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Unicef accionará en la supervivencia neonatal y nutrición en Venezuela

Venezuela/01 septiembre 2016/Fuente: Analítica

Venezuela ha alcanzado en los últimos 25 años logros relevantes para la infancia, como es el aumento de la tasa de escolaridad y la generación de un entorno normativo sensible a la niñez. Sin embargo, existen retos pendientes, y la coyuntura actual pone en riesgo tanto el avance sobre esos retos como la sostenibilidad de los logros alcanzados.

UNICEF, a través del Programa País acordado con el Gobierno de Venezuela para el período 2015-2019, centra su acción en el año 2016 en el fortalecimiento de las políticas y los sistemas para abordar retos y afianzar logros en las áreas de salud, nutrición, protección y educación.

Aproximadamente 3 de cada 4 muertes infantiles en el país se producen por causas que son evitables, en muchos casos, a través de estrategias accesibles. UNICEF, con el Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) y la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, apoya actividades para la mejora de la atención neonatal, incluyendo acciones de capacitación, difusión de materiales informativos y generación de conocimientos para la toma de decisiones.

Aunque recientes estudios preliminares apuntan a un aumento de la tasa de lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses, datos oficiales de 2008 indican que esa tasa no llegaba al 30% de los bebés venezolanos, a pesar de ser una práctica que provee al menos seis veces más posibilidades de supervivencia en los primeros meses.

UNICEF apoya el Programa Nacional de Lactancia Materna del MPPS a través de distintas líneas de acción, incluyendo un actividades de formación para la implementación de la Iniciativa Hospital Amigo del Niño (IHAN), y ampliando el enfoque para la elaboración de estrategias que aborden la alimentación complementaria del niño pequeño (6 meses a 2 años).

Violencia impacta la niñez

La violencia impacta en la niñez venezolana en sus entornos inmediatos (hogar, escuela y comunidad) y de diferentes formas, incluido el homicidio –se calcula que un 18% de las víctimas de homicidio a nivel nacional son adolescentes de entre 15 y 19 años.

El Plan de Prevención y Atención de la Violencia de UNICEF aborda, con los organismos implicados en el sistema de protección y con organizaciones de la sociedad civil, acciones para el fortalecimiento de las capacidades de funcionarios del sistema de protección y para la promoción de la cultura de paz y el buen trato.

Aun cuando Venezuela ha logrado importantes avances para asegurar que cada niño y cada niña asista a la escuela primaria, persisten brechas asociadas a factores como el género, la diversidad, el nivel socioeconómico o el ámbito de residencia urbano-rural. Con el Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE) y otros socios, UNICEF apoyará el próximo año escolar estrategias para la mejora de la calidad educativa, el desarrollo de la Educación Intercultural Bilingüe (EIB), la Educación en Emergencias y el fortalecimiento de defensorías escolares.

En el marco del Programa País 2015-2019, UNICEF también presta apoyo en la prevención materno infantil del VIH, la prevención y atención al embarazo adolescente, la universalización del registro civil de nacimiento y, de manera transversal, contribuye con la mejora de los sistemas de información y recopilación de datos sobre la situación de los niños, niñas y adolescentes.

Fuente:http://www.analitica.com/bienestar/salud/unicef-centra-su-accion-en-fortalecer-supervivencia-neonatal-y-nutricion-en-venezuela/

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Reflexiones sobre el Servicio  Estudiantil Comunitario en la UNESR

Por  Marcel Doubront

Como ya es conocido el servicio comunitario del estudiante de educación Superior nace en el proceso constituyente de 1999, el cual se debatía que papel debían jugar las universidades del siglo XXI si mantenerse  en el tradicional modelo educativo o buscar un método donde la universidad realmente se vista de pueblo o mejor dicho que el estudiante y el profesor se reencuentren con su rol como comunidad el cual mediante un aprender haciendo y tomando aspectos transcendentales del ser humano  como la solidaridad, integración y la fusión del aprendizaje científico con los saberes populares, conciban el asumir la educación popular relacionado  con lo expresado por el maestro Simón Rodríguez   “o inventamos o erramos”  que si bien esta frase no se refería a la educación exactamente si hablaba de salir de las viejas costumbres muchas veces impuestas y crear lo nuevo,  en ese sentido Domínguez 2007 deduce:  “La educación tradicional se centra en contenidos y lo importante es depositar contenidos, por eso Freire la llama bancaria.  La educación liberadora,  en cambio   se basa en procesos y por esa razón es una educación para hacer emerger no para depositar contenidos. Por eso trata de otra lógica y de otros métodos”  (p. 7)

En relación a esa búsqueda de emerger y no para depositar  contenidos como tradicionalmente se forma en el país, en nuestra carta magna se llama al pueblo para asumir la democracia participativa y protagónica, incluyendo a la comunidad universitaria, el cual desde décadas viene jugando un papel de espectador ante las necesidades de transformación social en nuestra nación, es así como mediante  losartículos 132 y 135 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela  las casas de estudios universitarias son llamadas a salir de esa caja de cristal estableciéndose en los mencionados artículos  que, toda persona tiene el deber de cumplir sus responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política, civil y comunitaria del país, promoviendo y defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia democrática y de la paz social así como quienes aspiren al ejercicio de cualquier profesión, tienen el deber de prestar servicio a la comunidad durante el tiempo, lugar y condiciones que determine la ley.

Esa ley es la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante de Educación Superior (2005), el cual su artículo 2  define que  “se regirá por los principios constitucionales  de solidaridad, responsabilidad social, igualdad, cooperación corresponsabilidad, participación ciudadana, asistencia humanitaria y alteridad”  Ahora bien si realmente se busca construir lo nuevo como una alternativa ante el draconiano modelo impuesto por los factores de poder con  currículos extranjeros que nos alejaron de nuestra identidad y hasta nos hicieron creer que el esequibo es Guyana y no Guayana, ¿es suficiente con los principios constitucionales  ya mencionados? aunque Freire hablo que la “educación es un acto de amor”  también es cierto que la educación tienen un carácter estratégico tanto para la dominación como para la liberación, en ese sentido Ander 1977 refiere ”El problema de la educación no puede ser considerado aisladamente del contexto político, social, económico y cultural  en que se da. Hoy es un lugar común de la sociología de la educación correlacionar la educación con el mismo sistema social vigente. En todo país la educación responde o es reflejo del tipo de sociedad existente;” (p. 13)

Ahora bien de acuerdo al artículo 4 de la ley de servicio Comunitario del Estudiante de Educación Superior se define al Servicio Comunitario como: “A los efectos de esta Ley, se entiende por Servicio Comunitario, la actividad que deben desarrollar en las comunidades los estudiantes de educación superior que cursen estudios de formación profesional, aplicando los conocimientos científicos, técnicos, culturales, deportivos y humanísticos adquiridos durante su formación académica, en beneficio de la comunidad, para cooperar con su participación al cumplimiento de los fines del bienestar social, de acuerdo con lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en esta Ley” si tomamos en cuenta que la universidad de hoy en su mayoría siguen navegando bajo los viejos y limitados prototipos,  entenderemos  que la aplicabilidad de los conocimientos científicos, técnicos, culturales, deportivos y humanísticos adquiridos durante su formación académica no serán de mayor relevancia si realmente se quiere transformar la sociedad, desde antes de la llegada de la revolución bolivariana ya era necesario un proceso de transformación universitaria para aportar a la nueva y necesaria sociedad, en relación a lo planteado  la Ley de Universidades de 1970 plantea en su artículo 2 “las universidades son instituciones al servicio de la nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del  país mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales” sin embargo así como la universidad está llamada a contribuir a la orientación de la vida del país, debe no solo preparar sino prepararse para brindar tales aportes, en ese sentido  Picón Medina 1994 plantea “La institución universitaria puede y debe jugar un rol protagónico en la preparación del hombre para ese cambio. Pero para esto debe prepararse ella misma, como organización inmersa también en el torbellino de nuestra época,  para cambiar al ritmo de los tiempos  y para orientar esos cambios  desde una postura crítica que se inspire en los valores más trascendentales de esa misión ecuménica”  (p. 3)

En el marco de esa búsqueda de que la universidad pueda prepararse ella misma para posteriormente o simultáneamente asumir un espacio de vanguardia en la transformación social del país, esta primero que nada debe definir qué modelo formativo tomara,  entre el tradicional que forma asalariados y una especie de lumpen burgués o formar emprendedores mediante una educación socio productiva, en relación a lo planteado el Vicerrectorado Académico de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez en 2009 planteaba: “en la planificación curricular los ejes fundamentales en la formación universitaria deberán orientarse a la integración de: lo ético-filosófico y político;  lo organizativo comunal; lo productivo social y la identidad latinoamericana, desde la experimentación, la construcción colectiva y pertinencia social.”  (p. 22)

En concordancia, el artículo 12 de la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante de Educación Superior y el artículo 15 de las normas que rigen el servicio comunitario en la UNESR plantean dictar un taller preparatorio para asumir la practica comunitaria, aun así en la actual coyuntura es insuficiente, ya que primeramente el servicio comunitario es una acción política donde el estudiante universitario se relaciona con el entorno social de las comunidades y mediante los aprendizajes adquiridos en su formación escolarizada y permanente debe generar una propuesta o acción de emprendimiento para el desarrollo de la comunidad, por otro lado si la acción formativa se reduce solo a un taller, independientemente el esmero y la visión social que se aplique se seguirá viendo como un requisito para la obtención del título de pregrado ya que realizar un taller, una investigación de campo, la aplicación de la acción comunitaria, transcribir el proyecto en un solo periodo académico o semestre, no solo se convertiría en una carrera contra reloj sino que no generaría el impacto deseado en la comunidad ni en el estudiante universitario que forma parte de una comunidad.

En ese sentido desde mi punto de vista el cual pudiera o no ser acreedor de la verdad, sería más pertinente:

1.      La inserción en los pensum de estudios Cursos o Materias relacionadas a:

 a)      Democracia Participativa y protagónica como una pertinente herramienta para entender el deber social del estudiante universitario en la construcción y fortalecimiento de la sociedad necesaria, enalteciendo los valores de identidad nacional, cultura de paz, soberanía, participación inmersos, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el Plan de la Patria.

 b)      Planificación estratégica para el desarrollo comunitario, la planificación estratégica se puede concebir como un proceso de planeación o ejecución de planes para el logro de metas y objetivos, no obstante al agregarle el ítem  “para el desarrollo comunitario” es con la finalidad  que los  estudios de los procesos de planeación estén visionados  ideológicamente, a la creación de significativas y pertinentes relaciones de producción, distribución, y consumo a través de la integración comunidad-universidad

 2.      La implementación del servicio comunitario en dos periodos académicos, como garantía de la concienciación del estudiante universitario, el fortalecimiento de las relaciones entre las comunidades o el poder popular y la universidad, auspiciar la integración de entes públicos como: gobernaciones, alcaldías, empresas del estado en el involucramiento de los planes y proyectes próximos a emprender en la comunidad y con la comunidad, establecer los procesos de sensibilización y seguimiento de la gestión del proyecto en ese sentido:

a)  Primer Periodo: Diagnostico Participativo Comunitario y Planificación estratégica para el desarrollo comunitario, en este orden el diagnostico participativo comunitario puede referirse como la visión veras oportuna y precisa que realiza el estudiante universitario prestador del servicio comunitario en la comunidad en presencia y con el acompañamiento de los integrantes de la comunidad, mediante esta acción no solo se denotara las problemáticas o problemática a resolver sino las potencialidades con que cuenta la comunidad como estrategia oportuna sino  para involucrar a los integrantes de esta en aras de hacer factible no solo la solución sino la siembra de la integración y cultura socio productiva desde y para el lugar delos hechos,  esta visión permitirá un proceso de planificación efectiva en donde los integrantes de la comunidad estarán inmersos garantizando el desarrollo comunitario desde sus mismos integrantes.

b) Segundo Periodo: la puesta en marcha de la planificación estratégica resultada del diagnóstico participativo comunitario realizado no solo en la comunidad sino con los integrantes de ella, posteriormente en este mismo lapso no solo se realizara el seguimiento de la gestión emprendida y la visualización de los resultados,  sino también optimizar los procesos de integración y alianza estratégicas para la realización conjunta de planes y proyectos donde ambos se vean beneficiados.

Artículo enviado por su autor a la redacción de OVE

Imagen tomada de: http://www.unir.edu.ve/wp-content/uploads/2016/03/serviciocomu.jpg

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En Venezuela: Mppeuct realizó el Lanzamiento oficial del Portal de Software Publico

America del Sur/Venezuela/MPPEUCT/MGMUNOZ

Ingresando a la dirección electrónica se podrá materializar la incorporación del sector productivo y su inserción en la lógica de producción de tecnologías libres en el país: http://softwarepublico.gob.ve/

El Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria Ciencia y Tecnología (Mppeuct) a través del Centro Nacional de Tecnologías de Información (Cnti) realizó este miércoles el lanzamiento oficial del Portal Informativo del Sistema Nacional de Software Público (Snsp) en el marco del Primer Seminario de Gobierno Electrónico 2016 que se celebró en el auditorio de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu).

La información fue suministrada por Kenny Ossa, presidente del Cnti quien explicó que el objetivo de esta presentación fue dar a conocer las características del Sistema donde se podrán revisar todos los aspectos que contiene y los elementos que plantea.

Asimismo, anunció que ingresando a la dirección electrónica http://softwarepublico.gob.ve/ se podrá materializar la incorporación del sector productivo y su inserción en la lógica de producción de tecnologías libres en el país.

El representante institucional, además planteó que “partimos de un principio fundamental en el que 80% de las necesidades de toda la Administración Pública Nacional son comunes” por tanto este portal favorece el uso y desarrollo de tecnologías de información con soluciones estrechamente vinculadas a las necesidades del pueblo.

Además agregó “así como existe el Sistema de Compras Centralizadas del Estado, nosotros en materia tecnológica estamos presentando un nuevo sistema para reorganizar y optimizar el esfuerzo y los recursos del Estado con unificación de las herramientas tecnológicas a través de aplicaciones comunes para todas las instituciones del sector que comprenden planificación, administración y gestión documental”, añadió.

Con esta nueva página web el Estado cohesiona y organizar esfuerzos para proveer soluciones.

Por su parte, Daniel Amaro, director ejecutivo del Cnti expresó que la nueva Web brinda información sustancial acerca del software público nacional e internacional, refiere sus antecedentes, beneficios y brinda acceso a la plataforma colaborativa.

De igual forma añadió que este Medio facilita a los desarrolladores las herramientas técnicas necesarias para reportar avances a través de un código. “La idea final es garantizar que las aplicaciones sean sustentables”, concluyó.

Fuente; http://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/mppeuct-realizo-el-lanzamiento-oficial-del-portal-de-software-publico

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Venezuela: Cumbre del MNOAL se presenta como oportunidad para potenciar relaciones con África

América del Sur/Venezuela/Agosto 2016/Noticias//www.correodelorinoco.gob.v

En vísperas de la próxima celebración de la XVII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) el viceministro para África, Reinaldo Bolívar, realizó una ronda de encuentros con Embajadores y representantes diplomáticos de las Embajadas africanas acreditadas ante el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela.

Durante, la actividad que se desarrolló en la Casa Amarilla “Antonio José de Sucre”, se revisaron los asuntos pendientes en diversas áreas tales como: energía, transporte, turismo, agricultura, salud, deportes y cultura, entre otras.

Bolívar manifestó que la Cumbre del MNOAL se presenta como una oportunidad de encuentro para avanzar, estrechar y potenciar las relaciones bilaterales a través de la adopción de acuerdos que permitan la consecución de planes y proyectos comunes.

A las reuniones, que se realizaron por separado, acudieron los embajadores de Sudáfrica, Thaninga Shope, de Argelia, Ben Moussat Ghaouti, de Guinea Ecuatorial, Carmelo Michá Misi, y los Encargados de Negocios de Egipto, Hassan Alnaggar y de Gambia, Omar Gibba.

Texto y foto/Mppre

Fuente :

http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/cumbre-mnoal-se-presenta-como-oportunidad-para-potenciar-relaciones-africa/

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/YEXI0ofrD9lHpbs8wu3hM65C703t6NT806JxfeUj0L5-6x5iAMNxP739AX8TgbPWY6D-Aw=s159

 

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Política social para la sociedad de igualdad y justicia

Por: Alba Carosio

En la década perdida de fines del siglo XX, se pensó la estrategia de desarrollo en exclusiva dependencia del mercado, de manera que se confió en un crecimiento económico automático, que derramaría el bienestar por efecto goteo hacia las capas más pobres de la población. Sabemos que todo esto fracasó de manera estrepitosa, y los pueblos fueron más pobres que nunca, lo que generó una deuda social incalculable. El “cambio a la izquierda” en América Latina, a partir del siglo XXI, tuvo a Chávez como principal precursor e impulsor con la revolución bolivariana, se propuso el pago de la deuda social acumulada, clausuró para siempre la época de la aplicación dogmática del Consenso de Washington y la fe incondicional en la autorregulación de los mercados.

Desde el principio, se trató de crear un nuevo contrato social para potenciar la participación popular y superar modelo neoliberal. Mientras que la derecha supone que la mayoría de las desigualdades son naturales y difíciles (o incluso inconvenientes) de erradicar, la izquierda asume que la mayoría de las desigualdades son construidas socialmente, y por ende las ve como producto de situaciones que deben ser modificadas. Las izquierdas están convencidas de que es necesario generar un nivel bastante parejo entre las personas para favorecer la cohesión social y facilitar la construcción del bien común. Un gobierno de derecha hablará de “igualdad sólo ante la ley” y reivindicará las “leyes del mercado” como “mecanismo rector de la vida social”.

En los hechos, es la ley del más fuerte y despiadado. Para ellos, el mecanismo fundamental para distribuir la riqueza es el del “mercado salarial”, sin reconocer que la desigualdad tiene un impacto negativo en el crecimiento económico. La oposición entre derechas e izquierdas en el mundo contemporáneo se traduce en la disputa entre igualdad de oportunidades e igualdad de resultados. La igualdad de oportunidades se limita a abrir oportunidades “para a todos y todas”, negando el hecho de que el aprovechamiento de tales oportunidades depende de la situación social en que cada quien se encuentre.

Se trata de una “igualdad” que en la práctica reproduce las condiciones de desigualdad que caracterizan a las sociedades de clase. Promover la equidad social, es decir la justicia social, significa no sólo reconocer la desigualdad social, sino asumir que un “trato de iguales” a los desiguales sólo profundiza la desigualdad y desde esa perspectiva desarrollar acciones y políticas públicas que tiendan a disminuir las abismales diferencias. En esta lógica, un gobierno de izquierda sería aquel que defiende, crea y materializa derechos sociales. Igualdad de derechos y de condiciones, justicia social, equidad e igualdad sustantiva, reconocimiento de la diversidad o igualdad en la diferencia, son componentes del concepto de igualdad material, que implica un tratamiento preferencial para los grupos oprimidos.

En este momento histórico, el proyecto de restauración conservadora promovido por la derecha latinoamericana se basa en transformar ciertas esferas sociales (por ejemplo, mediante la liberalización económica) y, mantener otras esferas sociales con reproducción de relaciones de discriminación según clase social, etnia y género. Es más, dentro de esta visión social la desigualdad se considera no solamente una característica “natural” constitutiva de todas las sociedades, sino como una situación positiva, porque da lugar a la competencia como motor de la economía.

Definimos las políticas públicas como los proyectos y actividades que un Estado diseña y gestiona a través de un gobierno y una administración pública, con fines de satisfacer las necesidades de una sociedad. Éstas incluyen: a) el diseño de una acción colectiva deliberada, b) el curso que efectivamente toma la acción como resultado de las muchas decisiones e interacciones que comporta y, en consecuencia, c) los hechos reales que la acción colectiva produce Tanto la política como las políticas públicas tienen que ver con el poder social.

Pero mientras la política es un concepto amplio, relativo al poder en general, las políticas públicas corresponden a soluciones específicas de cómo manejar los asuntos públicos. Una política pública es una práctica social y no un evento singular o aislado. Se trata de un proceso integrador de decisiones, acciones e inacciones, acuerdos e instrumentos, adelantado por autoridades públicas con la participación de ciudadanas y ciudadanos, con el objetivo de solucionar o prevenir una situación definida como problemática.

La política pública es parte de un ambiente determinado del cual se nutre y al cual pretende modificar o mantener. Las políticas públicas reflejan no sólo los valores más importantes de una sociedad; también el conflicto entre valores. Ponen de manifiesto a cuál de los muchos diferentes valores, se le asigna la más alta prioridad en una determinada decisión. Vemos entonces con claridad que hay políticas públicas de derechas y políticas públicas de izquierdas, en especial relación con la forma en que tratan la igualdad o desigualdad social. Mientras el capitalismo es un sistema que promueve soluciones individuales de problemas sociales, el socialismo puede caracterizarse como un sistema que desarrolla políticas sociales para el buen vivir individual y colectivo, con el objetivo de lograr sociedades igualitarias y con protección universal.

Otro aspecto, determinante de las políticas públicas es el proceso de participación. Si las políticas públicas no son enmarcadas en un amplio proceso de participación, pueden sesgarse hacia la tecnocracia o hacia un populismo inmediatista. La legitimidad de las acciones que se emprendan en la sociedad derivan de una participación popular real.

El proceso de las políticas públicas, según CEPAL, comprende: 1. Definición de la agenda pública conformada por los problemas fundamentales del país, con la participación de las comunidades. 2. Formulación del plan de gestión, programas, proyectos y acciones. 3. Implementación: ésta depende de qué procesos y personas intervienen en su ejecución. 4. Evaluación de la política pública; proceso que debe ser objetivo. 5. Rendición de cuentas: resultados e impactos de la política pública. La política social es la parte de la política pública que tiene como objetivo intervenir en las consecuencias materiales y morales del desarrollo desigual de las sociedades.

La política social se define como la acción sistemática de la sociedad sobre ella misma a través del Estado, que busca garantizar el ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas, con el objetivo del buen vivir y la reproducción de la vida. Se pueden clasificar las políticas sociales teniendo en cuenta objetivos de protección y promoción social. Se trata de disminuir las desigualdades sociales, redistribuyendo los escasos recursos en el sentido contrario al del mercado: quienes menos tienen más recibirán de las políticas sociales.

En cuanto al contexto de las políticas sociales, es preciso reconocer que América Latina es la región con la mayor inequidad en el mundo, ocasionada con frecuencia por la combinación de factores estructurales en el terreno económico, social y étnico. Y son los pobres quienes tienen más bajo nivel de realización efectiva de derechos. El enfrentamiento de la pobreza, incluye el “empoderamiento de los pobres” y la potenciación de su acumulado social; enmarcados en la necesidad de mirar la pobreza “hacia adentro”, y escuchando “las voces de los pobres”.

En el mundo ha habido varios modelos de política social: 1. El modelo residual, tiene que ver con una concepción de sociedad en la que los mecanismos naturales para la satisfacción de las necesidades se encuentran en el mercado y la familia. Por tanto, la política social sólo debe actuar en aquellos casos donde estos mecanismos no son suficientes; 2. El modelo adquisitivo-ejecutivo parte de una lógica en la que la satisfacción de las necesidades sociales debe darse a partir de los méritos y la capacidad productiva. La política social es un auxiliar de las instituciones económicas, siempre que se promueva el incentivo, el esfuerzo y la recompensa; 3. El modelo institucional-redistributivo, reconoce la existencia de la desigualdad social y la necesidad del apoyo de la sociedad a través de instituciones específicas para aquellas personas que por razones sociales o meramente accidentales no pueden satisfacer sus necesidades básicas; 4. El modelo total, hace referencia a una lógica de política social en la que ésta está enmarcada como el objetivo principal del desarrollo económico. Aunque el principio rector de la política social debe ser el de la universalidad, no se excluye la necesidad de ejercer determinados grados de selectividad en ciertas circunstancias. A este principio deben agregarse el de solidaridad y el de eficiencia, entendida esta última como la necesidad de maximizar resultados sociales con recursos escasos.

En Venezuela, el eje transversal de la política social son los Derechos Humanos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales, generalmente conocidos como DESCA, que se materializan en el derecho a Vivienda, Agua, Salud, Educación, Trabajo, Seguridad Social, Alimentación, Medio Ambiente Saludable, Identidad, No discriminación cultural, Patrimonio Cultural. El que sean efectivos a lo largo de todo el ciclo de vida es una obligación ética, que quedó expresada en el TITULO III de la CRBV, y de manera transversal en la visión garantista de los DDHH, presente a todo lo largo del texto constitucional.

La política social se expresa en dos vertientes: Protección Social y Promoción Social. La intervención del estado para prevenir, mitigar y enfrentar los riesgos define su política de protección social, con la cual se buscan dos objetivos principales: la reducción de la vulnerabilidad de los hogares con ingresos muy bajos y garantizar derechos sociales a lo largo del ciclo de vida con una distribución más equitativa del bienestar. La Protección Social constituye, de esta forma, un mecanismo de redistribución que trata de eliminar los efectos negativos generados por la organización social capitalista, que excluye a una parte importante del pueblo.

La Protección Social se ejerce a través de dos componentes: la seguridad social, apoyo frente a eventos generales o particulares que disminuyen la calidad de vida (catástrofes, enfermedades, vejez, etc.), y la asistencia social, que otorga apoyos en especie o en dinero, a aquellas personas de bajos ingresos. La Promoción Social, por su parte, son acciones para incluir en los beneficios sociales a las personas en situaciones de privación o vulnerabilidad. Implica una transferencia dirigida a un grupo definido y tiene un criterio redistributivo, con solidaridad y equidad, para lograr así la igualdad en el ejercicio de derechos.

Los principios importantes de la Política Social son: A) Cohesión Social: generación de una cultura política compartida, que promueva a la población excluida del ejercicio de sus deberes y derechos, y con miras a identificarse con el proyecto de país e incidir en él; B) Inclusión Social, como prerrequisito y paradigma de participación, articulación de las instituciones públicas de lo social y de ese Estado al que se quiere llegar; C) Participación Social, como componente que garantiza que el ejercicio de lo público no se agote en lo estatal, consolide espacios de expresión ciudadana y propicie la transferencia de decisiones y redistribución del poder desde el Estado; D) Corresponsabilidad: responsabilidad y gobernabilidad compartidas entre ciudadanos y Estado; E) Progresividad, que implica gestionar la Política Social según una racionalidad temporal, estableciendo prioridades en el corto, mediano y largo plazos; F) Intersectorialidad, como espacio de enlace e interrelación política y técnica de las diferentes áreas de la Política Social y las instituciones que la componen; G) Desarrollo Humano Integral, como concepción filosófica y proceso holístico y pluridimensional, que va más allá de la satisfacción de carencias materiales

Las Misiones son políticas sociales, que involucran al poder popular en la organización de esta tarea y en su ejecución. Se han convertido en el símbolo de la acción social del Gobierno Bolivariano, por dos razones fundamentales; la primera tiene que ver con sus características propias. Son programas de atención muy amplios; por lo tanto abarcan a vastos sectores de la población más pobre; la segunda se vincula con el momento sociopolítico en que surgieron, lo que hace que estos programas estén fuertemente identificados y asociados con el proyecto y proceso de consolidación bolivariano.

El Comandante Chávez se refería a ellas como las organizaciones de base que tendrían la responsabilidad de consolidar el proceso bolivariano. Si ustedes se ponen a evaluar la historia de este continente, las misiones sociales venezolanas impulsadas por el Gobierno revolucionario, por el pueblo, no tienen precedente. Por su magnitud, su extensión, su permanencia aquí en Venezuela, se han convertido en política de Estado, como parte del proceso de transformación integral del Estado, de la sociedad, de la economía, de la nación.

Las misiones se han venido convirtiendo en el centro, núcleo central de las políticas del Gobierno revolucionario. (Hugo Chávez) Las misiones, que yo considero estratégicas, deben ser una vía, una forma nueva del Estado social, del nuevo Estado. Venimos de un Estado burgués, un Estado que servía a los intereses de la burguesía, y todavía el Estado que hoy tenemos está penetrado por intereses contrarios a la Revolución. Las misiones deben ser un instrumento para acelerar la transformación del Estado burgués en el Estado social de derecho y de justicia. Las misiones deben generar un nuevo espíritu de servicio, donde haya mucho trabajo voluntario, creativo; donde el funcionariado sea distinto, tenga un nuevo espíritu social, socialista. (Hugo Chávez). Las misiones deben ser creadoras del socialismo. Deben ser instrumentos para el injerto en pequeños espacios, en medianos espacios, del modelo socialista. (Hugo Chávez) No permitamos que las misiones caigan en manos de la vieja burocracia y de los viejos métodos, en ningún nivel, todo lo contrario, las misiones deben contagiar de lo nuevo a lo viejo. No permitamos que el viejo Estado burgués, burocratizado, penetre las misiones, y entonces las empiece a paralizar, a triturar, o a convertirlas a lo viejo. Para eso hay que ser muy creativo y estar muy encima de eso. (Hugo Chávez)

La Ley Orgánica de Misiones, Grandes Misiones y Micro-misiones, publicada el 19 de noviembre de 2014 en la Gaceta Oficial N° 6154 Extraordinaria, define la misión como “una política pública destinada a materializar de forma masiva, acelerada y progresiva las condiciones para el efectivo ejercicio y disfrute universal de uno o más derechos sociales de personas o grupos de personas, que conjuga la agilización de los procesos estatales con la participación directa del pueblo en su gestión en favor de la erradicación de la pobreza y la conquista popular de los derechos sociales consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”.

Desde 2003, las misiones sociales trajeron una nueva manera de entender las nociones de política social e inclusión social, conmovieron la burocracia del Estado y se construyeron con base en la noción de urgencia para combatir la pobreza y la inequidad. Se apela principalmente a los principios de igualdad y justicia social. Se constituyeron en un factor de potenciación de los sectores populares, ya que han permitido la movilización social, la integración de un grupo significativo de personas. Las misiones expresan un acceso a la política social que tiene un ingrediente emocional, ya que la respuesta a la demanda social se produce por un mecanismo no institucional, que intenta fortalecer o crear un vínculo personal entre los sujetos demandantes y los líderes políticos que ejercen el gobierno y sus seguidores o funcionarios más cercanos.

Las Misiones apelan a la solidaridad en un contexto ético, de lucha por la justicia social, que concibe a las y los Misioneros como “ciudadanos que desde su accionar diario contribuyen al desarrollo de los planes y acciones en favor del cumplimiento de los objetivos de cada Misión desde el ámbito institucional, así como a los grupos y personas sujetos de atención específicos de las Misiones, Grandes Misiones y Micro-misiones, quienes se organizan en los territorios para empoderarse de sus derechos y contribuir a la transformación de la sociedad a través del poder popular”. Todos guiados por una “ética de la responsabilidad solidaria”.

Pensar éticamente es pensar en los demás. La ética en la política tiene que ser un patrimonio permanente de la izquierda, la transparencia absoluta en el manejo de los recursos públicos tiene que ser una regla de oro de parte de los gobiernos de izquierda. Objetivos máximos de las misiones son:

• Acabar con las causas y consecuencias de la pobreza y la exclusión de todo tipo. En este sentido, los ingresos no derivados del trabajo han mostrado ser una herramienta importante. Se trata de que la redistribución vaya impulsando la igualdad y eliminando la reproducción de la desigualdad.

• Combatir contra la desigualdad especialmente reflejada en la infantilización y feminización de la pobreza. • Reducir el déficit de atención social en las zonas populares y hacer cumplir los derechos sociales (salud, educación, alimentación, vivienda, empleo).

• Penetrar las zonas populares de difícil acceso para hacer llegar bienes y servicios a sus poblaciones, con la participación de la propia comunidad organizada.

• Convocar e inducir a que un número mayor de personas se incorpore al proyecto político promovido desde el Estado-gobierno-movimiento político.

• Reconocer el protagonismo de las poblaciones excluidas, haciéndolas visibles en las prioridades y la asignación de los recursos del Estado, sobre la base de una mayor igualdad política y social.

• Prefigurar un nuevo Estado des-burocratizado en cuanto a sus funciones sociales y proceder a desmontar todas las resistencias que haya en sus estructuras.

• Desmercantilizar el acceso al bienestar y buen vivir, de manera tal que las personas no dependan de la posición que ocupen en su grupo familiar, ni en el mercado laboral, ni de su capacidad de compra.

Hay algunos desafíos y urgencias que han aparecido para las políticas sociales, luego de más de 10 años de funcionamiento y de cara al nuevo acoso y cerco por parte de las propuestas de restauración de las derechas. Se requiere una visión estratégica de mediano plazo, que conjugue adecuadamente la dimensión política y la técnica en las políticas públicas. Entre las urgencias más claras están:

• Generar sostenibilidad, apoyada en procesos de corresponsabilidad, en la construcción de una sociedad más justa, solidaria, sostenible y cohesionada.

• Articular la política social con la política económica. «Consolidar el Sistema Nacional de Misiones y Grandes Misiones Socialistas Hugo Chávez, como conjunto integrado de políticas y programas que materializan derechos y garantías del Estado Social de Derecho y de Justicia y sirve de plataforma de organización, articulación y gestión de la política social en los distintos niveles territoriales del país, para dar mayor eficiencia y eficacia a las políticas sociales de la Revolución».(PLAN DE LA PATRIA)

• Lucha contra la cultura del paternalismo rentista, que privilegia la dádiva por encima de la superación personal basada en la solidaridad y el trabajo productivo. “Fortalecer el tejido social de las Misiones, para garantizar la participación del Poder Popular en todas las etapas de planificación, ejecución, seguimiento y control, así como la generación de saldos organizativos de la población beneficiaria”.

• Generar una estructuración de las Misiones, y los elementos de entrada, articulando, comunicando, y unificando donde sea posible la estructura de las Misiones con las estructuras paralelas.

• Eficiencia como criterio en la nueva época. Sin eficiencia el impacto de las políticas es menor al deseado, sin eficiencia la justicia tarda más en implementarse y los impactos de la política redistributiva se reducen.

• La información es un antecedente indispensable de toda participación. Se trata de información básica, abierta y no pre-digerida, a la que se pueda acceder libremente. Para ello conviene institucionalizar una «hoja de ruta» para la gestión del gobierno, que se evalúe y actualice periódicamente. Las decisiones tienen que tomarse en función de las necesidades sociales inmediatas que hay que reconocer y diagnosticar correctamente, y para las que hay que diseñar medidas adecuadas.

• Impulsar la universalidad de las políticas sociales, garantizando su acceso sin condición alguna. Aunque los universos puedan ser acotados por su pertenencia a una población específica, por ejemplo, el apoyo a los adultos mayores, para que sea un derecho social, el acceso tendrá que garantizarse a todos los que cumplan dicha condición. No significa la búsqueda de niveles mínimos de satisfacción de los derechos económicos y sociales básicos, sino el de avanzar hacia un alto grado de homogeneidad en ella.

• Generar confianza social, lo que obliga a la construcción de una comunidad moral; el imperativo de construir una comunidad ideal de comunicación con el fin de asegurar la supervivencia en los condicionamientos históricos reales.

• Eliminación de núcleos duros de pobreza: Niveles de pobreza y desigualdad elevados, que persisten en la región en estrecho vínculo con bajos niveles educativos, situación que afecta de manera muy marcada a las adolescentes latinoamericanas, sobre todo a las de menor educación e ingresos. La maternidad adolescente da lugar a la reproducción intergeneracional de la exclusión y la desigualdad, donde se combina carencia educativa, ausencia de apoyo en el cuidado de los hijos, trayectorias familiares de mayor vulnerabilidad, mayores dificultades para desarrollar actividades que generen ingresos y acceso precario a redes de protección social.

• Desarrollo de sistemas universales de cuidado. Un nuevo pacto social tiene que ver con los recursos y energía que cada sociedad esté dispuesta a emplear para apoyar a las familias en la provisión de cuidado y desarrollo de capacidades. La responsabilidad por el cuidado de niñas, niños, ancianos, personas con capacidades especiales y dependientes en general debe ser compartida, se trata de marchar hacia corresponsabilidad familia-estado-comunidades.

Se entrecruzan las políticas educativas con su responsabilidad por ampliar la cobertura de la educación preescolar y la jornada escolar en la educación pública, promover la permanencia en los estudios de secundaria sobre todo entre los integrantes de sectores socioeconómicos más pobres. Y se trata también de generar mecanismos creativos de cuidado social y comunitario, como parte integrante central de la política social. En resumen, se trata de cambiar las prioridades, colocando en el centro la vida y su cuidado; sin esta práctica de la cultura de vida la humanidad desaparece.

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Cuando nuestras ancestras hablan: genealogías de mujeres indígenas y saberes del Paülujutu´u

 

Por: Alicia Moncada 

 

Resumen

El paülujutu’u o encierro es un rito de paso del    pueblo    indígena    wayuu    que, tradicionalmente, deben cumplir las púberes en aras de convertirse en majayülus o señoritas aptas para la vida adulta. En este trabajo pretendemos visibilizar la importancia del encierro como una práctica que permite la transmisión de conocimientos ancestrales construidos desde, para y por las indígenas, a la vez que se revisa la impronta de las relaciones madres-hijas y los saberes que de allí se heredan.

Palabras claves: indígenas, mujeres wayuu, encierro, educación propia, genealogías de mujeres, mujeres indígenas y conocimiento, ancestras.

Abstract

The paülujutu’u or closure is a rite of passage of Wayuu indigenous people, which traditionally the girls must do in order to become a majayülus or ladies. In this paper, we make visible the importance of confinement as a practice that allows the transmission of ancestral knowledge constructed from, for and by indigenous womens, while is reviewed the imprint of relations mothers – daughters and the knowledge that we herited.

Keywords: indigenous Wayuu women, confinement, own education, genealogies of women, indigenous women and knowledge ancestras.

Las mujeres, como productoras de conocimientos, somos una piedra molesta para  el poder patriarcal. Temidas, perseguidas o deslegitimadas, enfrentamos la hegemonía de un sistema social que niega el valor de nuestros saberes, a la vez que se los apropia. Esta manifestación del patriarcado que bien podemos llamar androcentrismo, exalta la primacía de la razón masculina que se instituye como referente en el análisis y la investigación de los fenómenos sociales y materiales. En el reino de la mirada y el conocimiento patriarcal no hay espacio para la legitimidad de la sabiduría construida y transmitida desde, para y por la diversidad de mujeres.

Entre las múltiples formas en que hemos construido y transferido los saberes resaltan algunos ritos de paso de los pueblos indígenas, cuya potencia radica en las relaciones madres-hijas. A propósito, nos decía Adrienne Rich -en un prólogo a la edición del décimo aniversario de su célebre obra Nacemos de Mujer (1976)- que es necesario el análisis de los relatos fundacionales y las prácticas indígenas, africanas y afroamericanas que muestran modelos distintos de las interacciones entre las mujeres y sus hijas y de los conocimientos que se comparten.

En este trabajo analizaré un rito wayuu como una faceta del conocimiento construido y alimentando por las genealogías de mujeres. Específicamente el paülujutu’u o encierro, que deben realizar las jóvenes en aras de convertirse en majayülus o «señoritas» aptas para la vida adulta.

Me interesa exponer, a partir de las experiencias de las «encerradas» y bibliografía en torno al tema, aspectos del rito que permiten considerarlo como  un  momento  importante  para  la  reproducción  de  un  «saber transmitido oralmente de la supervivencia femenina (…) un conocimiento subliminal subversivo, anterior al lenguaje: el conocimiento que flota entre dos cuerpos iguales» (Rich, 1996:320). Así, advierto a las y los lectores que este artículo no es una etnografía ni tampoco se relaciona con las pautas de crianza del pueblo wayuu. Más que un trabajo sobre la educación propia, es un reconocimiento a las mujeres de las que provengo.

Trataré de evitar la esencialización, pues de ninguna forma pretendo echar leña al fuego de los estereotipos y/o la exotización de nuestras prácticas ancestrales. La intención es la identificación filial y simbólica de la herencia materna (Campagnoli, 2007), aceptándome como mujer y nacida de una mujer (Rich, 1996) a la vez que habilito a las que me anteceden desde el estatuto de productoras de un conocimiento atávico válido al que puedo adscribirme o problematizar. Utilizaré mis propias experiencias, haciendo político lo personal y en un intento por subvertir la tradición patriarcal que no otorga la categoría de ciencia a los saberes que emergen de las propias vivencias.

Para nosotras el encierro no es un acontecimiento curioso o un proceso que sólo aporta conocimientos para sobrevivir las duras penurias de la vida en el desierto. Es un espacio donde escuchamos las voces de las ancestras, un rito en el que recibimos la herencia de las que nos preceden y que forman parte del tejido simbólico que nos envuelve.

LA PALABRA  ROBADA: GENEALOGÍAS  FEMENINAS  Y  CONOCIMIENTO

Creo importante puntualizar que cuando se habla del conocimiento desde, por y para las mujeres es imperativo remitirnos a la ardua labor de los feminismos, que han contribuido a legitimación de esos saberes experienciales, filosóficos y científicos. Las feministas han develado la transversalización del sexismo en las ideas y el conocimiento, poniendo en debate las relaciones de poder que surgen de las relaciones del saber. La razón patriarcal fundamenta sus premisas (incuestionables desde ámbitos que no sean los científicos y/o académicos) en el trinomio saber, poder y verdad, donde gobierna una visión de objetividad mediatizada por la subjetividad masculina (Rich, 1996). Los feminismos han desenmascarado la farsa de la neutralidad del conocimiento general o científico, pero el mencionado trinomio sigue exigiendo a las mujeres diluir y camuflar su condición genérica para la legitimación de sus saberes.

Esta situación se debe a una larga tradición de «sexuación de la razón» (Fraisse, 1991) que nos ha excluido de las labores del intelecto por razones biológicas. Se nos permite el estatus de objeto de estudio o de musas inspiradoras pero nunca de filosofas, pues la asociación con un estado de naturaleza ingobernable donde privan lo corpóreo, la pasión y el instinto– es ineludible. La mayoría de las corrientes de pensamiento inherentes a la razón patriarcal, nos niegan la condición de sujetos, concibiendo que el fin último de las mujeres es la reproducción de la especie y la satisfacción de las necesidades materiales y emocionales de la progenie. La mujer bestial o el animal femenino es ese «otro» que precisa la razón patriarcal para adjudicarse los derechos sobre la verdad y la sabiduría. Mientras más profunda sea la brecha entre la «animalidad» y la humanidad se reafirma la inequívoca superioridad del varón.

Revisando las «verdades» que ha construido la razón patriarcal en torno a la racionalidad, encontramos algunas premisas que diferencian la razón de las mujeres y la de los hombres. Jean Jacques Rousseau afirmó que las mujeres no poseen la «ciencia de los fines (…) sino sólo la de los medios, en resumen que su razón es enteramente práctica, nunca teórica, y que está al servicio de una finalidad que ella no preside» (Fraisse, 1991: 158). La razón que el ginebrino nos adjudicó sólo es funcional en un contexto como lo es el espacio privado, donde supuestamente no se requiere de la razón teórica. Entonces, todo producto de la razón de las mujeres es doméstico, siendo sus saberes experienciales y filosóficos marginados y asociados a un conocimiento instintivo-animal o con esa razón práctica que prescinde de los excesos intelectuales.

La carnalidad como destino ineluctable es una gran barrera para el conocimiento de las mujeres, resultando en una experiencia frustrante la incidencia de la identidad sexuada en la valoración de la capacidad para razonar y analizar el mundo fenoménico. Tal como lo describen Dale Spender y Elizabeth Sarah en Aprender a perder: sexismo y educación (1980/ 1993) estamos en la periferia del conocimiento, a partir de la expropiación masculina de la potencia de crear verdades y nombrar los fenómenos del mundo. Es decir: de parir conocimiento.

La supuesta inferioridad del saber femenino es ese espejo del que hablaba Virginia Wolf que ayuda a reflejar la razón masculina el doble de su tamaño, y que enmascara «la certeza imaginaria de su posible superioridad» (Fraisse, 1996:170).

No obstante, nuestro conocimiento subestimado habla de una posible negación primigenia: al saber recibido en el origen; el hurto de la palabra de esa madre que, para la tradición patriarcal, resulta demasiado corpórea, débil y subordinada. Es innegable que «los hombres han borrado y borran su origen» (Rivera, 1991/1994: 5), siendo este procedimiento necesario para «ocultar un robo: el robo de los atributos y de la potencia materna» (Idem). Potencia de la que hablan gran parte de las feministas herederas de las ideas de las militantes de la librería de mujeres de Milán y de las pesquisas de Luce Irigaray y Adrienne Rich, una fuerza relacionada con el mundo simbólico e inherente a «la relación con la madre y neutralizada por el dominio masculino» (Muraro, 1991/1994:16). El poder hurtado refiere al parto del conocimiento y la procreación de símbolos, actos en los que la razón patriarcal tacha a las mujeres.

La psicoanalista Luce Irigaray nos explica en su obra Cuerpo a cuerpo con la madre (1985) que la función del padre es romper el lazo del individuo con la matriz nutricia original «para poner, en su lugar, la matriz de su lengua.» Inmediatamente agrega que la ley que impone el padre destierra «ese primer cuerpo, esa primera casa, ese primer amor. Lo sacrifica para convertirlo en materia de su lengua y de su imperio.» (Irigaray, 1985: 37)

A ese primer cuerpo-casa no se vuelve y se nos exige olvidarla para avanzar, pues el mandato del padre que prohíbe el retorno a la madre es lo que impide, en palabras de Irigaray, el cuerpo a cuerpo con ella.

Si bien no es nuestra intención entrar en honduras del psicoanálisis, resultan iluminadoras las ideas de Irigaray. En especial cuando vislumbra que el escollo radica en la anulación de la madre y «su poder de engendrar, al querer ser el único Padre (con mayúscula), éste se superpone al mundo corporal, carnal arcaico, un universo de lengua» (Ibídem: 39). Mas ¿cómo se refleja esta situación en el tema que nos atañe? Precisamente en la negación de la razón patriarcal del parto filosófico de las mujeres. La sentencia de olvidar la palabra de la madre y su sabiduría es acallar su voz, subordinarla al reinado del universo de la lengua, de la ley y la palabra del padre que exige de las mujeres procreación de carne, mas no de razón, autoridad y verdad.

Adrienne Rich afirma que en el exilio de la madre es posible ver cómo los hombres, al apropiarse de la potencia materna, niegan su genealogía primigenia y se inscriben en las genealogías masculinas (Rich, 1996). De ese acto depende el goce de las prebendas sociales que les brinda el patriarcado. Hermanados y amparados por la diferencia sexual, cortan el lazo simbólico con la madre e instauran la patrilinealidad en la trasmisión del poder-saber, a través de relaciones jerárquicas y verticales, filiales o simbólicas. El corte con la madre es visible en el campo del conocimiento, por ejemplo, cuando se «desgeneriza» la objetividad, pretendiendo que debe estar libre de toda actitud o idea que ha sido asociada a las mujeres (sensibilidad, intuición, irracionalidad, pasión, etc). El androcentrismo consolida la supremacía de una objetividad relacionada con las características de la masculinidad patriarcal (razón, dominio, fuerza, mesura), a la vez le exige al conocimiento desde, para y por las mujeres pruebas para demostrar su valor. Así, como «cada mujer está habitada por la esencia general de la mujer, es decir de la madre» (Beauvoir, 1949/2011: 288), la lucha de los hombres contra el conocimiento de las mujeres expone una identidad que se construye en base al rechazo de vernos como iguales. Nos quitan el poder de la palabra y el conocimiento en un intento por ajustar con «nosotras las cuentas de su pasivo acumulado con la MADRE» (Olivier, 1980/1992:26)

Ante  esta  situación,  propuestas  como  la  de  Luce  Irigaray  apuestan por revivir a la madre sacrificada en el origen de la cultura y «a nuestra madre en nosotras, y entre nosotras» (Irigaray, 1985: 41), eso significa «afirmar la existencia de una genealogía de mujeres» (Ibídem: 42) porque al estar exiliadas «en la familia del padre-marido (…) nos vemos inducidas a renegar de ella» (Idem). Christiane Olivier también nos reitera que es preciso mirar a Yocasta y retornarle la palabra robada (Olivier, 1992:25), a la vez que debemos renunciar a separar lo que somos de lo que sabemos, pues lo que otras nos suministran a través de su palabra nos entrega «algo» (Ibídem:15) de un orden femenino reconocible. Al tratar de situarnos en esas genealogías de las mujeres que nos preceden, podemos conservar la identidad a la vez que reconocemos nuestra potencia materna y la de todas las otras. Entendiendo la maternidad más allá de la biología, comprendiéndonos como generadoras de símbolos, constructoras  y transformadoras de las culturas.

El legado que recibimos de otras es un elemento que nos constituye y que, por mandato patriarcal, siempre rechazamos. Vanamente, acudimos a las genealogías paternas para acceder al conocimiento y ser legitimadas como productoras de éste, mas ese mundo nos excluye y mira –aún hoy- con recelo. Corremos la carrera frenética hacia el deseo de los hombres que piden nuestra subordinación a sus instituciones y su palabra. Ilusas, creemos que hablamos en el nombre del padre cuando este ya nos ha enmudecido.

En lugar de seguir siendo «cómplices del asesinato de la madre» (Irigaray, 1985:11) insistamos en «reposicionar a la madre en el origen, restaurar a la mujer en ese lugar, habilitar la posibilidad de mirar hacia atrás y reconocerse en la cultura» (Campagnoli, 35). Pero una labor de tal magnitud requiere que se entienda que «el grito de la niña que hay en nosotras no debe avergonzarnos por considerarlo regresivo; es el germen de nuestro de deseo de crear un mundo en el cual las mujeres y las hijas fuertes sean moneda corriente» (Rich, 1996), un lugar donde la alteridad no sea condenada a muerte (Cixous citada por Olivier, 1992:10).

Ahora bien, la propuesta no parte de la ingenuidad. Adrianne Rich lo ilustra mucho mejor cuando afirma que «las teorías de poder femenino y de ascendencia femenina deben tener plenamente en cuenta las ambigüedades de nuestro ser, y el continuum de nuestra consciencia, las potencialidades de energía, tanto creativa como destructiva, en cada una de nosotras» (Rich, 6:1986). Mabel Campagnoli insta a reconocer el parto filosófico de las otras, de mis iguales mujeres, algo que no implica «hacernos amigas» sino habilitarlas en sus semejanzas y diferencias. Asimismo, reencontrarnos con la madre y su saber es verla más que una «potencia informe  y/o  una  obtusa  interprete  del  poder  constituido»  (Muraro, 1994:92) o tratar de rehacer su obra. Volver a parirse no es una opción, hay que voltear inexorablemente hacia ella(s).

GENEALOGÍAS DE MUJERES INDÍGENAS Y SUS SABERES ANCESTRALES

Hasta ahora hemos revisado ideas surgidas del feminismo académico, blanco y nor-eurocentrado. Aunque son reflexiones valiosas que nutren el análisis, exigen que nosotras las del «tercer mundo», subalternizadas y racializadas propongamos nuestras formas de entender el legado de las que nos preceden. Antes de entrar en ese tema, reavivemos una vieja discusión: la categoría monolítica «mujer» que nos asume hermanadas en la opresión, vivenciando de igual manera el ejercicio del poder patriarcal.

Hace más de tres décadas que Chandra Mohanty señaló la «consensual homogeneidad discursiva de las «mujeres» como grupo» (1984/2008:6) que invisibiliza realidades históricas y materiales. Esta idea de «nosotras» como un bloque homogéneo «sin poder» cuya subordinación es un fenómeno universal, ignora «la producción de las mujeres como grupos socioeconómicos y políticos dentro de contextos locales particulares» (Ibídem: 10) y cuando limita la «definición del sujeto femenino a la identidad de género» (Idem) se diluyen por completo las identidades étnicas y la clase. Este bloque que arrebata las voces a las indígenas, afrodescendientes y demás subalternizadas, nos pone a la orden de las necesidades estratégicas y prácticas de las mujeres cercanas a las clases y procedencias étnicas y raciales  hegemónicas.

¿Por qué traemos –de manera somera- la discusión que avivó Chandra Mohanty? Pues referirnos a las genealogías de mujeres y sus conocimientos en modo genérico resulta un abrupto, siendo imperioso indianizar esta propuesta.

Adrianne Rich afirmó que «la catexis entre madre e hija estaba en peligro siempre, en todo el mundo» (Rich, 6:1986). Tiempo después se percató de que había establecido como único referente a la cultura occidental, sus mitos y formas de organización familiar. Instó a mirar hacia otras culturas donde «la afirmación del vínculo madre-hija está poderosamente expresada, no primariamente en términos de una díada sino como una faceta de una cultura de mujeres y de una historia grupal que no es meramente personal.» (Idem). Esto no significa negar la catexis de la que habla Rich o la energía que circula entre madres e hijas, sino salir de la universalización e ir hacia la diversidad.

Partiendo de esa exhortación, hay que volcar el interés en algunas culturas indígenas matrifocales y matrilineales donde dominio de las redes domésticas lo detentan las mujeres. La noción, bien desarrollada por Carol Stack (1974), refiere a grupos o redes de diversos hogares y familias donde las mujeres no sólo fungen como las encargadas del cuidado, sino que detentan una autoridad simbólica de la que depende la pertenencia étnica.

Las redes domésticas, además, brindan una seguridad y protección imposible de encontrar en la cerrada relación de la familia nuclear y permiten delegar funciones relativas al cuidado y la educación de la prole en los y las demás integrantes.

En las culturas matrilineales y matrifocales la palabra de la madre no puede ser negada y ella no puede ser tachada, pues la anexión social depende de su nombre. Paula Gunn Allen -escritora de la nación indígena Laguna- en ¿Quién es tu madre? Raíces rojas del feminismo blanco (1986) expone la importancia de la genealogía materna en las sociedades matrilineales y matrifocales, asegurando que es el nombre de la madre lo que permite a las personas situarse en un universo cultural, espiritual e histórico específico. Es decir, la incapacidad para reconocerse en y desde la madre conlleva al fracaso en las relaciones comunitarias, ya que se precisa del orden simbólico materno para sustentar el sistema de parentesco y alianzas.

La negación de la mujer-madre de la que tanto habló Luce Irigaray y Luisa Muraro, como una constante del patriarcado occidental y que conllevó al robo de la potencia del conocimiento de las mujeres, es imposible en las culturas indígenas descritas porque condenarla a muerte y enmudercerla trae destierro y la alienación. No se puede escapar ni negar a la carne materna o e’irukuu (clan), como lo denomina el pueblo wayuu. Es el linaje de la madre quien brinda el antepasado totémico y el lazo a una historia colectiva. Los relatos fundacionales wayuu dejan claro la posición de las mujeres, quienes surgieron primero de la Mma (tierra) y fueron las receptoras de los mandatos ésta:

Para siempre dirán, nosotros somos wayuu por todos los tiempos, por donde estén y por donde caminen. Vengan a mi presencia todas las mujeres ustedes van a ser las autoras de las nuevas existencias, las mujeres orientarán las leyes de los wayuu, las que harán crecer y enaltecer a la familia, las que van a encaminar la vida, las conductas y las costumbres. La carne continuará en sus descendientes, la carne de los wayuu se formará y se heredará de la madre y sabrán siempre que son hijas de la tierra. (Pocaterra, 2009:55).

A pesar de que las autoridades tradicionales del pueblo wayuu son los a’laülaayuu (tíos maternos) y éstos fungen como los mediadores e interlocutores con el mundo no indígena, no se puede prescindir tan fácilmente de la palabra y los conocimientos de las ancianas y mujeres de la familia y de la red de alianzas, contactos y negociaciones establecidos desde el orden simbólico materno. No se puede simplemente enmudecerlas, porque la potencia del e’irukuu es lo que finalmente conforma al individuo, le da voz y una función social en la cultura. La matrilinealidad y la matrifocalidad no inmunizan a una cultura del sexismo y la violencia patriarcal, pero hacen más difícil la tarea del patriarcado occidental de despojar a las indígenas de la autoridad comunitaria y de erradicar la transmisión matrilineal del poder y el saber.

Buena parte de las obras de escritoras indígenas se refieren a los saberes recibidos matrilinealmente. De hecho, el ya mencionado viraje de Adrianne Rich está influenciado por la explosión de la literatura mother-daughter (madre-hija) que, durante la década de los ochenta del siglo pasado, cobró fuerza desde las voces subalternas. En este fenómeno son las nativas norteamericanas las más escuchadas e influyentes (Bea Medicine, Joy Harjo, Paula Gunn Allen, Louise Bell) y quienes hicieron grandes aportes a la corriente mother-daughter desde la poesía. Muestra de ello son los poemas de Bea Medicine, antropóloga y poetisa Lakota:

«Una mujer de muchos nombres todas las designaciones de familia Tuwin: tía Conchi: abuela Hankashi: prima Ina: madre todas honorables, todas buenas.» (Bea Medicine citada por Rich, 1996: 12)

Joy  Harjo  contribuye  al  mother-daughter  en  su  célebre  poema

«Remember», que integra la colección titulada She Had some horses (1983):

«Recuerda tu nacimiento, como tu madre luchaba Para darte forma y aliento. Tu eres la evidencia de su vida, y la de su madre y la ella» (Citado por Christina, 2004:92. La traducción es nuestra).

La relación de la genealogía materna con la pertenencia étnica es evidente, pero es igual de indiscutible cómo -desde ese legado- se habilitan las voces de las escritoras. De la misma forma contribuye Sonny Skyhawk, periodista lakota que experimentó «la autoridad matrilineal» donde las madres y abuelas «establecían los argumentos y su palabras eran ley en nuestra familia» (Skyhawk, versión online. La traducción es nuestra). Skyhawk explica en su artículo ¿Por qué las tribus tienen sociedad matrilineales? (2012) que las indígenas y su sabiduría generalmente son representadas por la mirada etnográfica occidental como entes «detrás de escena», pero la realidad es que sus ideas gozan de autoridad simbólica en los espacios públicos y privados lakota siendo las garantes de la resistencia cultural.

Además de las nativas norteamericanas, en Latinoamérica las genealogías de las mujeres ha sido un tema preponderante para las poetisas y escritoras indígenas quienes producen desde las voces y el saber de las ancestras,  sin  el  mercado  para  la  publicación  del  que  gozan  las norteamericanas.

Para María Isabel Pérez su madre y abuela son cimientos y base de su identidad como hñähñu. Cuando las evoca afirma que «su esencia vivirá en mi palabra, en mi andar y en mi sangre siempre» (Pérez, 2012: 196). También María Clara Sharupi, del pueblo Shuar, las rememora en su poema «Como puma herido»:

«Evoco la memoria de mi Madre pegada a un libro e hilando sus letras queriendo interpretar colores y sabores» (2012, versión digital).

Las citadas poetisas no provienen de culturas matrilineales, pero van hacia las genealogías de las mujeres y su legado, evocándolas desde el reconocimiento amoroso o para cuestionarlas, situación que se evidencia en un poema de la maya k’iche’ Rosa Chávez: «Elena me llaman por mi madre  por mi abuela acaso no merecía un nuevo nombre y crear mis propias desgracias» (Rosa Chávez, 2010:8).

Bien se problematiza a la madre y su herencia, pero se retorna inexorable a ella y a los vínculos con las ancestras:

«Y soy yo y mi madre y mi abuela y soy todas y ninguna Quizás sea otra» (Rosa Chávez, 2010:20).

En el ámbito de la acción política concreta, las indígenas reconocen la importancia de la genealogía de las mujeres para su formación como lideresas. Dicen las mapuches, quienes provienen de una cultura matrilineal, que «la presencia de la madre o la abuela constituyen un apoyo central en la formación de las mujeres líderes, ellas fueron las responsables de transmitir todos los conocimientos y valores a estas nuevas generaciones» (Anaiza Catricheo, María T. Huentequeo, Lorena Ñancupil y Francisca Quilaqueo, 2013:113-115). La machi, cuyo mundo de autoridad es la salud y la filosofía, encabeza gran parte de las ceremonias sagradas y rituales mapuche, siendo una figura que, junto al lonko (autoridad masculina de la comunidad), garantiza la organización social, política y económica.

Todas estas expresiones, de la potencia de las genealogías de las mujeres en las culturas matrilineales y matrifocales indígenas, dan cuenta de sociedades en donde las mujeres son más que diosas a las que se debe adoración o representantes de las diversas facetas de la feminidad. Somos las (re)productoras activas de las culturas, fungiendo como agentes capaces de transformarlas y generar conocimientos estratégicos para la resistencia frente a la opresión patriarcal y colonial. Creo, sin idealizaciones, que ancestralmente poseemos la llave para abordar el «desorden simbólico» del que habla Luisa Muraro o la «maraña de sentimientos» que describe Adrianne Rich. Problema inherente a las sociedades «que funcionan originalmente sobre la base del matricidio» (Irigaray, 1980:34), que deviene en la negación del parto filosófico de las mujeres y su correspondiente exilio del campo del saber. Así, nuestra resistencia radica en seguir aferradas y aferrados al nombre de la madre, ese origen que la cultura patriarcal occidental proscribe y que, en su proyecto de exterminio de los pueblos originarios, nos exige asesinar.

LAS ANCESTRAS HABLAN EN LAS ETERNAS LUNAS DEL ENCIERRO

Tradicionalmente, en la cultura wayuu todas la mujeres deben recibir los conocimientos que se transfieren en el paülujutu’u o encierro, pues es el espacio atávico que contiene la sabiduría acumulada por las mujeres de una familia.

Considerado un rito de paso, es una práctica que se realiza a partir de la menarquía y que inicia a las adolescentes en la adultez. La función que se le atribuye es la de preparar integralmente a las majayülü o jóvenes mujeres para la vida. Es un momento de introspección en el que sólo se comparte con las mujeres mayores de la familia, quienes brindan a la joven conocimientos en torno a los cuidados de la casa, las atenciones a dispensar sobre la pareja e hijos, la salud sexual y reproductiva, así como algunas prácticas mágico-religiosas.

En el encierro las mayores se dedican a cuidar a la encerrada, impidiendo que sea vista y restringiendo sus movimientos. Durante los días del sangrado debe permanecer acostada en una hamaca en un lugar elevado y evitando movimientos bruscos. En este período sólo podrá ser alimentada con una dieta especial en la que se prefieren lo líquidos.

Finalizado el sangramiento puede bajar de la hamaca y comienza a recibir los baños elaborados con plantas mágicas que se suponen brindan los atributos de firmeza y blancura de piel (kutte’ena), contribuyen a la elección de un buen esposo (wui´toi) o promueven el vigor para el trabajo (kushanai).

Creemos que la desobediencia de las normas del encierro ocasiona secuelas en el cuerpo, marcas o cambios negativos que afectan la belleza de la joven, su personalidad y la suerte que le depara.

La primera fase del encierro, en pleno sangramiento, implica el enclaustramiento, introspección y marginación (Mazzoldi, 2004). No es un tiempo para hablar o moverse, es una fase de incubación de la nueva vida como mujer joven. Durante este tiempo se recuerda la vida que se tenía como niña, mientras se espera con mucha impaciencia -y a veces tristeza- la adultez. En la fase de purificación, el cambio que más resiente es el corte de cabello, elemento que se guarda cuidadosamente para asegurar el éxito matrimonial. Estercilia Simanca Pushaina en El encierro de una pequeña doncella alude a esta transformación:

«Antes de mi encierro tenía mis cabellos por la cintura. Siempre desee cortarlos, como las profesoras alijunas que llegan a Uribia a dar clases en el internado donde yo estudiaba, con sus caritas rosaditas y sus cintitas de colores en la cabeza; pero nunca dejármelo tan corto, como me lo dejó  mamá.  La  culpa  de todo la tuvo la vieja Yotchón, quien decía que me lo cortaran hasta el pegue del cuero –Moocholokalü ekii– bien cortico- decía cada vez que mamá cortaba un mechón de mis cabellos. Yo sentía el sonido de la tijera haciendo desastres en mi cabeza y hasta tuve miedo de que mamá me volara una oreja.» (Pushaina, versión  digital).

Estas acciones forman parte del proceso de purificación en el que los baños y la ingesta de infusiones son cruciales para que la joven absorba los atributos que le permitirán ser una mujer sana, reconocida y admirada en el entorno comunitario. Todo lo que posea o toque debe ser nuevo, dejando atrás las mantas que usaba cuando niña y los juguetes que le pertenecían. Este rito que, antiguamente confinaba a la joven por años, culmina con una fiesta ritual (oyonna) donde se invita –según las capacidades económicas familiares- a un buen número de parientes y allegados que irán a conocer a la joven mujer.

Ahora bien, la concepción más común y generalizada del encierro es que tiene la función de proveer herramientas para la consecución de un buen matrimonio, alianza que puede proveer de buenos ingresos, a través de la compra de la novia, y lazos políticos para el beneficio de la familia. Aunque es cierto, cuando se asevera este hecho como única finalidad del rito se invisibiliza o trivializa la trascendencia de los conocimientos allí adquiridos y que forman parte de un patrimonio ancestral matrilineal que ha permitido a las mujeres wayuu enfrentar realidades adversas en el ámbito económico, emocional y social.

Por ejemplo, en el tiempo del encierro la práctica del tejido es vital, igual que el aprendizaje de los kaanas (diseños o patrones) que le permitirán hacer múltiples objetos utilitarios y artísticos que luego podrá vender para contribuir a la economía familiar. Debido a los prolongados períodos sin el compañero masculino que –generalmente- viven las mujeres wayuu, éstas dependen de los conocimientos adquiridos en el encierro para hacer de sus creaciones artísticas una fuente de trabajo.

Los consejos y narraciones de las mujeres que acompañan a la encerrada sirven para estimular a la joven a forjar independencia y rectitud. Una instructora wayuu expone algunas de las enseñanzas que impartió a su pequeña hermana:

«Le aconsejé a Mary que cuando hablara con un hombre tenía que portarse bien y no como antes; sin reírse, sin pena, sin voltear la cara a un lado ni bajar la mirada. Tiene que hablarlo perfectamente como una persona adulta (…) No vas a tener vergüenza cuando hablas» (Nelly Zambrano Uliana citada por Mazzoli, 2004:252).

Las narraciones o anécdotas que se reciben en el encierro, más que fábulas morales son alimentos psíquicos que permiten a las jóvenes afrontar circunstancias difíciles del mundo relacional. Cada relato contiene una fuerza aleccionadora o motivadora que permite las transformaciones necesarias para la prosecución de la vida. No sólo las palabras son aliento, Clarissa Pinkola afirma que podemos transmitir «esta sabiduría las unas a las otras con las palabras, pero también por otros medios. Una simple palabra, una mirada, un roce de palma de la mano, un murmullo o una clase especial de afectuoso abrazo son suficientes para transmitir complicados mensajes acerca de lo que se tiene que ser y el cómo se tiene que ser» (Pinkola, 1992/2008:251). Así, durante el encierro las actitudes de las mujeres de la familia van cambiando, pues la encerrada ya no es la misma. Inicialmente es tratada con mucho rigor y la transformación resulta un proceso doloroso para la joven, quien ya no puede realizar las actividades que acostumbraba. Con el paso del tiempo llega la adaptación y lo que alguna vez fue descontento pasa a ser rutina, tal como lo vivió la protagonista del relato del Estercilia Simanca:

«Así fue transcurriendo el tiempo y el encierro de Iiwa era cada vez más satisfactorio para su madre y sus institutrices (…) Iiwa escuchaba atenta a las indicaciones dadas por su madre y por sus viejas institutrices. Tomaba los brebajes preparados por la vieja Jierrantá sin chistar. La vieja Yotchón al ver el nuevo comportamiento de Iiwa dejó de llamarla juche’e puliikü – oreja de burro- y empezó a tratarla con respeto y más cariño.» (Pushaina, versión digital).

A pesar de su potencia, el encierro es una práctica cultural que resiste con dificultad a la penetración de la cultura criolla, la familia nuclear y la patrilinealidad, en detrimento de la matrilinealidad ancestral. El quiebre que genera la patrilinealidad ha trastocado la legitimidad de las mujeres wayuu y su sabiduría, pues se exalta la prepoderancia de la función reproductiva masculina y el saber androcéntrico, representado muchas veces por las instituciones del mundo alijuna. La educación formal es una de ellas, siendo un Derecho Humano valioso y necesario pero un instrumento que contribuye al trabajo de la colonialidad del saber. Los espacios escolares de las comunidades originarias –con pocas excepciones- alijunizan a las y los indígenas, bajo la premisa de la educación formal como forma de superar el primitivismo, diluyendo y negando los saberes ancestrales que atentan contra status quo del patriarcado colonialista. Restarle importancia al encierro ocasiona una cicatriz en la subjetividad de una mujer wayuu. Aunque al principio a la adolescente no le resulte una molestia, al crecer el mundo de las mujeres wayuu le pedirá cuentas por haber prescindido del rito. Incluso se le mirará diferente, como a una extraña con cara india pero despojada de las voces de las ancestras. Algo parecido a lo que viven quienes no son hablantes del idioma indígena y que son percibidos como indígenas de segunda clase, desarraigados.

Dicen las abuelas que «si se pierde la ley se pierde el juicio, disciplina, seriedad. Lo que se adquiere en el encierro de una vez, es la voluntad, el juicio» (Eudoxia Gonzales citada por Maya Mazzoli, 2004: 265). La amenaza de abandonar ritos como el encierro está latente y es nuestra tarea retomarlo, mas no para volver a lo que pudimos ser en el pasado sino como un espacio para repensarnos como mujeres indígenas y construir allí identidad para la resistencia.

El encierro nos signa como mujeres wayuu adultas pero a la vez nos inaugura como depositarias del antiguo conocimiento del orden simbólico de la madre, constituido por la sabiduría primigenia de la Mma que trasciende el principio de los tiempos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Los nefastos efectos de la kakonomía universitaria venezolana

Por: Bernardo Ancidey

El término acuñado por la filósofa italiana Gloria Origgi (1) significa la preferencia por los intercambios de baja calidad o mediocres. El prefijo griego “kako” significa excremento y la palabra se puede traducir en algo así como la «economía de lo malo», es decir la aparentemente extraña preferencia por cometidos de baja calidad. En una transacción kakonómica, ambas partes acuerdan implícitamente rebajar los estándares de calidad, la parte que entrega el producto o servicio no se esfuerza por hacerlo bien y quien lo recibe o revisa, acepta lo entregado descuidando sus propias obligaciones e intereses. El beneficio final es menos stress para las partes.

El concepto describe la complicidad aparente entre algunas autoridades universitarias y quienes deben ejercer una vigilancia continuada sobre la educación superior pública venezolana. Las primeras no se preocupan por realizar una planificación de los cupos con un mínimo de sentido común, y las segundas tampoco revisan con el cuidado debido, la información que consignan las primeras. Ambas partes incumplen sus obligaciones y todos se relajan. Excepto que la educación universitaria paso a paso se convierte en una estafa al país de gigantescas proporciones.

En un artículo anterior (2) se mostró como cada año sobran plazas en las universidades públicas venezolanas, mientras que miles de aspirantes se quedan esperando por un nuevo proceso o deben prepararse para costear sus estudios en el sector privado. El desperdicio de cupos se adjudicó a dos factores principales: en un caso, corresponden a la oferta de opciones de estudio que los aspirantes no desean y en el otro, a que son fruto de una deficiente planificación que creó mucho más plazas que las requeridas. A continuación, se analizan con mayor detalle estos dos factores bajo la perspectiva metodológica del Análisis Exploratorio de Datos ( (3) y (4)) aplicado al resultado del proceso de asignación de cupos del 04/07/2016. En dicho proceso 60 instituciones ofertaron 311 mil 954 cupos en 1 mil 638 disciplinas en todo el país (5).

 

Los factores explicativos

  1. La percepción social acerca de las carreras universitarias

En Venezuela las personas concentran sus preferencias de estudio en unas pocas disciplinas denominadas a veces como “tradicionales”, aunque es más adecuado, denominarlas “atractivas”. Entre ellas destacan: Medicina, Administración, Derecho, Comunicación Social, Sistemas e Informática, Psicología, Odontología, Ingeniería Civil, Contaduría, y hasta hace poco Educación Integral (en (6) se mostró la pérdida de atractividad de esta carrera) y Preescolar, entre otras. En contrapartida, más del 80% de la oferta de las disciplinas ofrecidas, entre las cuales se encuentran muchas consideradas prioritarias, pasan desapercibidas. Ellas son las poco atractivas o “neutras”, tales como: agroalimentarias, ciencias básicas, la mayor parte de las menciones de Educación, las humanísticas derivadas de filosofía y las técnicas cortas.

La asimetría en las preferencias conduce a que en cada proceso anual de asignación de plazas, siempre falten cupos en las favoritas, mientras que sobran en las neutras. No es raro, aunque si alarmante, detectar en el listado de Índice, Cupos y Demanda 2016 (5) de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), que carreras y Programas de Formación de Grado (PFG), como el de Gestión Social para el Desarrollo Local de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), no tengan ningún demandante. Así, 1 mil 620 cupos en sus cinco (5) sedes quedaron vacantes. Tampoco sorprende que Educación Intercultural Bilingüe del Instituto Pedagógico Rural de Mácaro (UPEL IPRM) en Turmero, ofrezca 426 cupos y la demanda total, es decir la suma de todas las personas que eligieron esta carrera sin importar el orden de preferencia en que lo hicieron, sea de apenas 169 personas.

Situaciones similares, aunque menos extremas, se encuentran en el listado de la OPSU (5) en carreras como Educación Mención Química, en las Universidades de Oriente (UDO) y Zulia (LUZ), en las cuales los cupos disponibles en sus campus principales de Cumaná y Maracaibo, son de 50 y 194 cupos respectivamente, pero la demanda en primera opción son de apenas 1 y 9 aspirantes y la demanda total llegan a 32 y 125 personas.

Estas situaciones pueden ser fácilmente explicadas, se trata de carreras “neutras” con poco o ningún atractivo, de modo que pocas personas las consideran como opción de estudio y futuro ocupacional. En todo caso, se impone desarrollar políticas públicas para promoverlas como alternativas atractivas para los jóvenes. Ahora bien, aunque en estos casos tenemos un obvio problema de planificación éste tiene raíces sociales difíciles de revertir. No obstante, los casos siguientes que caen dentro del segundo factor exigen una explicación y corrección inmediata por parte de las autoridades universitarias.

  1. Planificación deficiente o inexistente.

Al ordenar los datos de la primera corrida del proceso de asignación de cupos del 04/07/2016 (5), de acuerdo a la demanda total y en primera opción, se obtienen situaciones que podrían adjudicarse a una falta total y absoluta de racionalidad por parte de las autoridades universitarias responsables de planificar el cupo universitario:

  1. El “Top Ten” de la planificación equívoca lo encabeza la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora (UNELLEZ), la cual en su núcleo de Barinas ofertó 6 mil 5 cupos para Medicina Integral Comunitaria (una disciplina atractiva), pero la demanda en primera opción fue de 1 mil 82 aspirantes y la demanda total llegó a 2 mil 947 personas. Es decir, que en el mejor de los casos, suponiendo que ingresaran todos aquellos que seleccionaron esa disciplina en cualquier orden de preferencia, el exceso sería de 3 mil 58 plazas. Esta cifra equivale a la matrícula total de una institución universitaria de medianas proporciones.
  2. Sigue la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR) en San Juan de Los Morros, con 2 mil 651 cupos en Educación Integral para una demanda en primera opción de solo 33 aspirantes y una demanda total de apenas 197 personas. El exceso, otra vez en el mejor de los casos, alcanzó los 2 mil 454 cupos que se quedaran congelados. Proporcionalmente, esta situación es peor que la anterior, porque aquel tiene una demanda total de un 49% del total de cupos ofrecidos, mientras que en este caso, representa apenas el 7% de las plazas utilizables.
  3. El tercer y cuarto lugar lo ocupa el Instituto Pedagógico Rural del Mácaro (UPEL IPRM), con las carreras de Educación en las especialidades Rural y Preescolar, con plazas para 1 mil 326 y 1 mil 451 estudiantes respectivamente, con una demanda en primera opción de 32 y 106 aspirantes y una demanda total de 219 y 414 personas. Es de notar que antes se comentó el caso de la carrera de Educación Intercultural Bilingüe en esta misma institución. Y si se mira la otra carrera que se imparte allí, Educación Especialidad Educación Integral, el resultado tampoco es alentador: 968 cupos para una demanda en primera opción de 123 aspirantes y una total de 456 personas. En síntesis, esta institución ofreció un total de 4 mil 171 cupos pero solo 1 mil 258 aspirantes se interesaron por seleccionarlos.
  4. El quinto lugar nuevamente lo ocupa la UNESR, núcleo San Juan de los Morros, en la carrera Administración Mención Informática, con 984 plazas, para una demanda en primera opción de solo 16 personas y una demanda total de 151 aspirantes. En este núcleo también está la carrera que ocupa el noveno lugar del “Top Ten”: Administración Mención Recursos Humanos, con 983 plazas, para 49 demandantes en primera opción y 352 personas como demanda total.
  5. De sexto lugar, otra vez la UNESR pero en el núcleo Zaraza, con la carrera Educación Mención Agropecuaria (no atractiva), con 850 plazas para 29 demandantes en primera opción y una demanda total de 197 personas.
  6. Sigue en el octavo y noveno lugar la UBV en su sedes de Maracaibo y Punto Fijo, con el Programa de Formación de Grado de Gestión Ambiental, con 800 cupos, 27 demandantes en primera opción y una demanda total de 148 personas en Maracaibo; mientras que en Punto Fijo se ofrecieron 800 cupos, hubo 29 demandantes en primera opción y una demanda total de 166 personas.

Otras formas de desperdiciar cupos

  1. Sobrecapacidades planeadas

Existen otras instituciones con severas dificultades de planificación y no aparecen en el “Top Ten” por la menor magnitud de los cupos ofertados, sin embargo emergen cuando se agrupan los datos según los valores más pequeños de demanda por primera opción y demanda total para cada institución, extensión o núcleo. En ese caso, sobresale la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM), con extensiones que incluyen carreras y PNF atractivos y sin embargo, faltan las personas que las soliciten, tal como se devela en la Tabla 1:

Tabla 1. Extensiones de la UNEFM con demandas totales inferiores a 10 personas en el año 2016.

Extensión Carrera/PNF Cupos Demanda 1era opción Demanda Total Cupos sobrantes totales
Falcón Municipio Dabajuro Ingeniería Mecánica 120 1 1 119
Falcón Municipio Dabajuro Desarrollo Empresarial 120 2 8 112
Falcón Municipio Dabajuro PNF en Enfermería Integral 60 3 6 54
Falcón Municipio Federación PNF en Enfermería Integral Comunitaria 100 1 6 94
Falcón Municipio Federación Ingeniería Industrial 60 2 5 55
Falcón Municipio Tocópero PNF en Enfermería Integral Comunitaria 210 0 0 210
Falcón Municipio Tocópero Ingeniería Civil 160 0 0 160
Falcón Municipio Tocópero Ingeniería Industrial 160 1 1 159
Falcón Municipio Tocópero Ingeniería Mecánica 160 0 3 157
Falcón Municipio Tocópero Medicina Veterinaria 160 1 6 154
Falcón Municipio Tocópero Desarrollo Empresarial 140 0 0 140
Falcón Municipio Tocópero Educación Lenguas Extranjeras Mención Inglés 120 0 0 120
Falcón Municipio Tocópero Educación Mención Agropecuaria 60 0 0 60
Yaracuy Municipio Manuel Monge Educación Física, Recreación y Entrenamiento Deportivo 80 1 1 79
Yaracuy Municipio Veroes Educación Mención Música 40 0 3 37
Falcón-Municipio Colina Desarrollo Empresarial 80 0 0 80
Falcón-Municipio Petit Ingeniería Agronómica 60 0 0 60
Falcón-Municipio Petit PNF en Enfermería Integral Comunitaria 40 0 0 40
Falcón-Municipio San Francisco Educación Física, Recreación y Entrenamiento Deportivo 60 0 1 59
Falcón-Municipio Zamora Ingeniería Agronómica 60 0 0 60
Totales 2.050 12 41 2.009

Al ver esas cifras surge la pregunta si no hubiese sido más sencillo trasladar 41 personas a Coro u otra localidad donde ya se ofrezcan esas carreras, en vez de abrir 20 carreras y 9 extensiones. Esto no es masificación, es desperdicio. La Misión Sucre, con sus ofertas municipalizadas flexibles, hubiese sido otra opción más adecuada para ofrecer estudios universitarios en sitios rurales de escasa población, como parece ser el caso de la ubicación de las extensiones de la UNEFM.

Crear o abrir una oferta de estudios, implica un análisis serio de la demografía, economía, servicios presentes, necesidades de la población, planes y proyectos para la zona, así como una evaluación de alternativas. La improvisación, el empirismo y el voluntarismo, solo conducen a malbaratar recursos o dejar comunidades insatisfechas.

  1. Sobrecapacidades derivadas

Además de los anteriores casos extremos, existen otros moderados en los cuales se observa una diferencia significativa entre la cantidad de cupos disponibles y la demanda en primera opción, además, la demanda total supera la oferta. Esta situación es más acusada en el caso de las universidades más demandadas, como el caso del PNF en Educación para las Artes en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE) en Nueva Esparta, con 65 cupos, 4 demandantes en primera opción y 90 aspirantes como demanda total. La carrera no es atractiva, pero permite ingresar a UNEARTE si se la marcó entre las opciones menos preferidas. Luego de ingresado, el nuevo estudiante buscará el cambio hacia su carrera preferida, probablemente Artes Audiovisuales en la misma institución, la cual apenas ofrece 20 cupos y la piden en primera opción 77 personas, y 248 personas como demanda total.

Disciplinas con el perfil antes descrito para el PNF de Educación para las Artes, reflejarán una alta deserción y por tanto una baja tasa de asignación efectiva (% asignados/inscritos). Los asignados no se inscribirán, otros se inscribirán pero se cambiarán o desertarán al poco tiempo de ingresar, sin embargo la carrera seguirá mostrando un alto índice académico de entrada. Este tipo de índices no reflejan la realidad porque presentan carreras neutras como atractivas. La práctica de usar estas carreras como “trampolín” para ir a la carrera favorita luego de ingresar a la universidad, es bastante común en instituciones que sirven a grandes poblaciones y ofertan un menú variado entre carreras atractivas y neutras. Todo lo cual genera una fuerte presión derivada de la competencia por los cupos de las atractivas.

La situación descrita antes, es un efecto indeseado del Modelo de Asignación Multivariable y tiene una fácil solución: permitir el ingreso libre en las carreras neutras, impidiendo el cambio por un período de tiempo, y aplicar mecanismos de selección solo para carreras con numero clausus, donde la demanda supere a la oferta. De esta manera irán a las carreras neutras solo los aspirantes que en verdad deseen cursarlas. La depuración de la matrícula estudiantil y la sinceración de las estadísticas serían automáticas.

La imagen global del problema

Esta imagen se obtiene al inspeccionar cómo se distribuyen los 46 mil 86 cupos que sobrarán irremediablemente en 2016 (2), discriminados por instituciones y carreras/PNF/PFG. Con estos datos se determinan quienes son los que contribuyen en mayor medida al problema y por tanto los que ameritan una acción sin demora. En palabras gerenciales se trata de obtener el diagrama de Pareto que discrimine los pocos vitales de los muchos triviales.

  1. Por Universidad

El cálculo por universidad es inmediato. Son 29 instituciones que planificaron cupos en exceso para ciertas disciplinas superando la demanda total. El Gráfico No. 1 muestra el diagrama de torta con las más relevantes:

Gráfico 1 Universidades con mayores cantidades de cupos sobrantes

Gráfico 1. Universidades con mayores cantidades de cupos sobrantes en el año 2016. Elaboración propia.

Obsérvese que las siete primeras universidades, 24% de las 29 con cupos sobrantes, contribuyen con el 89% del total de estos últimos. La UNESR es el caso más delicado, porque además de representar el 40% de los cupos sobrantes, 18 mil 334 cupos, es la segunda institución que más plazas ofreció este año: 47 mil 242 cupos de un total nacional de 311 mil 954 plazas.

La cifra de cupos ofertados por la UNESR solo fue superada por la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional (UNEFA) con 59 mil 661 plazas abiertas. La evidencia concuerda con el comportamiento tan irregular de la demanda de la UNESR a lo largo de un período de quince años, entre 1999 y 2013, detectado en un trabajo anterior (7), en el cual se observaron variaciones cercanas a los 20 mil aspirantes. La situación amerita profundizar la investigación porque las ofertas de la UNESR son mayoritariamente carreras atractivas las cuales, en principio, deberían recibir una gran demanda.

  1. Por disciplinas

La segunda imagen global la proporciona el análisis desde la perspectiva de las opciones de estudio con más cupos sobrantes. Para realizar el gráfico se consideraron como iguales carreras/PNF/PFG con denominaciones distintas pero que entregan títulos homologables, resultando un total de 78 disciplinas con plazas disponibles vacías. El Gráfico No. 2 presenta en un diagrama de torta los resultados:

Gráfico 2 Disciplinas con màs cupos sobrantes en 2016

Gráfico 2. Disciplinas con más cupos en el año 2016. Elaboración propia.

Al igual que en el caso de las universidades, la mayor contribución deriva de las primeras 21 disciplinas, las cuales aunque representan el 27% del total de carreras con cupos sobrantes, acumulan el 80% de las plazas sobrantes. La mayoría, como es de esperar, correspondió a carreras neutras como Educación, con menciones en Educación Integral, Preescolar, Agropecuaria, Matemática, Rural, Inglés y Educación Física, Recreación y Entrenamiento Deportivo; y Geografía e Historia. También aparecen Gestión Ambiental y Gestión Social Para el Desarrollo Local de la UBV y las relacionadas con el área agroalimentaria, como Administración de Empresas Agropecuarias, Ingeniería Agroindustrial e Ingeniería Agronómica de Producción Vegetal.

La sorpresa fue encontrar varias atractivas como Medicina Integral Comunitaria, Administración, Contaduría Pública, Ingeniería de Sistemas, Ingenierías Civil, Gas y Mecánica; y Enfermería. Esta situación es indicativa de una planificación descuidada. Lo usual es que falten cupos para las opciones atractivas, a menos que la planificación de la oferta haya sido muy sobreestimada, como en efecto parece haber ocurrido.

Conclusiones y recomendaciones

Urge que las autoridades tomen medidas inmediatas para racionalizar el uso de los recursos destinados a la educación universitaria. Especial atención deben dedicar los cuerpos directivos de las siguientes instituciones: UNELLEZ, UBV, UPEL (Mácaro), UNESR, UNEFM, UNEFA, UNERMB, UDO, UTDFT (Tucupita), UPTAAPC (Mantecal), UPTJAA (Pariaguán), UPTJFR (Barinas), UNESUR (Santa Bárbara), IUTB (Bolívar), UNERG (Mapire), IUTLL (Altagracia de Orituco). Igualmente es necesario inspeccionar casos como los de UC en Educación o el del IUTM en Contaduría Pública, en los cuales se presenta una escasa demanda en primera opción para carreras atractivas.

El hecho que la mayoría de las instituciones identificadas son afectas a la actual gestión de gobierno, no es motivo para pensar que las otras salgan mejor libradas:

  • En primer lugar, las primeras son 46 instituciones que aportan el 80% de la oferta mientras las segundas son 14 y aportan el 20% restante de cupos. El crecimiento matricular y de nuevas ofertas de estudio de las primeras ha sido explosivo en los últimos años y todo esto genera dificultades en la planificación.
  • En segundo lugar, también las segundas presentan problemas de planificación que se ocultan durante el proceso de asignación. La mayoría se encuentra en zonas densamente pobladas y desde hace años, como lo muestra Ramírez para la ULA y la UCV ((8) y (9)), disminuyen su oferta de cupos o la restringen, aún en momentos de crecimiento presupuestario y del personal. De esa manera siempre la demanda será superior a la oferta, incluso en carreras neutras que, como se analizó antes, se utilizan como trampolín hacia carreras atractivas.
  • En tercer lugar, los problemas de asignación efectiva, deserción y alargamiento de los estudios, liquidan los beneficios de una mayor asignación relativa de cupos.
  • En cuarto lugar, la oferta de algunas instituciones fue tan exigua, de menos de 10 plazas, como en los núcleos Cagua y Barquisimeto de la UCV, que dificulta el análisis.

En todo caso un estudio detallado de la situación descrita antes, amerita un nuevo artículo apoyado con las estadísticas respectivas.

Finalmente, luego de revisar el conjunto de evidencias presentadas, seguramente las autoridades universitarias presentarán sus argumentos y ojalá que lo hagan, en aras de un sano debate. Y puede que en algunos casos existan razones con capacidad suficiente para dar cuenta de estos resultados, como por ejemplo: carreras/ PFG/PNF nuevos que todavía son desconocidos por los aspirantes, errores materiales en la transcripción de los datos, decisiones motivadas por fines inmediatos electorales, maquillajes para compensar presupuestos deficitarios, entre otras.

Sin embargo, la duda persistirá más allá de la consideración de casos individuales, porque como se señaló en un artículo anterior (2), los cupos sobrantes tienden a incrementarse proporcionalmente a medida que aumenta la capacidad del sistema. La masificación es buena si se la proyecta con racionalidad y calidad. La constancia del 15% de cupos ofertados que se quedan fríos en los últimos años es, lamentablemente, una evidencia de que la kakonomía en la planificación de los cupos es una práctica consuetudinaria e irracional en el sistema universitario venezolano.

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