Por: Elena Sánchez.
Hubo una época, cuando me encontraba en pleno desarrollo de mi trabajo docente, que era casi un dogma lo que se llamaba «educar para la libertad». Muchos artículos y libros hablaban del tema y de cómo conseguir que los niños fueran creciendo para que, ya mayores, fueran pacíficos ciudadanos, hacedores del bien común, autónomos en sus opiniones, responsables de sus actos y sin ingerencias de elementos foráneos en su recto entender y hacer. Todo muy válido y aplaudido por cualquier persona de bien. Pero, como suele ocurrir, la triste realidad de lo que hemos vivido en Cataluña muestra bien a las claras que aquel noble propósito ha derivado en violencia, degradación social y manipulación de la infancia.
Es el final de un largo proceso que comenzó bien pronto una vez alcanzada la democracia en nuestra Patria (ya se que no es un término correcto para hablar de España pero !allá ellos!).
Para entender cómo se ha podido llegar a esta aberración, consistente en la manipulación más soez de las conciencias, hay que partir de una premisa y sus consecuencias históricas. A partir del año 1975 y recuperadas las libertades de las que, efectivamente, estábamos privados durante años, fue un afán de los diversos Partidos Políticos el diseñar un Sistema Educativo que respondiera a los principios partidistas de cada uno. Así aparecen las siguientes leyes educativas: 1980: LOECE; 1985: LODE; 1990: LOGSE; 2002: LOCE; 2006: LOE; 2013: LOMCE… Puede que me quede alguna en el fondo de la memoria pero con las reseñadas bastan para explicar el desbarajuste educativo que nos ha tocado vivir.
Fuente: http://www.lagacetadesalamanca.es/opinion/2017/10/06/pobres-ninos/218462.html
Imagen: https://us.123rf.com/450wm/zurijeta/zurijeta1109/zurijeta110900393/10680508-ni-os-hambrientos-en-campamento-de-refugiados-distribuci-n-de-alimentos-humanitaria.jpg?ver=6