La educación de una ciudadanía transformada y trasformadora necesita un entramado de actuaciones educativas que desbordan la tradicional labor de las escuelas. Las instituciones de enseñanza deben seguir teniendo un papel relevante en la definición de ese ‘bien común global’ que es la educación. Sin embargo, es la confluencia ordenada de actuaciones, estructuras, agentes y escenarios (centros escolares, familias, casas de la juventud, clubs deportivos, centros culturales, laborales…) la que hace posible el pleno desarrollo de este derecho universal.
Una escuela comprometida con su función educadora debe asegurar el aprendizaje científico, moral, ético y crítico, de manera conectada con otro tipo de conocimiento más ‘situado’, más funcional… Y, al mismo tiempo, tomar conciencia de la existencia de otros escenarios con condiciones favorables para un aprendizaje más experiencial. Nuestra preocupación, por tanto, no debe ser convertir los establecimientos escolares en institucionales ‘totales’, sino contribuir a configurar un entramado de escenarios que definan una nueva ‘ecología del aprendizaje’.
La capacidad de buscar y crear las condiciones para seguir aprendiendo en situaciones y contextos diversos, es tanto o más importante que disponer de un amplio bagaje de contenidos. Resultaría contradictorio abordar la formación de una nueva ciudadanía desde uno solo de estos escenarios (la escuela), sin tomar en consideración la trayectoria formativa de conjunto por la que cada ciudadano transita en su proceso de aprendizaje y desarrollo personal. “… Cada vez es más evidente que algunos aprendizajes importantes para sacar adelante nuestros proyectos de vida personales y profesionales, valorados socialmente, los desarrollamos en contextos ajenos a las instituciones de educación formal reglada” (Coll, 2013: 32).
Reflexionar sobre la formación de esta nueva ciudadanía obliga a pensar en la definición y organización de una nueva ‘ecología del aprendizaje’, una red de escenarios, en la que ninguno de los nodos sea completamente insustituible (y el resto subsidiarios). Lo insustituible es la interacción. De hecho, otros contextos de aprendizaje, otros escenarios formativos, hasta ahora relegados a un papel secundario, comienzan a adquirir el necesario protagonismo.
La escuela continuará siendo uno de los nodos relevantes, asumiendo y comprometiéndose con las funciones de protección y garantía del derecho al desarrollo pleno de los más jóvenes; pero no puede ni debe asumir el rol de institución hegemónica a la que el resto le debe pleitesía. Las instituciones educativas seguirán reclamando la participación y la colaboración de las familias y del resto de agentes sociales; en la misma medida, que estos agentes sociales demandarán la presencia y colaboración comprometida de los profesionales y recursos propios de las instituciones de enseñanza.
Estas nuevas relaciones necesitan estructuras de coordinación y herramientas de comunicación y gestión. La potenciación de los consejos municipales de localidad, de barrio, de distrito puede ser la vía adecuada. Una decisión que exige potenciar la labor y capacidad de decisión de los consejos escolares de centro, actualmente tan mermadas. Estas estructuras de coordinación, gestión y de toma de decisiones pueden sustentar la red de escenarios, proveedores de experiencias diferentes, complementarias… de aprendizaje y de apropiación colectiva del conocimiento.
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La nueva red de aprendizaje facilitaría, además, el despliegue de prácticas socio-educativas valiosas. Por ejemplo, la disolución de jerarquías entre el conocimiento/experiencia ‘amateur’ y ‘experto’, gracias al tipo de relaciones que establece y a la necesidad de convencer para llegar a acuerdos, donde los análisis y propuestas deben ser convincentes, independientemente de la ‘posición social’ del interlocutor. También, la vivencia de una sugestiva ‘cultura de colaboración’. La red en su desarrollo reclama algo más que el despliegue de las habituales actuaciones de coordinación.
Frente al discurso más individualista y neoliberal que conforma nuestros lenguajes, actitudes y prácticas de enseñanza, la red fomenta otro tipo de referencias que por fortuna se están abriendo camino y consiguiendo un cierto espacio social, cultural y curricular. Experiencias basadas en principios culturales y pedagógicos alternativos como… Ciudades educadoras, Aprendizaje y servicio, Banco común de conocimientos, Wikipedia, blogs y redes sociales, etc., están sirviendo de adelantados en la configuración de esta nueva realidad.
El desarrollo de este entramado, sin embargo, va a ser esquivo y bastante contradictorio. Los entornos de relación necesitan hitos, prácticas, actividades y vivencias colectivas satisfactorias que señalen el camino, que orienten y apoyen la construcción de comunidades educativas, de tramas, redes… con intereses y aspiraciones comunes. Es preciso que los logros educativos alcanzados, con esta otra conformación, superen con creces lo conseguido con los aprendizajes escolares tradicionales. Algo bastante confuso e interesadamente controvertido.
Instaurar una nueva red de escenarios de aprendizaje tampoco se consigue con la sola promulgación de una ley educativa, aunque podría facilitarlo y mucho; se conquista con la construcción de ese sustrato cultural de hitos, narrativas, vivencias… al que nos hemos referido y que necesariamente acompaña a cualquier cambio real. De ahí la relevancia de las vivencias compartidas, las experiencias culturales y de aprendizaje y los sentimientos que surgen en el despliegue de rutinas sociales, complejas y hasta ahora poco frecuentes, como las prácticas ciudadanas de reflexión, comunicación y de acción colectiva o el desarrollo de acciones solidarias de profundización y expansión de los derechos sociales…“¡Cuánta cultura y cuánto aprendizaje hay detrás de la lucha de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH)!” (Carbonell, 2016).
A partir de aquí ya podemos trazar un norte: la creación de redes de escenarios de aprendizaje en entornos de relación horizontal, que generen nuevos códigos de interpretación de la realidad. También se va perfilando un camino: la definición en la práctica de una nueva ‘ecología del aprendizaje’. Y todo ello, siguiendo un método de trabajo: el análisis crítico y colectivamente dialogado de la realidad cotidiana con el fin de contribuir a su transformación.
Una precaución final
La necesaria construcción de esta nueva ecología en contextos próximos a los educandos, puede hacernos caer en un desarrollo comunitario ‘localista’, concebido como la alternativa a la injusta realidad educativa y a la ‘incertidumbre’ de nuestra sociedad. Es fácil precipitarse en esa especie de insularidad o modelo de comunidad educativa específica y distinta de cada lugar. El modelo ecológico requiere, a su vez, un diálogo intercomunitario y global. Necesita incorporar elementos culturales comunes que no lleven a la automarginación y al fundamentalismo irracional.
Tenían las manos atadas… y sin embargo sus dedos danzaban, volaban, dibujaban palabras (Eduardo Galeano).
“¡Disculpe! ¿Por qué en los equipos de gente que diseña los coles no hay niños y niñas, si somos nosotros los que vamos a pasar aquí más tiempo?” —preguntaba un poco soliviantada Paola, alumna de 6º B, a una profesional que les visitaba.
“¿Por qué no empezamos por cambios pequeños y rápidos para que, los que estamos en 6º, podamos ver hechas nuestras propuestas, antes de marcharnos al insti?” —manifestaba Lidia.
En el ‘post’ anterior describimos una experiencia colectiva de aprendizaje de toda una localidad… protagonizada por más de 250 alumnos y alumnas de entre 5 a 11 años, del Colegio Público de Educación Infantil y Primaria ‘Atalaya’ de Atarfe, en Granada. Nos ocupamos de un proyecto de colaboración de 9 docentes, con más de 500 madres, padres, abuelas o abuelos y con otros agentes socioeducativos de la localidad.
Esta labor de aprendizaje y sensibilización consiguió dar sentido a las actuaciones de cuidado y de normalización de la diversidad funcional en el colegio y en la localidad. Una iniciativa pedagógica que, recordaremos, adoptó el nombre de CapaCiTados y con el que, el Colegio ‘Atalaya’ consiguió el premio ‘Acción Magistral, 2016’.
Esther Diánez (profesora y tutora de 4º B) y José Alberto Martín (profesor especialista en el desarrollo de las competencias digitales en el alumnado) fueron los coordinadores. En la actualidad siguen liderando el impulso de nuevos proyectos pedagógicos en el Colegio ‘Atalaya’.
En esta segunda entrega, nos ocupamos de mostrar las concepciones pedagógicas de base, las claves profesionales de la práctica docente de Esther y José Alberto. Se trata de sacar a la luz pública, de compartir y someter a escrutinio y diálogo, las razones que han otorgado sentido a su diaria tarea de enseñanza.
“Al darle la voz a los alumnos y a las alumnas en la gestión de los proyectos conseguimos que nuestros retos ‘se vengan arriba’ y que nuestras pretensiones iniciales se disparen hacia metas más altas, en relación con la mejora social. Favorecemos que las tareas se hagan con mayor motivación, implicación y creatividad y, sin duda, alcanzando un mayor y mejor desarrollo competencial ¿No es eso, en definitiva, de lo que trata la escuela?” — afirman Esther y José Alberto.
Ambos docentes consideran necesario que los estudiantes dispongan de referencias valiosas que motiven e inspiren su tarea de aprendizaje. Cuando no las encuentran cerca, las buscan en la aldea global.
Un ejemplo lo encontramos en otro de los proyectos pedagógicos, desplegado a lo largo del curso 2014/15, `Un espejo en que mirarte´. Coordinado, en este caso, por Esther y que contó con la colaboración de José Manuel Escobero, por entonces profesor del Colegio ‘Atalaya’.
68 científicas, incluida una Premio Nobel, redactaron una carta de motivación, poniéndole rostro al significado de una verdadera innovación: despertar en el alumnado las ganas de crear, investigar, soñar con metas grandes, gracias a la lectura de las cartas y al diálogo presencial con algunas de estas mujeres de referencia.
Esther, se rebela frente a la tradicional adscripción de intereses y aspiraciones por razones de género y frente la distancia, demasiado habitual, de las niñas hacia las profesiones más científicas. Por eso, asumió que un proyecto de aprendizaje debía acercar, de manera personal, a cada estudiante con las reflexiones y vivencias de una profesional investigadora, para despertar la motivación e interés por el estudio de las ciencias, especialmente en el caso de las chicas, promoviendo el análisis crítico de una asunción pasiva de determinados roles asociados tradicionalmente a su género.
El proyecto se nutrió de las aportaciones de científicas de un total de 12 países. Incorporó, además, una propuesta didáctica sustentada en la lectura de las cartas y ajustada a los posibles intereses de distintos niveles educativos.
Entre otros objetivos, había que suscitar la reflexión individual y colectiva, en profundidad, sobre las experiencias y aspiraciones que mostraban las cartas y las presentes en el entorno de cada grupo, en el lenguaje y en las relaciones cotidianas de los alumnos y las alumnas.
La invitación:
“Querida ___________:
Te escribimos desde el Colegio ‘Atalaya ‘de Atarfe, en Granada. Somos un grupo de maestros y maestras que no nos resignamos a asomarnos a las cifras de fracaso escolar, de desmotivación, de abandono. Queremos torcer el brazo a ese conformismo que nos puede costar el futuro de este país y queremos hacerlo con más implicación, más compromiso, más trabajo y, —aquí necesitamos tu ayuda— más ciencia (…)
Te proponemos participar en nuestro proyecto “Un espejo en que mirarte”, enviándoles un texto breve a nuestras alumnos y alumnas, invitándolas, retándolas a abrazar la ciencia, abriéndoles las puertas a lo mejor que han dado hombres y mujeres en miles de años de desarrollo, de investigación científica (…)
Atentamente, Esther Diánez Muñoz. Coordinadora del Plan de Igualdad” (extracto de la carta invitación a participar en el proyecto)
“Qué pena que no te conozca porque me gustaría decirte esto mirándote a los ojos.
Me llamo Luz. Si cuando tenía tu edad me hubieran dicho que acabaría siendo investigadora, me lo hubiera tomado como una broma de mal gusto. Me habría dolido porque hubiera pensado que estaban jugando con mis esperanzas y con cosas que parecen imposibles. Me habría enfadado, no se me daban bien los estudios y además lo último que me apetecía por las mañanas era enfrentarme al colegio otra vez.
Quizás no me creas lo que voy a decir, y no hace falta que me creas, yo tampoco me lo habría creído, pero al menos recuérdalo.
Si alguien te dice que tú no puedes, se equivoca. A mí también me lo dijeron. En serio. No está escrito quién puede y quién no puede. Por muy importante que parezca la persona que te lo dice, no lo sabe. Nadie sabe eso.
Si alguien te da un consejo, piensa si esa persona es como tú quieres ser o no, antes de seguirlo. Piensa si ese consejo es válido para lo que tú quieres ser.
Si te gusta algo, sigue con ello adelante. Nadie tiene la clave y nadie sabe lo que va a pasar (…). Tú sigue adelante. A un compañero mío del cole lo castigaban por cantar en clase y ahora está componiendo música de bandas sonoras, a otro también lo castigaban por mal comportamiento y ahora es guionista de cine. A mí me suspendían por faltas de ortografía y acabo de desarrollar un juego que hace que los niños y niñas mejoren su escritura (…). En serio. La ciencia no sólo trata de teorías grandes para dar explicación a las cosas grandes que pasan en el mundo. La ciencia también trata de ayudar a personas y puede impactar día a día. La manera de descubrir las cosas no está marcada por nadie, tú puedes descubrir lo que tú quieras (…). No hace falta que tengas claro tu sueño. Solo haz y trabaja por lo que te haga feliz, por lo que consideres justo y eso te llevará a tu pasión. Busca lo que realmente te gusta y piensa que, si quieres, puedes ser muy buena en ello. Porque puedes llegar a ser lo que quieras ser. Con determinación y esperanza, Luz Rello. Investigadora Predoctoral. Premio a la Mejor Investigadora Europea Joven 2013. Departamento de Tecnologías de la Información y Comunicación. Universitat Pompeu Fabra.”
El resto de las respuestas y la propuesta didáctica se encuentran para consulta en el documento ‘on-line’ del proyecto.
Por lo que hemos podido comprobar, plantearse retos sociales en la clase de 4ºB es algo indispensable. Siempre están ideando propuestas, analizando realidades y dialogando en busca de soluciones. En este trimestre —comenta Esther— nos traen de cabeza los proyectos de centro “Cree en ti” y “Crea tu cole”. El alumnado está transformando el centro, partiendo de sus ideas y propuestas.
“El reto principal del proyecto ‘Crea tu cole’, como en el resto de proyectos, es la inclusión. Los niños son los que van a realizar un diseño del centro con espacios para la creación, el aprendizaje, las relaciones sociales … “Los alumnos y las alumnas sueñan con poder pintar y aprender a pintar como grandes artistas, con crear espacios para cantar o diseñar ropa, con quitar las mesas y trabajar en un puf… son muy bonitos y hay que escucharlos porque la escuela es suya. Estamos volviéndonos locos para hacer realidad esos sueños”- afirma Esther Diánez, en una reciente entrevista.
Hace una semana les visitaba una diseñadora de interiores y una especialista en neuroarquitectura. Era verdaderamente sorprendente observar a los estudiantes opinando sobre los espacios:
“¡Disculpe! ¿Por qué en los equipos de gente que diseña los coles no hay niños y niñas…”
“Una batería de inquietudes asalta a los estudiantes cada vez que alguien les visita y posibilita abrir las mentes a nuevas ideas y propuestas. Periodistas, científicos (y sobre todo científicas), diseñadoras de trenes, fisioterapeutas, arqueólogos, astrónomos, y una lista interminable de profesionales han pasado por la clase; han generado nuevas inquietudes y mejores expectativas. Así que, aquí seguiremos… soñando y creando juntos el colegio Atalaya con la creencia firme de que la escuela es el verdadero motor de transformación social” (Esther Diánez y José Alberto).
En la Universidad de Granada. Esther Diánez y José Alberto Martín
En diálogo con estos docentes y después de estudiar y analizar sus proyectos, hemos podido constatar que su preocupación no es la de preparar a las nuevas generaciones para el futuro, sino para el presente. Acometer problemas cotidianos es una magnífica oportunidad para aprender a aprender y sentirse con el poder de enfrentarse a otros muchos que se les irán presentando a lo largo de toda su vida. El secreto está en centrar el esfuerzo en lo que les interesa, lo que les rodea y unirlo a lo que, con su esfuerzo, pueden aportar, en ese momento, no en el futuro, a la sociedad. Éste es el sentido de su trabajo.
“Es importante que nuestros peques aprendan a gestionar su propio aprendizaje y sean conscientes de sus componentes, en muchas ocasiones, invisibles para ellos: ¿Qué queremos aprender?¿Cómo se elabora y se planifica un proyecto?¿Cómo se evalúa? ¿Qué tipo de tareas hay que incluir? ¿Qué recursos vamos a necesitar? ¿Cuál será la distribución de los tiempos? ¿Qué competencias vamos a desarrollar? ¿Cómo vamos a difundirlo?… y un largo etcétera que parece custodiar el profe, a buen recaudo, en su programación, y que, en raras ocasiones, se pone sobre la mesa para que nuestro alumnado tome las riendas de lo que va a aprender y de cómo aprenderlo. En nuestra clase esa parte es vital para el trabajo.”
Son siete, ya, los años que lleva trabajando por proyectos el alumnado del grupo de 4º B: “desde los 3 años”, como afirman ellos mismos. Tienen interiorizado el lenguaje propio de la gestión de proyectos de aprendizaje. Tanto es así que, en el curso 2016-17, les surgió la idea de elaborar su propio tutorial de ABP (aprendizaje basado en proyectos), para ayudar al profesorado que se inicia en esta concepción de la enseñanza y del aprendizaje. Lo consiguieron y con un formato fresco y divertido, sin más pretensiones que apropiarse de conocimiento y disfrutar haciendo algo, que se les da muy bien, comunicar lo que saben.
Tutorial sobre aprendizaje por proyectos. Esther Diánez y José Alberto Martín
En este tutorial participó también alumnado de 6º B, que siempre aporta un estilo desenfadado y cercano en todas sus exposiciones. Tener su propio canal de YouTube les ayuda mucho a comunicar con éxito.
“Planificar y gestionar sus propias metas ayuda a desarrollar las funciones ejecutivas, a fijar una ruta propia, a corregirse cuando hierran, a disfrutar cuando han dado con la solución a la primera o a perseverar cuando el objetivo es ambicioso, a gestionar el carrusel de emociones que van aflorando hasta llegar a la meta. Una meta donde la satisfacción nos espera impaciente. Todos esos elementos son clave en el día a día de un aula o, al menos, lo son en las nuestras” (afirman Esther y José Alberto).
“Cuando el alumnado participa activamente en su aprendizaje se produce la magia. Una magia que, en contrapartida, nos lleva a poner sobre la mesa más recursos, más energía, más y mejor de nosotros mismos porque, ¿sabéis qué? ellos y ellas no se conforman con metas pequeñas, con objetivos que son fáciles de alcanzar. Mis pequeños monstruitos siempre están cargados de ideas y metas que superan cualquier expectativa que previamente pudiéramos tener. Y la verdad es que, pensándolo bien, es lo normal, porque a esas edades su creatividad es desbordante y su ingenio no tiene límites”.
Esta visión del aprendizaje ha llevado a Esther y José Alberto a desarrollar proyectos que han sido toda una aventura y verdaderos retos que, como insisten, han superado siempre juntos. “Y ese ‘juntos’ engloba cada vez a más gente, a más agentes, que tienen mucho que aportar. Por eso no sorprende ver en el aula a familiares que vienen a contribuir, expertos que vienen a asesorar, profes de otros coles para compartir experiencia, etc.”
En octubre de 2016, el Colegio Atalaya consiguió el título de representantes nacionales del programa de Naciones Unidas ‘Water Explorer (Exploradores de agua)’. Una iniciativa educativa… “dirigida a niños y niñas de 8 a 14 años que, como estudiantes, emprenden diversas misiones para rescatar y preservar las reservas de agua de nuestro maravilloso mundo” (Acerca de Water Explorer.RED GAP).
Este logro les permitió continuar avanzando en los objetivos que se habían planteado como centro, hace ya tres años, en su iniciativa ‘Proyectando Futuro’ y concretar la tarea de participar, con el alumnado, en proyectos internacionales.
“Nuestro objetivo primordial de centro se asienta en la necesidad de enriquecer el entorno de nuestro alumnado, ya que, si la educación no lo remedia, éste se encuentra más cerca del abandono y el fracaso escolar y social, que del éxito y la excelencia” (Cecilio Martín, Director del Colegio ‘Atalaya’, en: Innovación STEM con conciencia y en comunidad: CEIP Atalaya).
Desde la organización de ‘Water Explorer’ establecieron que, al encuentro internacional de Londres, sólo podían asistir dos alumnos y un profesor. “¿Dos alumnos y un profe? Esos pobres organizadores no podían imaginar que, después de horas de negociaciones y más de 40 emails, se presentaría en Londres una delegación de Atarfeños (más conocida como la tribu de Atarfe) formada por 56 personas entre alumnos, profes, padres y madres.” (Atarfeños por el mundo. Esther Diánez)
Las comunidades activas que trabajan juntas…¡¡¡son imparables!!! afirman Esther y José Alberto.
(*) Agradecemos a Esther Diánez Muñoz y José Alberto Martín Sánchez su colaboración, sus explicaciones y la información, documentación y material facilitados para la confección de este ‘post’. Quisiéramos hacer mención, agradecer y reconocer la labor del profesorado, de la comunidad educativa del Colegio ‘Atalaya’ y del resto de agentes sociales de Atarfe por su magnífica contribución a la dignificación de la tarea educativa.
Damos, las gracias a la profesora @LuzBeloso por cedernos la ilustración utilizada como imagen inicial de este ‘post’.
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
¡Ayúdanos a mantener abiertas las puertas de esta aula!