Educación en un mundo cambiante

Por: Paulina Encinales de Sanjinés.

 

Hoy en día existe una gran riqueza de información y cualquiera puede acceder a ella a través de su teléfono inteligente. La labor de los docentes es guiar a los estudiantes para que “aprendan a aprender”.

Vivimos en un mundo en permanente transformación. La velocidad en que nos enteramos de las noticias, el avance de las comunicaciones y la tecnología conllevan unos retos importantes a nivel social, pero también inmensas oportunidades. La educación debe ser una respuesta a esos cambios, para que los estudiantes estén preparados para enfrentarse al mundo aprovechando todos sus recursos.

Ese fue uno de los temas centrales en el reciente Congreso de Educación Privada que tuvo lugar en Medellín.  Se habló sobre la necesidad de ofrecer a los estudiantes una educación holística, que potencie su desarrollo en todas sus dimensiones, que los lleve más allá de ser simplemente “learning machines”, o máquinas para aprender.

Hoy en día existe una gran riqueza de información y cualquiera puede acceder a ella a través de su teléfono inteligente. La labor de los docentes es guiar a los estudiantes para que “aprendan a aprender”. Ofrecerles una formación integral que abarque todas las esferas humanas: la cognitiva, la social y la emocional, otorgando herramientas de construcción de habilidades y competencias más que de contenidos, porque los contenidos están en las redes sociales.

Los cambios conllevan el surgimiento de nuevas maneras de hacer las cosas; de nuevas asignaturas; y por eso los currículos deben evolucionar y las prácticas metodológicas se deben renovar. Una educación sólida con el desarrollo de habilidades que les permita a los estudiantes enfrentarse eficazmente al mundo cambiante de hoy debe comprender lo que se conoce como las 4 Cs: creatividad, pensamiento crítico (critical thinking), comunicación y colaboración.

Fomentar la creatividad en cualquier campo, para que los estudiantes aprendan a buscar soluciones efectivas a los problemas que se les presentan, para que usen su imaginación y su razonamiento para ser innovadores a la hora de formular propuestas artísticas, literarias, científicas o tecnológicas.

Desarrollar un pensamiento crítico y autónomo es esencial precisamente para aprender a discernir entre la abundancia de información, de ideas, y de conocimiento que existe; para aprender a analizar diferentes escenarios y tomar decisiones acertadas.

La comunicación es una herramienta clave en cualquier situación y aspecto de la vida. Trabajar con los estudiantes en técnicas que les permitan tener una comunicación asertiva, que les permita debatir y defender sus ideas con seguridad, es fundamental.

Finalmente, fomentar la colaboración es importante también para que aprendan a trabajar en equipo, a escuchar otras ideas, a plantearse metas comunes, a planear y ejecutar iniciativas con resultados positivos.

No podemos seguir educando a los niños en competencias en las cuales las máquinas son mucho más eficientes que cualquier ser humano, como bien dice Jack Ma, fundador de Alibaba. Los paradigmas de una educación integral vigente tienen que incluir una formación científica y humanista que promueva el pensamiento crítico, la creatividad e innovación, la comunicación pertinente y efectiva, la colaboración, la empatía y el compromiso ciudadano. Aprender a usar las máquinas para lo que son eficientes, es parte de la respuesta a esta revolución de la inteligencia artificial. Estos son los retos de la escuela y de la sociedad del siglo XXI. Estas son las “materias” alrededor de las cuales debe girar el currículo escolar.

Aprender a aprender y aprender a pensar deben estar en el corazón de una actividad pedagógica que, ojalá cada vez más, se centre en la construcción colaborativa de nuevos conocimientos y en la integración de las disciplinas para la solución de problemas reales.

Paralelo a esto, considero que surgen tres retos inaplazables: pensar cómo vamos a utilizar esta revolución de la inteligencia artificial para no seguir arrasando con el planeta, cómo vamos a afianzar la democracia y el pensamiento independente ante unas tecnologías cada vez más invasivas y pensar en las  estrategias colectivas que vamos a desplegar para incluir en esta transformación, a los millones de niños en el mundo que no tienen cubiertas sus necesidades básicas y mucho menos acceso a la tecnología y a una educación de calidad.

En muchos años de experiencia como rectora del Colegio San Patricio, -que está cumpliendo 60 años de su fundación-, hemos visto la necesidad de funcionar en el presente, pero proyectándonos siempre hacia el futuro, teniendo un claro compromiso con el cambio, para así ofrecer a nuestras estudiantes las mejores competencias para enfrentarse a los retos que exige vivir en un mundo en constante movimiento, y llegar a ser verdaderos agentes transformadores de la sociedad.

Fuente del artículo: https://www.semana.com/opinion/articulo/educacion-en-un-mundo-cambiante-columna-de-paulina-encinales-de-sanjines/612002

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