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Francesco Tonucci: «Cuando empecemos de nuevo, deberemos inventar otra escuela»

Desde Roma, el célebre pedagogo italiano propone sacar las tareas en cuarentena y que la casa sea un laboratorio. Y para después del virus, aboga por aulas desjerarquizadas y centradas en la diversidad.

Por: Gustavo Sarmiento

«Me arruiné las vacaciones». Francesco Tonucci sonríe al otro lado del teléfono y menciona una agenda interminable de videollamadas (con colegas, funcionarios, periodistas) que le impide un consumo típico de cuarentena, como libros o series. «Y va a seguir, porque me preguntan mucho por el después», agrega en perfecto español. Tonucci habla del Covid-19, como todos en estos días, pero especialmente de las infancias y de la escuela en este contexto de crisis, ilusionado con que sirva como oportunidad para cambiar el modelo educativo imperante.

Un currículum a las apuradas dirá que es pedagogo, escritor, dibujante, investigador y creador del proyecto internacional La Ciudad de los Niños y las Niñas, que se replica en más de 200 localidades de todo el mundo –unas 30 en la Argentina–, en las que se propone dar voz a los pequeños y brindarles espacios públicos donde puedan jugar en libertad. Uno de los que habló con él esta semana fue el ministro de Educación, Nicolás Trotta, que apoyó su iniciativa de que, cuando se abran completamente las ciudades, se les deje el primer día solo a los chicos y chicas, para que jueguen y las disfruten como nunca las vieron.

Francesco vive en Roma, «con el miedo de una persona vieja como yo, y la preocupación de que no se generen más problemas ahora que todo se empieza a abrir». Lo que más lo angustia es que hace más de 70 días no puede ver a sus hijos y, sobre todo, a sus nietos. «Estoy solo en mi casa, aislado, como todos, abriendo la puerta una vez a la semana para comprar». Al segundo se corrige. De hecho, el miércoles dio un paseo por su barrio, en la periferia de la capital italiana, por primera vez en dos meses. «Hice tres kilómetros, paseando por calles y monumentos que no conocía, cerca del Cementerio del Verano, que sorprendentemente tiene nombre español y aquí nadie sabe qué significa. Después de 50 años de transitar una ciudad que vive de manera caótica, con un movimiento espantoso, verla vacía es un efecto muy fuerte… Qué poder tiene un virus para conseguir parar el trabajo y el tráfico, dos dioses de nuestra cultura. Pensemos que aquí la contaminación aérea produce el doble de muertos que el Covid».

-Lo mismo que estamos recogiendo de los chicos de nuestros Consejos de Niños de todo el mundo. Cuando empezó todo este rollo, me golpeó mucho que todos buscaran expertos para dar consejos a padres y maestros y nadie se preocupara por preguntarles a los niños qué pensaban y qué proponían, por lo cual le pedí a alcaldes e intendentes de nuestra red de ciudades, que convoquen al Consejo de Niños. Y lo que sale de esos testimonios son tres cosas básicas. Lo principal: les faltan los amigos. Esto ha sido mal interpretado, creyendo que decían «me falta la escuela». Pero no: les falta la escuela porque es el único lugar donde se encuentran sus amigos. Décadas atrás, se los encontraban en la calle, en el tiempo libre, para hacer otras cosas, inventar, jugar, y en la escuela estaban los compañeros de clase. Ya no es así: se perdió la calle. Lo segundo que dicen en las encuestas es que les gusta pasar tiempo con sus padres. Es un regalo de la pandemia. Muchos niños o no los conocían o los veían casi de casualidad. Ahora tienen que compartir y participan de las cosas de la casa. Lo tercero: todos manifiestan que están hartos de la tarea de manera virtual. Es algo que la escuela no ha entendido que no debía hacer. Por eso propuse aprovechar la casa para que sea un laboratorio, y que sean las acciones con los padres las verdaderas tareas, no las del libro de texto. Aprender a cocinar, coser, recuperar las fotos, pintar, y que la escuela trabaje con los niños sobre estas experiencias. Si «hacen pasta” y nada más, no sirve; veamos si hay matemáticas dentro de la cocina: hay pesos, proporciones, tiempos de cocción. O aprovechar para hacer lengua, escribiendo recetas, que no es escribir cualquier texto, debe ser útil para que otra persona que no me conoce pueda repetir el mismo plato. Cuando el mundo se amplíe de nuevo fuera de las casas, me gustaría que la escuela no perdiera este descubrimiento: que se puede trabajar sobre el mundo, el barrio, las historias, la naturaleza y los problemas ambientales, y no sobre los libros de textos.

-¿Cree posible un cambio en la escuela después de la pandemia?

-Clases y tareas en este tiempo son cosas que no tienen sentido, porque vivimos situación extraordinaria, no puede ser que la escuela siga como antes. Pero esta manera de interpretar la educación y la escuela no debe ser sólo en tiempos de crisis y coronavirus, sino para siempre. Los cambios cuestan. Normalmente, las estructuras intentan quedarse iguales para siempre. La escuela italiana adoptó como lema en esta crisis: «La la continúa». Sería un “seguimos como antes”. Y es algo paradójico: ¿cómo que no cambia nada si cambió todo para todos? Pero si la mayoría piensa que la escuela no tiene que cambiar, vendrá agosto u octubre y todo seguirá igual. Tenemos que aprovechar esta oportunidad para lanzar una idea nueva de una escuela que corresponda a lo que nuestra sociedad necesita.

-¿Y qué necesita?

-Por ejemplo, la diversidad. En la escuela hay niños de culturas y lenguas diferentes, minorías indígenas, niños con discapacidades, de diferentes sectores sociales, niños pobres que en este momento manifiestan limitaciones porque no tienen aparatos tecnológicos para conectarse con la escuela. El tema de fondo es que hay una idea equivocada de que la escuela debe ser para iguales, entonces todas las veces que alguien no es igual a los demás se considera un problema. Y la verdad es que los niños son diferentes uno del otro, por lo cual si queremos hacer una propuesta educativa democrática y eficaz, tenemos que hacerla para diferentes, y no para iguales. Lo dice la Convención de los Derechos del Niño, a la que Argentina adhirió hace 30 años con carácter constitucional: la educación no tiene como objetivo que todos consigan los mismos resultados. El propósito de la escuela y la familia en conjunto debe ser que los chicos descubran sus aptitudes, vocación y talento, sus inteligencias, y una vez que cada uno descubrió su camino, ofrecerle los instrumentos adecuados para desarrollarlo hasta el máximo nivel posible. Por eso tiene que haber diversidades en la escuela, y trabajar sobre lo bueno que cada uno tiene, no sobre lo malo. Con los mismos textos para todos, pensados desde un ministerio casi siempre desde la capital del país, la escuela está dejando afuera a un porcentaje enorme de alumnos que no nacieron para ser literatos o matemáticos, que quieren ser músicos, pintores, deportistas, arquitectos o mecánicos. Hay una injusticia. Una propuesta igual para desiguales.

-¿El Covid-19 es una oportunidad para pensar en una escuela diferente?

-La crisis, como dijo Albert Einstein, puede ser una bendición, porque produce progresos. Espero eso, especialmente para casos como el de la Argentina, donde las autoridades parecen motivadas a impulsar cambios y no la conservación. Las escuelas que mejor funcionan en el mundo, como las de Finlandia, no tienen exámenes; hay muchas menos horas de cursada a lo largo del año; empiezan la primaria a los 7 años y no hay tareas. Se hace mucho hincapié en repetir o pasar de año, y eso no es lo central. Cuando empecemos de nuevo, tendremos que inventar una escuela que hoy no existe. No es verdad que vamos a poder volver a la escuela de antes; porque el virus nos obligará, con las condiciones de distancia y de cuidado, a pensar cosas totalmente distintas. Aquí, por ejemplo, hemos analizado la posibilidad de dividir las clases en dos grupos, uno en casa y otro en la escuela, e ir rotándolos. Pero lo principal es que tenemos que idear una escuela pensada de otra manera. La debilidad es que se funda en una base jerárquica y que los de la misma edad saben lo mismo, creyendo que cuando empiezan el proceso escolar no saben nada y después empiezan a saber lo que los maestros supieron pasarles. El mérito del aprendizaje se pone siempre en los niños: si no aprenden, no se castiga al docente que no supo enseñarles, sino al alumno que no tuvo capacidad o no quiso aprender. Podemos abandonar la idea de la clase con pupitres en la que los alumnos escuchan y repiten, y pensar que trabajen entre ellos. Si tenemos grupos de 6 a 12 años, hasta se pueden manejar solos, por lo cual un profesor puede lanzar propuestas, o crear grupos de trabajo que luego supervisa. En este momento, donde tenemos que enfrentar una situación nueva y problemática, mezclar edades lo haría mucho más fácil.

-¿Cómo están los niños en estas semanas en las que les cambió el mundo?

-No se los escucha, en casi ningún lugar, excepto en países como Finlandia o Nueva Zelanda, que no casualmente son liderados por políticas mujeres, que desde el principio les hablaron a los niños. Los niños valen poco porque no votan. No están en agenda. Y si la escuela quiere modificar la relación con ellos, no puede repetir siempre lo mismo. El tema central es si la escuela es consciente de que hay que cambiar: así como era ya no funcionaba desde antes de la pandemia. No es que antes funcionaba bien y entonces lamentamos no poder seguir como antes. No. Muchos niños se aburrían, no seguían la clase, y después olvidaban lo que habían aprendido. Era una estructura débil, incluso en el aula. Por eso me gustaría una escuela donde todos los espacios se utilicen como talleres y laboratorios, con muchísimas propuestas distintas: baile, música, física, huertas, ir moviendo a los grupos. En estas épocas puede ser útil la idea de la jornada escolar como un recorrido y no como una estancia. Hace 30 años que lo propongo, pero ahora parece que llegó el momento en el que a los gobiernos que me consultan les parece viable. Algo bueno habrá hecho este virus maldito.

Que las ciudades sean para los niños

Una de las propuestas de Tonucci para estos tiempos de pandemia apunta a que, el día que «reabran» las ciudades, cuando todo vuelva a una mínima normalidad, se las entreguen por 24 horas a los niños y las niñas. «Lo lanzamos como proyecto internacional de la Ciudad de los Niños. La gente puede firmar la petición en nuestra página lacittadeibambini.org/o en nuestro Facebook. Lo que decimos es que esta crisis tuvo errores sanitarios, víctimas (sobre todo nosotros, los viejos), y ha tenido campeones, que son los niños. Porque resistieron al virus, no por mérito de ellos solos, claro, pero viven esta temporada muy larga, encerrados en casa, que les significa algo incomprensible, y lo están haciendo muy bien. Darles un día la ciudad vacía para que jueguen y la disfruten en libertad, como nunca han podido, y como les gusta a ellos, sin tráfico, peligros ni contaminación, es el regalo que les podemos hacer a modo de agradecimiento».

Hizo llegar su iniciativa a los 200 alcaldes de las localidades que forman parte de la red internacional, entre ellas varias argentinas. Tonucci menciona a Arrecifes y a Rosario, una de las históricas desde que el proyecto de la Ciudad de los Niños arrancó en mayo de 1991, con la idea de que «los niños asuman un papel activo en el proceso de cambio, participando de forma concreta en el gobierno y en la delineación de su ciudad, apropiándose de nuevo del espacio urbano».

También le comentó al ministro de Educación, Nicolás Trotta, la iniciativa de liberar un día las ciudades para los niños: «Prometió que se iba a sumar a la petición, igual que Rosario o Neuquén. Es más una decisión política que educativa. Sé que es una propuesta muy utópica, pero lamentablemente todo el tiempo que proponemos algo para niños, es utópico».

Pruebas Pisa

Afirma Tonucci: «La escuela sigue siendo la escuela de lengua y matemáticas, y el resto es algo que si hay, hay, y si no, no importa, como las Pruebas Pisa que toman estas dos o tres competencias y las miden por igual en todos los países sin tener en cuenta las diferentes realidades. El niño mapuche ve distinto la vida del que vive en Palermo o en una villa miseria, todos tienen el mismo derecho de aprender, y lo hará mejor cuanto más pueda examinar su propia realidad».

 

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El corto trecho entre coronavirus y mutilación genital

Reseñas/21 Mayo 2020/elpais.com

Las medidas de confinamiento son una trampa para mujeres y niñas. Un estudio sobre el aumento de la ablación a causa de la nueva pandemia confirma que el cierre de escuelas y programas en zonas vulnerables provocarán dos millones más de casos en la próxima década

Algunas veces, las coincidencias pueden ser realmente extrañas. El 28 de abril, el Gobierno de Sudán anunció una ley que por fin convertirá en delito la mutilación genital femenina, en uno de los países africanos con mayor número de víctimas de esta cruel tradición patriarcal (Unicef considera que el 87% de las mujeres del país la ha sufrido). Sudán era, hasta ahora, uno de los más reacios a considerar delito lo que para muchos grupos étnicos sigue siendo un sello de pureza indispensable para cualquier chica que aspire a un buen matrimonio.

En las mismas horas en que activistas de todo el mundo celebraban esta victoria histórica por los derechos de las mujeres, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), inició un estudio sobre la posibilidad de que la mutilación genital femenina se propague en todo el mundo a causa de la pandemia en curso. Es uno de los numerosos efectos secundarios de la covid-19: las medidas de confinamiento, el toque de queda y el cierre de las actividades económicas y de las escuelas, decretado en toda en África para detener el virus pueden ser una trampa para muchas mujeres y niñas, que serán aún más vulnerables frente a la violación de sus derechos.

Según los expertos del UNFPA, que han publicado el análisis en colaboración con la ONG Avenir Health, la universidad estadounidense Johns Hopkins y la universidad australiana Victoria, la prolongación del confinamiento podría provocar en la próxima década dos millones más de casos de mutilación genital femenina respecto a las cifras previstas, además de 13 millones de matrimonios forzosos para niñas menores de 10 años.

¿Las razones? En primer lugar, el retraso en la aplicación de los programas contra la mutilación genital femenina, que se basan en encuentros con las comunidades, la sensibilización de los jefes de las aldeas, las reuniones y el intercambio continuo de informaciones. Todo ello ha quedado en suspenso debido a los cierres causados por la covid-19 y la restricción de movimientos.

La mutilación genital femenina afecta a 200 millones de mujeres en el mundo y tiene consecuencias psicológicas y sanitarias devastadoras, según el último informe de Unicef. La mayor concentración se produce en África, donde 27 Estados siguen registrando distintos porcentajes de esta violencia de género, incluidos aquellos que la declararon ilegal mucho antes que Sudán. Estos porcentajes varían del 95% de mujeres que han sufrido la mutilación en Guinea al 76% de Burkina Faso; del 65% de Etiopía al 24% de Senegal; hasta países donde la práctica es marginal, pero aún no se ha erradicado, como Benín (9%) y Togo (3%).

“Los nuevos datos muestran el impacto catastrófico que la covid-19 podría tener pronto en las mujeres y las niñas de todo el mundo”, afirma la directora del UNFPA, Natalia Kanem. Aunque son solo cálculos: “Las proyecciones ofrecen una visión alarmante sobre el futuro de las mujeres y las niñas, a menos que se hagan urgentemente esfuerzos para garantizar su bienestar y sus derechos”.

Cuatro mujeres sudanesas caminan juntas por un barrio de la capital del país, Jartum, el pasado 5 de mayo de 2020, pocos días después de que Sudán prohibiese por ley la práctica de la mutilación genital femenina.
Cuatro mujeres sudanesas caminan juntas por un barrio de la capital del país, Jartum, el pasado 5 de mayo de 2020, pocos días después de que Sudán prohibiese por ley la práctica de la mutilación genital femenina. ASHRAF SHAZLY AFP

Es probable que las mutilaciones genitales femeninas aumenten también debido a la crisis económica y la consiguiente pobreza, que es el principal motor de los matrimonios infantiles que, en países en los que se sigue esta tradición, van precedidos del “corte” de la niña para que llegue pura a la boda. “Las familias pobres tienen más probabilidades de casar a sus hijas en tiempos de estrés económico, para aliviar la carga que supone cuidarlas”, subraya Natalia Kanem.

Judy Gitayu, coordinadora regional en África de la campaña Equality Now, ha observado que también el cierre de las colegios durante la pandemia puede ser perjudicial, y no solo desde el punto de vista educativo. “Las escuelas, en general, son lugares seguros para las niñas”, asegura, “y aquellas que no asisten a clase son más vulnerables a la violación de los derechos humanos, incluida la explotación sexual y laboral, la mutilación genital, el embarazo precoz y el matrimonio infantil. Además, las escuelas suponen un canal para denunciar violaciones o amenazas y tomar medidas; la pandemia ha bloqueado esta importante fuente de salvaguardia, lo que seguramente se traducirá en una menor protección para las niñas y una menor responsabilidad para los autores del delito”.

También hay quienes aprovechan el encierro para retomar de nuevo campañas a favor de la mutilación genital femenina, que se presenta como una tradición cultural típicamente africana que debe mantenerse para preservar su identidad étnica. Lo denuncia, en Nairobi, en Kenia, Everlyne Komba de la red EndFGM: “En las comunidades donde la mutilación genital femenina está profundamente arraigada, la niña no tiene otra opción, no puede negarse sin pagar un precio social, físico o cultural muy alto. En situaciones de emergencia como la que estamos experimentando debido al virus, esas consecuencias degeneran en intolerancia extrema o en etnoterrorismo, o incluso en sanciones sociales como la marginación dentro de la comunidad, el abuso psicológico, o la maldición, la excomunión y las amenazas de muerte”.

Tomemos el ejemplo de Kenia, considerado el país más avanzado del África subsahariana en la lucha contra la mutilación genital femenina, con un porcentaje de víctimas en constante disminución (actualmente, el 21%). El Gobierno de Uhuru Kenyatta se ha comprometido a suprimirla por completo de aquí a 2022, es decir, ocho años antes que el quinto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU. “Una meta muy ambiciosa”, comenta Komba, que ahora se enfrenta a un movimiento pequeño pero decidido que se opone a la criminalización de esta práctica.

«La pandemia ha creado las condiciones ideales para que estas personas persigan sus motivaciones perversas, aprovechando que las instituciones están completamente enfocadas en responder a la covid-19 y, por lo tanto, prestan menos atención a otros asuntos». La activista africana comunica que ha recibido noticias directas de niñas a las que mutilaron clandestinamente (en Kenia se considera un crimen desde 2001), y lo mismo cuenta la psicoterapeuta y feminista de origen somalí Leyla Hussein, que ha fundado en Reino Unido, donde vive, varias asociaciones que brindan apoyo psicológico a las víctimas de la mutilación genital: “En este período, estoy dando apoyo a través de Internet a muchas activistas de África”, explica. “Una de ellas me dijo que en su aldea mutilaron a 45 niñas en una mañana. Por supuesto, la pandemia está matando a muchas personas, pero creemos que, en el mundo, cada 11 segundos se le corta el clítoris a una niña. ¿Por qué no podemos preocuparnos también por esto? Sin embargo, el aumento de esta violencia contra las mujeres tendrá un gran impacto en comunidades enteras”.

De hecho, en toda África se alzan voces que invitan, en este período de covid-19, a no bajar la guardia en lo relativo a los derechos de las niñas. En Ghana, la actriz Yvonne Ossei, protagonista de una serie de televisión que habla precisamente de la mutilación genital femenina, no pierde ninguna ocasión de recordar públicamente a sus compatriotas que no se escuden en la pandemia para no denunciar los abusos contra las mujeres. En Kenia, en el condado septentrional de Samburu, Bernadette Loloju, del organismo gubernamental Anti-FGM, declaró a la agencia Reuters que el cierre de escuelas desde el 16 de marzo ha provocado un aumento de la mutilación genital. “Se ha detenido incluso a una madre que hizo que mutilaran a su hija de 12 años”, refiere, “y las autoridades nos pidieron a los técnicos y a los jefes de la aldea que visitáramos las comunidades rurales del condado para vigilar”.

En el sureste de Nigeria, Kenneth Ehouzou, del UNFPA, ha observado que durante el confinamiento es casi imposible vigilar a las comunidades, y que el alto riesgo de mutilación genital también se debe a la falta de apoyo social a las niñas, obligadas a recluirse en su entorno familiar. En otras palabras, si los padres deciden mutilar a su hija, ella no puede pedir ayuda a nadie.

En Tanzania, la ONG Hope reunió a expertos internacionales (todos a través de Internet) para buscar la mejor manera de lidiar con el posible aumento de las mutilaciones clandestinas debido al nuevo coronavirus: “En la región de Mara”, señalan desde Hope, “el 32% de las mujeres han sufrido la mutilación genital. Hope ha abierto dos casas refugio para niñas que huyen de esta práctica: llegan por la noche, con lo puesto, y les ofrecemos seguridad, educación y esperanza. Ahora nos preguntamos cómo equiparnos para un posible aumento de casos”.

En Nigeria, donde más de 40 millones de mujeres, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sufren la herida de una mutilación genital, durante un foro organizado en Lagos por la fundación Think Right, varias asociaciones han pedido al Gobierno federal que, durante esta pandemia, redoble sus esfuerzos contra esta forma de violencia. “Nunca quise circuncidar a mi hija de 10 años, a pesar de la presión de la familia de mi marido”, contaba la activista Foluke Olowoyo durante el foro, “pero cuando fuimos a visitarlos con ocasión de un funeral en el estado de Ekiti, al suroeste del país, los parientes cogieron a la niña y la mutilaron a la fuerza, y luego trataron de aplacar nuestra ira diciendo que el clítoris es un tabú y que una niña no circuncidada sufrirá graves consecuencias en la vida. Mi hija desarrolló una infección y poco después murió. Esta es la realidad de la mutilación genital femenina”.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/05/11/planeta_futuro/1589200091_762767.html

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Educación en casa: ¿Y si no hay computador cómo hacemos?

Reseñas/Colombia/21 Mayo 2020/semana.com

Julieth Bustamante acompaña a su hija Nicole a sus clases por medio de un celular. Las tareas le llegan por Whatsapp, pero la clase de excel le toca hacerla con regla y colores en un cuaderno.

“Sé que hay gente sufriendo mucho por el coronavirus, pero al menos por esto ya no gasto seis horas al día en Transmilenio para ir y regresar del trabajo, antes prácticamente ni veía a mi hija, llegaba de trabajar y ya estaba dormida”, cuenta Julieth Bustamante, quien desde 2014 llegó a la capital para buscar mejores oportunidades, ya que en Cimitarra no era fácil encontrar un trabajo para una persona en condición de discapacidad, ya que cuando apenas tenía 7 años perdió una pierna, “en mi pueblo me ofrecían 300 mil al mes, así no vive una familia”.

Si bien Julieth ahora pasa más tiempo con su hija Nicole Andrea, estudiante de quinto en el colegio distrital Altamira, y la pude apoyar en algunas de las tareas que le envían a casa, el poder continuar tanto sus actividades laborales, como las escolares de su hija han acarreado gastos adicionales. Aunque en su hogar, donde también vive su hermano y su compañero sentimental, no tenían computador, en la Unidad, donde Julieth debe contestar las llamadas de víctimas y asesorarlos en algunos procesos, les dieron la posibilidad de llevar a casa el de la oficina. No obstante, para seguir con sus labores le exigieron contratar un servicio de internet, “son 100 mil adicionales y ahora no recibimos auxilio de transporte”. Aún cuando su hija ha podido sacarle provecho a este nuevo servicio para enviar algunas tareas por el celular de Julieth, este nuevo gasto, sumado a que su compañero y su hermano que trabajan en el sector de la construcción no reciben ingresos desde hace más de mes y medio, los tiene, al igual que a millones de familias en todo el país, en serios aprietos económicos, ya que solo de sus ingresos debe sostener las cuatro personas en su hogar.

Por la cuarentena, cambió la cotidianidad de millones de familias, que ahora, como Julieth, deben cumplir un doble rol, el de trabajadores y de tutores, ya que en los colegios están enviando tareas a los estudiantes mediante diferentes vías. A las 7 a.m Julieth debe estar conectada en su trabajo, a esa misma hora, a su Whatsapp comienzan a llegar las tareas de las cuatro materias que Nicole tiene al día. Los profesores piden que antes de terminar el día envíen las fotografías de escritos o dibujos que se pidieron de las actividades, o videos de exposiciones, dramatizaciones y lúdicas explicando algunos temas, tareas en las que requiere apoyo y no siempre puede dárselo inmediatamente debido a su empleo.

Aunque Nicole y su familia ahora tienen internet y ella puede enviar muchas de las tareas desde el celular de su mamá, en otros hogares dar continuidad por esta vía es casi imposible, Por poner un ejemplo, al igual que Nicole, en quinto de primaria hay 665.409 estudiantes matriculados y solo el 37% tiene acceso a internet o un computador en su casa, según cifras del laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Universidad Javeriana, que además precisa que hay decenas de municipios donde ningún estudiante reportó tener computador o internet. La Pedrera, Puerto Santander y Puerto Arica (Amazonas), Pisba y Busbanzá (Boyacá), Cacahual, La Guadalupe, Morichal y Puerto Colombia (Guainía), Contadero (Nariño), Yavaraté (Vaupés), Sácama (Casanare), Río Iró (Chocó), Miraflores (Guaviare) y Norosí (Bolívar), son solo unos de ellos.

Pese a que el hogar de Julieth ya hace parte de la estadística de quienes sí tienen internet, aún existen grandes brechas tecnológicas. Por ejemplo, en la clase de informática de Nicole están aprendiendo Excel, pero en su casa no cuentan con este programa, razón por la que debe aprender en una hoja de papel con regla y colores.

Con hoja, papel y colores, Nicole aprende Excel en el colegio, ya que el computador de la oficina de su mamá solo puede ser usado durante el horario laboral. Foto: Esteban Vega – Semana.

El profesor y director de curso de Nicole, Mauricio Fonseca, reconoce que muchos de sus estudiantes no tienen forma de hacer algunos trabajos que se piden por vías tecnológicas, pero no por eso el maestro debe tomar el camino fácil y dejarlos de lado. En el caso de los estudiantes cuyas familias no tienen un celular inteligente, les deja las guías y tareas en una tienda del barrio, donde los padres deben recogerlas y dejarlas resueltas por sus hijos al día siguiente.

Para aquellos estudiantes cuyas familias tienen celular pero no conectividad, el docente les hace pequeñas recargas para que puedan enviar los vídeos y fotografías, “en estos momentos la clave es la flexibilidad, aunque los escenarios han cambiado y la calidad se afectará, como docentes debemos hacer lo posible para que los estudiantes puedan seguir con algunas actividades. Cuando volvamos a clases si debemos reforzar todos los temas, los reforzaremos”, concluye el docente.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-en-casa-como-es-estudiar-en-casa-si-no-hay-computador-o-internet/669579

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Fundación Círculo Remolino y OMEP invitan al conversatorio «El contexto del Covid-19 y las infancias en confinamiento»

América Latina y El Caribe/21-05-2020/Autor(a) y Fuente: Fundación Círculo Remolino y OMEP

[Live por instagram ]
¿Qué debemos aportar los (as) educadores ante la pandemia? ¿Qué cambios está induciendo el contexto actual en la niñez? ¿Cómo impedir que el distanciamiento afecte su socialidad? ¿Qué sería entonces la afectualidad?
¿Desde qué perspectivas se debe repensar la indefensión de la niñez? ¿Qué implica re-habitar el mundo?
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Son algunas de las preguntas que reflexionaremos este viernes.
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Fundación Círculo Remolino, en alianza con la Organización Mundial para la Educación Preescolar, latinoamérica y el caribe.
Proponemos la quinta conversación en Live, a través del instagram de nuestra fundación, bajo el contexto del Covid-19 y las infancias en confinamiento.
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Queremos invitarles a ser parte de esta conversación el día viernes 22 de mayo en los siguientes horarios:

19:00 hrs en Chile 🇨🇱 y Venezuela 🇻🇪 / Paraguay 🇵🇾
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18:00 hrs Colombia 🇨🇴 / México 🇲🇽 / Perú 🇵🇪
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20:00 hrs Argentina 🇦🇷 / Brasil 🇧🇷/ Uruguay 🇺🇾
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En esta ocasión nos acompañará Iliana Lo Priore. Doctora en Educación. Msc. en Currículo y Esp. en Desarrollo Infantil y Diversidad. Presidenta de la OMEP Venezuela 🇻🇪 , Profesora Universitaria.
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Nos vemos el viernes junto a @ilianalopriore

Fuente e Imagen: Fundación Círculo Remolino y OMEP

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María Isabel Díaz: “Tenemos una herida abierta con esos niños y niñas que no reciben una educación integral”

Entrevista

“De la cuna vamos a la luna” es un libro esperanzador por las posibilidades que muestra para el desarrollo integral de los niños, pero asimismo es dramático, por esos niños que están excluidos de esa posibilidad, los vulnerables, que viven en torno a la pobreza y con un destino incierto.

María Isabel Díaz argumenta que “en educación y especialmente en la educación parvularia, todos los aportes contribuyen a la formación integral.

Con una vasta experiencia en educación, María Isabel Díaz y Jacqueline Jorquera acaban de publicar de “De la cuna vamos a la luna” (Editorial Catalonia 2020) con ilustraciones de Susana Campillo y Marta Carrasco, donde muestran lo clave que resulta el lapso de los 0 a 3 años en la vida de una persona. Temas conversó con María Isabel Díaz Pérez, Educadora de párvulos de la Universidad de Chile y doctora en Educación de la Universidad de Granada.

María Isabel es especialista en diseño de contenidos curriculares y gestión de políticas públicas para la primera infancia. Reconocida autora de una serie de publicaciones, entre las que destacamos “Saber didáctico en la educación parvularia” (Editorial Andrés Bello, 2010), además de participar y liderar procesos de reforma educacional en el país. Fue la primera subsecretaria de Educación Parvularia en el Ministerio de Educación, entre los años 2015 y 2018.

María Isabel, ¿cómo surge “De la cuna vamos a la luna”?
“Este libro tiene una historia larga y diría que apasionante, porque la idea surge cuando éramos estudiantes de pedagogía en la Universidad de Chile y realizábamos nuestras prácticas en distintos centros educativos. Nos propusimos crear unas bitácoras diarias para registrar las experiencias pedagógicas y luego hacíamos reuniones para analizar cada una de esas notas pedagógicas. Fueron cientos de registros muy rigurosos, en distintos centros educativos públicos y privados, lo que finalmente derivó a la producción de un primer libro orientado a las familias y también educadores. Uno de los grandes desafíos es lograr que sea comunicable y cercano sin perder rigor pedagógico”.

¿Es parte también de su experiencia del trabajo con niños?
“Claro, recoge la experiencia como educadora en aula en distintos contextos y etapas en este país. Por eso este libro tiene un valor adicional, porque surge de las experiencias directas con párvulos, por supuesto también han contribuido a enriquecer y actualizar el trabajo los hijos y ahora las nietas. Nosotros hemos incorporado la práctica de observar los comportamientos de los niños, las interacciones que por ejemplo hoy tienen con los distintos aparatos tecnológicos, los nuevos intereses y sus habilidades. Por otra parte, en la actualización de este libro, también se integra mi experiencia como experta en el reciente diseño de las Bases Curriculares para la educación parvularia y también en el rol que me correspondió cumplir como la primera subsecretaria de este nivel educativo en el ministerio de educación”.

LAS POTENCIALIDADES DEL CEREBRO
¿Por qué resultan tan importantes los tres primeros años de la vida de un niño?
“Los primeros 1000 días son una etapa clave, porque ese periodo el cerebro presenta una gran plasticidad para incorporar estímulos y realizar las conexiones o cableados neuronales, como lo evidencian los hallazgos de las neurociencias. Debemos tomar conciencia que en esa etapa el cerebro crece un 80% y es el momento donde se establecen las bases para el aprendizaje”.

Si no se potencian las capacidades en estos tres años, ¿se puede hacer después?
“Cuando falta la estimulación adecuada, cariño, cuidado y ambientes protectores en los primeros tres años, el proceso de aprendizaje es más complejo y lento. Se requieren esfuerzos adicionales que deben ser bien articulados y muy bien orientados para lograr, por ejemplo, desarrollar las diferentes habilidades del lenguaje. Insisto que no se trata que sea insalvable, lo que sucede es que la plasticidad cerebral empieza a declinar después de los tres años y por tanto no debemos perder tiempo, especialmente con los niños más vulnerables. Se cuenta con muchos estudios que demuestran las diferencias entre los niños que recibieron una educación inicial de calidad de los que no tuvieron buenas oportunidades”.

¿Qué investigaciones recientes sobre las capacidades y funcionamiento del cerebro se han podido conocer?
“Cada día como lo afirman destacados investigadores en el campo de las neurociencias, surgen nuevos hallazgos que van reafirmando y descubriendo las posibilidades del cerebro. Es fascinante lo que se va revelando y lo más valioso es que se puede observar a través de las imágenes en distintas dimensiones. Se ha descubierto la rapidez con que crece el cerebro, la influencia que tienen los ambientes enriquecidos en las conexiones neuronales, por otro lado, hay otros hallazgos acerca de los efectos del estrés en el aprendizaje, la memoria y los riesgos a futuro en los distintos ámbitos cognitivos y emocionales. Esto último forma parte importante de los fundamentos que se utilizan para debatir sobre como sostener y mejorar las iniciativas de políticas públicas para la infancia”.

María Isabel, ¿a qué denominan ventana de oportunidades?
“Las ventanas de oportunidades se utilizan mucho en la ciencia y por cierto se ha integrado en la educación. Es una metáfora que busca ilustrar que hay momentos claves donde el cerebro tiene mayor disposición o apertura a recibir las influencias del medio, las que se consolidarán y perfeccionarán en las etapas posteriores”.

¿Qué áreas pretende potenciar esta investigación/publicación?
“El libro busca reforzar que todos los niños y niñas poseen una gran capacidad de aprendizaje y que es necesario incorporar en la vida cotidiana distintas experiencias para potenciar sus aprendizajes en áreas clave que se vinculan entre sí: el área socioemocional, el área de la motricidad y el área cognitiva y lenguaje”.

¿Cuáles se pueden desarrollar en la casa?
“Con la finalidad de apoyar el proceso de aprendizaje y desarrollo en la etapa de 0 a 3 años, en el libro ponemos a disposición un probado repertorio de juegos y experiencias que rescaten la riqueza afectiva y educativa de las interacciones diarias. Se describen en un lenguaje sencillo, concreto y directo para facilitar su comprensión y complementación, utilizando materiales, objetos y juguetes que forman de la vida cotidiana. Todas esas actividades se pueden desarrollar en la casa, no se requiere nada sofisticado, solo dedicación, tiempo y muchas ganas de jugar”.

¿De qué manera se integra en el desarrollo infantil el aporte de diversas instancias, como la de los educadores, los padres, etcétera?
“En educación y especialmente en la educación parvularia, todos los aportes contribuyen a la formación integral. El rol y compromiso de los educadores es que deben resguardar que los aportes sean consistentes, bien orientados y pertinentes. Tenemos la responsabilidad de ser muy prudentes frente a aquellos entusiasmos o practicas artificiales que se alejan de los sentidos de la educación y que más bien pueden afectar los equilibrios internos de los niños. Un claro ejemplo es obligar a los niños a leer antes de los 5 años”.

NIÑOS POSTERGADOS
El desarrollo humano es clave para reducir las desigualdades de Chile, pero ¿qué pasa con los niños y jóvenes rezagados de la sociedad chilena que no tienen la posibilidad de ser estimulados en estos tres primeros años de vida?

“Es una deuda que tenemos en Chile, que ciertamente se refleja en las demandas que se expresaron en el estallido social. Tenemos que lograr fortalecer todas aquellas políticas públicas que nos permitan detener la falta de oportunidades en esas etapas clave. En las últimas décadas se han logrado importantes avances, desde la creación de nuevos jardines infantiles con altos estándares, la instalación de la carrera docente para las educadoras de párvulos, un nuevo currículum para guiar el proceso de aprendizaje por mencionar algunas, pero falta continuar fortaleciendo un trabajo más integral”.

¿Considera que el caso de estos niños postergados es una herida latente de la sociedad chilena, que a la larga cuesta muy caro?
“Absolutamente, tenemos una herida abierta con esos niños y niñas que no reciben una atención integral. El Estado de Chile asumió el compromiso público de asegurar a todos los niños y niñas los derechos y principios que se consagran en la Convención de los Derechos del niño. Debemos lograr que se cumplan las garantías de acceso a todas las prestaciones universales. Muchas veces estos planteamientos quedan en las narrativas, pero las acciones políticas quedan a mitad de camino y cuando se llega tarde, no solo se pierden oportunidades de desarrollo, sino que se arriesgan daños permanentes en lo personal y todas aquellas competencias para el desempeño social. Quienes trabajamos en estas disciplinas, sabemos que en la primera infancia hay grandes oportunidades, pero también riesgos para el desarrollo humano sino contamos con sólidas políticas integrales”.

Mario Rodríguez Órdenes

Fuente de la Información: https://diarioelcentro.cl/maria-isabel-diaz-tenemos-una-herida-abierta-con-esos-ninos-y-ninas-que-no-reciben-una-educacion-integral/

 

 

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Webinar de CLADE. La comercialización y el lucro en y desde la educación: Perspectivas globales y regionales de América Latina y el Caribe

Por: CLADE.

 

Durante panel virtual organizado por la CLADE, especialistas analizaron los procesos y tendencias hacia la privatización y el lucro en la educación de la región

Chile, Haití y Paraguay son los tres países de América Latina y el Caribe que poseen legislaciones claramente inductoras a la generación del lucro y a la privatización en y desde la educación. A su vez, Argentina, Brasil, Colombia, Honduras, México y Perú poseen legislaciones permisivas al lucro en la educación. Estos son algunos de los hallazgos preliminares del estudio “Lucro y educación en los marcos legales de América Latina y el Caribe”, que la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) está realizando.

Algunas de las conclusiones de la investigación fueron presentadas por Teise Garcia, del Grupo de Estudios e Investigaciones en Política Educativa (GREPPE) de Brasil, durante el panel virtual “La comercialización y el lucro en y desde la educación: Perspectivas globales y regionales de América Latina y el Caribe”. El debate se realizó en el marco del CIES 2020, el 15 de abril.

“En ninguno de los países [entre los Estados de la región que son analizados en el estudio] encontramos una prohibición completa, que impida el incentivo público al lucro en la educación de manera categórica. Solamente Argentina merece un destaque, pues prohíbe acuerdos bilaterales y multilaterales relacionados a la obtención de lucro”, afirmó Teise García.

Al lado de la investigadora, participaron en el panel: David Archer, de ActionAid International; y Cecilia Gómez, de la Coalición Colombiana por el Derecho a la Educación (CCDE). Camilla Croso, coordinadora general de la CLADE, y Toni Verger, de la Universidad Autónoma de Barcelona, se hicieron cargo, respectivamente, del debate y de la moderación.

Organizado por la CLADE, el panel tuvo el objetivo de impulsar reflexiones y diálogos sobre los procesos de privatización y lucro en la educación de la región, así como sus impactos negativos en la realización de la educación como un derecho humano de todas las personas.

Mira la grabación del diálogo:

 


Falta de financiamiento y generación de la pobreza

Para David Archer, de ActionAid, la ascensión de la comercialización y del lucro en la educación se debe fundamentalmente a la falta de financiamiento público para este derecho, problema en que desde su perspectiva educadoras/es, activistas y gestoras/es deberían se enfocar.

“La cobertura educativa pública insuficiente, combinada con un déficit estructural y creciente en el financiamiento de la educación pública, ha abierto camino para el surgimiento y la consolidación de un mercado de educación privada con fines de lucro, que se presenta cada vez más como norma en la región”, afirmó.

Añadió que la falta de financiamiento adecuado para el derecho a la educación se debe, en gran parte de los casos, a la deuda externa de los países y a la ausencia de justicia tributaria. “Hay una nueva crisis de la deuda externa. En este momento, hay 60 países que destinan más de 12% de su Producto Interno Bruto (PIB) al pago de la deuda externa. Eso significa que el pago de la deuda es más grande que el financiamiento de la educación y la salud, lo que representa un absurdo en este contexto de la crisis del COVID-19 que enfrentamos”, señaló.

Según Cecilia Gómez, la falta de financiación de derechos por los Estados y, consecuentemente, la privatización de los servicios públicos generan pobreza. “Considero que este modelo neoliberal que en nuestros países se traduce en privatización – del agua, de la energía, de la educación, etc. – lo que genera es un incremento impresionante de la pobreza, un empobrecimiento de la gente que ya era pobre y se ha convertido en casi miserable”.

 

Fuente de la reseña: https://redclade.org/noticias/cies-2020-ninguno-de-los-paises-latinoamericanos-y-caribenos-prohibe-categoricamente-el-incentivo-publico-al-lucro-en-la-educacion/

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