Periodista de Política de Diario Perfil. Mail: espillman@perfil.com
Hoy 18:25
Horacio Rodríguez Larreta está convencido: las escuelas de la Ciudad tienen que ser lo último en cerrar, a pesar del incremento de casos de Coronavirus. Esa máxima se instaló el año pasado y fue una batalla política que el jefe de Gobierno instaló en el seno del debate público e hizo extensivo a Juntos por el Cambio.
En ese contexto, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, viene siguiendo de cerca con su equipo el devenir de los contagios y el trabajo en las escuelas con los protocolos que logró acordar con los gremios docentes. En especial, junto al equipo de Fernán Quirós y el área de Salud.
Por ello, a pesar del paro que lanzaron un grupo de gremios docentes, vinculados al oficialismo nacional, los últimos números que atesoran en el Gobierno porteño dan cuenta de una baja incidencia del Covid-19 en las aulas.
Datos
En este marco, según datos oficiales hoy hay 700.518 personas en escuelas, si se suman alumnos, docentes y personal no docente (maestranza, administrativos). Y se armaron 45.056 total de burbujas epidemiológicas.
En lo que refiere a la incidencia de Coronavirus, el último corte que realizó Educación se basa en datos entre el 17 de marzo y el 12 de abril se contagiaron 5.006 personas del sistema educativo. Esto supone el 0,71% del total.
En cuanto a las burbujas epidemiológicas que tuvieron que aislarse se contabilizaron 945, es decir, 2,1% del total. Y el dato clave: el porcentaje de chicos y docentes que se contagiaron tras aislarse preventivamente en la burbuja alcanzaron el 0,012%.
Con estos números, Larreta está convencido que las escuelas no son un lugar de contagio y, es más, asegura que, por el contrario, es un lugar de detección temprana. Con lo cual, repite entre sus asesores, será lo último que se cierre aunque los casos sigan aumentando y haya que aplicar restricciones.
ES/MC
Fuente de la Información: https://www.perfil.com/noticias/politica/los-numeros-que-atesora-larreta-para-evitar-el-cierre-de-escuelas-en-la-ciudad.phtml
“Nuestros relatos”: presentan libro digital con 31 obras sobre la pandemia en el Perú
Publicación contiene cuentos en español y lenguas originarias, ilustraciones y fotografías que abordan cómo los peruanos enfrentamos los actuales desafíos
El Proyecto Especial Bicentenario presentará, este miércoles 14 de abril a las 6 p.m., el libro digital “Nuestros relatos”, que contiene una colección digital de 31 obras relacionadas a la pandemia por el COVID-19, entre cuentos en español y lenguas originarias, ilustraciones y fotografías.
Esta publicación está compuesta por los trabajos ganadores de la primera convocatoria del concurso nacional “Nuestros relatos”, los cuales constituyen un registro histórico a través del arte sobre cómo los peruanos estamos afrontando los desafíos de la actualidad.
La presentación se realizará a través del Facebook del Proyecto Bicentenario. Durante la actividad, se darán a conocer detalles y reflexiones sobre la creación de las obras seleccionadas, a partir de los testimonios de los autores.
Lenguas originarias
El libro digital “Nuestros relatos” contiene cinco cuentos en lenguas originarias elaborados por ciudadanos de Loreto, Huancavelica, Huánuco y Lima. Uno de ellos es Mama Coronapa chayamuynin (La llegada de Mama Corona en quechua), una narración que deja como lección la importancia de preservar la naturaleza para evitar pandemias.
También forman parte de este conjunto de historias: Llarocó, en la lengua amazónica bora; Allpapa mikuynin, Nakay kawayta yachakuy y Qilla Antoniomantawan sumaq Ch’askamantawan, estas tres últimas en quechua.
Los cinco cuentos en español son: Un puñado de polvo, Manos de ángel, El legado, La hora mágica y La noche anterior. Al igual que las narraciones en lenguas originarias, se enfocan en tres temáticas del contexto actual: trabajadores esenciales en la pandemia, memoria familiar y resiliencia de la población ante la crisis que atraviesa el país.
Arte visual
“Nuestros relatos” también incluye once ilustraciones y diez fotografías que son un testimonio gráfico de la capacidad que tenemos los peruanos para reponernos ante la adversidad, y del valor de aquellas personas que permanecen en primera línea sirviendo al país.
Luego de la presentación, el libro estará disponible en la Biblioteca Bicentenario , en donde el público también puede encontrar contenidos y publicaciones de temas históricos como el proceso de la Independencia y algunos hitos republicanos. También reflexiones sobre situaciones contemporáneas y una colección de audiolibros infantiles, entre otros.
Tanto el libro como el concurso forman parte de las actividades de conmemoración que lleva adelante el Proyecto Especial Bicentenario por los 200 años de la Independencia del Perú, con el objetivo de reflexionar y contribuir a la construcción de una ciudadanía que afronte los retos de este nuevo siglo de vida republicana.
Fuente de la Información: https://peru21.pe/cultura/nuestros-relatos-presentan-libro-digital-con-31-obras-sobre-la-pandemia-en-el-peru-nczg-noticia/
Pergamino: avanza la causa por una escuela rural fumigada, en un estado de alerta comunitaria por aguas contaminadas
En una medida inédita para este tipo de causas pero acorde a la ley vigente, la justicia federal detuvo a un ingeniero agrónomo y al piloto que sobrevoló una escuela rural en el partido de Pergamino mientras aplicaba agrotóxicos. También secuestró el avión aplicador. La causa se da en el marco de la histórica puja por la cantidad de metros que alejan los plaguicidas de las poblaciones y escuelas, situación que en Pergamino tiene un antecedente reciente basado en la grave situación ambiental: en abril de 2019 la justicia federal acreditó que el agua potable que se consume en el lugar tiene 18 sustancias químicas altamente peligrosas (entre otras, 2-4D, atrazina y clorpirifos); y ordenó, tras comprobarse daño genético en niños y adultos expuestos a la contaminación, la prohibición de aplicaciones a menos de 3.000 metros para aviones y 1.095 para equipos terrestres de la ciudad bonaerense. Las escuelas rurales, a la deriva tanto de los venenos cómo de la insuficiente ley provincial: el episodio en Gornatti no es una excepción, como señalan los pueblos fumigados que se rebelan a enfermarse y reclaman al gobernador Kiciloff que se prohíba la fumigación área y se restringa claramente la terrestre en toda la provincia.
Corría el tercer día de clases, 3 de marzo, cuando un avión aéreo aplicador sobrevoló la Escuela 37 ubicada en el Paraje Gornatti, partido de Pergamino, mientras aplicaba agrotóxicos en los campos linderos.
Las imágenes del sobrevuelo se hicieron públicas en redes; muestran tristemente lo que es usual en Argentina: lugares donde acuden niñas y niños rociados con plaguicidas altamente peligrosos.
Por ese hecho, el juez Carlos Villafuerte Ruzo, Titular del Juzgado Federal de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional Nº 2 de San Nicolás, procedió al procesamiento y la detención de Ángel García, el piloto que sobrevoló la escuela en Gornatti, por “vuelo temerario” y supuesta infracción de la Ley de Residuos Peligrosos que prevé penas de entre 10 y 25 años para quien utilizando los residuos a que se refiere la presente ley, “envenenare, adulterare o contaminare de un modo peligroso para la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general”.
El juez también dispuso la detención de Santiago Jacobi, el ingeniero agrónomo que habría autorizado la pulverización aérea. Y tras ordenar muestras en el lugar de los hechos, indicó secuestrar el avión aéreo aplicador utilizado.
En el partido de Pergamino, todos los pueblos de campañas están en la misma situación que esa escuela rural. No están alcanzados por la protección que sí brindó una cautelar judicial a la población de la ciudad, habilitando la posibilidad de este tipo de vuelos de la muerte en poblaciones y escuelas rurales.
La ley de la Provincia de Buenos Aires para “fitosanitarios” establece una distancia de cero metros para las pulverizaciones terrestres y 2.000 para las aéreas. Salvo, claro, en aquellas ciudades o lugares donde tengan alguna protección superadora por ordenanza, cautelares o medidas judiciales. Por ese motivo, pidiendo el cese de la vulneración de los derechos a la salud y el ambiente, desde comunidades y pueblos fumigados de esa provincia hicieron público un petitorio abierto a firmas exigiendo al Gobernador Axel Kicillof, entre otras demandas, que derogue inmediatamente la «Resolución del Veneno» (Resolución 246/2018 del Ministerio de Desarrollo Agrario) -cuyo espíritu permite pulverizar prácticamente sin ninguna limitación-, e implemente la prohibición total aérea y una restricción absoluta de la aplicación terrestre de agrotóxicos a 2000 metros de las poblaciones en todo el territorio provincial.
Mismos delitos, distinta justicia
Las detenciones y el secuestro en este caso de Gornatti permiten inferir que la investigación avanza acorde al delito investigado. Lo que, cabe decir, es casi es una excepción para este tipo de casos.
Por dar un solo ejemplo, ante un hecho de iguales características, sucedido en Exaltación de la Cruz, el 11 de marzo de 2019, el fiscal Juan Manuel Esperante, a cargo de la investigación de una pulverización aérea sobre una escuela de Parada Robles, no ordenó en dos años ninguna medida similar a la de Pergamino. Pese a que autoridades de agricultura provincial procedieron a secuestrar la avioneta y clausurar el hangar, el mismo día del hecho, el fiscal durmió la causa.
Desde el grupo Exaltación Salud, que denunció esa inacción ante la justicia, señalaron que no solo no se avanza para investigar sino que se permitió el productor del campo efectuara la donación de bancos y dos televisores al establecimiento pulverizado. Fabián Maggi, abogado de ese grupo vecinal, señala: “Basado en mi experiencia tengo la presunción que esa diferencia en las actuaciones (entre Pergamino y otros casos) obedecen a que el ministerio público fiscal nacional tiene instrucciones de atender adecuadamente las denuncias ambientales y por el contrario, el ministerio público fiscal de la provincia tiene instrucciones de no avanzar”.
La “perla del norte”, fumigada
En Pergamino, también en el juzgado de Villafuerte Ruzo, tramita la causa conocida como “Cortese” por contaminación con agrotóxicos. Dentro de la misma, el juez dictó el procesamiento sin prisión preventiva a tres productores rurales Fernando E. Cortese, Mario R. Roces y Víctor H. Tiribo, por considerarlos “prima facie” coautores penalmente responsables del delito de “contaminación del ambiente en general, de un modo peligroso para la salud, mediante la utilización de residuos calificados peligrosos (agrotóxicos)” y les fijó un embargo a cada uno de ellos por tres millones de pesos.
Asimismo fueron procesados dos funcionarios municipales, Mario Tocalini y Guillermo Naranjo, ex titular y ex auditor respectivamente de la Dirección de Ambiente Rural del municipio, a quienes además les trabaron embargos sobre sus bienes por la suma de tres millones de pesos a cada uno.
En abril de 2019 la justicia federal también acreditó en el agua potable que consumen los pobladores de la ciudad de Pergamino no resultaba apta para consumo humano y se detectó la presencia de 18 sustancias químicas altamente peligrosas para la salud y utilizadas por la agroindustria, entre otras, 2-4D, atrazina y clorpirifos.
La contaminación fue acreditada por estudios ordenados por el juzgado y con la participación de prestigiosos especialistas como la Dra. Virginia Aparicio (INTA Balcarce), el Dr. Damián Marino(UNLP) y el Dr. Medardo Ávila Vázquez.
El 30 de agosto de 2019 la medida cautelar, que inicialmente comprendía tres barrios, extendió la prohibición del uso de pulverizaciones y fumigaciones a todo Pergamino, estableciéndose una distancia de 3.000 metros para aviones y 1.095 para equipos terrestres. En la causa se acreditó el daño genético en niños y adultos expuestos a la contaminación.
Pero esos metros solo rigen respecto de la ciudad cabecera y no alcanza al resto de las comunidades del mismo municipio. En el resto del país la situación es igualmente grave, o peor.
Fuente de la Información: https://www.lavaca.org/notas/pergamino-avanza-la-causa-por-una-escuela-rural-fumigada-en-un-estado-de-alerta-comunitaria-por-aguas-contaminadas/
Destaca Universidad de California labor de Jalisco ante pandemia de COVID-19
En el caso de Jalisco la entidad se adelantó a las medidas nacionales y cerró escuelas y eventos masivos, además de coordinarse en las medidas con sindicatos, iglesias y el sector privado.
A más de un año de iniciada la emergencia sanitaria por la pademia de COVID-19, Jalisco reporta menos decesos y mayor eficiencia en la detección de contagios con la aplicación de pruebas masivas, en comparación con la media nacional
Así lo deja ver el informe de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) encargado por la Organización Mundial de la Salud para evaluar al país y las entidades federativas en la manera que hicieron frente a la pandemia.
“En el contexto nacional, Jalisco parece tener un buen desempeño en términos de carga de enfermedad. Con el 6.6% de la población del país, el estado representa el 5.6% de todas las muertes confirmadas por COVID-19 al 2 de marzo de 2021, a pesar de tener una de las áreas metropolitanas más grandes del país. Su puntaje de exceso de mortalidad para 2020 fue del 27%, en comparación con la cifra nacional del 45%”, establece el documento.
Se trata del mismo estudio que evaluó la gestión de la pandemia a nivel federal y en el cual se estima que pudieron evitar hasta 190,000 muertes por errores como la ausencia de coordinación y cooperación entre los gobiernos estatales y el federal, especialmente con administraciones ajenas a su partido; la aplicación un programa de pruebas de detección masivas deficiente, además de una deficiente comunicación hacia los ciudadanos de las políticas de salud.
El documento destaca que en el caso de Jalisco la entidad se adelantó a las medidas nacionales y cerró escuelas y eventos masivos, además de coordinarse en las medidas con sindicatos, iglesias y el sector privado. También señala que la implementación del programa RADAR Jalisco, en coordinación con la Universidad de Guadalajara, para la detección oportuna de casos de contagio, con criterios más detallados que el sistema Centinela del Gobierno federal.
“A principios de marzo de 2021 se habían detectado 224,000 casos de COVID-19 en el estado con RADAR Jalisco, aunque el sistema nacional SISVER reporta solo 79,000. Las pruebas realizadas bajo los criterios nacionales y registradas en el SISVER representan únicamente el 24% de las pruebas realizadas en el estado, y existe una diferencia de 22 puntos en la tasa reportada de positividad de pruebas (Radar Jalisco)”, indica el informe.
La UCSF señala que los gobiernos estatales en México tuvieron que romper con la política del gobierno federal y seguir su propio enfoque para manejar la pandemia.
“La ausencia de coordinación y cooperación ha sido el denominador común, especialmente donde conflictos partidistas se han entrelazado con la separación vertical de poderes. Los gobernadores de los partidos políticos de oposición se han enfrentado al gobierno federal por su respuesta a la pandemia y han impugnado las reformas del sistema de salud que se siguieron implementando durante la emergencia. En algunos casos, los gobiernos estatales han roto con la política del gobierno federal y seguido su propio enfoque para manejar la pandemia”, expone.
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Fuente de la Información: https://www.animalpolitico.com/2021/04/destaca-universidad-de-california-labor-de-jalisco-ante-pandemia-de-covid-19/
El Congreso de los Diputados ha aprobado la llamada ley Celaá, la LOMLOE, y recientemente se ha publicado el nuevo Decreto de admisión de alumnos por parte del Departamento de Educación de Catalunya. Son dos normas legales que sobre el papel representan pasos importantes para frenar el aumento de las segregaciones escolares. Esperamos y deseamos que ambas disposiciones se apliquen, que no ocurra como con el Decreto de Inclusión, también de Catalunya, que continúa medio paralizado por falta de recursos para llevarlo a cabo. Son dos disposiciones que posibilitan avanzar a pesar de las dificultades: la segregación escolar se mantendrá mientras exista la segregación socioeconómica.
Además, como ya manifesté en una de las comisiones del Pacto contra la Segregación que impulsó el Síndic de Greuges de Cataluña, nos encontramos ante unos topes evidentes: sin eliminar el inexistente derecho a elegir centro por parte de las familias y los privilegios de la concertada no se puede evitar la segregación escolar. Lo que podemos hacer, eso sí, es proporcionar cuidados paliativos que mejoren la enfermedad pero sin curarla. De todas formas, bienvenidas sean las nuevas normas legales; esperamos y deseamos que su aplicación responda a las expectativas que se han creado, que los gobiernos autonómico y central tengan suficiente empuje y voluntad política para llevarlas a cabo a pesar de las resistencias que se han producido y que continuarán dificultando su aplicación a lo largo de los próximos cursos escolares.
De entre las novedades que establece el Decreto del Departamento de Educación quisiera apuntar que no sería de recibo, en caso de necesidad, repartir sólo el alumnado señalado por las llamadas Unidades de detección de NEE por causas socioeconómicas y no el resto de criaturas y adolescentes escolarizados. Si las OME, las Oficinas Municipales de Escolarización, recogieran todas las peticiones e hicieran la distribución equitativa de todo el alumnado, se conseguiría un trato equitativo a familias autóctonas o recién llegadas o con diversas situaciones sociales y/o económicas. Añadiría que para paliar los efectos de las llegadas de nuevo alumnado a lo largo del año (lo que se llama “matrícula viva”) se debería mantener una reserva de plazas todo el curso.
A la vez que celebramos la llegada de las nuevas legislaciones, debemos recalcar que ambas normas mantienen los privilegios a la concertada. La patronal de las escuelas privadas, religiosas o no, ha puesto el grito en el cielo, pero no representa nada más que unas cuantas maniobras de distracción y de intentar poner palos en las ruedas a su tramitación. La escuela concertada no pierde ninguna de sus privilegios. ¿Por qué?
Los sistemas de enseñanza en toda Europa están programados para mantener la sociedad estratificada que tenemos. No están pensados para luchar en contra, como debería ser el papel de una verdadera educación. A los poderosos, los que tienen el poder de verdad, les interesa que se mantenga esa estratificación social, es decir, su situación de privilegio. Y los gobiernos europeos no se atreven a ir en contra de sus deseos. En nuestro país el poder social necesita la escuela concertada, los gobiernos central y autonómicos están dispuestos a aceptar sus indicaciones. En Cataluña (y en toda España) la triple red escolar (privada, concertada y pública) cumple este papel.
Un pequeño recordatorio histórico: En los años 80 del siglo pasado el Departamento de Enseñanza en Catalunya cerró más de mil aulas públicas. El descenso demográfico del país, iniciado a partir de 1976, amenazaba con hacer irrelevante la presencia de las escuelas privadas o concertadas (entonces se llamaban subvencionadas). A causa de los intereses que hemos mencionado, los gobiernos de Convergencia llevaron a cabo el gran recorte de la escuela pública para así permitir que las privadas, regentadas por la Iglesia Católica y por unas patronales amigas del gobierno catalán, subsistieran.
Al poder no le conviene la igualdad, necesita la desigualdad para continuar aprovechándose de ella, para continuar mandando y aumentando sus beneficios económicos. Lejos de cambiar la situación en los últimos años, tenemos una constatación bien reciente: durante los meses que llevamos de la pandemia de la Covid, el gran capital ha aumentado sus beneficios y la mayoría de la población (el 99%) los ha visto disminuir. Conclusión: del mismo modo que los gobiernos no evitan el aumento de las desigualdades sociales y económicas, es muy difícil que eliminen los privilegios a la concertada.
Y para completar estas reflexiones, un último apunte. Todo esto tiene que ver también con la situación política a raíz de las elecciones al parlamento de Cataluña. A lo largo de la última campaña electoral se habló a menudo de hacer frente al fascismo, de parar los pies a la ultraderecha. La presencia de Vox ha provocado que la mayoría del resto de formaciones políticas y entidades de la sociedad civil se pusieran de acuerdo, al menos, en no querer su presencia en las instituciones. Han hablado y han publicado diferentes manifiestos y acordado algunas actuaciones. Sin embargo, diría que para hacer frente a la ultraderecha, al racismo y al fascismo hay que cambiar las condiciones socioeconómicas que lo hacen posible. Sin alternativas a la crisis endémica del capitalismo, a la desigualdad que aumenta, crecerán los fascismos y los movimientos de ultraderecha. En esta línea de propuestas, la segregación escolar no ayuda a hacer frente a la derechización social, sino que más bien le da argumentos. Con pan, trabajo y viviendas dignas para todos la ultraderecha tendría muy pocos argumentos. Las manifestaciones que los medios de desinformación bautizan con el adjetivo de violentas son la expresión, consciente o no, del grave malestar que la gravísima crisis provoca. Sobre todo entre la generación joven, que ve muy complicado su presente y su futuro vital. La ultraderecha puede aparecer como una falsa alternativa ante la ausencia de alternativas reales.
Sin revertir los recortes, sin frenar las enormes desigualdades entre hombres y mujeres, sin devolver a la gestión pública las privatizaciones de servicios sanitarios y de enseñanza, será difícil evitar que las derechas no dominen el panorama político y social en los próximos años. Desde las escuelas e institutos, maestros y las maestras y toda la comunidad educativa tenemos nuestra parte de responsabilidad, pequeña o grande, para lograr avances y no retrocesos. Para intentar, como dice el maestro protagonista de La lengua de las mariposas (1999), que toda una generación sea educada en libertad; porque este hecho sería irreversible.
La ciencia académica sufre desde hace unos años una enfermedad que consiste en un enorme aumento del número de publicaciones científicas sin el correspondiente avance del conocimiento. Los hallazgos se cortan en rodajas tan finas como el salami y se envían a diferentes revistas para producir más artículos.
Estos logros espurios de la Academia, representados por montañas de publicaciones no apreciadas y no leídas, son sin duda un despilfarro de artículos de solo escritura. Es un proceso de publica-y-perece en el que la mayoría de los trabajos se pierden.
Si consideramos los artículos académicos como una especie de moneda científica respaldada por lingotes de oro en el banco central de la ciencia verdadera, estamos asistiendo a un fenómeno de inflación de artículos, una auténtica burbuja cienciométrica.
La situación fue descrita ya en 1981 en la revista Science, con una crítica a la reducción de la longitud de los artículos y al abuso de las llamadas unidades mínimas de publicación (LPU por sus siglas en inglés). Las cosas han ido a peor desde entonces.
Por qué son necesarias las publicaciones científicas
No cuestionamos la necesidad de publicar los resultados científicos. La ciencia es un asunto público que debe ser discutido en la plaza pública, es decir, en talleres, conferencias y revistas científicas.
Además, hoy en día cualquiera puede publicar cualquier cosa en cualquier rincón de la red global. Por lo tanto, es beneficioso un filtrado previo por parte de un comité de programa o un consejo editorial responsables.
El filtrado añade valor en tanto que el núcleo de la ciencia (el lingote de oro) se hace más accesible… porque se mantiene pequeño. Así pues, cuanto más grande y menos filtrada sea la burbuja, menos accesible será el núcleo.
Las publicaciones científicas deberían ser un remedio para la sobrecarga de información (término popularizado por Alvin Toffler en su libro de 1970 El Shock del Futuro). Por el contrario, la Academia ha creado una necesidad artificial de publicar, no para el avance del conocimiento, sino para el avance de las carreras profesionales. La Academia ha sucumbido a la infoxicación.
Las métricas de productividad científica
La ciencia es cara. Los gobiernos y los inversores privados esperan, con razón, que pagar los salarios de los científicos sea rentable. Por tanto, es deseable promover a los buenos científicos y centros de investigación, al tiempo que se desalienta a los malos.
Ahora bien, en nuestra moderna sociedad industrial pensamos que podemos lograr este objetivo midiendo la productividad. Pero la productividad científica no se parece a la productividad industrial. Las ideas no se pueden medir como los ladrillos.
Las actuales métricas de productividad científica tienen como objetivo evaluar la calidad de las publicaciones y, a través de ellas, la calidad del investigador.
La calidad de una publicación se estima con el factor de impacto de la revista donde aparece, que es el número de citas que han recibido otros artículos en la misma revista en los últimos años. Los supuestos implícitos en este procedimiento de medición son:
1. Una publicación es buena si se publica en una buena revista.
2. Una revista es buena si ha merecido suficiente atención de los científicos.
En otras palabras, se supone que existe una correlación positiva entre el factor de impacto y la calidad científica. La idea es interesante, pero tiene muchos efectos secundarios negativos: se favorece la popularidad sobre la calidad, se promueve la ciencia rápida, se provoca el efecto Mateo, se destruyen los foros locales y regionales, etc.
La raíz del problema
El principal problema que subyace a todo esto es que el factor de impacto es utilizado como indicador de calidad. Los partidarios de la cienciometría argumentarán que, a pesar de todas sus deficiencias, es el mejor sistema que podemos tener, porque se basa en mediciones objetivas. Esto nos recuerda al borracho que buscaba las llaves bajo la farola porque era el único sitio donde había luz, aunque en realidad las había perdido a varios metros de distancia.
La cienciometría presenta la inevitable tendencia que tiene todo indicador de rendimiento a medir lo que se puede medir, y dejar de lado lo que no se puede medir, de modo que lo medible adquiere una importancia desmedida.
La cienciometría puede probablemente evitar algunos de sus peores efectos mejorando los sistemas de medición. Pero, al final, el problema en sí es la concepción de la Academia como un sistema retroalimentado. El problema está en empeñarse en medir la productividad científica, y retroalimentar el sistema con esas mediciones. Esto es justamente lo que enuncia la Ley de Goodhart: cuando una métrica de evaluación se convierte en objetivo, deja de ser una buena métrica.
Es prácticamente inevitable: los científicos y los espacios de publicación se adaptarán para asegurar su propia supervivencia, desarrollando estrategias como la ciencia salami, las autocitas y las citas de amigos, etc.
Todas estas estrategias se combinan para crear una cultura poco ética y anticientífica en la que se premian demasiado las habilidades políticas y demasiado poco los enfoques imaginativos, las ideas heterodoxas, los resultados de alta calidad y los argumentos lógicos. Y todo contribuye a inflar la burbuja cienciométrica y hacer menos accesibles los lingotes de oro de la ciencia más valiosa.
No podemos prescindir del juicio humano
Solo hay una manera de salir de este círculo vicioso: reconocer que la calidad es algo que esencialmente no se puede medir, que está más allá de los números y los algoritmos, que solo puede ser juzgado por humanos a pesar del carácter falible de su juicio.
Sin duda, las medidas objetivas pueden ayudar al juicio humano. Pero nos engañamos si pensamos que podemos evitar la corrupción y lograr una justicia ciega utilizando fórmulas matemáticas.
No existe una solución algorítmica al problema de la medición de la calidad científica. Por eso la Declaración de San Francisco sobre la Evaluación de la Investigación enfatiza “la necesidad de eliminar el uso de métricas basadas en revistas, tales como el Journal Impact Factor, al decidir sobre financiación, nombramientos y promociones; la necesidad de evaluar la investigación por sus propios méritos y no en base a la revista en la que se publica la investigación”.
Es mucho más fácil recopilar algunas cifras que pensar seriamente en lo que ha logrado un investigador. Como dice Lindsay Waters, es más simple basarse en números anónimos para despedir a alguien o descartar un proyecto de investigación, sin tener que explicarle razonadamente un juicio de valor negativo.
El factor humano en la evaluación de la ciencia
Nuestro principal interés es crear conciencia sobre el problema. Miles de científicos han firmado la Declaración de San Francisco, pero creemos que el mensaje merece ser difundido más ampliamente: la burbuja cienciométrica es poco ética y es perjudicial para la ciencia.
Es perjudicial el valor abrumador que están adquiriendo los números y las fórmulas en el mundo académico, en detrimento de la verdadera evaluación de la calidad de los trabajos individuales. Necesitamos una alternativa a la cultura del publicar o perecer.
Pero claro, evaluar a través de los factores de impacto y el ranking de revistas es tan barato… De hecho, los verdaderos beneficiarios de la evaluación numérica no son ni los investigadores ni la propia ciencia, sino las agencias de evaluación, que pueden sustituir a los científicos (capaces de revisar a sus pares) por meros burócratas (capaces de contar citas).
También hay una amenaza para los valores éticos que afectan a la forma en que un investigador aborda su actividad científica. La perversión en la forma de evaluar la productividad científica estimula al científico a preocuparse por publicar para no perecer, en lugar de obtener un conocimiento más verdadero y fiable.
La obsesión por encontrar métodos cuantitativos y algorítmicos para evaluar la productividad científica esconde una cobardía intelectual: la abdicación del evaluador de su responsabilidad de emitir un juicio personal sobre la calidad científica del trabajo evaluado. El evaluador termina así por convertirse en un obediente pero absurdo burócrata que se limita a aplicar fórmulas matemáticas. Sustituir el factor humano por una métrica objetiva en la evaluación de la ciencia no evitará la corrupción.
Los juicios humanos son falibles, pero al menos no promueven esta burbuja cienciométrica que amenaza con paralizar el avance del conocimiento ocultando los lingotes de oro de la verdadera ciencia bajo una enorme sobrecarga de publicaciones.
Autor@s
Gonzalo Génova. Profesor Titular de Lenguajes y Sistemas Informáticos, Universidad Carlos III.
Anabel Fraga. Prof. Dr. and Researcher, Universidad Carlos III
Hernán Astudillo. Profesor, Universidad Técnica Federico Santa María
Este artículo es una versión traducida y abreviada del artículo The scientometric bubble considered harmful, publicado en Science and Engineering Ethics en febrero de 2016. El lector interesado puede acudir también al manuscrito en español.
La Educación es la puerta que abre infinidad de posibilidades para avanzar, aprender de nuestros errores y mejorar la sociedad futura. Con la crisis de la pandemia de la Covid-19, vimos cómo los centros educativos tuvieron que cerrar temporalmente sus puertas y se vieron obligados a mantener la continuidad de la enseñanza a través de las herramientas digitales. Los colegios no estaban preparados para este cambio repentino y se vio que no era posible evaluar a los alumnos en esas circunstancias, dada la evidente brecha digital. A raíz de ello, nos encontramos ante una necesidad urgente de acelerar la digitalización de los centros así como la de replantearnos el actual sistema de evaluación.
En nuestro país, el sistema de evaluación por el que se determinan las competencias de los alumnos es una herencia de la época de la revolución industrial y está enfocado principalmente en obtener una calificación. La nota o resultado final es lo importante y no el proceso del aprendizaje, perdiéndose así muchos matices que se quedan sin valorar. En pleno siglo XXI quizás sería conveniente replantearse si un número garantiza la progresión, el entendimiento y el avance de los estudiantes.
Esta presión por obtener una buena calificación suele desembocar más en la frustración del estudiante que en la motivación por su aprendizaje. Así lo hemos descubierto tras realizar un estudio cualitativo interno en colegios de todo el país para conocer qué técnicas de evaluación y enseñanza promueven más la evolución del alumnado, así como para saber si se ha producido algún cambio en la percepción de las asignaturas troncales tradicionales, tanto por parte de los propios docentes como de las familias. En base a los resultados de esta investigación pudimos comprobar que el inglés se ha convertido en uno de los ejes principales, por encima incluso de las matemáticas o de la lengua propia. Asimismo, pudimos observar en este estudio que, de cara a potenciar el aprendizaje del idioma, los docentes consideran esencial integrar su enseñanza en el día a día del aula, esto es, en una evaluación continua.
La evaluación continua y actualizada, adaptada al nivel específico de cada alumno, permite que pueda desarrollar diversos conocimientos relacionados con la lengua extranjera. De este modo, en lugar de estudiar para obtener una calificación, se pueden centrar en integrar los conocimientos, mejorar en base a sus capacidades e ir avanzando de acuerdo a su nivel actual. Se trata de un sistema de evaluación que desde Macmillan estamos promoviendo de la mano de Capman Testing Solutions, con la implementación de TOEFL Young Students, un programa de evaluación continua, con el fin último de que los alumnos sean capaces de mejorar día a día a lo largo de toda su etapa educativa.
La evaluación continua y actualizada, adaptada al nivel específico de cada alumno, permite que pueda desarrollar diversos conocimientos relacionados con la lengua extranjera
Comentaba al inicio que la Educación nos abre infinidad de posibilidades, pero para que esas posibilidades se nos presenten, debemos fomentar la implantación de un sistema de evaluación que motive a los estudiantes a querer seguir aprendiendo, en lugar de conformarse una vez obtenida la calificación. Este cambio de perspectiva que planteamos en el aprendizaje de idiomas, en un futuro se puede replicar en otras áreas para que el sistema de evaluación no sea un obstáculo para el estudiante, sino un trampolín hacia su futuro.
Por otro lado, debemos tener muy presente que la motivación y el deseo de prosperar de los alumnos necesita de una escuela en la que se sientan integrados y seguros. En este sentido, es fundamental trabajar desde la prevención para evitar situaciones de acoso escolar y de ciberacoso. Es necesario, en primer lugar, formar a los docentes con estrategias eficaces para prevenir, intervenir y hacer seguimiento de los casos de acoso. En segundo lugar, ayudar a los niños a desarrollar su inteligencia emocional y a reconocer sus propios sentimientos y los de sus compañeros, reforzando su sistema de valores para afrontar el acoso. Por último, ofrecer a los padres información sobre el acoso escolar dándoles pautas para que puedan identificarlo y tener un papel clave en la comunicación escuela-casa. Sobre estos tres pilares esenciales actúa KiVa, un programa de prevención del acoso escolar desarrollado por la Universidad de Turku, Finlandia, y exportado a otros países como el nuestro para reducir los casos de acoso en las escuelas y fomentar la creación de espacios seguros para todos.
No cabe duda de que para que un cambio se asiente hay que ir sembrando poco a poco las semillas para que germinen. La Educación no puede ser un sistema estanco, debe evolucionar, adaptarse a las necesidades presentes de docentes, estudiantes y familias; debe anticiparse para que ningún alumno se sienta excluido y, lo que es más importante, para que todas esas posibilidades que nos brinda la Educación se abran para las generaciones venideras de una manera más sólida.
Augusto Di Marco es director General de Macmillan Education Iberia.
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