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Colombia le apuesta a innovación y tecnología para elevar calidad en la educación

Colombia/10 de noviembre de 2016/Fuente:Tu Semanario

En el marco de la instalación del Foro Educativo para el Siglo XXI: Educación y Conectividad en el Sistema Educativo, el Ministro (E) de Educación, Francisco Cardona, resaltó los esfuerzos que realiza la entidad para acompañar a estudiantes y docentes en la implementación de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el aula de clase a lo largo y ancho del país.

“Estos últimos dos años el Ministerio de Educación Nacional ha logrado las cifras más altas de incorporación de TIC`s en la educación de la historia del país, con más de 200 mil docentes formados en el uso de estas herramientas, el 76% de la matrícula escolar pública con acceso a internet, y el 100% de la matrícula de educación conectada a la red”, explicó Cardona.

Con el apoyo del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, el Gobierno Nacional ha distribuido más de 600 mil computadores portátiles y tabletas en las instituciones educativas oficiales de del país, llegando así a una una proporción de 5 niños por cada una de estas terminales, indicador que en el año 2010 era de 26 niños por cada equipo.

“Estas terminales se han entregado dotadas con software educativo de Colombia Aprende, la estrategia mas ambiciosa de contenidos educativos digitales offline y online, para el aprendizaje en matemáticas, ciencias, lenguaje, inglés entre otras. En la actualidad el portal cuenta con un promedio de tres millones de visitas únicas al mes y mas de un millón cuatrocientos mil usuarios registrados”, agregó el ministro encargado.

El Ministerio de Educación Nacional promovió la creación de cinco centros de innovación educativa regional, en Bogotá, Envigado, Cali, Cartagena y Villavicencio, que han desarrollado en el último año una valiosa tarea de formación docente en el uso pedagógico de las TIC y en el desarrollo de contenidos digitales de alta calidad en todas las áreas del conocimiento.

“Hoy gracias a una alianza con la Universidad Nacional de Colombia presentamos el día de hoy una nueva herramienta, el Centro de Innovación Educativa Nacional CIEN, que constituye sin lugar a dudas un gran logro para seguir avanzando en la implementación de las políticas de TIC en Educación”, agregó Cardona.

De acuerdo con el Estudio sobre el Contexto Escolar y Social del Aprendizaje en Colombia del ICFES, los estudiantes que alcanzan un nivel alto en el uso de herramientas TIC en promedio 44 puntos más en las Pruebas Saber que aquellos que se ubican que en el nivel bajo.

Investigadores del Centro Nacional de Consultoría y la Universidad de los Andes en 2014 encontraron que los egresados de instituciones educativas que se han beneficiado con el modelo integral de Computadores para Educar (infraestructura, contenidos y formación docente en uso de TIC) aumentaron en un 7.5% el ingreso a la educación superior, disminuyeron en un 3,6% la tasa de repitencia escolar y en un 4.3% la deserción.

Fuente:http://www.tusemanario.com/colombia-le-apuesta-a-innovacion-y-tecnologia-para-elevar-calidad-en-la-educacion/

 

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Estados Unidos: Educadores ofrecieron propuestas para ayudar a los estudiantes inmigrantes

Estados Unidos/10 noviembre 2016/Fuente: La Tribuna Hispana

Desde hace 4 años varios distritos escolares en Long Island, Nueva York, han visto crecer el número de estudiantes inmigrantes —mayormente de los países centroamericanos afectados por la pobreza y la violencia—, que necesitan más recursos para poder aprender inglés y flexibilidad para cumplir con los requisitos de graduación, dijeron un grupo de panelistas que, el pasado lunes 7 de noviembre, llevaron a cabo un simposio organizado por el Distrito Escolar de Roosevelt.
Los administradores escolares presentes en el foro, donde estuvieron presentes docenas de residentes del distrito y educadores de los sistemas escolares de Nassau y Suffolk, cuestionaron la efectividad de un enfoque educativo actual, denominándola “de talla única”, porque los recién llegados necesitan una ayuda adicional para ponerse al día académicamente y superar el trauma emocional de los peligrosos viajes que realizaron en su travesía para cruzar la frontera de Estados Unidos con México.

Piden nuevas políticas educativas
“Debemos desarrollar un marco de políticas estatales, que apoye un sistema integral de vías de aprendizaje flexibles”, dijo en su discurso inaugural Betty Rosa, la Canciller de Regentes, remarcando que ella favorece el uso de “planes de aprendizaje individuales” para adaptarse a las necesidades individuales de diferentes estudiantes.
Los maestros y los padres también dijeron que se necesita más información para los familiares o tutores de los niños, quienes han venido a Estados Unidos desde el 2012, como parte de una ola migratoria de menores no acompañados, en su mayoría de El Salvador, Honduras y Guatemala. Muchos de ellos fueron reasentados con sus padres o familiares cercanos en la Isla y la mayoría eran adolescentes y no hablaban inglés cuando fueron matriculados en las escuelas, pero se espera que ellos logren los estándares de los hablantes nativos para poder graduarse.

Crear nuevas iniciativas
Rosa señaló que apoyará la creación de iniciativas para ayudar a los menores. “En lugar del Common Core, necesitamos encontrar un núcleo de resultados comunes”, dijo ella, al tiempo que abordó “el tema de la equidad y la justicia social”.
Como miembro de la junta de Regentes, que establece la política educativa a nivel estatal, Rosa ha criticado la implementación del estado de los planes educativos del Common Core, el cual ha tenido un amplio rechazo en Long Island. Ella asumió el cargo de canciller del Panel de Regentes, de 17 miembros, en abril pasado.
El simposio, para discutir “un camino para el éxito académico, social y emocional” de los estudiantes inmigrantes, trató de abrir una conversación sobre la mejor manera de responder a la migración de estos niños a la Isla. La mayor parte de ellos asisten a escuelas en comunidades donde gran parte de sus residentes son inmigrantes, dijo Marnie Hazelton, superintendente de las escuelas de Roosevelt.

Un llamado al departamento de Educación
En una sesión anterior en el simposio del lunes, los superintendentes de los distritos escolares de Mineola y Glen Cove, acordaron que les gustaría encontrar otras maneras de integrar, evaluar y medir el progreso de los estudiantes inmigrantes que llegaron en la edad de acudir a la escuela secundaria y que tienen pocas probabilidades de pasar los exámenes estandarizados. También destacaron la necesidad de más fondos para las escuelas que están haciendo frente a una afluencia de estos estudiantes.
“Le ruego al Estado que escuche”, dijo Maria Rianna, la directora de las escuelas de Glen Cove, refiriéndose al Departamento de Educación del estado. “Dennos la oportunidad de presentar propuestas de subvenciones que provean una variación en cómo proveemos servicios de ENL [Inglés como un Nuevo Idioma]… Para que nuestras fórmulas de ayuda estatal satisfagan mejor las necesidades de los estudiantes”.

Los estudiantes inmigrantes en número
Long Island es uno de las principales regiones en toda la nación donde se han reasentado los menores no acompañados, porque allí se encuentran grandes comunidades de inmigrantes centroamericanos, establecidas desde hace más de tres décadas.
Las cifras emitidas recientemente por la Oficina Federal de Reasentamiento de Refugiados, muestran que en el año fiscal que finalizó el pasado 30 de septiembre, la población de niños reasentados aumentó en un 140 por ciento en los últimos 12 meses, con 2,691 menores no acompañados que ahora viven en Nassau y Suffolk. Miles más llegaron en los últimos años.

Fuente noticia: http://www.tribunahispanausa.com/long-island/educadores-ofrecieron-propuestas-para-ayudar-los-estudiantes-inmigrantes/

Fuente imagen:http://epmghispanic.media.clients.ellingtoncms.com/img/photos/2016/02/12/inmigrantes_t670x470.gif?23a6cf1936a4889561e6226c97c290c4239edcb5

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Indígenas de Canadá todavía sufren nefasta herencia colonial

Canadá/10 noviembre 2016/Autora: /Fuente: Ipsnoticias

Las consecuencias del colonialismo y del despojo sufrido por los pueblos originarios de Canadá quedaron solapadas y no fueron reconocidas por la población de “colonos”, puntualizó la especialista en justicia indígena Lisa Monchalin.

Y en especial, subrayó el impacto del legado colonial sobre los indígenas de Canadá en la actualidad, en el marco de la presentación de su último libro “The Colonial Problem: An Indigenous Perspective on Crime and Injustice in Canada” (El problema colonial: Una perspectiva indígena sobre delitos e injusticia), en la Universidad Colegio de Londres este mes.

Durante la Colonia, la población autóctona se vio obligada a depender de un sistema extranjero que le prestaba poca atención a su propia cultura y costumbres. Los colonos europeos eliminaron los derechos de los indígenas, rápidamente mediante una estructura jerárquica que los consideraba como el “problema indígena”.

La solución colonial para el “problema” indígena no fue otra cosa que mortal. Como resultado directo de la colonización europea, la población autóctona se convirtió en un pueblo en extinción, literlamente con la muerte de entre 80 y 90 por ciento de sus integrantes por las enfermedades traídas de Europa. En el siglo XVIII, se distribuyeron mantas infectadas con viruela para erradicar a los indígenas.

Los que sobrevivieron a las enfermedades fueron desplazados a la fuerza. Muchos fueron confinados a terrenos más pequeños, asimilados culturalmente y obligados a abandonar sus tradiciones o dejados a su suerte en territorios con pocos recursos.

“También puede atribuirse a la colonización la prevalencia de la violencia contra las comunidades indígenas a lo largo de los siglos, incluso la violencia de género”, precisó Monchalin.

Antes de la colonización, las sociedades tradicionales nativas se enorgullecían de su organización matriarcal, honrando y valorando la naturaleza “sagrada” de las mujeres en su comunidad. Ellas tenían una gran importancia por ocupar posiciones de liderazgo y de poder, y había una división equitativa del trabajo.

“Los actos de violencia sexual eran raros antes del contacto europeo”, indicó.

El sistema europeo de gobernanza despojó a las indígenas de su agencia. Ya no podían ser valientes lideresas y, en cambio, los colonizadores quisieron instalar la idea de que eran simples subordinadas de los hombres de la comunidad. Bajo el régimen colonial, solo ellos podían hablar en nombre de sus comunidades.

Los colonos comenzaron a crear la imagen de la indígena como la “otra exótica”. Se referían a ellas como “squaws”, la versión femenina del salvaje, y la describían como “sin rostro humano, lujuriosas e inmorales”, explicó Monchalin.

Las perspectivas coloniales arraigadas no solo transformaron la identidad femenina indígena en una mercancía sexual, sino que llevaron a una generalizada objetivación sexual, que permitió justificar la violencia sexual pues esas mujeres solo “tenían forma humana”.

La subordinación y la opresión de las indígenas instaladas en la época colonial se mantiene hasta nuestros días. Construcciones sexualizadas y romantizadas de las “eróticas” indígenas habilitaron el acoso sexual y las violaciones en todo el país.

“En Canadá, 87 por ciento de las indígenas sufrirá algún tipo de violencia física en la vida, y una de cada tres mujeres será violada”, subrayó.

Las indígenas siguen victimizadas por las estructuras de un sistema colonial deshumanizante que existe hasta hoy y que les arrebató su agencia y las consideró “seres inferiores”.

El problema saltó a la luz pública en 2014, cuando se conocieron 1.181 casos de indígenas desaparecidas entre 1980 y 2012. La situación no concentró la atención debida y no fue hasta el año pasado que se lanzó una investigación para conocer la verdad. También se ha denunciado la violencia policial que sufren en todo el país.

Numerosos especialistas coinciden en que el legado histórico de la represión eurocéntrica contribuye a la actual injusticia y desigualdad que sufren las indígenas. En 1873, uno de los principales objetivos de la Real Policía Montada Canadiense era atender “el problema indígena”, con el fin de lograr la “rendición silenciosa” de los pueblos autóctonos.

Eso llevó a la creación de “escuelas residenciales”, pensionados con fondos estatales para educar a niñas y niños indígenas. El gobierno canadiense creó una política de “asimilación agresiva”, pues creía que las escuelas gestionadas por la Iglesia eran la mejor forma de prepararlos para vivir en la sociedad y, en definitiva, abandonar sus tradiciones “salvajes”.

Los niños indígenas fueron víctimas de violencia y abusos, hasta sexuales, que alcanzaron un grado epidémico, e incluso algunos de ellos denunciaron que fueron empleados para “experimentos nutricionales”. Tras casi un siglo de “violencia estatal”, la última escuela residencial cerró en 1996.

La necesidad de eliminar, silenciar y condenar a un pueblo por su origen étnico habilitó la violencia estatal y los malos tratos de las autoridades hacia los indígenas. Cuestiones sistémicas de racismo y discriminación “legitiman” actos de brutalidad policial y detenciones injustas. De hecho, hay una clara y exagerada representación de indígenas en las cárceles canadienses, con 4,3 por ciento de su población privada de libertad.

La injusticia colonial heredada persiste hasta la actualidad y es responsable de que los pueblos autóctonos de Canadá sufran abusos, violencia y prejuicios a diario. Siete generaciones de víctimas de las escuelas residenciales, la arraigada explotación femenina, la violencia estatal, las detenciones ilegales, entre otras atrocidades, crearon un trauma intergeneracional en las comunidades indígenas de todo el país, analizó Monchalin.

En la actualidad, el gobierno federal de Canadá comenzó a atender la negligencia generalizada y las malas políticas sufridas por varias generaciones de indígenas.

El primer ministro Justin Trudeau declaró públicamente su intención de comenzar una nueva relación próspera entre Canadá y los pueblos originarios. “Ninguna relación es más importante para mí y para Canadá que la de las Primeras Naciones, la Nación Mestiza e Inuit”, aseguró en una asamblea de las Primeras Naciones en diciembre de 2015.

Canadá tiene previsto invertir 8.400 millones de dólares en los próximos cinco años, a partir de 2016-2017, para mejorar las condiciones socioeconómicas de los pueblos indígenas y sus comunidades y lograr un cambio transformador.

“Mediante la educación, la creación de conciencia y la voluntad de confrontar y cuestionar el pasado violento, la población de Canadá podrá finalmente celebrar la identidad indígena y, en definitiva, reconstruir sus ricas tradiciones, rotas a la fuerza por el colonialismo”, resumió Monchalin.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2016/11/indigenas-de-canada-todavia-sufren-nefasta-herencia-colonial/

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México: Educación, factor clave para la reinserción social en penales

Michoacán / 09 de noviembre de 2016 / Por: Ernesto Hernández Doblas / Fuente: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/

» Este proyecto, a través de la Secretaría de Seguridad Pública, iniciar con el programa de licenciaturas de la UM en el Cereso de Morelia

También hay espacio para la educación y el desarrollo humano en el Centro de Reinserción Social Francisco J. Múgica, especialmente porque ambos aspectos forman parte de las herramientas que se ofrecen a quienes purgan una condena y a los cuales se busca ayudar por estos medios. La mañana de ayer, Cambio de Michoacán realizó una entrevista a cuatro de las personas que son responsables del área educativa, laboral y recreativa de un penal que cuenta con múltiples actividades al respecto. Rocío Érika Villaseñor Ramos es encargada del área educativa y coordinadora general de los programas de nivel básico, primaria y secundaria. Según informó a este diario, a partir de la semana pasada se ha implementado el bachillerato por medio del apoyo y asistencia del Colegio de Bachilleres (Cobaem). Asimismo “está en proyecto a través de la Secretaría de Seguridad Pública, iniciar con el programa de licenciaturas a través de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), que son Contabilidad, Administración y Derecho”. En estos momentos dicho proyecto está trabajándose en mesas de llevadas a cabo por las instituciones implicadas, según informa Rocío Érika Villaseñor. Parte de este trabajo tiene que ver con el conocimiento que solicita la máxima casa de estudios del número de personas que tendrían el perfil necesario para cursar las licenciaturas ofrecidas. “Se pretende que sea a través de nodos donde los internos tengan alcance a telemáticas nuevas, porque sería en línea, haciéndose uso de la videoconferencia. Aún no se ha concretado exactamente a partir de qué fecha darían inicio las clases”. María Isabel Soto Carbajal es encargada del área técnica, a la cual corresponde la parte de asesoramiento psicológico, trabajo social, apoyo médico y actividades deportivas para los internos. “Dentro de los ejes de reinserción están estos puntos, por ejemplo, en la parte del deporte hay un encargado del mismo, quien se ocupa de gestionar para que se vengan a dar cursos deportivos, así como ir con los internos para hacer actividades físicas, como basquetbol, volibol, un torneo de futbol y ajedrez, todo esto como parte de su tratamiento de reinserción”. Es importante decir que todas estas actividades son de libre acceso, es decir, no tienen carácter obligatorio y precisamente parte de los esfuerzos de quienes las coordinan se encaminan a promover y motivar a las personas que se encuentran cumpliendo una condena con el fin de que formen parte de esta estrategia de reinserción de acuerdo con las necesidades y perfiles que plantean. El porcentaje aproximado de internos que aceptan estas ofertas institucionales es de un 60 por ciento. Moisés Hernández Sánchez es quien se encarga de las actividades laborales, es decir, de dotar a los internos de diversos talleres que en un momento determinado puedan servirles para enfrentar la vida después de la cárcel. “Estas actividades constituyen un eje rector que establece la Constitución en materia de reinserción social. Todo esto va en el entendido del irrestricto respeto a los derechos humanos y estamos hablando de capacitación para el trabajo, salud y deporte”. En algún momento dado, comenta Moisés Hernández, estas labores forman parte de una especie de terapia ocupacional, pero en otro, se convierten en verdaderas herramientas de reinserción social. Hay que decir que, de acuerdo con la ley, estos talleres (carpintería, encalado, talabartería y otros) son obligatorios, siempre atendiendo a los perfiles de quienes acceden a ellos. Imelda Figueroa Farías es la directora del área educativa del penal mencionado y cuenta con 33 años laborando en la misma. “Vienen muchos analfabetas aquí, de los lugares lejanos de todo el estado, por eso contamos también con un programa de alfabetización. Algo muy importante es que se cuidó que su certificado de estudios no diga que estuvieron en un centro de readaptación social, para que cuando ellos salgan no les cueste trabajo conseguir un lugar dónde laborar, para que no los etiqueten”. En cuanto a los egresados de los distintos niveles educativos, es decir, los que comienzan sus estudios y logran concluirlos, la directora del área educativa comenta: “Tenemos un gran problema, y es que a veces los internos no cuentan con su documentación en orden. Entonces, aquí con nosotros sí logran avanzar, pero ya en cuanto a los trámites en la Secretaría (de Educación) ya se complica porque muchos no tienen sus papeles. Por ejemplo, sus actas de nacimiento, ya sea porque son de otros municipios o porque se les perdieron o porque muchas veces se trata de personas desintegradas de lo social”. Este año se ha llevado a cabo una actividad cívica todos los lunes a las 09:00 horas, que consiste en hacer honores a la Bandera, con una escolta y banda de guerra conformada por internos. El yoga es otra de las actividades de este 2017, taller de inglés y mecánica, entre otras, estando en puerta los talleres de danza, música y literatura por medio de una solicitud ante la Secretaría de Cultura de Michoacán.

Fuente noticia: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/nota-n13420

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Estados Unidos: Estudiantes de ciencias en California están muy por debajo del promedio nacional

Los Ángeles / 09 de noviembre de 2016 / Por: Joy Resmovits / Fuente: http://www.hoylosangeles.com/

California cuenta con algunos de los innovadores más famosos de los Estados Unidos, sin embargo, en la materia de ciencias los resultados de las pruebas de sus estudiantes están por debajo de la media nacional, esta información de acuerdo a un nuevo informe federal.

Los resultados del estado en el examen de ciencia que periódicamente se toma a nivel nacional también fueron pobres en comparación con los de la mayoría de los otros estados, aunque los promedios de los alumnos de escuelas públicas de la mayoría de los estados no superaron la mitad del total de puntos de la prueba (300).

El informe, publicado el martes pasado, observa los resultados del examen National Assessment for Educational Progress (Evaluación Nacional de Progreso Educativo en Ciencias), tomado por los estudiantes en cuarto, octavo y doceavo grados durante el año pasado, y los compara con los resultados anteriores.

A nivel nacional, las calificaciones de los estudiantes de cuarto y octavo grado mostraron mejoras estadísticamente significativas, mientras que las puntuaciones de doceavo grado quedaron estancadas.

En California, algunos logros medidos fueron considerados estadísticamente insignificantes debido al tamaño de las muestras. Pero los estudiantes latinos de cuarto grado mostraron el mayor avance en particular.

«Vemos estos resultados como un prometedor indicador de progreso, pero nos damos cuenta de que hay mucho trabajo por hacer», señaló el secretario de educación de los Estados Unidos, John B. King Jr., acerca de los resultados nacionales. «Nos preocupa que, como país, todavía no estamos preparando a la fuerza laboral del futuro en las áreas STEM [ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas] que necesitamos». El científico Bill Nye se unió a King en una conferencia telefónica con los reporteros.

A nivel nacional, la puntuación promedio para estudiantes de cuarto grado subió de 150 a 154, de los 300 puntos posibles. Para octavo grado, las puntuaciones aumentaron de 152 a 154. En 2015, los estudiantes de cuarto grado de California anotaron 140, en promedio, y los estudiantes de octavo grado obtuvieron 143.

«Yo estaría preocupado. Obviamente el estado puede hacerlo mejor, porque casi todos los otros estados han tenido mejores resultados», señaló Tom Loveless, investigador principal de Brookings Institution, en Sacramento. “Y no creo que esto se deba a desafíos demográficos».

La Evaluación Nacional de Progreso Educativo (NAEP, por sus siglas en inglés), administrada por la rama de investigación del Departamento de Educación de los Estados Unidos, pretende ser rigurosa. Es la única de esas pruebas que permite la comparación estado por estado. Los estudiantes responden preguntas de ciencias físicas, ciencias de la Tierra y el espacio, o ciencias de la vida.

De todos los grupos étnicos en California solamente los estudiantes latinos lograron progresos significativos; los puntajes de cuarto grado subieron de 121 a 128.

En California, un gran número de alumnos viven en la pobreza y otros son aprendices del inglés; las clasificaciones de las puntuaciones reflejan a menudo tal demografía. Pero un estudio anterior de pruebas en otros temas descubrió que los puntajes de California siguen bajos, aun cuando esos factores se contabilizan.

Por otra parte, el estado está en proceso de implementar un nuevo conjunto de expectativas para la enseñanza de las ciencias, conocido como Next Generation Science Standards (estándares de ciencia para la siguiente generación). La próxima semana, la Junta Estatal de Educación adoptará un marco de plan de estudios alineado con los estándares, que enfatiza la investigación científica y la creación de continuidad entre los diferentes temas.

En la próxima primavera las nuevas pruebas estatales -alineadas con los estándares- se pondrán en marcha en un programa piloto. Hasta que estos exámenes sean totalmente operativos y los resultados estén disponibles es difícil saber cómo encajan los resultados de la evaluación nacional en un cuadro más amplio de enseñanza de las ciencias en California.

Debido a que los distritos todavía no han aplicado plenamente las nuevas normas estatales, Jessica Sawko, directora ejecutivo de la Asociación de Maestros de Ciencias de California afirmó que no ha dado mucho valor a los puntajes obtenidos en las pruebas NAEP. Después de todo, dijo, éstas pueden haber medido material que las escuelas de California planean enseñar pero que aún no lo hacen.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Diana Cervantes

Fuente noticia: http://www.hoylosangeles.com/latimesespanol/hoyla-estudiantes-de-ciencia-en-california-estan-muy-por-debajo-del-promedio-nacional-20161107-story.html

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La creación de una “democracia” tipo Estado de la seguridad nacional o cómo cambió el sistema político de Estados Unidos y nadie se dio cuenta.

Por: Tom Engelhardt

Hago regresar a mis padres de la muerte para las elecciones de 2016.

Decir que esta es una elección infernal es insultar al infiernoNo ha habido nada parecido desde que Washington pasó el Rubicón, o Trump cruzó el Delaware o pronunció el discurso de Gettysburg (ya sabéis; el que empieza “Hace cuatro tantos y once mujeres…”). Si preferís, elegid vuestro propio momento seminal en la historia de Estados Unidos.

Billones de palabras, esa cara, esos gestos, los interminables insultos, las mujeres maltratadas y los correos electrónicos, el espectáculo que dura las 24 horas de los siete días de cada semana que muestra todo esto… Pase lo que pase el día de las elecciones, admitamos una realidad: en este país, hemos entrado en una nueva era política. Solo que no nos hemos dado cuenta del todo. De verdad que no.

Olvidaos de Donald Trump.

¡Caramba! ¿Por qué escribí esto? ¿Cómo podría alguien olvidarse del primer candidato presidencial de nuestra historia que anticipó que no está dispuesto a aceptar el resultado de las elecciones? (en 1860, hasta los sureños aceptaron la elección de Abraham Lincoln antes de intentar separarse de la Unión). ¿Quién podría olvidar al hombre que denunció que con la ley actual las mujeres podían abortar el mismo día del nacimiento o apenas un día antes? ¿Quién podría olvidar al hombre que aseguró ante una audiencia de unos 72 millones de estadounidenses que no conocía a las mujeres que le acusaban de agresión sexual y maltrato, entre ellas la periodista de la revista Peopleque lo entrevistaba? ¿Quién podría olvidar al candidato que se jactaba mes tras mes de los resultados positivos de los sondeos en los mítines políticos y en twits antes de que (cuando esos mismos sondeos se volvieron contra él) se descubriera que todos ellos estaban amañados?

Piénsese lo que se piense de Donald, ¿quién en este mundo –y con esto quiero decir todo el mundo, incluyendo a los iraníes– podría olvidarse de él o de las elecciones por las que apostó tan ominosamente? Sin embargo, cuando pensemos en él no lo convirtamos en la causa de la disfunción política de Estados Unidos. Él no es más que el síntoma –extravagante, trastornado e inquietante– de la transformación del sistema político de Estados Unidos.

Admitámoslo, Donald es un “político” que no tiene igual, incluso entre sus colegas de la emergente derecha nacionalista y movimientos anti-todo del ámbito global. Él hace que la francesa Marine Le Pen parezca la racionalidad personificada y que el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, se asemeje a un experto táctico de nuestra época. Pero lo que de verdad convierte a Donald Trump y su carrera por la presidencia en algo fascinante y desconcertante es que no estamos hablando solo de la presidencia de un país: Estados Unidos es el país. El país que, en términos del despliegue de sus fuerzas armadas y su poder económico y cultural para influir en el funcionamiento de todo en prácticamente cualquier sitio, sigue siendo la gran nación imperial del planeta Tierra. Aun así, sobre la base de lo acontecido en este insólito año de campaña electoral, cuesta mucho no pensar que hay algo –y no se trata solo de Donald– incómodamente equivocado en el contexto estadounidense.

La generación de la Segunda Guerra Mundial en 2016

Algunas veces, cuando me dejo llevar por mis fantasías (me pasó mientras miraba el último debate presidencial), monto un milagro privado y traigo –de regreso de la muerte– a mis padres para que observen nuestro mundo estadounidense. Con ellos en la sala, trato de imaginar la incredulidad que muchos de la generación de quienes vivieron la Segunda Guerra Mundial con toda seguridad sentirían ante nuestro tiempo presente. Por supuesto, ellos debieron soportar una devastadora depresión económica, a años luz de cuanto hemos experimentado en la gran recesión de 2007-2008, como también una conflagración mundial de una magnitud como nunca se había experimentado, y –aparte de una guerra nuclear– es improbable que vuelva a suceder.

A pesar de esto, no dudo que nuestro mundo les dejaría boquiabiertos, sobre todo el particular caos con el que convivimos. Para empezar, en el ámbito global, tanto mi madre (que murió en 1977) como mi padre (que falleció en 1983) vivieron varias décadas de la era nuclear, la era de los más grandes –para quienes querían un mundo mejor– logros de la humanidad. Después de todo, por primera vez en la historia, los seres humanos tomamos el Apocalipsis de las manos de dios (o de los dioses) –donde había estado durante miles de años– y nos apropiamos de él. Sin embargo, lo que no llegaron a vivir fue, potencialmente, el segundo rompimiento de contrato –el cambio climático–, que ya está trastornando el planeta y amenazándolo con un Apocalipsis en cámara lenta del que no hay precedentes.

Ciertamente, las armas nucleares no fueron utilizadas hasta el 9 de agosto de 1945, aunque se diseminaron por los arsenales de numerosos países; el cambio climático será visto como la versión paso de tortuga de la guerra nuclear; no olvidéis que la humanidad continúa bombeando gases de efecto invernadero en la atmósfera en volúmenes siempre cercanos al récord. Imagino el asombro de mis padres si supieran que el tema más peligroso y maldito en la Tierra no mereció una sola pregunta –por no hablar de una respuesta– en los tres debates presidenciales de 2016; las cuatro horas y media de acusaciones, insultos e interrupciones que acaban de pasar. Ni un moderador, evidentemente, tampoco un votante indeciso (en el segundo debate en el ayuntamiento), ni un candidato presidencial –cada uno de ellos preparado para cambiar de tema en un momento de apuro con preguntas sobre agresiones sexuales, correos electrónicos o cualquier otra cosa– pensó que eso mereciese la menor atención. En resumen, era un problema demasiado grande para discutirlo, uno cuya existencia Donald Trump (como cualquier otro republicano) niega, o mejor aún, en su caso, rotula como un “engaño” y solo atribuye a una conspiración china para hundir a Estados Unidos.

Otro tanto de locura (y de estupidez) cuando se trata de la cuestión más vasta de todas. En una algo más modesta escala, mi madre y mi padre no habrían reconocido como estadounidense nuestro ámbito político de hoy, y no solo debido a Donald Trump. Se hubieran quedado pasmados por el dinero que se vierte en él: por lo menos 6.600 millones de dólares en estas elecciones según la última estimación; más del 10 por ciento del cual provino de solo 100 familias. Se habrían sorprendido por nuestras elecciones del 1 por ciento; por nuestra nueva Era Dorada; por un famoso multimillonario de la televisión que se presenta como un «populista» y tiene el apoyo de la gente blanca de clase trabajadora que antes era demócrata y que ahora se siente atraída por personas como Trump y su marca de capitalismo de casino, fraudes y espectáculo; por todos esos otros multimillonarios que derraman dinero en las arcas del Partido Republicano para crear un Congreso manipulable que responda a sus pujas obstruccionistas; y por las enormes cantidades de dinero que en estos días se puede “invertir” en muestro sistema político de una forma perfectamente legal. Y ni siquiera he mencionado a la Otra Candidata, que dedicó todo agosto a la verdadera “campaña electoral”, codeándose no con estadounidenses de a pie sino con millonarios y multimillonarios (y una colección de celebridades) para llenar su fenomenal “arcón de guerra”.

Yo debería haber aspirado profundamente y explicado a mis padres que en el Estados Unidos del siglo XXI, por decisión del Tribunal Supremo, el dinero se ha convertido en el equivalente del discurso, aunque sea cualquier cosa menos “libre”. Y no olvidemos esa otra atracción financiera en una elección estadounidense de estos días: las noticias televisadas, por no hablar de los demás medios. ¿Cómo podría siquiera empezar a esbozar eso a mis padres –para quienes las elecciones presidenciales eran un acotado acontecimiento otoñal– la naturaleza extravagante de una temporada de elecciones que se inicia con la especulación mediática justo cuando la temporada anterior está acabando y desde entonces continúa más o menos sin interrupción? ¿O el espectáculo de los comentaristas discutiendo las 24 horas de los siete días de la semana sobre nada que no sean las elecciones en la televisión por cable durante al año entero, o los miles de millones en anuncios que alimentan esta interminable Súper Copa de campañas, llenando las arcas de los propietarios de los cables y las redes de noticias?

Nosotros hemos crecido extrañamente habituados a todo esto, pero mi madre y mi padre sin duda pensarían que estaban en otro país -y eso hubiera ocurrido incluso antes de conocer el sistema político actual, cuyo estrafalario representante es Donald Trump.

De cualquier modo, ¿qué planeta es este?

Me gustaría haber conservado un texto de educación cívica de la escuela secundaria. Si tienes cierta edad, lo recordarás: aquel en que un marciano pone pie en Main Street, Estados Unidos, para escuchar una conferencia sobre las glorias de la democracia estadounidense y la cuidadosamente construida, comprobada y equilibrada división de poderes de nuestros órganos de gobierno. Estoy seguro de que el conocimiento de este sistema cambió la vida en Marte para mejor, aunque en tiempos de mis padres ya hubiese algo de fantasía en este rincón de la Tierra. Después de todo, el presidente republicano Dwight D. Eisenhower –mis padres votaron al demócrata Adlai Stevenson– fue quien, en 1961, en su discurso de despedida llamó la atención de los estadounidenses por primera vez sobre “la desastrosa posibilidad de conceder poder a quien no lo merece” y sobre “el complejo militar-industrial”.

Es cierto; todo eso ya estaba cambiando en aquellos días y, aun en tiempos de paz, el país estaba convirtiéndose en una maquinaria de guerra de un tamaño sin precedentes en la historia. Aun así, 30 extraños años después de la muerte de mi padre, observando el panorama estadounidense, es posible que mis padres se creyeran en Marte. Sin duda se preguntarían qué le podría haber pasado al país que ellos conocían. Después de todo, gracias a las tácticas de tierra arrasada del Partido Republicano en estos últimos años en la bipolar Washington, el Congreso, esa colección de supuestos representantes del pueblo (hoy, un grupo de bien pagados y mejor financiados representantes de los intereses especiales del país en una capital plagada de grupos de presión corporativos), ya rara vez funciona. Carente de relevancia, merodea entre los pórticos del Capitolio. Por ejemplo, hace poco tiempo. John McCain (en general considerado un senador republicano relativamente “moderado”) sugirió (antes de dar un paso atrás en sus comentarios) que si Hillary Clinton fuera elegida para la presidencia, sus compañeros senadores republicanos podrían decidir anticipadamente no confirmar cualquier nominación que ella hiciera para el Tribunal Supremo mientras estuviese en el cargo. Esto, por supuesto, significaría que un tribunal, que ahora parece ser un equipo permanente de ocho miembros, encogería en consecuencia. Los comentarios de McCain que alguna vez habían conmocionado profundamente a Estados Unidos, apenas provocaron una marejadilla de incomodidad y protesta.

En mi paseo por este nuevo mundo, yo podría comenzar señalando a mi madre y mi padre que Estados Unidos está hoy en permanente estado de guerra; en este momento está operando en por lo menos seis países del Gran Oriente Medio y África. Todos estos conflictos armados son esencialmente presidenciales; el Congreso ya no tiene un papel real en ellos (como no sea para soltar el dinero que haga falta y batir el parche para apoyarlos). Cuando se trata de asuntos de guerra, que alguna vez eran controlados y contrapesados por la Constitución, el poder ejecutivo está solo.

De ningún modo pretendería que mis padres se limitaran a observar qué sucede en el extranjero. La militarización de Estados Unidos se ha realizado a ritmo acelerado y de una forma que –no tengo la menor duda– los horrorizaría. Por ejemplo, podría llevar a mis padres a la Gran Estación Central, cerca del centro de Manhattan, el barrio donde ellos vivían y sigue siendo el mío; cualquiera que fuese el día de la semana, verían algo inconcebible en otros tiempos: soldados de guardia con armamento de guerra y uniforme de camuflaje. Yo podría comentarles que, en mi estación de metro, vi varias veces un grupo de agentes de la unidad antiterrorista de la policía de Nueva York que muy bien podría tomarse por un grupo de operaciones especiales del ejército, con sus fusiles de asalto, pero ya nadie se detiene para mirarlos con la boca abierta. Podría agregar que los cuerpos policiales de todo el país se parecen más cada día a unidades militares y son pertrechados directamente por el Pentágono con armamento y equipo igual al utilizado en los lejanos campos de batalla de Estados Unidos, incluyendo vehículos blindados de distinto tipo. También podría mencionar que los drones militares de vigilancia, los precursores de la futura guerra robótica (salidos, para mis padres, de las novelas infantiles de ciencia ficción que yo acostumbraba leer), surcan ahora regularmente los cielos de Estados Unidos; que dispositivos de vigilancia de última generación diseñados para operar en remotas zonas de guerra, hoy en día son utilizados por la policía en el ámbito nacional; y que, a pesar de que el asesinato por razones políticas fue oficialmente prohibido en los años setenta del pasado siglo, después del Watergate, en estos tiempos el presidente está al mando de una formidable fuerza aérea de drones operada por la CIA que se ocupa regularmente de tales asesinatos –de los que no se salvan ni los ciudadanos estadounidenses– en grandes zonas del planeta, sin que sea necesario el ‘visto bueno’ de nadie fuera de la Casa Blanca, tampoco de los tribunales. Podría mencionar que quien era presidente en tiempos de mis padres comandó un ejército secreto de modestas proporciones –los paramilitares de la CIA–; en estos momentos, el presidente es el jefe de una fuerza armada secreta –el Comando de Operaciones Especiales (SOC, por sus siglas en inglés)– formada por 70.000 soldados de elite ocultos dentro del ámbito mayor de las fuerzas armadas de Estados Unidos. En el SOC hay equipos de elite preparados para ser desplegados y realizar misiones de tipo ‘comando’ en cualquier sitio del mundo.

Yo podría señalar que en el siglo XXI, el espionaje estadounidense ha erigido un estado de vigilancia de ámbito global que habría avergonzado a las potencias totalitarias del siglo precedente. Todos los ciudadanos de Estados Unidos –absolutamente todos– están en la mira de este estado de vigilancia; nuestros correos electrónicos (algo desconocido por mis padres) son recogidos por millones, nuestras llamadas telefónicas están a disposición de este estado. En resumen, que la intimidad ha sido declarada anti-estadounidense. También podría observar que, sobre la base de un día aciago [el 11-S] y de lo que en última instancia es la más modesta de las amenazas que se ciernen sobre los estadounidenses, un solo temor –al terror islamista– ha sido el pretexto para la puesta en marcha del estado de la seguridad nacional ya existente hasta transformarse en una construcción de proporciones poco más o menos increíbles a la que se ha dotado de unos poderes que en otros tiempos eran inimaginables y financiada de una manera que dejaría atónito a cualquiera (no solo a los visitantes del pasado estadounidense) y hasta llegar a ser el cuarto poder del Gobierno de Estados Unidos sin haber sido debatido ni votado previamente.

Poco de lo que hace –y hace mucho– está abierto al escrutinio público. Por su propia “seguridad”, “el Pueblo”, no debe saber nada de su funcionamiento (excepto lo que ese poder quiera que se sepa). Mientras tanto, un claustrofóbico secretismo se ha propagado por importantes partes del Estado. En 2011, el gobierno de Estados Unidos declaró secretos 92 millones de documentos, y desde entonces las cosas no parecen haber mejorado. Además, el estado de la seguridad nacional ha estado elaborando un cuerpo de “legislación secreta” –en la que se incluyen normas, regulaciones e interpretaciones de leyes existentes, todo ello debidamente clasificado– que permanece oculto al público y, en algunos casos, hasta a las comisiones de control del Congreso.

En otras palabras, los estadounidenses saben cada día menos de lo que sus gobernantes hacen en su nombre, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Yo podría sugerir a mis padres que solo imaginen que en estos años la Constitución de Estados Unidos esta en un proceso de permanente reescritura y enmienda realizado con total secretismo y entre bambalinas, con poco más que un gesto de cabeza a “Nosotros, el Pueblo”*. De este modo, al mismo tiempo que nuestras elecciones se transforman en un elaborado espectáculo, la democracia ha sido vaciada de contenido y desechada en todo salvo el nombre; ese nombre es –no cabe ninguna duda– Donald Trump.

Considerad esta nota, entonces, una versión abreviada de cómo describiría yo a mis asombrados padres este nuevo mundo estadounidense.

Estados Unidos, un estado de la seguridad nacional

De nada de esto es responsable Donald Trump. En los años en que el nuevo sistema estadounidense se estaba desarrollando, él estaba echando gente en la televisión. Por supuesto, podéis verle como el muchacho de un cartel en el que se muestra un Estados Unidos donde el espectáculo, los famosos, la clase dorada del 1 por ciento y el estado de la seguridad nacional se combinan en un bebedizo narcisista y autorreferencial de extraordinaria toxicidad.

Ya sea que Hillary Clinton sea electa presidente o que el electo sea Donald Trump, hay una cosa incuestionable: la vasta construcción que es el estado de la seguridad nacional, con su 17 agencias de inteligencia y unas formidables fuerzas armadas imperiales, continuará creciendo y expandiendo su poderío en nuestro mundo estadounidense. Ambos candidatos han jurado volcar todavía más dinero en esas fuerzas armadas y el aparato de espionaje y Seguridad Interior que les acompañan. Por supuesto, nada de esto tiene algo que ver con la democracia en Estados Unidos tal como una vez fue imaginada.

Tal vez algún día, al igual que mis padres, “yo” sea llamado del más allá por alguno de mis hijos para ver con espanto y horror el mundo de esos días. Mucho tiempo después de que una inimaginable presidencia de Donald Trump o de que un mucho menos imaginable mandato de Hillary Clinton sean un párrafo de un maldito y a medias olvidado capítulo de nuestra historia, yo me pregunto si en ese momento eso “me” sorprendería o “me” desconcertaría. En 2045, ¿con qué país y con qué planeta “me” enfrentaría?

* We the People son las palabras con que comienza la Constitución de Estados Unidos, que desde 1789 es la ley suprema de esta nación. (N. del T.)

Tom Engelhardt es cofundador del American Empire Project, autor de The United States of Fear y de una historia de la Guerra Fría, The End of Victory Culture. Forma parte del cuerpo docente del Nation Institute y es administrador de TomDispatch.com. Su libro más reciente es Shadow Government: Surveillance, Secret Wars, and a Global Security State in a Single-Superpower World.

 

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México: México Chile y Estados Unidos llevarán modelo mexicano ABCD a sus escuelas

México / www.noticias.terra.com.mx / 9 de  Noviembre de 2016.

El modelo de Aprendizaje con Base en la Colaboración y el Diálogo ABCD del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) será exportado a escuelas de educación básica en California, Estados Unidos y a Chile, informó la directora de Educación Comunitaria e Inclusión Social de esa institución, Lilia Dalila López Salmorán.

Resaltó que el Conafe firmó un convenio de colaboración con la Organización Aprender con Interés de la Universidad de Berkeley y la Fundación Educación 2020 de Chile para analizar y aplicar el modelo del organismo mexicano en sus países.

La funcionaria explicó que el interés que ha despertado el ABCD en el mundo es porque la propuesta del modelo de Aprendizaje con Base en la Colaboración y el Diálogo ABCD cambió la manera de enseñar.

Y es que, puntualizó, «nos muestra qué debe cambiar, no sólo en los planes y programas, sino todas las otras partes del modelo educativo, materiales, forma de capacitación y las estrategias de supervisión, asesoría y seguimiento del aprendizaje».

Los países que antes eran referente de la evolución educativa en el mundo, dijo, han dejado de serlo, porque en esas naciones, antes ejemplos a seguir, se dedicaron a aspectos externos al aprendizaje como el financiamiento, aumento de los recursos y presupuesto, mejoramiento de la infraestructura.

Algunos otros países, continuó, modificaron los contenidos de sus programas, pero no cambian la manera de enseñar, no varió la relación del alumno con el maestro, «nosotros en el Conafe cambiamos la forma de eso precisamente, el corazón de la enseñanza que es la relación del maestro y el alumno, la manera de enseñar, de que los niños aprendan lo que les gusta y sirve».

Organizaciones internacionales como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) vendrá a México a «vivir la experiencia del modelo ABCD de aprender a aprender, en campo, en la escuela, de estar en una tutoría de capacitación».

Por su parte la presidenta de la Fundación 2020, Mirentzu Anaya Ottone, se dijo sorprendida de los avances y alcance que tiene el modelo ABCD del Conafe en la educación, «evoluciona, revoluciona las estrategias de enseñanza, cambia la naturaleza del aprendizaje y remodela la forma de enseñar. Una niña de 12 años en una escuela del Conafe me hizo comprender porque quiero aprender lo que aprendo».

La intención de la organización educativa chilena es «aplicarlo este año y parte de 2017 en algunas escuelas como modelo piloto, en siete colegios, y llevarlo lo más pronto posible en todo el sistema educativo chileno. Conafe ya lo hace en más de 30 mil escuelas de educación básica en México eso es más que todo el sistema educativo de mi país», apuntó.

Fuente:https://noticias.terra.com.mx/mexico/chile-y-estados-unidos-llevaran-modelo-mexicano-abcd-a-sus-escuelas,58cc5d35f6b6de78595eead2167b0175fw5j3tik.html

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