Educación emocional o la conversión de los sujetos en ‘empresas de sí’

Por: Teresa García Gómez

Las prácticas mayoritarias que se están incorporando cada vez más en las aulas: cursos de educación emocional, de inteligencia emocional, coachingmindfulness, autoayuda, etc., contribuyen, de hecho, a una mayor psicologización de los problemas educativos y a su individualización, encubriendo las desigualdades y buscando soluciones individuales ante problemas que son contextuales y estructurales y obviando el papel que tiene en ellos la cultura escolar.

Las políticas educativas (leyes, planes de formación del profesorado, etc.) incorporaron hace ya algunos años la “gestión emocional” como principio pedagógico. Las emociones, como si de una empresa se tratara, se dirigen, se organizan, se manejan, se administran, se orientan y con las que se realizan las diligencias oportunas para el logro de un proyecto. Este proyecto es el bienestar propio para el logro de la felicidad. Así nos lo hacen ver las propuestas y las prácticas mayoritarias que se están incorporando cada vez más en las aulas de los diferentes niveles educativos: cursos de educación emocional, de inteligencia emocional, coachingmindfulness, autoayuda, etc. y que están siendo muy bien acogidas tanto por el alumnado como por el profesorado y por quienes se ven implicados indirectamente en ellas, como las familias y la comunidad educativa. Esta buena acogida, en gran parte, se debe: a) al empleo de un lenguaje fácilmente comprensible y de un discurso que apela al sentido común —quién no desea el bienestar de las personas o quién duda de que las técnicas de concentración y relajación ayudan a centrarse en la tarea en una sociedad acelerada y sobre-estimulada—; b) a la introducción de actividades y juegos divertidos que rompen con la rutina del trabajo escolar y relajan el clima de las aulas; y c) al ofrecimiento de una serie de técnicas que se convierten en recetas fácilmente aplicables. Son prácticas amables que parten de la idea de que el bienestar propio está en el interior de cada persona, por ello invitan a mirarse, escucharse, sentirse, indagarse y encontrarse para conocer el verdadero yo, puesto que lograr el bienestar propio es una cuestión individual, depende de uno mismo, de nuestra actitud y voluntad.

Dichas prácticas proporcionan una serie de herramientas para gestionar y controlar las emociones, clasificándolas y considerándolas en sí mismas como positivas y negativas no para atender a los hechos que las provocan y analizarlos críticamente en los contextos en los que se producen, sino para potenciar las primeras y evitar las segundas, que en el caso de no conseguirlo se diagnosticará con algún trastorno y, por tanto, tratable. Hecho que explicaría el aumento de síndromes y el número de personas diagnosticadas con alguno de ellos en estos últimos años.

Por otra parte, el conjunto de prácticas que vienen realizándose en educación emocional, inteligencia emocional, coaching y mindfulness van dirigidas al autocontrol, a la autorregulación, al autoconocimiento, al autodescubrimiento, a la autodeterminación, a la autosuficiencia, al autocultivo, a la autoconciencia y a la autorresponsabilización para el logro de los deseos y objetivos propios, convirtiendo al sujeto en empresa de sí, él es su propio proyecto, invirtiendo tiempo y esfuerzo en el desarrollo de una serie de habilidades, a través del entrenamiento constante, que formarán el capital humano para el futuro desempeño laboral. Es el entrenamiento en la institución educativa del gobierno de sí, del autogobierno, ajustando así, voluntariamente, la conducta y las expectativas a las prácticas y demandas de esta y en un futuro a las del mercado laboral sin que sea necesaria la imposición o la coacción. Es la formación de la subjetividad neoliberal, alimentando el yo, que está íntimamente ligada a la competencia del espíritu emprendedor. Es aprender a ser, un ser sujeto neoliberal o neosujeto, como lo denominan Laval y Dardot en su libro La nueva razón del mundo.

Colocan al sujeto como responsable de su estado y éxito académico, y, por ello, la mirada y la acción siempre recaen sobre él, obviando los contextos escolar, familiar, socioeconómico, político y cultural.

Prácticas que, además y como consecuencia de todo lo anterior, tal y como declaran sus defensores, tienen también como finalidad resolver problemas en el aula, previniendo o tratando estados de ansiedad, depresión y estrés, etc., y mejorar el aprendizaje y el rendimiento académico. Estos objetivos evidencian la idea de la que parten: dichos estados y el éxito escolar se deben a factores psicológicos e individuales. De ahí que coloquen al sujeto como responsable de los mismos, y, por ello, la mirada y la acción siempre recaen sobre él, obviando los contextos escolar, familiar, socioeconómico, político y cultural; en definitiva, desconsiderando las condiciones materiales de existencia de los individuos. Sirva de ejemplo las declaraciones, recogidas en un vídeo, que alumnado y profesorado de educación secundaria realizan para promocionar los supuestos beneficios del mindfulness en el aula en una conferencia dirigida a futuros y futuras docentes. Una profesora manifiesta que es muy estresante trabajar con treinta estudiantes en una clase con la competitividad que existe entre ellos y la ansiedad y el estrés que les genera los exámenes. Por otro lado, una alumna expresa haber sentido tristeza, mucha presión y estrés por las calificaciones al depender de estas su futuro. Ante los síntomas que se manifiestan en el sujeto, donde claramente la causa está en los requerimientos de las políticas educativas, en las prácticas realizadas en los centros escolares, en las expectativas familiares, etc., se recurre a la enseñanza de una serie de técnicas para la gestión del mundo afectivo y emocional con el objeto de que cada uno florezca y crezca para una mayor eficacia y rendimiento. Solo es cuestión de ejercitar una serie de habilidades para el bienestar propio, que cada persona trabaje “su interior”, sin un cuestionamiento de las circunstancias y situaciones que están produciendo dichos síntomas, como es un sistema de evaluación segregador y competitivo no centrado en la valoración de los aprendizajes sino más en la clasificación, diferenciación y jerarquización del alumnado, o para el establecimiento de rankings, o un currículum sobrecargado de contenidos que se tienen que memorizar. Y si el propio bienestar no se consigue, la responsabilidad siempre será del sujeto, pues es este quien no está gestionado bien sus sentimientos y emociones o no ha ejercitado lo suficiente ni de manera continuada; entrenamiento que, por otra parte, nunca tendrá fin porque no actúa sobre el origen de los problemas, los cuales son estructurales y no personales.

Estas acciones están contribuyendo a una mayor psicologización de los problemas educativos y a una individualización de estos, encubriendo las desigualdades y promoviendo el conformismo y la adaptación de los sujetos a las circunstancias y situaciones, buscando soluciones individuales ante problemas que son contextuales y estructurales y obviando el papel que tiene en ellos la cultura escolar.

La expansión de esta psicología para la gestión emocional en los contextos educativos tiene otras consecuencias. Entre ellas, genera una falsa conciencia al dirigir la mirada al interior ante los distintos problemas, al yo, y los problemas educativos no son de carácter psicológico, sino políticos, socioeconómicos y pedagógicos, tales como el escaso presupuesto destinado a la educación pública; la condiciones laborales del profesorado; el currículum academicista; las prácticas organizativas y de enseñanza excluyentes y reproductoras de las desigualdades sociales en relación a los géneros, la clase social y la cultura; etc.

Asimismo, refuerza y mantiene la separación de lo emocional y lo intelectual, la falsa idea de que sentimos con el corazón y pensamos con la cabeza, de ahí que prioricen las emociones. Estas en sí mismas no permitirán al alumnado entender las problemáticas de nuestro tiempo y a las que se deben enfrentar y cómo les afecta según el grupo social de origen al que pertenece si no se realizan procesos de reflexión y análisis que nos conduzcan a comprender y a buscar los modos de cómo las instituciones escolares deben abordarlas en el desarrollo de un trabajo educativo y no psicológico.

Por otra parte, implica que las instituciones educativas renuncien al desarrollo de una verdadera función educativa, una educación crítica, al apostar por una educación terapéutica y abandonar el campo de la pedagogía y de la didáctica para dar más espacio a este tipo de psicología en la educación, lo que implica renunciar a un proyecto común, no solo de escuela sino como sociedad.

Es necesario salir de uno mismo para comprender el malestar docente y el malestar del alumnado y actuar sobre las causas que los originan. Solo así se podrá contribuir a los cambios que se necesitan emprender en lo propios contextos escolares para que sus prácticas favorezcan a la democracia y a la justicia, haciendo efectivo el derecho real a la educación, no solo como acceso a las instituciones formativas sino en los mismos procesos de enseñanza-aprendizaje que en ellas se desarrollan, garantizando la equidad educativa.

Fuente de la información e imagen:  https://eldiariodelaeducacion.com

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La Mercantilización de la Educación

Por: Teresa García Gómez

RESUMEN

Estas páginas describen el desarrollo de la privatización de la educación como resultado de un modelo capitalista de apropiación del trabajo inmaterial y de los bienes comunes (las relaciones, los afectos y el conocimiento), que se ha dado en llamar capitalismo cognitivo. Estos cambios afectan también a las dinámicas del mercado dado que éste es ahora toda la sociedad. Pero el conflicto que este proceso produce ha llevado a la elaboración de prácticas antagonistas en educación.

PALABRAS CLAVE:

Educación, mercado, capital cognitivo, antagonismo.

ABSTRACT

This article describes the privatization development of education as result of a capitalist model of appropriation of immaterial work and of common goods (relations, feelings and knowledge) which is referred to as cognitive capitalism. These changes also concern the dynamics of the market since the market is now the whole society. But the conflict that this process generates has led to the production of antagonistic practices in education.

KEY WORDS:

Education, market, cognitive capital, antagonism.

Introducción

El mercado nos ha acompañado desde hace siglos, entendiéndose, de forma general, el espacio público donde individuos u organizaciones que disponen de productos, bienes y servicios los venden a aquellos que deseen comprarlos para satisfacer sus necesidades o deseos, realizándose por tanto un intercambio de forma libre. Si bien sabemos que la libertad y la democracia no es precisamente lo que caracteriza el acceso a esos bienes y servicios, sino que está determinado por el capital cultural y económico, y la propiedad privada de los medios de producción. Este planteamiento en educación sería que unos llevan una mercancía que es un saber y otros llevan otra mercancía que es otro saber, y que ambos van con una necesidad, un deseo…, pero todos los estudios críticos sobre el mercado han demostrado que este escenario idílico es falso.

En el siglo XX se ha hecho más evidente que todas las formas de la vida social en los sistemas capitalistas estaban sometidos al mercado. Pero éste aún no había accedido a tratar todo como mercancía, aunque esto estuviera en su lógica. De hecho, el agua, la sanidad, etc. en muchos países tenían una gestión pública, sobre todo desde que las políticas del Welfare State (Estado de Bienestar) pactaran con el movimiento obrero una situación de consenso que se tradujo en la aceptación de límites en uno y otro sentido. El movimiento obrero no accedería al poder y el capitalismo no colonizaría los considerados bienes comunes apartándolos de la gestión pública. Este pacto terminó en los años setenta. Desde entonces se ha producido un cambio cualitativo en nuestros sistemas sociales, y se rompió el pacto en el momento en que el capitalismo había agotado su parte del pastel. Es a partir de este momento en el que se desarrolla la apropiación capitalista de todo el trabajo y bienes inmateriales: las relaciones (capitalismo relacional), los afectos (capitalismo afectivo) y el saber (capitalismo cognitivo). Emmanuel Rodríguez y Raúl Sánchez señalan que el capitalismo cognitivo es “hermano gemelo de un «capitalismo relacional» y de un «capitalismo de los afectos» que pone sobre la nueva cadena productiva el indeterminado conjunto de mediaciones sociales, que lleva inaugurando y ampliando ciclos de negocio directo desde hace al menos treinta años: desde el cuidado de ancianos a la atención telefónica, desde la vieja industria cultural a la nueva industria del diseño” (2004: 14).

En el caso del conocimiento el capitalismo no solo lo convierte en mercancía, puesto que ya era concebido así en los centros de enseñanza privada, sino que reconvierte el propio sistema educativo en una institución privada, privatiza el saber (control de las patentes en los laboratorios de investigación, la gestión de los derechos de autoría frente al conocimiento libre o los planes de estudios reorientados a las dinámicas del mercado capitalista).

Desde el momento que nuestras sociedades se convierten en la sociedad de la información y del conocimiento, es decir, donde la información y el conocimiento ocupan un lugar privilegiado en la sociedad y en la cultura, siendo la creación, distribución y manipulación de la información una parte fundamental de las prácticas económicas, el capitalismo se apropia del ámbito del saber, una nueva regulación de los mercados donde el saber y lo cognitivo están en provecho de lo financiero. El concepto de capitalismo cognitivo nos permitiría “comprender mejor la coyuntura actual como un mecanismo simple de acumulación por desposesión –mediante los procesos de precarización, privatización de los sistemas de formación, de reforzamiento de la legislación en materia de propiedad intelectual y de explotación financiera en beneficio de situaciones de monopolio u oligopolio- que como una estrategia medida y coherente por la multiplicación y mejora de las estructuras cognitivas que pueden facilitar la multiplicación de la productividad y de la riqueza social. Un workfare sin excepciones, sin concesión a los tiempos y espacios, relativamente libres de la exigencia inmediata de conversión monetaria, se presenta sin embargo como una estrategia de liquidación de las externalidades positivas que derivan de la producción de conocimiento” (Rodríguez y Sánchez , 2004: 26). En este sentido “el proceso de globalización actual puede, en algunos de sus aspectos, ser interpretado como la renovación de un vasto proceso de acumulación primitiva. Combina estrictamente los métodos tradicionales de la expropiación originaria y la tentativa de transformación en mercancías de la totalidad del mundo de la vida y del pensamiento. Asistimos, así, a una nueva dinámica de privatización, parasitaria, de lo común, que subsume del Norte al Sur de la economía mundo los saberes tradicionales como saberes nuevos de la economía del conocimiento, con independencia de que se trate de antiguos derechos colectivos sobre los espacios agrícolas o forestales o de los servicios colectivos del Estado del Bienestar” (Vercellone, 2004: 67). No solo a partir de este momento vemos apropiaciones de nuevos ámbitos, nuevas conquistas del capitalismo, sino que ahora todo va a ser sometido a la gestión privada. Digamos que se produce un cambio de dirección: se pasa de una situación en la que parte de la población busca unos bienes de saber que controla la escuelas y universidades privadas en tanto que más cercanos a las posibilidades de ascenso social y de riqueza económica, a otra situación en la que tendencialmente ha desaparecido las posibilidades de un bien de conocimiento gestionado en las escuelas y universidades públicas, dado que la gestión privada se ha apropiado de esos espacios. Ya no se va a un sitio, sino que se está en él.

Ese cambio de dirección en educación se produce con Bolonia, pero debemos preguntarnos: ¿por qué se produce ahora?, ¿por qué se ha roto el consenso? Por ejemplo, observemos la situación de la educación en España: una población estudiantil escolarizada obligatoriamente hasta los 16 años y con un acceso relativamente fácil a la universidad, un “capital humano” de profesorado, asesores, personal técnico, etc. y un bien demandado por prácticamente toda la población. Esto es una situación idónea a la expansión capitalista. Pero cómo conseguir que esta situación idónea pueda justificar una agresión brutal por parte de la gestión privada. Poco a poco se ha ido produciendo un deterioro de la escuela y de la universidad pública por la creencia en la bajada de niveles y exigencias escolares, el aumento de niños y niñas migrantes visto como causante del menor rendimiento académico, los conflictos y violencia, los malos resultados, etc. Por más que todo esto sea cuestionable, ya que quien controla los criterios de evaluación también controla los resultados, y quien tiene acceso a la información tiene el poder de hacer lecturas sesgadas y partidistas de la misma. Bolonia, como hemos apuntado, supone la reconversión educativa hacia el nuevo capitalismo, privatizando la educación pública, lo que significa que la educación no tendrá posibilidad de ser un proyecto social y político pensado para la emancipación de los individuos, sino que estará al servicio de las necesidades e intereses económicos, gestionada desde una óptica empresarial, actuando para obtener los máximos beneficios al menor costo posible, transformando los problemas y fracasos escolares en problemas y fracasos personales, generando competitividad entre las personas y los centros educativos, proponiendo planes de mejora (de resultados) sin cambiar las condiciones de trabajo (menor ratio por aula, tiempo para el profesorado para la formación, investigación y discusión colectiva, direcciones escolares realmente pedagógicas y colectivas, etc.), etc.

Un análisis más detallado de todos estos aspectos y los mecanismos por los que el capitalismo se está apropiando de la enseñanza pública es el que se aborda en este monográfico, de una visión más global a una visión más particular de prácticas concretas en los distintos niveles educativos.

En primer lugar, Enrique Javier Díez en su artículo “La globalización neoliberal y sus repercusiones en educación”, nos plantea la situación nacional e internacional en lo que se refiere a las políticas de privatización de la educación pública, sus discursos y sus consecuencias. La comparación de varios países nos permite conocer la transnacionalidad del proceso capitalista y analiza cada uno de los aspectos fundamentales de ese proceso. En esta misma línea y en segundo lugar, el trabajo de Beatriz Quirós, “Panorama de la educación: la gestión empresarial de la enseñanza pública”, analiza el Pacto en educación como un documento que profundiza en medidas ya aprobadas en la última reforma educativa (LOE), acorde con el marco de políticas neoliberales europeas, a pesar de conocer el fracaso de dichas políticas, teniendo ejemplos recientes en otros países. Dichas medidas, en detrimento de la escuela pública, tienen como objetivo apoyar la enseñanza privada concertada. Al mismo tiempo, la autora analiza los aspectos ausentes de dicho pacto, en perjuicio también de la enseñanza pública; así como las consecuencias de considerar la enseñanza como una mercancía en vez de como un derecho universal, denunciando el uso parcial y sesgado de los datos de los informes PISA, todo ello para justificar las medidas de privatización.

En tercer lugar, Luis A. Cerrón, en su artículo “El papel del mercado en la construcción de los modelos de Formación Profesional: la mercantilización del sistema”, partiendo de la base que la Formación Profesional ha ido dando respuesta a las necesidades del mercado laboral, examina las consecuencias de esta apropiación del capitalismo en este nivel educativo, qué significados y consecuencias tienen la leyes para esta formación, así como las contradicciones, realizando un análisis detallado de cómo el Pacto social y político de la educación trataba y entendía la formación profesional, profundizando en medidas ya recogidas en la Ley Orgánica de Cualificaciones y de la Formación Profesional. En este proceso de mercantilización, donde las empresas privadas gestionan la formación, donde el conocimiento financiado está al servicio del capital, siendo reemplazada la pedagogía por la productividad, por el máximo beneficio, el autor analiza las implicaciones, objetivos e imposibilidades en la formación del uso y prácticas de concepto de competencias. En cuarto lugar, el trabajo de José Luis Murillo, “Programas Escuela 2.0 y Pizarra Digital: un paradigma de mercantilización del sistema educativo a través de las TICs”, analiza la perspectiva técnica de dichos programas, los cuales son una herramienta en el proceso de mercantilización de la enseñanza pública, un buen negocio para las empresas, no teniendo nada que ver con finalidades educativas ni con un proyecto pedagógico. Esta instrumentalización de la educación, como señala el autor, no incidirá en una mejora ni solucionará problemas de los procesos de enseñanza-aprendizaje, evidenciando las distintas consecuencias que tendrá en éstos esta idea y práctica de las nuevas tecnologías, para lo cual se apoya en el antecedente aragonés de dicho programa: las pizarras digitales. Esta estrategia en el proceso de mercantilización cuenta con la resistencia por parte de algunos centros que se han negado a participar en dicho programa. Por último, el autor realiza una propuesta para el uso de las TICs con sentido pedagógico

En quinto lugar, en el artículo “Mecanismos en el proceso de privatización de la enseñanza pública”, Cristina Díez, a partir de los datos y prácticas del distrito Puente de Vallecas (Madrid), constata el apoyo de las políticas y administraciones educativas a la enseñanza concertada en detrimento de la pública. Analiza las distintas estrategias llevadas a cabo por los centros concertados en el actual proceso de privatización, las cuales son ilegales y consentidas por la administración, y evidencia algunas de las lecturas interesadas y partidistas de los datos del informe PISA, utilizadas para justificar acciones en este proceso de mercantilización y alentar las concepciones del deterioro de la escuela pública. Sin embargo, la autora muestra que no toda está perdido, así lo constata con los resultados obtenidos en la campaña de información y defensa de la escuela pública realizada por la delegación de Vallecas de la F.A.P.A. Francisco Giner de los Ríos.

En sexto lugar, en el trabajo “La mercantilización de la universidad”, Montserrat Galcerán analiza las transformaciones que se están produciendo en la universidad desde el proceso de Bolonia desde el marco interpretativo del capitalismo cognitivo, el cual nos permite comprender los procesos de cambio de la universidad, que de ser un lugar de producción de conocimiento pasa a ser un nuevo ámbito de subordinación de trabajo y explotación económica, explotación del trabajo inmaterial ligado a la innovación como resultado mismo de la producción de saberes, la cual se caracteriza por la violencia institucional. Esta mercantilización del conocimiento y la tecnología es, como constata la autora, un negocio mundial, donde la formación por competencias favorece la rentabilización en el marco del capitalismo cognitivo. Al mismo tiempo recoge algunas de las respuestas a este proceso desde los sectores más críticos en diferentes países. Y en último lugar, Nico Hirtt, en su artículo “La educación en la era de las competencias”, constata la visión europea de la escuela como un instrumento al servicio del mercado, de sus exigencias y necesidades desde el análisis del enfoque de competencias, evidenciando qué supone éste, sus implicaciones y consecuencias en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Si bien el objetivo de este monográfico es explicitar discursos, políticas, prácticas y estrategias del proceso de apropiación del capitalismo de la enseñanza subvencionada con fondos públicos, no podemos dejar de mencionar, como lo hace distintos trabajos que componen este monográfico, las resistencias, las respuestas dadas por diferentes personas desde distintos ámbitos: asociaciones culturales, profesorado, asociaciones de padres y madres, colectivos, etc. en contra de esta mercantilización, sirva de ejemplo ZEMOS98 “un equipo de trabajo que convive con la sociedad red, que converge y se asocia temporalmente, tejiendo relaciones y generando comunidades. … es cultura libre, procomún y remezcla. …es educación expandida, comunicación en beta y audiovisual integrado. …es mediación tecnológica y experimentación de contenidos y formatos”1. O Aulabierta, una comunidad de aprendizaje autogestionada, creada por estudiantes de la universidad de Granada, con el objetivo de constituir un colectivo activo en la producción de conocimiento “a través de un programa educativo y de investigación sobre reutilización de materiales en desuso en la ciudad, que trata de articularse como un lugar permeable a las necesidades del contexto sociocultural más próximo (la universidad y el barrio) para desarrollar programas educativos que contribuyan a salvarlas”2. Ésta ha ideado el proyecto3 TRANSDUCTORES, un proyecto de pedagogías colectivas y políticas espaciales, es decir, “un proyecto cultural que pretende investigar y activar iniciativas en las que se articulen de manera flexible las prácticas artísticas, la intervención política y la educación, a partir de la acción de colectivos interdisciplinares”. Y todo ello sin que haya mediación capitalista.

Referencias Bibliográficas

1 http://www.zemos98.org

2 http://transductores.net

3 Coproducido Por la Universidad Internacional de Andalucía-UNIA, arteypensamiento y el Ministerio de Cultura.

RODRÍGUEZ, EMMANUEL y SÁNCHEZ, RAÚL. (2004). “Prólogo. Entre el capitalismo cognitivo y el Commonfare”. En AA.VV.: Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva. Madrid: Traficantes de Sueños. pp. 13-28. VERCELLONE, CARLO. (2004). “Las políticas de desarrollo en tiempos del capitalismo cognitivo”. En AA.VV.: Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva. Madrid: Traficantes de Sueños. pp. 63-74.

Fuente:http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=217014950002

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