Por: Sonia Fernández Quincoces
Presentamos un listado de publicaciones que conmueven y sumergen en otros mundos.
El final de año tiene mucho de hacer balance. Echar la vista atrás puede ser un ejercicio difícil. Con un pie dentro y el otro ya casi fuera, nos esforzamos en desterrar los malos momentos y tratamos de dejar que afloren aquellos otros que nos emocionaron. Tal fue el caso de la traducción del relato de Ngugi wa Thiong´o por el, siempre original y lleno de ideas, colectivo Jalada a más de 30 lenguas africanas (también el castellano) o la participación de Alain Mabanckou en el Collège de France.
Y, a falta de traernos el Nobel de Literatura a casa (próxima campaña ya preparada: #NgugiwaThiongoNobel2017), tuvimos la nominación para “The Man Booker International Prize 2016” de Fiston Mwanza Mujilla y José Eduardo Agualusa (con su Teoría general del olvido, publicado en Argentina), y las del egipcio Mohamed Rabie y el marroquí Tareq Bakari para el IPAF. Sin olvidar una finalización de año vertiginosa con la aparición de nuevas editoriales (como Baphala, que acaba de publicar El peluquero de Harare de Tendai Huchu), la noticia del aumento de Clubs de lecturas africanas, la concesión del Gouncourt a Leila Slimani por Chanson Douce, que la editorial Cabaret Voltaire ha anunciado traducirá para febrero de 2017, o el premio Cinq continents de la Francophonie a la tunecina Fawzia Zouari
Con rapidez acuden a nuestra mente algunos títulos que nos deslumbraron, tras ellos otros bien escritos pero que, por una u otra razón, no nos llegaron a enganchar, o los que nos desilusionaron después de haber depositado en ellos todas nuestras ilusiones… y nos ponemos a confeccionar “la lista” que todo final de año que se precie tiene que lucir. Sin embargo, las listas suelen englobar una gran cantidad de imprecisiones. Finaliza un nuevo año, se nos va el 2016, y seguimos cuestionándonos lo mismo en relación a la literatura que nos llega del continente africano, ¿podemos hablar de los mejores libros africanos de 2016?. La respuesta, para todos los que consideramos que hablar de literatura africana es hablar en términos de generalización, cosificación y reducción de lo múltiple y diverso, es no.
Esta es una lista más, tan incompleta y parcial como muchas otras que aparecen estos días. Sin embargo, no lista los “mejores 10 libros africanos de 2016”, pecaríamos de un exceso de soberbia. Resalta los 10 mejores libros (traducidos de manera inédita o reeditados este año pero muchos de ellos escritos con anterioridad a 2016) a los que hemos podido tener acceso (fuera queda un inmenso mar lleno de lecturas inalcanzables), y a través de los cuales diferentes escritores, originarios de otras tantas culturas y diversos países africanos nos han conmovido, nos han interpelado, nos han hecho profundizar en nuestros conocimientos, nos han abierto puertas, nos han brindado la oportunidad de tratar de entender (lo primero a nosotros mismos) y nos han sumergido en otros mundos, cada cual en el suyo propio.
Sabemos que otras listas no son solo posibles sino también necesarias y completan a la actual (las de expresión inglesa de Africa is a country, Writivism, Brittle Paper o Bookshy, o, los repasos a lo que ha surgido en expresión francesa que ofrecen Jeune Afrique o Le Monde Afrique, por ejemplo). Bienvenidas sean todas. Ésta es la nuestra:
1.- La confesión de la leona de Mia Couto (Alfaguara) / La confessió de la lleona (Edicions del Periscopi). Traducción: Rosa Martínez Alfaro (cast.) y Pere Comellas (cat.)
2.- Los pescadores de Chigozie Obioma(Siruela) / Els pescadors (Quaderns Crema). Traducción: Dora Sales Salvador
3.- Sueños en tiempos de guerra de Ngugi wa Thiong´o (Rayo Verde). Traducción: Rita da Costa
Primer volumen de sus memorias traducido al castellano (el segundo es In the House of the Interpreter y el tercero, publicado este mismo año y seleccionado por The Guardian como uno de los libros de 2016, Birth of a Dream Weaver). En esta ocasión Ngugi nos descubre con ojos de niño la Kenia de su infancia y nos narra “el sueño de cambiar el destino de un país colonizado inmerso en una guerra genocida”. La evocación de su madre, junto con los esfuerzos por construir un modelo educativo propio que distara del impuesto, nos van dando la medida de la visión del escritor en ciernes que disciplinado acude a la escuela día tras día mientras va surgiendo en él la necesidad de contar a través de la ficción. Simplemente añadimos: queremos más.
4.- Crítica de la razón negra de Achille Mbembe (Nedediciones). Traduccción: Enrique Schmukler
El camerunés en este libro nos coloca delante de un reverso. Si para Kant la crítica fue de la razón pura, para Mbembe lo es de la razón negra. Y como armazón la raza. O el racismo, “del que solo se puede hablar a través de un lenguaje fatalmente imperfecto, gris inadecuado”. Ya que todo lo pervierte y lo quebranta. Algo que no existe, pero al que hemos dotado de presencia encarnada. El pensador parte de tres momentos que han ido dotando a la imagen del negro de un conglomerado de ficciones: esclavitud, colonialismo y neoliberalismo. De ficciones, sí, porque la denominada “razón negra” surge de ella.
5.- Civilización y barbarie de Cheikh Anta Diop (Bellaterra). Traducción: Albert Roca
6.- Vivir en la frontera de Leónora Miano (La Catarata). Traducción: Lola Bermudez
Se trata de un volumen de breves pero muy jugosos ensayos en los que la escritora nos habla sobre identidades y nos muestra algunas de las claves para tratar de entender su obra. “Afropea”, “la frontera” o “fondo humano universal” son algunos de los originales conceptos que analiza. Destacan los escritos dedicados a la música, ya que ésta ha actuado como “bálsamo y terapia” y las formas del jazz o del blues se encuentran en la composición de cada una de sus obras, en mayor o menor medida. Abundan sus reflexiones en torno a la literatura, la propia y las ajenas. No en vano, tal y como recoge Josefina Bueno en el prólogo, en una entrevista afirmó: “Escribo para intentar comprender al ser humano”.
7.- El bebedor de vino de palma de Amos Tutuola (Navona Editorial). Traducción: Jose Rodríguez-Feo
Recuperar un clásico como éste es traer a un escritor que nació en Abeokuta (Nigeria) en 1920, de familia perteneciente a los yoruba, su padre fue un agricultor. Sus comienzos no fueron fáciles, para poder ayudar a sus padres tuvo que dejar de ir a la escuela. De joven practicó diversos oficios: desde cartero hasta vigilante nocturno en un almacén para sobrevivir. Con el tiempo fue ganándose el respeto, incluso entre sus colegas, y está considerada un clásico, llegando a encontrar su propio lugar, el que le corresponde a una obra original, bella, nueva y única, narrada desde la honestidad de querer transmitir un mundo propio, con su propio lenguaje, con toda su complejidad y riqueza.
8.- La bastarda de Trifonia Melibea Obono (Flores raras)
9.- El Millonario de Venance Konan (2709 books). Traducción: Alejandra Guarinos. Formato: ePub
La editorial 2709books ha ido publicando año tras año los relatos de este autor marfileño: Robert y los Catapila, El entierro de mi tío, La gata de Maryse, La guerra de las religiones y En nombre del partido. Konan afirma que lo que le lleva a sentarse delante del papel en blanco “son las ganas de contar cosas. A veces, son ganas de gritar” y que “los asuntos serios llegan mejor cuando se narran desde el humor.” El cuento o relato corto es un género difícil, y los de Venance Konan nos dejan un buen sabor de boca al acabar de leerlos tras haber soltado alguna carcajada, mientras nos inducen a la reflexión. En El Millonario nos promete: “Una fábula sobre el dinero y su capacidad de transformar los principios”. Dice la editorial que habrá más Konan en 2017 también.
10.- Trilogía de Argel de Yasmina Khadra (Alizanza). (Reedición)
El loco del bisturí (Editorial Esdrújula) es la primera cronológicamente en introducirnos al Comisario Llob. En esta Trilogía de Árgel se reúnen Morituri, Doble blanco y El Otoño de las quimeras que tuvo también su quinta entrega en La parte del muerto. A estas alturas, quien más quien menos, sabe que detrás del nombre femenino de Yasmina Khadra se encuentra un escritor que apenas necesita presentación. De su imaginación surgió un día el Comisario Llob, un hombre honrado y felizmente casado, pero también directo, violento y dueño de un lenguaje brutal, que además escribe novelas policíacas. Le suele acompañar el tembloroso y despistado Teniente Lino. Duras y descarnadas, las novelas que protagonizan muestran las lacras profundas de un país cosido por el integrismo y sometido a una auténtica “mafia política”.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/12/27/africa_no_es_un_pais/1482865501_900087.html