Por: Juan Alberto Castañeda Juárez
Guatemala es como una caja de pandora que de vez en vez se abre para dejar escapar sorpresas o desgracias, como lo queramos ver.
Es el caso que la Corte de Constitucionalidad autorizó en febrero pasado que la Escuela Normal Bilingüe Intercultural del cantón Xolacul en Nebaj, Quiché, pueda ofrecer a partir de 2018 la carrera de Magisterio de primaria Bilingüe Intercultural y dejar de impartir el Bachillerato en Ciencias y Letras con orientación en Educación.
La medida administrativa de defenestrar la carrera de magisterio de educación primaria ejecutada en el 2012 por la ministra del Partido Patriota, Cinthya del Águila, se hizo de manera precipitada y se cometieron errores que con el devenir de los tiempos serian enmendados por las cortes ante las protestas traducidas en amparos por parte de las comunidades educativas que se sintieron vulneradas con la imposición. Quizá el error más grande fue el no haber publicado el Acuerdo Ministerial con el que se autorizó la implementación del Bachillerato en Ciencias y Letras con orientación en Educación en todo el país.
En ese contexto, la semana anterior un grupo de diputados del partido Unidad Nacional de la Esperanza en acompañamiento a varias comunidades educativas presentó un amparo en la Corte Suprema de Justicia contra 116 Acuerdos Ministeriales, que según ellos fueron emitidos de manera ilícita y que por medio de los cuales se creó la carrera de bachillerato en ciencias y letras con orientación en educación para la misma cantidad de centros educativos, acción judicial que de darse con lugar, traería de nuevo la carrera de magisterio de educación primaria al subsistema escolarizado a nivel nacional.
La Corte de Constitucionalidad con el caso de la Escuela Normal Bilingüe Intercultural del cantón Xolacul en Nebaj, Quiché, expedita la vía para que otras escuelas normales puedan solicitar el amparo correspondiente al invocar entre otros, el artículo 4º. Constitucional relativo a la libertad e igualdad. La dificultad que se cierne para el ministro de educación se puede analizar en dos escenarios: el primero, ¿cómo manejará los tiempos? tiene 5 meses para tomar decisiones, y el segundo, su maniobrar, el cual debe ser políticamente correcto para no hundirse más en esa arena movediza.
Sería infortunado para el país que se tomara la decisión más fácil, la cual sería, que coexistan las carreras de magisterio de educación primaria con la de bachillerato con orientación en educación debido a que éste último es la fase preparatoria para la especialización que se realiza a nivel universitario por lo que tendríamos a futuro dos tipos de maestros de primaria.
Lo pertinente sería que se propusiera una carrera de magisterio de primaria renovada en su diseño curricular, coherente con el contexto bilingüe intercultural, pero fundamentalmente orientada a la calidad educativa a partir de sus formadores quienes deberán ser garantía de compromiso, experiencia y profesionalismo, sumado a esto una infraestructura remozada, material didáctico, mobiliario y equipo moderno.
Una carrera con el tiempo justo para acreditar maestros con las competencias básicas, formados con nuevos estándares, donde se matriculen los mejores, donde a los más talentosos se les garantice ingresar directamente al sistema laboral público, que reciban el apoyo digital, económico y moral de todos los sectores de la sociedad porque ellos serán los que eduquen a los futuros ciudadanos de nuestra nación.