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Según una encuesta de Unicef, el ciberbullying es el mayor riesgo online para chicos argentinos

PRENSA UNICEF

El envío de mensajes hirientes es lo que más sufren los chicos argentinos, junto con la publicación de estados desagradables en redes sociales, las amenazas por Internet y la exclusión en grupos online, como WhatsApp.

Los mensajes personales hirientes, las publicaciones desagradables en redes sociales y la exclusión en grupos de WhatsApp forman parte de una de las experiencias online que más sufren los chicos en Argentina, el ciberbullying, según reveló el informe «Global Kids Online» de Unicef, destinado a estudiar los riesgos y oportunidades del uso de Internet en menores.

Con el 33% de las respuestas, el envío de mensajes hirientes es la experiencia más sufrida por los chicos argentinos, seguido por la publicación de estados desagradables en redes sociales (18%), las amenazas por Internet (14%) y la exclusión en grupos online, como WhatsApp (11%), según los resultados de la encuesta presentados el último miércoles en Nueva York.

«Los resultados (de la encuesta) fueron presentados el miércoles en Nueva York, y estuvieron enfocados en encuestas realizadas en Argentina, Serbia, Sudáfrica y Las Filipinas», explicó a Télam María Jose Ravalli, responsable del estudio y especialista de Comunicación de Unicef.

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Si bien el ciberbullying fue la experiencia más enumerada por los nenes argentinos, también hubo otras vinculadas con la exposición a contenidos pornográficos y, en menor medida, al contacto con personas desconocidas a través de alguna red social.

En Argentina este estudio se aplicó de forma domiciliaria en más de 1.100 casos, en una muestra representativa del total país que se complementó con una investigación cualitativa (focus group) sobre los conocimientos y las acciones que llevan a cabo los padres.

Los países elegidos para este estudio tuvieron que ver con un interés por parte de los mismos, y con la presencia de equipos de investigación destinados a realizar las encuestas, comentó Ravalli.

A nivel general, en los cuatro países encuestados la mayoría de los chicos dijo que aprende cosas nuevas en Internet al menos cada semana, por lo cual consideran a la red como una herramienta de aprendizaje.

En este sentido, los tutoriales tanto para aprender un instrumento como para complementar una clase de matemática fue una de las experiencias que más resaltaron los encuestados en Argentina.

«Sin embargo, más allá del autoaprendizaje lo que se necesitan son políticas públicas de alfabetización digital», aclaró Ravalli, ya que dentro de las mismas oportunidades que ofrece Internet también se encuentran los riesgos si los chicos no están preparados.

Cuando los chicos experimentan una situación problemática online, la mayoría de ellos acude a sus amigos para pedir ayuda. Pero solo de entre un cinco a diez por ciento busca ayuda de un docente, e incluso una menor cantidad pide asistencia a profesionales, reveló el estudio.

La importancia del informe tiene lugar en un mundo en el cual suman más de 2.000 millones las personas conectadas a Internet (en el 2000 eran 100 millones), de entre las cuales una de cada tres son menores.

Asimismo, los riesgos se profundizan teniendo en cuenta que, en promedio, ocho de cada diez chicos encuestados en el reporte accede a Internet desde sus celulares, lo que supone un acceso independiente a la red.

Dicho de otra forma, esto conlleva una menor supervisión de los padres (a diferencia de lo que pasaba cuando una computadora de escritorio estaba instalada en una parte de la casa), por lo cual éstos «manifestaron preocupación» ya que algunos tienen pocos conocimientos del uso de Internet, indicó Ravalli.

La especialista argentina precisó que con los padres trabajaron en focus group en el marco de una investigación cuantitativa, a través de la cual observaron que los adultos tienen una «preocupación central ya que «sienten que no tienen las herramientas para acompañar a sus hijos».

«Yo sé lo que mi hijo hace en Facebook pero hasta ahí llego porque no sé cómo se usan las otras redes», fueron el modelo de respuestas manifestadas por los padres, indicó Ravalli.

Asimismo, agregó que mientras algunos padres usan estrategias de control y otros prefieren generar confianza con sus hijos a través de charlas.

«El objetivo de Global Kids Online (Chicos Conectados en el Mundo) es el de obtener un modelo estándar de investigación sobre el panorama de los chicos y la tecnología, tanto en los riesgos como en las oportunidades, para así poder contar con herramientas de comparación entre países y de definición de temas relevantes al respecto», agregó Ravalli.

Para leer el cable de la noticia acceder a https://cablera.telam.com.ar/cable/412375

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El secuestro de la mente y la paradoja de internet

Por: José María Agüera Lorente

Este año se cumplen diez de la publicación del libro El secuestro de la mente. Supe de él por un alumno que me recomendó su lectura hace años, porque relacionó su contenido –muy atinadamente, por cierto– con una de las cuestiones centrales que conforman la espina dorsal de la reflexión filosófica a lo largo de la historia; a saber: ¿es real todo lo que creemos? Pregunta en la que se imbrican ontología y epistemología inextricablemente, presente ya en la alegoría clásica de la caverna platónica y que en la actualidad sigue tan vigente como siempre.

El autor del susodicho libro es un psiquiatra, el doctor Fernando García de Haro. Al contrario de lo que pudiera pensarse por su profesión, a cuya práctica se dedicó durante la friolera de más de treinta y cinco años, el enfoque que desarrolla de la antes enunciada pregunta no es puramente médico, sino ampliamente filosófico, eso sí, partiendo de los conocimientos disponibles sobre el cerebro y la psicopatología, especialmente del trastorno mental que se conoce como delirio (diríase que en esto sigue a Mario Bunge, para quien –de acuerdo con lo que yo mismo le oí en una conferencia– lo que procede es «primum cognoscere, deinde philosophari»). El delirio es la capacidad de creer enferma, y la creencia, en según qué circunstancias y modos, puede acabar en delirio. En forma de eslogan el doctor García de Haro lo plasma diciendo que «si el delirio es una creencia de origen patológico, la creencia es un delirio de origen cultural». Tal delirio de origen cultural puede desembocar peligrosamente en fanatismo, el cual presenta rasgos que se asemejan a los síntomas característicos de la paranoia (léase el epígrafe titulado «sectas, paranoia, fanatismo y violencia»).

Todo el libro es interesante y está inspirado por un espíritu proveniente tanto del amor al saber que dio vida a la filosofía en sus inicios, como de los principios que engendraron el pensamiento ilustrado. A ambos alude cuando presenta su receta contra «las creencias y sus males», y que se compone de dos ingredientes esenciales: racionalidad y humanismo. Entonces puntualiza: «Esta es una vieja receta que se remonta a los llamados “filósofos griegos” y que se continúa en el Renacimiento, la Ilustración y en la actualidad en formas muy diversas. Parece evidente que sólo el pensamiento racional puede liberar al ser humano del laberinto de las creencias en el que se pierde desde el principio de su existencia sobre la Tierra».

¿Esa liberación tiene asegurado su progreso? Nuestro psiquiatra parece contestar afirmativamente a esta pregunta, y halla un poderoso argumento a favor de su respuesta en el papel que otorga a las nuevas tecnologías en relación con el combate entre racionalidad y creencias. He aquí su tesis: «Las tecnologías de la comunicación, tanto de la información como Internet, la televisión por satélite o los medios de desplazamiento, hacen que las culturas cerradas sean imposibles. Este mundo permeable instala al hombre en una realidad nueva, no fijada por una manera concreta y establecida mediante una creencia de origen divino. El hombre moderno no puede continuar en mundos cerrados y diferentes entre sí por mucho que se empeñen los custodios de las creencias. Este movimiento es imparable».

Por mi parte, tengo razones para no compartir la postura optimista del doctor García de Haro. La primera de ellas es de naturaleza empírica y tiene que ver con el fenómeno del terrosimo yihadista, de rápido y preocupante crecimiento, y que tiene su base en la expansión y asimilación de creencias que pueden desembocar en el fanatismo violento. En el clarificador libro de hace apenas un año titulado Objetivo: califato universal. Claves para comprender el yihadismo, sus autores (Eduardo Martín de Pozuelo, Jordi Bordas y Eduard Yitzhak) se dedican a un preciso y riguroso análisis del fenómeno referido. En el capítulo 7 titulado «la captación: de la mezquita a internet» encontramos la disección de los modos y los medios de los que se sirven los yihadistas para atraer a los jóvenes y convertirlos en adeptos a su causa. En una de sus páginas leemos: «El elemento tecnológico fundamental que marca un antes y un después en el proselitismo radical gira en torno a internet, las redes sociales y las grandes redes mediáticas que las organizaciones terroristas yihadistas del siglo XXI tienen a su disposición».

Esas organizaciones cuentan con agencias de información que se sirven muy eficientemente del mundo virtual con dos intenciones básicas: una es publicitaria y de propaganda; la otra es la captación, reclutamiento y adoctrinamiento de simpatizantes de todo el mundo. Mediante la red también informan y entrenan militarmente a quienes convierten en armas vivientes al servicio de sus siniestros propósitos.

Los autores del libro describen, a través de casos reales, cómo jóvenes europeos –por lo demás aparentemente «normales»– que muestran indicios de predisposición a la radicalización son contactados y sometidos a un auténtico aislamiento cultural y lavado de cerebro sectario que en muchos casos no serían factibles –y, desde luego, no serían tan efectivos– sin la herramienta de internet. Ésta es imprescindible en el terrorismo global del siglo XXI para inocular y activar en la psique el germen del fanatismo, que requiere la comunicación de las creencias radicales. Se trata de radicalizaciones urgentes, porque se llevan a cabo en lapsos de tiempo que se cuentan más bien por semanas que por meses.

Hay un momento decisivo en el proceso de captación. Tras haber conseguido atraer la atención del potencial recluta en las redes sociales mediante mensajes generales, y una vez discriminados los más susceptibles, los captadores los conducen a espacios virtuales más privados. Chats, grupos de whatsapp y otros recursos nuevos diseñados por los propios especialistas de la organización terrorista, que son objeto de menos vigilancia por parte de los grupos especializados de la policía, constituyen el espacio en el que se somete, sobre todo a los jóvenes, a mensajes de gran poder seductor que, a la postre, consiguen el secuestro de sus mentes, es decir, su desconexión de todo lo que hasta ese momento conformaba su mundo. Por último, llegará el contacto personal.

Como se ve, internet no es aquí la tecnología del librepensamiento, sino, muy al contrario, el medio de cultivar y extender el fanatismo, mal que le pese al doctor García de Haro. Se trata de toda una paradoja que el politólogo Benjamin Barber reconoce de la siguiente forma: «Estamos ante la grotesca situación de que gente pone “me gusta” en sitios de la web donde se ven decapitaciones. ¡Estamos ante el movimiento simultáneamente más moderno y más reaccionario de la historia! Están intentando destruir Occidente en parte debido a su modernidad y su tecnología pero al mismo tiempo son creaciones de la tecnología moderna, y dependen de ella íntimamente para generar miedo y odio».

No, las nuevas tecnologías por sí mismas no nos salvarán del delirio latente en las creencias irracionales. Es más, según lo dicho hasta ahora, hay que estar alerta ante su alto poder de sugestión. El universo de las pantallas puede crear auténticos mundos solipsistas que, sin darnos cuenta, nos aíslen de la realidad, ese lugar en el que nos hallamos con lo otro, y en el que hemos de convivir, lo que se hace imposible si nos enclaustramos en nuestros mundos privados.

El diálogo es imprescindible para el encuentro en el espacio objetivo de la realidad. Las redes sociales parecen, en principio, potentes recursos tecnológicos que incrementan esa capacidad nuestra de diálogo, pero hay quien detecta una deriva contraproducente en las innovaciones relativas al procesamiento de los big data incorporadas en los últimos años. En este sentido va la advertencia del activista de internet Eli Pariser, que se plasma en su teoría de la burbuja de filtros. De acuerdo con ella, existe una tendencia en la red de progresiva personalización de contenidos en los medios digitales, lo que conlleva la creación de una realidad distinta para cada internauta. Los algoritmos de Google o Facebook muestran resultados distintos para cada usuario, en relación a su historial de búsquedas y su comportamiento en la Red. Es por esto que la información que se nos ofrece a través de estos medios es sesgada: la mecánica de los motores de búsqueda hace que sólo seamos receptores de la información que se presupone de nuestro interés. Esos algoritmos acabarán decidiendo por nosotros qué es la realidad siempre en una senda de continua confirmación de nuestras creencias, reduciendo así el margen para la falsación de las mismas (para más detalle véase el vídeo en https://www.youtube.com/watch?v=S0m_nM8Dgng).

En consecuencia, no creo que las nuevas tecnologías por sí mismas tengan el poder de acabar con el efecto alienante de las creencias; pueden, incluso, potenciarlo. Es el sujeto desde la razón el que tiene que someter a esas sus creencias a juicio poniéndolas constantemente a prueba. Internet y los diversos medios digitales ayudan como herramientas que expanden nuestras capacidades cognitivas y su conexión a la realidad en toda su amplitud y diversidad de detalle, quebrantando cuando corresponda, sobre todo, nuestras más queridas expectativas sobre ella.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/el-secuestro-de-la-mente-y-la-paradoja-de-internet/

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Apoyan a víctimas de ayopzinapa para “denunciar al Estado Mexicano”

América del Norte/México/05 de noviembre de 2016/Fuente: Desinformemonos

 “Es necesario denunciar todo lo que está pasando en México, las desapariciones, desplazamientos, asesinatos, la represión contra el pueblo en general, la fabricación de delitos, la persecución contra las y los luchadores sociales, el desplazamiento de los indígenas. Sabemos que lo que pasa en México, pasa en Honduras, en Europa, en Asia, por eso es necesario trabajar organizadamente para seguir tejido esta red de solidaridad internacional que una y visibilice las resistencias de diferentes partes del mundo”, dijo a Desinformémonos el vocero del Comité Quebec-Otawa por Ayotzinapa, quien por acuerdo organizativo prefiere omitir su nombre.

El Comité surgió luego de la desaparición forzada y ejecución extrajudicial de los normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014. Después de reunirse en Montreal, mexicanos y latinoamericanos radicados en ciudades como Quebec y Ottawa, decidieron organizarse para exigir justicia para los estudiantes. El 20 de noviembre de 2014 realizaron su primer acción pública y desde esa fecha construyeron lazos y comunicación con colectivos de otras partes del mundo para visibilizar la violencia e inseguridad que se vive en México.

“Es necesario que los gobiernos de otros países vean lo que está pasando en nuestro país. Visibilizar toda la ola de violaciones a los derechos humanos, los feminicidios, la corrupción pero también la participación de los gobiernos y del impacto que tienen las inversiones y megaproyectos extranjeros en las comunidades indígenas, principalmente en las mujeres indígenas”, asegura el vocero del Comité.

Según el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina “más de 70% de proyectos mineros en el país son de firmas canadienses. La presencia de esas empresas se debe a la flexibilización de la ley de inversión extranjera” y afectan principalmente a habitantes de comunidades indígenas causando daños ecológicos y a la salud de las y los pobladores.

“Nosotros estamos contribuyendo desde aquí generando espacios para que las víctimas de México y otras partes de Latinoamérica denuncien lo que pasa en sus países. Estamos organizando actividades en escuelas, medios de comunicación, espacios públicos. Charlas y actividades culturales a la que asiste gente de todas las edades y de diversas nacionalidades”, aseguró el vocero del Comité Quebec-Otawa por Ayotzinapa.

Actualmente el Comité acompaña la gira en Canadá de Nestora Salgado, ex presa política de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias Policía Comunitaria (CRAC-PC) de Olinalá, Guerrero, quien se reunió el pasado 26 de octubre con Diputados de la Asamblea Nacional de Quebec y se reunirá con la Ministra de Relaciones Exteriores Christine St-Pierre para exponer la criminalización y persecución por su labor en defensa de los sistemas de seguridad y justicia de su comunidad.

“Como colectivo vemos importante que las luchas de resistencia como la de la policía comunitaria de Guerrero, Cherán, la resistencia y empoderamiento de las mujeres que luchan por su autonomía, el zapatismo en Chiapas, el Congreso Nacional Indígena, la lucha campesina se conozcan con otras luchas en resistencia de otras partes del mundo como las mujeres kurdas que han construido su propio batallón femenino, la lucha de los Black lifes Matter, entre otras. Por eso juntamos a las organizaciones indígenas, organizaciones defensoras de los derechos humanos, organizaciones de migrantes para seguir tejiendo los lazos”, concluye uno de los integrantes del Comité.

Además del Comité Quebec-Otawa por Ayotzinapa otros colectivos como Mexicanos Unidos por la Regularización, la Asociación Canadiense por el Derecho a la Verdad y el Comité de Derechos Humanos por América Latina participan y se solidarizan para visibilizar la situación de los derechos humanos en México.

Disponible en la url: https://desinformemonos.org/apoyan-victimas-salgan-denunciar-al-estado-mexicano/

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Maestros y alcaldes protestan en Veracruz, México

América del Norte/México/05 noviembre 2016/Prensa Latina

Cientos de maestros iniciaron  bloqueos carreteros y toma de escuelas públicas en las principales ciudades del estado mexicano de Veracruz para exigir el pago de adeudos.
Profesores del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano, de otros sindicatos independientes y del oficialista Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación mantienen tomadas las oficinas centrales de la Secretaría de Educación de Veracruz y la de Finanzas, en Xalapa, capital estatal.

Mientras tanto decenas de alcaldes veracruzanos, incluido el de Xalapa, mantienen también ocupado el Palacio de Gobierno en demanda de fondos que eran para esos territorios y fueron al parecer malversados.

Las autoridades mexicanas siguen hoy la búsqueda del gobernador con licencia de Veracruz, Javier Duarte, prófugo de la justicia y acusado por cargos de corrupción.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=38999&SEO=maestros-y-alcaldes-protestan-en-veracruz-mexico
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México: Asciende a 37 mil MDP el recorte a universidades públicas

América del Norte/México/05 Noviembre 2016/Fuente: Insurgencia Magisterial 

Con el recorte presupuestal se verán afectadas las relaciones laborales con el sindicato y el cumplimiento en materia de becas con los estudiantes; se afectará la operación de las propias universidades: Rectores

Advierten rectores de las universidades públicas estatales (UPES) del país que con la reducción del presupuesto aprobado por los legisladores, se verán afectadas las relaciones laborales con el sindicato y el cumplimiento en materia de becas, con lo que se afectará la operación de las propias universidades.

En un desplegado de prensa, rectores de las diferentes universidades manifestaron su rechazo al recorte de más de 37 mil millones de pesos destinados a la educación pública superior, y solicitaron la intervención del presidente Enrique Peña Nieto para realizar una redistribución del Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio 2017.

Los directivos universitarios también criticaron que los recursos asignados al desarrollo de ciencia y tecnología no cumplen con el compromiso pactado de una inversión mínima del 1% de PIB.

Los titulares de las instituciones educativas de educación superior explicaron que la reducción del gasto destinado a ese rubro propuesto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) afectará estructuras esenciales en las universidades, como el Fondo de Apoyo para el Saneamiento Financiero y Atención a Problemas Estructurales de las Universidades Públicas Estatales (FASFAPEUPE).

Con la reducción al presupuesto universitario se pone en riesgo el cumplimiento de los acuerdos contenidos en el FASFAPEUPE, que han sido resultado de la negociación entre autoridades y sindicatos universitarios, por lo que se pondrían en riesgo muchos de los acuerdos alcanzados por uno de los principales sistemas que generan ahorros de más de 593 mil 300 millones de pesos a las UPES.

“La eliminación de este fondo generaría presiones para mantener y continuar las reformas, se alterarían las relaciones laborales y se afectaría gravemente la operación de las UPES, ya que dicho monto tendría que ser cubierto con el gasto operativo”, subrayaron.

El documento publicado y firmado por 10 rectores de estas universidades, establece que miles de estudiantes se quedarán sin los apoyos mínimos para continuar sus estudios.

De no considerarse, “se ampliarán las brechas entre las universidades federales y estatales”, puntualizaron.

“En la compleja situación que vive el país la educación aparece como un signo de esperanza y por ello la universidad pública debe constituirse como un espacio fundamental del sistema social” argumentaron.

Finalmente demandaron un financiamiento “suficiente, oportuno y a largo plazo” para cumplir con los propósitos “indispensables” de las instituciones de educación superior del país.

Firman el desplegado los rectores de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca; la Universidad Autónoma de Baja California; la Universidad Autónoma de Nayarit; la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; la Universidad Autónoma de Querétaro; la Universidad de Sonora; la Universidad Autónoma de Tamaulipas; la Universidad Autónoma de Tlaxcala; y la Universidad Autónoma de Zacatecas.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/asciende-a-37-mil-mdp-el-recorte-a-universidades-publicas/

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Estados Unidos: Crossing the Border for School

América del Norte/Estados Unidos/Noviembre de 2016/Autora: Emily Deruy/Fuente:Citylab

RESUMEN: A lo largo de la frontera entre los Estados Unidos y México, cientos de niños y niñas desde el jardín de infantes se suben por los puestos de control y guardias cada día para estudiar. Esto ha estado ocurriendo durante décadas. Muchos, como Vidaña Sánchez, son estadounidenses nacidos de padres mexicanos que desean desesperadamente crear una vida mejor para sus hijos y ven la educación como el camino hacia adelante. Pero en los últimos meses, mientras el candidato republicano a la presidencia Donald Trump ha vomitado una retórica divisiva -jugando construir un muro a lo largo de la frontera, acusando a los mexicanos de ser violadores- y envalentonado a sus partidarios anti-inmigrantes, cruzar la frontera se ha convertido en un proceso más lleno para algunos De estos estudiantes. (La candidata demócrata Hillary Clinton ha expresado su apoyo a la reforma migratoria integral, incluyendo la creación de un camino hacia la ciudadanía para algunos inmigrantes indocumentados, lo cual está en línea con las opiniones del presidente Obama sobre el tema).

Born in the United States, Mayra Kahori Vidaña Sanchez spent most of her childhood in Juárez, Mexico. When she was around 12, Vidaña Sanchez moved a few miles north of the border to El Paso, Texas, for school. Although technically a U.S. citizen, she spoke little English and carried a pocket dictionary to class. She spent hours listening to pop music and watching American television, trying to absorb not only a language but a culture that felt undeniably unfamiliar.

Despite her efforts, a few kids at school made fun of Vidaña Sanchez and her brother for their accents and supposed foreignness. Yet once, during elementary school back in Mexico, she’d had to give back a scholarship after the mother of a classmate complained that it shouldn’t have gone to a kid born in the United States. Not quite Mexican, not quite American.

These days, she brushes off such slights. But the 19-year-old is still navigating a life bisected by a border crossing. A sophomore studying industrial engineering at the University of Texas at El Paso, Vidaña Sanchez has technically lived and studied in the U.S. for years. Yet many days, she can still be found guiding her car out of her family’s home in Juárez toward the border—and school—before dawn, a sometimes-international commuter if not technically an international student.

Vidaña Sanchez’s story is not unusual. All along the U.S.-Mexico border, hundreds of children from kindergarten on up make their way through checkpoints and guard stations each day to study. This has been happening for decades. Many, like Vidaña Sanchez, are Americans born to Mexican parents who desperately want to create a better life for their offspring and see education as the path forward. But in recent months, as Republican presidential candidate Donald Trump has spewed divisive rhetoric—vowing to build a wall along the border, accusing Mexicans of being rapists—and emboldened his anti-immigrant supporters, crossing the border has become a more fraught process for some of these students. (Democratic candidate Hillary Clinton has expressed support for comprehensive immigration reform, including creating a path to citizenship for some undocumented immigrants, which is in line with President Obama’s views on the topic.)

Vidaña Sanchez said during a phone conversation that she has encountered a few people in El Paso recently who think a border wall is a good idea and that immigrants are stealing jobs. I hear what you’re saying and I respect you, she replies, but I just don’t agree. Once, she was so scared an encounter was about to turn violent that she sprinted away. Vidaña Sanchez recounted the incident with laughter, joking that her friends teased her for putting her athletic prowess to good use.

But she quickly turned serious. “I have no idea,” she replied to a question about whether things might improve after the election. “I hope it gets better after the election, because if it doesn’t…” She trailed off a little. She’d like to help her father, an engineer educated in Mexico, and mother, a cashier, come to the United States, and to see her younger cousin, born in America but spending the early years with family in Mexico, have an easier time fitting in north of the border. But she’s worried. “I’m trying to encourage as much voting as possible,” she said.

The tension at the border isn’t all new. Lines to cross are long and wait times can run several hours, delaying students and workers alike. As if relaying a minor annoyance like being cut off in traffic, Vidaña Sanchez said that sometimes “random people” on both sides of the border create “a little wall” to prevent students and others who are occasionally able to use a shorter line for regular commuters from moving forward. Their motivation isn’t necessarily racial. Often, it’s self-interest. “They just don’t think it’s fair for you to go first,” she said. “I try not to let it stop me or bother me.”

While the politics aren’t nearly as contentious on the northern border with Canada, even students there wonder what the impact of a Trump election would be. Ken Lambert, an American who recently spent time studying at Brock University just across the border from Niagara Falls, New York, says he’s experienced unpleasant interactions with border guards, although he acknowledges that they’re minor—comments about America being inferior to Canada, for instance. “These small jabs at each other can make living on the border uncomfortable at times,” he said. “I think that sense of bond is gone.” Lambert now lives in Philadelphia, but says friends who still live near the border say the election has intensified some of the negative rhetoric.

At border crossings that aren’t jammed with cars and pedestrians, students cross with relative ease. Several years ago, then-Education Secretary Arne Duncan visited Columbus Elementary School in New Mexico, just a few miles from the border. Nearly three-quarters of the children at the school commuted from Mexico at the time. (Many are American because the nearest hospital to their homes is actually in the United States and some Mexican women have been allowed to give birth there before returning to Mexico.) According to the Washington Post, children have been crossing the border for school there for more than six decades. These days, they are required to be U.S. citizens, but back in the 1950s, that wasn’t a requirement. And while there have been lawsuits over the years and not all residents think the children should be allowed to attend school in New Mexico, there has traditionally been broad support for allowing these children to obtain an education north of the border.

Despite some of the campaign rhetoric, not much seems to have changed this election cycle, according to Border Partners, a group working in the area. It’s hard to say, said a spokesman for the group, whether a Trump presidency would make it more difficult for children to cross because the situation is so unique.

Yet it isn’t entirely unheard of. Although it seems to have less red tape, New Mexico isn’t the only border state where schools accept U.S.-born children from across the border. As the Huffington Post noted, U.S.-born students living in Mexico who want to go to school in places like California and Texas are often required to either prove they live in the district or pay tuition, which many can’t afford. A spokeswoman for the Texas Education Agency told the site that it was up to each district to enforce those requirements. However, in Arizona, where support for curbing illegal immigration has been particularly widespread in recent years, the state has acted as the enforcer and “cracked down on border-crossing students.” For a variety of reasons, some families opt to put their children in Mexican schools instead. The country estimates that it has several hundred thousand U.S.-born students enrolled in its schools.

That crackdown hasn’t happened in New Mexico so far, although it’s unclear what a Trump win would mean for these families. The principal of the Columbus Elementary School told KRWG, a local television station, that he’d even seen an influx of kids from states like South Dakota after those children experienced the deportation of a parent. The families realized, he said, that they could reunite in Puerto Palomas, Mexico, just over the border, and that their children, born in the United States, would still be able to attend American schools like Columbus. That’s happened in part because officials there don’t enforce the same restrictions as their counterparts in places like Arizona.

It’s not just kids who live across the border who are negatively affected by the potential for a Trump presidency. Teachers across the country have reported an increase in stress this year among children, particularly those from immigrant families, who say they are scared of what might happen if Trump wins the election. For Latino kids, the worries often center around parents being deported or a wall going up along the border. Teachers also say they’re hearing more anti-immigrant rhetoric in class. While there isn’t data specifically on the perceptions of kids who cross from Mexico to the United States for school, it’s not unreasonable to expect that these children who stand to be the most affected by changes at the border are also among the most concerned.

College students express similar fears. A 2010 dissertation by a UTEP health-psychology doctoral student named Thomas J. Taylor suggested that some 40 percent of the 130 college students he surveyed who commuted to and from Juárez on a regular basis showed signs of post-traumatic stress disorder. Taylor could not immediately be reached for comment, but while violence has declined significantly in Juárez over the last six years, it hasn’t gone away entirely, and the border continues to present a physical and psychological barrier for students.

“It’s like I’m divided,” Vidaña Sanchez said. But instead of seeing the border as a barrier, she said, she tries to see the crossing—a bridge over the Rio Grande—“as a pathway to more opportunity.”

Ricardo Cagigal Perez is a 23-year-old Mexican student finishing up a degree in biology at Texas A&M International University in the border town of Laredo, Texas. Born and raised in central Mexico, he spent his high-school years in Italy before landing in Texas for college. While he doesn’t cross the border daily, he travels to Mexico frequently on the weekends and during school vacations to visit friends and family. Recently, he said, border checks have seemed a little more thorough on both sides and wait times have been longer. He’s been hearing more comments from people on campus about how students without documents should “go back,” too. They seem “to have a sense of having political backup,” Cagigal Perez said, choosing his words carefully, “in the sense of, oh, it’s being said on TV more than usual, it’s being said on radio more than usual, so they believe that it might be acceptable to say it in private.”

While he thinks the school is a generally inclusive place, he said he’s heard students who feel “discouraged” about coming to the states. Friends from Italy who might have considered a move to America now second guess that idea. Last weekend, his family came to visit and they went to Dallas. When people there realized his mother did not speak English, sometimes they asked why she was there. “It gets to you, you know?” he said.

Now, some students who grew up south of the border are electing to bypass border universities altogether. A 2010 report by the Texas Tribune showed a decline in the number of Mexican students studying at border schools like UTEP and Texas A&M International, but an increase at places like the University of Texas at Austin. State data suggests those trends have largely continued in the intervening years. Armando Martinez, a Mexican-born student who moved to Austin for school, told the Tribune that in that city, “there’s a lot of other ways things flow: different cultures and values and customs and morals that really do influence you and grant you other opportunities.”

Some universities close to the border have seen those trends and worked actively to recruit Mexican students. New Mexico State University recently said it would begin a program to offer discounted tuition to Mexican students. The school’s enrollment has been declining, and officials see the new outreach as mutually beneficial. Whether this campaign season has made the school’s recruitment efforts more difficult is unclear. “NMSU has a lot to offer students from Mexico, and we know these students have a lot to offer us in terms of their backgrounds, experiences, and diversity,” the NMSU chancellor, Garrey Carruthers, said in a statement.

Vidaña Sanchez agrees and likes being near the communities and culture that have shaped her. “I’m glad I did it,” she said of her decision to enroll at UTEP. She regularly takes her grandmother, who lives in Juárez, to the doctor, she said, and she tries to support her family, buying school supplies for her cousins. Although she does not yet have a degree, she already earns more working several part-time jobs than her family in Mexico. And regardless of who wins the presidential election, she will continue to see the border not as a boundary, but as “a connection between two countries.” “We all come together in this one pathway,” she said of the border crossing. “We cross; we are part of two cultures. It shouldn’t be seen as an obstacle.”

Fuente: http://www.citylab.com/politics/2016/11/crossing-the-border-for-school/506405/

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Las universidades ante la degradación moral

Por: Pedro Flores Crespo

La inhumanidad no es un retorno,
sino una degradación
—José A. Marina en Pequeño tratado de los grandes vicios

En cuarenta años —y salvo por la crisis de mitad de la década de los noventa—, no recuerdo otro momento de la vida pública tan grave como el de ahora. Incluso en su cartón del domingo pasado en el periódico Reforma, Calderón ilustró una amarga realidad que por su ingenio provocaba risa en primera instancia, pero después todo lo contrario.
El caricaturista dibujaba del lado izquierdo especies de animales en extinción y en el derecho a otros seres en expansión. Mientras el jaguar y el ocelote, pueden desaparecer, los gatilleros se pueden reproducir. Así como el lobo mexicano está en extinción, los coyotes que operan en los centros de verificación de la Ciudad de México están al alza y, finalmente, si el conejo teporingo va a desaparecer, tal pérdida puede compensarse con el aumento de las “ratas de dos patas” cargando sacos de dinero y musitando: “no es por joder, es cultural”. Esto último haciendo alusión a dos desafortunados comentarios del presidente Enrique Peña Nieto, quien a casi dos años de que acabe su mandato, registra las tasas de desaprobación más altas y, por cierto, muy bien ganadas.

Hechos para  joder a México
Los factores de cohesión social se nos desvanecen a diario por actos tan deplorables como la prepotencia con que vemos actuar, por ejemplo, a los lores y a las ladies que socialmente hemos construido y solapado. ¿Qué joven no quisiera manejar un Ferrari, Rolls Royce o Audi? ¿O qué jovencita no está tentada a llamar asalariado, naco, gato o loser a quien su esquema mental no tolera? ¿En qué escuela o universidad habrán estudiado estos “talentosos” sujetos?
Por otro lado, mucho preocupa que pese a la presión de las organizaciones de la sociedad civil —y en contadas ocasiones de las instituciones académicas—, el cinismo de la clase política no se atempera, sino al contrario. La última demostración de esto fue el nombramiento de Raúl Cervantes como Procurador General de la República y posible Fiscal General. Cervantes es priista y primo del consejero jurídico de la presidencia, Humberto Castillejos. Es tal el nivel de descomposición que ya en tono de sorna, Jorge G. Castañeda escribió: “¿Para qué tiene uno amigos, correligionarios y empleados si no para nombrarlos en puestos de confianza y que le cuiden a uno las espaldas?” Haber nombrado a Cervantes le asegura a Peña Nieto y a sus amigos, según el ex canciller, mayor impunidad cuando dejen el puesto (Milenio, 31.10.16). Si el presidente no se da cuenta de que sus acciones sí joden a México, es que ya perdió la conciencia.
Pero ante el cinismo del presidente y de algunos de sus colaboradores, tampoco se vislumbra una posición ética clara de parte del opositor. El nombramiento de Raúl Cervantes fue aprobado con el voto de 82 (¿83?) senadores. Bien dice Castañeda, “[c]on una oposición de esa naturaleza, la democracia no puede funcionar”. Se vale negociar puestos, matiza el comentócrata de Milenio, pero no en temas “tan sensibles para la sociedad” como la lucha contra la corrupción y la protección de los derechos humanos. Nada más para que usted se dé una idea de la crisis que tenemos en este terreno, vea estos datos: Desde 2007, inicio del sexenio de Felipe Calderón, han desaparecido 26,000 personas y de 2006 a 2015, 151,233 personas han sido asesinadas. Por si esto fuera poco, 95.5 de los delitos quedaron impunes (Encivica-INE 2017). Con estos datos, ¿puede ser Margarita Zavala de Acción Nacional una opción opositora confiable y convincente? ¿Juzgará a su marido por las atrocidades cometidas durante su mandato? ¡Claro que no! Hay que cuidar y proteger a la familia.
Pero las cosas no son mejores del otro lado del espectro político. Creyendo que él representa la verdadera y única oposición del país, Andrés Manuel López Obrador sigue dando muestras de inmadurez e intolerancia. Ahí está su enojo mostrado públicamente en Twitter ante la propuesta del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de postular a una candidata a la presidencia de la república en 2018 o su juego cotidiano entre hacerse por un lado la víctima y por otro, repartir descalificaciones a diestra y siniestra para luego proclamar que le hacen compló cuando alguien le responde o lo contraataca.
Falta de responsabilidad del opositor, impunidad transexenal, cinismo e inconsciencia del político y también por parte de la sociedad (“¡es México, güey, capta!”) nos hacen perder, por momentos, la esperanza de que nuestro país pueda salir airoso de esta crisis moral en la que está metido. En ello, la pregunta obligada es, ¿y qué función tiene la educación? ¿Qué debemos hacer desde las universidades para combatir la degradación social que vivimos? ¿O será que las instituciones de educación superior son parte también ya del problema?

De recortes, viajes y salarios
En momentos en que se lucha por revertir los recortes presupuestales que el Ejecutivo propuso para las universidades públicas estatales, un grupo de rectores encabezado por Jaime Valls, Secretario General de la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior), viajó a Estados Unidos para tener algunas visitas de intercambio con universidades de Nueva York y Boston. Por la cuenta de Twitter de Valls —y no de la ANUIES— nos enteramos que el propósito era, entre otras cosas, fortalecer la “internacionalización de la educación superior”.
También nos enteramos que la ANUIES cerró, en la Maxwell School of Citizenship and Public Affairs de la Universidad de Syracuse en el estado de Nueva York, un seminario para profesionalizar a los rectores. Sí, el curso se llamó: “Los Retos del Rector frente a la Universidad del Futuro” que según Valls, sirvió para perfeccionar “su visión para lograr un mejor liderazgo en sus respectivas Instituciones”. Este seminario fue organizado por la Universidad Panamericana (UP), el IPADE y ANUIES, pero se realizó en su etapa final fuera de México. Por cierto, ¿habrá presumido la UP su “código” sobre el plagio a los rectores mexicanos y a sus contrapartes estadunidenses?
Ese mismo día, una nota en El Universal de Teresa Moreno causó polémica (24.10.16). El encabezado decía: “Rectores ganan más que gobernadores” y documentaba que 11 rectores de universidades estatales obtenían salarios que oscilaban entre 113 mil y 193 mil pesos. ¿Por qué Moreno seleccionó a ese número de rectores? ¿Son esas universidades públicas las únicas que tienen portal de transparencia? No es claro en su nota y valdría la pena que lo aclarara. La misma Moreno le dio seguimiento a su nota al entrevistar, un día más tarde a Enrique Graue, rector de la UNAM, quien ante la pregunta de cómo se determinó el monto de su salario y si era correcto que ganara más que Miguel Mancera, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, dijo que “[d]esde hace mucho años el salario del rector está en transparencia y se puede consultar”. Sobre el punto de si era correcto, no hubo respuesta de Graue. Moreno fue más a fondo y le preguntó al rector de la UNAM si no sería momento de que los rectores se “solidarizaran” ante los recortes presupuestarios (El Universal, 25.10.16). El “jefe nato” de la Máxima Casa de Estudios respondió que eso se discutirá en las próximas reuniones que tengan en ANUIES – aunque habrá que esperar a que regresen de viaje, agregaría yo.
Para varios colegas, que los rectores y altos funcionarios universitarios se reduzcan el salario, prescindan del chofer, escorts, carga-portafolio o rechacen “compensaciones” y los gastos de representación es algo que no impacta significativamente en las finanzas de las universidades, por lo tanto, lo ven como un acto de pura demagogia. Yo pienso distinto, porque la señal que mandarían sería ética y ahí, no importa si no se disminuye significativamente el gasto; se puede, en cambio, empezar a construir una autoridad con legitimidad, confianza y aprecio social para conducir los cambios necesarios. Ese tipo de autoridad escasea cada vez más en la vida pública de México e insisto: un universitario debe pensar y actuar razonadamente distinto que el político, diputado, dirigente sindical o líder del partido, de lo contrario, queda poco espacio para sostener que la universidad pública mexicana es la consciencia crítica de la nación. Estamos en una aguda crisis y algunas universidades y la ANUIES no dan señales de sensibilidad.

Fuente: http://campusmilenio.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=5147:las-universidades-ante-la-degradacion-moral&Itemid=152

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