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España: La ilusión del control: la enseñanza programada

La ilusión del control: la enseñanza programada

Manuel Fernández Navas

El caso es que un compañero, el otro día, escribía en su blog sobre el asunto de las programaciones y eso me inspiró para escribir en este artículo cuestiones sobre las que llevo pensando mucho tiempo.

Decía Santos Guerra (2000) que la organización como disciplina era la forma de, centrándonos en la parte intermedia, alejarnos tanto de los fines que nos propusimos inicialmente que acabáramos haciendo lo contrario.

Esto sería, como un viajero que se propone un destino y que cuando empieza el viaje se centra tanto en la forma de dar sus pasos que acaba en la ciudad opuesta que se propuso inicialmente visitar.

En este sentido, contemplo con preocupación cómo en los últimos años desde la Administración se ha invertido “sin mesura” en este “camino” pero muy poco en la autonomía para la elección del destino.

Con todo esto me refiero a lo que Gertrudix (1999) calificaba como “instrumento diabólico”: la enseñanza programada.

En este sentido, la escuela tiene una lógica a la hora de funcionar que sólo se entiende como normal, dentro de la propia escuela. Sus usos y formas de hacer resultarían impensables en nuestra vida cotidiana. Se ha convertido el sistema, en la única justificación del propio sistema.

En palabras del propio Gertrudix (1999, p. 22):

La escuela constituye un mundo aparte. Dentro de ella todo se organiza en función de una lógica totalmente excepcional y única. Los aprendizajes quedan en un segundo plano y el protagonismo es casi exclusivamente de la enseñanza. Toda gira en torno a lo que hay que enseñar y los transmisores de conocimientos (manual escolar, maestro, profesor y otras fuentes) marcan los ritmos a seguir. Fuera de la escuela, sin embargo, los aprendizajes se organizan de forma muy diferente. Tanto es así, que si quisiéramos exportar el sistema de funcionamiento escolar a otros aprendizajes que se realizan en la vida de las personas, cualquiera podría decirnos que hemos perdido el juicio. La agrupación por edades, la utilización de la memoria como facultad fundamental y a veces única, la sistematización y graduación de los aprendizajes, los objetivos, los niveles de conocimiento, las etapas, sólo tienen sentido en los centros escolares.

Esta ilógica escolar no es al azar, sirve a tres aspectos diferenciados:

Por un lado, constituye un instrumento para la selección del alumnado, cuestión sobre la que ya hablamos en otro artículo.

En segundo lugar, es un planteamiento absolutamente conductista de los aprendizajes.

Conviene recalcar aquí que, aunque nuestras leyes educativas se hayan declarado constructivistas desde la Logse, la operativa, la forma en la que luego se han organizado, así como el concepto de programación didáctica, ha sido profundamente conductista. Esta lógica diabólica de secuenciar y programar todos los aprendizajes y que la forma de hacerlo más eficaz sea la división artificial en objetivos de aprendizaje cada vez más pequeños, tiene que ver con el conductismo más rancio. En el que el aprendizaje de conductas complejas es tan sencillo como la suma de las conductas más simples.

Toda esta enseñanza programada descansa, como decimos, en esta vieja idea conductista que busca la mayor eficacia, y esta, en el diseño de estas programaciones que hace el maestro: si somos capaces de hacer de la forma más técnica y pormenorizada posible el diseño de lo que va a aprender nuestro alumnado, más aprenderá.

Lamentablemente, esto sabemos que no funciona así: la suma de las partes rara vez es igual al todo como nos anunciaba ya la Gestalt en 1912. Esto se ve muy claro en el principio de cine. Donde una cantidad de imágenes fijas vistas a una velocidad determinada son percibidas como imágenes en movimiento.

Esta programación de aprendizajes absolutamente irreal en cualquier otro contexto de la vida humana, como nos decía Gertrudix (1999) provoca lo que yo llamo: la ilusión del control sobre el aprendizaje que mantiene tranquilos a profesorado y a Administración y en la que se sustenta parte del aparato burocrático del que luego, todos y todas tenemos quejas.

Esta ilusión de control, además, permite que el sistema se sostenga en conceptos macro que fuera de él nadie compartiría al focalizar la atención de los y las docentes en micro-conceptos. Entender que podemos medir y programar qué aprende alguien, cómo y en qué tiempos es una locura que todos compartimos dentro de esta lógica, pero que no tendría el menor sentido si nos paráramos a pensarlo un solo instante o si tratáramos de hacerlo fuera del entorno escolar.

Imaginemos que unos papás desean programar el proceso de aprendizaje del habla de su hija pequeña y que cada tres o seis meses comprueban la cantidad de palabras que la niña ha aprendido en relación a la programación que ellos han realizado. Si la niña responde a las expectativas de la programación, le irán dando buenas notas en los controles que realice, mientras que si no llega al número de palabras programadas por sus padres, entonces habría que plantearse la repetición de algún periodo o la realización de un trabajo complementario. […] El aprendizaje del habla, de cualquier deporte o de cualquier actividad no reglada y, por tanto, no sujeta a programación gradual y sistemática, se produce de una manera global, entendida como un proceso que tiene un principio y un final, pero que si se divide en periodos intermedios pierde toda su razón de ser, puesto que cada persona sigue su propio ritmo en el aprendizaje. Hay niñas que se sueltan a hablar a los dos años y medio, otras a los tres, otras aún más tarde. Como sucede en el proceso de caminar, los hay que andan a los nueve meses, otros a los doce, otros a los dieciséis… (Gertrudix, 1999, pp. 23)

En último lugar, esta ilógica constituye el principal elemento de alienación del pensamiento docente (Contreras, 1990; Martínez Bonafé, 1999).

Se desplaza la atención del profesorado de lo verdaderamente importante: ¿Qué hago mañana con mi alumnado en clase para que aprenda lo máximo posible? Cuestión esta sobre la que tiene que decidir como un profesional autónomo. Y lo hace hacia cuestiones de índole burocrático relacionadas con las programaciones y que, rara vez, tienen incidencia alguna en la calidad del trabajo para con el alumnado. Únicamente, generan más papel pintado para el aparato burocrático y de control de la Administración ante la que el profesorado se convierte casi en un técnico-administrativo de aprendizaje.

La prueba de que todo este aparato burocrático-programativo es intencional es que estas tareas han aumentado hasta el punto de ser humanamente irrealizables. Alcanzando su esplendor con la llegada de las competencias, que ha puesto sobre el tapete toda una ingeniería curricular propia.

La maldad que hay que tener para poner 51 criterios de evaluación en vez de 50, no vaya a ser que los docentes ponderemos cada uno a un 2% y ya no tengamos con qué entretenernos. Como si no hubiese criterios parafraseados de criterios anteriores. Y como si 50 fuesen aún pocos…

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La cuestión es tan enrevesada que lo más habitual cuando alguien está aprendiendo a programar (incluso cuando ha aprendido hace tiempo) es la pregunta clásica de: esto es un objetivo, un contenido, un… porque la enseñanza programada está pensada para no poder solucionarse, para siempre ser perfeccionable, para que nos perdamos en ese laberinto de nombres: objetivos, contenidos, actividades, criterios de evaluación, competencias, estándares, resultados de aprendizaje (habrá nombre más feo que este),… y de reglas: estos van en infinitivo; aquellos, si los pones aquí, debes hacer referencia allá… La idea, estoy convencido, es que sea irresoluble.

Mientras seamos técnicos preocupados de procesos burocráticos no estamos pensando en cómo dar una educación de calidad a nuestro alumnado.

La pregunta es obvia: ¿Qué margen deja todo esto para planificar –no programar– la docencia? La respuesta es obvia también: el menor posible.

Mientras seamos técnicos preocupados de procesos burocráticos no estamos pensando en cómo dar una educación de calidad a nuestro alumnado. Pero, además, es específico de la docencia. Pocas profesiones tan burocratizadas, tan controladas por papeleo técnico como la docencia. Decía un compañero:

“Me paso la mitad del tiempo justificando lo que he hecho y la otra mitad justificando lo que voy a hacer”

Este proceso de programación, como decía Gertrudix (1999), sería inconcebible en otras profesiones: ¿Os imagináis a un médico haciendo programaciones de los pacientes que va a tener a lo largo del año y los tratamientos pormenorizados que dará a cada uno de ellos? ¿cómo los evaluará para ver si han funcionado, etc.? ¿o un abogado? ¿o un funcionario de un ayuntamiento? ¿o un arquitecto?

En todas las profesiones existe burocracia, pero en ninguna de ellas, como en la docente existe una desconfianza manifiesta de la Administración hacia los profesionales que se contrata de forma tal que se les pida explicaciones constantes por todas y cada una de las decisiones, primero que toman, y después que han tomado.

Aún así, no es difícil encontrar a burócratas defensores de estos procedimientos demenciales. Personas que entienden que si alcanzan calidad en “los papeles” esta se convierte por arte de magia en la realidad.

La realidad es que hace mucho tiempo que, por salud mental, las programaciones nos las dan hechas las editoriales. Nosotros sólo cogemos y adaptamos.

Mi propuesta es clara: por supuesto que hace falta invertir tiempo en planificar la docencia, todo el del mundo. Y además acudiendo a criterios rigurosos que puedan ayudarme a discernir si lo que hago con mi alumnado tiene sentido o no para su aprendizaje.

Deberíamos invertir el menor tiempo posible en programarla, únicamente el que nos requiera cumplir con el requisito legal. Pero siendo muy conscientes de que el tiempo que invirtamos en ella, a parte de no tener reflejo en la calidad docente, es una trampa diseñada específicamente para atraparnos.

Por último, creo que la reducción de burocracia es ya, casi, un requisito para cualquier proceso de cambio hacia más calidad docente. Pero, además, estoy firmemente convencido de que hay que darle toda la autonomía del mundo al profesorado. Para que decida qué y cómo trabajar con el alumnado.

Para ello son excelentes profesionales en cuya formación hemos invertido mucho dinero como sociedad.


Referencias bibliográficas

Contreras Domingo, J. (1990). Enseñanza, currículum y profesorado. Akal.

Gertrudix, S. (1999). La enseñanza programada. Aula libre, 69+1, pp. 22-26. Recuperado de: http://hdl.handle.net/11162/73215

Martínez Bonafé, J. (1999). Trabajar en la escuela. Profesorado y reformas en el umbral del siglo XXI. Miño y Dávila editores.

Santos Guerra, M. Á. (2000). Entre bastidores el lado oculto de la organización escolar. Segunda Edición. Ediciones Aljibe.

 

Fuente de la Información: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/11/17/la-ilusion-del-control-la-ensenanza-programada/

 

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Venezuela: La campaña electoral del 21N en Venezuela y la pragmática como despolitización

La campaña electoral del 21N en Venezuela y la pragmática como despolitización

Luis Bonilla-Molina

El 21 de noviembre de 2021 se realizarán en Venezuela las elecciones regionales y municipales. Vienen precedidas del inicio de diálogos entre la derecha pro norteamericana (G4) y el gobierno de Nicolas Maduro que ha significado la habilitación de candidaturas que estaban imposibilitadas de participar por haber sido objeto de sanciones administrativas. Sobre las negociaciones hemos escrito un par de artículos y preparamos un tercero. En esta oportunidad me referiré brevemente al “inédito” estilo de la campaña electoral en curso.

  1. Crisis de los precios del petróleo, sanciones norteamericanas, problemas de gestión pública y deterioro de la calidad de vida de la población

Durante los últimos años (2014-2021) la economía venezolana ha mostrado serias dificultades. Primero fue la caída de los precios del petróleo con su impacto en una economía de subsidios (tanto de los productos importados como respecto al cambio del dólar) la que generó una descontrolada inflación que algunos estiman en más de seis dígitos, desabastecimiento durante casi dos años y un brutal deterioro del salario de la clase trabajadora, empleados públicos y personal docente. Sin embargo, esto no significó una apertura de la burocracia hacia la contraloría social sino el desarrollo de métodos de trabajo que limitan la participación popular en la gestión al cumplimiento de tareas subalternas. Luego vinieron las sanciones norteamericanas contra altos funcionarios públicos y el comercio exterior venezolano que deterioraron de manera sensible los ingresos de la nación, no obstante, se aplicó la política del embudo para la distribución de los recursos, quedando lo más estrecho para quienes viven del trabajo. Los salarios de la clase trabajadora llegaron a un mínimo histórico impensable, con un salario mínimo mensual inferior al dólar, controles salariales que colocan como techo para los ingresos mensuales del más alto salario, las dos cifras de dólar (para contados trabajadores) mientras la mayoría no alcanza los 10 dólares mensuales de salario, en uno de los países con más alto costo de la vida como lo evidencia el precio de la cesta básica alimentaria mensual que alcanza los 400 dólares.

En ese contexto los servicios públicos sufrieron deterioro increíble. El acceso a la electricidad marcó una nueva diferencia entre la capital de la República y el resto del país; en estos últimos territorios pueden ocurrir apagones de 4 a 24 horas de manera constante.  En un país con las más importantes reservas de agua de la región, no existe una comunidad que cuente con el fluido de agua potable durante todos los días de la semana; el racionamiento se convirtió en normalidad y hasta una forma de relación con el poder. El transporte público está tan deteriorado que mientras las unidades autobuseras son cada vez menos, los estallidos de vagones en el metro se están convirtiendo en un hecho frecuente. La desinversión en educación y salud está haciendo surgir formas ingeniosas de neo privatización en las cuales los/las ciudadanos(as) deben asumir los costos de insumos para garantizar los procesos. No hay drama que supere el impacto de la migración venezolana que ha dejado escindida a la mayoría de familias venezolanas.

A pesar de esta situación las oposiciones venezolanas no han logrado construir un espacio de disputa real y el presidente Nicolás Maduro sigue siendo el hombre fuerte de la política nacional, con un limitado coste por el paso sin miramientos de la agenda social a la neoliberal. Las elecciones del 21N permitirán valorar el desgaste o no del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en cada uno de los territorios municipales y regionales del país, así cómo ello consolida o menoscaba el poder del Palacio de Miraflores.

  • La urgencia de lo cotidiano y la política como cuestión de poder

De la cultura rentista imperante en Venezuela desde hace casi un siglo (derivada de la apropiación de renta internacional por la venta de petróleo) se ha pasado de manera abrupta a la ley del mercado donde todo se vende y tiene un precio. La cultura de la solidaridad ha venido cediendo espacio a la competencia. “Hacer lo que sea necesario para sobrevivir” es la consigna que más se escucha en las calles y veredas de Venezuela.

En ese contexto, la política dejó de ser “el arte de hacer posible lo imposible para construir una sociedad de justicia social” para convertirse en una cuestión de poder, despreciable y ajena a la realidad del común, con la cual hay que dialogar para lograr resolver nudos problemáticos en la comunidad. La política pasó a ser considerada por el común como un sector con el cual hay que mantener distancia preventiva. La política volvió a ser una caja oscura de la cuál puede salir cualquier problema.

La pérdida de esperanza en la política se debe a la falta de proyectos societales que encarnen los más profundos deseos del ciudadano. Al no haber política con lugar de enunciación en la calle, sino subalternización de lo común, la esperanza se limita a las estrategias propias de la cotidianidad.

El desánimo ante lo político tiene que ver con una reacción defensiva para protegerse en la propia carrera por sobrevivir. Para otros, los más osados, la política paso a ser una oportunidad parecida a la ruleta rusa, que puede facilitar el acceso a mejores niveles de vida: lo político se ha convertido en una especie de

“juego de calamares”, con reglas sin ética, competitiva y donde lo colectivo es un obstáculo.

  • La pragmática

Apesar de esta percepción de lo político, un sector importante de ciudadanos(as) comunes entiende que las elecciones del 21N son una oportunidad para acercar “el mal menor” a cargos que pueden representar alguna solución a los problemas cotidianos de la sobrevivencia: agua, electricidad, transporte, seguridad, alumbrado público, pavimentación. No esperan soluciones mágicas en lo personal, por el contrario, han “aprendido” que las aspiraciones ciudadanas pueden ser resueltas por los políticos en la medida que representen una oportunidad de negocio.

Conscientes de esta situación, las candidaturas de la derecha y el partido de gobierno han abandonado los programas maximalistas de transformación. Ya la derecha casi no habla mal de Maduro ni el PSUV de socialismo, sino que todos prometen agua potable, electricidad, conexión a internet, reparación de la telefonía, gas doméstico permanente, servicios públicos reparados para las comunidades, como si estuviéramos en una modernización tardía del país.

Los spots publicitarios de los/las candidatas(os) de distinto signo son como los de promoción de espectáculos de masas, en los cuales se ofrecen las barajitas que las comunidades demandan. En tanto, las comunidades están evaluando quienes tiene más posibilidades reales de hacerlo o no son los conocidos mentirosos que no cumplen nada de lo que prometen; con base a ello votarán el 21N.

Esta campaña ha sido un adiós a las grandes metas del país, una desconcentración de las necesidades y una apuesta por la superación de cada cotidianidad.

  • ¿Cuánto tiempo durará esta situación?

Todo pareciera indicar que este fenómeno recién inicia, que esta nueva forma de hacer política puede sostenerse más allá de las elecciones del 21N, pues permite conjurar el conflicto de las élites, tranquilizar al norte imperial y seguir haciendo más rico a los ricos de ayer y hoy. Pero en política como en el amor siempre existe lo imprevisto. Ese nuevo incluido colectivo que pueda devolver la esperanza a la política no se manifiesta de manera nítida, pero comienza a expresarse en actos de desprendimiento comunitario, en relámpagos de solidaridad; ese actor popular que hoy no se expresa en la dinámica electoral, puede surgir en cualquier momento y ser determinante para que se retorne la “política de la gente”.

Fuente de la Información:  https://luisbonillamolina.wordpress.com/2021/11/18/la-campana-electoral-del-21-y-la-pragmatica-como-despolitizacion/

 

 

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UNESCO: Galardonados de Ghana, Palestina y Perú ganan el Premio UNESCO-Japón de Educación para el Desarrollo Sostenible 2021

Galardonados de Ghana, Palestina y Perú ganan el Premio UNESCO-Japón de Educación para el Desarrollo Sostenible 2021

Un proyecto de alfabetización en Ghana, un programa sobre medios de comunicación para el cambio social en Palestina y una iniciativa para la protección de las culturas indígenas en Perú recibirán el Premio UNESCO-Japón de Educación para el Desarrollo Sostenible de este año  en una ceremonia el 19 de noviembre (13:30 horas). ), durante la 41a reunión de la Conferencia General de la UNESCO.

Los galardonados fueron seleccionados por un jurado internacional independiente   y recibirán un premio de 50.000 dólares cada uno. Los gobiernos de 54 Estados Miembros y 8 organizaciones presentaron 113 candidaturas en asociación oficial con la UNESCO. Los principales criterios de selección fueron el potencial de transformación de los proyectos, su calidad innovadora y su capacidad para abarcar las tres dimensiones de la sostenibilidad: la economía, la sociedad y el medio ambiente.

Visión Mundial Ghana, Ghana

World Vision  Ghana  fue elegida por su » Unlock Literacy Project (UL) «, que promueve un enfoque holístico para el desarrollo de la alfabetización que se centra en el pensamiento crítico, una competencia fundamental para la sostenibilidad. El proyecto tiene como objetivo capacitar a los niños en el nivel primario para que piensen críticamente sobre los problemas locales y emprendan acciones, así como hacer que la lectura sea emocionante a través de la educación multilingüe. Más allá de los enfoques tradicionales de alfabetización, el proyecto se ve recompensado por su enfoque de aprendizaje de igual a igual orientado a la acción que involucra a comunidades enteras. Tiene potencial para una mayor ampliación a nivel nacional a través de la cooperación con la educación formal.

Centro de Desarrollo de Medios, Universidad Birzeit, Palestina 

El  Centro de Desarrollo de Medios de la Universidad Birzeit  en Palestina ve a los medios de comunicación como una parte integral del cambio social y el desarrollo sostenible y como un medio para empoderar a mujeres y hombres que viven en comunidades marginadas con habilidades para participar en la vida pública. El proyecto » Alfabetización mediática e informacional para sociedades sostenibles » tiene como objetivo desarrollar la alfabetización mediática e informacional mediante el aprendizaje práctico y la formación a través del diálogo. El proyecto es recompensado por su enfoque centrado en la juventud para generar cambios sociales a través del diálogo y la cooperación, mientras se centra en el papel de los medios de comunicación para fomentar la participación de los ciudadanos en la vida pública.

Escuela Kusi Kawsay, Perú 

En áreas remotas del Valle Sagrado de los Incas en Perú,  la Escuela Andina Kusi Kawsay y los Eventos Culturales Ñawpa Ñan  han estado promoviendo la protección y preservación de los derechos, la cultura, los valores y los medios de vida de los pueblos indígenas durante la última década. Basado en la pedagogía Waldorf, el proyecto es reconocido por abordar muchos elementos clave de la educación para el desarrollo sostenible, a saber, el respeto por la cultura y los valores indígenas y locales que promueven la dignidad humana, enfoques comunitarios y acciones para responder a los desafíos globales.

Financiado por el Gobierno de Japón, el premio premia proyectos y programas excepcionales sobre  educación para el desarrollo sostenible  llevados a cabo por instituciones, organizaciones u otras entidades en el campo de la EDS para generar y ampliar la acción en todos los niveles de educación y aprendizaje, y contribuir a la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Durante la ceremonia de entrega de premios, la Princesa Abze Djigma (Burkina Faso), Presidenta del Jurado Internacional del Premio UNESCO-Japón y Presidenta de la  Fundación SAR la Princesa Abze Djigma , moderará una mesa redonda con los galardonados.

Fuente de la Información:  https://en.unesco.org/news/laureates-ghana-palestine-and-peru-win-2021-unesco-japan-prize-education-sustainable

 

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Necesitamos un sindicato que luche por los derechos de las mujeres

Por: Sulem Estrada

En un gremio altamente femenino, las maestras tenemos mucho que decir frente a la renovación de direcciones seccionales que se está llevando a cabo en distintos estados.

No es un secreto para nadie que el sindicato más grande de América Latina, que agrupa a 1.3 millones de trabajadoras y trabajadores de la educación ‒de los cuales el 70 % somos mujeres‒ hoy se encuentra en manos del charrismo sindical y no defiende los intereses de sus agremiados. Sus dirigentes han estado siempre al servicio de los gobiernos en turno y el gobierno de la 4T no es la excepción.

Desde el inicio del sexenio los dirigentes del SNTE se declararon el ejército ideológico de la 4T en el magisterio y han dejado pasar todos los planes de gobierno, desde la reforma educativa de AMLO ‒que conserva el espíritu neoliberal de la reforma peñista‒ hasta el regreso inseguro a clases presenciales.

Sin embargo, las maestras no solamente enfrentamos la subordinación de los dirigentes sindicales al gobierno ‒que en nuestro caso es también nuestro patrón‒ y que dejan pasar los planes sin ninguna resistencia ‒como en el caso del regreso a clases presenciales‒, sino que, además, en el gremio magisterial, como sucede en la mayoría de los gremios, las mujeres somos excluidas tanto numérica como ideológicamente.

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Aunque es un gremio altamente femenino, prácticamente no tenemos delegadas en las escuelas ni dirigentes femeninas en las secciones sindicales. Según datos de 2016, sólo el 30 % de las secretarías delegacionales eran ocupadas por mujeres, esta cifra disminuye a un 24 % en las dirigencias seccionales y a los 15 % en el Comité Ejecutivo Nacional. Incluso en la CNTE, que se reivindica democrática, la mayoría de quienes ostentan las representaciones sindicales son varones.

Asimismo, las demandas específicas de las mujeres en el gremio magisterial están prácticamente invisibilizadas por lo que dentro de las demandas sindicales no se encuentra prácticamente ninguna de las que tienen que ver con nuestras necesidades como mujeres, como podrían ser guarderías, comedores, jornadas laborales reducidas, licencias de maternidad extendidas, acceso a servicios de salud derivados de nuestros derechos sexuales y reproductivos, educación sexual integral, refugios contra la violencia, etcétera.

Esto genera que no solo padezcamos la misma precariedad laboral que nuestros compañeros varones ‒con el agravante de padecer dobles o triples jornadas de trabajo no remunerado‒, sino que nuestras demandas como mujeres ni siquiera son mencionadas ni peleadas por nadie.

Al ser un sector con una gran mayoría de trabajadoras mujeres, tanto las representaciones sindicales, como los puestos jerárquicos, si éstos fuesen equitativos, 7 de cada 10 tendrían que ser ocupados por mujeres.

Sin embargo, no pensamos que éste sea solo un problema de “paridad de género” o que pueda resolverse con cuotas de participación femeninas, pero es un hecho que requerimos una mayor participación de las mujeres en la vida sindical y gremial, que además se apuesten a defender no solo sus derechos como trabajadoras sino a pelear por sus reivindicaciones como mujeres.

Para ello necesitamos en primer lugar arrancar de manos de los charros nuestro sindicato, pues sin ello, a lo más que podemos aspirar es a ocupar algún cargo ‒es decir, a que se rompa el llamado techo de cristal‒ pero sin que nada cambie para el conjunto de las trabajadoras.

Esto lo hemos visto ya, pues durante 24 años una mujer, Elba Esther Gordillo, ocupó la presidencia del SNTE. No solo estuvo alineada a los partidos del régimen ‒incluso perteneció a ellos‒ sino que dejó pasar todos los planes de los gobiernos neoliberales en detrimento de la educación y de los derechos laborales del magisterio. Fue quien firmó la Alianza por la Calidad de la Educación, antesala de la reforma educativa peñista.

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Lo vemos también con Delfina Gómez a la cabeza del magisterio, quien, a pesar de ser mujer, les impuso a miles de maestras y alumnas un regreso inseguro a clases presenciales y desde el primer día de su mandato planteó que habría recortes y despidos de conformidad con la “austeridad republicana”.

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Un sindicato al servicio de las maestras

Es un hecho que las maestras tenemos mucho que decir y mucho por lo cual luchar. Es por ello que buscan invisibilizar el enorme potencial que tenemos como mujeres trabajadoras.

Imagínense la fuerza del sindicato más grande de América Latina en manos de sus trabajadoras y trabajadores, puesta al servicio de la lucha contra el feminicidio y la violencia contra las mujeres, a favor de garantizar nuestro derecho a decidir para que ninguna mujer ni ninguna de nuestras alumnas vuelva a morir nunca más por abortos clandestinos, por plenos derechos laborales para todas las trabajadoras y un alto a la precarización laboral que también es violencia. ¡Seríamos imparables!

Es por ello que necesitamos organizarnos escuela por escuela, zona por zona. Generar comisiones de mujeres que se apuesten a poner en el centro nuestras demandas. Luchar por recuperar nuestro sindicato de manos de los charros y ponerlo al servicio de la lucha por nuestros derechos. Si coincides con estas ideas. Contáctanos y organízate con nosotras.

Tendremos un conversatorio para charlar entre maestras como organizarnos en las escuelas rumbo al #25N. ¡Inscríbete aquí!

Fuente de la información e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx

 

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#No nos callarán

Por: Carolina Vásquez Araya

Ningún sistema democrático se sostiene sin una real libertad de expresión.

Pocas acciones despiertan mayor temor en los círculos políticos y económicos como el ejercicio de un periodismo crítico, independiente, ético y sin compromiso alguno con esos sectores. De ahí que las reacciones viscerales de ciertos gobiernos hundidos en la corrupción, hayan escalado hasta transformar el desempeño periodístico en un severo riesgo de persecución, acoso y, en muchos casos, la muerte de quienes se hayan atrevido a traspasar la línea de lo tolerado por las mafias en el poder.

Existe una sutil diferencia entre la libertad de expresión y la libertad de prensa. Ello, debido a que la primera se refiere a un derecho individual reconocido en todo el mundo por medio de tratados y convenciones; y la segunda -es decir, la libertad de prensa- incluye en su concepto el derecho soberano de los pueblos a ser informados con veracidad y amplitud sobre todo acto, decisión y compromiso de quienes poseen el timón de la vida institucional y jurídica de sus naciones y sobre los acontecimientos de interés social y cultural.

Por lo tanto, los ataques perpetrados por los sectores más poderosos en nuestros países contra esas libertades, ya consagradas en sus respectivos textos constitucionales, es una violación y un delito cometido en contra de la base misma del sistema democrático que han jurado respetar. Durante las recientes décadas se ha observado, asimismo, cómo la mayoría de medios masivos de comunicación -en su calidad de empresas y totalmente ajenos a su espíritu periodístico- se han plegado a los planes de los sectores más poderosos y actúan como un ente político y un reproductor de consignas y falsedades hacia los más amplios sectores de la sociedad.

De esta cuenta, el periodismo independiente y digno se ha ido recluyendo en plataformas cada vez mas reducidas y ello gracias a fuentes de financiamiento débiles y precarias. El resultado de esta estrategia para silenciar a la prensa ética es uno de los grandes logros de los gobiernos y sectores empresariales aliados en un pacto de corrupción y silencio.

Sin embargo, la reacción de quienes intentan salvaguardar la integridad del ejercicio periodístico, aun cuando choca contra enormes intereses corporativos y opacos pactos políticos, demuestra una vez más que no será fácil callar a la prensa, porque de ella depende no solo la frágil democracia, sino también la seguridad ciudadana frente a los actos intimidatorios de los cuerpos armados del Estado y los actos delictivos de sus autoridades.

Un estudio de la Unesco reveló la gran preocupación de esa agencia por el riesgo implícito en el ejercicio de la profesión, refiriéndose específicamente a América Latina como la región en donde se producen más asesinatos de periodistas. Así también lo manifestó el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, al expresar: “Cuando se ataca a un periodista, toda la sociedad paga el precio. Si no protegemos a los periodistas, nuestra capacidad para mantenernos informados y adoptar decisiones fundamentadas se ve gravemente obstaculizada.  Cuando los periodistas no pueden hacer su trabajo en condiciones de seguridad, perdemos una importante defensa contra la pandemia de información errónea y desinformación que se ha extendido por Internet”. A ello se debe añadir que la impunidad en los asesinatos de periodistas es de 9 de cada 10 casos y la persecución suele ampliarse hacia su círculo familiar.

Estas declaraciones del Secretario General no impiden el ataque concertado entre sectores de poder sobre quienes han decidido mantenerse firmes en su afán de investigar, difundir y arrojar luz sobre los actos de interés público, los mismos que entes poderosos insisten en mantener en las sombras. Por ello, son los ciudadanos, en su calidad de víctimas de este ataque contra su libertad de acceso a la información, quienes deben mantenerse alerta y exigir el cese del hostigamiento contra los profesionales que arriesgan su seguridad y su vida por mantenerlos debidamente informados.

Lo más peligroso para la estabilidad democrática es el silencio de la prensa.

Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com

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100 Años De Paulo Freire

Artículo del escritor brasileño, activista político, filósofo y teólogo Frei Betto, donde analiza el legado de Paulo Freire y su amistad con el insigne pedagogo. 

Por: Frei Betto

“…si queremos rescatar el legado de Paulo Freire, el camino es volver al trabajo de base con las clases populares, adoptando su método en una perspectiva histórica, abierta a las utopías libertarias y al horizonte democrático. Fuera del pueblo no hay salvación. ” – Frei Betto

Puedo afirmar, sin miedo a exagerar, que Paulo Freire está en la raíz de la historia del poder popular brasileño a lo largo de 50 años, entre 1966 y 2016. Ese poder surgió como un árbol frondoso de la izquierda brasilera actuante en la segunda mitad del siglo XX: grupos que lucharon contra la dictadura militar (1964-1985); las comunidades Eclesiales de Base de las Iglesias cristianas; la amplia red de movimientos populares y sociales que despuntaron en los años 70; el sindicalismo combativo; y, en la década de 1980, la fundación de la CUT (Central Única de los Trabajadores); de la ANAMPOS (Articulación Nacional de los Movimientos Populares y Sindicales) y enseguida de la CMP (Central de Movimientos Populares); del PT (Partidos de los Trabajadores); y del MST (Movimento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra); y de tantos otros movimientos, ONGs y entidades.
Si tuviese que responder a la pregunta: “Indique una persona causante de todo eso”, diría sin ninguna duda: Paulo Freire. Sin la metodología de educación popular de Paulo Freire, no habría esos movimientos, porque él nos enseñó algo muy importante: a ver la historia desde la óptica de los oprimidos y hacerlos protagonistas de los cambios en la sociedad.
Los excluidos como sujetos políticos
Al salir de la prisión política, a finales de 1973, tuve la impresión de que toda lucha, aquí fuera, había acabado por la fuerza de la represión de la dictadura militar, y porque todos nosotros, imbuidos de la pretensión de ser los únicos entendidos en la lucha capaz de rescatar la democracia, estábamos en la cárcel, muertos, o en el exilio. Cuál no fue mi sorpresa, al encontrar una inmensa red de movimientos populares diseminados por todo Brasil.
Cuando fue fundado el PT, en 1980, vi a compañeros de izquierda reaccionar: “¿Obreros? No. Es mucha pretensión querer que los obreros sean la vanguardia del proletariado. Somos nosotros, intelectuales teóricos, marxistas, quienes tenemos capacidad para dirigir a la clase trabajadora”. No obstante, en Brasil los oprimidos empezaban a volverse no sólo sujetos históricos, sino también líderes políticos, gracias al método Paulo Freire.
Una vez, en México, compañeros de izquierda me preguntaron:
– ¿Cómo hacer aquí algo parecido al proceso de ustedes en Brasil? Porque ustedes tienen un sector de izquierda en la Iglesia, un sindicalismo combativo, el PT… ¿Cómo se obtiene esa fuerza política popular?
– Empiecen haciendo educación popular –respondí– y de aquí a treinta años…
Ellos me interrumpieron:
– ¡Treinta años es demasiado! Queremos una sugerencia para tres años.
– Para tres años no sé cómo hacer –observé–, pero para treinta años conozco el camino.
En resumen, todo el proceso de acumulación de fuerzas políticas populares que resultó en la elección de Lula como presidente de Brasil, en 2002, y mantuvo al PT en el gobierno federal durante trece años, no cayó del cielo. Todo fue construído con mucha tenacidad a partir de la organización y movilización de las bases populares aplicando el método Paulo Freire.
El método Paulo Freire
Conocí el método Paulo Freire en 1963. Yo vivía en Rio de Janeiro, formaba parte de la Dirección Nacional de la Acción Católica. Al surgir los primeros grupos de trabajo del método Paulo Freire, me comprometí en un equipo que los sábados subía a Petrópolis, a 70 km de Rio de Janeiro, para alfabetizar a obreros de la Fábrica Nacional de Motores. Allí descubrí que nadie enseña nada a nadie, unos ayudan a otros a aprender.
¿Qué hicimos con los trabajadores de aquella fábrica de camiones? Fotografiamos las instalaciones, reunimos a los obreros en el salón de una iglesia, proyectamos diapositivas e hicimos una pregunta totalmente simple:
– En esta foto, ¿qué es lo que ustedes no hicieron?
– Bueno, no hicimos el árbol, la planta, el camino, el agua…
– Eso que ustedes no hicieron es naturaleza –dijimos–.
– ¿Qué es lo que hizo el trabajo humano? –indagamos–.
– El trabajo humano hizo el ladrillo, la fábrica, el puente, la cerca…
– Eso es cultura –dijimos–. ¿Y cómo fueron hechas estas cosas?
Ellos discutían y respondían:
– Fueron hechas a medida en que los seres humanos transformaron la naturaleza en cultura.
Enseguida aparecía la foto del patio de la Fábrica Nacional de Motores ocupado por muchos camiones y las bicicletas de los trabajadores. Simplemente preguntábamos:
– En esta foto, ¿qué hicieron ustedes?
– Los camiones.
– ¿Y qué tienen ustedes?
– Las bicicletas.
– ¿No estarán ustedes equivocados?
– No, nosotros fabricamos los camiones…
– ¿Y por qué no van a casa en camión? ¿Por qué van en bicicleta?
– Porque el camión cuesta caro y no es nuestro.
– ¿Cuánto cuesta un camión?
– Cerca de 40 mil dólares.
– ¿Cuánto ganan ustedes al mes?
– Bueno, ganamos en promedio 200 dólares.
– ¿Cuánto tiempo tiene que trabajar cada uno de ustedes, sin comer, sin beber, sin pagar alquiler, economizando todo el salario para ser un día dueño del camión que construye?
Ahí ellos empezaban a calcular y tomaban conciencia de la esencia de la relación capital x trabajo, lo que es la plusvalía, la explotación, etc.
Las nociones más elementales del marxismo, en cuanto crítica del capitalismo, venían por el método Paulo Freire. Con la diferencia de que no estábamos dando clase, no hacíamos lo que Paulo Freire llamaba ‘educación bancaria’, o sea, meter nociones de política en la cabeza del trabajador. El método era inductivo. Como decía Paulo, nosotros, los profesores, no enseñábamos, ayudábamos a los alumnos a aprender.
Culturas distintas y complementarias
Cuando llegué a São Bernardo do Campo (SP), en 1980, había militantes de izquierda que distribuían periódicos entre las familias de los trabajadores. Cierto día doña Marta me preguntó:
– ¿Qué es “contradicción de clase”?
– Doña Marta, olvide eso.
– No soy de mucha lectura –se justificó– porque mi vista es mala y la letra pequeña.
– Olvide eso –le dije–. La izquierda escribe esos textos para leerlos ella y quedarse contenta, creyendo que está haciendo la revolución.
Paulo Freire nos enseñó, no sólo a hablar en lenguaje popular, plástico, no académicamente conceptual, sino también a aprender con el pueblo. Enseñó al pueblo a recuperar su autoestima.
Al salir de la cárcel, viví cinco años en una favela en el Estado de Espíritu Santo. Allí trabajé en educación popular con el método Paulo Freire. Al volver a São Paulo, a finales de los 70, Freire me propuso hacer un balance de nuestra experiencia en educación y, gracias a la mediación del periodista Ricardo Kotscho, produjimos el libro titulado “Esa escuela llamada vida” (editorial Ática). Es su relato como educador y creador del método, y mi experiencia como educador de base.
En el libro cuento que, en la favela donde yo vivía, había un grupo de mujeres embarazadas de su primer hijo, asesoradas por médicos de la Secretaría Municipal de Salud. Pregunté a los médicos por qué trabajar sólo con las embarazadas de primer hijo.
– No queremos mujeres que ya tengan vicios maternales –dijeron–, queremos enseñar todo.
Pues bien, pasados unos meses, llamaron a mi puerta.
– Betto, queremos su ayuda.
– ¿Mi ayuda?
– Hay un cortocircuito entre nosotros y las mujeres. Ellas no entienden lo que hablamos. Usted, que tiene experiencia con ellas, nos podría asesorar.
Fui a presenciar el trabajo de ellos. Al entrar en el Centro de Salud del barrio, me asusté. Allí estaban mujeres muy pobres, y el Centro había sido adornado con carteles de bebés Johnson, rubios de ojos azules, propaganda de Nestlé etc. Delante de aquel espectáculo visual, reaccioné:
– Todo está equivocado. Cuando las mujeres entran aquí y ven esos bebés perciben que eso es otro mundo, no tiene nada que ver con los bebés de ellas.
Presencié el trabajo de los médicos. Hablaban en FM y las mujeres estaban sintonizadas en AM. La comunicación realmente no funcionaba. En una sesión, el doctor Raúl explicó, en lenguaje científico, la importancia de la alimentación materna y, por tanto, de las proteínas, para la formación del cerebro humano. Cuando él terminó la exposición, las mujeres lo miraron como yo al abrir un texto en mandarín o árabe: sin entender nada.
– Doña María, ¿usted entendió lo que dijo el doctor Raúl? –pregunté–.
– No, no entendí, sólo entendí que él dijo que nuestra leche es buena para la cabeza de los niños.
– ¿Y por qué no lo entendió usted?
– Porque no tengo estudios. Fui poco a la escuela, nací pobre en el campo. Yo tenía que trabajar la tierra y ayudar al sustento de la familia.
– ¿Y por qué el doctor Raúl supo explicar todo eso?
– Porque él es doctor, tiene estudios. Él sabe y yo no sé.
– Doctor Raúl, ¿usted sabe cocinar? –pregunté–.
– No sé ni hacer café.
– Doña María, ¿usted sabe cocinar?
– Sí sé.
– ¿Sabe hacer pollo en salsa oscura (plato que en Espirito Santo y también en algunas áreas del Nordeste se llama galinha de cabidela)?
– Sé.
– Por favor, póngase de pie –le pedí–, y cuéntenos cómo se hace un pollo en salsa oscura.
Doña María dio un aula de culinaria: cómo se mata el pollo, cómo se despluma, cómo se prepara la carne y se hace la salsa, etc.
Cuando se sentó, dije:
– Doctor Raúl, ¿usted sabe hacer un plato así?
– Claro que no, me gusta, pero no sé cocinar.
– Doña María –concluí–, usted y el doctor Raul, están perdidos en un bosque espeso, muertos de hambre, y de pronto aparece una gallina. Él, con toda su cultura moriría de hambre, usted, no.
La mujer abrió una sonrisa de oreja a oreja. En aquel momento ella descubrió un principio fundamental de Paulo Freire: no existe nadie más culto que otro, existen culturas distintas, socialmente complementarias. Si ponemos en la balanza toda mi filosofía y teología y la culinaria de la cocinera del convento en el que vivo, ella puede pasar sin mis conocimientos, pero yo no puedo pasar sin los de ella. Ésa es la diferencia. La cultura de una cocinera es imprescindible para todos nosotros.
Paulo Freire y desafíos de futuro
Ante la emergencia de tantos gobiernos autoritarios y la profusión de mensajes antidemocráticos, racistas, homofóbos, machistas y negacionistas en las redes digitales, me parece de suma importancia volver a Paulo Freire en esta fecha del centenario de su nacimiento.
El reflujo de las fuerzas progresistas en América Latina en los últimos años y el despuntar de figuras neofascistas como Bolsonaro en Brasil, nos obligan a reconocer que hace décadas abandonamos el trabajo de base de organización y movilización populares. Ese vacío en las poblaciones de la periferia, de las favelas, de las zonas rurales pobres, está siendo ocupado por el fundamentalismo religioso, por el narcotráfico y los milicos.
Paulo Freire nos enseña en sus obras que no hay movilización sin concientización previa. Es preciso que las personas tengan un “perchero”, donde colgar los conceptos políticos y las claves de análisis de la realidad. El “perchero” es la percepción del tiempo como historia.
Hay civilizaciones, tribus, grupos, que no tienen percepción del tiempo como historia. Los griegos antiguos, por ejemplo, creían que el tiempo era cíclico. Hoy, el tiempo retorna por medio del esoterismo, del negacionismo, del fatalismo y del fundamentalismo religioso. Pero retorna sobre todo por el neoliberalismo.
La esencia del neoliberalismo es la deshistorización del tiempo. Cuando Fukuyama declaró que “la historia acabó”, expresó esto que el neoliberalismo nos quiere inculcar: ¡Hemos llegado a la plenitud de los tiempos! El modo neoliberal de producción capitalista, basado en la supremacía del mercado, es definitivo. Pocos son los escogidos y muchos los excluidos. Y de nada sirve querer luchar por una sociedad alternativa, ¡por “otro mundo posible”!
De hecho, hoy en día es difícil hablar de sociedad alternativa. Socialismo, entonces, ¡ni pensar! Se ha creado un pudor, un bloqueo intelectual y emocional. “El socialismo se acabó, se derrumbó, colapsó, fue enterrado”, alardean las pitonisas. Las alternativas que se plantean son por lo general intrasistémicas.
La noción de que el tiempo es historia viene de los persas, pasada a los hebreos y acentuada por la tradición judaica. Tres grandes paradigmas de nuestra cultura son de origen judaico –Jesús, Marx y Freud– y, por lo tanto, trabajaron con la categoría de tiempo como historia.
No se consigue estudiar el marxismo sin profundizar en los modos de producción anteriores, para entender cómo se llegó al modo de producción capitalista. Y entender, enseguida, cómo sus contradicciones podrían llevar a los modos de producción socialista y comunista. El análisis marxista supone por tanto el rescate del tiempo como historia.
Si alguien hace análisis o psicoterapia, el psicoanalista pregunta al paciente sobre su pasado, su infancia, su educación. Si el paciente puede hablar sobre su vida intrauterina, tanto mejor… Toda la psicología de Freud es un rescate de nuestra temporalidad como individuos.
La perspectiva de Jesús era histórica. El Dios de Jesús se presenta con currículum vitae: no es un dios cualquiera –es Dios de Abraham, Isaac y Jacob–, o sea, un Dios que hace historia. La categoría principal de la predicación de Jesús es histórica: el Reino de Dios. Aunque situado allá arriba por el discurso eclesiástico, teológicamente no se sitúa allá arriba. El Reino es algo ahí adelante, es la culminación del proceso histórico.
Es curioso que en la Biblia la historia, como factor de identificación del tiempo, es tan fuerte que en el relato del Génesis la Creación del mundo ya aparece marcada por esa historicidad del tiempo antes de la aparición del ser humano.
Para muchos, historia es lo que hombres y mujeres hacen. Entonces, no habría historia antes del surgimiento de hombres y mujeres, tanto es así que se habla de prehistoria. Para la Biblia, ya hay historia antes de la aparición del ser humano. Tanto que los griegos consideraban al dios de los hebreos una entidad muy incompetente. Un verdadero dios crea como el Nescafé: instantáneo, y no a plazos, como muestra el relato bíblico. En el relato de la Creación, en siete días, ya hay historicidad. Y Paulo Freire, hombre de formación cristiana y militante adepto a los fundamentos del marxismo, supo percibir la importancia de la lectura del mundo como condición para la lectura del texto.
Al neoliberalismo no le conviene esta perspectiva. Por eso, no se puede hacer educación popular sin tener el “perchero vertical” en el que colgar las ropas… Ese “perchero” –el tiempo en cuanto historia– es fundamental para poder visualizar el proceso social y político. Esto sucede también en la dimensión micro de nuestras vidas. ¿Por qué hoy muchos tienen dificultad para hacer proyectos de vida? ¿Por qué hay jóvenes que llegan a los 20 años sin la menor idea de lo que pretenden ser o hacer en la vida? Para muchos de ellos, todo es aquí y ahora.
Por eso, si queremos rescatar el legado de Paulo Freire, el camino es volver al trabajo de base con las clases populares, adoptando su método en una perspectiva histórica, abierta a las utopías libertarias y al horizonte democrático. Fuera del pueblo no hay salvación. Y si creemos que la democracia debe ser, de hecho, el gobierno del pueblo para el pueblo y con el pueblo, no queda alternativa sino adoptar el proceso educativo paulofreiriano que sitúa a los oprimidos como protagonistas políticos e históricos.
Cuando Paulo Freire volvió de 15 años de exilio, en agosto de 1979, nos encontramos en São Paulo. Éramos vecinos y con frecuencia lo visitaba. Estrechamos mucho nuestras relaciones personales.
Un texto de hace 24 años
Termino este homenaje con este texto que escribí el día 2 de mayo de 1997, fecha de la transvivenciación de Paulo Freire:
“Ivo vio la uva”, enseñaban los manuales de alfabetización. Pero el profesor Paulo Freire, con su método de alfabetizar concientizando, hace que adultos y niños en Brasil y en Guinea-Bissau, en la India, en Nicaragua y en tantos otros lugares, descubran que Ivo no vio sólo con los ojos. Vio también con la mente y se preguntó si uva es naturaleza o cultura.
Ivo vio que la fruta no resulta del trabajo humano. Es Creación, es naturaleza. Paulo Freire enseñó a Ivo que sembrar uva es acción humana en y sobre la naturaleza. Y la mano, multiherramienta, despierta las potencialidades del fruto. Así como el propio ser humano fue sembrado por la naturaleza en años y años de evolución del Universo.
Coger la uva, aplastarla y transformarla en vino es cultura, señaló Paulo Freire. El trabajo humaniza la naturaleza y, al realizarlo, el hombre y la mujer se humanizan. Trabajo que instaura el nudo de relaciones, la vida social. Gracias al profesor, que inició su pedagogía revolucionaria con trabajadores del Sesi de Pernambuco, Ivo vio también que la uva es recogida por temporeros, que ganan poco, y comercializada por intermediarios, que ganan mucho más.
Ivo aprendió con Paulo que, aun sin todavía saber leer, él no es una persona ignorante. Antes de aprender las letras, Ivo sabía levantar una casa, ladrillo a ladrillo. El médico, el abogado o el dentista, con todos sus estudios, no son capaces de construir como Ivo. Paulo Freire enseñó a Ivo que no existe nadie más culto que otro, existen culturas paralelas, distintas, que se complementan en la vida social.
«Ivo vió la uva», y Paulo Freire le mostró los racimos, el parral, toda la plantación. Enseñó a Ivo que la lectura de un texto es tanto mejor comprendida cuanto más se inserta el texto en el contexto del autor y del lector. De esa relación dialógica entre texto y contexto, Ivo extrae el pretexto para actuar. En el inicio y en el fin del aprendizaje la praxis de Ivo es lo que importa. Praxis-teoría-praxis, en un proceso inductivo que torna al educando sujeto histórico.
Ivo vio la uva y no vio el ave que, desde arriba, mira la parra y no ve la uva. Lo que Ivo ve es diferente de lo que ve el ave. Así, Paulo Freire enseñó a Ivo un principio fundamental de epistemología: la cabeza piensa desde donde pisan los pies. El mundo desigual puede ser leído con la óptica del opresor o con la óptica del oprimido. Resultan lecturas tan diferentes una de otra como entre la visión de Ptolomeo, al observar el sistema solar con los pies en la Tierra, y la de Copérnico, al imaginarse con los pies en el Sol.
Ahora Ivo ve la uva, el parral y todas las relaciones sociales que hacen del fruto fiesta en el cáliz de vino, pero ya no ve a Paulo Freire, que se sumergió en el Amor la mañana del 2 de mayo de 1997. Nos deja una obra inestimable y un testimonio admirable de competencia y coherencia.
Paulo debía ir a Cuba, donde recibiría el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de La Habana. Al sentir dolorido su corazón, que tanto amó, pidió que fuese yo a representarlo. Pero yo tenía que ir a Palestina y no me fue posible atenderlo. Sin embargo, antes de embarcar fui a rezar con Nita, su mujer, y con sus hijos en torno a su semblante tranquilo: Paulo veía a Dios.

Fuente de la información e imagen: https://www.bloghemia.com

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Decanas y decanos plantean la evaluación de las actitudes para acceder a las facultades de Educación

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  • En enero el Ministerio de Educación prevé presentar un documento sobre la profesión docente. Ya ha habido reuniones con el Consejo de Decanas y Decanos de Educación en los que se han planteado posibles líneas de cambios. También ha habido encuentros informales con sindicatos, pero estos desconocen, siquiera, ligeramente, las intenciones del Gobierno.

«Pretendemos cumplir con el plazo», zanja Alejandro Tiana, secretario de Estado de Educación y uno de los máximos responsables de la redacción de la propuesta. Una propuesta que todavía está en el aire en muchos sentidos. Según este alto responsable, ha habido comunicaciones informales con los sindicatos, así como con las y los decanos de las facultades de Educación, aunque todavía no puede adelantarse mucho.

Muy informales, al menos, en opinión de Maribel Loranca, responsable de educación dentro de la Federación de Servicios Públicos de UGT. Asegura Tiana que están en fase de análisis y discusión con «todos los sectores que tienen algo que decir».

Es verdad que en los últimos 11 meses desde la aprobación de la ley, el Ministerio ha puesto prácticamente todos los esfuerzos en la preparación de los currículos de la Lomloe. Un trámite que requería también unos plazos muy apretados para que fuera posible que en el próximo curso escolar estuvieran listos, tanto los decretos de enseñanzas mínimas como los decretos autonómicos.

A esta premura se une el cambio en la cabeza del Departamento a final del curso pasado. La salida de Isabel Celaá y la llegada de Pilar Alegría han impuesto un cambio de ritmo, empezando por la necesaria «rueda de reconocimiento» de la nueva responsable del Ministerio con las diferentes organizaciones sociales y educativas. Que se ha sumado a la necesidad de llevar a cabo viajes por el territorio en las últimas semanas, apariciones en actos públicos y representación institucional de diferentes tipos.

Ahora, con el tiempo jugando bastante en contra, hay que pisar el acelerador, al menos, para cumplir los plazos de la primera etapa, es decir, tener un texto preparado para el mes de enero que poder enseñar a sindicatos y comunidades autónomas. Un texto que, lo más seguro, abrirá un tiempo de ardua negociación. «Quieren abrir el debate», es la sensación de Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO. García deja entrever que han comentado, efectivamente, informalmente, algunos aspectos de la propuesta que está elaborando el Ministerio, pero no hay nada claro.

Para él, por supuesto, hay elementos que deben estar presentes sí o sí: formación inicial del profesorado, ingreso a la función pública, desarrollo profesional a lo largo de los años. Pero también, cuestiones relativas a las condiciones laborales del profesorado. Y en este ámbito habla, por ejemplo, de «recuperar la sensatez» en relación al horario lectivo, o de las ratios y de la posibilidad de utilizar, para ello, la bajada de la natalidad que ya es notoria en muchos territorios. Desde el Ministerio, Alejandro Tiana se muestra cauto al hablar de la propuesta sobre la que trabajan. Lo están haciendo en diferentes líneas, pero «todavía es muy prematuro».

La actitud a examen

Además de otras posibilidades de transformación de los estudios de magisterio, las y los decanos plantean la posibilidad de crear pruebas específicas en las universidades, más allá de la EvAU estatal. Pruebas que se centren en cuestiones actitudinales de las y los futuros estudiantes. El objetivo sería seleccionar al «candidato idóneo», explica Carmen Fernández, presidenta del Consejo de Decanas y Decanos de Educación. «No todo el mundo puede ser docente; el expediente académico no puede ser el único filtro», asegura la decana.

Fernández asegura que este tipo de filtros que miden elementos como las habilidades sociales, la creatividad o el pensamiento crítico de las y los futuros docentes, pueden ponerse en marcha de forma objetiva. Además de esto, se trataría de tener claro que las y los candidatos son tolerantes, respetan la diversidad, la coeducación, o tienen un cierto compromiso social. «Se trata de valores universales», insiste la decana de la Universidad de Santiago de Compostela.

Junto a este análisis de las habilidades transversales, relacionadas con lo actitudinal, Fernández también habla de, por ejemplo, estudiar las razones que llevan a las personas a los estudios de magisterio para evitar que razones de poco peso («me gustan los niños») lleven a muchas y muchos a las facultades. Y, por supuesto, también sería necesario evaluar el rendimiento académico de las y los jóvenes.

Otros cambios en la formación

Uno de los puntos fuertes de la propuesta que está pendiente (nadie termina de saber si llamar al texto Estatuto Docente), tiene que ver con la entrada de jóvenes a las facultades para formarse en Magisterio o en el Máster de secundaria. Es un punto conflictivo porque, además de participar en ello el Consejo de Decanas y Decanos, también lo hacen el Ministerio de Educación y el de Universidades.

Carmen Fernández explica que ya han tenido dos reuniones con Educación. Universidades todavía no se ha unido a las conversaciones. En la primera, representantes de la Administración explicaron a las y los decanos en qué consistía la reforma curricular puesta en marcha. En la segunda, los últimos hablaron sobre los puntos que ven claves para la reforma de la formación en las universidades.

El Consejo de Decanos de Educación lleva varios años trabajando más o menos intensamente en la reformulación de unos estudios regulados al milímetro mediante diferentes órdenes ECI. Estos textos impiden a las facultades reformar los estudios universitarios, más allá de algunos detalles cosméticos, asegura Fernández. De esta forma, desde el cambio de gobierno de 2018, el Consejo se puso a trabajar en la reforma completa.

El pasado día 5, las y los decanos, en la reunión con el Educación, le expusieron los elementos que entienden que hay que abordar necesariamente: el acceso a los títulos; su masificación (con el aumento de las universidades privadas y de las ofertas online) y, «poner sentido al acceso», comenta Fernández, es decir, «la regulación del número de plazas (ofertadas) evitando la mercantilización».

Entre los elementos que ven necesario reformular está el grado de la experimentalidad de los estudios; habría que aumentarlo. Esto supondría la reducción de las ratios de estudiantes en según qué materias, relacionadas con la práctica docente. En Medicina, explica Fernández, tienen el nivel mayor y tienen clases con siete alumnos. Magisterio tiene la experimentalidad mínima, lo que hace que haya decenas de chicas y chicos en clase. «No es lo mismo trabajar con 90 alumnos o 40, como trabajamos con algunos grupos prácticos que hacerlo con 12 o 14».

Además, habría que hacer modificaciones en el prácticum de estos estudios, también el currículo («fragmentado y enciclopédico») o fijar los perfiles docentes en las facultades de educación para decidir quién imparte en el prácticum o desarrollar los perfiles de los docentes asociados en las facultades.

Uno de los problemas principales en este sentido es que los cambios de las órdenes y el consenso para lograrlos, pueden llevar una gran cantidad de tiempo. En un primer momento, las y los decanos de Educación deberían ponerse de acuerdo en qué y cómo reformar (algo que, según Carmen Fernández, es más o menos sencillo); también es necesario tener la complicidad del Gobierno y pasar la aprobación de las diferentes agencias de evaluación autonómicas y estatal.

Los plazos se terminan

El tiempo se le acaba al Ministerio para presentar algún documento. Enero es el horizonte legal para presentar la propuesta. Las fuentes consultadas no creen que todavía haya ningún documento muy fundamentado o elaborado.

En la memoria de mucha gente está la negociación fallida del Estatuto Docente de 2007. A pocas conversaciones de su firma definitiva, las conversaciones saltaron por los aires. La cuestión económica que debería llevar aparejada la reformulación de la carrera docente (vertical y horizontal) así como las condiciones laborales y los primeros destellos de la crisis de 2008 dejaron aquel documento en papel mojado.

Algunos de los protagonistas de entonces, vuelven a estar presentes. Tanto Alejandro Tiana (como secretario general) como Fernando Gurrea, como subsecretario de Educación, ya tuvieron que sentarse a negociar con los sindicatos. Podría ser una «modernización», piensa Loranca, de FeSP-UGT, pero ahora mismo, asegura, no saben cuáles son las intenciones del Ministerio.

Esta situación, la de la repetición de los protagonistas ministeriales, hace pensar en la posibilidad de que se vuelva a presentar un documento a los sindicatos que tenga similitudes con aquel de 2007. Pero es imposible saberlo. Es lo que se desprende de la conversaciones con los diferentes representantes de los sindicatos, que desconocen por dónde irán los tiros del documento que Educación ha de presentar en unas pocas semanas.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2021/11/15/decanas-y-decanos-plantean-la-evaluacion-de-las-actitudes-para-acceder-a-las-facultades-de-educacion/

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