este último no ve más allá de sus narices, es cortoplacista. El mundo que perdemos sabe, o sabía, pensar a largo plazo.
He visto el video “50 años de la Universidad Nacional de Catamarca”, hermoso video institucional. En él, la hija de su creador y fundador, el profesor Federico Pais, cuenta que su papá había recorrido todo el interior: “Se conocía todo el interior. Y eso es lo que a él lo conmovió. Él se conmovió con esa gente”. Otros testigos de la época también relatan ese proceso: “Se gritó en las calles ‘Catamarca reclama universidad. Se hablaba de desarrollo”. Pero en ese momento, hace 50 años, esa generación de ninguna forma podía imaginarse que “desarrollo” vendría a significarla entrega del paisaje que le dio razón de ser, la entrega de lo que Catamarca es para los catamarqueños y también para el país. Porque es así también como se ve desde lejos: esos valles, cuestas y montañas.
Escuchando los relatos de la fundación de esta querida Universidad y los sueños que la hicieron posible tuve la certeza de que ninguno de sus creadores imaginaron en aquel tiempo que la UNCA pactaría con quienes despoblarían sus paisajes, con quienes envenenarían sus ríos, aguadas, surgentes y ojitos de agua.
Que no se entienda que quien escribe estas líneas es purista o radical. Sé muy bien que el camino es anfibio, que algo hay que comerciar en el mercado global. Pero con límites muy precisos y sin robarles nada a las gentes y sus modos de vivir y transitar en el tiempo; a la continuidad de los pueblos que, en su pluralidad de historias, han recorrido y trazado su propio mapa en los paisajes de la provincia. Perder esa pluralidad de presencias, de modos de vivir y de pensar es empobrecerse. También ofrece el riesgo de que cuando los minerales vayan mermando, como ha sucedido en Potosí, ya no existan los saberes que hagan posible la vida en la región.
Cuando el mineral se acaba la gente queda con las manos vacías. Miremos Comodoro Rivadavia, en Chubut, donde una vez hubo petróleo y hoy queda un exceso de taxistas y de kiosqueros: los antiguos trabajadores del extractivismo. Miremos Zapla, en Jujuy: lo mismo. Una minoría de dueños y corporaciones de países extranjeros se han llevado todo, se han vuelto más ricos. La gente de por aquí perderá lo que tenía y no tendrá de nuevo: saberes y modos de existir en estos paisajes.
Tampoco imaginaron los creadores de esta Universidad hace 50 años, que ahora me llama para darme un premio tan precioso como su Honoris Causa, que veinte años más tarde un grupo de jóvenes de la elite política y económica de la provincia asaltarían sexualmente y matarían sin ningún grado de empatía a una jovencita, María Soledad, en una barbarie que asoló y asombró al país. Hoy sabemos bien que el abordaje extractivista que mira al paisaje como una cosa muerta y a nuestro libro de historia escrito en el paisaje como cantera, como pura mercancía, aprende a mirar de la misma manera el cuerpo de las mujeres. Cuerpo-cosa, cuerpo desechable, cuerpo usable, ausencia de empatía. Ambas miradas a la vida encarnada como cosa están profundamente emparentadas y los ejemplos que nos permiten afirmarlo ya se encuentran en las estadísticas. La afinidad y la congruencia entre el asalto al paisaje vivo y al cuerpo de las mujeres ya está mapeada.
La mirada insensible y no sintiente al paisaje que nos permite destruirlo se entrena y se programa en lo que he llamado la pedagogía de la crueldad, practicada en el uso y abuso del cuerpo de las mujeres. No hay minas sin prostitución y sin trata. Los muchos bolsones de extractivismo en el planeta lo comprueban.
¿Hay esperanza? Aníbal Quijano, el gran pensador peruano que formuló la perspectiva de la colonialidad del poder y del saber nos habla de un regreso del futuro. Y con esa idea concluyo este breve discurso de agradecimiento a la Universidad Nacional de Catamarca. Al hablar del regreso del futuro, Quijano nos dice que se están abriendo las compuertas del retorno de los saberes, filosofías de vida y formas de relación con el paisaje que quedaron represados por la intervención de los procesos constantes de conquista y colonización. Colonialidad permanente, según su categoría, y también conquistualidad permanente, digo yo, para nombrar la situación de quienes vivimos en localidades próximas a los lugares en que se encuentran los minerales, el agua y los combustibles codiciados.
Ese futuro interceptado por el orden colonial y conquistual va regresando y revela el valor y la potencia de la vida, lo que vale y lo que no vale. Lo que es indispensable respetar.
“Creer que solo sobre la madre descansa esta responsabilidad es la primera injusticia de la que hemos sido víctimas las mujeres” –Gioconda Belli.
La crisis sanitaria de los últimos años, trajo consigo un avance forzoso en cuanto a los medios tecnológicos en el ejercicio laboral. A raíz del encierro obligatorio debido a los riesgos del Covid 19, se instaló temporalmente el teletrabajo en los sectores laborales posibles, considerando a la vez, el cierre de los establecimientos educacionales y la emergencia que esto desató en las familias respecto al cuidado de niñas y niños.
Si bien esta medida favoreció la posibilidad de mantener las funciones laborales desde los hogares, y asegurar, por tanto, la productividad y el ingreso de un salario, innumerables son los estudios que arrojaron elevados montos de angustia y estrés en quienes ejercían estas tareas de manera simultánea al cuidado de otras personas, principalmente niñas y niños menores de 12 años.
Lo anterior, dejó brutalmente en evidencia la crisis de los cuidados y el lugar de las mujeres como principales responsables y protagonistas de dobles y triples jornadas que comenzaron a vivirse de forma simultánea, los horarios se difuminaron y las mujeres se vieron crudamente atravesadas por el aislamiento. El resultado es conocido, mujeres cargando con trabajo doméstico, de cuidado y laboral remunerado al mismo tiempo, sin límite de espacio ni horarios. Sin embargo, como contingencia, la prioridad se acentuaba en el cuidado inmediato de la salud y de las vidas, debiendo todas y todos adaptarse en la medida de lo posible, en situaciones más y menos favorables, a estas nuevas condiciones de trabajo, de crianza y de existencia en su totalidad.
Imprescindible no hacer alusión, también, a la violencia de género a nivel intrafamiliar que agudizó el confinamiento, mujeres y niñas/os que quedaron recluidas/os con sus agresores, perdieron espacios de protección, de resistencia y redes de apoyo.
Que la demanda por el derecho al apego con los y las hijas/os se levante desde la alternativa de un teletrabajo permanente, excluye entonces a la mayoría de las mujeres e invisibiliza otras realidades, obstaculizando la posibilidad de construir políticas públicas que aborden el problema de manera integral y equitativa. El apego con sus cuidadoras/es un derecho de toda la infancia.
La pandemia y sus efectos visibilizaron ferozmente las violencias e inequidades de género en la esfera privada, y los peligros, entonces, de la privatización de la vida, vale decir, de relegar solo al mundo privado dimensiones de la vida como los cuidados y el trabajo remunerado. Ahora bien, en cuanto a este último, hay quienes tras volver a la presencialidad, continúan optando y/o solicitando una modalidad online. No resultando extraño que se trate de agrupaciones de mujeres, pues como se ha mencionado, sobre nosotras recae la responsabilización de los cuidados y trabajo doméstico.
Esta demanda de teletrabajo permanente para quienes cuidan, se ampara justamente en el supuesto de que la medida favorecería el ejercicio de los cuidados. En virtud de esto cabe preguntarse como punto de partida:
¿Por qué habría que pensar los cuidados como una tarea que puede realizarse de manera simultánea al trabajo remunerado? La idea deja entrever otra, que los cuidados no serían un trabajo en sí mismo. Esta lógica contraviene la lucha feminista por el reconocimiento de la crianza y cuidados como un trabajo que requiere alta e incluso, en ocasiones, absoluta dedicación en el momento en que se realiza, que desgasta, cansa e implica no solo despliegue físico sino que mental y emocional. La organización que concierne a la logística del día a día, es también, una carga que ha sido depositada en las mujeres. Así las cosas, un teletrabajo permanente para cuidadoras podría estar reproduciendo el estereotipo que el feminismo ha combatido desde hace años, el de la Mujer Pulpo que puede con todo y al mismo tiempo, la Súper Mamá que estaría entonces, también presente mientras ejecuta su jornada laboral remunerada. ¿Queremos seguir enalteciendo la productividad por sobre los cuidados? ¿O bien queremos medidas y flexibilidades laborales que permitan disfrutar de esto último?
El foco puesto en las infancias, en la línea de “la teoría del apego” y la eventualidad de que niñas y niños pequeñas/os estén con sus madres y/o cuidadora/es por periodos más prolongados antes de la escolarización o en otras circunstancias, requiere una madre psíquicamente presente. Una madre realizando funciones laborales, presionada por trabajos demandantes y exigentes, incluso desgastante en términos emocionales (como trabajadoras de la salud mental, entre muchos otros) ¿se encontraría emocionalmente en condiciones “óptimas” de, al mismo tiempo, cumplir con ese rol de cuidadora que favorece un apego saludable, al que se aspira con esta propuesta? ¿No podría esto, incluso, agudizar los niveles de estrés de cuidadoras a raíz de frustraciones propias por las expectativas que esta idea porta respecto al “apego”? A lo que apunta esto, es a que presencia física no garantiza un apego “saludable”. En situaciones de emergencia es suficiente, pero ¿cómo se sostiene en el tiempo?
En la misma línea de la teoría del apego y los múltiples argumentos que la promueven en cuanto a la demanda de teletrabajo permanente, basados en la necesidad de conciliar la maternidad con trabajo remunerado, resulta peligroso que sea una medida como esta la que emerja como respuesta al problema. Pensarlo desde ahí, pareciera denotar tintes de privilegios, toda vez que la mayoría de las mujeres no realiza trabajos que puedan realizarse de manera virtual, mujeres trabajadoras en casa particular, mujeres que realizan funciones de aseo, comida rápida, faenas, cosechas, y tantas otras, con jornadas generalmente más extensas, ingresos mínimos y varias horas de traslado.
Que la demanda por el derecho al apego con los y las hijas/os se levante desde la alternativa de un teletrabajo permanente, excluye entonces a la mayoría de las mujeres e invisibiliza otras realidades, obstaculizando la posibilidad de construir políticas públicas que aborden el problema de manera integral y equitativa. El apego con sus cuidadoras/es un derecho de toda la infancia.
Las mujeres hemos estado por siglos relegadas a lo familiar, lo privado, mientras que el lugar de lo público ha quedado permitido para los hombres. Nuestro ingreso al mundo laboral no ha estado exento de obstáculos y dificultades, partiendo por trabajos que venían a reproducir las funciones de lo privado, se nos asociaba a asuntos de cuidado y domésticos y en consecuencia, menos valor, peor pagados.
Menores salarios, dobles o triples jornadas de trabajo, toda vez que el ingreso al campo laboral no ha ido de la mano con la corresponsabilidad en lo privado ni el avance de políticas públicas en materias de la socialización de los cuidados. Validar y reconocer el trabajo de las mujeres en lo público ha sido otro avance feminista, disputar espacios en que nuestras voces sean escuchadas, ocupar cargos de liderazgo y no vivir discriminación por tener hija/os o encontrarnos en edades fértiles. La lucha contra la violencia de género en este contexto público, también implica una de las violencias más normalizadas y continuas en nuestras vidas, el acoso y violencia sexual. ¿Qué podría significar que muchas mujeres / cuidadoras desocuparan, de manera literal, determinados espacios en sus lugares de trabajo?
El teletrabajo permanente para cuidadoras podría configurarse como contraproducente a la bandera feminista por los cuidados como un bien público, ya que retorna esta responsabilidad al espacio doméstico reproduciendo la feminización de los cuidados. Los últimos años han develado la crisis de los cuidados con las mujeres como protagonistas, la corresponsabilidad no es aún una realidad, mientras así sea, puede ser que el teletrabajo permanente para cuidadoras/es enmascare y reproduzca una lógica sexista.
Se requiere de políticas públicas que garanticen la equidad y redistribución social y de género en esta tarea. El gobierno actual ha desarrollado un plan de Sistema Nacional de Cuidados poniendo la centralidad en la responsabilidad social, para ello urgen medidas como el avance de la ley de las 40 horas laborales o la mejora en los sistemas de pre y post natal, así como el énfasis en el acceso a jardines infantiles de calidad en cuanto espacios seguros.
Este texto no pretende, bajo ningún punto de vista, negar la crisis de los cuidados y la urgencia por asentar normas que salvaguarden la compatibilización de la crianza y el trabajo, considerando la salud mental de cuidadoras, niñas y niños y la vida familiar. Por el contrario, busca problematizar la cuestión en función del riesgo de una propuesta en particular y la premura por considerar una serie de factores y dimensiones a la hora de su abordaje y análisis político y social.
Mientras los cuerpos dóciles de las mujeres sean solo un engranaje condenado ahora no solo a la reproducción sino también a la explotación, la virtualidad solo seguirá siendo el anverso de un espejismo que trae en su reverso, volver a velar lo que por toda la historia, una y otra vez, volvemos a denunciar.
La designación este miércoles de un nuevo ministro de Educación en Afganistán, un erudito conservador cercano al líder supremo de los talibanes, diluye la posibilidad de reabrir las escuelas secundarias femeninas en el país, cerradas desde la llegada al poder de los fundamentalistas hace un año.
El ex jefe del consejo de eruditos de la provincia meridional de Kandahar Malawi Habibullah Agha es desde este miércoles el nuevo ministro de Educación, como parte de una serie de cambios en la Administración del Gobierno talibán de la que informó hoy el principal portavoz de los fundamentalistas, Zabiullah Mujahid.
Agha sustituye así al exministro Noorullah Munir, que estuvo casi un año al frente de esta cartera como parte del primer gabinete de los talibanes tras su llegada al poder, y mantuvo el cierre de las escuelas de secundaria femeninas, pese a mostrar en varias ocasiones su compromiso de reabrir los centros una vez las «adaptaran» a la ley islámica o sharía.
El nuevo ministro es una de las figuras más cercanas al líder supremo de los talibanes, Mawlawi Hibatullah Akhundzada, por lo que es visto como un perfil más conservador y se supone contrario a la reapertura de las escuelas de educación femenina.
A juicio de la activista afgana Nahid Noori, «el ministro anterior estaba bajo mucha presión de la nación afgana y de la comunidad internacional por no abrir las escuelas para niñas, por lo que el líder talibán ha decidido traer una nueva cara al ministerio para soportar la presión y hacer su trabajo» de acuerdo a sus ideas, dijo a Efe.
Desde la llegada al poder de los fundamentalistas el 15 de agosto de 2021, las mujeres han experimentado un deterioro en materia de derechos humanos que las acerca cada vez más al primer régimen talibán de 1996, cuando quedaron recluidas a las labores domésticas, sin posibilidad de trabajar o recibir educación académica.
La plétora de limitaciones impuestas a las mujeres en poco más de un año incluyen desde la imposición del burka hasta la segregación por sexos en lugares públicos o el veto a viajar sin velo y acompañadas de un familiar masculino en trayectos largos.
Pese a que durante este último año varios centros educativos trataron de reabrir las escuelas secundarias para mujeres, como ocurrió a principios de este mes en la provincia de Paktya, los talibanes reprimieron y ordenaron a los pocos días el cierre.
El decreto también apunta al exviceministro del Interior Mullah Mohammad Mohsin como nuevo gobernador de la provincia de Panjshir, donde recientemente se registraron enfrentamientos entre presuntos rebeldes del Frente de la Resistencia Nacional (NRF) y los talibanes.
El gobierno fundamentalista informó de la muerte de al menos 41 miembros del NRF, incluidos cuatro comandantes, en un operativo llevado a cabo en el antiguo bastión de la resistencia que luchó contra la toma del poder de los talibanes hace un año.
Comunicado de la Asociación Costarricense de Derechos Humanos
A la opinión pública nacional e internacional
La Asociación Costarricense de Derechos Humanos ACODEHU se solidariza con la lucha popular que están liberando los pueblos pluriculturales de Honduras, en defensa de la soberanía de ese país Centroamericano, que se mantiene amenazada por el capital transnacional, que arremete violando los derechos humanos de las comunidades y pueblos originarios.
Con relación a ello, ciertas empresas internacionales en Honduras mantienen la postura de seguir apropiándose de los recursos y las riquezas naturales hondureñas, sin una previa consulta a las comunidades indígenas y afrodescendientes, ya que sus pobladores viven en los territorios heredados por sus ancestros, quienes son los primeros habitantes en lo que hoy, es el Estado hondureño.
Estas transnacionales están incumpliendo lo establecido en el convenio 169 de la Organización Internacional del trabajo OIT, cuyo acuerdo internacional demanda la convocatoria de una asamblea de las comunidades, antes de aprobarse cualquier proyecto de extracción de algún recurso natural, que se encuentre dentro de la jurisdicción de sus territorios.
Por tal motivo, el pasado 9 de agosto del presente año, una de las fuerzas pluriculturales de Honduras, llamada la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) y otras organizaciones de Pueblos Indígenas, acompañados por organizaciones nacionales territoriales y de derechos humanos, se dirigieron al Ministerio Público (MP) en la capitalina ciudad de Tegucigalpa en una protesta pacífica.
Para esa fecha se celebró internacionalmente el día de los pueblos indígenas, por lo que la OFRANEH, se apostó frente al MP exigiendo se resuelvan sus legítimas demandas por la falta de una pronta y efectiva justicia, en el caso de los 4 jóvenes garífunas desaparecidos hace más de dos años.
Estos jóvenes eran luchadores y líderes sociales que defendían la soberanía de sus territorios y que, según testigos, desaparecieron misteriosamente, desde que fueron sacados de su casa de habitación por supuestos agentes de la Dirección Policial de Investigación (DPI), sin dejar rastro alguno.
En un reciente comunicado la OFRANEH destacó que pese a la persecución de la que son víctimas por el Estado de Honduras, seguirán exigiendo la restitución de sus derechos territoriales ancestrales, el respeto a su identidad y la autonomía para recuperar la paz y la seguridad en sus comunidades.
También exigieron entre otros puntos, la continuación de la búsqueda e investigación de los 4 jóvenes garífunas desaparecidos, esto mediante la creación de una fiscalía especial para la desaparición forzada, en donde al mismo tiempo se incorpore a una estructura de la OFRANEH.
La líder de la OFRANEH, Miriam Miranda, solicita el verdadero cumplimiento de las resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a favor de las comunidades garífunas de Punta Piedra y Triunfo de la cruz, situadas en el caribe hondureño.
Ante estas demandas, la ACODEHU desde Costa Rica se suma al movimiento solidario internacional, ya que según la información de OFRANEH, el Ministerio Público de Honduras no ha procedido como corresponde en la investigación de los 4 jóvenes garífunas desaparecidos, al contrario, el pasado 17 de agosto se aprobó una investigación penal en contra de defensores de derechos humanos y líderes de los pueblos originarios.
Según la información difundida por la OFRANEH, la Fiscalía Contra los Delitos Comunes y la Agencia Técnica de Investigación Criminal ( ATIC), instituciones que el Fiscal Adjunto Sibrian Bueso supervisa, confirmaron que obedecen a las órdenes de su superior jerárquico y han abierto una investigación penal contra Miriam Miranda, Coordinadora General de OFRANEH, Luther Castillo Harry, Miembro de OFRANEH y Ministro de Ciencia y Tecnología del actual gobierno, y Edy Tábora, abogado de la OFRANEH.
Por lo que, la ACODEHU, demanda un cese a la criminalización de la protesta social en Honduras y también a la persecución judicial contra los defensores de derechos humanos, indígenas, afrodescendientes, campesinos, abogados, periodistas y todo aquel que se suma en busca de un Estado de derecho ecuánime y justo, alejado del autoritarismo judicial, que causa la agonía de un Estado de derecho.
La estrategia de crear falsos positivos contra los defensores de derechos humanos y demás lideres(as) sociales, es una medida autoritaria que arriesgan sus vidas, solo por el hecho de cumplir con la responsabilidad social y humana de proteger los recursos naturales y la soberanía nacional.
A través de este comunicado la Asociación Costarricense de Derechos Humanos (ACODEHU), hace un llamado a las instancias internacionales responsables de velar por la integridad humana en cualquier Estado, específicamente en la hermana Honduras, puesto que aún se perpetúa la persecución y por ende el riesgo de perder vidas.
Nuestra extensiva solidaridad fraterna para con el pueblo de Honduras, que, a través de la valentía de los pueblos originarios ancestrales, luchan de frente contra el oprobio del capital transnacional, avalado por el capitalismo salvaje que motiva la precariedad de la humanidad en el mundo.
PP, Vox y Junts no han logrado el respaldo del resto de la Cámara. Subirats se compromete a negociar en una comisión la polémica financiación de los campus
El Congreso de los Diputados ha tumbado este jueves las tres enmiendas a la totalidad al proyecto de la Ley Orgánica de Universidades (LOSU) que presentaron el Partido Popular, Vox y Junts. De modo que el proyecto, que sufrió muchos bandazos en sus inicios con el ministro Manuel Castells, prosigue su tramitación en manos de Joan Subirats, más hábil que el primero para negociar la ley, quizás por su experiencia política previa. Las enmiendas se han rechazado con 193 votos en contra, 148 votos a favor y una abstención.
En la teoría, el Gobierno cuenta con los votos suficientes para sacar adelante la norma en una votación a finales de 2022. Castells se jactó de ello en este periódico hace diez meses: “Podríamos aprobar la ley del Sistema Universitario mañana, pero quiero que sea consensuada”. Días antes, los rectores se habían negado a emitir un informe preceptivo para aprobar la ley ―consideraron que no era la versión definitiva― y colectivos de estudiantes convocaron una huelga sin ningún eco. La norma vigente ―la Ley Orgánica de Universidades (LOU)― ya ha cumplido 20 años y España ha cambiado mucho desde entonces. Cuenta con 30 universidades más, todas ellas privadas, hasta llegar a las 90 actuales.
Ahora las asperezas con ambos colectivos parecen haberse suavizado, aunque la conferencia de rectores (CRUE) aún no se ha pronunciado sobre el proyecto de Subirats, que varía mucho del de Castells porque legisla mucho menos, dejando más autonomía a los campus. Esta tarde su nuevo presidente, el rector de la Universidad Carlos III Juan Romo, marcará su posición ante la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades, que le ha convocado como a otros expertos para conocer su opinión de la LOSU. Romo mantiene una mejor relación personal con el ministerio que su antecesor, José Gómez-Villamandos, nombrado hace dos meses consejero andaluz de Universidad.
La financiación de la ley es probablemente el mayor escollo de la negociación con las autonomías, que tendrán que sufragar los gastos extra. La intención es que en 10 años las universidades reciban un 1% del PIB para su financiación (ahora es el 0,7%). A las críticas se sumó hace tres semanas el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page ―”No vamos a tolerar que cargue de deudas a las comunidades autónomas”, dijo―, que se declaró dispuesto a acudir al Tribunal Constitucional. Subirats, en el pleno de este jueves, se ha comprometido a negociar un plan en una comisión de expertos, “en el marco de la Conferencia General de Política Universitaria” en la que se sienta el ministro y los consejeros del ramo.
El PP arrancó su enmienda rechazada asegurando que la ley no cambia nada, porque “se limita a repetir epígrafes, materias ya conocidas o lugares comunes para generalizar en unos casos y detallar en otros los aspectos que figuran en la norma vigente”. Pero, seguidamente, afirma que la norma “deconstruye” el sistema, al otorgar más autonomía a los campus, lo que va a llevar a una atomización tal que dificultará la movilidad de estudiantes e investigadores.
Considera asimismo el PP que el texto no está conectado a la recientemente aprobada Ley de Ciencia. Se muestran también en contra de la contratación masiva de profesores asociados (doctores y con relación larga con el centro) pues, a su juicio, esta regularización del colectivo en situación precaria. “incrementa la conflictividad laboral, potencia la endogamia y va en detrimento de la excelencia”. “Esta ley abre una nueva era de precariedad. No resuelve los problemas que requieren instrumentos legales y crea otros nuevos”, ha asegurado María Jesús Moro, su portavoz.
Este miércoles, el consejero andaluz Gómez-Villamandos que dejó la presidencia de la conferencia de rectores en abril, defendió punto por punto la enmienda del PP en la Comisión de Ciencia, a la que acudió como experto invitado por su partido, pero dijo hablar no como político, sino como académico. Por eso, decidió emplear en cada frase el “nosotros”para sorpresa de muchos parlamentarios. Su tono como presidente de la CRUE durante tres años fue mucho más templado.
Vox ha encabezado una enmienda a la totalidad porque considera que con esta ley se quiere “convertir en política de Estado un programa ideológico” que hace seguidismo de las “agendas globales [Agenda 2030], el fanatismo climático, el feminismo radical, el desprecio al esfuerzo”. El diputado defensor del texto, Joaquín Robles, ha llegado a acusar al Gobierno de “justificar los escraches” sin citar a su excompañera Macarena Olona, víctima de uno, muy distanciada del partido.
La enmienda de Junts, como suele ocurrir con los nacionalistas, iniste en que el Gobierno no responde a las “peticiones y reclamaciones de Cataluña en materia universitaria, a pesar de ser un ámbito transferido”. El Ejecutivo no tiene que dar por perdido el voto de Junts, pues su diputada Mariana Illamola ha reconocido que presentaron la enmienda para presionar ―”Es una herramienta útil para la negociación”― y que observan “mejoras” en el proyecto de Subirats respecto a los anteriores. La CUP coincide en que la ley se entromete en las competencias autonómicas pero, como Coalición Canaria, quieren seguir negociando.
Marta Rosique, diputada de Esquerra Republicana ―cuyos votos son fundamentales―, ha mostrado su buena predisposición a votar a favor porque han detectado “cambios relevantes” que les agradan en un texto que da más independencia a los campus para autogestionarse. “Queremos que las universidades decidan cómo es su modelo, no desde Madrid”, ha insistido Rosique.
El PNV, que ha votado en contra de las enmiendas, echa de menos que de la nueva versión haya desaparecido la formación dual, como ocurre en FP con las empresas. Tampoco ha respaldado las enmiendas Ciudadanos, que se felicita de la “buena actitud” de Subirats, que trata de convencerles de las bondades de la ley, pero el partido cree que la norma “no es como se nos dijo”, en palabras de su diputado Juan Ignacio López-Bas. Además, coinciden en el diagnóstico de los problemas de la universidad con el PP.
La pandemia ha tenido un impacto devastador, pero la crisis de la educación empezó mucho antes y es muy profunda. Los sistemas educativos en general refuerzan y reproducen la desigualdad, los ricos tienen acceso a mejores escuelas mientras que los pobres enfrentan grandes obstáculos para obtener las calificaciones que podrían cambiar sus vida, dice el titular de la ONU.
Pese a que todos sabemos que la educación transforma vidas, economías y sociedades, hoy se está convirtiendo en la causa de una gran división en vez de propiciar esos cambios positivos, dijo este lunes el Secretario General de las Naciones Unidas en la Cumbre sobre la Transformación de la Educación.
“Incluso en los países desarrollados, los sistemas educativos suelen reforzar la desigualdad en lugar de reducirla, y la reproducen de generación en generación. Los ricos tienen acceso a los mejores recursos, escuelas y universidades, lo que los lleva a los mejores trabajos, mientras que los pobres, especialmente las niñas, enfrentan enormes obstáculos para obtener las calificaciones que podrían cambiar sus vidas”, apuntó António Guterres en el auditorio de la Asamblea General durante la jornada de líderes del cónclave, iniciado el viernes pasado.
“La educación está en una crisis profunda”, afirmó y llamó a transformarla.
Guterres señaló que si bien la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto devastador en el aprendizaje en todo el mundo, esta crisis comenzó mucho antes y es mucho más grave.
Los sistemas educativos no están a la altura y favorecen la memorización en el aprendizaje y la competencia por obtener mejores puntuaciones, además de que los programas de estudio a menudo son obsoletos y limitados, y los docentes están subcapacitados, infravalorados y mal pagados.
Por otra parte, la brecha digital penaliza a los estudiantes más pobres y la falta de financiamiento es más grande que nunca, agregó.
“No terminaremos con esta crisis simplemente haciendo más de lo mismo, más rápido o mejor. Ha llegado el momento de transformar los sistemas educativos”, advirtió Guterres.
Para lograrlo, el líder de la ONU destacó las cinco áreas que requieren atención y compromiso inmediatos:
Un grupo de niñas estudiantes de primaria en una escuela de la provincia de Nuristan, Afganistán.
1. Proteger el derecho a la educación de calidad
Proteger el derecho a una educación de calidad para todos, especialmente para las niñas, recobrando el terreno perdido debido a la pandemia de COVID-19, requiere que las escuelas estén abiertas para toda la población en edad escolar sin ningún tipo de discriminación.
“Una educación de calidad para todos significa abordar la crisis del aprendizaje fundamental y garantizar que dure toda la vida”, acotó, instando también a poner un mayor énfasis en los puntos de crisis.
En este renglón, Guterres apeló a las autoridades de Afganistán a poner fin inmediatamente a la restricción de acceso a las niñas a la educación secundaria.
“La educación de las niñas es uno de los elementos más importantes para lograr la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible en todas partes”, aseveró.
Una maestra con sus estudiantes en el centro de Desarrollo para Niños Pequeños en Garin Badjin, Nigeria.
2. Capacitar a los maestros
El Secretario General recordó que los docentes son la savia vital de los sistemas educativos y como tales se les debe capacitar para que no sólo sean instructores sino para que incentiven el aprendizaje constante.
En este punto, subrayó la urgencia de subsanar el déficit global de maestros elevando su estatus social y garantizándoles condiciones decentes de trabajo, así como oportunidades continuas de actualización y adiestramiento.
Niñas estudiando afuera de una escuela apoyada por UNICEF en Tigray, Etiopía.
3. Escuelas seguras
La tercera área por atender, continuó Guterres, es convertir las escuelas en espacios seguros y saludables que no den cabida a la violencia, el estigma o la intimidación.
Los sistemas educativos también deben promover la salud física y mental de todos los estudiantes, incluida la salud sexual y reproductiva.
La estudiante refugiada venezolana Emily usa su computadora portátil en Quito, Ecuador.
4. Revolución digital
La revolución digital debe beneficiar a todos los estudiantes, argumentó el titular de la ONU y exhortó a los Estados a garantizar que los alumnos y las instituciones educativas estén mejor conectados.
“Pero la conectividad, por sí sola, no es suficiente para brindar educación”, alertó, añadiendo que los gobiernos y docentes precisan trabajar con el sector privado para desarrollar contenido educativo digital de alta calidad para todos.
Cortesía de Nathaly Raquel Velasco
Nathaly (dcha.) durante un taller para combatir el acoso escolar en una Escuela Secundaria en Palenque, Chiapas.
5. Financiamiento
Sin aumentar las inversiones en educación, no será posible mejorar la agenda educativa. Tampoco sin solidaridad mundial, sostuvo Guterres.
“En estos tiempos difíciles, insto a todos los países a proteger los presupuestos educativos y asegurar que su gasto en esta área se traduzca en un aumento gradual de los recursos por estudiante y mejores resultados de aprendizaje”, dijo.
El Secretario General hizo hincapié en la necesidad de que la educación sea prioritaria para los gobiernos puesto que “es la mejor inversión que un país puede hacer por su gente y su futuro”.
En este contexto, el papel de la comunidad internacional es fundamental, por lo que conminó a los socios para el desarrollo a revertir los cortes a la asistencia y asignar a la educación al menos el 15% de la asistencia oficial para el desarrollo.
Además, precisó, las instituciones financieras internacionales deben proporcionar recursos a los países en desarrollo y dejarles margen de maniobra presupuestario para que puedan invertir.
Su gasto y asesoramiento deben alinearse con el objetivo de garantizar una educación de calidad para todos.
A propósito de esto, citó el Servicio Financiero Internacional para la Educación es una herramienta internacional que busca movilizar 10.000 millones de dólares para ayudara a unos 700 millones de niños que viven en países de renta media baja a recibir una educación de calidad.
Visión educativa para el siglo XXI
António Guterres abogó por una visión para la educación moderna y acorde con este siglo, una educación que enseñe a las personas a aprender, resolver problemas y colaborar.
“Sobre todo, la educación de calidad debe apoyar el desarrollo del alumno individual a lo largo de su vida”, precisó.
La educación, abundó, debe proporcionar las bases para el aprendizaje, “desde la lectura, la escritura y las matemáticas hasta las habilidades científicas, digitales, sociales y emocionales”.
Del mismo modo, debe desarrollar la capacidad de los estudiantes para adaptarse al cambiante mundo laboral.
“Y debe ayudarnos a aprender a vivir y trabajar juntos, y a entendernos a nosotros mismos y nuestras responsabilidades con los demás y con nuestro planeta”, recalcó, aludiendo a problemas como el cambio climático, la desinformación y los ataques a los derechos humanos. “Precisamos sistemas educativos que distingan los hechos de las conspiraciones, inculquen respeto por la ciencia y celebren a la humanidad en toda su diversidad”, concluyó el Secretario General.
En el cónclave para la transformación de la educación participan numerosos jefes de Estado y de Gobierno y dirigentes de organismos internacionales, líderes mundiales del rubro educativo y sectores relacionados, y activistas de la educación, entre los que destaca la pakistaní Malala Yousafzai.
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