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Maestros y maestras rurales

Por: Tahira Vargas García 

Las dificultades de salud que presenta gran parte del personal docente no se resuelven en su totalidad con los seguros de salud.

El 30 de junio se celebró el día del maestro y la maestra. La mayor parte del personal docente que se encuentra en las aulas son mujeres.

Continuamente se hacen análisis de los problemas de calidad en la educación dominicana con una mirada muchas veces acusatoria exclusiva hacia ellos/ellas. Si bien es cierto que el personal docente y directivo de los centros educativos tiene una alta responsabilidad en la calidad de la educación, hay cuotas fundamentales en los Distritos Educativos, las Regionales y del Ministerio de Educación.

Hay que reconocer que se han mejorado las condiciones socioeconómicas de maestros y maestras con la aprobación del 4% para la educación, y se ha incrementado sus salarios, aun así, se encuentra una gran parte que continúa viviendo en condiciones de vulnerabilidad y precariedad, sobre todo quienes trabajan en las comunidades rurales más lejanas y aisladas.

No cuentan muchas veces con medios de transporte y se trasladan pidiendo “bolas” para llegar a la comunidad donde muchas veces tienen que instalarse por varios días viviendo en las mismas condiciones de pobreza y desabastecimiento de servicios de estas comunidades.

El esfuerzo y la labor del docente en comunidades rurales de nuestro país deben de ser reconocidos

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Las dificultades de salud que presenta gran parte del personal docente no se resuelven en su totalidad con los seguros de salud y muchas veces se hacen recolectas en las comunidades para cubrir casos de tratamiento de cáncer, algunas cirugías o tratamientos de alto costo. Se presentan casos de maestros/as que han muerto por falta de recursos para una diálisis o para una intervención quirúrgica de emergencia.

En distintas comunidades rurales, se encuentra continuamente a maestros y maestras que reciben una precaria pensión que no suple sus necesidades básicas ni la de su familia. Logran sobrevivir muchas veces por la solidaridad y apoyo que reciben en las comunidades donde residen que reconocen su aporte social.

El currículo que deben desarrollar estos maestros y maestras en las escuelas es el mismo de una escuela urbana, urbano-marginal o en un colegio privado de estratos medios y altos. A pesar de las precarias condiciones para desarrollar su labor educativa y de su calidad de vida.

El esfuerzo y la labor del docente en comunidades rurales de nuestro país deben de ser reconocidos no solo con el día del maestro sino en todo momento. Tienen la responsabilidad de formar a nuestras nuevas generaciones en medio de dificultades, precariedades y acompañarles en los procesos de cambio social y cultural de la que son protagonistas.

Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/maestros-y-maestras-rurales-9078657.html

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Ser madres adolescentes

Por: Tahira Vargas García

Hay una concepción en adolescentes de estratos pobres de que la maternidad debe darse en la juventud porque luego se pierde la fertilidad.

La celebración del día de las madres en la sociedad dominicana se aborda en los medios de comunicación desde estereotipos que excluyen la diversidad de prácticas de maternidad existentes en diferentes estratos sociales, grupos etarios, generacionales y estructuras familiares.

Las madres adolescentes tienden a vivir en nuestra sociedad la condena y sanción continua a su condición porque se integran a la maternidad en edades consideradas como muy “tempranas” para el modelo social de la maternidad aun cuando nuestra historia está plagada de mujeres que se convirtieron en madres en la adolescencia y que hoy son bisabuelas, abuelas o madres de las madres adolescentes.

El significado de la maternidad para madres adolescentes es uno de los temas tratados en  distintos estudios (Ramirez y Vargas 2008) (Pérez, Miric y Vargas 2010).

Encontramos que las percepciones de las adolescentes tanto en estrato pobre como en estrato medio sobre su experiencia como madres están marcadas por una alta valoración de la maternidad y el sentido de la familia. Aún en las madres adolescentes donde se percibe cierta tristeza porque han tenido que asumir una responsabilidad muy jóvenes muestran la alegría de la maternidad porque le dan mucho peso a la familia como valor, entendiendo familia como descendencia.

“Soy feliz, es una experiencia muy grande, me siento un ser maravilloso”.” Es muy bonita la experiencia, me he dado cuenta de lo lindo que es ser madre joven”. ”A veces me siento triste, porque ya no soy la misma, no puedo pensar por mi sola tengo que pensar por dos”. “Estoy feliz porque en el mañana puedo decir tengo la familia hecha”. “Me siento bien y mal, dar una vida es lo mejor pero mal porque tuve que dejar la escuela, mis estudios”.(relatos de madres adolescentes en el estudio de Ramírez y Vargas 2008: 55).

En las adolescentes de estrato pobre se identifica una valoración significativa de la maternidad en la juventud. Ser madre joven resulta importante para las adolescentes aún cuando reconocen que no estaban preparadas para ello, les tienen mucho miedo a “no tener hijos” si se ponen lo que ellas llaman “muy viejas”. Hay una concepción en adolescentes de estratos pobres de que la maternidad debe darse en la juventud porque luego se pierde la fertilidad. Esta concepción probablemente esté asociada a un patrón de maternidad adolescente presente en sus madres que en muchos casos tuvieron su primer embarazo con menos de 20 años y también en la reproducción de un patrón cultural sexista que magnifica la maternidad como condición principal de la mujer basada en las creencias religiosas que tienen mucho peso en nuestra sociedad.

Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/ser-madres-adolescentes-9067755.html

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“Menores calientes”

Por: Tahira Vargas García 

Las niñas y adolescentes no tienen la conciencia de la manipulación y violencia psicológica de la que son víctimas y acceden a las trampas de comercialización de su cuerpo.

Cada cierto tiempo en el país se presentan escándalos con casos de niñas y adolescentes que son abusadas y/o explotadas sexualmente por figuras públicas.

En los casos de abuso y de explotación sexual de niñas y adolescentes se tiende a culpabilizar a la niña-adolescente de ser “provocadora” “sexy” o “caliente”.

La sociedad dominicana históricamente ha legitimado el abuso sexual, incesto y la explotación sexual de las niñas y adolescentes, desde la identificación del acto no como un crimen o ejercicio de violencia sexual sino como la respuesta a una provocación.

El imaginario cultural despoja al hombre de su responsabilidad como abusador y/o explotador sexual de niñas y/o adolescentes entendiéndose que responden a su “naturaleza instintiva” sin autocontrol, son las niñas-adolescentes y mujeres que deben controlarlo/frenarlo.

En el estudio que realizamos sobre Masculinidades y Violencia de Genero (Vargas/Profamilia 2019) muchos hombres y adolescentes de diferentes estratos sociales relataron sus prácticas cotidianas de acoso y violencia sexual hacia niñas y adolescentes. Justifican sus comportamientos como reacción a la provocación de las niñas y adolescentes quienes “se buscan” que las violen. En ningún momento se identifican como agresores sexuales, no ven sus actuaciones en conflicto con la ley.

Se hace necesario entender que las niñas y adolescentes no son “calientes” ni “provocadoras” son víctimas de una sociedad machista que se vuelve indiferente ante el acoso y abuso sexual continuo y cotidiano.

Junto al abuso sexual y su justificación se encuentra la explotación sexual que colinda con ello y tiene las mismas raíces culturales. El uso de transacciones económicas con el cuerpo de niñas y adolescentes es explotación sexual. Las niñas y adolescentes no tienen la conciencia de la manipulación y violencia psicológica de la que son víctimas y acceden a las trampas de comercialización de su cuerpo. En muchos casos tienen un historial de victimización en el abuso, violencia sexual y física en su niñez que provoca la normalización del mismo.

Los estudios sobre trata con fines de explotación sexual en población infantil y adolescente muestran claramente como desde temprana edad muchas niñas y adolescentes son víctimas de explotación sexual por familiares que realizan transacciones económicas con sus cuerpos y generan en ellas la aceptación de su situación de explotación desconociendo que son víctimas de explotación quedando gravemente afectadas psicológica y emocionalmente sin acceso a procesos de reparación de daños y de recuperación ante las secuelas  que tiene para su desarrollo integral y su salud sexual y reproductiva.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/opinion/menores-calientes-9063001.html

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Niñez y consumo de alcohol

Por: Tahira Vargas García

El alcohol para la población adolescente estudiada es parte de la diversión y no está sujeta a sanciones.

El consumo de alcohol está legalmente prohibido para la población infantil y adolescente.  Esta disposición no se cumple a cabalidad en muchas familias, comunidades y establecimientos.

Estudios cualitativos realizados con población infantil y adolescente en distintas comunidades pobres tanto urbanas como rurales muestran la permisividad existente en el consumo y venta de alcohol a niños, niñas y adolescentes, aun cuando se reconoce su impacto dañino en la salud de niñez y adolescencia.

Padres, madres y personas adultas entrevistadas en las comunidades rurales y urbano-marginales niegan que les ofrezcan alcohol a sus hijos e hijas. Esta información entra en contradicción con la que ofrecen  sus hijos e hijas. Estos/as reconocen que los primeros “tragos” y bebidas fueron ofrecidos por sus padres-madres-familiares.

 “Fui a bailar al colmado de mi papá y duré como una hora bailando. Un día bebí romo, mucho romo y me dolía la barriga” (niño de 11 años)

 ”Yo he tomaó “vipe” y ron con mi papá y un amigo”. (niña de 12 años) 

“Mi hermana compra ron y yo bebo”. (niña de 11 años)

 El alcohol para la población adolescente estudiada es parte de la diversión y no está sujeta a sanciones. Algunas de las causas que identificamos de que el “alcohol” tenga una presencia significativa en población infantil y adolescente son:

  • Ausencia de restricciones  del acceso a estas bebidas para niños, niñas y adolescentes.
  • Inducción al alcohol por personas adultas y familiares en una lógica de “probar” o de simplemente darle “un traguito”
  • Débil conciencia sobre los graves daños del alcohol las condiciones de salud física, mental, psicológica de niños, niñas y adolescentes
  • El consumo de alcohol en niños, niñas y adolescentes es percibido por padres y madres como efímero y superficial no reconocen en estos hábitos posibles adicciones a la sustancia ni riesgos para la integridad física de sus hijos e hijas.
  • Presencia de pauta cultural de vínculo estrecho entre consumo de alcohol y diversión
  • Vinculos estrechos entre machismo y consumo de alcohol genera que muchos hombres fomenten que sus hijos consuman alcohol desde la niñez y adolescencia.
  • Peso de la aceptación en grupos de pares somete a niños y adolescentes (sobre todo sexo masculino) a la presión social del consumo para ser aceptados.

No solo la familia tiene permisividad hacia el consumo de alcohol en niños, niñas y adolescentes es toda la sociedad. La protección de la niñez y la adolescencia en el consumo de alcohol desde políticas públicas y campañas es débil, no se identifica como una violación de derechos a la niñez ni una situación de riesgo que debe ser abordada en su protección.

Las adicciones únicamente se “problematizan” en nuestra sociedad desde las drogas ilícitas  (marihuana, cocaína, crack, heroína).  El consumo de drogas ilícitas en nuestro país inicia con las “licitas” como las bebidas alcohólicas. Las bebidas alcohólicas no solo inician, siguen formando parte de la diversidad de mezclas de sustancias adictivas (alcohol-marihuana-tabaco-crack) que generan graves daños a la salud y a la vida de nuestra niñez y adolescencia.

Las familias y centros educativos no cuentan con herramientas para ofrecer orientación, acompañamiento y prevención. La prevención del consumo de alcohol es débil desde los distintos ámbitos y las prohibiciones de compra y consumo en lugres públicos son vulneradas continuamente sin consecuencias.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/ninez-y-consumo-de-alcohol-9044960.html

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Juegos y niñez

Por: Tahira Vargas García 

En el juego se visibiliza la inequidad de género y de estratos sociales.

La Navidad se convierte en el único momento del año en que muchos niños y niñas tienen acceso a juegos y se piensa en ello. En el caso de los estratos pobres y muy pobres, no existe ese momento ni ese espacio, dentro de la población infantil pobre y en pobreza extrema hay una parte que crea sus propios juguetes, construyéndolos muchas veces con material de desecho.

El juego es inherente a las distintas etapas de desarrollo por las que atraviesa la población infantil y adolescente, los hallazgos cualitativos muestran diferentes prácticas y opciones de juego que se presentan tanto en la zona urbana como rural en las comunidades estudiadas caracterizadas por juegos al aire libre, visitas a ríos, balnearios, reuniones familiares y con amigos y amigas.

En el juego se visibiliza la inequidad de género y de estratos sociales. La población infantil y adolescente de sexo femenino tiene menos oportunidades de acceso al derecho a la recreación que la población masculina por las restricciones familiares que le imponen la priorización de actividades domésticas frente al juego. Los juegos tienden a mantener la segregación de género y los patrones sexistas existentes en las familias y en su contexto social.

Las diferencias entre la población infantil de comunidades rurales y urbano-marginales residen en los lugares de juego. En ambos casos los lugares de juego son las calles y caminos, con la diferencia de que en los barrios se juega en las cañadas y callejones. Por esa razón, la población infantil de los barrios está más expuesta a situaciones de riesgos en sus juegos en cañadas que están contaminadas por aguas negras. En las comunidades rurales los riesgos se encuentran en los juegos en canales también contaminados.

La niñez en situación de calle y residente en comunidades rurales vulnerables es la que tiene menos oportunidades para jugar. Sus derechos están violados y tienden a sufrir todo tipo de discriminación y violencia. En esa población los juguetes no existen, y la vida está envuelta en un círculo donde la única actividad posible es la sobrevivencia.

La población infantil que trabaja tanto en la zona rural como urbano-marginal mezcla trabajo y juego, con pocos espacios para ello.

Los juguetes de la navidad y los reyes son para muchos niños y niñas un momento de tensión e incertidumbre, para otros, la alegría. El acceso al juego y la recreación para la niñez es un derecho al que en su totalidad deben tener acceso, garantizarlo es una responsabilidad del Estado, gobiernos locales, padres-madres, escuelas y toda la sociedad.

Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/juegos-y-ninez-9020344.html

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¿Cómo se destruye la familia?

Por: Tahira Vargas García 

El factor destructor principal de un tipo de familia, la familia nuclear, es el machismo y la violencia de género e intrafamiliar.

Continuamente se presenta en la opinión publica y en las redes sociales la culpabilización hacia determinados fenómenos sociales o disposiciones legales como amenazas de destrucción de la familia. El termino destrucción hace referencia a eliminación física y violencia. Estableciéndose así que la familia va a desaparecer. Esta visión omite algunos elementos como los siguientes:

  1. Concepto de familia.

En la perspectiva de la Antropología del Parentesco (Strauss 1972) se conceptualiza a la familia desde la unidad de residencia y se ha excluido de la definición la reproducción que no siempre ha formado parte ni forma parte de varias familias en las diferentes sociedades y grupos sociales.

  1. Desconocimiento sobre la diversidad de estructuras familiares existentes en nuestra historia.

En nuestra historia social hemos contado con familias extensas, familias nucleares (formadas por parejas e hijos/as) familias monoparentales (matrilineales y patrilineales). Estas estructuras tienen raíces históricas y se presentan en la actualidad. Somos una sociedad culturalmente sincrética con un sostén patriarcal que refuerza el machismo y la poligamia-oculta lo que se mezcla con una cultura afrocaribeña que refuerza el tejido familiar extenso desde redes de cuidado y apoyo entre mujeres. Se presentan históricamente hombres jefes de varias familias, ¿cuál de esas familias han contado y cuentan con la presencia de padres físicamente? Gran parte de los matrimonios son uniones consensuales, la poligamia pasa desapercibida y varias familias tienen un mismo padre que está presente para algunas y para otras no.

  1. El factor destructor principal de un tipo de familia, la familia nuclear, es el machismo y la violencia de género e intrafamiliar.

Gran parte de las familias en nuestra sociedad desde los diferentes estratos y contextos sociales cuentan con relaciones basadas en el ejercicio de violencia. Las relaciones entre personas adultas y la niñez al interior de las familias esta sostenidas en violencia psicológica, física y verbal y la ausencia del respeto a los derechos de niños, niñas y adolescentes. Igualmente ocurre en las relaciones de pareja en la que el hombre impone un ejercicio de poder autoritario desde la violencia hacia su pareja femenina desde manifestaciones físicas, verbales y sexuales.

El machismo se convierte en el principal factor “destructor” de la familia nuclear por lo siguiente:

  • Despoja al hombre de su responsabilidad paterna, no se le educa para ser padre sino para ser “macho” con múltiples parejas sin relación con hijos e hijas desde la afectividad y el acompañamiento educativo.
  • Genera familias monoparentales como consecuencia de la paternidad ausente y la poligamia
  • Fortalece la masculinidad violenta en perjuicio de la mujer
  • Fomenta una relación conyugal en la que los hombres tienen permiso para violentar los derechos de las mujeres
  • Niega la autonomía que debe tener la mujer sobre su cuerpo y su decisión sobre cuando y como tener relaciones sexuales con su pareja.
  • Destruye las relaciones afectivas en las parejas al establecer pautas de imposición y poder del hombre sobre la mujer y la cosificación de la mujer en objeto sexual.

Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY

Fuente: https://acento.com.do/opinion/como-se-destruye-la-familia-9001606.html

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Permiso para violaciones sexuales

Por: Tahira Vargas García 

Uno de los principales escenarios desde donde las mujeres y adolescentes son víctimas de violencia física, verbal y sexual es en la relación de pareja.

Recientemente en las redes sociales y en distintos medios de comunicación social se ha generado un debate alrededor de la discusión del código penal en el congreso y la posibilidad de reducción de las penas para las violaciones sexuales o sexo sin consentimiento realizadas por conyugues o parejas.

Uno de los principales escenarios desde donde las mujeres y adolescentes son víctimas de violencia física, verbal y sexual es en la relación de pareja, llegando en muchísimos casos a perder su vida. El 80% de las mujeres dominicanas que han sido victimas de violaciones sexuales ha sido de sus parejas (UNFPA 2019) (ENDESA 2013)

La presencia en las relaciones de pareja de practicas de violencia de todo tipo es cotidiana tanto en los estratos pobres como en estratos medios y altos. Esta realidad la cuentan mujeres entrevistadas en distintos estudios etnográficos y cualitativos desde diferentes provincias del país (Vargas/Editorial Española 2019) (INTEC 2014).

“Hace unos meses me iba a casar. Teníamos la fecha de boda, invitaciones distribuidas, lugar, todo organizado para la boda. Una semana antes de la fecha que se iba a realizar la boda mi novio me llama y me pide que nos juntemos con unos amigos para compartir. Fuimos a cenar y luego de la cena tres amigos de él se montan en el vehículo con nosotros para llevarme a mi casa. No me llevaron a mi casa. Uno de los amigos me tapo los ojos con una venda y me llevaron a un motel. En el motel los tres amigos y mi novio me violaron. Fue terrible para mí. Llegue a pensar en suicidarme. No me atreví a denunciarlo” (entrevista a joven de 25 años estratos medios)

El relato anterior es de una joven que entrevistamos dentro de un estudio sobre violencia de género en diferentes provincias (Vargas/Editorial Española 2019). En el relato se muestra el patrón recurrente del ejercicio de violencia sexual por novios, esposos y ex esposos que viven continuamente muchas mujeres y adolescentes en nuestro país y que muchas veces las familias no conocen la realidad vivida por las victimas que tienen miedo de denunciar. Se han producido intentos de suicidios y suicidios consumados de jóvenes que se ven en un callejón sin salida frente a las violaciones sexuales cometidas por una persona a quien ellas le han dado la confianza y todo su afecto, sus parejas.

Este patrón se refuerza desde la socialización de niños y adolescentes que aprenden a ser “machos” desde una masculinidad violenta que les motiva a entender que la pareja les pertenece y que no deben pedirle consentimiento para el sexo, porque “es mía”.

El cuerpo de las mujeres se convierte en un objeto sexual de la pareja quien dispone de ella sea castigándola con golpes, maltrato físico o sometiéndola a un acto sexual en forma obligatoria y violenta. Estos elementos aparecen legitimados y normalizados por muchos hombres como se muestra en el estudio “Masculinidades y Violencia de género” (Vargas/PROFAMILIA 2018).

La condena de estos actos que son un crimen contra las mujeres con un alto contenido delictivo independientemente de quien los cometa (pareja o no) es una necesidad y una urgencia en nuestra sociedad. Las adolescentes y mujeres desde distintos estratos sociales no pueden continuar viviendo los abusos sexuales y la violencia cometida por quienes ellas han aceptado como parejas sentimentales sin consecuencias para los agresores. La violencia sexual va de la mano con la violencia de género, debe haber condenas para las agresiones físicas, verbales y psicológicas, así como las de naturaleza sexual en todos los escenarios que se produzcan en la misma magnitud. Incluyendo matrimonio, noviazgo, o algún tipo de relación sentimental

Fuente: https://acento.com.do/opinion/permiso-para-violaciones-sexuales-8996792.html
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