Page 189 of 454
1 187 188 189 190 191 454

ENTREVISTAS Beñat Flores: “Es muy importante que en la universidad el alumno esté en contacto con el mundo profesional y no en una burbuja”

Aunque en California sea ya una forma de trabajar muy habitual, el «Design Thinking» aún no es tan conocido. El profesor e investigador nos explica cómo aplicarlo en educación.

En apenas dos años ha pasado de ser alumno a ser profesor e investigador de la Universidad de Mondragón. Beñat Flores sabe muy bien lo importante que es la motivación en el proceso de aprendizaje, por eso, presta especial atención a las necesidades de los alumnos, tal y como lo hace el Design Thinking con sus clientes. Para que algo funcione, es imprescindible adaptarse a la demanda.

En un contexto donde todo es efímero y la competencia muy alta, se necesitan nuevas ideas. De ahí la importancia de trabajar la creatividad durante todo el proceso educativo. Beñat Flores, recién llegado de California, lo investiga en los estudios universitarios, basándose en la metodología Design Thinking. En la entrevista, el profesor e investigador de la Universidad de Mondragón, nos cuenta cómo el error es una oportunidad para mejorar, los beneficios de trabajar en equipo y la importancia de mantenerse despierto y abierto para responder de forma óptima al mercado actual.

Antes de nada, Beñat, situémonos. ¿Qué es el Design Thinking?

Algunos lo catalogan como una metodología, otros como una manera de pensar. Proviene de los Estados Unidos y nació en los años 70, en la Universidad de Stanford, California. Su objetivo es, por un lado, entender muy bien las necesidades del usuario, conocer tan bien a tu usuario hasta el punto de ser capaz de empatizar y ponerse en su piel. Por otro lado, mediante ciertas técnicas para fomentar la creatividad, se pretende dar una solución innovadora a las necesidades que tiene tu usuario.

En Estados Unidos es una metodología que se lleva aplicando e investigando en educación desde hace muchos años. En cambio, fue en el año 2005 cuando la Universidad de Stanford inauguró la d.school, escuela de diseño, ya cuando empezó a adquirir bastante más fama. Desde entonces, hay muchos colegios y universidades que intentan replicar esa manera de trabajar pensando que los alumnos salen mejor preparados para un mercado del sigo XXI, la cual exige que tengan ciertas competencias hasta ahora no tan necesarias o demandadas, como la creatividad o la innovación.

Has decidido emprender una tesis doctoral centrada en el Design Thinking, la cual pone en cuestión si fomenta la creatividad del alumno. ¿De dónde nace la idea?

La pregunta de probar la eficacia de esta metodología nace cuando la Universidad de Mondragón puso en marcha el laboratorio de ideas llamado “Goikolab”. Eso fue en el curso académico 2013-14, pero, antes, parte del profesorado ya había visitado California para ver qué tendencias hay en educación, y volvieron con la idea de aplicar el Design Thinking en el contexto del País Vasco. Dicho laboratorio se fundó con el objetivo de diferenciar los alumnos de la Universidad de Mondragón, en concreto del Grado de Comunicación Audiovisual, de otros estudiantes del mismo grado, en ser más creativos.

Yo tuve la oportunidad de ser la primera generación que pasó como alumno por este laboratorio, pero entonces era una experiencia piloto en la que había muchas cosas por mejorar. Faltaba formación, faltaban medios, un seguimiento… En California tienen muy interiorizada la metodología del Design Thinking, es parte de la cultura de trabajo. En cambio, me atrevería a decir en Europa, y más aún en el País Vasco, se trata de algo relativamente nuevo. Y como todo, necesita su periodo de adaptación.

Yo mismo, como participante, tenía ganas de perfilar esa experiencia, y dicha inquietud personal se juntó con la ambición de la Universidad de Mondragón por querer alcanzar la meta que se impuso: trabajar el Design Thinking con el objetivo de fomentar la creatividad de los alumnos que pasen por esa facultad de Comunicación. De ahí, el próximo curso, una vez graduado y probada la experiencia piloto, se plantea la opción de hacer un trabajo de investigación, documentar las siguientes generaciones que pasen por ese laboratorio aun en marcha y, año tras año, introducir mejoras en base a las necesidades que los propios alumnos planteen.

“Saber qué es lo que los clientes quieren es indispensable para crear algo a lo que quieres sacar rentabilidad”

Innovación, liderazgo, objetivos, proyectos… son conceptos empresariales que ha adoptado el mundo de la educación los últimos años. El Design Thinking también es una metodología comercial, “el pensamiento de los diseñadores” lo llaman.

Sí, el mundo empresarial se ha percatado de la importancia de llegar a los usuarios. Empezaron a fijarse en la manera en que los ingenieros o diseñadores trabajaban y se dieron cuenta de que era diferente; en el proceso de creación de una idea, un producto o un servicio, tienen en cuenta desde el primer minuto a su usuario y a sus necesidades. Saber qué es lo que los clientes quieren es indispensable para crear algo a lo que quieres sacar rentabilidad.

Hoy por hoy, la universidad no es un centro al que se va a sentarse en una silla a tomar apuntes y a aprobar exámenes, sino que se entiende como un pequeño polo de innovación, incluso una incubadora de startups. Brinda al alumno la oportunidad de crear un grupo en el que, en un contexto controlado, puede simular lo que va a ser el mundo laboral una vez terminado el Grado. Y el Design thinking casa muy bien en ese contexto.

Se hace algún tipo de distinción entre en Design Thinking educativo o empresarial?

No hacemos distinción entre el Design Thinking que se aplica en educación o en una empresa, la forma de trabajar es la misma. Es más, no creo que haga falta. De hecho, los mismos expertos en esta metodología imparten cursos tanto en empresas como en centros educativos.

Qué beneficios puede tener este método en el alumno o futuro profesional?

La primera ventaja es que te permite trabajar dando solución a un reto real, y eso hace que la motivación intrínseca del alumno se dispare. Cuando tú sabes que estás dando una solución a algo real, algo que una empresa va a aplicar, me parece que el reto te lo tomas de una manera muy diferente que si se quedase en un nivel académico. Creo que el alumno va con otra predisposición a trabajar.

Por otra parte, le da la oportunidad de conocer el mundo real, el mundo profesional de primera mano. Es muy importante que en los años de universidad el alumno tenga contacto con el mundo profesional y no crea que la universidad es una burbuja que está al margen. Si no, se corre el riesgo de que haya discordancias. Cuando uno sale de la universidad, se siente protegido y piensa que todo va a ser así, pero no lo es. Los profesores nos dan las herramientas, no el conocimiento, y tenemos que empezar a cambiar ese pensamiento.

Cada vez se tiende más a trabajar en grupo, ¿crees que es compatible con el desarrollo individual del alumno?

Absolutamente. Es muy importante aprender a trabajar en grupo, y no me refiero a dividirse las tareas y que cada uno trabaje de forma individual. El Design Thinking, si en algo pone empeño y énfasis, es en trabajar la comunicación en grupo. Es inevitable que cada persona adquiera un rol, y eso está bien, pero después tiene que haber muchas puestas en común. De ese modo, se trabaja la comunicación entre personas, así como la visual, a través de diferentes técnicas (lluvia de ideas, juegos…).

En definitiva, la cohesión del grupo es crucial. Si eso se hace bien, es increíble la cantidad de oportunidades que te puede dar el trabajar así para aprender el uno del otro. Se convierte en una manera de trabajar en la que tu aprendes de tu compañero, tu compañero aprende de ti y todo el mundo tiene algo de qué nutrirse. Todos tienen algo que aportar, por lo tanto, sí, se trabaja en grupo pero cada uno tiene oportunidades infinitas de aprender a nivel individual.

Además, el ideal del Design Thinking es que el grupo de trabajo esté formado por gente de diferentes disciplinas; abogados, ingenieros, educadores, veterinarios… Aunque, aparentemente, pueda parecer contradictorio, es muy enriquecedor. En Estados Unidos lo hacen.

Has mencionado Estados Unidos, acabas de volver de California, de la Universidad de Stanford, ciertamente lugar donde se empezó a desarrollar el Design Thinking de manera teórica. ¿Cómo valoras la experiencia?

Ha sido una experiencia muy positiva. Al principio fue un shock porque allí tienen muy interiorizado el Design Thinking en la manera de trabajar, incluso de pensar y, para alguien que viene de fuera, es costoso adaptarse. No mencionan el Design Thinking como tal, pero no hay necesidad, ya que lo tienen muy asimilado. Tuve la oportunidad de asistir como observador (allí lo llaman auditar) a un máster de ingeniería mecánica, ME310, donde trabajan el Design Thinking, pero creo que no mencionaron el término en ninguna clase. Hablan de empatía hacia el usuario, de entrevistas… como parte de la metodología. Una vez a la semana, hacíamos una reunión en la que, simplemente, hablábamos. Uno venía del ámbito de la informática, otro de la robótica, yo de la comunicación audiovisual y hablábamos. Al principio me costó ver la finalidad o utilidad de eso, pero luego te das cuenta de que de esas interacciones, siempre eras capaz de sacar algo para tu  propio trabajo de investigación.

Aquí intentamos hacer todo más explícito y por eso, a lo mejor, suena más artificial. Parece que estamos siguiendo algo paso a paso como el que sigue una receta, algo que seguramente un buen cocinero no necesita.

“Tenemos mucho miedo al fracaso”

Stanford, Palo Alto… se caracterizan como zonas innovadoras y creativas, ¿tú también lo has percibido así?

Sí, por supuesto. No hay más que ver en el mapa donde están las grandes corporaciones que hoy en día “mandan” en el mercado. Amazon, Google, Apple, Facebook… están rodeando San Francisco. Y no creo que sea casualidad. Creo que en cierta manera tendrá que ver con la forma de ser de la gente de allí; gente muy liberal, abierta al mundo y gente que se permite fallar. Esto último considero que es muy importante, aquí hay mucho miedo al fracaso y es algo a lo que no estamos acostumbrados, no nos lo permitimos. Creo que en la mentalidad del americano sí que está “el sueño americano”, el “voy a salvar el mundo” y el ponerse metas aparentemente imposibles. No paran de intentarlo, no se dan por vencidos y no entienden el fracaso como algo definitivo, sino que les sirve para analizar qué es lo que no ha funcionado y partir de esa base para mejorar y para cambiar. Por ello creo que la persistencia es algo que define muy bien a los americanos, o por lo menos a la gente que he tenido la oportunidad de observar en la zona de Silicon Valley.

Y eso es lo que nos falta a nosotros.

Sí, eso es. Creo que no es algo que se pueda conseguir de la noche a la mañana, pero sí se puede trabajar, y más si contamos con ayuda externa. Las inercias de tu grupo de investigación, universidad o empresa, pueden llevarte a funcionar de una manera en la que no te permiten abrir la mente y contemplar otras posibilidades. Es muy fácil caer en la inercia de “hagamos lo más fácil”. En cambio, si queremos cambiar nuestra forma de trabajar y/o pensar, es una buena opción el barajar la posibilidad de pedir ayuda a alguien que tenga ese cambio muy interiorizado, que nos enseñe cómo hacerlo e intentar mantenerlo.

¿Qué tenemos que cambiar?

Lo primero de todo creo que es perder el miedo a probar cosas diferentes y a fracasar. En educación eso es difícil porque existe una gran presión sobre los docentes para formar de una manera eficaz a esos futuros profesionales, que son la base de la sociedad. Por eso, entiendo que haya miedo y que no todo el mundo lo vea como lo vemos en la Universidad de Mondragón. Eso sí, creo que los alumnos agradecen que su experiencia de aprendizaje sea diferente a la que han tenido durante los años de la enseñanza obligatoria. Cuando uno llega a la universidad y descubre que hay otras maneras de aprender, y además es un aprendizaje mucho más significativo, lo agradece. Tenemos que empezar a cambiar pequeñas cosas y luego, aplicarlo a escalas mayores.

“No se busca la solución óptima, sino que la opción que satisfaga las necesidades del usuario, una solución que funcione”

Para terminar, Beñat, ¿te atreverías a predecir el futuro? ¿Qué camino crees que seguirá nuestro sistema educativo en los siguientes años?

No soy muy bueno haciendo predicciones, pero creo que apuntando en esta dirección no vamos mal encaminados. En Estados Unidos nos llevan unos años de ventaja respecto a la experiencia en otras maneras de enseñar y de aprender, y los resultados están siendo muy interesantes; prueba de ello pueden ser Facebook y Uber, que son relativamente nuevos. Me parece que en ese sentido avanzamos un paso por detrás, ya que tendemos a mirar lo que pasa allí para traerlo y adaptarlo a nuestro sistema.

De lo que sí estoy seguro es que la manera de enseñar actual está agotada. No es la primera vez que leo que estamos formando a alumnos del siglo XXI, con métodos de una universidad del siglo XIX. Por lo tanto, no sé si este es el camino, pero, desde luego, anclarse en las metodologías aplicadas hasta ahora, no lo es. Es más, el futuro de la universidad tiene un reto importante. Muchos docentes se están llevando las manos a la a cabeza porque no saben lo que va a pasar con ellos. Tendemos a trabajar más a distancia y el tema de los MOOC creo que es algo que no tenemos que ignorar. Hoy en día, el aprendizaje no es sinónimo de ir a la universidad, aprendemos por tantos canales diferentes que la universidad pasa a ser uno más. Así las cosas, considero que la universidad sí que tiene que replantearse y ofrecer al alumno algo que no va a adquirir a través de Internet. Y creo que el Design Thinking encaja bastante bien ahí, por ser una experiencia en la que tienes que trabajar en grupo, para un usuario real, te obliga a salir a la calle… No sé si es la única dirección, pero precisamente esa es la esencia del Design Thinking. No se busca la solución óptima, sino que la opción que satisfaga las necesidades del usuario, una solución que funcione.

Fuente: http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/benat-flores-importante-la-universidad-alumno-este-contacto-mundo-profesional-no-una-burbuja/
Comparte este contenido:

ENTREVISTAS Teun van Dijk, el análisis del discurso hoy

El profesor de la Universidad Pompeu Fabra reflexiona sobre la importancia del discurso en la educación y la alfabetización mediática

En la educación y alfabetización mediática como también en la formación de ciudadanos mediáticos, es valioso e importante el análisis del discurso. De otra parte para los investigadores esta es, entre otras, una metodología necesaria a la hora de abordar fenómenos de la sociedad actual.

El profesor de la Universidad Pompeu Fabra Teun van Dijk, es el teórico más importante en este campo de estudios, con una obra extensa y profunda, y en esta entrevista nos aporta aspectos del discurso en diferentes áreas del conocimiento, y en cuestiones actuales como la posverdad, la lucha por los derechos de las minorías y el populismo. Lo entrevisté en su despacho del Centro Internacional de Análisis del Discurso, ubicado en La Ramblas de Barcelona.

A continuación la entrevista:

 

Fuente: http://www.aikaeducacion.com/entrevistas/teun-van-dijk-analisis-del-discurso-hoy/

 

Comparte este contenido:

“La educación debería ser el mejor juego”. Entrevista a Peter Vesterbacka

Entrevista/19 Julio 2018/Autor y Fuente: Semana educación

Peter Vesterbacka, una de las mentes detrás del éxito de Angry Birds, ha iniciado revolucionarios proyectos educativos en los últimos años. Semana Educación habló con él sobre la importancia de la diversión en el aprendizaje y cómo fomentar el juego en el sistema educativo.

SEMANA EDUCACIÓN: ¿Cuál cree que es el rol de la felicidad en los procesos de aprendizaje?, ¿un sistema educativo debería tener en cuenta la felicidad?

PETER VESTERBACKA (P.V.): La ONU acaba de declarar a Finlandia como la nación más feliz del mundo. Considero que si le preguntas a cualquier padre sobre la felicidad de sus hijos, sin duda te responderá que es fundamental. Así que, como respuesta a tu primera pregunta, creo que la felicidad es absolutamente esencial en el proceso de aprendizaje.

Ahora, también creo que es muy importante que cada persona encuentre su pasión y su interés en la vida, y los colegios tienen que ayudar con esto. Aunque parezca obvio decirlo, no todos los sistemas educativos tienen en cuenta esta premisa: el colegio debe educar para la vida y no para los exámenes. Antes he usado estos ejemplos, pero creo que es importante volver a mencionarlos. En Singapur es tan alta la presión y competitividad escolar que los niños le compran videojuegos a sus amigos para distraerlos de los exámenes. En Corea, 25% de los estudiantes de básica consideran el suicidio por la presión académica. No creo que ningún colegio pueda darse el lujo de tener estas estadísticas.

SEMANA EDUCACIÓN: Clash of Clans, otro de los videojuegos más populares de la última década, también nació de una compañía finlandesa. ¿Considera que el sistema educativo de Finlandia es responsable de este fenómeno empresarial? ¿De qué maneras cree que contribuye a gestar un ambiente de emprendimiento y desarrollo tecnológico?

P.V.: Creo que el fenómeno de los videojuegos se puede ver también en otros campos tecnológicos. Pocas personas lo saben, pero Finlandia es uno de los países más avanzados en la investigación de Inteligencia Artificial. Si tienes en cuenta que somos solamente medio millón de habitantes, no puedes ignorar el impacto de la educación en la construcción de dicho fenómeno. Lo que de manera más directa contribuye al emprendimiento es que nuestra educación no mata la creatividad.

Un amigo chino que se mudó hace diez años a mi país me contaba lo sorprendido que estaba cuando vio el nivel de innovación, la calidad de los recursos y la educación finlandesa. Estos tres factores permiten que los individuos piensen por sí mismos y les da las herramientas para ser personas motivadas e independientes.

SEMANA EDUCACIÓN: ¿Qué cree que la educación puede aprender de la industria del entretenimiento?

P.V.: Tenemos que considerar la educación, el emprendimiento y el entretenimiento como un conjunto. Tenemos que darnos cuenta de que hay muchas cosas que podemos hacer con nuestro tiempo: podemos jugar Angry Birds, ver una película en Netflix o estudiar. La clave es crear el mismo nivel de experiencia de los juegos para la educación. La educación debería ser el mejor juego, debería crear una vivencia que te cautive y te vuelva casi adicto a aprender. Esto es algo que los diseñadores de juegos hacen muy bien: crean experiencias adictivas y fantásticas para atraparte.

Si el juego te conecta, aprendes sin darte cuenta. Los resultados de un estudio que hemos conducido desde los años ochenta así lo demuestran: los niños tienen un mayor nivel de inglés que las niñas solo porque pasan más tiempo jugando videojuegos en inglés. Creo que este ejemplo muestra a la perfección cómo aprendes de fácil cuando estás motivado y te diviertes. La educación necesita ser tan divertida como los juegos y ofrecer las experiencias más cautivantes. Y no es tan simple, en el proceso debemos derribar varios estereotipos. Un juego educativo, por ejemplo, no tiene licencia para ser aburrido solo porque es sobre la tabla periódica o porque quiere enseñar algo. Tampoco se trata de hacer que un juego educativo solo sea divertido, puede ser incluso retador y frustrante, como pueden llegar a ser todos los juegos. Lo importante es que estés tan inmerso que quieras luchar y seguir jugando. Este tipo de interés es el que tenemos que crear en la educación.

SEMANA EDUCACIÓN: ¿Tuvo esto en cuenta al crear su nuevo juego educativo, Big Bang Legends?

P.V.: ¡Claro! Reunimos a los mejores científicos del CERN, Oxford y otras instituciones con los mejores pedagogos y diseñadores de juegos para crear un juego interactivo en el que los niños pudieran aprender física de partículas mientras se divertían. Me he encontrado con chicos que son fanáticos de alguno de nuestros personajes y saben perfectamente sus propiedades. Así, en vez de amar a Pikachu, aman a Hidrógeno o a Helio y los conocen a la perfección. Incluso he visto niños de 5 años que conversan sobre quarks y protones.

SEMANA EDUCACIÓN: Otro de sus proyectos educativos es Fun Academy. ¿En qué consiste y cómo se diferencia de los demás?

P.V.: En Fun Academy creamos un método y una filosofía de enseñanza divertidos, enfocándonos en la etapa más importante del desarrollo, en el rango de edad de 3 a 6 años. Múltiples estudios han probado que la educación de buena calidad durante este periodo tiene mayor impacto en la vida adulta. En Fun Academy tomamos el método Montessori y lo actualizamos con tecnología. Tenemos jardines infantiles en países como Brasil y China, y lo que buscamos es que los niños aprendan mientras se divierten. Trabajamos también con Space Nation y realizamos programas de entrenamiento de astronautas en colaboración con la NASA en los que incluimos a los niños de Fun Academy. Es un programa muy divertido.

SEMANA EDUCACIÓN: ¿Por qué está visitando Colombia?

P.V.: Estuve en una reunión con la ministra de Educación y acordamos trabajar desde Edunation, otro de los emprendimientos finlandesas que busca crear puentes educativos entre las naciones y promocionar nuestro sistema educativo. Queremos trabajar en conjunto para llevar la educación de Colombia al mismo nivel que la finlandesa en los próximos diez años. Porque, ¿sabes cuál es la mejor escuela en Finlandia? Simplemente la que esté más cerca a ti, pues todas tienen un excelente nivel. Deseamos que eso pase en Colombia. Como parte de esta alianza, hemos decidido promover los estudios universitarios de los colombianos en nuestro país. Pretendemos que 10.000 estudiantes asistan a nuestras instituciones de educación superior. Sabemos que es un número grande, pero solo así habrá un impacto en el sistema educativo. A través de Icetex he podido visitar el país en dos oportunidades con el programa Fellows Colombia. Ahora estamos trabajando en un piloto para aumentar la movilidad de colombianos a Finlandia.

Este será uno de los temas a tratar en la Cumbre Líderes por la Educación 2018, el evento más esperado del sector. Se llevará a cabo en Bogotá el próximo 19 y 20 de septiembre.

Imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2018/7/13/575095_1.jpg

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/peter-vesterbacka-entrevista/575094

Comparte este contenido:

María Victoria Abregú: El alumno en el centro de la escena, el desafío para mejorar la calidad educativa

En el marco del programa “Líderes para el Aprendizaje” de la Fundación Banco Entre Ríos, dialogamos con la Lic. María Victoria Abregú, Magister en Educación,  acerca del rol actual de los directivos y la construcción de una gestión orientada a la mejora en la calidad educativa.

Hacer foco

Existen múltiples aspectos que deben ser considerados a la hora de diagramar e implementar un  plan que contribuya a la mejora en calidad educativa. En opinión de la experta en Educación, María Victoria Abregú “una buena gestión es aquella que puede lograr focalizar en el rol pedagógico de los equipos directivos y poner al alumno en el centro de la escena. Es todo un aprendizaje porque en general en las escuelas trabajamos reactivamente, atendiendo lo que el afuera demanda (que es mucho) y tratando de transitar el contexto que nos atraviesa,  del mejor modo posible”.

Con ese acontecer del contexto interno y externo, muchas veces lo importante queda relegado. En este sentido, la especialista sostiene que “en ese atajar todo, lo importante tendrá que ver con construir experiencias de aprendizaje dotadas de sentido, con mirar lo que acontece dentro del aula, con acompañar a los docentes dentro y fuera de la clase: en la revisión de sus prácticas, en la mejora de sus planificaciones, en la reflexión colectiva. Como dice Alfredo Vota, un buen director  para la Argentina del siglo XXI es un  director enfocado en lo que el alumno necesita para aprender más y mejor”.

La clase de hoy

“Ser director hoy es más complejo que hace 10 o 20 años. Los docentes estamos formados en paradigmas que han caducado, porque las tecnologías han llegado para quedarse y porque, por suerte y gracias a políticas educativas que lo han favorecido, el acceso a la escuela es un derecho de todos y no solo de algunos”, reflexiona la especialista sobre la experiencia de la escuela actual.

Por eso, hay varios desafíos que tienen que afrontar tanto directivos como  docentes para fortalecer su rol. La Lic. Abregú destaca que “un primer paso es hacernos tiempo para mirar y acompañar lo que acontece dentro del aula. Y el otro aspecto que considero fundamental es la formación en estrategias que sentimos que nos faltan para dar respuesta al alumno actual y a la clase que hoy encontramos en las escuelas.  Es decir, estrategias ligadas al enfoque de aulas heterogéneas, a los modos de enseñar, al rol de las tecnologías como potenciadoras de aprendizajes significativos y modos de evaluación que busquen generar aprendizajes y no solo la acreditación”.

En cuanto  al lugar del saber en la escuela, la especialista expresa que “todavía es una deuda pendiente de nuestro sistema (sobre todo en el nivel secundario) que los alumnos, además de estar en la escuela, aprendan contenidos socialmente significativos”.

Una mejora auténtica

“Solemos decir que no existe el plan de mejora perfecto. Un buen plan de mejora es aquel que la escuela hace suyo, que se lo apropia. Cuando deja de ser un requisito a cumplir (cumpli-miento) y se transforma en una auténtica herramienta de gestión”.

También sostiene que una mejora es auténtica “cuando se centra en la dimensión pedagógica y en las condiciones necesarias para lograr aprendizajes genuinos, buscando respetar trayectorias reales de los alumnos y reflejando la profunda confianza en que todos los alumnos pueden aprender. Cuando con sus acciones busca, como dice Philippe Meirieu (investigador y pedagogo francés) ‘que el futuro de nuestros alumnos, no sea un destino’”.

Acerca de “Líderes para el Aprendizaje”

Fundación Banco Entre Ríos, en alianza con el Consejo General de Educación de la Provincia, Universidad de San Andrés, y Asociación ORT Argentina, implementó jornadas de capacitación destinadas a la formación  de rectores y vicerrectores de escuelas secundarias públicas, de gestión estatal y gestión privada, de la Provincia.

Las jornadas de capacitación tuvieron el fin de generar en los directivos nuevos significados y nuevas prácticas para la gestión de las escuelas en la actualidad.

Durante las capacitaciones, se combinaron instancias presenciales y virtuales, con una metodología participativa. Se trabajó con análisis de casos y ejemplos proporcionados tanto por los capacitadores como por los mismos participantes, abriendo espacios de intercambio y reflexión.

* María Victoria Abregú: Magister en Gestión Educativa, docente de la Universidad de San Andrés. Es también Lic. en Ciencias de la Educación (Universidad de Buenos Aires), y Profesora de Nivel Inicial (Instituto Sara Eccleston). Tiene un Diploma en Tecnología y Educación (Flacso). Se desempeña actualmente como asesora y capacitadora en temas de gestión institucional de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés.

Comparte este contenido:

“La educación, además pública, no debería costar ningún dinero a nadie”. Entrevista a Teresa Salazar

Entrevista/19 Julio 2018/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/Fuente: El diario la educación

Teresa Salazar es una alumna de FP de casi 20 años. Entre sus cualidades, tener las ideas claras sobre algunos problemas del sistema educativo. Es un ejemplo de cómo los Objetivos de Desarrollo Sostenible impactan en la vida de las personas.

Teresa es una joven de 19 años, casi 20. Como muchas otras jóvenes lleva una camisa de grandes rayas verticales, unas gafas de montura retro, los labios pintados de un potente color.

Acaba de terminar un Grado Medio de peluquería. Un oficio que le gusta, aunque cree que está poco valorado. Le gustaría montar su propia peluquería algún día. Pero antes de eso va a seguir estudiando. Ahora un Grado Superior de Integración Social. Es una joven con ambiciones, las ideas claras y la voluntad de hacer lo que cree necesario para hacerlo.

Teresa es una joven gitana a la que una vez, con 12 años, una profesora de Biología, “la recuerdo perfectamente”, le dijo que iba a fracasar como persona. Aquel día no había llevado los deberes hechos. Ante 30 compañeros Teresa lloró. Hoy le gustaría encontrarse con esa docente para hacerle una demostración de cómo no ha fracasado como persona en absoluto.

“Si hoy la viera, le diría: ‘Mira, no he fracasado como persona, no te he dado el gusto de que lo vieses y mira, me saqué el graduado escolar, mi titulación de grado medio y voy a seguir estudiando’”.

Es una de las muchas historias de éxito que pueblan el sistema educativo. Una de las no tantas historias de jóvenes mujeres gitanas que han superado la ESO y han seguido más allá. Y quieren seguir más allá. Es, o debería ser, ejemplo para muchas otras. Pero no solo para las chicas, también para sus familias.

Y más importante todavía, ejemplo para las familias payas que evitan que sus hijas e hijos estén en un centro educativo con personas gitanas y para esas administraciones que poco o nada hacen para evitar la formación de centros gueto en los que la población gitana se queda aislada dentro de sus barrios, sobrerepresentada frente a su número en el vecindario.

La de Teresa es una historia que ha servido para ilustrar el informe Una Agenda 2030 transformadora para las personas y el planeta en el que decenas de organizaciones de la sociedad civil han colaborado para repasar los retos que se le plantean a España para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) previstos para 2030.

El punto 4 de los ODS

El cuatro de estos objetivos es el de una educación de calidad e inclusiva para todas y todos. Y la población gitana, a pesar de los grandes avances que se han dado en los últimos 40 años, todavía se encuentra lejos de los estándares de sus compañeras y sus compañeros payos.

Para Teresa, entre los factores que han hecho posible su progresión dentro del sistema educativo ha sido, primero y primordial, el apoyo de su madre y de su padre. “En mi caso lo tuve por parte de mi padre y de mi madre. Un apoyo súper importante. De hecho ambos me han dicho desde pequeña que como mínimo el graduado. Siempre”.

En segundo lugar, el apoyo que consiguió de manos de la Fundación Secretariado Gitano y algunos de sus programas centrados en hacer actividades después de la escuela, apoyo al alumnado con más dificultades para seguir el ritmo o el apoyo frente a exámenes de toda índole. Ella participó en el programa Promociona, “en el que tenías un profesor que te ayudaba a prepararte exámenes, tareas y cosas que no entendieses”.

Tanto Carolina Fernández, como Mónica Chamorro, responsables de incidencia y educación de la Fundación, insisten en la necesidad de que el sistema educativo se haga cargo de este tipo de apoyos para el alumnado que así lo necesite. Ya no solo personas de etnia gitana, sino alumnado con necesidades educativas especiales.

“Todo el alumnado tiene derecho a la educación, es un derecho fundamental, que no debe traducirse solo en una matriculación”, asegura Chamorro. “Hay que poner los medios necesarios para atender a la particularidad” de cada alumno.

“Para garantizar el derecho a la educación hacen falta apoyos desde el sistema público suficientes y adaptados a cada alumno”, insiste Fernández.

Muchas cosas han cambiado, pero Teresa, a sus casi 20, y escolarizada desde los tres años, todavía recuerda desde muy al principio de su llegada al sistema educativo, el trato que recibió por parte de sus compañeros, también de algunas y algunos docentes, por el hecho de ser gitana. “No entiendo de dónde viene ese miedo que nos tienen”.

“Desde bien pequeña, desde los tres añitos que empecé el cole, notaba la discriminación por parte de alumnos como de profesores por el simple hecho de ser gitana”, asegura. Pero “primero somos personas, después soy gitana. El hecho de ser gitana no te hace ser menos o peor”.

Para ella, entre las cosas importantes que deberían cambiar del sistema educativo, son las clases segregadas en las que solo hay niñas y niños gitanos. “No sé por qué las hacen, al igual que esas clases de apoyo directamente por ser gitano. Me acuerdo, solo por ser gitano te metían. No hacían una prueba para ver qué nivel tenías, o en qué asignatura ibas peor”.

También apunta, ahora que comienza un Grado Superior, y dado que lo hará en un centro público, los estudios deberían ser gratuitos. “Hay familias que no pueden acceder” porque, a pesar de que hay becas, algunas familias no las reciben. “La educación yo creo que, además pública, no debería costar ningún dinero a nadie”.

El informe

El informe Una Agenda 2030 transformadora para las personas y el planeta es un repaso, a través de los datos y también de las personas, de la situación social en España de cara a la Agenda 2030. Trata cuestiones como el acceso a la vivienda, el medio ambiente, las violencias en la sociedad (machista, contra la infancia…) o la realidad de las personas que viven en situación de pobreza o exclusión social. Por supuesto, la educación es uno de los puntos que se tratan.

El documento repasa algunas de las debilidades del sistema educativo y señala a la calidad y la inclusión como dos elementos en los que debe mejorar.

Pone la mirada en la alta tasa de abandono escolar temprano (AET), por encima de la europea en 8 puntos porcentuales. Cifras que empeoran en el caso de estudiantes migrantes o de etnia gitana. En el primer caso su tasa de AET es del 30%; en el segundo del 63,7%. También en la tasa de repetición, que a los 15 años es del 30% del alumnado.

Las becas y ayudas también aparecen mal paradas en el informe, que asegura que tienen un bajo impacto redistributivo. Suponen el 2,2% del gasto en la educación obligatoria, mientras que en la UE la media es del 3,6%. Tienen poco impacto en elementos como el comedor, el transporte, el material escolar, el refuerzo educativo y las clases extraescolares, de manera que buena parte de la población no tiene acceso a parte de estos servicios, frente a sus compañeras y compañeras que sí.

Entre otros problemas, el documento habla del tramo de educación infantil 0-3 y la escasa oferta pública e inversión que se hace desde las administraciones públicas a pesar de su impacto a lo largo de la vida.

Por último, el informe asegura que “el sistema no es eficaz promoviendo el valor de la diversidad y la cohesión social”.

Casos como el de Teresa, de éxito, pueden ilustrar la importancia de que el sistema, las escuelas, las administraciones, la comunidad educativa, se tome en serio el paso por la educación de muchas personas que en un momento dado pueden estar con un pie fuera y otro dentro, esperando que la institución les apoye a continuar para alcanzar el mayor nivel educativo posible.

El aumento de inversión, en cualquier caso, sobrevuela por todo el documento, como parte sustancial para la mejora de las condiciones de trabajo y enseñanza-aprendizaje de toda la comunidad educativa.

Fuente e imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/07/13/la-educacion-ademas-publica-no-deberia-costar-ningun-dinero-a-nadie/

Comparte este contenido:

Entrevista a Katia Hueso: «La mayoría de las cosas que se hacen en un aula se pueden hacer al aire libre»

Por: Carolina Blázquez. EducActívate. 18/07/2018

¿Qué es el grupo Saltamontes?

Es una escuela infantil al aire libre hasta seis años. Se basa en el juego espontáneo en la naturaleza durante todo el día. Es una alternativa a la escuela, los niños están con nosotros todo el día. La clave del proyecto no es solo el juego espontáneo sino el trato que reciben de los educadores.

¿Qué aporta la naturaleza a nivel educativo?

Estar en el medio natural les aporta beneficios para su desarrollo social y cognitivo. En cuanto a su salud, su bienestar, lo más evidente es que son niños que se mueven mucho, tienen una psicomotricidad muy buena porque se mueven en un terreno muy irregular. Tienen un conocimiento muy bueno de su cuerpo, son más autónomos. Decidir a qué juegan les empodera, les da capacidad de decisión. El entorno es cambiante —ayer hacía sol, hoy llueve— y les da flexibilidad, capacidad de adaptación, resiliencia, aceptar que no podemos controlar todos los aspectos de nuestra vida, algo que pasa hoy día en la sociedad. Tienen que desarrollar su propio juego y materiales, porque no tenemos materiales estructurados. Al no tener materiales estructurados la imaginación está trabajando todo el rato también. Van a desarrollar habilidades sociales y cognitivas, también un vocabulario más rico. Estar en un entorno natural cambiante hace que se prevengan patologías derivadas de la miopía, por ejemplo. En un aula la distancia de foco es pequeña, en la naturaleza puede ser infinito y es cambiante, están entrenando el ojo.

Menciona continuamente el juego espontáneo. ¿Hacen algo más?

En principio la actividad es el juego espontáneo. Pero no es solo eso. Hay una estructura, un orden en el que suceden ciertas cosas. Los niños llegan, saludan, suben a la zona de juego… Hay unos límites a la convivencia también. Cumplidas estas premisas, en condiciones de seguridad y respeto, diseñan y desarrollan su propio juego. En un determinado momento hay que regresar al colegio y se termina su rato de juego. Pero en esas cuatro horas escasas que tienen, básicamente es juego. En alguna ocasión se puede dar una propuesta de algún acompañante, pero que habrá recogido el interés de los niños.

¿Hay base científica detrás de su propuesta?

Absolutamente. Pero la hemos tenido que buscar fuera porque cuando surgió Saltamontes no había nada aquí y hemos tenido que beber de fuentes de otros países. En Alemania, por ejemplo, hay 2.500 escuelas y la más antigua tiene cerca de 50 años. Hay estudios detrás de esto, pero fuera de España, porque aquí no hay masa crítica para hacerlos, ni por tiempo ni por cantidad de niños. En mis escritos y presentaciones cito estos estudios, es importante que esto tenga una base. Que la gente vea que no es una inspiración que haya venido del cielo, sino que tiene su fundamento.

¿Este modelo de escuela se puede aplicar en Primaria?

No es calcable tal cual, los niños de Primaria demandan otro tipo de enfoque. El juego libre sólo igual no es lo apropiado, aunque hay escuelas que lo hacen. Ya demandan desafíos intelectuales, no solo físicos. Es factible llevarlo todo al exterior, hay literatura para enseñar las asignaturas en el exterior. La mayoría de las cosas que se hacen en un aula se pueden hacer al aire libre. Se está haciendo en algunas escuelas de Primaria en Alemania (si son 2.500 en total habrá media docena de Primaria), me consta también que en Suecia.

Trabajan menos contenidos y conocimientos y a cambio más habilidades sociales y cognitivas. ¿No les causa problemas a los chicos llegar a Primaria quizá sin saber leer o escribir como es habitual?

Es cierto que el sistema está pensado para que vayan con eso bastante avanzado. Nos encontramos a veces con que niños que no han mostrado interés por la lecto-escritura se pueden ver un poco retrasados respecto a sus compañeros. Nosotros no damos clase como tal, pero si un niño te pregunta cómo se escribe su nombre o quiere escribirle una nota a su compañero, le vamos a ayudar. Otra cosa es que vayamos a trabajar determinados letras o fonemas. Pero las letras están ahí. Los que no han tenido ese interés, hemos visto que lo adquieren muy rápido en Primaria. Puedo poner el ejemplo de mi hija, no sabía leer ni escribir y le cogió el truco muy rápido. En dos meses leía. Lo interesante es que se dio cuenta de que leer y escribir servía para algo y le dio una utilidad real, escribir cartas y leer notas. Enseguida lo empezó a usar para lo que es, para comunicarse; el concepto ficha no existe para ella.

¿Diría que su modelo va un poco a contracorriente? Ahora parece que todo es prisa, aprender idiomas desde pequeños, extraescolares…

Va en contra del exceso de actividades estructuradas. Ya no sé si lo que los padres hacemos (me incluyo a veces en esa vorágine de apuntar a los niños a cosas) son las tendencias actuales o es lo habitual. Lo que buscamos con el juego espontáneo es que ellos mismos descubran sus intereses. Qué les apetece, qué no, qué les interesa. Cada niño tiene sus especialidades y sus intereses. Si desde pequeños les acostumbramos a dirigir nosotros sus actividades no van a tener tiempo ni para pensar qué les mueve, qué les atrae. En Saltamontes les queremos dar ese tiempo para que se descubran.

La transición entre etapas es uno de los momentos más delicados. Su escuela está en el tránsito entre Infantil y Primaria. ¿Cómo lo llevan? ¿Hacen seguimiento posterior?

Ya han salido unos cuantos. Es cierto que la transición es compleja porque los niños están acostumbrados a hacer juego libre y encima en el monte y pasan a un aula con una jerarquía. Es complejo, no lo voy a negar. Pero en proyectos como este, con una ratio muy baja, se refuerza mucho el acompañamiento emocional. El juego espontáneo les da herramientas sociales, sobre todo, de empatía, capacidad de comunicación, etc. A los niños que están acostumbrados a hablar con adultos no les cuesta trabajo manifestar sus inquietudes. La dificultad está ahí, tienen que superar la transición, pero tienen herramientas para navegarla.

También tenían problemas con la Comunidad, relacionados con la homologación de su sistema. Me llegó a decir hace un tiempo: “Mirando el BOE, te das cuenta de que estás tan lejos que no vale la pena intentarlo”. ¿Siguen igual de lejos?

La homologación de este tipo de proyectos es una asignatura pendiente a escala estatal. Existe un proyecto, Bosque Escuela, que se ha homologado adaptándose al currículum de la Comunidad de Madrid. Nosotras estamos en tierra de nadie, porque si ves los objetivos generales que aparecen sí se cumplen. Pero la Comunidad te pide también que coincidas con su currículum. ¿Cómo cumplir con el currículum cuando estás con el juego espontáneo? En la asociación EDNA (Educación en la naturaleza), de la que formamos parte, estamos viendo cómo adaptamos esto a los diferentes currículos de cada comunidad. Nuestra intención es homologarnos, pero no por pasar por el aro, sino porque el aro se ensanche.

Pero ensanchar el aro igual no depende de ustedes…

No, pero estamos en grupos de presión para que, ahora que se está cambiando el modelo, se acepte esta forma de trabajar. Estamos en la línea de que el legislador y las comunidades autónomas entiendan que hay otra manera de trabajar y que hay que perder el miedo a hacerlo. No pretendemos ser la única forma.

¿Por qué cree que en España este tipo de escuelas son tan escasas cuando en Europa son mucho más habituales?

Creo que en la cultura mediterránea tenemos un modelo educativo muy clásico, muy jerárquico, basado en la clase magistral y en el conocimiento superior que se le presupone al maestro. Quizá en los países nórdicos hace tiempo que siguen un modelo más horizontal entre alumno y maestro y es más fácil que surja un modelo de estas características. En Alemania, las escuelas convencionales no difieren tanto de las de la naturaleza, solo que unas están en el campo y las otras no. En Escandinavia o Alemania hay proyectos de estas características, son proyectos económicos más asentados y quizá han sentido antes la necesidad de volver a la naturaleza, no como aquí que estamos todavía quizá deslumbrados por avances.

¿Cree que hay margen para la expansión de este modelo?

Creo que sí, que esta forma de educar ha venido para quedarse. En España hay ahora una veintena de colegios de este tipo, más o menos. Pero lo que me llama más la atención es que hay un interés de la escuela convencional por recuperar ese vínculo con el medio natural. Es un interés que se da en varios ámbitos, también en entornos no escolares como la salud, la cultura o el deporte. Creo que en el fondo estamos buscando regresar a nuestra esencia.

Su centro está en Collado Mediano, una localidad de tamaño medio de la sierra oeste madrileña, a 40 minutos en coche de Madrid. ¿Qué tipo de familias y alumnado se acerca a su centro?

De 2011 hasta ahora las familias y profesionales que se acercan tienen más claro de qué se trata. Antes éramos como los diferentes y veían a ver de qué va. Ahora ya saben que nuestro modelo está fundamentado en el contacto con la naturaleza. El perfil de la gente que viene aquí son lo que yo llamo trasplantados, gente en su mayoría de la ciudad que ha buscado activamente el contacto con la naturaleza. Tenemos también familias mixtas provenientes del extranjero. Los lugareños no vienen mucho.

Fuente: http://www.educactivate.com/katia-hueso-la-mayoria-de-las-cosas-que-se-hacen-en-un-aula-se-pueden-hacer-al-aire-libre/

Fotografía: EducActívate

Comparte este contenido:

Entrevista a Salvador Rodríguez: «El aprendizaje no es llegar a un sitio es el recorrido»

Por: Carolina Blázquez. EducActívate. 18/07/2018

Salvador Rodríguez es pedagogo, formador, asesor y autor de El blog de Salvaroj y del libro “La educación que deja huellas (y no cicatrices)“.

Su libro tiene por nombre “La educación que deja huellas (y no cicatrices)”. ¿Por qué escogió este título?

Porque la educación tiene que llegar a lo más profundo, a la esencia de la persona y realmente tiene que marcar para toda la vida. Es decir, lo superficial, lo que deja cicatrices es aquello que no sirve luego y en cambio lo que deja huella es lo que te va servir para aprender durante toda la vida, para poder adaptarte a los cambios, para tener éxito en los desafíos que te va plantear el futuro…

¿Cuál es para usted la última finalidad de la educación?

Preparar a las personas para tener éxito en la vida. Pero, ¿eso qué significa? Tener éxito en la vida quiere decir ser feliz. Eso significa desde conseguir un buen trabajo que te permita vivir cómodamente, poder dedicarte a aquello que te gusta, tener capacidad para adaptarte a los cambios… Ser feliz significa muchas cosas y la educación lo que tiene que hacer es dar las herramientas, los contenidos, las destrezas, las habilidades que nos permiten hacerlo.

En el segundo capítulo habla sobre los tópicos educativos. ¿Podría indicarnos alguno que crea imprescindible para empezar a curar las cicatrices de la educación tradicional?

Siempre se ha pensado que el estudio era una cuestión individual para la que necesitábamos casi una actitud monacal, de silencio, de estar concentrado en uno mismo. Pero está demostrado que el aprendizaje es social, que el cerebro aprende de una manera social, y por lo tanto, lo que tenemos que hacer para aprender es colaborar, cooperar, compartir… y no tanto cerrarnos en nosotros mismos.

¿Algún otro?

Siempre explico que cuando los historiadores del futuro estudien cómo teníamos a los niños en el aula dirán que los teníamos maltratados, porque tener a un niño encerrado durante 7 horas en un aula, sentado en una silla casi en silencio y en inmovilidad es contra natura. Creo que el aprendizaje necesita del movimiento y eso en nuestras escuelas hoy en día todavía no está claro, no es factible.

Se están viviendo continuos cambios educativos en los que se descubren nuevas disciplinas, metodologías, recursos… ¿cómo valora esta situación?

Lo fundamental es que estamos intentando olvidar y a veces olvidamos el pasado. En ocasiones inventamos lo que ya está inventado y eso no tiene ningún sentido. Si queremos cambiar la educación, debemos conocer muy bien la tradición pedagógica y a partir de ahí saber cómo aprenden los alumnos y plantear una educación que dé respuesta a esa realidad. A veces nos olvidamos que el objetivo de la escuela es que los niños y niñas aprendan, no que los profesores enseñen. La escuela tiene que cambiar y darle más protagonismo al alumno, que sea el centro del aprendizaje.

¿Cuál es la mejor metodología para aplicar en el aula?

No hay ninguna metodología milagrosa ni hay nada que dé respuesta absoluta a todo. Como escribí en mi blog, la mejor metodología es la ABSC: el aprendizaje basado en el sentido común. Es decir, nosotros tenemos un abanico de posibilidades metodológicas y nuestra obligación es conocerlas, desde la clase magistral hasta el flipped classroom, pasando por el aprendizaje colaborativo o el aprendizaje basado por proyectos y aplicarlo en función de las necesidades del contexto educativo, de lo que queremos conseguir con nuestros alumnos.

¿Qué materiales cree que promueven el aprendizaje significativo de los niños y niñas dentro del aula?

Indudablemente tienen que ser materiales muy abiertos, flexibles y modulares, que den una respuesta a las diferencias que va a encontrar el docente en el aula. Cada aula es diferente, pero es que cada persona es diferente. Hacer un material cerrado como lo que era antes un libro de texto no es una respuesta adecuada para la educación actual. Los materiales didácticos que pueden funcionar deben recoger diferentes posibilidades metodológicas y ofrecer un abanico de posibilidades muy amplio al profesorado. Especialmente en el ámbito de primaria, que es el que conozco más, el proyecto ZOOM de la Editorial Vicens Vives cumple con todas estas características.

Y la formación del profesorado, ¿es correcta o es insuficiente?

Es absolutamente insuficiente. Yo hace muchos años estuve de profesor en la Escuela de Magisterio en la Universidad de Barcelona y hay un desfase absoluto entre la realidad del aula y la formación que reciben los profesores. Es muy teórica, está poco basada en la realidad, las prácticas son escasas… Creo que habría que meter a los alumnos dentro de las escuelas que tengan experiencias de éxito, donde puedan ver buenas prácticas y conocer una manera diferente de cómo ellos aprendieron. El nuevo docente tiene una tendencia natural a enseñar de la forma en que fue enseñado, y la única manera de romper esto es que puedan conocer esas prácticas novedosas e innovadoras que realmente funcionan.

El blog de Salvaroj es un blog de referencia para muchos profesionales de la educación. ¿Cuál sería el consejo más valioso que podría darle a los docentes que le leen a habitualmente?

Yo lo que pretendo con lo que escribo es que los docentes reflexionen sobre los problemas de la educación. No les doy ni recetas ni soluciones mágicas, sino que les planteo situaciones, ideas, experiencias… Les motivo y les provoco para que puedan reflexionar y puedan entender su realidad educativa. Cada persona tiene que conocer su entorno, sus circunstancias, y reflexionar a partir de ellas.

¿Recomendaría a los docentes escribir un blog para compartir los conocimientos, experiencias y valores del día a día?

¡Sin duda alguna! Creo que compartir a través del blog es una manera de abrirse a la comunidad para que los demás sepan lo que haces y, a través de comentarios y de conocer a otras personas, intercambiar experiencias. Es brutal lo que se puede aprender y lo que se puede compartir.

Si tuviera que escoger 3 ideas clave de otros referentes de la educación, ¿cuáles serían?

Cogería la idea de Francisco Mora, el neurocientífico que dice que sólo se aprende lo que se ama. Me parece básico. Otra idea que es muy potente es la frase de Nelson Mandela “La educación es la arma más poderosa para cambiar el mundo” y eso nos lo tenemos que creer, porque sino lo que intentamos hacer con nuestros alumnos no sirve de nada. Y otra idea clave sería de César Bona que dice que hay que escuchar a los alumnos.

En uno de sus artículos afirma que “la evaluación no es calificación, sino que es diagnóstico”. Tal y como está planteado el sistema educativo, ¿es posible una evaluación de este tipo?

Es posible y es necesaria. Que sea obligatorio poner una nota numérica es importante porque marca el camino de los alumnos, pero que no es fundamental para el aprendizaje. En el libro de Paul Tough Cómo triunfan los niños se demuestra que no siempre triunfan los alumnos que tienen buen expediente académico, la obligación del docente es valorar otros aspectos como el carácter (perserverante, meticuloso…), la educación emocional… Todo eso marcará mucho más el éxito vital que tener un buen expediente. Este sólo demuestra que te has adaptado bien al sistema educativo, que has aprendido a responder lo que quieren, pero luego eso en la vida no te va a solucionar nada. Aunque por ley es obligatorio hacer una evaluación numérica, luego deberíamos evaluar, coevaluar y autoevaluarnos, algo fundamental para ser conscientes de lo que aprendemos y cómo lo aprendemos.

Los alumnos aprenden que lo importante es aprobar y no aprender. Asimismo los padres también se rigen por una evaluación cuantitativa. ¿Qué debemos hacer para cambiar esta perspectiva?

La perversión del sistema educativo actual nos enseña que lo importante no es aprender, sino aprobar. Para cambiar esta perspectiva debemos cambiar el sistema. Si vas a una clase de infantil, los niños son súper creativos. Cuando llegan a primaria aprenden que tienen que dar la respuesta que el profesor les ha dicho que tienen que dar y es ahí donde el aprendizaje empieza a morir.

Y la educación emocional, ¿cómo propone abordarla dentro del aula?

Primero haciéndola visible, ya que hay muchos profesores que piensan que la parte emocional no les corresponde a ellos, que es algo a trabajar en la familia. Yo creo que es cierto, pero no es exclusivo. Además, habría que trabajar sistemáticamente la educación emocional. O sea, es importante trabajar las matemáticas y la lengua, pero también es importante que los alumnos identifiquen sus emociones y las sepan gestionar. Es importante para aprender y para una convivencia en el aula que sea adecuada. Con una buena educación emocional se obtendrían unos resultado esperanzadores sobre el acoso escolar.

Asimismo, su libro propone 10 valores fundamentales para educar en el siglo XXI. ¿Podría escoger tres que crea imprescindibles?

La flexibilidad, la responsabilidad y la perseverancia. La flexibilidad, porque vivimos en un mundo que cambia constantemente. Las personas que se creen que ya lo saben todo son los que realmente no saben nada. La responsabilidad, porque las personas debemos ser responsables en todo momento, responsables de nuestro aprendizaje, de nuestros fracasos… Y perseverantes, ya que no podemos rendirnos a la primera, hay que insistir para llegar a los objetivos.

¿Cómo se imagina la educación del futuro?

Pienso que será mucho más colaborativa, que será mucho más flexible, mucho más abiertamás personalizada, no tan estandarizada. Que indudablemente la educación formal va a ser importante, pero lo que es el marco extraescolar, la educación no formal va a tener cada vez más importancia. Creo que cada vez va a ser más importante, no ya lo que aprendemos, sino cómo lo aprendemos. Y nos vamos a dar cuenta que el aprendizaje no es llegar a un sitio, sino que es el camino, el recorrido.

Fuente: http://www.educactivate.com/salvador-rodriguez-el-aprendizaje-no-es-llegar-a-un-sitio-es-el-recorrido/

Fotografía: EducActívate

Comparte este contenido:
Page 189 of 454
1 187 188 189 190 191 454