Presentado en La Habana “Centocellaros”, el nuevo libro de Vasapollo y Rosati. Una historia de revolución necesaria y posible
El profesor Luciano Vasapollo, decano de economía de la Universidad La Sapienza de Roma, encabeza actualmente una delegación italiana en Cuba en la que están representadas numerosas realidades italianas, entre ellas la Red Comunista, la Red de artistas e intelectuales en defensa de la humanidad y el Padre Virginio Rotondi. Association for Peace Journalism, que promueve las pruebas FarodiRoma y PlaceStPierre. En la ocasión, en La Habana como en otras ciudades de la isla, se realizaron varias presentaciones del libro “Centicellaros. Las cien flores y la rosa de Jericó”, escrita por Vasapollo junto a Luigi Rosati.
Una nueva historia de los años ’60 y ’70 está al alcance de las nuevas generaciones de lectores y militantes, una de las tantas, entre las miles, vividas en el conflicto de clases que atravesó Italia tras la Segunda Guerra Mundial. Esta historia contada por Luigi Rosati y Luciano Vasapollo, ambos protagonistas de muchos de los hechos narrados en el libro publicado por Edizioni Efesto, sin embargo, tiene algo de particular, algo que, lamentablemente, es difícil de encontrar en la enorme bibliografía sobre el tema.
El libro descansa sobre dos tesis, que parecen ser tanto el motivo como el fin de la redacción de estas densas páginas. En primer lugar, los autores insisten en el hecho de que los acontecimientos del “período caliente” del choque revolucionario que tuvo lugar en Italia en las últimas décadas, los infames años 70, deben leerse desde una perspectiva histórica. Es imposible entenderlos si no los conectas con la resistencia partidista al fascismo nazi, con Portella della Ginestra, con la lucha y la organización obrera y campesina de esa explotación colectiva que hoy se llama boom económico, de que la historiografía oficial nos dice sólo cierta espera.
Pero Vasapollo y Rosati van más allá: de nada sirve contar la década del 70 si no está conectada también con lo que pasó después, con las décadas del gran reflujo, las de la despolitización forzada de la sociedad. En este sentido, la primera tesis del libro es clara: la narración de toda pequeña historia política debe tener lugar siempre en relación con la gran historia general, nunca debe estar cerrada o estancada en sí misma, y es precisamente a partir de esta una recomposición que se deriva de la utilidad que la lectura del pasado, tanto de las grandes intuiciones como de los fatales errores, tiene para las nuevas generaciones.
El segundo argumento es en cambio social, en el sentido de que mira directamente a esas masas protagonistas del conflicto de clases en Italia. Los flujos migratorios internos, en particular el enorme movimiento sur-norte de las dos primeras décadas de la posguerra, no pueden leerse como cifras estériles de manual, sino que deben remontarse al desarrollo de las metrópolis del Norte y de Roma, de la que en particular se habla magistralmente del desarrollo urbanístico. La historia del municipio que se convierte en periferia y por tanto se entrelaza con la de sus habitantes, con ese cambio que los aleja del silencio político, hasta el punto de tomar la palabra como protagonista. De este fluir, de esta concentración de hombres y mujeres, y por tanto de diferentes lenguas, culturas, tradiciones, los autores ven nacer el humus social que será fundamental para el desarrollo de una oposición al poder que será posible sin mediación. El resultado es un mosaico compuesto de la realidad italiana pasada y presente, un fresco que nunca cae en el análisis sociológico o en la crónica estéril de los hechos, y sobre todo que no teme tocar nervios aún descubiertos, ayudando a la reflexión y a la correcta colocación de la hechos tendencias históricas que produjo un choque revolucionario único en Europa. Revolución es el sentido del momento histórico, dijo Fidel. Los centocellaros ayudan a encontrar este sentido histórico.
Los autores fueron, son y serán militantes políticos, y esto no es un detalle menor. Aunque distantes físicamente durante muchas décadas, uno en París y el otro en Roma, los autores nunca se separaron y nunca abandonaron el camino: Vasapollo y Rosati continuaron con su compromiso político cuando muchos optaron por el retiro político. Todavía están en sus
puestos de combate. Este es quizás el carácter fundamental que impregna estas páginas: Centocellaros es un libro que todavía quiere la Revolución, que la cree necesaria y sobre todo posible.
Fuente de la Información: https://www.farodiroma.it/presentado-en-la-habana-centocellaros-el-nuevo-libro-de-vasapollo-y-rosati-una-historia-de-revolucion-necesaria-y-posible-fotos/