Tabitha Goldstaub: La inteligencia artificial nos vende productos machistas y racistas sin que nadie se dé cuenta

El núcleo central de la inteligencia artificial (IA) se compone de un proceso de dos fases: primero se le asigna un objetivo y después ella misma diseña una forma de conseguirlo. Por lo tanto, su forma de alcanzar dicha meta no siempre resulta demasiado transparente. Por eso, si usted está inculcando un cierto sesgo a una máquina de forma inconsciente, es posible que desconozca que, en efecto, el algoritmo también tiene ese sesgo. El resultado es que ese algoritmo podría ser perjudicial para las mujeres, pero costaría mucho averiguar exactamente por qué.

Esto ya ha pasado con la tecnología tradicional: hemos visto mujeres muriendo en accidentes automovilísticos porque los muñecos de prueba de choque tenían la forma de un hombre en lugar de la de una mujer. Con la IA podría haber situaciones similares de vida o muerte, en pruebas de drogas, vehículos autónomos y cosas por el estilo.

También hay algunos ejemplos [del sesgo de género de la inteligencia artificial actual]: anuncios de Google que muestran anuncios [de trabajo] con mayores sueldos a los hombres que a las mujeres. Podemos plantear otras hipótesis de otras situaciones en las que podría suceder: ¿qué pasaría si las mujeres no pudieran obtener los mismos préstamos, hipotecas o seguros?

No tengo una visión distópica de la inteligencia artificial. No creo que vaya a haber robots asesinos. Estoy mucho más centrada en las aplicaciones limitadas, y creo que, si nos fijamos en cada una de ellas, existe la posibilidad de que afecte negativamente a las mujeres. No creo que la inteligencia artificial sea el problema; es un problema adicional, en lugar de la causa. Estamos hablando del riesgo de que nuestro sexismo y racismo inconsciente se transmita a las máquinas que estamos construyendo.

¿Cómo conseguimos que alguien que está construyendo una IA tenga en cuenta estas cosas? Necesitamos que los consumidores exijan una inteligencia artificial ética. La gente no es demasiado consciente de que el problema va más allá de una simple cuestión de género: se trata de un problema real y fundamental del producto.

Fuente: https://www.technologyreview.es/s/9691/la-inteligencia-artificial-nos-vende-productos-machistas-y-racistas-sin-que-nadie-se-de

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Cultura Libre: derechos y más derechos

Sursiendo

Desde SurSiendo ponemos nuestro punto y aparte (por ahora) al debate sobre cultura libre que hemos desarrollado junto a David G. Aristegui, Leonardo Toledo, y demás personas.

Así, para finalizar queremos aclarar, resumir y subrayar cuestiones que nos parecen importantes:

El geógrafo marxista David Harvey nos comparte Los 17 mandatos del anticapitalismo, que como otros análisis sobre qué queremos construir para salir de las dinámicas capitalistas, nos parecen interesantes para ir visualizando por dónde trabajar. Hay un punto que queremos destacar (aunque todos son muy interesantes):

3. La oposición entre propiedad privada y poder estatal sea desplazada tanto como sea posible por regímenes de derechos comunes –con énfasis concreto sobre el conocimiento humano y la tierra como los comunes más cruciales que tenemos- cuya creación, gestión y protección se sitúe en las manos de asambleas y asociaciones populares.

La cultura libre, enlazada siempre con los demás ámbitos de los comunes, busca democratizar la cultura, para que quien quiera pueda producir y acceder a los conocimientos y las artes, sin barreras económicas, sociales o políticas. Es un gran salto adelante significativo según como está el estado de las cosas.

Actualmente el derecho de autor, como está aplicado, limita la posibilidad de la cultura libre. Entonces tenemos que el derecho de autor se divide en el derecho moral y el derecho patrimonial. El primero es el que reconoce la autoría de alguien sobre una obra (y siempre está presente), y el segundo básicamente sobre quién se beneficia económicamente de esa obra.

El derecho patrimonial suele ser cedido a intermediarios (discográfica, editorial, academia, etc.) que se encargan de comercializar la obra, y que suele obtener, en la mayoría de los casos, más del 70% de lo recaudado. Además, según las últimas modificaciones en la mayoría de los países se amplió a 70 años desde la muerte del autor/a el cobro de estas regalías (o royalties) por parte de sus herederos (en México llega hasta los 100 años tras la muerte del autor).

Todo esto propicia que haya posibilidades de censura por parte de la empresa intermediaria o por parte de quien heredó la obra, quienes están en su derecho de no publicar más, o evitar que se difunda, o cobrar por cualquier obra derivada (canciones, cuentos, películas, remezclas que se basen en la obra). Por ejemplo, leíamos hace unos años:

los irlandeses celebraban en la calles de Dublín el centenario del Bloomsday, era otro 16 de junio en el que se festeja la famosa obra Ulises del escritor James Joyce. Pero los festejos estuvieron a punto de aguarse. Un nieto del escritor prohibió que se hicieran lecturas públicas de las obras de su abuelo salvo que le pagasen considerables sumas de dinero, la ley de copyright lo amparaba en su demanda.

Además de que apoyándose en estos derechos es posible limitar la libertad de expresión en Internet.

A su vez, como contábamos hace unos años«“hecha la ley, hecha la trampa” y es así como por ejemplo, el hecho de que por más que una obra haya sido devuelta al común, puede que sus traducciones, obras derivadas y similares pertenezcan a sus reeditoras».

El derecho de autor también tiene ciertas controversias respecto al derecho moral, de ahí que en SurSiendo hablamos de la muerte de la autoría, porque no creemos ya en la idea romántica del autor aislado que tiene una iluminación creativa, alguien especial a quien hay que cuidar. Todas las obras se inspiran en la cultura que la rodea, que han sido antes o en otras partes del mundo, por lo que habría que dar tributo a todas esas influencias culturales.

En la era Internet que estamos iniciando, el link (enlace o vínculo) es una especie de símbolo que muestra claramente cómo se interconectan las ideas, las referencias, los distintos sentires y haceres. Esta hipertextualidad propia de la Realidad 2.0 rompe con cómo se ha concebido la cultura hasta el siglo XX, elimina intermediarios, crea relaciones P2P y ofrece aire fresco para que miles de jóvenes usen sus cámaras, creen algo y difundan, para que se escriba en miles de blogs, se hagan millones de fotografías, se graben millones de temas musicales. De la calle a la pantalla, del instrumento al click. Nuevos tiempos para la lírica.

Una de las cuestiones claves es cómo retribuir a quien se inspira y se dedica horas a crear algo, difunde y aporta a la cultura de su tiempo. Cómo hacerle para que crear cultura tenga su recompensa, más allá del reconocimiento social y la satisfacción personal (ambas sumamente importantes). Poner barreras a la cultura libre es hacerle el juego a las majors culturales que tanto han hecho por tener el mundo como lo tenemos.

Eso, y buscar autonomía social para ejercer colectivamente el derecho a acceder, disfrutar, compartir, reutilizar, adaptar o remezclar cultura. Lo demás es querer volver al siglo XIX.

Nuestro agradecimiento especial a derecho a leer, Ártica, derechos digitales y por supuesto a nuestra banda del Colaborativo MX, por sus enseñanzas.

Fuente del articulo:https://sursiendo.com/blog/2014/08/cultura-libre-derechos-y-mas-derechos/#more-4423

Fuente de la imagen: https://sursiendo.com/blog/wp-content/gallery/galeria-de-imagenes-espontaneas/todo-es-una-copia.jpg

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Contenido: restringido. Conocimiento tradicional en copyright

Sursiendo

Una pequeña variación en nuestra programación habitual por un gran motivo… Hace tres días nos llegó una notificación del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) solicitando que bajemos un libro de nuestro espacio porque debíamos apegarnos a la “legalidad vigente”. Así que, desde ayer, la Enciclopedia de Plantas Medicinales ya no está disponible para descargarlo en un solo click.

Hay quienes dirán ¿qué esperaban? ¡tiene copyright! Pues sí, puede que sea demasiado utópico de nuestra parte querer compartir un libro que recoge el conocimiento ancestral sobre la curación con plantas… porque a ver si nos entendemos, no es una “obra original” (si es que eso pudiera ser posible alguna vez) ¡es una recopilación! que, extraída libremente del patrimonio de la humanidad fue encapsulada en un libro que ahora ostenta “todos los derechos reservados” y sobre el cual la entidad antes mencionada posee los “derechos de gestión de la misma”. Valga repetir lo que dijimos en ese entonces:

Este recuento de plantas medicinales de todo el mundo y sus usos terapéuticos y curativos es vasto y completo. Pero nos encontramos con un problema: los tan conocidos derechos reservados. En este, como en otros casos, decidimos saltarnos las restricciones editoriales entre otras cosas porque la herbolaria y el uso medicinal de plantas es quizás de los temas más comunes que existen. Suele ser el fruto del conocimiento tradicional acumulado, mejorado, usado y repetido por generaciones. Y porque creemos que el conocimiento se forma en espiral, se complejiza y se comparte para mejorarlo. La medicina tradicional es una construcción comunitaria, entonces ¿cuáles candados?

Lo bueno es que, si bien hace dos años atrás, cuando lo pusimos a disposición, el libro era más difícil de encontrar, hoy por hoy, la viralidad/el uso/el compartir/o-como-se-llame hace que en una sola búsqueda rápida haya varias opciones disponibles de esta Enciclopedia de plantas medicinales. Así que si lo ven por ahí, esperamos que lo usen y compartan. Lo que ahí está escrito no es ni más ni menos que la acumulación del conocimiento humano que hoy por hoy farmacéuticas y editoriales privatizan y utilizan para enriquecerse. Sin nosotros y nosotras creando, haciendo y compartiendo, no son nada.

Las actuales leyes del copyright apestan y quienes lo defienden al menos destilan un olor desagradable. Estamos ofuscados sí, pero también estamos contentas porque la cultura circula, le pese a quien le pese… Eso sí, habrá que seguir dando batallas para que no nos censuren todas nuestras manifestaciones con sus leyes y restricciones (porque, aceptémoslo, las leyes no las escribe gente como nosotrxs, las leyes las escriben los poderosos).

Fuente del articulo: http://sursiendo.com/blog/2016/07/contenido-censurado-conocimiento-tradicional-en-copyrigth/#more-5735

Fuente de la imagen: http://sursiendo.com/blog/wp-content/uploads/2016/07/enciclopedia-plantas-medicinales-nodisponible-305×203.png

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¿Es Internet un bien común?

Sursiendo

Seguimos con la campaña de Pensar desde los comunes, para traducir y editar el libro de David Bollier. Este se trata de una síntesis breve y accesible que intenta romper con ciertos prejuicios:

“Cualquier cosa de valor se suele asociar al “libre mercado” o al gobierno. La idea de que las personas puedan, efectivamente, organizar por sí mismas acuerdos duraderos para gestionar sus propios recursos y que este paradigma de gobernanza social genere un enorme valor, bueno, parece utópica, comunista o, cuando menos, poco práctica. La idea de que lo comunal pueda ser un vehículo para la emancipación política y la transformación social, como sugieren algunos defensores, parece simple y llanamente ridícula”.

En Sursiendo, desde hace años, venimos trabajando esto de lo comunal, los bienes comunes, el procomún o commons (que hay varias formas de nombrarlo);  desde el debate teórico y la investigación hasta su puesta en práctica y en acción.

video_comunes1Además de vincular distintas luchas, alternativas y propuestas relacionadas con los comunes, uno de nuestro ámbitos de trabajo es Internet. Y aún nos seguimos preguntando: ¿Qué es Internet? ¿Un medio, una herramienta, un espacio, un territorio, una red…? Y también nos surge esta interrogante:¿Internet es un bien común?

Entonces, esta misma pregunta se la hemos trasladado a algunas amigas y amigos de las redes, para hacer un primer intento de respuesta colectiva, comunal:

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No sé si la infraestructura (que debería serlo) pero las ideas y el espíritu abierto de compartir si es un buen común que hay que proteger y mantener esa filosofía contra el embate de plataformas como Facebook; uber y el propio Google que crean una red y una infraestructura cerrada y no distribuida (Alberto Escorcia).

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Lamentablemente no. Internet tal y como la conocemos hoy día necesita de una infraestructura que sólo puede ser gestionada por estados o empresas. Entonces, la gestión de la Internet que conocemos no puede ser entendida como un bien común. Ahora, Internet como lógica sí es un bien común del cual pueden surgir gestiones abiertas como son las redes libres comunitarias basadas en estructuras distribuidas (mesh) (Daniel Cotillas Ruiz).

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Solemos definir internet como un conjunto de infraestructuras, protocolos, plataformas y aplicaciones que permiten la circulación de recursos y servicios. Sin embargo, lo que construye internet no es únicamente su materialidad, sino sus habitantes. Pensar internet como un bien común significa que es producto de una comunidad que genera valor gracias a sus interacciones, a su capacidad de creación colectiva y a los lazos afectivos que teje: algo que construimos entre todas y de lo que nadie puede apropiarse. Por esta razón, hoy que internet se encuentra amenazada por el control de las corporaciones y los estados, debemos defender nuestro derecho a una red descentralizada, libre, abierta y neutral a la que todo ser humano tenga acceso, sin restricciones. Debemos defender internet como un espacio para ejercer nuestras libertades. Internet no debe ser el espacio para el control de los individuos y del territorio, como ocurre en la actualidad. No es posible hablar de democracia si internet no es libre (Paola Ricaurte).

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Internet debe ser considerado como un bien común porque posibilita el desarrollo humano. Sin embargo, para alcanzar esto, se debe garantizar un acceso de calidad, en una red neutral y sin discriminación, que permita emplear todo su potencial para el ejercicio de los derechos y libertades humanas (Digital Rights LAC).

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Internet no es un bien común, pero puede llegar a serlo. Decir que es un bien común no significa solamente que todos tengan acceso por igual. Para que Internet sea un bien común se requieren infraestructuras distribuidas, nodos de propiedad social y formas de articulación federada que permitan mantener esas condiciones. Este es un enfoque comunalista que encuentra los retos de mantener alejados a los intereses burocráticos y mercantiles, y no obstante respaldar la expansión de una red más autónoma. Internet debe convertirse en una asociación de productores libres con identidad plural. Mientras tanto, continúa siendo una actividad económica dominada por el empuje monopolista del gran empresariado y un foco del interés de control de los gobiernos (Santiago Roca).

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Según el sociólogo Boaventura de Sousa Santos hay tres tipos de bienes: bienes privados, bienes públicos y los bienes comunes. Los bienes comunes pertenecen a todos, no son del gobierno ni de los poderes privados; para nosotros internet es un bien común. Esto es así porque en la construcción de internet, si bien han participado y participan los poderes públicos y privados, la red no se entendería sin la participación de todas las personas y sus aportaciones durante más de 30 años. Sobre internet hay poderes privados que han pensado que pueden mandar sea por su presencia dominante, por los servicios que ofrece o por la posibilidad de configurar la experiencia de millones de usuarios de lo que internet significa. Sobre esa visión hay que afirmar una y otra vez que internet es un bien común porque no puede reducirse a los servicios que las empresas privadas proveen y simple y sencillamente no existiría sin la participación de millones de usuarios, personas con derechos que configuran millones de intercambios cotidianos y con eso forman internet tal y como lo conocemos. Por la sola razón de que las plataformas no existirían sin la existencia de usuarios libres con derechos, por esa simple razón internet es un bien común (Compas ContingenteMX).

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Pregunta que parece fácil pero en realidad se vuelve difícil contestar. Todo depende de como entendemos o consideramos “bien común”. Si lo entendemos como “interés público” es quizás muy fácil decir claro que si.
Si lo vemos desde la definición económica puede ser más complejo – ¿se debe de asegurar que nadie se  excluye y que el uso por una persona de internet no afecta la disponibilidad de internet para otro? Suena muy onito la idea – pero en realidad es factible? ¿De quien es la responsabilidad asegurarlo y con cuales  mecanismos de regulación y financiamiento?  Estas preguntas nos llevan a debates sobre neutralidad en la red otro concepto muy peleado y en el mundo técnico descartado en términos puros, pues no hay neutralidad porque se tiene que optimizar desempeño. Es un concepto clave para la defensa de una internet abierta y libre. Hay quienes piensan que acceso a internet debería de ser garantizado como derecho básico, y en México hasta se incluyó en la constitución. Otrxs lo ven más bien como derecho que facilita los derechos básicos de acceso a información y comunicación (Erika).

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Desde mi punto de vista por el momento internet no es un bien común ya que el acceso igualitario con niveles de calidad semejantes para diferentes usuarias está lejos de ser una realidad. Sin embargo creo que desde su creación y en especial con el aporte de Tim Berners Lee y su liberación de código a dominio público se habilitó un trampolín  para que internet pudiera ser usada como un bien común. Creo que está en el esfuerzo de todas las personas que creemos en una internet libre (y feminista :-)) y que intentamos abrirla cual caja negra está la clave para que sea efectivamente un bien común: de acceso libre, igualitario y transformador. Para ésto claro debemos pensar y problematizar el papel de empresas y gobiernos , junto con la participación de comunidad técnica y sociedad civil en relación a sus diferentes capas, el financiamiento de su  funcionamiento y las guerras que se libran en internet, están más vinculadas al control de la publicidad y el manejo de datos para vender productos y servicios (Flor).

Para finalizar este post colectivo, regresamos a los comunes y le damos la palabra a Helene Finidori, coordinadora de Commons Abundance Network:

El procomún (o los comunes) se puede explicar como un sistema social que relaciona íntimamente a las personas o partes interesadas con sus recursos y con las formas participativas en las que los gestionan/producen y cuidan de ellos (…) Nutrir y cultivar el procomún en todas sus dimensiones y manifestaciones puede servir de referente para una ciudadanía global y una justicia global

¿Y ustedes qué opinan?

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PD: la imágenes que acompañan este post son del video Pensar los Comunes y los perfiles de la red Twitter.

Fuente del articulo: http://sursiendo.com/blog/2016/03/es-internet-un-bien-comun/#more-5491

Fuente de la imagen: http://sursiendo.com/blog/wp-content/uploads/2016/03/video_comunes3.png

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Bits de Comunicación Popular

Sursiendo

Hablemos sobre la prensa, Internet y comunicación popular, en estos tiempos difíciles

Cuando nació la prensa escrita, allá por el siglo XVII, con publicaciones semanales llamadas las gacetas, y se consolidó en el siglo XVIII, el mundo estaba cambiando. Era síntoma y a la vez aporte hacia un mundo nuevo que estaba naciendo: crecimiento urbano, industrialización, revoluciones burguesas, movimientos de independencia en América Latina, etc. Aumentaba la población que sabía leer y escribir, y estaba ávida de conocer y organizarse. Se gestaba una incipiente opinión pública, que al estar informada se relacionaba de otra forma con el poder, y exigía derechos fundamentales. La prensa aportaba noticias y opiniones, lo cual muchas veces fomentaba el espíritu crítico frente al poder establecido, que abusaba y perpetuaba (o pretendía perpetuar) el oscurantismo, la ignorancia y por lo tanto la obediencia.

Con el correr de las décadas, la prensa cobró mayor importancia e incluso servía de contrapoder, de ahí que se le llamase el cuarto poder, frente al poder ejecutivo, el judicial y el legislativo (que se suponen que tienen que estar separados y actuar como contrapesos de sí mismos en una democracia). Pero la prensa establecía una comunicación muy unidireccional, y llegaba aún a una parte pequeña de la población, aunque tenía el sentido ético de servir a la sociedad.

Después vino la radio y más tarde la televisión se hizo comunicación de masas porque, aunque seguía el modelo unidireccional, iba de un emisor a millones de receptores; las corporaciones de comunicación se hicieron más y más poderosas, concentrándose en industrias del espectáculo, que salvo excepciones fomentaban el status quo político y el desarrollismo capitalista.

También estaban (y siguen) miles y miles de radios comunitarias por todo el mundo, miles y miles de gacetas, boletines o volantes independientes, que creados desde las organizaciones, colectivos o comunidades humanas expresaban sus ideas, sus noticias y sus propuestas, manteniendo ese espíritu crítico y su inquietud ética para con el pueblo.

Pasó el tiempo y en los últimos años del siglo XX se fue expandiendo el uso de Internet, actualmente usado por más del 42% de la población mundial, unos tres mil cien millones de personas (datos de diciembre de 2014). ¿Un nuevo medio? ¿una nueva herramienta? ¿un nuevo espacio? ¿cómo denominarlo?

México trágico
Mueren en México más periodistas que en Afganistán y Somalia, dice un titular del periódico Excelsior en diciembre de 2014. El problema es que en este recuento macabro sólo se incluyen profesionales de la información acreditados… ¿qué pasa con las personas que escriben en un blog informativo, que comunican en las redes sociales de forma seria y permanente? En México muchas de estas personas reciben amenazas, se tienen que refugiar en otras ciudades, son agredidas o son asesinadas.

Se ataca a personas que quieren informar a la sociedad frente al cerco mediático que establecen las empresas, los grupos delincuenciales organizados y las instituciones de gobierno. Son personas que se implican en difundir hechos que debe conocer la sociedad a través de revistas independientes, radios comunitarias, vídeos o notas a través de Internet. Muchas veces formando parte de colectivos sociales, que están actuando en las propias luchas que se difunden.

Internet popular
La prensa tal y como existía desde hace 200 años ya está agotando sus últimos momentos de poder y protagonismo (¡crisis del papel! dicen algunos). Las sociedades están cambiando a ritmo frenético, pero muchas instituciones sociales no lo quieren ver o intentan evitarlo, para seguir como están. Internet y las formas de relacionarse que plantea están presentes en esos cambios sociales, contrarias al monopolio de un-emisor-muchos-receptores-pasivos. Mucha gente quiere participar y puede hacerlo con los recursos digitales, creándose lo que Manuel Castells llama autocomunicación de masas,

“Es comunicación de masas porque potencialmente puede llegar a una audiencia global (…) Es autocomunicación porque uno mismo genera el mensaje, define los posibles receptores y selecciona los mensajes concretos. Es producto del desarrollo de las llamadas Web 2.0 y Web 3.0, o el grupo de tecnologías, dispositivos y aplicaciones que sustentan la proliferación de espacios sociales en Internet y su contenido está autogenerado, su emisión autodirigida y su recepción autoseleccionada por todos aquellos que se comunican”.

¿Por qué no considerar comunicadores y comunicadoras a quien usa esos medios de esa forma?

Medios y tercios en acción
Hace pocas semanas participamos brevemente en un encuentro de medios alternativos, comunitarios, ciudadanos o como quieran llamarse, para realizar un pequeño taller de seguridad digital, pero también a escuchar y aportar sobre la comunicación social (no comercial). Fue un encuentro fraterno en las montañas del sureste mexicano, donde hasta café y pan dulce recién horneado había… planteándose a modo de semillero, para definir líneas, formas y confluencias de trabajo.

Ahí se produjo un debate interesante sobre la exigencia o no de profesionalismo a la hora de realizar la labor comunicativa. Pero no en el sentido profesional de cobrar y ser periodista formalmente acreditado, no. Profesional en el sentido de dedicarle tiempo y esfuerzo para llegar a mucha gente y que sea interesante y entendible lo que se comunica. Por supuesto, ahí entra la actitud de saber a quién quieres llegar, y cómo.

En las escuelas y facultades de periodismo aún se predica la necesidad de la objetividad, de que el o la periodista es una persona con una misión social, por encima del resto de mortales. También se tratan algunos temas éticos, pero pocos. “Lo importante es la objetividad”, como si los profesionales de la información no fuesen sujetos, no tuviesen memoria histórica, sentimientos, vida cotidiana, frustraciones y simpatías. Todo ello finalmente se convierte en vender un producto, con apariencia de aséptico, pulcro y neutral, cuando en realidad es sólo un producto que beneficia a la empresa informativa de turno.

Frente a esto está la comunicación popular, que viene desde la educación popular de Paulo Freire y la teología de la liberación. Se puede definir como el proceso de interacción que se da entre seres humanos, en la colectividad que comparte su memoria histórica, que crea conciencia crítica y de justicia social, reflejando su realidad. Y también son las distintas formas en que se puede plantear esa interacción social.

Según Jorge Merino Contreras, la Comunicación popular:

“es aquella que partiendo de la cultura y necesidades de los grupos, transforma las características de la comunicación dominante; donde emisores y receptores intercambian continuamente sus posiciones; aquella que está definida prioritariamente para la participación de todos los sujetos que en ella intervienen, sobre todo aquellos a los que más directamente les atañe el proceso en el que están incluidos”.

Como explica Mario Kaplún, uno de sus impulsores en América Latina, se puede designar: “comunicación horizontal”, “comunicación participativa”,  “comunicación popular”, es la comunicación micro frente a la macro de los mass media.

Pero con Internet esta comunicación deja de ser tan micro, y sirve para comunicar denuncias, luchas, logros, propuestas, vivencias, errores, cotidianeidades, cultura, etc. que pueden ser leídas, escuchadas o vistas por millones de personas. Revaloriza el ser sujeto, frente a la objetividad, y hace suyo realmente el término glocal: piensa local y actúa global y viceversa. Da posibilidad de participación, de creación, de retroalimentación. Porque además es entrar en contacto, ejercer verdadera comunicación, recibir respuestas y comentarios, da la posibilidad de articularse y organizarse. Porque Internet es más que un medio, es más que una herramienta, es más que un espacio.

Pero sin duda, hay que dejar de lado el determinismo tecnológico, las máquinas por sí solas no nos ayudan; la tecnología puede ser de ayuda si las utilizamos de forma social y éticamente responsable, si no dejamos que se adueñen de ellas los intereses económicos y políticos privatizadores y de pensamiento único. Internet nos da posibilidades expresivas y de difusión sin precedentes, y en nuestras manos está que aprovechemos eso.

Participemos en la comunicación popular 2.0 ¡Hackeemos la comunicación!

Fuente del articulo: http://sursiendo.com/blog/2015/08/bits-comunicacion-popular/#more-5189

Fuente de la imagen:http://www.somoselmedio.org/sites/default/files/3_15.jpg

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Conectar, desconectar… y reconectar

No. Esta vez no nos estamos refiriendo a alguna cuestión digital. Aunque lo que motivó esta entrada fue un artículo que hace referencia a ello, de cierta forma.

Hace unas semanas nos (re)encontramos con la iniciativa de Semillas de Código Abierto en contra de las corporaciones. Las historias que se cuentan sobre la criminalización de quienes en sus prácticas cotidianas (a veces ancestrales, a veces recientemente adquiridas) quieren compartir lo que tienen o lo que saben, se asemejan. No importa si hablamos de arte, software o semillas… Y es que el modelo de las corporaciones está cortado con la misma tijera, sin mirar el rubro al que se dedican.

En el artículo se menciona para los alimentos que las patentes de uso “son absolutas, sin excepciones, no se pueden guardar las semillas ni cruzarlas (..) empezaron con los granos, sobre todo con maíz y trigo, pero en la actualidad abarcan a gran variedad de lechugas y están llegando a las zanahorias, cebollas, brócoli, coliflores y otros vegetales”. Frente a esto, surgió en 2012 la Iniciativa de Semillas de Código Abierto “con la finalidad de restablecer el intercambio libre de semillas creando una reserva de semillas que no pueden ser patentadas”.

Como contábamos hace algún tiempo con el avance del capitalismo “el conocimiento ancestral se ve cercenado porque ‘las trasnacionales compiten entre sí en la fabricación de productos farmacéuticos y agrícolas, cuyos principales ingredientes son las plantas medicinales y los cultivos alimentarios de estas comunidades locales’ por eso pretenden ‘la apropiación del conocimiento y los recursos genéticos de comunidades indígenas y de agricultores’ ejerciendo un ‘control exclusivo (a través de patentes o propiedad intelectual) sobre dichos conocimientos y recursos’.

Desde nuestra perspectiva, estos intentos por recuperar prácticas como los intercambios de semillas, están más ligados a la filosofía del software libre y la ética hacker que a la del código abierto, porque de fondo sostienen “motivaciones éticas y morales” basadas en la cultura de hacer y compartir.

Conectar <al sistema hegemónico> para darse cuenta que es mejor desconectar <del sistema mercantilista individualista> y reconectar <en formas compartidas que nos benefician a todos y todas>.

¿Será ese el camino que tenemos que seguir indefectiblemente? A veces parece que sí, que la sociedad de mercado y nuestros“beneficios” citadinos nos hacen olvidar que las señales de wi-fi no son lo único a lo que hay que engancharse… Si hasta parece que apenas nos damos cuenta que puede ser diferente cuando nos lo dice el “profesional” de turno… Quizás algo así habrá de pasar en Suiza desde 2017 cuando “la homeopatía, la medicina holística, la fitoterapia, la acupuntura y la medicina tradicional china recibirán el mismo estatus que la medicina ‘tradicional’”.

Luego, nos encontramos con la curiosidad de que en Japón “es habitual recetarshinrin-yoku (baños de bosque), porque se sabe que pasear entre árboles reduce la presión sanguínea, el estrés y la glucosa, fortalece el sistema nervioso”. Todo esto nos pone de relevancia que “hemos caído en un analfabetismo natural, hemos perdido la memoria de reconocer los estímulos que proceden de ella”.

Porque como dice Leonardo Boff “el ser humano es hijo/hija de la tierra, es una porción de la tierra” y este sistema que se propone como racional “es una irracionalidad”. Es más “no podemos pensar al ser humano como un individuo, eso es una abstracción del capitalismo”. Por eso creemos que “no somos diferentes a la naturaleza”.

Conectar <al sentipensar> para desconectar <de la razón irracional> y reconectar <con la naturaleza que somos>

Somos lo que comemos, somos los lugares que habitamos y también algunas experiencias que dejamos relegadas… ¿Será tiempo de reconectar con las prácticas de los abuelos y abuelas? Eso sí, sin quedarnos en el idealismo, que bien podemos escribir esta entrada con pies descalzos pisando el pastito fresco, y con una decente conexión a internet que nos permite enredarnos con los más allás.

Fuente del articulo: http://sursiendo.com/blog/2016/06/conectar-desconectar-y-reconectar/

Fuente de la imagen: http://stepsamericalatina.org/wp-content/uploads/sites/21/2016/05/OSSI.jpg

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Hay un sábado de común denominadores

Por sursiendo

-Ya están armando el IV Simposio Internacional LAVITS que se realizará en noviembre en Buenos Aires: ¿Nuevos paradigmas de vigilancia? Miradas desde América Latina. Parece un buen momento para leer sobre Internet y el imperio de la vigilancia porque «La defensa de la vida privada, cuya valor correría el casi seguro riesgo de perderse en una sociedad vigilada, es indispensable para que no se produzca lo que la filósofa Hannah Arendt llama auténtica calamidad existencial». Por eso desde Perú lanzaron una campaña para derogar un decreto legislativo que autoriza la vigilancia estatal: con una divertida parodia del chapulin-colorado presentan No por mucho vigilar se amanece más seguro. Esto se suma a otras formas de saber lo que hacemos: Así es como el gobierno mexicano escucha tus conversaciones privadas. Será, como mínimo divertido, prestar especial atención al momento en que Edward Snowden muestra cómo combatir el espionaje telefónico.

metadatos-Sabemos que acercarse al mundo del software libre no lo es todo ¡pero es un gran paso para cuidar nuestra privacidad! Y para defender el anonimato… Porque el anonimato sí importa, y así lo explican desde Derechos Digitales en este videíto. Otro aspecto para cuidar en nuestras comunicaciones son los datos de los datos… o los metadatos. En este otro video podemos ver qué son y cuánta información recolectan sobre nuestras actividades… para que la próxima vez que un gobierno o empresa nos diga que “solo guardan los metadatos” estemos alertas y sepamos que su recolección no es tan inocente como parece.

-Ah, claro… Y hablando de software libre, en Ecuador ya está en marcha la Migración a Software Libre del Consejo Sectorial de Conocimiento y Talento Humano. Esperemos que ese talento también se refleje en otros espacios de cuidado a uno de los derechos humanos fundamental como lo es la libertad de expresión.

-Más libertades colectivas que analizar y defender en el nuevo libro de Beatriz Busaniche, Propiedad intelectual y derechos humanos. Hacia un sistema de derechos de autor que promueva los derechos culturales. Porque cuando las creaciones son compartidas podemos reapropiarnos de ellos y crear nuevos contenidos! Disfruten esto de Rapear Filosofía: Foucault, Sontag, Butler, Mbembe. Nos vamos despidiendo con alguien que hizo grandes cosas por los derechos digitales y el conocimiento abierto: Cuatro entradas del blog de Aaron Swartz para leer en español (y en el dominio público).

Como BOLA EXTRA, una con numeritos interesantes: 10 Datos increíbles de la plantas que quizá no sabías.

@Sursiendo

Fuente: http://sursiendo.com/blog/2016/05/hay-un-sabado-de-comun-denominadores-209/

Imagen tomada de: http://lomasenlared.info/wp-content/uploads/2014/11/ALTERNATIVAS-A-WORDPRESS5.png

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