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Frenar la libertad

Por: Tahira Vargas García 

Tanto en el hogar, en la calle como en los centros educativos se educa con represión.

La libertad está intrínsecamente vinculada a la responsabilidad social, al ejercicio ciudadano y al desarrollo humano. Sin libertad no hay desarrollo humano.

El ejercicio ciudadano en nuestra sociedad es muy débil, nuestra población no tiene clara conciencia de sus derechos ni de su responsabilidad social. Esta responsabilidad social no se ha forjado, se ha aniquilado uno de sus principales cimientos, la libertad. Cada individuo se socializa en el miedo y en la represión en la familia, la escuela, el vecindario, los espacios laborales, la relación con el Estado y en la vida social.

La inexistencia de una construcción del sentido de responsabilidad se debe a la ausencia de libertad. Padres/madres, abuelos/as tías/os tienen miedo de ofrecerle a los/as niños/as y jóvenes espacios de libertad donde tomen sus propias decisiones y tengan control sobre lo que hacen.

Tanto en el hogar, en la calle como en los centros educativos se educa con represión, con sanciones permanentes, siempre es “no”, “no hables”, “no te pares”, “cállate”, “siéntate”, los mensajes principales están sustentados en prohibiciones y sanciones. Estas prohibiciones y sanciones generan rebeldía, agresividad, violencia y poca responsabilidad.

Ofrecerle libertad a la juventud no la convierte en una amenaza, por el contrario, la empodera e integra socialmente convirtiéndola en sujeto social.

Las instituciones sociales, escuela, familia, religiones, grupos sociales, instituciones públicas, partidos políticos, tienen miedo. Miedo a que la población adolescente y joven adquiera conciencia de derechos y asuman responsabilidad frente a su cuerpo, sus propios proyectos de vida, su conducta y su vida cotidiana.

Los conflictos intergeneracionales tienen así una matriz de miedo, resistencia al cambio, resistencia a la responsabilidad social. Así se fortalece el conservadurismo expandiéndose con ello las corrientes fundamentalistas religiosas, la intolerancia cultural, social, racial, sexual y a la diversidad en sentido general.

Ofrecerle libertad a la juventud no la convierte en una amenaza, por el contrario, la empodera e integra socialmente convirtiéndola en sujeto social.

El sostenimiento del miedo, las prohibiciones, exclusiones y represión a las libertades incrementan el autoritarismo, la violencia y la desigualdad. Necesitamos que todas las generaciones y personas asumamos sentido de responsabilidad y ejercicio ciudadano, respetemos la diversidad y rompamos con el miedo a la libertad.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/frenar-la-libertad-8928653.html

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Desigualdades y mujeres

Por: Tahira Vargas García 

La desigualdad es parte de la cotidianidad de las mujeres y muchas veces es totalmente invisible.

El 8 de marzo es una fecha importante para nosotras. Nos invita a la reflexión sobre nuestra realidad en la perspectiva social y cultural. La desigualdad es parte de la cotidianidad de las mujeres y muchas veces es totalmente invisible. Algunos elementos de esa desigualdad son los siguientes:

Invisibilidad del papel de la mujer en nuestra historia. Las celebraciones de fechas patrias y de acontecimientos en nuestra historia excluyen por completo a las mujeres que desempeñaron un papel fundamental en cada etapa de nuestro quehacer histórico muchas de ellas fueron quemadas, fusiladas, asesinadas como es el caso de: Anacaona, María Trinidad Sánchez, Juana Saltitopa, Concepción Bona, Baltasara de los Reyes, Hermanas Mirabal y Mamá Tingo.

Negación del derecho al placer sexual en población femenina adolescente-joven y adulta. El derecho al placer está relegado a los hombres, adolescentes, jóvenes y mujeres adultas se les niega este derecho y se estigmatiza a aquellas que deciden empoderarse y asumirlo calificándolas como putas o cueros.

Incremento de los feminicidios y de la violencia de género en sentido general. La violencia contra la mujer se incrementa y se reproduce continuamente. Existe un sistema de legitimación en la población que entiende que la mujer debe ser castigada si conflictúa con el poder masculino.

Restricciones en el acceso al derecho a la recreación y ocio. Las niñas, mujeres y jóvenes están continuamente controladas por las redes vecinales y familiares en su acceso a espacios de recreación y ocio. Niñas y jóvenes se quejan de que su recreación está condicionada a la realización de oficios domésticos lo que no ocurre con el sexo masculino.

Violación de los derechos de las trabajadoras sexuales desde el sistema de justicia y organismos policiales. Las trabajadoras sexuales en nuestro país viven cotidianamente la discriminación, el estigma y continuos abusos de organismos policiales y del personal de salud en centros hospitalarios.

Discriminación y culpabilización de la mujer jefa de hogar. En nuestra sociedad muchas instituciones educativas, religiosas y líderes de opinión discriminan a la mujer jefa de hogar y la culpabilizan de todos los males sociales. Con ello se promueve que la mujer se dedique exclusivamente a la maternidad y al ámbito doméstico.

Expulsión de las adolescentes sexualmente activas y/o embarazadas de los centroseducativos. Una de las principales violaciones a los derechos de la mujer es el derecho que tiene toda niña, adolescente y joven a la educación. Este derecho es violado continuamente por muchos centros educativos públicos y privados que expulsan explícita o implícitamente a esta población. Una de las expulsiones “sutiles” es la sugerencia de que se cambien a la tanda nocturna porque ya son adultas.

Prohibición de la interrupción del embarazo a las niñas, adolescentes y mujeres violadas o en riesgo de muerte. Son varios los casos que presentan con cierta en los que niñas y adolescentes violadas quedan embarazadas y se exponen a altos riesgos de muerte o han muerto. La prohibición de la interrupción del embarazo en estos casos es una violación a los derechos de esta población y una imposición que afecta su salud y su calidad de vida. Nuestros legisladores tienen en sus manos la decisión de condenar las niñas, adolescentes o respetar su derecho a decidir.

Este artículo fue publicado originalmente por el Periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/desigualdades-y-mujeres-8921049.html

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¿Jóvenes con o sin derechos?

Por: Tahira Vargas García 

La marcada tendencia en muchas familias e instituciones educativas de un ejercicio de poder autoritario hacia la juventud se expresa en las restricciones a su inserción en espacios de recreación, vestimenta y manejo de su cuerpo.

Recientemente se celebró el día nacional de la juventud. En estudios realizados con jóvenes de ambos sexos en comunidades rurales y urbanas se muestran conflictos con la población adulta por violaciones a sus derechos de expresión y ejercicio de libertad. La marcada tendencia en muchas familias e instituciones educativas de un ejercicio de poder autoritario hacia la juventud se expresa en las restricciones a su inserción en espacios de recreación, vestimenta y manejo de su cuerpo.

La juventud tiene derecho en una sociedad democrática a ser  y actuar en forma diferente libre de estigmas sociales que la discriminen como el de ‘delincuente” (casos de aretes, collares o peladas) o de “puta  y cuero” (caso de pantalones apretados, escotes). Los espacios desde donde se violan los derechos de la juventud son muchos, algunos de los cuales emergen en nuestros estudios son:

  • Hogar-relaciones de padres/madres/personas adultas responsables y jóvenes
  • Centros Educativos
  • Iglesias y grupos religiosos
  • Espacios públicos, calles, callejones y parques
  • Discriminación contra la población joven: negra, dominicana de ascendencia haitiana, lesbiana-gay-transexual, masculina-pobre, madre adolescente o adolescente embarazada, trabajadora sexual.
  • Represión y violencia de la policía nacional contra la población joven de sexo masculino de los sectores pobres

Tanto en el hogar, en la calle como en los centros educativos se educa con represión, con sanciones y prohibiciones permanentes que se convierten en las orientaciones principales dirigidas a esta población, las cuales generan rebeldía, violencia y resistencia.

El derecho a decidir sobre el cuerpo que demandan continuamente y actualmente con mayor fuerza, encuentra una gran barrera social fortalecida por algunas instituciones religiosas fundamentalistas. La comprensión de que el cuerpo es un espacio íntimo, privado cuyo control es individual no colectivo es parte de esa tensión permanente. Lamentablemente en nuestra sociedad las adolescentes, jóvenes y mujeres sufren acoso, violencia sexual e imposiciones con respecto a la continuación de embarazos no deseados que generan frustraciones, violencia y muchas veces suicidios.

La inexistencia de una construcción del sentido de responsabilidad se debe a la ausencia de libertad. Las personas adultas (Padres/madres, abuelos/as tías/os, docentes, líderes religiosos y sociales)  tienen miedo de ofrecerle a la juventud espacios de libertad donde tomen sus propias decisiones y tengan control sobre lo que hacen. El miedo se extiende hacia la conciencia de derechos, lo que se les niega y con ello se genera una gran brecha intergeneracional.

Ofrecerle libertad a la población joven no la convierte en delincuente ni genera conductas autodestructivas (adicciones, suicidios) por el contrario, la convierte en entes socialmente responsables. Jóvenes en actividades delictivas, víctimas de explotación sexual se han socializado en el autoritarismo y la violencia no en la libertad.

La juventud está generando cambios en nuestra sociedad desde micro espacios en el territorio, a nivel local y social. Cambios que apuntan a la horizontalidad y respeto hacia la diversidad en todas sus manifestaciones: sexual, religiosa, racial, artística y cultural. Se necesita escuchar y conocer las voces de las adolescentes y jóvenes que demandan sus derechos sexuales y reproductivos y que en estos momentos requieren no ser condenadas, encarceladas o castigadas por detener un embarazo producto de una violación sexual.

Suficientes condenas, maltratos y sufrimientos viven las adolescentes y jóvenes en nuestra sociedad rompiendo estigmas y barreras al desarrollo, cuando deciden interrumpir un embarazo porque han sufrido una violación sexual deben ser escuchadas y no castigadas.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/jovenes-con-o-sin-derechos-8910864.html

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Callejón sin salida

Por: Tahira Vargas García

Los hombres y jóvenes que embarazan tienen una cuota de responsabilidad, pero son invisibles dentro de estos factores causales, su participación en embarazar sin medir consecuencias es significativa.

El embarazo en la adolescencia es un fenómeno frecuente en nuestro país. El fenómeno tiene dos tendencias dentro de la adolescencia según los estudios cualitativos y cuantitativos realizados en los últimos 10 años, (CONAPOFA 2008, PROFAMILIA-CENISMI 2011), estas tendencias son embarazos deseados y embarazos no-deseados. Dentro de los embarazos no-deseados encontramos diversos perfiles de adolescentes que se embarazan por diferentes causas entre las cuales se encuentran:

a-Presencia de relaciones sexuales espontaneas no-planificadas.

b-Falta de información y orientación.

c-Poca continuidad y sistematicidad en el uso de métodos anticonceptivos.

d-Violaciones sexuales

e-Incestos

Vemos que hay una diversidad de causas de embarazos no-deseados desde la perspectiva de las adolescentes. Los hombres y jóvenes que embarazan tienen una cuota de responsabilidad, pero son invisibles dentro de estos factores causales, su participación en embarazar sin medir consecuencias es significativa.

En los estudios realizados se muestra que las adolescentes que se embarazan sin desear ni planificarlo sufren en muchos casos el rechazo y la presión social en sus familias, centros educativos, parejas, grupos de pares y sociedad en general.

Nuestra sociedad maneja el embarazo en adolescente en una forma ambigua y contradictoria. Las familias, centros educativos y entorno social las juzga, las expulsan de los centros educativos porque están embarazadas y se desesperan. No pueden interrumpir el embarazo porque la sociedad no lo permite, es ilegal, si continúan con el embarazo sufren la expulsión de los centros educativos, el aislamiento, discriminación y exclusión en sus familias y en su contexto social.

Cuando la niña o adolescente sufre una violación sexual, el silencio es mayor y con ello los riesgos. Quedar embarazada se convierte en un doble trauma en el que se combina la condena social por ser adolescente embarazada y el riesgo de mantener una relación continua con su agresor al convertirse este en padre. El miedo a informarle a la familia el abuso y sufrir el peso del estigma las lleva a búsqueda de alternativas clandestinas y riesgosas de aborto. La desesperación y la depresión las arropan y buscan incansablemente salidas en las que no hay puertas sino muros. Las búsquedas de remedios combinados para provocarse el aborto en forma clandestina son múltiples en las que se combinan raíces y hojas de diversa índole, ingesta de tres pasitos, tirarse por la escalera, introducirse una percha o un objeto punzante, pedirle a una amiga que se le tire encima y muchas otras prácticas agresivas que las llevan muchas veces a desangrarse sin contar con atención médica oportuna y de emergencia.

Como sociedad no le damos alternativas a las adolescentes y jóvenes, le cerramos las puertas y solo nos dedicamos a condenar y reprimir. No se ofrece una educación sexual que empodere a las y los adolescentes en sus derechos sexuales y reproductivos y se les niega a las adolescentes servicios de salud integral cuando inician un proceso de aborto clandestino. La condena total al aborto que se ha mantenido a través de la historia solo provoca más desesperación, clandestinidad, riesgos y muerte. ¿Hasta cuándo seguiremos empujando a las niñas y adolescentes abusadas a un callejón sin salida?

Fuente: https://acento.com.do/opinion/callejon-sin-salida-2-8903498.html

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Toque de queda y su impacto

Por: Tahira Vargas García

Se necesita una revisión de las medidas desde la escucha a la población desde los distintos estratos sociales, grupos generacionales, contextos y provincias tomando en cuenta las zonas con mayor y menor propagación.

El toque de queda parece haber logrado hasta cierto punto la sensibilización frente al COVID 19 y sus formas de contagio. Sin embargo, no ha tenido todo el impacto esperado en la disminución de la presencia de la pandemia en el país. El punto de partida de los horarios establecidos en el toque de queda es el supuesto de que las personas se juntan principalmente los fines de semana y en la tanda nocturna para divertirse y las aglomeraciones, lo que no necesariamente responde a la realidad en su totalidad.

Las personas en los barrios y comunidades están continuamente en interacción produciéndose una presencia permanente del carácter festivo en los días de semana en las distintas tandas, matutinas, vespertinas y nocturnas que se mezcla con las actividades cotidianas tanto domésticas como laborales y del sector informal. Juntarse para consumir alcohol no es una conducta únicamente nocturna ni de fin de semana, es continua y constante. Siendo así una conducta de riesgo no solo por la agrupación de personas sino por los efectos del alcohol en la salud física y mental de las personas. Junto a este elemento hay que indicar las resistencias en varios grupos poblacionales de distintos lugares del país para cumplir y acoger a cabalidad el toque de queda. Algunas posibles razones son las siguientes:

  •  Razones económicas. Gran parte de nuestra población vive del sector informal y microempresas y teje estrategias de sobrevivencia desde la interacción social Las restricciones de movilización, apertura de negocios y espacios de diversión los fines de semana afectan notablemente una gran parte de la población que obtiene sus ingresos por esas vías.
  • Hacinamiento. El hacinamiento permea la vida de las personas vulnerables en barrios y comunidades en el ámbito nacional. Las calles y callejones son extensiones de los hogares y en ellas se desarrollan actividades domésticas, interactivas y recreativas. Los hogares no están cerrados sino abiertos en determinados contextos.
  • Barreras culturales al cumplimiento de normas. La débil educación ciudadana y la poca aplicación de regímenes de consecuencias ante las violaciones a normas influyen en su cumplimiento, se entiende con relaciones primarias, complicidades y corrupción (dadivas) se logra impunidad. En todo este período desde marzo hasta ahora de toque de queda se ha reproducido esta práctica en varios lugares del país.

La aplicación del toque de queda está afectada por prácticas de violencia y violaciones de derechos por algunos miembros de la Policía Nacional y la DIGESETT contra ciudadanos y ciudadanas lo que debilita (la ya débil) confianza hacia estos organismos de seguridad por la población.

Igualmente, es importante desarrollar campañas de educación en salud que favorezcan a mejorar en la población sus condiciones de salud física y mental desde la disminución del consumo de alcohol, ingesta de alimentos, frutas y vegetales que favorezcan el sistema inmunológico y el contacto diario con el sol a través del ejercicio al aire libre. Estas campañas deben contar con distintas herramientas de difusión que no se reduzca a las redes sociales (aunque son importantes) y que aprovechen el tejido social existente en las distintas comunidades.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/toque-de-queda-y-su-impacto-8901085.html

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Matrimonio infantil-uniones tempranas, ¿por qué?

Por: Tahira Vargas García

La presencia de estas causas del matrimonio infantil o las uniones tempranas tienen en común las violaciones de derechos de la niñez y adolescencia en las familias acompañadas con la ausencia de comunicación y orientación entre familias y sus hijas sobre su realidad socio-afectiva y sexual.

El matrimonio infantil/uniones tempranas tienen raíces culturales muy arraigadas en nuestro país. En estudios que venimos realizando desde hace unos 15 años en distintos contextos (rural, urbano-marginal) y diferentes provincias del país (Vargas 1998) (Vargas 2014) (Vargas 2018) desde el abordaje de distintos temas se presentan continuamente casos de uniones tempranas/matrimonio infantil en los que se plasman distintas causas como son:

a) Salida de círculos de violencia intrafamiliar. En todos los estudios realizados se presenta continuamente violaciones de derechos hacia niños, niñas y adolescentes al interior de las familias, violencia física y sexual. Las niñas y adolescentes utilizan como estrategia para salir de esos círculos irse de la casa, se van con otros familiares, amigas y novios. “Yo tenía 12 años y mi novio tenía 17, me fui de mi casa porque peleaban mucho, me daban mucha pela, un día me entraron a palos y me fui”.

Juntarse con un novio e irse a su casa materna o a una pieza es una práctica frecuente que para ellas simboliza libertad y escape de la violencia.

b) Legitimar las relaciones sexuales. La actividad sexual en niñas y adolescentes en los estudios que hemos realizado inicia desde los 10-12 años fruto de abuso sexual pero visto por ellas como voluntario o su propia decisión. Las familias muchas veces desconocen la presencia de abuso y actividad sexual en sus hijos e hijas desde temprana edad. Los patrones culturales presentes en el imaginario social y familiar condenan la actividad sexual en el sexo femenino (no así en el masculino) antes del matrimonio por la influencia religiosa. Esta prerrogativa cultural marca a las familias y a las adolescentes entendiéndose así que deben casarse para tener relaciones sexuales y ser aceptadas socialmente.

c) Expulsión de sus hogares por tener sexo o por “andar en la calle de noche”. Muchas adolescentes señalan que han sido expulsadas de su hogar por su familia. Esta expulsión tiene como principal razón la posible sospecha de relaciones sexuales por salidas a divertirse o rumores. Las familias entienden que cuando una niña o adolescente tiene sexo pierde su honor y la única forma de recuperarlo es que el novio se la lleve y la mantenga. “Llegue a mi casa a las once de la noche y mis padres me dijeron que no me aceptaban, que ya era una mujer y tenia que irme de la casa con el hombre con quien yo andaba”.

d) Normalización del matrimonio, “casarse” o “irse”. En varias adolescentes encontramos la expresión “me case porque quería formar una familia” “me case porque estaba enamorada de él”. La unión o matrimonio se concibe en la cultura popular como “normal” en la adolescencia. Tener un novio y durar con el 1 año es mucho tiempo, se supone que el noviazgo debe durar poco y en consecuencia casarse es la meta, acompañada con la visión de que hay que tener hijos siendo joven.

e) Masculinidad basada en el permiso a disponer de los cuerpos de las niñas y adolescentes con legitimación social y visión de las “menores” como trofeo de la virilidad.

La presencia de estas causas del matrimonio infantil o las uniones tempranas tienen en común las violaciones de derechos de la niñez y adolescencia en las familias acompañadas con la ausencia de comunicación y orientación entre familias y sus hijas sobre su realidad socio-afectiva y sexual. La desconfianza en las hijas desde su niñez, la represión a su diversión y recreación y las desigualdades de género presentes en las que los hijos tienen libertades y permisos que se les niega a sus hijas provoca la búsqueda del matrimonio y la unión como una salida y ruptura. Esto acompañado de la aceptación del ejercicio de poder masculino sobre niñas y adolescentes

La aprobación en la cámara de diputados de la ley que prohíbe el matrimonio infantil y la conformación de un gabinete de la niñez y adolescencia presidido por la primera dama Raquel Arbaje y CONANI para prevenir el matrimonio infantil y embarazos en adolescentes es un avance significativo en el abordaje de la problemática.

Se necesitan cambios profundos en el imaginario de la cultura popular con la promoción de los derechos de la niñez y adolescencia, la equidad de género, educación sexual integral, derechos sexuales y reproductivos y nueva masculinidad.

Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/matrimonio-infantil-uniones-tempranas-por-que-8890661.html

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Cimarronaje y juventud

Por:  Tahira Vargas García

El colonialismo ha dejado muchas huellas en nuestra cultura, una de ellas es el manejo del cimarrón como violento, salvaje dejando de lado lo que fue en realidad el cimarronaje, el enfrentamiento de la esclavitud, la expresión de libertad.

El mes de octubre se promueve desde movimientos latinoamericanos como una fecha de reconocimiento a la resistencia indígena y africana en contraposición con la imposición neocolonizante y europeizante que lo excluye.

En nuestro país, en los últimos años se ha forjado un proceso de conexión con las raíces afrocaribeñas y visibilización del cimarronaje en términos históricos y su aporte a nuestra identidad cultural.

La presencia de un movimiento que resalta la presencia del cimarronaje en nuestra cultura supone romper con los prejuicios y estigmas en los que se ha manejado esta categoría en nuestra sociedad. El colonialismo ha dejado muchas huellas en nuestra cultura, una de ellas es el manejo del cimarrón como violento, salvaje dejando de lado lo que fue en realidad el cimarronaje, el enfrentamiento de la esclavitud, la expresión de libertad.

Nuestro sistema educativo ha estado históricamente de espalda a nuestra identidad cultural afrocaribeña.

Durante varias semanas en este mes de octubre se han desarrollado distintas actividades culturales virtuales en las que se redimensiona el cimarronaje en su sentido original fortaleciendo la connotación de libertad que ofrece el reconocimiento de la negritud.

Cada año este movimiento de reconocimiento del cimarronaje en las expresiones de nuestra identidad cultural se incrementa y se agregan a él nuevas organizaciones y sujetos sociales. Este proceso cuenta con una proporción importante de jóvenes que reconocen sus raíces afrocaribeñas.

La presencia juvenil en este movimiento es significativa. Encontrar en las nuevas generaciones una población adolescente y joven que cuestiona el racismo y se empodera desde sus raíces afrocaribeñas resulta de vital importancia para los procesos de cambio cultural que necesita nuestra sociedad. A pesar de que la discriminación racial se mantiene con las estigmatizaciones hacia el pelo de origen afrodescendiente en el ambiente laboral, vecinal y educativo, una proporción significativa de jóvenes manifiestan una contracultura en la que se promueve el uso del pelo crespo en su forma natural y los rasgos afrodescendientes en su apariencia física.

El ocultamiento y negación de la negritud como componente fundamental de nuestra identidad cultural ha tenido una fuerte resistencia a través de nuestra historia en la vida cotidiana de los sectores populares.  La cultura afrodescendiente y proveniente del cimarronaje se ha expandido a través de los años sostenida en la religiosidad popular, la música, la danza, hábitos alimenticios y prácticas de interacción social en la cotidianidad. En la actualidad se fortalece con el reconocimiento de nuevas generaciones que reclaman su visibilidad y su difusión.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/cimarronaje-y-juventud-8878807.html
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