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África: Apostando por una educación inclusiva en la que todos los niños tienen cabida

África/Europa Press

Ir a la escuela da a estos niños capacidades que les permiten socializar y llegar a ser independientes.

Hasta hace dos años Aicha no iba a la escuela. Sus padres pensaban que por sus problemas de visión y de piel debido a su albinismo era lo mejor para ella, pero se equivocaban. Gracias a Humanity & Inclusion Aicha va a clase, tiene amigos y se ha convertido en el alma del patio en su escuela en Guinea-Bissau.

«Una educación de calidad inclusiva es fundamental para todos los niños, especialmente los niños con discapacidad», defiende Julia McGeown, asesora técnica de educación inclusiva de Humanity & Inclusion (la antigua Handicap International). «Una vez los niños son aceptados en las escuelas, y los profesores son formados para enseñarles, esto abre las puertas a muchas potenciales oportunidades para su futuro», subraya en una entrevista con Europa Press.

Como Aicha, «muchos niños con discapacidad se ven confinados en sus casas y nunca aprenden las capacidades que necesitan para prosperar en la sociedad, para conseguir medios de vida y para ser independientes», lamenta McGeown.

 M. MOREIRAS/HI – Archivo

El hecho de que estos niños no adquieran dichas capacidades y puedan llegar a valerse por sí mismos «no solo impacta en las vidas de los propios niños, sino también en las de sus familias, ya que muchos familiares tienen que quedarse en casa para cuidarles, continuando así el círculo vicioso de pobreza y discapacidad», explica la responsable de H&I.

Según datos del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), unos 264 millones de niños y adolescentes de todo el mundo no van a clase, de los que un tercio son niños con discapacidad. Se estima que a nivel mundial uno de cada 20 niños menores de 14 años presenta una discapacidad moderada o severa.

En el caso de África Central y Occidental, unos 32 millones de niños no van a la escuela. Humanity & Inclusion, que trabaja en educación inclusiva desde 2004, ha puesto en marcha el proyecto regional ‘Promoviendo la plena participación de los niños con discapacidad en la educación’, gracias al cual más de 13.000 niños, entre ellos Aicha, tienen acceso a educación en más de 1.000 escuelas socias en Benín, Burkina Faso, Guinea Bissau, Liberia, Malí, Níger, Senegal, Sierra Leona y Togo.

INCLUIR A NIÑOS CON TODO TIPO DE DISCAPACIDAD

El deseo de la ONG, especializada en el trabajo con personas con discapacidad, «es incluir a niños con todo tipo de discapacidad en escuelas ordinarias siempre que es posible», defiende McGeown, explicando que se ha logrado integrar con éxito a niños sordos o ciegos junto con niños sin discapacidad, al igual que a niños con discapacidades intelectuales, físicas o de comunicación.

 Sin embargo, la inclusión suele resultar más complicada para aquellos que además de una discapacidad «tienen necesidades sanitarias adicionales», y también del lugar en el que viven estos niños y la actitud mostrada por el personal docente a la hora de incluir a niños con «necesidades complejas», añade la asesora.

Dominique y Maria Cabrelli

Para que la inclusión sea posible, es necesario formar a los docentes. En general, explica McGeown, dada la escasa formación con la que muchos de ellos suelen contar, reciben con agrado «culquier formación adicional, sobre todo si es práctica». «Nuestro objetivo en educación inclusiva es introducir métodos de enseñanza activos que sean beneficiosos para todos los niños, además de para los niños con discapacidad», subraya. «Normalmente están muy interesados en aprender a leer idioma de  signos o braille por ejemplo», agrega.

 Otro elemento clave de la labor de H&I es el trabajo con las propias comunidades y la concienciación. En este sentido, explica la responsable de la ONG, se llevan a cabo sesiones «apoyadas por adultos con discapacidad que tienen historias inspiradoras de éxito gracias a la educación, algo que realmente puede ayudar a cambiar actitudes, que inicialmente pueden ser bastante negativas».

COMBATIENDO EL ESTIGMA

En algunos casos, indica la asesora de H&I, «hay un fuerte estigma negativo hacia los niños con discapacidad y falsas creencias de que la discapacidad puede ser contagiosa por ejemplo». En el caso de los niños como Aicha, con albinismo, en algunos países de África son perseguidos para extraerles los órganos por creencias espirituales, lo que les pone en peligro.

«Los niños con albinismo también son acosados, discriminados y no se sienten queridos en sus comunidades, por eso es muy importante enseñar a los docentes y trabajar con las comunidades para abordar estas asociaciones negativas y creencias falsas», defiende McGeown.

Como en el caso de Aicha, una vez que estos niños «reciben apoyo para sus problemas de visión, protección contra el sol y se conciencia a los demás niños, profesores y las comunidades de la realidad de su condición», su inclusión es posible, incide la asesora. Aicha ahora está terminando su segundo año de primaria, le encantan las matemáticas y escribir, pero sobre todo cantar y jugar.

Régis Binard/HI

Es importante cambiar la mentalidad de la gente, que piensa que «los niños con discapacidad no deberían ser educados o deberían ser educados solo de forma separada». Algunos niños con necesidades más complejas acuden a escuelas especiales, pero la mayoría pueden acudir a escuelas normales, lo único que hace falta es lograr que estas sean «más inclusivas».

Asimismo, Humanity and Inclusion también cuenta con proyectos para apoyar a las familias y que puedan educar a sus hijos en sus casas, así como iniciativas de educación informal en las comunidades, a las que se intenta enlazar con las escuelas.

Para vencer la distancia, se busca organizar sistemas de transporte o apoyar iniciativas locales en este sentido, como autobuses escolares que recogen a los niños con discapacidad que viven alejados. Otra de las soluciones que se ha buscado es que compañeros de los niños con discapacidad vayan a sus casas a recogerles y acompañarles a la escuela «si usan una silla de ruedas, un bastón para invidentes o cualquier otro artilugio de ayuda», señala McGeown.

Régis Binard/HI

Fuente: http://www.europapress.es/internacional/noticia-apostando-educacion-inclusiva-todos-ninos-tienen-cabida-20180311084246.html

 

 

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África: Maestros de Benin anuncian huelga para la próxima semana

14 Enero 2018/Fuente y Autor: http://prensa-latina.cu
El Frente de Acción del Sindicato de la Educación en Benin anunció hoy que realizará una huelga de 72 horas desde el próximo martes por la demora en el cumplimiento de varias demandas.

La organización, que integra a 52 estructuras sindicales, exige la aplicación sin demora de los decretos relativos al estado especial de los cuerpos del profesorado de segundo y primer grados y la indexación de los salarios de los maestros de preescolar, primaria y secundaria.

Los sindicatos de maestros también piden la regularización de la situación administrativa y financiera de las distintas categorías de docentes en todas las escuelas de las diversas enseñanzas.

Del mismo modo, requieren la firma del nuevo decreto sobre la contratación y el empleo de maestros con el aumento efectivo de la tarifa por horas de vacaciones.

Asimismo, piden la transferencia de las contribuciones de los agentes contractuales del estado del Fondo Nacional de Seguridad Social al Fondo de Pensionistas Nacionales de Benin.

De no llegarse a un acuerdo en las próximas horas, el Frente podría provocar un verdadero caos a nivel nacional la semana entrante.

Fuente de la noticia: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=144255&SEO=maestros-de-benin-anuncian-huelga-para-la-proxima-semana
Fuente de la imagen: https://africa.cgtn.com/wp-content/photo-gallery/2018/01/beni-MMAP
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Madres adolescentes de Cotonou (Benín), víctimas de abuso y rechazo, encuentran acogida en la Maison du Soleil

Benín/14 diciembre 2017/Fuente: Telecinco

Vanessa es beninesa, tiene 16 años y es madre de un bebé de 9 meses, Aicha. Se marchó de su casa para vivir con su tía y así tener un futuro mejor pero su vida se truncó cuando fue violada por un vecino y expulsada por su propia tía de la casa, al quedarse embarazada.
La joven recuerda su historia casi en un susurro. «No sabía a dónde ir y un hombre me habló del servicio de protección del menor», relata. Desde allí la trasladaron a la Maison du Soleil de Cotonou, una casa de las salesianas cuya construcción ha financiado Manos Unidas y donde viven un total de 10 niñas menores de 18 años, que han sido víctimas de abusos y violencia, con embarazos precoces y no deseados y que viven en una situación de desprotección y dificultad extrema. En la actualidad, tres de las menores acogidas han sufrido incesto, procediendo el abuso sexual, sobre todo, de los nuevos cónyuges de sus madres y de sus abuelos.
A través de la labor de psicólogos, asistentes sociales y médicos se ofrece a las jóvenes asistencia sanitaria, psicológica, educación sexual, asistencia jurídica -por ejemplo, para reclamar la paternidad–, se les enseñan sus derechos, cómo defenderse de sus agresores y se trabaja en su reinserción familiar, según explica el director de la casa, Micdadou Coulibaly.
Las jóvenes son acogidas durante su embarazo y con sus bebés, durante un periodo aproximado de 6 a 9 meses, hasta que se consigue garantizar su estabilidad. El problema aparece cuando llega el momento de ser reinsertadas y algunas de ellas no pueden por casos de malos tratos u otras dificultades familiares. «Me gustaría volver con mi madre pero hay muchos problemas», explica Vanessa entre lágrimas, al pensar que dentro de poco tiempo tendrá que abandonar esta casa que se ha convertido en su «hogar». En estos casos, alargan el periodo de estancia e intentan sensibilizar a la familia, según precisa Coulibaly.
A Vanessa le gustaría en un futuro poder montar su propio restaurante, al igual que Olga, de 18 años y madre de un niño de 18 meses, que ha conseguido levantar su propio negocio de jabonería tras pasar por la Maison du Soleil y por la Maison de l’Esperance. Olga se quedó embarazada y el padre del niño no quiso hacerse cargo, así que acabó en la casa de acogida de las salesianas de Cotonou. En abril se reintegró en su familia, en casa de su madre y dice que le va «genial» con su negocio, vendiendo jabones a sus familiares y a peluquerías.
«Hay esperanza», asegura Olga desde la Maison du Soleil a la que a veces vuelve para contar su testimonio a las demás chicas. Cuando sus coetáneas le preguntan sobre si es una vergüenza estar allí acogidas, ella niega rotundamente con la cabeza y anima a las jóvenes a seguir adelante junto a sus hijos, que durante esos primeros nueve meses de vida duermen seguros, comen, ríen, corren y juegan felices.
Olga es un ejemplo de lo que estas madres adolescentes y otros muchos niños y niñas de la calle pueden conseguir gracias a la Maison de l’Esperance (Casa de la Esperanza), ubicada junto a la Maison du Soleil, donde se ofrecen cursos de pastelería, panadería, jabonería y cocina. La directora de esta casa, Fanny Ogoun, explica que unos 60 niños y jóvenes de 14 a 20 años pasan cada año por estos talleres que tienen una duración de nueve meses, más otros tres de prácticas. Tras este periodo, reciben un diploma y les ayudan a redactar su currículo y a buscar empleo. Ogoun asegura que en torno a un 70 por ciento obtienen un trabajo.
VENDIDA PARA TRABAJO DOMÉSTICO
Por esta formación también pasó Abla, una joven de 17 años originaria de Togo que trabaja como pastelera en Benín. En el año 2008, cuando tenía 9 años, la secuestraron junto a su hermano y les vendieron en Nigeria. Ella fue comprada por una mujer para la que estuvo realizando durante cuatro años trabajos domésticos sin salir de la casa. Cada año, miles de niños son víctimas de trata y transportados fuera de las fronteras de Benín para realizar trabajos forzosos y peligrosos.
Algunas de ellas consiguen escapar de esta vida gracias a proyectos como el internado de las salesianas de Don Bosco en Benín, que en todos sus proyectos de acogida han ayudado a unas 20.000 menores en los últimos 16 años. Con su internado, cuya ampliación ha sido financiada por Manos Unidas, ofrecen un hogar a niñas de hasta 17 años que han sido víctimas de trata, explotadas o que han sufrido maltrato y abusos, hasta que encuentran a sus familias.
En el caso de Abla, fue el Servicio de Protección del Menor de la Policía de Benín el que entró en contacto con las salesianas de San Juan Bosco para contarles su caso. Así es como entró en el internado, donde ha vivido desde entonces hasta que este año localizaron a sus padres. Las salesianas habían recorrido once localidades y habían puesto anuncios en la radio. Al poco tiempo, el padre de la joven llamó al teléfono que escuchó a través del transistor. Llevaban buscándola desde 2008.
El pasado 27 de noviembre -que han acordado como el cumpleaños de la joven, ya que la familia no recuerda su fecha exacta de nacimiento–, se produjo el reencuentro en Benín, con dificultades de comunicación ya que la madre solo habla una lengua local que la menor no conoce. Si bien, de momento Abla solo quiere pasar un mes con su familia en Togo y volver a Benín, pues es allí donde tiene su trabajo como pastelera.
Además, teme que a su edad, si vuelve con sus padres, estos puedan concertarle un matrimonio forzado, otro de los principales problemas a los que se enfrentan las niñas beninesas. Este tipo de arreglos matrimoniales ocurren en un 34 por ciento de casos entre las jóvenes menores de 18 años de Benín. Además, el 8 por ciento de las menores de 15 años están casadas, según UNICEF.
En 2015, el Parlamento beninés aprobó el nuevo Código del menor que, entre otras cuestiones, pone fin a la impunidad de los matrimonios infantiles y juveniles y desarrolla líneas de actuación para sensibilizar sobre este problema. Sin embargo, ONG y religiosos que trabajan en el sector denuncian que el Gobierno no está destinando medios y recursos suficientes.

Fuente noticia: http://www.telecinco.es/informativos/sociedad/Madres-Cotonou-Benin-Maison-Soleil_0_2482726056.html

Fuente imagen: http://img.europapress.net/fotoweb/fotonoticia_20171213153648_500.jpg

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Calidad educativa frente al fracaso escolar en Benín

Un proyecto de un beninés formado en España impulsa la enseñanza de excelencia frente al hacinamiento y la falta de profesores y recursos en un barrio de la ciudad de Parakou

Africa/Parakou (Benín)/Elpais

Calles polvorientas, falta de alcantarillado, decenas de motos, niños jugando o mujeres vendiendo casi cualquier cosa conforman el paisaje de Tibona, un barrio joven situado a ocho kilómetros del centro de Parakou, la ciudad más importante del norte de Benín. La falta de infraestructuras y urbanización se hace patente una vez que se accede a él. La zona está poblada en su mayoría por personas venidas de otras partes del país en busca de trabajo. No son de la etnia bariba dominante en la región, lo que provoca la marginalidad, que se acentúa con la ausencia de centros educativos.

 El gran número de jóvenes sentado bajo cualquier atisbo de sombra es indicativo de la alta tasa de desempleo juvenil que reina en el área. Ni siquiera ahora, que las fábricas de algodón de la ciudad están trabajando día y noche para empaquetar todo el producto que les llega en plena campaña de recolección, se les ofrece una oportunidad. Solo les queda el trapicheo y la economía informal para sobrevivir. El abandono que sufre la población de esta zona se nota de manera muy especial en la educación. El hacinamiento, la falta de profesores y de facilidades de los pocos colegios que existen en Tibona son, entre otras muchas razones, causa directa del alto índice de fracaso escolar que se registra en el barrio.

Estas son las principales razones que impulsaron a la Fundación Vie pour Tous (Vida para Todos) a ofrecer oportunidades a los menores de Tibona con la apertura de centros escolares. Tras realizar en 2011 una escuela infantil con la colaboración de Caja Segovia y edificar en 2013 un centro de primaria con la aportación de la Fundación Salvador Soler, en septiembre de 2016, se ha abierto la sección de secundaria. El edificio, separado unos cuantos metros de los anteriores, todavía está en construcción. Los trabajos que han permitido acomodar a los alumnos de los tres primeros años de este ciclo se han desarrollado por la herencia dejada a la fundación de un sacerdote de la diócesis de Bilbao.

No es el primer centro escolar que esta organización abre en un lugar remoto. Más al norte, en Kandi, una zona de fuerte influencia musulmana, han sido pioneros en establecer un internado y clases mixtas; y llevan siete años seguidos siendo la mejor escuela de todo el país, según la inspección del Ministerio de Educación en Parakou. La clave está en la calidad de la educación ofrecida, comenta el beninés Theodore Soume, fundador de Vie pour Tous, que ostenta un MBA por la Escuela Europea de Negocios de Bilbao, un doctorado en teología dogmática por la Universidad Pontificia de Salamanca, un máster en cooperación por la Universidad del País Vasco y que escribe su tesis doctoral sobre la cultura como base del desarrollo humano integral.

En Benín se han conseguido avances considerables en la matriculación de menores en la enseñanza primaria desde que se adoptaran los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en el año 2000, pero mantener a los alumnos en la escuela sigue siendo un reto importante, según se  vislumbra del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). A pesar de ello, se ha logrado que el 55,8% de los inscritos terminen la primaria, lo que supone en sí un gran logro.

Sin embargo, preocupa la gran cantidad de jóvenes de entre 15 y 24 años que están fuera del sistema educativo. Entre 2010 y 2014 se consiguió reducir la tasa en 13 puntos, pero todavía son muchos, especialmente chicas, los que no reciben educación. Esto tiene como consecuencia directa que más de la mitad de las mujeres del país (56.1%) no sepa leer ni escribir. Entre los hombres jóvenes la tasa también es alta, aunque algo menor, el 40,1%.  El Gobierno de Benín se esfuerza para escolarizar a su población. El 18,2% está en edad de acudir a la escuela, y la mayoría vive en zonas rurales, por lo que la tarea no es fácil. «El ejecutivo responde de manera adecuada a este reto destinando recursos a la educación, según afirma el PNUD», que reasalta que el país está a punto de alcanzar la paridad en educación primaria.

«Yo he aprendido que la práctica religiosa no define la calidad de una persona”, dice el fundador de Vie pour tous

Sin embargo, Benín debe poner más esfuerzo en el nivel pre-primario y en la alfabetización de adultos, reconoce el PNUD. Además, la gran asignatura pendiente del país, en materia de educación, es su calidad. Por ejemplo, Benín tiene una ratio media de 48 estudiantes por profesor, que en zonas rurales es superada con bastante frecuencia y muchos maestros carecen además de la formación adecuada. El material escolar es también difícil de adquirir por la mayoría de las familias, por o que el organismo internacional pide que se dediquen más esfuerzos a la formación profesional y a becas para ayudar a todos los alumnos a continuar sus estudios.

“El gobierno beninés no prioriza la educación, muy al contrario, está poniendo todo su esfuerzo en industrializar el país descuidando todos los demás sectores”, afirma Soume aún con los datos oficiales. Un ejemplo es la campaña contra los pequeños negocios gracias a los que viven cientos de familias. Estos son la base de la llamada economía informal. Se han destruido quioskos, tenderetes, puestos y tiendas que se levantaban en las aceras de las ciudades y al borde de las carreteras de entrada y salida de las grandes urbes y en los que se ofrecía de todo: comida, bebidas, recambios para motos y otros vehículos… y mucho combustible traído clandestinamente desde la vecina Nigeria.

Ahora, un reguero de escombros sustituye al bullicio que hasta hace poco caracterizaba a esos lugares. La excusa utilizada por el ejecutivo es que hay que modernizar el país y esa faceta anárquica que ofrecían esos mercadillos no cuadra con la nueva imagen. Además, como estas edificaciones suelen estar construidas sobre suelo público, los dueños no son indemnizados, por lo que a los políticos les sale casi gratis la operación. Una consecuencia directa de esta medida es que muchas personas se han quedado sin ingresos y eso ha repercutido en una retirada masiva de los hijos de los colegios. “Puede que lo que las autoridades están haciendo sea legal, pero no es humano”, concluye el fundador de la entidad.

Escudo con iglesia y mezquita

En el colegio del barrio Tibona se buscan fórmulas para dar respuesta a estos problemas. Al entrar en él llama la atención el orden y la limpieza. Las aulas no tienen más de 15 alumnos, existen ayudas para evitar el abandono escolar y la fundación corre con el gasto de los sueldos de los profesores. La tolerancia y la convivencia entre alumnos de distintas etnias y religiones son algunos de los valores difundidos. De hecho, el escudo de la fundación luce una iglesia y una mezquita. “Nadie puede perder su cultura, su tradición y sus creencias por venir a la escuela”, afirma Soume.

Creó la Fundación Vie pour Tous en 2005 basándose en su experiencia personal. “Soy de una familia muy rica en confesiones religiosas”, comenta el beninés en un perfecto castellano. “Mi padre viene de una familia que es cuidadora de nuestros ancestros y mi madre es musulmana. Todos hemos vivido unidos respetándonos unos a otros. Yo he aprendido que la práctica religiosa no define la calidad de una persona”, reflexiona. La primera escuela se abrió en Kandi, luego vino N’Dali donde la fundación tiene varias bibliotecas infantiles, centros de formación para mujeres y una escuela de soldadura. Y finalmente llegó a Parakou, donde gestiona cuatro escuelas y un centro de formación para mujeres.

«Si se ofrecen oportunidades, todos los niños,  de forma independiente  a su condición social, pueden conseguir las mismas metas», dice Soume

En la clase del último curso de primaria de Tibona impera un silencio absoluto. Todos los alumnos están concentrados sobre sus cuadernos resolviendo los ejercicios de matemáticas que el profesor ha escrito en la pizarra. Soume comenta que este grupo recibe especial atención por parte de los profesores porque tiene que hacer el examen para acceder a la escuela secundaria y quieren conseguir los mejores resultados del país para demostrar que si se ofrecen oportunidades, todos los niños, de forma independiente a su condición social, pueden conseguir las mismas metas. Es la falta de recursos y el abandono de las instituciones lo que condena a los menores de las zonas menos privilegiadas al fracaso.

“No basta con dar a los niños la oportunidad de estudiar, hay que ofrecerles la mejor educación posible para ayudarles a progresar en la vida”, comenta Mindo Gore, director de la escuela primaria. La fundación, entre otras cosas, ha optado por los idiomas. La educación es en francés, pero se estudia también castellano e inglés y son pioneros en la enseñanza en bariba (idioma predominante en la zona).

En la clase de segundo de primaria una niña recita un poema delante de todos sus compañeros y a mitad del mismo se le une un chico que continúa con las rimas. En esta clase hay total paridad de género, pero recorriendo las aulas se puede apreciar como el número de chicas disminuye a medida que se sube de curso. Por eso la fundación hace un gran esfuerzo para evitar que las niñas abandonen el colegio.

Una profesora supervisa los trabajos de sus alumnos en una clase de primaria.
Una profesora supervisa los trabajos de sus alumnos en una clase de primaria. CH. C.
 Trabajan con las familias para concienciar de la importancia de educar a las hijas igual que a los hijos. “Muchos padres retiran a sus hijas para que trabajen en casa o para casarlas”, explica Pascualine Abo, directora de la fundación. Cuando eso sucede los trabajadores sociales de la organización visitan a la familia y hablan con ella. “En algún caso, incluso, hemos tenido que dar a los padres una pequeña ayuda para que no pongan a la niña a trabajar y ellas puedan continuar con sus estudios”, dice Abo.

Pero para no tener que depender siempre de fuera, la fundación ha empezado un proceso de autofinanciación con la puesta en marcha de varios negocios como venta de agua o el alquiler de algunos de los coches que les han donado. Pequeñas ayudas para ofrecer una educación de alta calidad a los más vulnerables.“Para poder ofrecer calidad hay que invertir en ella y pagar bien a los maestros”, afirma Soume.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/07/14/planeta_futuro/1500022755_679026.html

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Africa: Calidad educativa frente al fracaso escolar en Benín

Por: El Pais/Chema Caballero /21-07-2017

Calles polvorientas, falta de alcantarillado, decenas de motos, niños jugando o mujeres vendiendo casi cualquier cosa conforman el paisaje de Tibona, un barrio joven situado a ocho kilómetros del centro de Parakou, la ciudad más importante del norte de Benín. La falta de infraestructuras y urbanización se hace patente una vez que se accede a él. La zona está poblada en su mayoría por personas venidas de otras partes del país en busca de trabajo. No son de la etnia baribadominante en la región, lo que provoca la marginalidad, que se acentúa con la ausencia de centros educativos.

El gran número de jóvenes sentado bajo cualquier atisbo de sombra es indicativo de la alta tasa de desempleo juvenil que reina en el área. Ni siquiera ahora, que las fábricas de algodón de la ciudad están trabajando día y noche para empaquetar todo el producto que les llega en plena campaña de recolección, se les ofrece una oportunidad. Solo les queda el trapicheo y la economía informal para sobrevivir. El abandono que sufre la población de esta zona se nota de manera muy especial en la educación. El hacinamiento, la falta de profesores y de facilidades de los pocos colegios que existen en Tibona son, entre otras muchas razones, causa directa del alto índice de fracaso escolar que se registra en el barrio.

Estas son las principales razones que impulsaron a la Fundación Vie pour Tous (Vida para Todos) a ofrecer oportunidades a los menores de Tibona con la apertura de centros escolares. Tras realizar en 2011 una escuela infantil con la colaboración de Caja Segovia y edificar en 2013 un centro de primaria con la aportación de la Fundación Salvador Soler, en septiembre de 2016, se ha abierto la sección de secundaria. El edificio, separado unos cuantos metros de los anteriores, todavía está en construcción. Los trabajos que han permitido acomodar a los alumnos de los tres primeros años de este ciclo se han desarrollado por la herencia dejada a la fundación de un sacerdote de la diócesis de Bilbao.

No es el primer centro escolar que esta organización abre en un lugar remoto. Más al norte, en Kandi, una zona de fuerte influencia musulmana, han sido pioneros en establecer un internado y clases mixtas; y llevan siete años seguidos siendo la mejor escuela de todo el país, según la inspección del Ministerio de Educación en Parakou. La clave está en la calidad de la educación ofrecida, comenta el beninés Theodore Soume, fundador de Vie pour Tous, que ostenta un MBA por la Escuela Europea de Negocios de Bilbao, un doctorado en teología dogmática por la Universidad Pontificia de Salamanca, un máster en cooperación por la Universidad del País Vasco y que escribe su tesis doctoral sobre la cultura como base del desarrollo humano integral.

En Benín se han conseguido avances considerables en la matriculación de menores en la enseñanza primaria desde que se adoptaran los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en el año 2000, pero mantener a los alumnos en la escuela sigue siendo un reto importante, según se  vislumbra del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). A pesar de ello, se ha logrado que el 55,8% de los inscritos terminen la primaria, lo que supone en sí un gran logro.

Sin embargo, preocupa la gran cantidad de jóvenes de entre 15 y 24 años que están fuera del sistema educativo. Entre 2010 y 2014 se consiguió reducir la tasa en 13 puntos, pero todavía son muchos, especialmente chicas, los que no reciben educación. Esto tiene como consecuencia directa que más de la mitad de las mujeres del país (56.1%) no sepa leer ni escribir. Entre los hombres jóvenes la tasa también es alta, aunque algo menor, el 40,1%.  El Gobierno de Benín se esfuerza para escolarizar a su población. El 18,2% está en edad de acudir a la escuela, y la mayoría vive en zonas rurales, por lo que la tarea no es fácil. «El ejecutivo responde de manera adecuada a este reto destinando recursos a la educación, según afirma el PNUD», que reasalta que el país está a punto de alcanzar la paridad en educación primaria.

«Yo he aprendido que la práctica religiosa no define la calidad de una persona”, dice el fundador de Vie pour tous

Sin embargo, Benín debe poner más esfuerzo en el nivel pre-primario y en la alfabetización de adultos, reconoce el PNUD. Además, la gran asignatura pendiente del país, en materia de educación, es su calidad. Por ejemplo, Benín tiene una ratio media de 48 estudiantes por profesor, que en zonas rurales es superada con bastante frecuencia y muchos maestros carecen además de la formación adecuada. El material escolar es también difícil de adquirir por la mayoría de las familias, por o que el organismo internacional pide que se dediquen más esfuerzos a la formación profesional y a becas para ayudar a todos los alumnos a continuar sus estudios.

“El gobierno beninés no prioriza la educación, muy al contrario, está poniendo todo su esfuerzo en industrializar el país descuidando todos los demás sectores”, afirma Soume aún con los datos oficiales. Un ejemplo es la campaña contra los pequeños negocios gracias a los que viven cientos de familias. Estos son la base de la llamada economía informal. Se han destruido quioskos, tenderetes, puestos y tiendas que se levantaban en las aceras de las ciudades y al borde de las carreteras de entrada y salida de las grandes urbes y en los que se ofrecía de todo: comida, bebidas, recambios para motos y otros vehículos… y mucho combustible traído clandestinamente desde la vecina Nigeria.

Ahora, un reguero de escombros sustituye al bullicio que hasta hace poco caracterizaba a esos lugares. La excusa utilizada por el ejecutivo es que hay que modernizar el país y esa faceta anárquica que ofrecían esos mercadillos no cuadra con la nueva imagen. Además, como estas edificaciones suelen estar construidas sobre suelo público, los dueños no son indemnizados, por lo que a los políticos les sale casi gratis la operación. Una consecuencia directa de esta medida es que muchas personas se han quedado sin ingresos y eso ha repercutido en una retirada masiva de los hijos de los colegios. “Puede que lo que las autoridades están haciendo sea legal, pero no es humano”, concluye el fundador de la entidad.

Escudo con iglesia y mezquita

En el colegio del barrio Tibona se buscan fórmulas para dar respuesta a estos problemas. Al entrar en él llama la atención el orden y la limpieza. Las aulas no tienen más de 15 alumnos, existen ayudas para evitar el abandono escolar y la fundación corre con el gasto de los sueldos de los profesores. La tolerancia y la convivencia entre alumnos de distintas etnias y religiones son algunos de los valores difundidos. De hecho, el escudo de la fundación luce una iglesia y una mezquita. “Nadie puede perder su cultura, su tradición y sus creencias por venir a la escuela”, afirma Soume.

Creó la Fundación Vie pour Tous en 2005 basándose en su experiencia personal. “Soy de una familia muy rica en confesiones religiosas”, comenta el beninés en un perfecto castellano. “Mi padre viene de una familia que es cuidadora de nuestros ancestros y mi madre es musulmana. Todos hemos vivido unidos respetándonos unos a otros. Yo he aprendido que la práctica religiosa no define la calidad de una persona”, reflexiona. La primera escuela se abrió en Kandi, luego vino N’Dali donde la fundación tiene varias bibliotecas infantiles, centros de formación para mujeres y una escuela de soldadura. Y finalmente llegó a Parakou, donde gestiona cuatro escuelas y un centro de formación para mujeres.

«Si se ofrecen oportunidades, todos los niños,  de forma independiente  a su condición social, pueden conseguir las mismas metas», dice Soume

En la clase del último curso de primaria de Tibona impera un silencio absoluto. Todos los alumnos están concentrados sobre sus cuadernos resolviendo los ejercicios de matemáticas que el profesor ha escrito en la pizarra. Soume comenta que este grupo recibe especial atención por parte de los profesores porque tiene que hacer el examen para acceder a la escuela secundaria y quieren conseguir los mejores resultados del país para demostrar que si se ofrecen oportunidades, todos los niños, de forma independiente a su condición social, pueden conseguir las mismas metas. Es la falta de recursos y el abandono de las instituciones lo que condena a los menores de las zonas menos privilegiadas al fracaso.

“No basta con dar a los niños la oportunidad de estudiar, hay que ofrecerles la mejor educación posible para ayudarles a progresar en la vida”, comenta Mindo Gore, director de la escuela primaria. La fundación, entre otras cosas, ha optado por los idiomas. La educación es en francés, pero se estudia también castellano e inglés y son pioneros en la enseñanza en bariba (idioma predominante en la zona).

En la clase de segundo de primaria una niña recita un poema delante de todos sus compañeros y a mitad del mismo se le une un chico que continúa con las rimas. En esta clase hay total paridad de género, pero recorriendo las aulas se puede apreciar como el número de chicas disminuye a medida que se sube de curso. Por eso la fundación hace un gran esfuerzo para evitar que las niñas abandonen el colegio.

Una profesora supervisa los trabajos de sus alumnos en una clase de primaria.
Una profesora supervisa los trabajos de sus alumnos en una clase de primaria. CH. C.

Trabajan con las familias para concienciar de la importancia de educar a las hijas igual que a los hijos. “Muchos padres retiran a sus hijas para que trabajen en casa o para casarlas”, explica Pascualine Abo, directora de la fundación. Cuando eso sucede los trabajadores sociales de la organización visitan a la familia y hablan con ella. “En algún caso, incluso, hemos tenido que dar a los padres una pequeña ayuda para que no pongan a la niña a trabajar y ellas puedan continuar con sus estudios”, dice Abo.

Pero para no tener que depender siempre de fuera, la fundación ha empezado un proceso de autofinanciación con la puesta en marcha de varios negocios como venta de agua o el alquiler de algunos de los coches que les han donado. Pequeñas ayudas para ofrecer una educación de alta calidad a los más vulnerables.“Para poder ofrecer calidad hay que invertir en ella y pagar bien a los maestros”, afirma Soume.

*Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/07/14/planeta_futuro/1500022755_679026.html

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Calidad educativa frente al fracaso escolar en Benín

Benín/17 julio 2017/Fuente: El País

Un proyecto de un beninés formado en España impulsa la enseñanza de excelencia frente al hacinamiento y la falta de profesores y recursos en un barrio de la ciudad de Parakou.

Calles polvorientas, falta de alcantarillado, decenas de motos, niños jugando o mujeres vendiendo casi cualquier cosa conforman el paisaje de Tibona, un barrio joven situado a ocho kilómetros del centro de Parakou, la ciudad más importante del norte de Benín. La falta de infraestructuras y urbanización se hace patente una vez que se accede a él. La zona está poblada en su mayoría por personas venidas de otras partes del país en busca de trabajo. No son de la etnia bariba dominante en la región, lo que provoca la marginalidad, que se acentúa con la ausencia de centros educativos.

El gran número de jóvenes sentado bajo cualquier atisbo de sombra es indicativo de la alta tasa de desempleo juvenil que reina en el área. Ni siquiera ahora, que las fábricas de algodón de la ciudad están trabajando día y noche para empaquetar todo el producto que les llega en plena campaña de recolección, se les ofrece una oportunidad. Solo les queda el trapicheo y la economía informal para sobrevivir. El abandono que sufre la población de esta zona se nota de manera muy especial en la educación. El hacinamiento, la falta de profesores y de facilidades de los pocos colegios que existen en Tibona son, entre otras muchas razones, causa directa del alto índice de fracaso escolar que se registra en el barrio.

Estas son las principales razones que impulsaron a la Fundación Vie pour Tous (Vida para Todos) a ofrecer oportunidades a los menores de Tibona con la apertura de centros escolares. Tras realizar en 2011 una escuela infantil con la colaboración de Caja Segovia y edificar en 2013 un centro de primaria con la aportación de la Fundación Salvador Soler, en septiembre de 2016, se ha abierto la sección de secundaria. El edificio, separado unos cuantos metros de los anteriores, todavía está en construcción. Los trabajos que han permitido acomodar a los alumnos de los tres primeros años de este ciclo se han desarrollado por la herencia dejada a la fundación de un sacerdote de la diócesis de Bilbao.

No es el primer centro escolar que esta organización abre en un lugar remoto. Más al norte, en Kandi, una zona de fuerte influencia musulmana, han sido pioneros en establecer un internado y clases mixtas; y llevan siete años seguidos siendo la mejor escuela de todo el país, según la inspección del Ministerio de Educación en Parakou. La clave está en la calidad de la educación ofrecida, comenta el beninés Theodore Soume, fundador de Vie pour Tous, que ostenta un MBA por la Escuela Europea de Negocios de Bilbao, un doctorado en teología dogmática por la Universidad Pontificia de Salamanca, un máster en cooperación por la Universidad del País Vasco y que escribe su tesis doctoral sobre la cultura como base del desarrollo humano integral.

En Benín se han conseguido avances considerables en la matriculación de menores en la enseñanza primaria desde que se adoptaran los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en el año 2000, pero mantener a los alumnos en la escuela sigue siendo un reto importante, según se  vislumbra del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). A pesar de ello, se ha logrado que el 55,8% de los inscritos terminen la primaria, lo que supone en sí un gran logro.

Sin embargo, preocupa la gran cantidad de jóvenes de entre 15 y 24 años que están fuera del sistema educativo. Entre 2010 y 2014 se consiguió reducir la tasa en 13 puntos, pero todavía son muchos, especialmente chicas, los que no reciben educación. Esto tiene como consecuencia directa que más de la mitad de las mujeres del país (56.1%) no sepa leer ni escribir. Entre los hombres jóvenes la tasa también es alta, aunque algo menor, el 40,1%.  El Gobierno de Benín se esfuerza para escolarizar a su población. El 18,2% está en edad de acudir a la escuela, y la mayoría vive en zonas rurales, por lo que la tarea no es fácil. «El ejecutivo responde de manera adecuada a este reto destinando recursos a la educación, según afirma el PNUD», que reasalta que el país está a punto de alcanzar la paridad en educación primaria.

Sin embargo, Benín debe poner más esfuerzo en el nivel pre-primario y en la alfabetización de adultos, reconoce el PNUD. Además, la gran asignatura pendiente del país, en materia de educación, es su calidad. Por ejemplo, Benín tiene una ratio media de 48 estudiantes por profesor, que en zonas rurales es superada con bastante frecuencia y muchos maestros carecen además de la formación adecuada. El material escolar es también difícil de adquirir por la mayoría de las familias, por o que el organismo internacional pide que se dediquen más esfuerzos a la formación profesional y a becas para ayudar a todos los alumnos a continuar sus estudios.

“El gobierno beninés no prioriza la educación, muy al contrario, está poniendo todo su esfuerzo en industrializar el país descuidando todos los demás sectores”, afirma Soume aún con los datos oficiales. Un ejemplo es la campaña contra los pequeños negocios gracias a los que viven cientos de familias. Estos son la base de la llamada economía informal. Se han destruido quioskos, tenderetes, puestos y tiendas que se levantaban en las aceras de las ciudades y al borde de las carreteras de entrada y salida de las grandes urbes y en los que se ofrecía de todo: comida, bebidas, recambios para motos y otros vehículos… y mucho combustible traído clandestinamente desde la vecina Nigeria.

Ahora, un reguero de escombros sustituye al bullicio que hasta hace poco caracterizaba a esos lugares. La excusa utilizada por el ejecutivo es que hay que modernizar el país y esa faceta anárquica que ofrecían esos mercadillos no cuadra con la nueva imagen. Además, como estas edificaciones suelen estar construidas sobre suelo público, los dueños no son indemnizados, por lo que a los políticos les sale casi gratis la operación. Una consecuencia directa de esta medida es que muchas personas se han quedado sin ingresos y eso ha repercutido en una retirada masiva de los hijos de los colegios. “Puede que lo que las autoridades están haciendo sea legal, pero no es humano”, concluye el fundador de la entidad.

Escudo con iglesia y mezquita

En el colegio del barrio Tibona se buscan fórmulas para dar respuesta a estos problemas. Al entrar en él llama la atención el orden y la limpieza. Las aulas no tienen más de 15 alumnos, existen ayudas para evitar el abandono escolar y la fundación corre con el gasto de los sueldos de los profesores. La tolerancia y la convivencia entre alumnos de distintas etnias y religiones son algunos de los valores difundidos. De hecho, el escudo de la fundación luce una iglesia y una mezquita. “Nadie puede perder su cultura, su tradición y sus creencias por venir a la escuela”, afirma Soume.

Creó la Fundación Vie pour Tous en 2005 basándose en su experiencia personal. “Soy de una familia muy rica en confesiones religiosas”, comenta el beninés en un perfecto castellano. “Mi padre viene de una familia que es cuidadora de nuestros ancestros y mi madre es musulmana. Todos hemos vivido unidos respetándonos unos a otros. Yo he aprendido que la práctica religiosa no define la calidad de una persona”, reflexiona. La primera escuela se abrió en Kandi, luego vino N’Dali donde la fundación tiene varias bibliotecas infantiles, centros de formación para mujeres y una escuela de soldadura. Y finalmente llegó a Parakou, donde gestiona cuatro escuelas y un centro de formación para mujeres.

«Si se ofrecen oportunidades, todos los niños,  de forma independiente  a su condición social, pueden conseguir las mismas metas», dice Soume

En la clase del último curso de primaria de Tibona impera un silencio absoluto. Todos los alumnos están concentrados sobre sus cuadernos resolviendo los ejercicios de matemáticas que el profesor ha escrito en la pizarra. Soume comenta que este grupo recibe especial atención por parte de los profesores porque tiene que hacer el examen para acceder a la escuela secundaria y quieren conseguir los mejores resultados del país para demostrar que si se ofrecen oportunidades, todos los niños, de forma independiente a su condición social, pueden conseguir las mismas metas. Es la falta de recursos y el abandono de las instituciones lo que condena a los menores de las zonas menos privilegiadas al fracaso.

“No basta con dar a los niños la oportunidad de estudiar, hay que ofrecerles la mejor educación posible para ayudarles a progresar en la vida”, comenta Mindo Gore, director de la escuela primaria. La fundación, entre otras cosas, ha optado por los idiomas. La educación es en francés, pero se estudia también castellano e inglés y son pioneros en la enseñanza en bariba (idioma predominante en la zona).

En la clase de segundo de primaria una niña recita un poema delante de todos sus compañeros y a mitad del mismo se le une un chico que continúa con las rimas. En esta clase hay total paridad de género, pero recorriendo las aulas se puede apreciar como el número de chicas disminuye a medida que se sube de curso. Por eso la fundación hace un gran esfuerzo para evitar que las niñas abandonen el colegio.

Una profesora supervisa los trabajos de sus alumnos en una clase de primaria. ampliar foto
Una profesora supervisa los trabajos de sus alumnos en una clase de primaria. CH. C.
 Trabajan con las familias para concienciar de la importancia de educar a las hijas igual que a los hijos. “Muchos padres retiran a sus hijas para que trabajen en casa o para casarlas”, explica Pascualine Abo, directora de la fundación. Cuando eso sucede los trabajadores sociales de la organización visitan a la familia y hablan con ella. “En algún caso, incluso, hemos tenido que dar a los padres una pequeña ayuda para que no pongan a la niña a trabajar y ellas puedan continuar con sus estudios”, dice Abo.

Pero para no tener que depender siempre de fuera, la fundación ha empezado un proceso de autofinanciación con la puesta en marcha de varios negocios como venta de agua o el alquiler de algunos de los coches que les han donado. Pequeñas ayudas para ofrecer una educación de alta calidad a los más vulnerables.“Para poder ofrecer calidad hay que invertir en ella y pagar bien a los maestros”, afirma Soume.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/07/14/planeta_futuro/1500022755_679026.html

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Educo lleva a cabo un proyecto en Benín (África) para luchar contra la esclavitud infantil

Benín/17 de Abril de 2017/europapress.

 

 

Educo lleva a cabo un proyecto en Benín (África) para luchar contra la esclavitud infantil

La ONG Educo lleva a cabo un proyecto en el sur de Benín (África) con el objetivo de facilitar el acceso a la educación a los menores que han sido víctimas de exclavitud, según informa en un comunicado. «Aunque a nivel internacional se han hecho muchos esfuerzos, las medidas que se están llevando a cabo son insuficientes.» ha señalado la coordinadora de Educo, Jara Campelo.

Educo lleva a cabo un proyecto en Benín (África) para luchar contra la esclavitud infantil

Así, explica que son esclavos los niños y niñas víctimas de la trata de personas, que han sido forzados a ejercer la prostitución, traficar con drogas o mendigar, a los que se ha obligado a casarse por interés, a servir en casas para pagar las deudas familiares o a trabajar en condiciones infrahumanas. Además, añade que aunque estos niños pueden llegar a superar la situación que han vivido, «las consecuencias y secuelas son irreparables».

Educo lleva a cabo un proyecto en Benín (África) para luchar contra la esclavitud infantil

En este sentido, precisa que en Benín más del 50% de los menores entre 5 y 17 años trabajan y que la trata de niños y adolescentes es un fenómeno normalizado por la sociedad. Por ello, la ONG trabaja con los niños y niñas que sobreviven buscándose la vida en los mercados de estas ciudades y que han sido víctimas de la esclavitud infantil.

Educo lleva a cabo un proyecto en Benín (África) para luchar contra la esclavitud infantil

De este modo, les ofrece la posibilidad de estudiar en escuelas construidas dentro de los mercados mediante un programa de estudios intensivos que les permite obtener el certificado de primaria en tres años, en vez de los seis que contempla el sistema educativo establecido. Además, también se les ofrece un espacio seguro para asearse y poder dormir por la noche, en el que son atendidos por educadores y orientadores.

Fuente: http://www.europapress.es/epsocial/cooperacion-desarrollo/noticia-educo-lleva-cabo-proyecto-benin-africa-luchar-contra-esclavitud-infantil-20170412135831.html

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