Tras 12 años de reinado ininterrumpido de Benjamin Netanyahu, Israel empezó este lunes la semana con un nuevo primer ministro, el ultraderechista Naftali Bennett, al frente de una dispar coalición de gobierno que deberá encarar múltiples desafíos.
Con 60 diputados a favor de la nueva “coalición del cambio” y 59 en contra (de los 120 en la Knéset), el Parlamento israelí pasó el domingo la página de Netanyahu, el primer ministro más longevo de la historia del país.
Naftali Bennett, de 49 años, toma las riendas de un gobierno variopinto de 26 ministros, que representan un amplio espectro ideológico, de la izquierda, al centro y la derecha e incluye a un partido árabe. Su único punto de unión era sacar del poder a Netanyahu, acusado y juzgado por corrupción.
La coalición deberá encontrar compromisos sobre múltiples cuestiones, como la recuperación económica, la colonización israelí en los Territorio Palestinos ocupados e incluso el delicado tema de la relación entre el Estado y la religión.
El primer reto ya llegará el martes, con una manifestación prevista por la extrema derecha en Jerusalén Este, sector palestino ocupado desde 1967 y anexionado por Israel.
El movimiento islamista Hamas, en el poder en el enclave palestino de Gaza, ya amenazó con tomar represalias si la marcha llega cerca de la Explanada de las Mezquitas. Dijo también que el nuevo gobierno no cambia “nada” en sus relaciones con Israel.
Para la Autoridad Palestina, en Cisjordania ocupada, la salida de Netanyahu marca “el fin de uno de los peores periodos del conflicto” israelo-palestino, en palabras del primer ministro Mohamed Shtayyeh.
– Traspaso de poderes –
Este lunes se lleva a cabo el traspaso oficial de poderes.
Los ministros acudieron a la residencia del presidente Reuven Rivlin para la tradicional fotografía del nuevo gobierno.
Por la tarde, Netanyahu se reunirá con Bennett, exaliados que se convirtieron en rivales, en la sede del primer ministro en Jerusalén.
Según el acuerdo de coalición, Bennett, jefe del partido de derecha radical Yamina, dirigirá esta frágil coalición durante dos años. Luego cederá el cargo al centrista Yair Lapid.
En las últimas legislativas de marzo, el conservador Likud fue el partido más votado, pero Netanyahu no logró formar gobierno. El líder opositor Yair Lapid sí lo consiguió, creando una coalición con dos partidos de izquierda, dos de centro, tres de derecha y, en un hecho rarísimo, el partido árabe Raam, de Mansur Abas.
“Esta mañana marca el alba de un nuevo día. Es la mañana de un trabajo difícil, a veces digno del trabajo de Sísifo para reconstruir las ruinas”, afirma el comentarista político Ben Caspit en el diario Maariv.
“El deseo de numerosos israelíes es vivir en paz, sin incitación a la violencia, sin odio y sobre todo sin las mentiras interminables que Netanyahu ha dejado en herencia”, prosigue.
El domingo por la noche, multitudes de israelíes celebraron la salida de Netanyahu del poder en Jerusalén, en las afueras de la Knéset y en la emblemática plaza Rabin de Tel Aviv.
– Sin cambios –
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar.
El primer jefe de Estado en manifestarse fue el estadounidense Joe Biden, que felicitó inmediatamente a Bennett en un comunicado en el que dijo tener “prisa por trabajar” con él. Estados Unidos es el un gran aliado de Israel.
En cambio, para Irán, archienemigo de Israel, todo sigue igual. “No creo que la política del régimen de ocupación en Jerusalén cambiará con la llegada de esta persona o la salida de aquella otra”, dijo el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores iraní Said Khatibzadeh.
En su último día en el poder, Netanyahu recordó al Parlamento los logros de su gestión: la “normalización” de relaciones con varios países árabes, la inserción internacional de la economía israelí y su línea dura con Irán.
Al presentar las grandes líneas de su gobierno, Bennett afirmó que su coalición no dejará que Irán “se dote de un arma nuclear”.
“Este gobierno comienza su trabajo con la más grave de las amenazas a la seguridad”, dijo a propósito de Irán, asegurando que su país “se reserva una libertad total de acción” contra su enemigo jurado, que niega buscar una arma atómica.
Con información de AFP
Fuente de la Información: https://evtv.online/nuevo-dia-en-israel-sin-netanyahu-en-12-anos/
No tiene precedentes la ola de críticas y condenas que en 2021 se han multiplicado ante la ya muy vieja e inveterada política etnocida y genocida de Israel con la población palestina de su territorio, como si se tratara de un cáncer y el Estado de Israel se arrogara el rol de cirujano.
Este proceso lleva décadas y nunca antes se habían expandido tanto las críticas.
Aunque por cierto, varios gobiernos, como el uruguayo de Luis Lacalle Pou, se apresuraron a presentar su solidaridad con Israel como si fuera la parte agredida, en la secuencia de resistencia, escaramuzas, cohetería y bombardeos de mayo. Lo cierto es que los israelíes han estado forzando a vecinos de Jerusalén oriental para desalojarlos, golpeándolos, hiriendo, arrestándolos –¡en tanto la diplomacia servil y los medios oficialistas siguen considerando a Israel el bando agredido!– para llegar a la secuencia conocida: algún o algunos palestinos dan una respuesta violenta, a veces ni siquiera tan violenta como los avances israelíes y entonces, sí, como si se adueñaran de una “justa indignación”, aunque es parte de una secuencia ya archiconocida, Israel “responde con todo”: bombardeo a la Franja de Gaza, como si fuera el campo de experimentación de las armas de destrucción masiva israelíes.
Porque no golpean al presunto agresor, sino bombardean y descargan artillería sobre población civil, ciudades y poblados en su vida cotidiana, destruyendo edificios, hospitales, escuelas, plantas potabilizadoras, tanques de agua, botes de pesca, mezquitas (como si se tratara de un cirugía psicoanalítica, derriban, con precisión quirúrgica –como si castraran– minaretes y en particular su extremo superior).
Tamaña represión, tan descarada en sus móviles de judaizar Jerusalén, se ampara “en la letra de la ley” que predican respetar puntillosamente. En realidad, dos leyes, claro: una, para palestinos, Ley de Propiedad de Ausentes, por la cual el Estado de Israel puede apropiarse legalmente de las propiedades palestinas que por alguna razón estén desocupadas. El cerebral Plan Dalet, de 1947, fue el operativo de exclusión violenta de los habitantes de unas 500 aldeas palestinas, mediante amenazas, asesinatos y violaciones. Quedaron así vacías unas cuantas viviendas… La segunda ley que “ampara” los procederes israelíes es la Ley de Asuntos Legales y Administrativos; como se ve un nombre que puede esconder o expresar cualquier asunto, mediante la cual los judíos pueden reclamar títulos de propiedad anteriores a 1948, lo que precisamente le está vedado a los palestinos… por la ley anterior.
Como cualquiera puede advertir, esta duplicidad procedimental genera enorme frustración y enojo. Es lo que ha pasado en Sheik Jarrah, precisamente.
Cabe agregar que, además, desde la segunda posguerra la misma ONU ha entendido que dicha ciudad sea asiento de tres religiones y por lo tanto la política israelí va directamente en contra de la calidad supranacional de Jerusalén. Las autoridades israelíes defienden su procedimiento como si se tratara apenas de defenderse; es notorio, sin embargo, que han dañado a los palestinos en proporción de cien a uno o de mil a uno…
Pero hay otro aire, otra situación, sobrevenida desde 2020, el año precisamente diseñado por Donald Trump, Jared Kushner y Jason Greenblatt como el año del Acuerdo del Siglo de la cuestión palestina, un acuerdo en el que el trío mencionado ni incluía a los palestinos. No se hubiera secado la tinta que habría podido usarse en tamañas rúbricas, cuando el derribo de estatuas símbolo del colonialismo y la esclavitud, el BLM, el “trumpazo”, rematado con la ocupación del Congreso, más una agitación similar en otros países como Francia, Bélgica, el Reino Unido, nos muestra un nuevo aire, una nueva sensibilidad en la opinión pública, que aun siendo parcial y más bien limitada a países “centrales”, es significativa.
El sionismo y la formación de EEUU
Algunas de las fracciones principales del sionismo siempre se han sentido muy identificados con la trayectoria de EE.UU. Los peregrinos, forjadores de las primeras colonias americanas en el norte atlántico, les robaron las tierras –y la vida– a los originarios norteamericanos y, como eso dio lugar a resistencia, los intrusos se consideraron agredidos y arrasaron dicha resistencia y reafirmaron su soberanía sobre ese territorio, con salvaguarda bíblica. Tan bien les fue en términos militares que se les hizo el campo orégano y ensancharon el territorio original estadounidense, que no llegaba al medio millón de km2, hasta sobrepasar los 10 millones, entre compras, arrebatos, invasiones y apropiaciones y reducciones (de los originarios sobrevivientes).
Los sionistas, sus alas más militantes, tomaron a EE.UU. como modelo desde bastante temprano, y en 1942, con el Congreso Sionista Mundial del Hotel Biltmore en Nueva York, decidieron desprenderse de su viejo padrino, el United Kingdom, y decidieron por sí y ante sí, agenciarse un nuevo y menos gastado padrino, United States of America. Padrino y modelo.
Hay abundante bibliografía israelí acerca del trato dado por los wasp [1] a los “indios norteamericanos”. Y ha habido una idea subyacente, la de hacer lo mismo con los palestinos: una reedición de la fundación de un Israel occidental en América del Norte, ahora en el Cercano Oriente, en la Palestina histórica. El Acuerdo del Siglo iba a ser lo más cercano a ese proyecto, esa estrategia de resolver la cuestión palestina sin palestinos.
Pero ante esta “liquidación” hay un tropiezo histórico de proporciones, que justamente ahora, ingresando a la tercera década del s XXI, parece aflorar.
El proyecto sionista empezó a configurarse y pesar políticamente en el cambio del siglo XIX al XX. Un poco tarde en la historia de los pueblos para reeditar lo hecho por Occidente con el “Nuevo Mundo” entre 1492 y el 1900.
Los sucesivos genocidios fueron dejando una huella de resistencia y rechazo; la humanidad tropieza mil veces con la misma piedra, pero no permanece siempre en el mismo sitio. En pleno siglo XXI la dominación y la expoliación no pueden mantenerse con el estilo de la violencia y el racismo desnudo de hace dos siglos.
1945 significó el quiebre decisivo del racismo desnudo. Entonces se proclamó la relevancia de lo democrático, aunque en los hechos se mantuvo toda la estructura de dominio ya asentada, y lo que hubo, en rigor, fue un cambio de vocabulario: los abismos entre pobres y ricos, entre céntricos y periféricos, entre bien alimentados y mal alimentados, se mantuvieron. Hasta la esclavitud se mantuvo, solo que no oficial…
Pero la introducción de nociones como autogobierno, protagonismo de la gente, derechos universales, no son sólo consignas vacías; seres humanos las van encarnando, de a poco, a veces gradualmente, a veces a los saltos o en oleadas.
Algunos hablan del impacto que produjo en EE.UU. las imágenes de los 65 pequeñines palestinos asesinados con las bombas de la última represalia. Sin duda, es fuerte, atroz. Pero en incursiones militares anteriores, Israel le ha quitado la vida a mucho más que a 65 niños palestinos; en 2009, en 2014, para nombrar apenas las más sangrientas.
Pero las actitudes humanas no se rigen por datos cuantitativos, ni por la pura información, aunque es muy posible que por algún factor ahora actuante los medios masivos estadounidenses hayan mostrado este año mucho más que en bombardeos y arrasamientos anteriores a la misma Franja de Gaza.
El cambio epocal parece habérsele escapado a los sionistas más recalcitrantes. Llevados por su impunidad y una suerte de inmunidad ética conseguida con el episodio nazi.
Da la impresión que esa “protección” o inmunidad ética social, psíquica, política, ideológica, están llegando a su fin.
Sionismo sin límites, límites del sionismo
No creo en profecías pero, sin embargo, hay perspicacias que resultan proféticas. Cuando la flamante ONU, organizada alrededor del nuevo estrellato mundial, EE.UU. triunfante de la 2GM sin desgastes mayores, decide reconfigurar, una vez más el mapa político planetario, el sionismo recibe un fuerte impulso para adueñarse de Palestina. Hubo una serie de deliberaciones supuestamente democráticas porque, quebrado el Eje, la alianza de fascismo y nazismo expresamente antidemocráticos, se instauró el credo democrático entre los vencedores como condición sine qua non de toda concepción política, al punto que hasta el comunismo con su dictadura proletaria, metamorfoseó mensajes para perseverar con “democracias populares”; lo democrático siempre primero.
Tales deliberaciones, en lo que atañe a Palestina, tuvieron lugar en la UNSCOP, la comisión especial designada por la ONU, es decir por EE.UU., para encarar la cuestión palestino-israelí. [2]
Fueron fintas. Porque los dados estaban marcados (y muchos entonces no lo sabían). Pero en dichas fintas, la comisión escuchó diversos enfoques y algunos muy interesantes, como el del representante iraquí ante la ONU, que no pertenecía a UNSCOP (no se designó en la comisión de once estados a ninguno árabe, aunque hubo sí uno musulmán; Irán). El iraquí se aproximó así a la cuestión: “De manera muy eficazexplotaron los sufrimientos de las víctimas de Hitler para sus propios fines políticos. Ahora quieren un Estado en una parte de Palestina, más tarde van a quererlo en todo el territorio de Palestina y finalmente pretenderán invadir el resto del mundo árabe”.
Lo dijo en 1947. Basta ver el despedazamiento del territorio palestino y las incursiones habidas en Sinaí, las alturas sirias de Golán, las escaramuzas alrededor del río Litani, libanés, para darse cuenta de la enorme sabiduría “predictiva” del delegado iraquí.[3]
La reducción palestina
UNSCOP esbozó dos posibles estados, absolutamente asimétricos: el territorio mayor para la población menor, judía, y el territorio más chico para la población árabe, mayoritaria, dos tercios. Una división “à la europea”. Un reparto festejado por sionistas y repudiado por el mundo árabe.
UNSCOP sentó así las bases para la continuación del conflicto, que venía desde fines del siglo XIX, que fuera tomando dramaticidad a principios del s XX con el proceso de compras de tierras y exclusión de población ancestral. Y con el carácter crecientemente armado del sionismo (que produjo tensiones con la población palestina y con los judíos no sionistas).
En 1947, segundo peldaño, dramático y decisivo: los ingleses abandonan “el gobierno” de su protectorado y el único ejército y policía allí existente entonces, ¡oh casualidad!, resultó el judío. En una serie de operativos violentos los grupos judíos, muy bien organizados, arrasaron 500 aldeas palestinas, mataron puntualmente “lo necesario” de la población allí establecida para expulsar una mayoría campesina (estimada entre 700 000 y 800 000 seres humanos).
Desde 1948, el proceso de “redención de la tierra” como llaman los sionistas, cada vez más apoyados en lo religioso, el adueñarse de la tierra palestina, ha avanzado lenta o bruscamente, pero sin retroceso alguno; ni siquiera una vez.
Mediante colonizaciones, han ido arrebatando tierras, viviendas, caminos, cultivos, arrinconando a la población local, condenada a vivir fuera de la red urbana y rural oficial del país. Lo que para un conductor automovilístico israelí lleva 15 minutos, para uno palestino, puede llevar 2 o 5 horas (depende no sólo de los desvíos de carreteras sino de los puestos de control con demoras nunca previsibles, porque se hacen precisamente para eso; para hacerles la vida imposible a los moradores históricos).
Algunos de los sionistas más encarnizados, como Naftali Bennet, ministro por años del gabinete de Netanyahu y en la coyuntura actual aspirante a sucederlo, es un expreso admirador del establecimiento de EE.UU. y considera a los palestinos sus “pieles rojas”.
Alguna vez ha declarado, para tranquilizar secuaces: “He matado a muchísimos árabes en mi vida, y no he tenido ningún problema por ello.” [4]
El tiempo de “matador de pieles rojas” simbólico (ya que el físico ha entrado en un cono de sombra desde hace rato), parece cada vez más repudiable, no tanto a las víctimas tradicionales del supremacismo racial que lógicamente lo han rechazado, sino a sus presuntos beneficiarios; es la población universitaria estadounidense la que no valora ya positivamente ese comportamiento.
Israel ya no podrá amparar su genealogía en el infame nacimiento de EE.UU.
Matadores de indios, matadores de palestinos
Claro que hace dos siglos, incluso hace siglo y medio, la colonización y el despojo contaba con “cazadores de indios”, con matadores profesionales, que contaban y lucían las cabelleras de los oriundos que iban matando. Entonces, un timbre de valentía, de arrojo, que seguramente le otorgaba un status entre hombres y no menos entre mujeres.
Pero tales personajes dentro del esquema represivo israelí, y que en el caso israelí gozan, como Bennet de enorme influencia, irradiando su certeza genocida, ya no están siendo dejados del lado respetable o glorioso de la historia.
Véase, por ejemplo, el alegato de un soldado israelí que aclara cómo fue perfectamente entrenado, seleccionado para participar de la Brigada Golani -la “crema” del ejército israelí–, que recuerda vociferando que ha matado a 40 palestinos para Israel, que ha sido asesino, y que tiene trastornos, enuresis nocturnas, delirios con quienes le preguntan por qué los mató… que no puede vivir tranquilamente con semejante estrés postraumático… Su indignación, más allá de la queja por lo que cuenta, es que la recurrente asistencia hospitalaria (psiquiátrica) que necesita debe ser pagada por su madre.[5]
Personajes como este sicario, que se queja de sus remordimientos y de las cuentas que el estado israelí le exige a su madre, no constituyen, ciertamente, figuras ejemplarizantes, atractivas, respetables; más bien desnudan la naturaleza genocida de la labor militar israelí.
Testimonios como éste, igual que el de Bennet, parecen estar modificando el panorama político en EE.UU., lugar clave al respecto, por el peso específico de su configuración política, militar, cultural. Y porque alberga a la mayor cantidad de judíos del mundo distribuidos por país.
Ya no existe hoy un personaje como la figura liminar del colonialismo británico, Winston Churchill, premier de “larga duración” si los hubo, quien, refiriéndose al bombardeo y represión brutal del barrio negro de Tulsa, Oklahoma, EE.UU., en 1921, aclarara: “No puedo disculparme por esta toma de territorio de la misma forma que nadie puede quejarse que los hombres blancos hayan tomado las tierras de los indios piel roja en América; es algo natural que las razas superiores dominen a las razas inferiores”.[6]
Churchill ligaba los procederes colonizadores de su imperio con los de EE.UU.
¿Saturación ante tanta impudicia?
Es como si la impudicia israelí en la violación a los derechos humanos, que se proclaman universales, empezara a advertirse. Y la chutzpah, esa mezcla de osadía y descaro blandida por intelectuales como Alain Dershowitz como virtuosa, estuviera mostrando su rostro verdadero, de amo…
Como expresión de los cambios en EE.UU. respecto de Israel, hay que registrar la presencia, sin antecedentes (por su número), de toda una bancada legislativa que repudia la vía israelosionista de construir el Estado de Israel. Significativamente, mujeres y con orígenes étnicos distintos, muy distintos a los “tradicionales: Ihlan Omar, de origen somalí, Rashida Tlaib de origen palestino, Ayanna Pressley, afroamericana, Alexandria Ocasio-Cortez, de familia portorriqueña.
Este cambio que denominé “de época”, no parece tan nítido en Israel. Si uno considera que la disputa por el cargo de Primer Ministro se da entre Beniamin Netanyahu, Bruno Gantz, Naftalí Bennet, tenemos que concluir que sigue en pie la descripción de Norman Finkelstein,[7] describiendo el arco político ideológico israelí como un país sin izquierda: solo derecha, extrema derecha y extremísima derecha.
Queda por ver si “el cambio epocal” atañe exclusivamente a EE.UU. o toma fuerza en otros países, por ejemplo, europeos, que rompan el seguidismo ovejuno que les hace temer constantemente caer en el antisemitismo.
[1] White Anglo Saxon Protestant: el núcleo fundacional de EE.UU.
[2] Véanse mis notas: “ONU-UNSCOP: padres putativos de Israel”, I, II, III.
[3] Federico Perazza, “Uruguay y el conflicto en Medio Oriente”, Revista Mexicana de Política Exterior, 2007-2008, transcribiendo texto de la sesión plenaria de la Asamblea General de la ONU, 26 nov. 1947. Documento A/516, p. 634.
[4] Publicado por Yediot Aharonot, periódico israelí, y traducido y puesto en internet por http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=46297, 31 julio 2013.
[6] Cit. p. Jorge Majfud, «1921: Ensayo de bombardeo contra una «raza inferior».
[7] Académico con enorme coraje civil, enfrentando desde hace muchos años los engaños urdidos por la IHRA (International Holocaust Remembrance Alliance) con las atrocidades habidas durante la 2GM, lo cual le ha significado un ostracismo total en su país, EE.UU.
Fuente de la Información: https://rebelion.org/israel-un-colonialismo-a-destiempo/
CHINA: ALGUNAS PROVINCIAS CHINAS SUSPENDEN FUSIONES UNIVERSITARIAS DESPUÉS DE
PROTESTAS ESTUDIANTILES
Las autoridades educativas de la provincia de Jiangsu, en el este de China,
suspendieron un plan para fusionar
universidades independientes con institutos de formación profesional después de
que las protestas estudiantiles
llevaron a un enfrentamiento violento con la policía.
Tales protestas son raras en China porque las autoridades controlan estrictamente
los movimientos de masas
para mantener la estabilidad social.
Los estudiantes de Jiangsu que asisten a universidades independientes, y sus
padres, ven la fusión como una
devaluación de sus logros. Consideran que una licenciatura de una universidad
independiente vale más en el
mercado laboral altamente competitivo de China que un supuesto diploma de
licenciatura profesional de las
universidades vocacionales menos prestigiosas, según un medio de comunicación
controlado por el Partido Comunista,
el Global Times.
Lo que el Global Times describió como “el fiasco de la fusión” se originó en
mayo de 2020, cuando el Ministerio
de Educación de China anunció un plan para reestructurar las universidades
independientes fusionándolas con escuelas
vocacionales.
Yang Dali, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Chicago, dijo
a VOA Mandarin que el cálculo del gobierno
se basa en dos factores: la mayoría de los estudiantes chinos quieren asistir
a la universidad para avanzar en sus
oportunidades laborales, y el país está experimentando una falta de talentos
azules calificados. trabajadores de cuello.
Las cifras del gobierno muestran que el número de personas en edad laboral
está disminuyendo, un cambio demográfico
que se debe en parte a los controles de población, como la política del hijo
único ahora abandonada.
El 4 de junio, el Ministerio de Educación anunció que haría cumplir la fusión
en 13 universidades independientes,
incluidas cinco de la provincia de Jiangsu.
Al día siguiente, estudiantes de cinco universidades independientes se reunieron
en sus campus para protestar.
El 6 de junio, más estudiantes universitarios independientes protestaron en sus
campus. El video mostró que hubo
conflictos físicos entre la policía y los estudiantes del Zhongbei College de la
Universidad Normal de Nanjing en
Danyang. VOA Mandarin informó que los estudiantes resultaron heridos.
Según un anuncio de la policía de Danyang en Weibo, una plataforma similar a Twitter,
los estudiantes habían
"detenido ilegalmente al decano de la universidad, de apellido Chang, durante más
de 30 horas".
Además, los estudiantes habían "gritado abuso verbal y bloqueado la aplicación de
la ley", según el comunicado de la
policía.
"Para mantener el orden del campus y la seguridad de las personas relevantes, la
policía tomó las medidas necesarias
para [liberar] a las personas que están atrapadas y fueron enviadas de inmediato al
hospital", dijo el departamento
de policía. Los clips de las redes sociales mostraban a la policía usando porras y
gas pimienta sobre los estudiantes.
En la noche del 7 de junio, el departamento de educación de Jiangsu anunció que
suspendería la fusión después de
que "miles de estudiantes presentaron una petición contra el plan por temor a perder
su competitividad en el mercado
laboral", informó Global Times. Y a principios del 8 de junio, las cinco universidades
de Jiangsu publicaron la
suspensión de los planes de fusión en sus cuentas oficiales de Weibo.
Las provincias de Zhejiang y Jiangxi también anunciaron la suspensión de las fusiones
planeadas, luego de protestas en
las universidades de la provincia de Zhejiang, incluida la Universidad de Tecnología
de Zhejiang Zhijiang College,
la Escuela de Negocios de Hangzhou de la Universidad de Zhejiang Gongshang y la Facultad
de Tecnología e Información
de la Universidad de Hangzhou Dianzi.
La VOA se puso en contacto con las autoridades educativas de Jiangsu y Zhejiang sobre
las protestas, pero no recibió
respuesta.
Teng Biao, un abogado chino de derechos humanos que es profesor invitado en el Centro
de Derechos Humanos de la
Familia Pozen en la Universidad de Chicago, dijo a VOA Mandarin en una entrevista
telefónica que después de las
protestas, las autoridades chinas están dando un paso atrás para "mantener la estabilidad .
" Según el Ministerio
de Educación de China, el país tendrá más de 9 millones de graduados universitarios en
2021 y más de 10 millones
en 2022.
La suspensión de la fusión “es solo una concesión superficial. De hecho, la primera
consideración del Partido Comunista
Chino no son los derechos de los estudiantes, sino la necesidad de mantener la estabilidad,
especialmente con la
proximidad del centenario del PCCh ", dijo sobre las celebraciones de julio." No hay garantía
de que no vayan tras
estos estudiantes. después."
El medio de comunicación oficial informó que cinco estudiantes que entrevistó
el martes dijeron que quieren que
se termine la fusión, no solo que se suspenda.
Según la BBC, "los colegios independientes son cofinanciados por universidades y organizaciones
sociales o individuos.
Los estudiantes que no obtengan los puntajes requeridos en los exámenes para ingresar a la
universidad pueden
postularse a estas instituciones, donde aún pueden graduarse con un título universitario,
pero en costos de matrícula
más altos ".
En 2020, el puntaje de admisión para la Universidad Normal de Nanjing fue 603, mientras que
el puntaje para el
Zhongbei College afiliado fue 326, informó Global Times. La matrícula anual de la Universidad
Normal de Nanjing
es de $ 780. Zhongbei College cobra $ 2,474.
The Global Times dijo que si las universidades independientes se fusionan con las escuelas
vocacionales,
los diplomas de los estudiantes se convertirán en "títulos profesionales de licenciatura"
en lugar de licenciatura
en artes o licenciatura en ciencias. Los títulos actualmente otorgados por universidades
independientes se consideran
superiores a los títulos profesionales en el mercado laboral altamente competitivo de China.
Según el Global Times, el Ministerio de Educación dijo el domingo que las universidades
independientes seguirán
ofreciendo títulos de licenciatura general para sus estudiantes actuales, como se prometió
cuando se inscribieron.
Yang le dijo a VOA Mandarin que la frustración de los estudiantes y sus padres en estas universidades
independientes
es comprensible.
"Están pagando más para obtener títulos de licenciatura. Ahora las autoridades quieren cambiar
sus títulos a
la mitad sin consultar a estos estudiantes", dijo en una entrevista telefónica. “En resumen,
no tomaron en
consideración los intereses de los estudiantes durante el proceso de formulación de políticas”.
"Para ser honesto, a veces un graduado universitario no necesariamente lo pasará mejor buscando
un trabajo
en comparación con un trabajador calificado", dijo Yang a VOA Mandarin. "Creo que el gobierno
quiere fortalecer
la educación vocacional y mantener la ventaja de China en trabajadores calificados . "
Fuente de la Información: https://www.voanews.com/east-asia-pacific/some-chinese-provinces-suspend-college-mergers-after-student-protests
Some Chinese Provinces Suspend College Mergers After Student Protests
Education authorities in China’s eastern Jiangsu province have suspended a plan to merge independent colleges with vocational institutes after student protests led to a violent confrontation with the police.
Such protests are rare in China because authorities tightly control mass movements to maintain social stability.
The Jiangsu students attending independent colleges, and their parents, see the merger as devaluing their attainment. They view a bachelor’s degree from an independent college as worth more in China’s highly competitive job market than a so-called professional bachelor’s diploma from the less prestigious vocational colleges, according to a Communist Party-controlled media outlet, the Global Times.
What the Global Times described as “the merger fiasco” originated in May 2020, when China’s Education Ministry announced a plan to restructure independent colleges by merging them with vocational schools.
Yang Dali, a political science professor at the University of Chicago, told VOA Mandarin that the government’s calculation is driven by two factors: Most Chinese students want to attend college to advance their job opportunities, and the country is experiencing a lack of skilled blue-collar workers. Government figures show the number of working-age people is decreasing, a demographic change that is due in part to population controls such as the now-abandoned one-child policy.
On June 4, the Education Ministry announced that it would enforce the merger in 13 independent colleges, including five from Jiangsu Province.
The next day, students from five independent colleges gathered on their campuses to protest.
On June 6, more independent college students protested on their campuses. Video showed there were physical conflicts between the police and the students at Nanjing Normal University’s Zhongbei College in Danyang. VOA Mandarin reported students there were injured.
Chinese students clash with police over plans to force private colleges to merge with vocational schools. At one school in eastern China, students detained the college dean for 30 hours and tried to prevent police from getting close to him. pic.twitter.com/5oTQXYBdlW
According to a Danyang police announcement on Weibo, a Twitter-like platform, students had «illegally detained the dean of the college, surnamed Chang, for more than 30 hours.»
Also, students had «shouted verbal abuse and blocked law enforcement», according to the police statement.
«To uphold the campus order and safety of relevant individuals, the police took necessary measures to [free] the individuals who are trapped, and they were immediately sent to the hospital,» the police department said. Social media clips showed police using batons and pepper spray on students.
On the evening of June 7, Jiangsu’s education department announced it was suspending the merger after “thousands of students submitted a petition against the plan for fear of losing their competitiveness in the job market,” reported the Global Times. And early on June 8, all five colleges in Jiangsu posted the suspension of merger plans on their official Weibo accounts.
Zhejiang and Jiangxi provinces also announced the suspension of planned mergers, after protests in colleges in Zhejiang Province, including Zhejiang University of Technology Zhijiang College, Zhejiang Gongshang University Hangzhou Business School, and Hangzhou Dianzi University Information & Technology College.
VOA contacted education authorities in Jiangsu and Zhejiang about the protests but did not hear back.
Teng Biao, a Chinese human rights lawyer who is a visiting professor at the Pozen Family Center for Human Rights at the University of Chicago, told VOA Mandarin in a phone interview that after the protests, Chinese authorities are taking a step back to «maintain stability.» According to Chinese Ministry of Education, the country will have more than 9 million college graduates in 2021, and more than 10 million in 2022.
The merger suspension “is just a concession on the surface. In fact, the Chinese Communist Party’s first consideration is not the rights of students, but the need to maintain stability, especially with CCP’s centenary coming up,» he said of the July celebrations. «There’s no guarantee that they will not go after these students afterwards.»
The official media outlet reported that five students it interviewed on Tuesday said they want the merger terminated, not just suspended.
According to the BBC, «independent colleges are co-funded by universities and social organizations or individuals. Students who do not get the required exam scores to enter university can apply to these institutions, where they can still graduate with a university degree – but at higher tuition costs.”
In 2020, the admissions score for Nanjing Normal University was 603, while the score for the affiliated Zhongbei College was 326, the Global Times reported. The annual tuition for Nanjing Normal University is $780. Zhongbei College charges $2,474.
The Global Times said that if independent colleges merge with vocational schools, the students’ diplomas will become «professional bachelor’s degrees» rather than bachelor of arts or bachelor of science degrees. The degrees currently granted by independent colleges are considered superior to vocational degrees in China’s highly competitive job market.
According to the Global Times, the Ministry of Education said on Sunday that the independent colleges will still offer general bachelor’s degrees for their current students, as was promised when they enrolled.
Yang told VOA Mandarin that the frustration of students and their parents at these independent colleges are understandable.
«They are paying more to get bachelor’s degrees. Now the authorities want to change their degrees halfway without consulting these students,» he said in a phone interview. “In short, they didn’t take the students’ interests into consideration during the policy-making process.»
«To be honest, sometimes a college graduate won’t necessarily have a better time looking for a job compared to a skilled worker,” Yang told VOA Mandarin. “I think the government wants to strengthen vocational education and maintain China’s advantage in skilled workers.»
Fuente de la Información: https://www.voanews.com/east-asia-pacific/some-chinese-provinces-suspend-college-mergers-after-student-protests
Human beings approaching 100 normally think about death. But political parties celebrating their centennial, as the Communist Party of China (CPC) will on 1 July, are obsessed with immortality. Such optimism seems odd for parties that rule dictatorships, because their longevity record does not inspire confidence.
The fact that no other such party in modern times has survived for a century should give China’s leaders cause for worry, not celebration. One obvious reason for the relatively short lifespan of communist or authoritarian parties is that party-dominated modern dictatorships, unlike democracies, emerged only in the 20th century.
The Soviet Union, the first such dictatorship, was founded in 1922. The Kuomintang (KMT) in China, a quasi-Leninist party, gained nominal control of the country in 1927. The Nazis did not come to power in Germany until 1933. Nearly all of the world’s communist regimes were established after World War II.
But there is a more fundamental explanation than historical coincidence. The political environment in which dictatorial parties operate implies an existence that is far more Hobbesian – “nasty, brutish, and short” – than that of their democratic counterparts.
One sure way for dictatorial parties to die is to wage a war and lose, a fate that befell the Nazis and Mussolini’s Fascists in Italy. But most exit power in a far less dramatic (or traumatic) fashion.
In non-communist regimes, long-standing and forward-looking ruling parties, such as the KMT in Taiwan and Mexico’s Institutional Revolutionary Party (PRI), saw the writing on the wall and initiated democratising reforms before they lost all legitimacy.
Although these parties were eventually voted out of office, they remained politically viable and subsequently returned to power by winning competitive elections (in Taiwan in 2008 and Mexico in 2012).
In contrast, communist regimes trying to appease their populations through limited democratic reforms have all ended up collapsing. In the former Soviet bloc, liberalising measures in the 1980s quickly triggered revolutions that swept the communists – and the Soviet Union itself – into the dustbin of history.
The CPC does not want to dwell on that history during its upcoming centennial festivities. Chinese President Xi Jinping and his colleagues obviously want to project an image of confidence and optimism. But political bravado is no substitute for a survival strategy, and once the CPC rules out reform as too dangerous, its available options are extremely limited.
Before Xi came to power in 2012, some Chinese leaders looked to Singapore’s model. The People’s Action Party (PAP), which has ruled the city-state without interruption since 1959, seems to have it all: a near-total monopoly of power, competent governance, superior economic performance, and dependable popular support.
But the more the CPC looked – and it dispatched tens of thousands of officials to Singapore to study it – the less it wanted to become a giant version of the PAP. China’s communists certainly wanted to have the PAP’s hold on power, but they did not want to adopt the same methods and institutions that help maintain the PAP’s supremacy.
Of all the institutional ingredients that have made the PAP’s dominance special, the CPC least likes Singapore’s legalised opposition parties, relatively clean elections, and rule of law. Chinese leaders understand that these institutions, vital to the PAP’s success, would fatally weaken the CPC’s political monopoly if introduced in China.
That is perhaps why the Singapore model has lost its lustre in the Xi era, whereas the North Korean model – totalitarian political repression, a cult of the supreme leader, and juche (economic self-reliance) – has grown more appealing. True, China has not yet become a giant North Korea, but a number of trends over the last eight years have moved the country in that direction.
Politically, the rule of fear has returned, not only for ordinary people, but also for the CPC’s elites, as Xi has reinstated purges under the guise of a perpetual anti-corruption campaign. Censorship is at its highest level in the post-Mao era, and Xi’s regime has all but eliminated space for civil society, including NGOs. The authorities have even reined in China’s freewheeling private entrepreneurs with regulatory crackdowns, criminal prosecution, and confiscation of wealth.
And Xi has assiduously nurtured a personality cult. These days, the front page of the People’s Daily newspaper is filled with coverage of Xi’s activities and personal edicts. The abridged history of the CPC, recently released to mark the party’s centennial, devotes a quarter of its content to Xi’s eight years in power, while giving only half as much space to Deng Xiaoping, the CPC’s true saviour.
Economically, China has yet to embrace juche fully. But the CPC’s new Five-Year Plan projects a vision of technological self-sufficiency and economic security centred on domestic growth. Although the party has a reasonable excuse – America’s strategy of economic and technological decoupling leaves it no alternative – few Western democracies will want to remain economically coupled with a country that sees North Korea as its future political model.
When China’s leaders toast the CPC’s centennial, they should ask whether the party is on the right track. If it is not, the CPC’s upcoming milestone may be its last.
Minxin Pei is Professor of Government at Claremont McKenna College and a non-resident senior fellow at the German Marshall Fund of the United States.
Fuente de la Información: https://theaseanpost.com/article/party-not-forever
BEIJING, 10 junio, 2021 (Xinhua) — Examinados salen de un sitio de examen en una escuela secundaria, en Beijing, capital de China, el 10 de junio de 2021. El examen anual de ingreso a la universidad concluyó el jueves en Beijing. (Xinhua/Ren Chao)
BEIJING, 10 junio, 2021 (Xinhua) — Un examinado corre hacia su maestro frente a un sitio de examen en una escuela secundaria, en Beijing, capital de China, el 10 de junio de 2021. El examen anual de ingreso a la universidad concluyó el jueves en Beijing. (Xinhua/Peng Ziyang)
BEIJING, 10 junio, 2021 (Xinhua) — Una madre espera frente a un sitio de examen en una escuela secundaria, en Beijing, capital de China, el 10 de junio de 2021. El examen anual de ingreso a la universidad concluyó el jueves en Beijing. (Xinhua/Peng Ziyang)
BEIJING, 10 junio, 2021 (Xinhua) — Una examinada abraza a su padre frente a un sitio de examen en una escuela secundaria, en Beijing, capital de China, el 10 de junio de 2021. El examen anual de ingreso a la universidad concluyó el jueves en Beijing. (Xinhua/Peng Ziyang)
BEIJING, 10 junio, 2021 (Xinhua) — Examinadas posan frente a un sitio de examen en una escuela secundaria, en Beijing, capital de China, el 10 de junio de 2021. El examen anual de ingreso a la universidad concluyó el jueves en Beijing. (Xinhua/Ren Chao)
Fuente e Imagen: http://spanish.xinhuanet.com/photo/2021-06/11/c_1310001920.htm
Según un antiguo dicho chino «Para cavar un pozo, empiece con un hoyo pequeño y, al final, logrará uno profundo». Significa que un viaje largo empieza con un pequeño paso. Este dicho proviene del libro «Liu Zi · Chong Xue,» escrito hace más de 1.500 años.
El presidente chino, Xi Jinping, consideró que la educación debía ser el primero y el más fundamental de los pasos para «cavar el pozo» de la erradicación de la pobreza absoluta en China, meta que el país alcanzó en 2020.
«Para cavar un pozo, empiece con un hoyo pequeño y, al final, logrará uno profundo. Los constructores y sucesores del socialismo deben tener unos estándares morales muy altos y un verdadero talento».
– Xi Jinping, presidente de China
Prevenir la transmisión intergeneracional de la pobreza
La Escuela Primaria Esperanza de Fuzhou en Yangjialing, Yan’an, en la provincia noroccidental china de Shaanxi, pudo renovarse gracias a donaciones provenientes de la ciudad de Fuzhou, capital de la provincia de Fujian, en 1995, después de que Xi Jinping, entonces secretario del Comité Municipal de Fuzhou del PCCh, alentara a empresarios locales para que ayudaran en la construcción de escuelas en áreas menos desarrolladas.
«No permitamos que los niños pierdan en la línea de salida», dijo Xi en una visita a esta escuela, en 2015, enfatizando la educación como factor clave en el desarrollo de las áreas pobres.
La escuela tuvo un comienzo bastante humilde. El aula estaba en una cueva y solo tenía un maestro. Pero gracias al apoyo del Gobierno y de la sociedad pudo experimentar cambios rápidos. Hoy, tiene un edificio de cuatro plantas equipado con aulas modernas y multimedia y los alumnos pueden, además, almorzar de forma gratuita.
Según estadísticas del Ministerio de Educación de China publicadas en 2020, el volumen total de la inversión de China en educación, incluyendo comidas gratis y la mejora de las instalaciones escolares, aumentó más de un 8 % anualmente durante los tres años anteriores.
Y según un libro blanco de China sobre el alivio de la pobreza, publicado en abril de 2021, el país ha renovado 108.000 escuelas para fortalecer la educación obligatoria de nueve años en las áreas afectadas por la pobreza desde 2013.
Xi ha afirmado que «el alivio de la pobreza empieza con la educación. Permitir que los niños en las áreas afectadas reciban una buena educación es una tarea importante en el alivio de la pobreza y una herramienta esencial para poner fin a la transmisión intergeneracional de la pobreza».
Cerrando la brecha Xi considera que la igualdad en educación es la base de la igualdad social. Por eso, ha enfatizado, en muchas ocasiones, la importancia de cerrar la brecha de los recursos educativos y la calidad entre las áreas rurales y urbanas.
Durante el periodo del XIII Plan Quinquenal (2016-2020), China asignó unos 749.500 millones de yuanes (114.600 millones de dólares) de su presupuesto en subsidios para apoyar la educación obligatoria. Un 90 % de los fondos se invirtió en las áreas rurales, según el Ministerio de Educación. Por ejemplo, el Gobierno ofreció un subsidio de subsistencia a estudiantes provenientes de familias pobres rurales para apoyar sus estudios.
En el libro blanco de China sobre el alivio de la pobreza de 2021 se afirma que ningún alumno de las zonas rurales abandonó la escuela debido a dificultades financieras. Hoy, todos los niños y niñas de familias rurales pobres tienen acceso a una educación obligatoria de nueve años. En 2020, la tasa de finalización de los estudios fue del 94,8 %.
Mientras China digitaliza su educación, la infraestructura de internet también ha ayudado a cerrar la brecha entre la educación rural y la urbana. Las escuelas primarias y secundarias a lo largo del país tienen acceso a internet.
Los alumnos de la Escuela Primaria Esperanza de Fuzhou en Yangjialing pueden experimentar el aula de internet, mediante la cual el centro utiliza internet para compartir enseñanzas en tiempo real con escuelas asociadas de grandes ciudades.
La implementación de toda una serie de políticas favorables ha permitido aumentar el número de matriculaciones de alumnos pobres, aumentar el empleo de los graduados y ayudar a los estudiantes a salir de la pobreza a través de la educación vocacional.
Más de 8 millones de graduados de escuelas secundarias y preparatorias provenientes de familias pobres han recibido formación vocacional, 5,14 millones de estudiantes pobres han recibido educación superior e instituciones clave de enseñanza superior han admitido a cerca de 700.000 estudiantes de áreas pobres y rurales designadas.
Con este modelo de educación los padres y escuelas buscan que los niños logren ser autosuficientes.
La cultura de Japón está llena de diferentes valores, mismos que se inculcan en sus habitantes desde que son muy pequeños, lo cual incluso genera sorpresa en diferentes partes del mundo debido a sus métodos de enseñanza, educación y aprendizaje, como el método “Ikuji”, ¿qué es y cómo se aplica?
El principio, método o sistema “Ikuji” que se aplica en Japón establece que a los infantes se le educa en tres etapas diferentes divididas de la siguiente manera: de los 0-5 años, de los 5-15 años y de los 15 en adelante.
En la etapa inicial, es decir, del nacimiento a los 5 años, de acuerdo al método “Ikuji”, el bebé debe ser tratado como un “dios”, por lo que se prioriza que el menor esté rodeado de amor y apoyo incondicional con la intención de saber que sus padres están con él.
En la segunda fase, de los 5 a los 15 años, el menor será considerado como un “criado” o “sirviente” pero no con la intención de minimizarlo o tratarlo de forma peyorativa. Lo que se pretende en esta etapa es que el niño -adolescente transcurso- aprenda las normas de la sociedad y busque su lugar en ella, esforzándose por hacer las cosas de la mejor manera tal y como lo dictan las reglas de convivencia sociales.
En esta segunda etapa, además de la familia, la escuela será de importancia para inculcar una educación en donde se ve más allá de lo individual y se destaca el valor de la amistad y el trabajo en equipo.
A partir de los 15 años, al niño, ahora adolescente, se le comenzará a ver como un “igual”, un miembro de la sociedad en el que la educación (familiar y escolar) ha dejado de ser la prioridad y ahora se buscará ‘cosechar’ los éxitos de la misma.
Con este método, se pretende que los niños japoneses logren ser autosuficientes, aunque puede que no sea perfecto -como otras técnicas-, a base de valores como el amor y el respeto.
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