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El precio de la Cultura.

Por: Jose Elizondo.

Dice Eduardo Galeano en su “Patas arriba, la escuela del mundo al revés” que el mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo (…) que su escuela es una escuela del crimen, en la que son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Sin embargo nos recuerda no hay desaliento que no busque su aliento y así tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela.

Y es que si como decía Sócrates el conocimiento nos hará libres, cada vez resulta más evidente que a  la libertad le han puesto precio y si aspiras alcanzarla, pasando antes por la universidad, deberás contratar un plan de pensiones y domiciliar tú nómina en el banco de turno. La esclavitud posmoderna se descarga como última aplicación para tu móvil en esta cooperativa de consumidores en la que se ha convertido la cultura, como ya advirtiera  el sociólogo francés Zygmund Bauman. Como metáfora explicativa quizás la cooperativa de consumidores nos lleva a entender esa eterna insatisfacción que conlleva el deseo de la Libertad con mayúsculas. Porque siempre necesitamos más libertad de la que tenemos y cuando la ponemos precio jamás tendremos dinero suficiente.  Y quizás de eso se trate, de seguir pagando por un deseo inalcanzable. O de pagarlo caro…

Siempre subyacerá el debate sobre el papel  de la Universidad, como paradigma de saber, dentro de nuestra sociedad. Pero, ¿saber qué y para qué? Si como herramienta emancipadora, algo a día de hoy quizás demasiado utópico y relegado a nostálgicas distopías sesentayochescas. O como fórmula de ascenso y promoción en el escalafón del estatus social. Algo que, a día de hoy,  quizás debiera de ir acompañada de vacunas que curen el conocido virus de la “titulitis”,  junto con manuales de autoayuda que te expliquen cómo gestionar la frustración de una promesa incumplida cuando tras años de estudios, cursos, becas etc…te encuentras en la cola del paro por estar sobre-cualificado. Por no haber cumplido sus expectativas que, sin saber cómo, se convirtieron en las tuyas.

De ahí también la reflexión y el debate sobre si realmente se ha superado esa visión elitista y restringida en una sociedad que intenta entender e integrar a una generación denominada NI-NI. En un país con reformas educativas (LOMCE) donde son marginadas asignaturas como Filosofía. Terrible alegoría de la realidad. El pensamiento crítico convertido en una opción: Que el mero ejercicio de pensar-reflexionar-cuestionar acabe arrinconado hasta considerarlo como algo innecesario hace que el triunfe ese mantra repetido y aprendido: ¿Y “esto” para qué me servirá? Que traducido, podría ser algo así como: ¿De qué me  servirá pensar-reflexionar-cuestionar, el día de mañana? Un día de mañana que se convierte en un hoy impotente, amnésico y resignado.

Una simple elección donde un estudiante podrá cursar la educación obligatoria sin haber conocido a Platón, Marx, Kant o Sartre, entre otros pensadores claves para entender el pensamiento occidental, no deja de ser una buena forma de entender cómo el conocimiento se puede convertir en una fábrica de grilletes. Pues si de  la filosofía emana el pensamiento crítico, pilar fundamental de la democracia, quizás no sea siquiera necesario leer entrelíneas. Quizás, también por ello, debamos preguntarnos hasta qué punto se ha dado una verdadera democratización del conocimiento y hasta qué punto se rompen las desigualdades de origen en pos de la reiterada igualdad de oportunidades. ¿Igualdad de oportunidades para elegir pensar o no? ¿Igualdad de oportunidades para intentar comprar la ilusión de lo que no soy?

Tal vez por eso arremeta Galeano contra lo que él llama “Los modelos de éxito” y en los que las posibilidades de que un banquero que vacía un banco pueda disfrutar, en paz, del fruto de sus afanes son directamente proporcionales a las posibilidades de que un ladrón que roba un banco vaya a parar a la cárcel o al cementerio. Y en las que el mismo banco  te ofrece créditos para tu formación universitaria manipula sus cuentas para imponer recortes laborales. Lo que no dejan de ser relaciones de poder. Y como decía el filósofo francés Michael Foucault “el poder no opera en un solo lugar, sino en lugares múltiples: la familia, la vida sexual, la forma en que se trata a los locos, la exclusión de los homosexuales, las relaciones entre los hombres y las mujeres (…) relaciones todas ellas políticas. No podemos cambiar la sociedad, a no ser que cambiemos éstas relaciones“.

Así, la pregunta sobre la universidad, como en la vida misma, es cual es el objetivo derivado de acceder al conocimiento; si cambiar la sociedad, o apuntalar aquello que consideramos incuestionable (dogmatismo) dentro de un  espacio  más, donde competir y encajar,  en el que no es necesario pensar, sino acumular datos hasta convertirnos en la mejor y más descargada aplicación para móviles desmovilizados de La última generación. ¿A qué precio?

O quizás sea como escribía Jean Francois Lyotard y los seres humanos alcanzamos nuestra humanidad más plena y real en la niñez. Y a partir de ahí empezamos a deshumanizarnos, a olvidar, a pagarlo con la vida…

Fuente: http://www.elfaradio.com/2016/10/03/el-precio-de-la-cultura/

Imagen: http://www.elfaradio.com/wp-content/uploads/2016/10/el-conocimiento-nos-har%C3%A1-libres.jpg

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Educación sexual a lo panameño.

Por: Noel Augusto Caballero.

En Panamá, como en Latinoamérica, la educación estaba inicialmente en manos de la Iglesia, como una concesión de los partidos políticos, Liberal y Conservador; de ahí el color amarillo de algunas banderas en ciertos países.

Esa influencia en la formación de los futuros gobernantes se vio cuestionada y mermada con el avance de reformas educativas promovidas por ilustres pensadores latinos y la Universidad de Córdoba, en Argentina, que promovían la instrucción laica y científica que ahora se refleja en los textos constitucionales.

Alguien dijo que la educación sexual en Panamá hay que hacerla al “estilo panameño”, para enervar las percepciones del proyecto de ley referente a este tema. La verdad es que esa expresión es un verdadero sofisma, porque hace referencia a una “educación” que, si la sopesamos histórica y literalmente, no existe al tenor de una política de Estado, de un sistema o de programa del Ministerio de Educación. Una vez quemados los proyectos de la reforma educativa, que encabezó Marcos Alarcón, la “educación” panameña ha venido a peor. (¿Pruebas?… sobran).

¿Cuál es ese “estilo panameño”? Aquí entra la educación o instrucción doméstica o de cada hogar. La suma de estas viene a formar la cultura del panameño, la cultura vernacular que está llena de cuentos y leyendas en cada uno de nuestros pueblos.

Esta naturaleza humana del panameño se palpa en los muy populares concubinatos y escándalos, ya sea en la ciudad o en el campo, por parte de algún presidente, alcalde, hacendado, potentado o político y que, sin ningún temor, se afirme que “fulana de tal es la querida o la amante de fulano”.

Hay otros relatos de prácticas de zoofilia, algunos son cuentos o leyendas y otros realidades; también, se habla de relaciones entre clérigos y feligreses (masculinos y femeninos). Entonces, ¿de qué educación sexual al estilo panameño estamos hablando?

Es más, se afirma con muchas consideraciones válidas, que vivimos una crisis moral, social y de valores, que se manifiesta en todo el orden de la vida nacional, social y familiar; crisis esta que ha disparado las alarmantes estadísticas de desenfrenos, abusos y violaciones a menores de ambos sexos, enfermedades de transmisión sexual y embarazos de niñas y adolescentes, entre otros.

¿Cómo llegamos a esta situación? Simplemente, ninguno de los que han tenido en sus manos “la educación” (oficial o particular, incluyendo los centros religiosos) ha cumplido con su papel de rector educativo. Por lo tanto, lo primero por hacer es un acto de contrición o autocrítica, para que cada quien asuma su cuota de responsabilidad en esta tragedia social.

Fuente: 

http://www.prensa.com/opinion/Educacion-panameno-Noel-Augusto-Caballero_0_4590291080.html

Imagen: http://cfvod.kaltura.com/p/1199011/sp/119901100/thumbnail/entry_id/0_l5m53ich/version/100011/acv/162/width/667/height/375

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El sexismo público educativo: cambiarlo sin oportunismo idealista.

«La crisis de la educación pública hay que enfrentarla desde cimientos más radicales que los que ofrece nuestro tiempo, pero también sobre condiciones materiales más adecuadas. La acogida de la demanda por una educación no sexista debiese apuntar hacia el cuestionamiento de la existencia de la educación particular pagada, y también de la particular financiada con fondos públicos (hoy mayoría del sistema)».

Por: Ivan Salinas.

Asumiendo el ejercicio mental el ideal liberal de que todos somos iguales ante la ley, se vería muy injusto que un individuo tuviere más privilegios que otro cuando se enfrenta a la institucionalidad, al derecho. De allí que lo público, lo que se ajusta al contrato social que asume tal “igualdad ante la ley” tenga que ser enjuiciado por el incumplimiento de tal ideal.

Una niña de 11 años envió una carta a la Presidenta de la República pidiendo entrar al Instituto Nacional. Lo hace con la racionalidad obvia de quien siente vulnerado un derecho: el derecho a recibir la educación que reciben los estudiantes del Instituto Nacional, que son individuos con pene, con más de 200 años de tradición de ser educados así, entre otros que igualmente tienen pene. Esa gran diferencia biológica es inaceptable como excusa para negar el derecho, y abre un flanco muy necesario de debate sobre la posibilidad de pensar una educación pública inclusiva, y no sexista. Bien por el debate, y ojalá que se profundice.

La izquierda criolla actual, como es razonable y esperable, ha actuado condenando la segregación por género. Es una demanda de años, pero que ha adquirido más notoriedad a partir de los movimientos estudiantiles del 2006 y gracias al incansable y crecientemente organizado movimiento feminista chileno. Sin embargo, en todo esto hay una precaución que debe tomarse, y debe tomarse en serio si es que se buscan cambios serios.

Una pregunta de fondo que debemos hacernos sobre el espacio escolar es sobre su sentido de inclusión social. Por diseño, en Chile sabemos que las escuelas más que inclusión social lo que hacen es separar socialmente a quienes en ellas ingresan. El prolífico filósofo educativo John Dewey solía decir que la escuela no es un lugar en el que se prepara para la vida, sino más bien es la vida misma. Y hoy en Chile esa certeza filosófica tiene una profunda expresión material: niñas y niños pasan muchísimo tiempo en la escuela, donde comparten, hacen sus amigas y amigos, aprenden lo que les enseñan y lo que no les enseñan, y generan sus relaciones y afectos de largo plazo. Una escuela segregada es una receta para crear comunidades segregadas, y en Chile esas comunidades se definen por la plata que tiene tu familia (o cualquier otro marcador social que quepa en la nueva legalidad del voucher refundado de la Nueva Mayoría).

Hace unos años salió un estudio que hizo el mismo diario que publicó la carta de la niña que quiere entrar al Instituto Nacional. El estudio decía que la mayoría de los gerentes en Chile había egresado de colegios privados. No se trataba de una mayoría relativa: el 84% de los gerentes de las empresas que venden más de US$80 millones por año eran egresados de colegios privados. La otra cifra: el 50% de los gerentes había egresado de solo cinco colegios privados donde la mensualidad supera el sueldo mínimo: El Verbo Divino, Sagrados Corazones de Manquehue, Saint George, San Ignacio, y Tabancura. El primero es, por cierto, católico y sexista. De esta lista también egresan una gran cantidad de políticos actuales, según la misma fuente. Si asumimos la noción Deweyana de que la escuela es la vida, podemos asumir que la política y los negocios en Chile están controlados por un mismo sector social que crece segregado y separado de la educación pública. El sexismo en esta segregación es rampante en la educación a la cual el Estado no puede intervenir pero de la cual egresan sus dirigentes políticos. Bonito corolario de la “libertad de enseñanza”: que viva para el poder, que se norme para el resto.

Que la educación pública hoy represente el 38% de la matrícula escolar también representa una limitación al Estado y su capacidad de hacer realidad modificaciones ultra necesarias en la inclusión social de grupos históricamente oprimidos. Si a los 11 años una niña escribiera a la presidenta queriendo entrar al Verbo Divino, acusando la extremadamente evidente desigualdad que no solo se debe al sexo, sino también a la cuna, quizá estaríamos hablando de otro conflicto: uno inexistente y sin posibilidad de expresión mediática. Pero como ocurre con el baluarte de la educación pública, un liceo emblemático, la cosa toma otro cariz. El liberalismo del “buen sentir” se toma la palabra y se une a una izquierda que se lanza, idealista como el liberalismo mismo, a “normar” el deber ser de esa educación pública, una que quizá no han vivido. Allí está la trampa de asumir como imposición una demanda que debiese surgir desde la organización de sus actores centrales: la comunidad escolar.

Pero hay limitaciones obvia a las capacidades actuales de las comunidades escolares en la educación pública. El abandono sostenido de parte de gobierno tras gobierno, la precarización de sus docentes (puestos hoy a competir entre ellos y con colegios desde donde salen los gerentes de Chile), su financiamiento-voucher(o continuo desangramiento del Estado hacia los privados), el despojo del profesionalismo pedagógico (a través de su formación entregada al mercado, la constante responsabilización de la calidad educativa, y la externalización privada de la mejora escolar mediante asesorías técnicas educativas), se cuentan entre las limitantes estructurales para el desarrollo de capacidades en la comunidad escolar. Nuestra educación pública debe reconstruirse, de eso no hay duda. La izquierda está llamada a contribuir a esa reconstrucción. Pero para eso, es relevante tomar en su peso el contexto histórico y las posibilidades de desarrollo y éxito de una demanda tan racional y necesaria como la educación no sexista.

El sexismo en la educación pública tiene que acabarse. Pero para eso no es necesario poner al Instituto Nacional o los liceos emblemáticos como blanco. Las balas de los enemigos de la educación pública disparan contra tales blancos, generando una onda expansiva difícil de detener cuando la izquierda se asume tras esas balas. Lo que necesitamos es educación pública en serio, fortalecida, bien financiada, que permita que los proyectos educativos acojan demandas de educación integral, no sexista, con modernización y sentido, en comunidad y en colaboración. No queremos más competencia, ni entre las escuelas por estudiantes-voucher, ni entre los docentes por un sueldo decente. La izquierda podría tener eso en su centro para evitar el oportunismo de usar al Instituto Nacional, o cualquier liceo emblemático, como el blanco perfecto de autodestrucción cultural y política.

La crisis de la educación pública hay que enfrentarla desde cimientos más radicales que los que ofrece nuestro tiempo, pero también sobre condiciones materiales más adecuadas. La acogida de la demanda por una educación no sexista debiese apuntar hacia el cuestionamiento de la existencia de la educación particular pagada, y también de la particular financiada con fondos públicos (hoy mayoría del sistema). Emanciparse de la opresión también implica emanciparse de sus formas de procesar los conflictos. Discutamos cómo hacemos una educación pública no sexista, pero no hagamos que sea la izquierda la que termine sepultando a la educación pública sumándose con oportunismo a los idealistas del mercado.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2016/09/28/el-sexismo-publico-educativo-cambiarlo-sin-oportunismo-idealista/

Imagen: https://pbs.twimg.com/media/CteMITiWgAEDwDS.jpg

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Políticas publicas elevan el nivel educativo.

La revolución educativa consiste en un cambio estructural del proceso, con evaluaciones hechas en los establecimientos del país, mallas curriculares unificadas, capacitación, mejoramiento docente, salarios, infraestructura educativa, etc. Forman parte de las políticas públicas instauradas por el Gobierno de la Revolución Ciudadana en estos 10 años con el fin de elevar el nivel educativo ecuatoriano.

Por:  Alberto Solano dela Sala Torres.

El Ministro de Educación Augusto Espinosa considera que hay 2 cosas que están funcionando bien y que se deben mantener; primero, el ingreso al magisterio, tiene que ser meritocrático ya que eso aporta al prestigio docente, porque quienes ingresan, están haciéndolo con conocimientos superiores y actualizados en comparación con los  maestros que estaban antes en el magisterio.  La segunda, la actualización profesional, los cursos de 330 horas y la formación de cuarto nivel, elevan el grado de conocimientos y calidad de los docentes. Por estas razones los maestros ecuatorianos manifiestan su respaldo a estas políticas, pues aseguran que en estos años se ha visto que la capacitación y evaluación docente funciona y ha sido un reto que contribuyó a elevar el nivel profesional; esto se refleja en mejores prácticas y resultados docentes, con estudiantes participativos, creativos, críticos, emprendedores y con altas expectativas.

De cara a las elecciones 2017, el país se impuso como meta tener uno de los mejores sistemas educativos de América Latina en 2025, por ello están obligados los próximos gobiernos mantener una inversión anual de 25 y 100 millones de dólares para capacitación docente; esto debería ser un tema de discusión y debate entre los candidatos a la presidencia, para medir su nivel intelectual y de visión referente a este tema, para que su discurso político de campaña no se base únicamente en criticar, distorsionar la verdad y decir que todo está mal, poniéndose como los mesías salvadores de la patria; queremos escucharlos, analizando y comprometiéndose con este objetivo nacional, ya que los anteriores gobiernos socialcristianos, demócratas y populistas, nunca se preocuparon; si no hacemos nada durante los próximos 10 años, no obtendremos los resultados esperados. Así mismo para lograr que se mantengan los avances logrados en el campo de la educación, los docentes agrupados en la Red de Maestros, pedirán a los candidatos presidenciales, se comprometan a cumplir con el Plan Decenal de Educación 2016 – 2025 construido por estudiantes, padres de familia, autoridades del sector y comunidad en general donde se exponen los pasos a seguir para elevar el nivel educativo del país. Nelly Miño, Subcoordinadora señala: Así como hemos entregado al actual Gobierno el Plan Decenal, haremos llegar a los actuales candidatos a la presidencia para que ellos asuman la responsabilidad como una necesidad del país, ya que a no dudarlo, la educación es el pilar fundamental del desarrollo, cultural, intelectual y productivo de la patria. (O).

Fuente:

http://www.cronica.com.ec/opinion/columna/columnista/item/15574-politicas-publicas-elevan-el-nivel-educativo

Imagen: http://www.unicef.org/ecuador/UNICEF_Ecuador_2005_0012_Cristobal-Corral.jpg

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En torno a la gestión educativa.

Por: Salomon Lerner Febres.

Siempre se ha dicho que uno de los grandes problemas de la gobernabilidad en nuestro país es el carácter efímero de las políticas de Estado. Es habitual que cada cambio de gobierno signifique una remoción de lo realizado por el anterior y, en muchos casos, la interrupción de lo avanzado. El gobierno actual ha intentado actuar de manera diferente y para ello ha mantenido en sus puestos a algunos altos funcionarios de la anterior gestión. El caso más visible de ello ha sido la continuación del ministro Saavedra al frente de la cartera de Educación.

Resulta innecesario subrayar que la educación es una de las áreas de la política pública que más necesitan de la continuidad. Los frutos de cualquier reforma o reorientación en materia educativa tienden a ser perceptibles solo en el largo plazo. En nuestro horizonte educativo hay grandes esfuerzos de cambio en espera de maduración y por ello la estabilidad en el sector resulta necesaria. Las metas mayores son la elevación de la calidad en la educación que se imparte en nuestras escuelas y además la necesaria transformación y mejora de la educación superior.

Para ambos fines se ha tomado algunas decisiones importantes en los últimos tiempos. Tantas son las carencias y deficiencias por subsanar y tan enraizados están los viejos hábitos, que toda política resultará siempre insuficiente. Pero lo central es encontrar la dirección correcta y mantenerse en ella.

Resulta paradójico, por tanto, que desde el inicio del actual gobierno algunos partidos políticos, con presencia en el Congreso, hayan convertido al ministro Saavedra en el principal blanco de sus críticas y trabajen en una campaña de presión para conseguir su sustitución en el cargo. En los últimos días se ha hecho oír la intención de someter al ministro a una interpelación en el Congreso. El motivo que se alega para ello es muy poco convincente. Se desea censurar al ministro u obligarlo a renunciar por el retraso en las obras destinadas a la celebración de los próximos Juegos Panamericanos en Lima.

 Quienes desde el espacio de la sociedad civil y de la ciudadanía siguen con atención el desarrollo de las políticas públicas en educación concuerdan en que la gestión pasada del ministro Saavedra ha sido positiva. Fue en ese periodo que se logró la aprobación de la ley universitaria, norma perfectible, pero que se orienta ya a propiciar cambios indispensables en ese ámbito. Quizás, no debiera sorprendernos que quienes hoy reclaman en el Congreso una interpelación al ministro por los Juegos Panamericanos sean en buena medida los mismos que se hallan vinculados a universidades con fines de lucro y que apelan en su protesta a argumentos no siempre veraces.

 Una idea que creo todos los peruanos compartimos es la de entender que la construcción de políticas de Estado serias y duraderas no debe depender de las personas. Mas también es cierto que la continuidad de ciertas reformas que apuntan a solucionar dentro del país un problema tan importante como es el educativo dependen, en ocasiones, de la permanencia, relativa, de gestores que se hayan comprometido ya con los temas a resolver y que requieren de tiempo y apoyo para así formular políticas que conduzcan a la formación de personas cultas, honestas y que contribuyan a través de su vida laboral con el desarrollo de nuestro país.

Fuente: http://larepublica.pe/impresa/opinion/809690-en-torno-la-gestion-educativa

Imagen: http://files.espacios-educativos.com/200000018-cffefd0fa9/249_9654306.jpg

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Los sindicatos no quieren oposiciones de Secundaria para el año que viene.

Quieren evitar el efecto llamada, ya que el resto de comunidades ofertarán plazas de Primaria,
Piden que se convoquen 800 plazas para primaria.

Por: Fernando Sanchez.

Los sindicatos de Educación tienen claro que no quieren que el año que viene se convoquen oposiciones de Secundaria en la Región. Los motivos son el escaso numero de plazas que saldrían, 160, y, sobre todo el efecto llamada para aspirantes de otras comunidades, ya que en el resto de autonomías se convocarán plazas de Primaria.

En una reunión mantenida ayer con la Consejería manifestaron también que están dispuestas a aceptar que haya plazas de Primaria, pese a que se rompería el turno de convocatoria alterna (ya que un año se ofertan plazas de Primaria, como ha sucedido este año, y otro de Secundaria, que tocarían en 2017). Aunque han pedido que las plazas que salgan sean 800 y no las 400 previstas por Educación.

Los sindicatos ANPE, CCOO, SIDI, FESP-UGT y CSIF ofrecieron una propuesta conjunta, que ahora se estudia desde la Consejería. En ella aseguran que «aceptamos el cambio de turno en la convocatoria de cuerpos para que el futuro coincidan con las realizadas por las comunidades autónomas limítrofes», pero no «la convocatoria de oposiciones de Educación Secundaria para 2017, para evitar el efecto llamada y ante la escasez de oferta de plazas que se nos ha trasladado, sólo 160».

«Aceptamos las oposiciones al cuerpo de maestros en 2017, pero sólo si se garantiza un mínimo de 800 plazas», dicen. Asimismo solicitan un acuerdo de cuatro años que incluya, entre otras medidas:  ofertas amplias de empleo, recuperación de las jubilaciones no repuestas desde el año 2010, reducción de la carga lectiva del profesorado y reducción de las ratios alumnos/aula en todos los niveles educativos.

Por el momento, desde la consejería de Educación afirman que estudiarán la propuesta.

Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2016/10/05/sindicatos-quieren-oposiciones-secundaria/772529.html

Imagen: http://fotos00.laopiniondemurcia.es/2016/10/05/318×200/img8565.jpg

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Urgencias, incertidumbres e incongruencias en la educación.

Se necesita una hoja de ruta y un calendario que no olvida la derogación de la LOMCE y su sustitución por una nueva ley.

Por: Vicente Diaz.

Iniciamos un nuevo curso escolar en un sistema educativo atribulado por la presencia de viejas y nuevas urgencias, así como por la aparición de nuevas incertidumbres y preocupantes incongruencias.Sabemos que la educación es un bien público que nos concierne a todos, que nuestro futuro depende en buena medida de su calidad y que, precisamente por eso, no puede administrarse desde planteamientos políticos e ideológicos particulares, sino que debiera ser la sociedad en su conjunto, en su multiplicidad de tendencias ideológicas y culturales, quien se ocupara de él, evitando su modelación cíclica en función de los vaivenes electorales. Así pues, sabemos de la urgencia de alcanzar el pacto inteligente que precisa nuestro sistema educativo, a fin de abordar, cuanto antes, la mejora de algunos indicadores educativos esenciales en la sociedad del aprendizaje: la mejora del abandono educativo prematuro de nuestros jóvenes, elevar la tasa de graduación en secundaria postobligatoria de nuestra población activa…. Una urgencia tan encallada como la conformación del nuevo Gobierno.

Sabemos desde diciembre de 2013 que, “para obtener el título de graduado en la ESO será necesaria la superación de la evaluación final” (reválida). Sabemos también que “la evaluación final de ESO correspondiente a la convocatoria que se realice en el año 2017 no tendrá efectos académicos”, por tanto, no condicionará la titulación en la ESO. Sabemos que dicha exigencia es una excepción en los sistemas educativos europeos. Y sabemos también que el título de la ESO obtenido en el presente curso, tanto por la opción de Enseñanzas Académicas como por la de Enseñanzas Aplicadas, resultará válido para proseguir estudios en la Secundaria Postobligatoria en cualquiera de sus modalidades. Pues bien, si todo ello es así y la prueba final de la ESO de 2017 ni tiene ni validez académica, ni está previsto que sirva de pilotaje para convocatorias posteriores, al tiempo que tendrá un coste significativo (deberán ser profesores externos a cada centro quienes las corrijan), ¿para qué hacerla? Resulta incongruente, inconsistente e innecesaria. Así es que estará plenamente justificada la objeción de la misma, en tanto en cuanto se puede abordar la sustitución de la LOMCE por el nuevo marco normativo que precisa la educación española.

También sabemos desde diciembre de 2013 que, “para obtener el título de Bachiller será necesaria la superación de la evaluación final” (reválida). Igualmente sabemos que “la evaluación final de Bachillerato correspondiente a las dos convocatorias que se realicen en el año 2017 únicamente se tendrá en cuenta para el acceso a la Universidad, pero su superación no será necesaria para obtener el título de Bachiller”. Del mismo modo, sabemos que “el titular del Ministerio de Educación establecerá, antes del 30 de noviembre de 2016, las características, el diseño y los contenidos de la prueba final de Bachillerato”, cuya realización material corresponderá a las Administraciones educativas autonómicas. Asimismo, sabemos que esa prueba final de Bachillerato se referirá a cinco materias troncales generales (una de ellas vinculada a una modalidad de Bachillerato), dos materias troncales de opción elegidas por el alumno (según la modalidad de Bachillerato cursada), una materia específica también a elección del alumno y Lengua Valenciana y Literatura.

Es urgente clarificar los procedimientos generales de admisión a las enseñanzas universitarias oficiales de Grado

Pero nuestros estudiantes de 2º de Bachillerato, y sus profesores, han comenzado el curso desconociendo dichas características, así como la vinculación (y ponderación) de las modalidades de Bachillerato y de las diversas materias cursadas por aquellos con los diferentes Grados universitarios. Una evidencia de la incertidumbre en la que se halla sumido nuestro sistema educativo y de la irresponsabilidad de quienes la han generado. Una incertidumbre que ha de sumarse a la que afecta a los Técnicos Superiores de FP, de Artes Plásticas y Diseño y Enseñanzas Deportivas, desconocedores igualmente del procedimiento de admisión que hayan de superar para acceder a los estudios universitarios para el curso 2017-2018.

Tamaña incertidumbre exige la máxima urgencia en la clarificación de los procedimientos generales de admisión a las enseñanzas universitarias oficiales de Grado que pudieran establecer las Universidades. Así pues, resulta imprescindible y de extraordinaria urgencia: a) hacer visible cuanto antes (por supuesto antes de Navidad) las características concretas de las pruebas de cada una de las materias; b) definir la adscripción de las materias troncales de cada modalidad de Bachillerato, y en su caso de las materias específicas que corresponda, a las ramas de conocimiento en las que figuran ordenadas las enseñanzas universitarias oficiales de Grado (por cierto, una adscripción que debiera ser válida para todas las universidades públicas españolas, como ocurría con la PAU del 2008), y c) determinar la ponderación de las materias de Bachillerato para el procedimiento de admisión a la Universidad para el curso 2017-2018.

Estas dos últimas urgencias debieran clarificarse, incluso, para antes del 31 de octubre del presente año, al tiempo que se extiende dicha clarificación a los procedimientos de admisión de los citados titulados en FP, Artes Plásticas y Diseño y Enseñanzas Deportivas.

Una hoja de ruta y un calendario que no olvida la derogación de la LOMCE y su sustitución por una nueva ley de educación, aprobada a partir del pacto inteligente y responsable que la educación española necesita. Pero, mientras tanto, deberíamos entre todos (no es suficiente acuerdos parciales entre unas cuantas Universidades y/o comunidades autónomas  mirando hacia la anterior PAU) hacer frente a las incertidumbres, incongruencias y urgencias que he señalado. Para ello, nos vendría bien recordar aquellas palabras que Antonio Machado (y su Juan de Mairena): “Es más difícil estar a la altura de las circunstancias que au dessus de la mêlée”. Y las circunstancias de nuestros estudiantes de Bachillerato nos lo exigen.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/09/19/opinion/1474287590_561146.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2016/09/19/opinion/1474287590_561146_1475509861_noticia_normal_recorte1.jpg

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