Page 251 of 459
1 249 250 251 252 253 459

Entrevista: El feminismo negro visto desde la perspectiva de una filósofa intercultural

Entrevista a Maydi Bayona, profesora de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana
El feminismo negro visto desde la perspectiva de una filósofa intercultural

 

Pedro Alexander Cubas Hernández
Prensa Comunitaria
Pedro Cubas (PC): ¿Cómo fueron sus inicios o primeros acercamientos a las temáticas que emanan de los estudios de género, de la mujer y de los feminismos?

Maydi Bayona (MB): Pienso que cada proceso de iniciación irrumpido tiene que ver con informaciones e instrumentos necesitados por tod@s, para acometer nuestra misión de vida. Todo comienzo es la búsqueda de datos, conocimientos y habilidades para transitar el largo y complejo camino de aciertos, desaciertos e integraciones de mundos y saberes.

Acercarme a los estudios de género, de mujeres, de las diversas expresiones de feminismo, me llevó a comprender que para enfrentar los tipos de discriminaciones abiertas y encubiertas que acontecen en nuestra cotidianidad, no pueden enfrentarse sólo desde las viseras, la catarsis, la denuncia en un mundo marcado por la racionalidad como recurso de emancipación. Se hace necesaria una estrategia que encuentra sus recursos en el conocimiento profundo y en la crítica de los paradigmas patriarcales y etnocentristas que fundamentan las bases epistémicas de la historia, la filosofía, la teología, la antropología, la economía, la sociología, las ciencias de la educación, jurídicas, de la comunicación y a las propias ciencias naturales. No obstante, es válido apuntar que “género”, desde los estudios decoloniales latinoamericanos y caribeños, es una categoría en debate entre las teóricas feministas; por ser considerada una categoría etnocentrista que sólo aborda las formas de relaciones entre hombres y mujeres de la cultura occidental.

No obstante a ello, es un instrumento teórico importante que unido a las diversas expresiones de las teorías feministas, en especial la que nos ocupa, el Feminismo Negro, permite comprender los niveles de relaciones y conflictividades de las prácticas humanas; lo que en este ejercicio hermenéutico, implica la incorporación de la diferencia y de los componentes étnicos, clasistas, económicos, regionales, etarios, socioculturales, etcétera, para comprender la causalidad de los complejos procesos de vidas de las mujeres y hombres, en particular, enalteciendo los mundos de mujeres.

Es importante significar que “género” es una categoría gestada, por las luchas femeninas, al corpus de la política internacional y las ciencias sociales, referido a marcar las diferencias sociales y culturales entre lo femenino y lo masculino. Relativizó los significados de ser mujer y ser hombre a partir de la distinción sexo/género. Asimismo desde sus funciones sociales exigió un conjunto de derechos que compartimos con los hombres. Reclamó, de igual modo, un grupo de derechos que es atributivo de las mujeres, en función de destruir la condición de mujeres objetos, condicionada desde las lógicas patriarcales.

Introducirme en estos caminos, me hizo reflexionar acerca de los endebles instrumentos de defensa y legitimación de nuestras identidades plurales a todos los niveles de relaciones e instrucción, que van desde la naturalización de la condición genérica, el masculino del lenguajes, los pobres conocimientos sobre nuestras identidades originarias, la división sexista-clasista-racial del trabajo y la normalización de la epistémica occidental como lo clásico y verdadero, estigmatizando los otros epistemes bajo el velo mítico y alternativo; limitando la pluralidad de voces, saberes, de cuerpos sentí-pensantes a los presupuestos de las culturas patriarcales occidentales y coloniales y sus correspondientes mundos de opresiones y segregacionista.

La visión articulada de la categoría “género” con aristas de las diversas expresiones feministas, en especial, el Feminismo Negro, el comunitario indígena, y el decolonial latinoamericano y caribeño fue, para mí, una invitación a indagar en ese infinito mundo de pluralidades humanas, culturales y epistémicas que me habitan en el plano más personal con altos compromisos sociales. En tanto soy una mujer negra, cubana, afro, caribeña, asiática e hispánica, partiendo de los componentes que conforman mi base genética y cultural, con un alto compromiso con la defensa de la dignidad humana.

El indagar en estos temas que nos ocupan, sirvió para concientizar e hilvanar en principios, lo antes expuesto, con el compromiso de sanar nuestros cuerpo-mentes-espíritus, e incluso invocar la sanación de las generaciones ancestrales, que se guardan en las memorias de nuestros cuerpos. Sanar, rectificar el presente para garantizar los cambios y equilibrios del futuro. Puede ser esta la modesta huella que dejemos como partes de un todo. Porque como bien enarbola la “Red de Sanadoras Ancestrales del Feminismo Comunitario”, mujeres en defensa del territorio cuerpo-tierra, nacida en Guatemala y con mujeres de todo el continente latinoamericano y caribeño: “Sanando tú, sano yo. Sanado yo, sano la memoria y el futuro de nuestros cuerpos oprimidos física y mentalmente. Sanamos arropándonos colectivamente y en solidaridad”.

Asimismo, acercarme a los estudios de género y del Feminismo Negro, con la perspectiva del feminismo comunitario: “En defensa del territorio-cuerpo-tierra”, abrió una puerta que condujo a parte del núcleo de mi existencia. Ello me llevó a tomar conciencia de los efectos de la globalidad y de sus estilos hegemónicos de vida. Un hecho muy triste, no sólo para lamentarse de él, sino como objeto de lucha para sumarse a las acciones por subvertir estos.

Por ejemplo: el recurso de identidad personal, o sea, el derecho a tu nombre y a tu identidad verdadera. Duele cuando te nombran García, Morales, Torres, Bayona, Castyñeira, y en tu condición de ser negr@, descendientes directos de african@s sólo te remitan a estados de dominación y sojuzgamientos. Eres la materialidad de la identidades suplantadas del “deber ser”, la materialidad de la colonialidad del ser que te convierte en el “no ser” de tu legítima identidad desconocida, o como diría Fanon, estas situado en la “zona del no ser”. No siendo estas las únicas razones para estar situado en esta zona.

Esta situación se hace doblemente fuerte y discriminatoria cuando pensamos en el proceso de la maternidad. Es en el cuerpo de las mujeres donde se materializa este misterio de la vida, y son los padres los que determinan la trascendencia de una identidad legitimadora, con el nombramiento de su apellido, en primera instancia, de la identidad primaria y permanente. Resultado de expresiones sociales normativas que determinan a la tradición como un prejuicio de autoridad, que define a los procesos y valores culturales, pre-establecido por el mundo de los hombres.

Nuestros cuerpos femeninos devienen en objeto, y no en ese cuerpo vivo y bendecido, conectado directamente con el corazón de la tierra-útero-luna-corazón del cielo. Las visiones patriarcales te desmiembran de un derecho a nombrar el fruto de nuestros vientres. En la esclavitud fue aun peor, para las mujeres africanas y su descendencia, cuando ese fruto nacido salió generalmente como mercancía al mundo y sin ninguna posibilidad de derecho a un nombre, ni reclamo sobre este. Es un fenómeno que responde a las lógicas del llamado “capitalismo patriarcal racialmente estructurado” –como explican Ku-Kum Bhavnani y Margaret Coulson (2004)– y a la división sexo-racial del trabajo.

En el plano de las identidades legitimadoras, donde las cuestiones de género quedan incluidas, me gustaría profundizar en el enfoque intercultural, en aras de dialogar con las esencias de las culturas africanas, asiáticas, caribeña, cubana y latinoamericana, al mismo nivel que las ibéricas, en tanto, fuentes nutrientes directas de mi existencia y potenciadoras de mi núcleo. Esta perspectiva necesariamente me ha conducido a ahondar en sus complejidades, encontrándome en este corpus identitario, incorporando a este enfoque, además, los notables y complejos conflictos entre sexo/género, clase y raza. Asimismo, al observar las dinámicas de relaciones pre-establecidas por las instituciones, herederas de valores coloniales y neocoloniales, que en su afán de emancipación, no escapan de reproducir e invisibilizar formas de opresiones y discriminaciones.

Ello ha condicionado socialmente rupturas con determinados presupuestos categóricos que niegan, limitan, fragmentan a nuestras existencias femeninas; re-funcionalizando patrones de conductas auto-excluyentes como comportamientos naturales, sin conciencia crítica de la auto-negación misma que practicamos como persona humana. Cuando lo que necesitamos es focalizarnos hacia un locus de enunciación diverso y fecundo, que nos legitima como sujeta de derechos.

La in-visibilización del locus de enunciación diverso y fecundo ha sido la estrategia civilizatoria de occidente en aras de limitar, confundir y fragmentar, por generaciones, nuestra condición humana, coartando las formas de participación, menoscabando todas las otras perspectivas epistemológicas y de concepción del mundo.

Entender esta dimensión como presupuesto ético, me ha hecho recolocarme, ante todo, en la defensa de la dignidad humana, más allá de nomenclaturas y clasificaciones por clase, edad, étnico-racial, género o por lo que se quiera. Comprender la complejidad de los procesos enmarcados en sus locus de enunciación también me han llevado moralmente a indagar acerca de las raíces éticas, culturales, sociopolíticas, históricas y geográficas de mí y nuestras existencias multiculturales, dotada de reservas de humanidad. Son estas las premisas en las que desde un inicio condicionaron mi acercamiento a los estudios de género, de las mujeres y el feminismo desde una perspectiva intercultural y desde la equidad.

Reflexionando sobre esta pregunta, y re-leyendo episodios de mi vida y mi ambiente familiar, me ha hecho pensar en las causas que me llevaron por estos senderos. En línea directa con mi madre en nuestras largas conversaciones desde pequeña, ella me compartía sus tristes experiencias socioculturales como mujer, negra, humilde, instruida y elegante en la búsqueda de trabajo y sus sueños rotos por resistirse al acoso sexual. Con esos antecedentes, juntas edificamos un proyecto de vida para mí, cargado de sacrificios, dedicación, tenacidad, entrega en defensa de una vida digna y de derechos. Que aunque asegurado por la existencia del proceso revolucionario cubano, por una parte; también nos nutríamos espiritualmente en los principios de las memorias de las luchas de nuestr@s ancestr@s por lograr la independencia de Cuba con tod@s y para tod@s las futuras generaciones, que hoy constituimos.

En esta búsqueda un momento importante lo marco en el año 1997, con la asignatura de Antropología en mi tercer semestre de la Licenciatura de Filosofía en la Universidad de La Habana. Recuerdo que tenía la orientación de un trabajo de campo sobre la cinematografía cubana. En la etapa de diagnóstico comencé mis indagaciones dirigiendo la mirada hacia el tratamiento que se les daban a las mujeres en el cine cubano. Múltiples fueron las muestras analizadas por sugerencias de especialistas en la materia: “Cecilia”, “Retrato de Teresa”, “Lucía”, “Madagascar”, “La Última Cena”, “Memorias del Subdesarrollo”, entre otras.

La observación de estas obras me hizo caer en cuenta que existía un grupo de mujeres, hasta cierto punto invisibilizado y estigmatizado en esos grandes clásicos. ¿Cuáles son las condicionantes que provocaba esta constante? Múltiples son las causales que condicionan este fenómeno. En ese momento una respuesta la encontré en la categoría de “modo de apropiación de la realidad”, aportada por Carlos Marx. Sin embargo, aunque esta categoría contribuía a la reflexión del fenómeno me era limitada, lo cierto es que existe un patrón de medida que presupone un “deber ser”, legitimado por los valores éticos, estéticos, políticos y culturales de Europa. La ideología colonial se estableció como norma del status quomoldeando nuestras subjetividades a su imagen y semejanza. La representación desmedida de objetualidad de las mujeres negras, en estos filmes, me confrontó en mi condición de mujer negra, provinciana, de familia humilde, formándose como una intelectual.

La repetición de patrones secundarios para crear ambientes marginales en las locaciones de determinados planos fotográficos, como protagonistas del complejo mundo plantacionista de la esclavitud, donde el irrespeto a la condición humana, la objetualidad, la ignorancia, el dolor, la servidumbre y los cuerpos violentados, fueron una constante. Las pocas veces en las que fueron protagonistas, en realidad no lo eran, sólo daban un servicio, porque en realidad la verdadera protagonista eran la marginalidad, el estatus social a lo que debería estar confinadas y la religión africana, presentadas con sus mejores velos de prejuicios y estigmatizadas de igual forma que sus representantes. ¿Existía alguna intencionalidad en este patrón representacional?

Esta situación me colocaba en el primer año de la carrera cuando una de las profesoras, para alentarnos, nos decía: “No entiendo para qué tantas mujeres filósofas. En la historia de la filosofía nada han aportado las mujeres…” Por cómo me trataba comprendí, que desde sus normativas, y si por demás eras mujer negra, no había esperanzas para la Filosofía. Lo interesante es que ella legitimaba los ecos de una cultura clasista, patriarcal y etnocentrista. Ella estaba convencida que ese era el “ser” del “deber ser”. Siendo este el mismo patrón que media en las subjetividades materializadas en las producciones audiovisuales de cine y televisión antes mencionadas y no superadas.

Por este tiempo, la Facultad de Filosofía e Historia abría un capítulo en la Universidad de La Habana: los estudios de Género e Historias de Mujeres, un curso optativo impartido por el Doctor en Ciencias Históricas Julio César González Pagés. Participaron unos 10 o 12 estudiantes de lo más selecto de las carreras de historia y sociología. Para gran parte de l@s profesionales de la filosofía en Cuba, hasta hoy, dichos temas no han sido, penosamente, una problemática de importancia.

PC: ¿Cuándo comenzó su interés por estudiar e investigar específicamente el Feminismo Negro?

MB: Fue en el año 2003, en el Departamento Investigaciones Ecuménicas (DEI), de Costa Rica. Fue un curso impartido por la Doctora Silvia Regina de Lima Silva (brasileña), que se titulaba “Feminismo negro”. Para mí fue un descubrimiento, pues ella indagaba en la raíces del fundamentalismo teológico colonial.

Recuerdo que en esa semana dormí muy poco meditando acerca de las reflexiones que la profesora hacía en el aula acerca del concepto de “interseccionalidad”, definido como la interdependencia existentes entre sexismo, clases sociales, racismo y opresión; unidades objetivas necesarias para el análisis de la situación de las mujeres negras. Las que se derivan como formas legítimas establecidas que afectan el modo de vida y las historias de las mujeres negras en los procesos colonialistas, globalizados y contemporáneos en el ámbito de las estructuras de las relaciones sociales de producción, en las división social e internacional del trabajo. Asimismo, puntualizaba sobre otro elemento de ese núcleo: la teología fundamentalista colonial, y su sentido mesiánico.

Pensaba sobre las diversas y contradictorias reacciones que se derivaban. Recuerdo que trabajamos mucho el pensamiento ecuménico brasileño y feminista negro de Brasil, líderes en ese momento y en estas cuestiones en América Latina. Conocí de la militancia, acciones y aportaciones de Luiza Helena de Bairros, Léila González, Sueli Carneiro y de la propia profesora, entre otras.

Yo en el año 1998 había hecho un trabajo sobre la esclavitud y la representación de la mujer negra. Pero era beber de hipótesis que nacían de interpretaciones críticas de la historia e interpretando historias de vidas de mujeres y familiares negras. Pero descubrir el Feminismo Negro desde las líricas y poéticas mujeristas, vientristas, interseccionalista, de conocimientos, empoderamientos, etcétera, propuestas por estas mujeres: Angela Davis, Alice Walker, bell hooks, Kimberlé Williams Crenshaw, Patricia Hill Collins, Afua Cooper, Rebecca Walker, Betty Ruth Lozano Lerma, Ochy Curiel, Wendy Patricia Maswell, y su impronta, fue una revelación.

En el 2016 estuve en Haití, donde pude conocer a Angela Davis, y una vez más su discurso fue estremecedor, alrededor de este y otros temas de urgencia en la sociedades globales, modernas y contemporáneas. Sólo que estos discursos, como muchos otros, necesita salir a la calle y llenarse de gente, calar la conciencia crítica. Quedarse en los oídos de las élites, no es justo. Y es eso lo que habitualmente pasa.

PC: ¿Qué conocimientos tiene usted sobre la historia del Feminismo Negro o de las mujeres negras en Cuba; y cuál es la importancia de esos saberes en la actualidad cubana?

MB: La lucha de las mujeres negras en Cuba encuentra sus principales referentes en las mujeres esclavizadas que de múltiples maneras llevaron la resistencia y la defensa a su existencia y valores identitarios, desde el espacio de cocina con la culinaria, la oralidad, su religiosidad, el cimarronaje y hasta la manigua, como el ejemplo de Carlota Lucumí, en 1843, en Matanzas. Otro emblemático ejemplo se encuentra en Mariana Grajales, “Madre de la Patria”, designada así por José Martí; ratificada en reiteradas ocasiones por Raúl Castro; y limitada sólo a “Madre de los Maceos”. Ella no sólo donó sus fuerzas e ideales, sino también a sus hij@s al servicio por la independencia de Cuba. Una vez, en 1878, desde Jamaica, junto a sus hijas y nueras, crea clubes patrióticos con el objetivo de continuar apoyando la gesta emancipadora cubana. ¿Será que la resistencia a asumirla como “Madre de la Patria” responde a patrones racistas marcados por la colonialidad y a rezagos patriarcales que forman parte de los cimientos de nuestra identidad? Nuestra Patria –multicultural y mestiza– tiene reconocido un indiscutible “Padre de la Patria”: Carlos Manuel de Céspedes; pero no así, una madre; aunque criterios de autoridad como nuestro José Martí, lo haya expresado en el siglo XIX y en el XXI, con convicción lo reitere nuestro presidente Raúl Castro Ruz, ¿es acaso eso posible?

Ejemplos como este nos dicen que en Cuba se dio, en la década del 60 del siglo XX, una gran Revolución en el mundo de las mujeres cubanas; pero a mi parecer, no se tenía conciencia de género. Muchas personas aún no tienen una idea clara de lo que significa la categoría “género” y una casi total idea errada y prejuiciada del feminismo. Asimismo, hubo altos desconocimientos de sus tipologías e historias.

Pienso que muchos de los grupos de trabajo y de mujeres que llevan una lucha en defensa de la mujer y sus derechos, lo hacen empíricamente o desde un superficial acercamiento a los temas. Por múltiples causas, no siempre se hace un buen manejo de la complejidad de la teoría de género y de todas las tendencias feministas. Muchas veces reproducen estereotipos y re-funcionalizan el sexismo, y otros valores patriarcales entre grupos de mujeres y diversos. Por otra parte, no siempre se hacer un uso adecuado del instrumento que estas teorías les proporcionan.

Con ello no niego el trabajo de organizaciones, activistas e instituciones nacionales e internacionales, gubernamentales y ONG en la Isla. Sólo afirmo que es insuficiente. Y que los logros que han alcanzado las mujeres cubanas en el orden social no son proporcionales a la conciencia de género alcanzada.

Pienso que hay que continuar trabajando duro en la recuperación de las memorias de mujeres invisibilizadas en nuestra historia, en particular de las mujeres negras y sus improntas en el siglo XIX y XX cubano. El conocimiento de estas cuestiones en las generaciones de hombres y mujeres cubanas en la actualidad, y en particular en el caso de las mujeres negras, contribuye a reconfigurar nuestros centros humillados, sojuzgados históricamente.

Es la invitación a caminar en la búsqueda de nuestro propio ser, ese que las ideologías coloniales han intentado ubicar en el fondo del pozo y que no siempre se deja ver en la superficie. Con la Revolución cubana de 1959 y con la creación, en 1960, de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), se abrió un marco de oportunidades sociales para tod@s, sólo que unido a sus programas de justicia social, equidad y la impronta humanista y revolucionarias, que la define. Sin embargo, quedan efectos del sesgo de valores heredados de la ideología colonial, que están en los modos de apropiación de la realidad de los sujetos/as. Esto se expresa en el comportamiento y se re-funcionaliza en las dinámicas sociales, como parte de las contradicciones que la misma sociedad genera en su seno; más allá de las voluntades políticas. Y, ¿cómo dejar de ser patriarcal o dejar de ser racista?

Las imágenes televisivas representan, de forma abierta o subliminar, a la esclavitud y a la “mala suerte” que, en consecuencia, heredaste como “único patrimonio”; aunque las lógicas sociales de nuestro proyecto revolucionario garanticen otras posibilidades para nuestras existencias y dignificación de nuestras vidas.

Dentro de los principales exponentes del Feminismo Negro cubano, en la contemporaneidad, encontramos, en el campo de la investigación, a: Inés María Martiatu Terry, Leyda Oquendo Barrios, Daisy Rubiera Castillo, Norma Guillard Limonta, Digna Castañeda Fuertes, Lourdes Serrano Peralta, Magdalena Mazón Hernández, Yulexis Almeida Junco, Olida Hevia Lanier, Zuleica Romay, Belkis Rojas, entre otras. En el arte: Belkis Ayón (en la plástica), Gloria Rolando (en el cine), Georgina Herrera (en la poesía), Fátima Patterson (en el teatro santiaguero y caribeño). En cuanto a proyectos sociales, me gustaría mencionar la labor de Cuba en la Articulación Regional de Afrodescendientes (ARA).

Pienso que es significativo el libro Afrocubanas, coordinado por Daisy Rubiera e Inés María Martiatu. Ese texto brinda múltiples aristas del significado de ser mujer negra y desarrolla nuestros presupuestos de Feminismo Negro. De igual modo es de destacar las tertulias organizadas por Daisy, Yulexis y Oilda. Desde mi modesto punto de vista, el espacio se caracteriza por ser profundo en sus análisis, intercultural, interreligioso e interdisciplinario de creación, en despertar y visibilizar el universo simbólico de opresiones a las que son sometidas las mujeres; así como llamar la atención sobre sus potencialidades. Ha brindado capacitación sobre diversos temas, siempre reflexionando acerca de la situación de la mujer, en general, y de las mujeres negras, en particular. El espacio es un ejemplo de cómo el feminismo puede ser un verdadero movimiento de emancipación.

En cuanto a la capacitación puntualizar a la socióloga Yulexis Almeida Junco, quien lleva un sostenido trabajo en esa dirección, particularmente en la socialización de la impronta del Feminismo Negro. La profesora desarrolla cursos optativos en la Universidad de La Habana y en otros espacios académicos y comunitarios. Asimismo, los proyectos sociales de FLACSO-Cuba de la Universidad de La Habana.

Una mención especial para nuestra cineasta Gloria Rolando, exponente del Feminismo Negro cubano. Desde el discurso cinematográfico, y el ejemplo consecuente de su propia vida, ha dejado obras maestras, que recogen la impronta ancestral, el mundo de opresiones y de prejuicios a los que hemos sido sometidas las mujeres y las culturas africanas y caribeñas. Ella expone los rostros humanos, las esencias y complejidades culturales que las habitan, tanto en sus subjetividades como en los espacios de enunciación, siempre desde un universo plural. Ella aborda, desde la indagación seria, fragmentos de la historia de Cuba no recogidos. Como bien ella plantea, “los investigo y visibilizo, no por ser mujer negra, sino por ser cubana”. Obras como: “Oggún un eterno presente” (1991), “Los hijos de Baraguá” (1996), “Los ojos del arcoíris” (1997), “Rembarque” (2014), “Conversando con mi abuela” (2016), son muestra de ello. En la búsqueda de su propia historia nos revela un mundo muchas veces desconocido, sutilezas naturalizadas donde toman cuerpo la opresión, la segregación, el dolor, la nostalgia y el aporte de fenómenos sociales, como las migraciones. En sus obras recupera lo auténtico de las manifestaciones que adopta la condición de sujeta/o histórica/o en la nación cubana. Lo que tributa a un fortalecimento de identidades liberadoras.

Pienso que en Cuba, en los espacios institucionales, culturales y académicos, se debe continuar sistematizando el trabajo de sensibilización, libre de prejuicios, hacia estudio de las teorías feministas como instrumentos necesario para educar y trabajar el perfeccionamiento de políticas públicas por el mantenimiento de la equidad social. Que ello no sólo constituya un asunto de las élites que se ocupan en estos temas. Insisto, debe concientizarse desde la base, porque cuando llega verticalmente como política, se pierde su sentido emancipatorio y de defensa de la dignidad y derechos de las mujeres.

Por ejemplo, aun no se comprende la necesidad de la perspectiva de género en el lenguaje. Aunque mucho se ha escrito sobre el tema, se defiende un lenguaje puramente patriarcal. No obstante a ello, la educación y los medios de comunicación, así como sus productos culturales, desempeñan un papel importante en ir desmitificando estas lógicas sexistas y discriminatorias, de la que a veces no se tiene conciencia, porque tampoco se tiene conciencia del valor y significado de la diversidad como patrimonio para nuestro espacio.

PC: ¿Cuáles son las contribuciones teóricas y metodológicas fundamentales del Feminismo Negro que, en su opinión, coadyuvan a una comprensión real de la situación de las mujeres negras en el contexto en que usted vive, estudia y trabaja actualmente?

MB: Para responder a esta pregunta se requiere acercarse a los rasgos generales que definen al Feminismo Negro, del resto. En este sentido, Yulexis Almeida identifica un grupo de características, que me gustaría tomar como referencias para dejar bien definido de que hemos estado hablando hasta ahora.

Marca sus inicios en los años 60 y 70 del siglo XX en Estados Unidos y Gran Bretaña. Se focaliza en el análisis del origen de la opresión de las mujeres, “la división sexual del trabajo y el trabajo doméstico. Profundiza en la lucha anti-colonialista contra el racismo, la desigualdad de clase y las prácticas patriarcales. El concepto de “mujer negra” se convirtió en una identidad política estratégica. La reformulación de la separación de espacios público y privado (a partir del eslogan lo personal es político). El estudio de la vida cotidiana”. Se reivindica enérgicamente la despenalización del aborto. Se publican, crean y se usan anticonceptivos como un derecho de las mujeres sobre sus cuerpos. Se produce la descentralización, diversificación de la masculinidad hegemónica. Critica el carácter racista y clasista que no reconoce a la mujer negra, y la ve como fuerza de trabajo y ser mal remunerada.

Una vez definido debo plantear, en segundo lugar, que no obstante a todos estos aportes que definen al Feminismo Negro, penosamente, en mi espacio académico más inmediato, estos estudios no son prioridad. No esta modalidad del feminismo, ni ninguna otra. Existen aislados estudios sobre el pensamiento filosófico de mujeres muy puntuales. No se ha fraguado la conciencia del valor que tributan al campo de la filosofía, los estudios de género y feminismo, aun existiendo feministas marxistas. Sin embargo, algunas acciones en el área de postgrado se están desarrollando en relación a los estudios de género y el Feminismo Negro, decolonial, comunitario, por quien les habla. No pasa así en el área de los estudios sociológicos, quienes son la vanguardia en estos temas.

En tercer lugar, apelando al plano personal, como filósofa, desde estudiante ya me había introducido en estas imprescindibles redes para comprender la complejidad y totalidad de las dinámicas y comportamientos del/la sujeto/a social. Y para poder entender mejor desde mi lugar de enunciación el verdadero significado del cosmos de la polis griega y otras formas del cosmos más apegadas a mi existencia. Para ello los estudios decoloniales me aportaron mucho, sobre todo en poder articular lógicamente a la categoría de género y raza en el sistema de relaciones sociales de producción. Las que en el espacio colonial americano y caribeño adoptan un significativo valor epistemológico y cultural.

En un cuarto momento de la respuesta me gustaría poner en diálogo principios provenientes de la cosmovisión del feminismo comunitario y –en entrevista con la psicóloga social guatemalteca Lorena Cabnal–, el Feminismo Negro y decolonial como mensajes para concientizar sobre la complejidad que habita en ser mujeres y sus conexiones con las dimensiones físico, mental, espiritual y lo comunitario. En pensar en nuestra primera casa, nuestros cuerpos y en su plataforma en la que habitamos colectivamente, la tierra. Acerca de estos referentes y sus significados reflexionemos.

En la voz de Lorena Cabnal, como lideresa espiritual, desde el feminismo comunitario apunta: “Es necesario que las mujeres: conozcan y concienticen que en el cuerpo tenemos un mapa. Hay una memoria corporal, espiritual, ancestral de nuestros úteros que condiciona nuestros tiempos presentes. Es imprescindible interiorizar que existe una razón de los cuerpos y una necesidad de energizarse en las cuatro dimensiones: físico, mental, espiritual y lo colectivo comunitario”.

Concientizar que el cuerpo femenino no sólo son cuerpos-placer, cuerpos-gestantes. Son además, cuerpos conectados por un hilo cósmico y sincronizado con la luna y los astros. De este hecho nacieron los primeros calendarios lunares hasta el siglo XIII, cuando el poder eclesiástico y patriarcal impuso el calendario Gregoriano por encima de los calendarios lunares.

En cuanto a esa histórica relación “ser humano- naturaleza”, que determina el contenido de la producción, sería interesante que supiesen que en la antigüedad los vientres de las mujeres, la Luna y la Tierra, tenían una comunicación directa. Las mujeres sabían cuando plantar la semilla, tanto en su territorio cuerpo, como en el territorio tierra, razón por la que eran consideradas por el sistema patriarcal como brujas, hechiceras y amenazas.

Por eso se hace indispensable asumir el acto del sangrado como algo hermoso y su tiempo como una posibilidad de viajar hacia nuestros mundos interiores. La menstruación hay que naturalizarla en nuestra psiquis como generadora de energías hermosas, vitales y sanadoras. Vivir la posibilidad de tenerla como una manera legítima de florecer, ser libres y sentir. Hacer conciencia el hecho de que las opresiones vividas por las mujeres, a través de los tiempos sobre sus cuerpos, constituye una de las causas de la desincronización con la Luna, los astros y sus hilos astrológicos y, por tanto, de los períodos menstruales y sus dolencias. Interiorizar que la desarmonización de los cuerpos de las mujeres con la Luna es la causa del sistema opresor patriarcal que sufren las mujeres.

Estos son algunos de los principios del feminismo comunitario de las mujeres indígenas de Guatemala. Ellos, indiscutiblemente, confrontan nuestras vidas de mujeres e invita a pensar y activar estos complementos dormidos, silenciados y estigmatizados. Ello, a su vez, nos conecta con otros elementos a tener en cuenta para nuestras vidas como legado de las múltiples comunidades de mujeres afro-latinas-caribeñas, quienes han salvaguardado el legado de las cosmogonías, cosmovisiones y espiritualidades africanas, lo que reafirma la tenencia de un patrimonio tangible e intangible que se estableció como tronco cultural legítimo en el diverso y denso bosque del continente americano.

Es este último, uno de los conflictos que enfrentan las mujeres afro-latinas-caribeñas. Dicho problema se ubica entre las dos orillas del Atlántico: los archipiélagos caribeños y las orillas americanas bañadas por las aguas del Océano Atlántico. Cuando pensamos física y literalmente en el territorio cuerpo–tierra, nuestras ancestras africanas perdieron sus tierras natales y, con ello, su libertad. Sólo con la muerte a través de sus espíritus volverían a su lugar de origen en estado de libertad. Ese fue un principio de vida de l@s african@s en estas tierras. Como alternativa de supervivencia se fueron adaptando y modificando estos lares. Fueron troncos culturales muy fuertes que lograron fructificar y hacerse perdurables. Estos son memorias históricas que sostienen los principios del Feminismo Negro y decolonial, respectivamente.

Se hace imprescindible concientizar que América Latina y el Caribe, para las generaciones posteriores, dejó de ser el espacio de acogida para convertirse en un espacio originario. Entonces, cómo explicar que aun hoy, en pleno siglo XXI, luego de cinco siglos de haber llegado nuestros primeros ancestros y haber procreado a sus descendencias, todavía la condición de inferioridad y el racismo colonial y natal haga estragos sobre el cuestionamiento de si los descendientes de las/os africanas/os son, o no son, originarias/os.

Sobre los cuerpos–mentes femeninos negros, aún pesan las incomprensiones del ser o no ser originario como una causa más para la exclusión. Razón por la cual, lo originario se legitima como una condición política incuestionable para los nativos del continente; pero, al mismo tiempo, posee un carácter excluyente. Este último ha sido muy bien manejado por el sistema capitalista neoliberal que utiliza las diferencias étnicas, raciales, culturales y residenciales para usurpar territorios y lo más auténtico de nuestras culturas y espiritualidades.

En estas polémicas entre “ser-no ser-pertenecer” ha constituido en el mundo de las mujeres afro-descendientes un recurso de resistencia y mediación intercultural. Los saberes ancestrales han sido elemento común tanto para las mujeres afro-descendientes como para las indígenas. Estos han condicionado y hasta determinado las concepciones de sus metodologías, cimentadas en el complejo y misterioso mundo de las espiritualidades; la búsqueda de la libertad, que en diálogo con los modos de hacer contemporáneos implementan estrategias de lucha frente a las injerencias del capital y las concepciones patriarcales en no pocos grupos que han concientizado su condición y misión.

PC: ¿En qué medida usted podría contribuir, desde la práctica, a enriquecer las discusiones teóricas y cotidianas sobre Feminismo Negro en el contexto de la lucha por los derechos, la visibilización y el empoderamiento de las mujeres negras?

MB: En este sentido, me identifico como una agente intercultural, entre las sabidurías ancestrales que nos habitan y las sabidurías institucionalizadas por la geopolítica del conocimiento etnocentrista de occidente. Experimento el desarrollo de un lenguaje que se re-significa y democratiza todo el tiempo, como consecuencia de una toma de conciencia crítica de mi ser y sus “yo” plurales, integrados en mi condición de mujer y de persona. La cuestión no es solo política, es también existencial; aunque ha sido la práctica consolidada del modo de apropiación de la realidad occidental institucionalizado y legislado en políticas fragmentarias y prejuiciosas, por más de 500 años, las que han limitado los lenguajes, las conciencias; dividiendo y excluyendo por sus marcas genéricas, clasista, étnico-racial, etaria, geopolítica, etcétera.

Las observaciones analíticas en mis investigaciones y maneras de enseñar desde la perspectiva de género me llevan a tener en cuenta, en mis reflexiones y modos de hacer, a las interrelaciones de los locus de enunciación en el que existimos y en el que hemos sido educados. Y es desde acá que desarrollo esta reflexión. No puedo escapar de la historia, aunque no por ello tengo que ser víctima, ni objeto de ella. Este presupuesto me llevó a comprender una de las funciones de los estudios de género y feminismo, pues me hizo caer en cuenta de la responsabilidad, que en tanto mujer cubana, negra y profesional posee con la salvaguardia y renacimiento de los valores de nuestra “Ancestralidad”. Recuperando desde ello a sus hacedoras, que nos hacen sentirnos personas y pertenecientes de un lugar y múltiples culturas. Recuperar el orgullo y la dignidad de ser mujer afro-latina-caribeña.

En mis escritos, charlas entre amig@s, docencias de postgrado de “Género, Comunicación y Decolonialidad”, he experimentado unas metodologías “otras”, preocupadas no por la trasmisión de conocimiento, sino por la sensibilización de la conciencia a partir de legitimar a la dignidad humana, como un derecho de vida y de respeto a la diferencia. Elementos estos, que le desconocieron a una parte importante de mis ancestr@s, en particular a los african@s y sus descendientes; pero también pienso que no es desconociendo la humanidad de los otros que legitimaremos la nuestra. Con ello gano una comprensión otra de un problema ético-cultural que defiende la esencia de la diversidad humana.

Por otra parte, la experiencia interdisciplinaria entre filosofía, antropología y estética (como salida a mis investigaciones), ha sido transversalizada por las teorías de género, del Feminismo Negro y del feminismo comunitario latinoamericano. Ello ha contribuido a la comprensión de las tipologías que puede adoptar el “sujet@ y su negación” en su corporalidad y extensión.

Ahora me encuentro trabajando en el concepto “clave intercultural”, la paradoja de la emancipación y los prejuicios como círculo hermenéutico. Herramienta epistémica y sociopolítica para develar problemáticas, que ante los presupuestos tradicionales de la lucha de clases, se quedan fuera de contexto e invisibilizados. Tales como: la recuperación de las memorias históricas de las abuelas y abuelos (amerindios, africanos, asiáticos y caribeños); las que han sido silenciadas junto a sus corpus antropológico y filosófico, unos más que otros. Introducir transversalmente las contribuciones de las teorías de género y feministas, en estas problemáticas filosóficas que acontecen en nuestra sociedad, me ha servido para comprender la diferencia y la necesidad de rehacer el mapa de la historia de nuestras raíces y a recuperar, entender y respetar el patrimonio heredado, en especial el relacionado con el mundo de las mujeres y la re-evaluación de su lugar en el mundo.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=233987

Comparte este contenido:

Entrevista a Kailash Satyarthi, Nobel de la Paz 2014: «Eliminar el trabajo infantil es una cuestión de honestidad política ¿Priorizamos niños o guerras?»

12 noviembre 2017/Fuente: El Diario

  • El Nobel de la Paz Satyarthi apunta que «solamente cuatro días y medio del gasto militar global servirían para garantizar la educación primaria de todos los niños del mundo».
  • «Lo más importantes es la mentalidad de la gente, que realmente se interiorice que es necesario respetar la infancia de los niños. Y esa mentalidad debe ser contruida a nivel global».
  • «Es responsabilidad de los políticos y de la comunidad internacional invertir más en nuestra infancia».

Kailash Satyarthi (Vidisha, India, 1954), Premio Nobel de la Paz en 2014 e histórico defensor de los derechos de la infancia, desprende paz y sosiego a pesar de que su tarea no es sencilla: lucha por eliminar el trabajo infantil en todo el mundo. Preso aún de la estadística, sigue la estela de su compatriota Mahatma Gandhi en el compromiso con los más débiles y se muestra optimista y autocrítico a partes iguales. A día de hoy, 152 millones de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años se encuentran en situación de trabajo infantil. La mitad de ellos lo hacen en actividades peligrosas que ponen en grave riesgo su salud, seguridad o moralidad.

El pasado miércoles fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Pablo de Olavide como reconocimiento a su trabajo contra la opresión infantil y en favor del derecho de todos los niños y niñas a la educación. Tras participar en el foroEl rol de la sociedad civil en la erradicación sostenida del trabajo infantil y la protección del adolescente trabajador que ha tenido lugar en Sevilla, atiende en exclusiva a  eldiario.es/andalucía en la Fundación Tres Culturas.

La primera llama surgió cuando tenía cinco años y medio y fui a la escuela por primera vez. Me encontré en la puerta de la escuela con un chico que trabajaba recogiendo carbón. Él y su padre nos miraban y preguntaban si se les podía dar algún trabajo. Fue extraño porque yo entendía que todos los niños tenían que ir al colegio. Mi profesora me dijo que no era poco habitual que niños de familias pobres tuvieran que apoyar a sus familias. Mi círculo más cercano me dio una respuesta bastante similar, pero cada día lo veía trabajando en duras condiciones y me sentía muy mal.

¿Qué hizo entonces?

Un día le pregunté al padre y me dijo que nunca había pensado en que su hijo tenía que ir a la escuela porque ni su padre ni su abuelo habían ido nunca. Me miró bastante indefenso y me dijo que ellos estaban hechos para trabajar. No pude entenderlo, pero más tarde comprendí que estaba relacionado con el sistema de castas de la India. Fue un incidente que cambió algo dentro de mí y sirvió para darme cuenta de que la gente asumía que las cosas tenían que ser así, pero yo empecé a cuestionarlo. Tuve una infancia normal como niño de clase media pero me puse con gente cercana a recaudar dinero para apoyar a esas familias y que pudieran comprar libros de texto a sus hijos.

Su labor es difícil, más aún en su país. Incluso ha sido víctima de ataques. ¿Cómo es la situación actual de trabajo infantil en la India y cómo lo vive personalmente?

He sido atacado bastantes veces. Dos de mis compañeros fueron asesinados. Según las estadísticas gubernamenatles, en mi país hay 4,2 millones de niños y niñas trabajadores. Datos no oficiales hablan de 30 millones. La mayoría están en el sector agrícola, aproximadamente un 60%, o en el sector de la construcción. La buena noticia es que las cifras han descendido bastante en los últimos 15 ó 20 años. De acuerdo con el censo de la India, en 2011 había unos diez millones de niños trabajando. No es un número correcto porque la cifra absoluta es más alta pero ha habido un descenso muy marcado. India acaba de aprobar una ley sobre trabajo infantil y ha ratificado los dos convenios de la Organización Internacional del Trabajo. Esto son estadísticas pero la realidad es que el hecho de que un solo niño esté en peligro significa que el mundo no es seguro.

Kailash Satyarthi

¿La educación es la solución a este mal global?

La educación es sin duda la herramienta con mayor efecto preventivo, incluso rehabilitador, pero no es la única medida necesaria. Deberíamos contar con leyes estrictas sobre trabajo infantil y que fueran cumplidas junto a normativas aplicables a las empresas para que no se contrate mano de obra infantil. De igual manera es importante que contemos con medios de protección social para proteger a los padres y madres de estos niños y adolescentes. Lo más importante es la mentalidad de la gente, que realmente se interiorice que es necesario respetar la infancia de los niños. Y esa mentalidad debe ser construida a nivel global.

Desde que se celebró en 1997 en Oslo la I Conferencia internacional contra el trabajo infantil, el mundo está comprometido a eliminarlo pero, ¿por qué no se consigue definitivamente?

Desde Oslo, el dato importante con el que me quedo es que el trabajo infantil se ha reducido en 100 millones. Eso se debe a todos los esfuerzos que se han coordinado y articulado en torno a esta situación. De acuerdo con estimaciones globales, existen aún unos 150 millones.

¿Qué piensa que va a traer la IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil que empieza el próximo martes en Buenos Aires? ¿Se verán modelos de intervención innovadores?

Durante las últimas conferencias hemos hechos muchas promesas, nos hemos comprometido a distintas cosas. Las promesas de la primera Conferencia se reiteraron en la segunda, y así en la tercera. He participado en todas ellas y, sin embargo, creo que siempre hacemos promesas y creamos nuevas cuando todavía no hemos terminado de cumplir con las primeras.

¿A qué promesas se refiere exactamente y por qué no se han logrado cumplir?

Por ejemplo, hemos hablado ampliamente sobre leyes y su cumplimiento. Algo muy simple. También se ha prometido que se iban a destinar más recursos a la educación y sin embargo la comunidad internacional no lo ha hecho. Prometimos que las empresas no iban a emplear niños pero no lo hemos logrado completamente. Estos niños no votan, es decir, no van a venir a exigirnos que cumplamos lo prometido con sus necesidades y sus derechos. Pero lo que tenemos que hacer nosotros es honrar los compromisos que hemos asumido. Es la responsabilidad moral de todo político cumplir con esto.

¿Confía, como se pretende, en que se acelere la erradicación sostenida del trabajo infantil en todas sus formas para 2025 y la erradicación del trabajo forzoso para 2030?

Creo que sí, porque la IV Conferencia va a dar un impulso muy fuerte y va a haber un nuevo compromiso. Es un dato, pese a todo, pero no es imposible. Necesitamos mucha más honestidad, honestidad política. En último término es responsabilidad de los políticos y de la comunidad internacional invertir más en nuestra infancia. Eliminar el trabajo infantil es una cuestión de honestidad política. Solamente cuatro días y medio del gasto militar global servirían para garantizar la educación primaria de todos los niños del mundo. Esos son solo 22.000 millones de dólares y, sin embargo, nos gastamos 8,1 billones de dólares en gasto militar. ¿Qué priorizamos, niños o guerras?

Trabajo infantil y adolescente. Distribución por regiones. Población de 5 a 17 años

Entiendo que las grandes corporaciones también tienen una gran responsabilidad, ¿no cree?

Sí, pero no hay que omitir la responsabilidad del Estado, porque es su labor implementar leyes y hacerlas cumplir para que no haya trabajo infantil. Es una responsabilidad compartida entre toda la sociedad: los padres de los niños, los maestros, la comunidad como un todo, las entidades religiosas, las empresas,… Pero cuando hablamos finalmente de cumplir las leyes y de crear preceptos constitucionales que protejan a los niños, la responsabilidad última recae sobre los estados. No solo se trata de la responsabilidad social corporativa sino del control a esas empresas.

Más de 9,5 millones de niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe han dejado de trabajar en el período 2000 – 2016. ¿En qué sentido la conferencia es una oportunidad para este caso específico?

Entre 2000 y 2012 ha habido un descenso significativo, también en estas zonas, pero la tendencia de reducción en los últimos cuatro años ha sido lenta. El foco se debería poner ahora en los niños a los que es más difícil llegar, a nivel geográfico, cultural, etc, como pudieran ser niños de familias indígenas que viven en lugares más remotos. Es una clave importante la inclusión social y eocnómica para poder avanzar en la erradicación del trabajo infantil en esas zonas. Además, hay que tener en cuenta la vinculación entre trabajo infantil y violencia, porque en los niños sometidos a violencia se ve incrementado el abandono escolar.

Contra el trabajo infantil

La organización liderada por Satyarthi, Bachpan Bachao Andolan, ha ayudado a liberar a decenas de miles de niños en todo el mundo que estaban en condiciones de esclavitud. También fue cofundador de la Campaña Mundial por la Educación (CME) en 1999.

La Declaración de Brasilia sobre el Trabajo Infantil, de 2013, reconoció los significativos avances logrados, especialmente en el periodo 2008-2012, pero llamó a intensificar los esfuerzos. La IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil (Buenos Aires, 14 – 16 de noviembre de 2017) constituye el primer evento global tras la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en relación directa con la meta 8.7,  lo que representa una oportunidad para comprometer a diferentes actores y avanzar hacia una América Latina y el Caribe libre de trabajo infantil.

La meta 8.7 plantea «adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados y, de aquí a 2025 poner fin al trabajo infantil en todas sus formas».

En ese sentido, la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe libre de Trabajo Infantil representa un innovador instrumento de cooperación intergubernamental conformado por 27 países.

Fuente: http://www.eldiario.es/andalucia/Kailash-Satyarthi-Premio-Nobel-Paz_0_705529810.html

Comparte este contenido:

Isabel Solé: “Ceñir la lectura a un nivel instrumental es limitador”

Fuente: http://blog.tiching.com

Isabel Solé

“No hay dos personas que lean el mismo libro” ¿Está de acuerdo con esta frase de Edmund Wilson?
Claro que hay muchas personas que leen el mismo libro, lo que quería decir Wilson es que no hay un libro que tenga una sola interpretación. A pesar de que todos leamos el mismo texto, cada uno hace una interpretación peculiar de aquello que ha leído. Esto no es muy diferente a lo que ocurre cuando escuchamos una conferencia, cuando vemos una película o cuando observamos una obra artística. En cada una de nuestra acciones interviene lo que nosotros aportamos a nivel cognitivo y emocional y esto es lo que nos hace llegar a una determinada interpretación.

La forma en la que un niño o niña aprende a leer, ¿de qué manera condiciona su capacidad de aprendizaje?
Para responder esta pregunta deberíamos remitirnos a muchos aspectos que tienen que ver con lo que significa aprender a leer. De forma muy simplificada, podemos decir que la forma en la que un niño aprende a leer determina cómo entiende el papel de la lectura. Lo que puede influir en la capacidad de aprendizaje es que enseñemos que la lectura va más allá de aprender a decodificar la escritura.

¿Qué formas hay de aprender a leer?
Cuando enseñamos a leer de forma que lo importante es entender lo que dice el texto, probablemente la aproximación de estos niños a la lectura estará muy condicionada a esta idea. Cuando la forma de aprender a leer contempla las aportaciones que el niño hace respecto a la lectura, el niño entiende que el texto es algo sobre lo que se puede pensar, reflexionar… Esto le da una visión enriquecida y aprende  que la lectura es un instrumento que le sirve, no solo para saber lo que el texto dice, sino también para revisar sus propias ideas, para aprender…

¿Se tiene esto en cuenta hoy en día en las aulas?
Los estudios indican que se invierte mucho tiempo en que los niños aprendan a leer, es decir, se invierte en los estadios iniciales de la lectura, que son muy importantes, pero se dedica menos esfuerzo a enseñar a utilizar la lectura para aprender contenidos complejos como son los de las áreas curriculares. Es frecuente la creencia cómoda, pero equivocada, de que cuando un niño o niña sabe descifrar textos puede aprender a través de la lectura.

Y, en cambio, ¿cuál es la realidad?
La competencia lectora no es una capacidad que se adquiere, se convierte en estable y se aplica tal cual como si fuera un patrón. Es una capacidad que se moldea, se hace más flexible a medida que vamos leyendo textos de complejidad diversa y que nos sirven para resolver distintas tareas y lograr diferentes objetivos de lectura. Todo esto exige que se enseñe a poder trabajar el texto: relacionar información dispersa, analizar, buscar las ideas principales, etc. A enseñar estos aspectos se presta menos dedicación de la que se debería.

¿Todos los niños aprenden a leer al mismo tiempo?
No. Para que los niños puedan aprender a leer, deben entender lo que la escritura representa, su relación con el lenguaje oral. Esto lo explican muy bien Ana Teberosky y Emilia Ferreiro en sus investigaciones. Los niños deben entender qué es un sonido, qué es una letra, deben saber aislar una letra en el conjunto de una palabra, o lo que es más difícil, aislar un sonido en una emisión fonética continua. Deben saber aislar segmentos y hacer correspondencias. Esto es un proceso lento y apasionante, y que cada niño hace a su ritmo, aunque la curiosidad que suelen tener sobre el tema facilita mucho las cosas.

¿Qué influye en este aprendizaje?
Las experiencias que ellos tienen en el lenguaje escrito son muy importantes. Hay familias en las que el lenguaje escrito está muy presente en su día a día y familias en las que lo está menos. De la misma forma que hay familias en las que la música está muy integrada y otras en las que no lo está. Esto hace que para algunos niños el proceso esté más estimulado y pueda ser más rápido, y que en otros niños el proceso vaya más despacio. Aunque nunca es un problema, al final todos los niños lo acaban haciendo.

Y cuando hablamos de aprender a reflexionar y a interpretar los textos, ¿también hay un ritmo individual?
Por supuesto, cada niño aprende todo a su ritmo. Cada alumno llegará a metas diferentes en tiempos diferentes. Además, este es un proceso de ir y venir. Lo que no podemos esperar es que todos hagan lo mismo con un mismo contenido porque sus experiencias y su motivación varían en cada caso.

¿Piensa que un niño o adolescente puede leer cualquier libro o deben tener cierta calidad literaria?
Lo que sería interesante es que los niños tuvieran a su alcance muchas lecturas y que fueran de mucha calidad. Que tengan mucha libertad para poder escoger: todo lo que tiene que ver con el disfrute de la lectura está directamente relacionado con el respeto que tenemos por sus deseos a la hora de escoger.

¿Es un error habitual?
En nuestra formación literaria tiene cabida el habernos equivocado muchas veces con los libros, así como la capacidad de seguir determinadas corrientes o autores, etc. Lo que hay que primar es que los niños lean.

Una interesante reflexión…
Hay maestros o padres preocupados porque los niños solo quieren leer cómics, pero igual ellos solo leen novela policíaca. Lo importante es que los niños se enganchen con la lectura. Cuando vemos que hay mucha reiteración o que se enfocan solo a un género es el momento de invitarles a leer cosas distintas, pero sin hacer uso de la imposición. Como dice Pennac, “el verbo leer, como otros verbos (amar, por ejemplo), tolera mal el imperativo.”

Con un entorno tan estimulante como el que rodea a los niños y niñas hoy en día, ¿cómo se consigue la concentración necesaria para poder comprender aquello que se lee?
La competencia con lo audiovisual es dura, tiene mucho atractivo y exige menos esfuerzo cognitivo. Si un niño puede escoger, seguramente escogerá lo más fácil y lo que socialmente se valora más. Nuestra sociedad no valora mucho el conocimiento ni las características vinculadas a la lectura: la concentración, la pausa, el detalle, la tranquilidad, el silencio. Creo que la mejor manera es que los adultos que forman parte del entorno del niño le inviten a leer y den ejemplo. No intentando que dejen de estar atraídos por otros entretenimientos, pero sí dando valor a la lectura. Es muy importante el papel de las personas que son importantes para ellos.

¿Qué implica la lectura comprensiva? 
En la lectura comprensiva interviene el texto, pero también el formato, el contenido, la densidad informativa… además de lo que aportamos nosotros como lectores: la finalidad con la que leemos, los conocimientos previos, el sentido que le damos a esta lectura, nuestras creencias, etc. Interviene asimismo la capacidad que tenemos para procesar la información del texto y ser estratégicos con ella.

Son muchos factores a tener en cuenta. 
La lectura es una actividad cognitiva muy compleja. Esto explica también que dos lectores no entiendan exactamente lo mismo cuando leen el mismo texto o que un mismo lector aborde un texto en diferentes momentos de su vida y extraiga cosas diferentes. La lectura no es solo “decir” lo que dice el texto,  sino elaborar una interpretación propia para dicho texto, poder comprenderlo y desentrañarlo.

¿Cuáles son las claves para una comprensión lectora óptima?
Todas las condiciones anteriores entran en juego. Muchas veces al leer nos damos cuenta que no entendemos nada: puede ser porque no tenemos suficiente conocimiento previo para entender lo que dice ese texto, quizá porque no sabemos por qué lo estamos leyendo, o porque nos aburre.Es necesario tener en cuenta estas variables, sobre todo desde el punto de vista de la educación. La lectura se enfocará de distinta manera si las lecturas tienen sentido y responden a una finalidad visible para el lector, si se adaptan a sus conocimientos previos. Pero deben tenerse en cuenta todas las variables.

Comenta que con frecuencia la enseñanza de la lectura se orienta a saber qué dice el texto y no a la reflexión libre. ¿Qué podemos hacer para cambiar esta perspectiva?
Saber qué dicen los textos está muy bien, el problema es ceñir la lectura a un nivel puramente instrumental porque esto es limitador. Leer nos permite saber qué dicen otros sobre un tema, pero también nos permite reflexionar pensar sobre lo que nosotros mismos pensamos. Es una función de la lectura más epistémica, orientada a mejorar nuestro conocimiento y de lectura crítica. Sabernos situar delante de los textos es importante.

¿Y cómo podemos llegar a conseguirlo?
Lo que les pedimos a los estudiantes no se puede limitar a que reproduzcan qué dicen los textos, sino que deben ser tareas orientadas a que digan qué piensan de ellos y que encuentren argumentos para apoyar su propia interpretación, relacionándolo con otras cosas que han leído. La simplificación está en no ver la diversidad de formas de ser lector, y de formas diferentes de procesar la información. Es importante saber que seguimos aprendiendo a leer a lo largo de nuestra vida, el aprendizaje de la lectura solo empieza en la escuela.

¿Qué quiere decir exactamente?
Hay que dar a conocer la lectura en todas sus dimensiones, no hay ninguna razón por la que la lectura se deba enseñar únicamente de manera reproductiva o instrumental. Esto exige que entendamos qué significa leer y para qué nos sirve la lectura. Cada disciplina científica tiene su manera peculiar de codificar la información, por lo que exige una forma determinada de leer y de escribir. El aprendizaje de la lectura no puede limitarse a aprender a leer textos narrativos en una determinada etapa del sistema educativo: aprender a leer de forma profunda, crítica y epistémica es un proceso que no se desprende de lo anterior, y al que hay que prestarle la atención que se merece a lo largo de toda la escolaridad.

¿Se deben propiciar espacios educativos para la lectura?
Todo lo que favorezca la lectura está muy bien. En los primeros cursos de escolaridad esto se entiende bien: hay espacios cómodos con estanterías con libros en un ambiente agradable y cuidado. También ayuda la idea de que no se puede leer todo en cualquier lugar. Yo,  si voy en el metro,  puedo leer un correo o una novela -¡aunque seguramente no la disfruto igual que en una hamaca!-, pero no un ensayo, o una propuesta de contrato, que requieren mayor concentración.

¿Deben tener una característica especial?
Lo que es más importante de estos espacios es que se utilicen, y que lo utilicemos todos. Que no sea un espacio donde los niños van cuando han acabado una tarea, o cuando el profesor está haciendo otra tarea (corrigiendo, por ejemplo), porque entonces tiene una consideración como “de relleno”. Si la lectura importa, entonces debe tener un tiempo para todos, incluidos los profesores. Quizá ellos serán, para algunos estudiantes, los únicos adultos significativos a los que pueden ver leyendo.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/isabel-sole-cenir-lectura-nivel-instrumental-es-limitador/

Comparte este contenido:

Entrevista a Xavier Aragay: “Estamos preparando a los estudiantes para un mundo que no existe”

Con 25 años de experiencia en gestión del sector educativo, Xavier Aragay, experto internacional en liderazgo para el cambio e impulsor del Reimagine Education Lab, quiere ampliar su ayuda a la comunidad docente de cara a un cambio que ve muy necesario. Para ello, ha elaborado este libro en el que, a través de 21 pasos, muestra el mejor camino para reimaginar la educación actual de un modo práctico.

¿Qué le llevó a escribir un libro como éste?

He tenido la oportunidad de visitar muchas escuelas y universidades de más de 16 países distintos. Fruto de mis observaciones, diálogos y debates con equipos directivos y maestros surgió una reflexión: cuando afrontamos la transformación de una escuela, hay una serie de temas que no se hablan o, si se hace, es con un enfoque muy técnico. Por eso, me pareció que debía poner sobre la mesa lo que, desde mi punto de vista, es el principal problema el cual se resume en los temas que se tratan en el libro… con un enfoque muy original.

Como bien comenta en el prólogo, no es un libro al uso. ¿Qué llevó a elegir este formato más práctico?

El objetivo principal es ayudar a los directivos, a los responsables de las escuelas y al resto de agentes que forman parte del cambio a modificar lo que yo llamo ‘marcos frontales’. Para ello, este es un libro que desea que el lector lo haga suyo, que lo subraye, que lo garabatee, que escriba en él sus pensamientos y opiniones generadas con la lectura.

¿Qué objetivo tiene este ‘Reimaginando la Educación’ de cara a los alumnos?

Nuestra responsabilidad como educadores es que los chicos y chicas que van a pasar en la escuela aproximadamente 15 años (de los 3 a los 18) tengan las herramientas necesarias para ser ciudadanos completos, con proyectos vitales intensos dentro del mundo en el que va a vivir.

¿Y a la comunidad docente?

La percepción de los educadores, en los centenares de escuelas que he podido visitar, es que hoy estamos preparando a los estudiantes para un mundo que no existe. Es el mundo que viví yo como alumno, el cual ha cambiado muchísimo. También la educación, en lo relativo a la esencia del método de enseñanza, que está anclada en lo realizado hace más de 100 años. Por eso creo que es urgente reimaginar la educación.

¿Por qué, hoy en día, debemos realizar este proceso sin demora?

Me sorprendió que la mayoría de las escuelas, cuando quieren llevar a cabo un cambio, sólo piensan en hacer más cosas. Por eso han entrado (en los últimos 20-25 años) en una dinámica muy intensa en lo relativo a actividades. Es como si pensasen que una buena educación es la que hace que los niños y las niñas estén constantemente activos. Y yo creo que es precisamente lo contrario: debe dar tiempo a reflexionar, a vivir. Por ello, el primer ingrediente del libro es ‘parar’ y mirar al centro educativo de un modo distinto.

Una mirada que también debe llevarnos al mejor camino a seguir por nuestra escuela…

Cuando me piden que vaya por los centros educativos a explicar la experiencia que he vivido, piensan que les voy a mostrar una nueva técnica. Y no es eso. Quiero ofrecer una nueva mirada, que nos detengamos y observemos. Por ejemplo, si contemplamos las aulas de Secundaria, la mayoría de los alumnos están desconectados de lo que estamos haciendo. Es como si no fuera con ellos. Por eso, es tan necesario visualizar.

Y tras ver lo que tenemos, hemos de diagnosticar sus males para llegar a la solución…

Es algo que no se debe hacer sólo. Además, el análisis se prevé profundo si lo que queremos es conocer porque no funcionan las cosas. Hemos de conocer porque no se consigue que los alumnos desarrollen esas herramientas que les van a ayudar en el futuro. Y debemos hacerlo sin miedo.

Sin miedo y bien equipados…

Hemos de hacerlo personalmente y como equipo. Yo insisto en el primero ya que pienso que la escuela son personas que hacen cosas unas con otras para que terceras puedan bucear hacia su vocación, cualquiera que sea ésta. Eso no quita que se deba poner el foco en el grupo, ya que no hablamos de liderazgos personales sino compartidos.

En ese equipo deben encontrarse todos los agentes interesados, sin excepción…

Para conseguir el cambio es necesario que la comunidad educativa participe. No es el tema de un iluminado, de una persona que sabe de pedagogía y tiene un proyecto a nivel individual. Por ello, hay que implicar a los educadores, a los alumnos (que son fundamentales), a las familias y al entorno. No debe ser una burbuja cerrada.

“Para conseguir el cambio es necesario que la comunidad educativa participe. No es el tema de una persona que sabe de pedagogía y tiene un proyecto a nivel individual”.

A todos ellos se les debe ofrecer un proyecto que, en cierta medida, les sorprenda. Para esto… ¿Es necesario partir de cero o el proyecto actual aún tiene que ofrecer para nuestro proceso de “reimaginación”?

Nadie puede hacer una tabla rasa y olvidar todo lo que había. Yo planteo un método con el que ya he experimentado y es el poner al alumno en el centro. El problema hoy en día es que el currículo y los contenidos han ido ganando espacio y, desde mi punto de vista, hay que desplazarlos ya que son sólo una herramienta para llegar a un sitio. Lo que hay es que tratar que la persona, gracias a unas habilidades (a unas competencias), afronte la vida en el tiempo que le va a tocar. Educar a persona no es abrir cerebros para implantar conocimientos.

Las acciones que llevemos a cabo deben estar bien planificadas para evitar el fracaso…

Todo es un proceso. Es imposible cambiar la educación de la noche a la mañana. Se han de variar primero los marcos mentales de todos los miembros de la comunidad educativa y, tras esto, realizar un conjunto de acciones coordinadas en el tiempo, la cuales suelen llevar entre 2 y 5 años. Por eso, se requiere de un orden.

Y de una buena comunicación… ¿Cómo debe ser ésta y a quien se dirige?

Hay que comunicar a todos los miembros de la comunidad educativa, de forma franca y directa, tanto lo que somos como lo que funciona (y lo que no). Y hemos de hacerlo con ilusión de cambio. También debemos rebajar el nivel técnico de las explicaciones, ya que a veces puede que no se nos entienda. Hemos de tener en cuenta que estamos educando personas.

Para conseguir el cambio es necesario que la comunidad educativa participe. Hay que implicar a los educadores, a los alumnos, a las familias y al entorno.

Las mismas a las que, en ocasiones, les cuesta participar de primeras… ¿Cómo se puede romper esa barrera y convencerles desde un principio de que el cambio es necesario?

A partir de la pasión y el contagio. Los líderes de cualquier transformación han de ser apasionados, han de creer que la educación puede cambiar. Así podrán movilizar a las energías del cambio.

¿Qué nos espera una vez a partir de aquí?

Espero una eclosión de ganas de cambiar, de reimaginar la escuela. Tenemos una gran oportunidad de reimaginarla, de transformarla, de mirar al futuro en lugar de anclarnos en el pasado y en lo que hemos hecho.

Fuente de la entrevista: http://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/xavier-aragay-reimaginar-educacion/

Comparte este contenido:

“Los nuevos espacios generan nuevas formas de participación en las escuelas”. Entrevista a Silvia Sasot y Esther Belvis

Europa/España/11 Noviembre/Autora: Mar Domènech Bert/Fuente: El país

Entrevista a Silvia Sasot y Esther Belvis creadoras de la guía creativa del proyecto Hack the School, espacios por el aprendizaje y la convivencia

Cuando nos preguntan sobre la educación escolar automáticamente pensamos en el maestro, las asignaturas, los libros de texto o en la mera acción de estudiar. Pero la educación es mucho más, en todo proceso de aprendizaje también influyen otros elementos algo más abstractos que juegan un papel muy importante. Hablamos de los espacios arquitectónicos, de la relación con los compañeros y en general de la implicación y motivación de toda la comunidad. La arquitecta Sílvia Sasot y la pedagoga Esther Belvis nos cuentan porque es tan necesario repensar la escuela en este sentido.

PREGUNTA. ¿Por qué os interesa mezclar arquitectura y pedagogía?

RESPUESTA. Las dos compartimos el objetivo de querer mejorar el bienestar de las personas en el marco de la educación. La colaboración entre el binomio arquitectura (Sílvia) y pedagogía-arte (Esther) nos da la posibilidad de explorar y tener una aproximación más contemporánea a la educación, basada tanto en la interdisciplinariedad como en el cuidado por el entorno y las personas.

P. ¿Qué es Hack the School y cómo surgió?

R. Hack the School es una iniciativa de la Fundació Bofill para promover pequeñas transformaciones en los espacios de las escuelas participantes con la ayuda de un arquitecto. El proyecto tiene formato de reto, ya que lo se pretende es que las escuelas pasen a la acción. Nosotras diseñamos la guía creativa para acompañar el proceso de las comunidades educativas y ayudar a dinamizar distintos procesos de cambio.

P. Vuestro proyecto propone repensar los espacios en las escuelas ¿Por qué es tan necesario?

R. Proponemos repensar la escuela como un espacio de convivencia y aprendizaje pensado desde distintos ámbitos. Tradicionalmente la mirada ha sido principalmente técnica y muy homogénea. Los espacios de la escuela vienen regulados por unas leyes desactualizadas que determinan como son, y en consecuencia también, como no pueden ser. Nos interesa aprender a pensar fuera de este marco y crear otros espacios que acompañen a los procesos de cambio educativo y cultural de los centros actuales.

P. No es solo una cuestión de mover las mesas de sitio. ¿Qué elementos tenemos que tener en cuenta para hacerlo?

R. Consideramos que mover las mesas debe entenderse como el resultado de un proceso de reflexión, experimentación y empoderamiento de la comunidad educativa. Insistimos en que para hacer cambios útiles, es necesario que se establezcan procesos de cambio que impliquen a todos, y donde haya un diálogo entre arquitectura y educación. Cada escuela debe generar aquellos espacios que respondan a su identidad y a las necesidades de su comunidad.

Parece que el tema “espacios educativos” nos lleve siempre a hablar de “cosas”. Nuestra mirada siempre es partir de las personas como individuos únicos y como miembros de la comunidad. Por eso, proponemos una aproximación más humanista que nos permita tomar decisiones sobre como los espacios determinan el bienestar, las relaciones entre las personas, las posibilidades de autonomía y autoregulación, la creatividad, etc.

P. ¿Pueden llegar a decidir juntos los alumnos, las familias y el profesorado?

R. Los resultados obtenidos en Hack the School, así lo demuestran. Para nosotras el mayor logro, no han sido los cambios en los espacios sino como a través de estos se han generado nuevas formas de comunicación y participación en las escuelas. A menudo, hablar de espacios permite abrir un espacio de conversación sobre otros aspectos más profundos y humanísticos relacionados con la educación y la convivencia en el centro.

P. ¿Qué impresiones habéis obtenido?

R. En primer lugar nos sorprendió la respuesta del proyecto ya que quisieron participar más de 170 escuelas de Cataluña y finalmente se seleccionaron a 30 para poder gestionar la transformación. Esto nos parece un indicador claro de la necesidad de repensar el espacio y cómo esta necesidad no coincide con el sistema que tenemos, la demanda es real. También nos sorprendió la capacidad creativa de todos los centros para hacerse suyo el reto y adaptarlo a su concepto pedagógico, y la movilización de toda la comunidad educativa de cada centro con una ilusión compartida.

P. ¿Cómo tiene que ser el entorno de un niño para que este aprenda? ¿Tanto influye?

R. Cada niño es diferente y tiene una forma distinta de aprender y percibir el entorno que le rodea. Lo importante es ofrecer entornos versátiles que permitan generar distintas metodologías, donde el docente y el alumnado puedan dialogar y generar aquellas dinámicas y formas de estar en el espacio que favorezcan tanto la convivencia como el aprendizaje. De alguna manera, abogamos por una escuela sensible que responda a las necesidades y retos de la realidad educativa del día a día. Pero está claro que hay temas muy básicos relacionados con el bienestar del cuerpo humano que hay que tener en cuenta. Como no pasar ni frío ni calor, acceso a luz natural, respirar un aire de calidad, no exponerse a condiciones acústicas desagradables, posibilidad de movimiento, gestión de los estímulos visuales, etc.

P. ¿El espacio aula entre cuatro paredes caducará? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo creéis que será la escuela del futuro?

R. Nos gustaría que hubiera muchas escuelas del futuro, o esto es lo que vemos en algunos países del extranjero. Cada comunidad educativa construye o transforma una escuela adecuada a su contexto concreto a través del diálogo creativo y atreviéndose a experimentar. Evidentemente en estas escuelas podrá haber aulas entre cuatro paredes pero también habrá otros espacios. Quizás es posible que el concepto de aula evolucione y se haga más complejo siempre de la mano de la propuesta pedagógica. Transformar los espacios donde convivan varios grupos, donde los profesores puedan trabajar en equipos, donde los niños se sientan seguros y a la vez libres. Nos parece un buen reto.

P. ¿Este cambio de visión sobre los espacios, también se podría trasladar a espacios públicos enfocados a los niños? Me refiero a parques, bibliotecas, ludotecas, etc.

R. Todos los espacios son educadores. Nosotras apostamos por una mirada más atenta y centrada en el niño, que transgreda una arquitectura centrada en el objeto. Nuestra propuesta siempre es crear espacios desde una mirada más humana, y eso también puede incluir el concepto del espacio en sí mismo. Ahora pensamos en bibliotecas para libros, ludotecas para juguetes, parques para columpios. ¿Qué pasaría si creamos los espacios para la infancia donde puedan convivir libros, juguetes, columpios junto con experiencias artísticas, experiencias científicas, experiencias familiares y aquellas que aún no sabemos imaginar? Nos parece importante centrar el discurso en la experiencia de lo que la persona siente y experimenta y no en el objeto de la experiencia (libro, juguete, columpio, etc.).

P. Recientemente habéis presentado el proyecto de Hack School en Londres. ¿En qué países la arquitectura y pedagogía ya es una realidad?

R. Hay varios países que se están planteando el reto y cada uno a su manera como Australia, Dinamarca, Finlandia, Austria, Holanda y muchos otros más. Normalmente son países donde la legislación no es limitante. Cada contexto cultural ofrece miradas distintas, y oportunidades, pero todos construyen desde un concepto del aprendizaje más contemporáneo y desde una cultura concreta. La raíz de la diferencia que percibimos se encuentra en el concepto de infancia y niño-a de cada país y el tipo de relación cultural entre adultos y niños.

P. Habláis siempre de un cambio de cultura para poder cambiar los espacios. Pero, ¿este cambio de cultura es posible en nuestro país?

R. ¡Claro que es posible! Desafiamos los modelos y los estándares que indican una única manera de hacer las cosas. Es cierto que podemos aprender de las experiencias e ideas que vienen de otros países, pero cada escuela debe ser coherente con su filosofía educativa y entorno. Es una cuestión de confianza, formación y autonomía en lo que se refiere al centro, pero también es necesaria voluntad política para revisar las leyes que determinan la arquitectura en lo que se refiere a los espacios educativos. Estamos viviendo un momento muy interesante, muchas familias jóvenes ya son el cambio de cultura que altera el status quo.

P. ¿Qué tenemos que hacer para llevarlo a cabo?

R. Nosotras aconsejamos a las comunidades educativas a empezar por acciones pequeñas en espacios comunes. Las acciones pequeñas permiten explorar y facilitar el disfrute y logro compartido. Por otro lado, los espacios comunes permiten implicar a más personas de la comunidad y abren el debate para pensar qué tipo de comunidad y educación se quiere crear y compartir. Un truco sería seleccionar un espacio olvidado de la escuela e iniciar un diálogo para devolverle la vida, es en este punto donde la guía que hemos diseñado puede ayudar mucho a poner un poco de orden durante el proceso.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/11/03/mamas_papas/1509709334_897521.html

Comparte este contenido:

Entrevista a Cornelia Funke: «Los niños no leen porque el colegio les agota»

Fuente: El País/Autora: ELISA SILIÓ

Casi cada año, la superventas Cornelia Funke (Dorsten, Alemania, 1958), visita la Feria del Libro de Madrid para “corresponder” a Siruela, que la edita en España “con un mimo y una delicadeza en las tapas y el papel que solo es comparable con Japón y Alemania”. En esta ocasión, presentó la cuarta entrega de su serie de fantasía Reckless, que en cada tomo repasa los cuentos de un lugar, en esta ocasión Rusia.Funke, que ha vendido 20 millones de libros infantiles y juveniles, no entiende que se trate de “narrar las historias como si fueran televisión, videojuegos o películas”. “Los vemos como competencia de los libros y no como hermanos. Debemos respetarlos”, apostilla.

Entiende que los niños se decanten de forma natural por lo audiovisual. “En algunos países, los menores tienen que trabajar y eso se denuncia. Pero, si calculamos las horas que los niños deben dedicar al colegio y a los deberes, también se puede calificar como trabajo. Están tan cansados que no pueden aguantar un libro; es un desafío. La imagen, en cambio, es algo que relaja más”.

“Los niños no tienen tiempo de jugar fuera. No conectan con la naturaleza. Para mí es el verdadero problema”, se lamenta la autora, quien alaba los programas de lectura estadounidense: “¡Los niños escriben ya poesía en la guardería! Es curioso, porque los americanos se creen que los europeos animan mejor a leer”.

Residente en Los Ángeles (EE UU), va a intercalar la escritura del siguiente tomo de Reckless con la conversión del cuento y la película El laberinto del fauno en una novela. Es un encargo de su autor, el cineasta Guillermo del Toro, con quien ya colaboró en 2010. Coescribieron un guion basado en un corto del español Rodrigo de Blaas, pero DreamWorks no lo ha rodado. “Es demasiado complejo para Hollywood”.

“A todos nos gustan las tareas imposibles y El fauno lo es”, piensa Funke, quien casi ha acabado el borrador. “Se queda muy cercano a la película”; ahora busca “incluir más cosas sin perder la estructura original”. “Cené con Guillermo y le pregunté qué era lo más importante. Me dijo que ambientarlo en Galicia. He leído mucho de losmaquis. Sabía que eran unos rebeldes, pero no un movimiento. Quiero insertar los cuentos gallegos en el bosque”, indica.

Siruela ha reeditado cinco de sus obras sobre las peripecias de una pandilla, Las gallinas locas. “Mi editor me pidió escribir una vez algo real, sin enanos y hadas. Y metí todo lo malo que mi madre me había contado de mi abuela y a los niños que había conocido como trabajadora social”. El resultado fue todo un éxito en Alemania que aspira a repetir en España. «Había muchísimas pandillas en Alemania que se llamaban también Las gallinas locas y se ponían plumas. En uno de los libros, una niña se enamora de otra y las bibliotecarias me daban las gracias. O en otro un padre maltrata a su hijo. Me decían que no podía hacer algo tan serio, pero dije: ‘Al contrario, la vida es así: hay momentos banales y trágicos».

Fuente de la noticia:http://cultura.elpais.com/cultura/2016/06/09/actualidad/1465486107_681540.html?id_externo_rsoc=fbads_corneliafunke_eshm1850

Fuente de la imagen: http://ep01.epimg.net/cultura/imagenes/2016/06/09/actualidad/1465486107_681540_1465486257_noticia_normal_recorte1.jpg

Comparte este contenido:

Entrevista al profesor Jose Antonio Marina “A los gobiernos les da igual cómo es la educación, solo importa salir bien en PISA”

Por: El Confidencial/Hector G Barnés 

A sus 78 años, el toledano sigue siendo uno de los principales referentes en nuestro país de la pedagogía, a la que somete a crítica en su último trabajo, ‘El bosque pedagógico’

La educación española se encuentra en una de sus grandes encrucijadas. Por una parte, los cambios sociales, laborales y políticos exigen reformas en un sistema que muchos perciben como desfasado y exigen que incorpore las propuestas que provienen desde la innovación educativa. Por otro, se clama casi con unanimidad por alcanzar una estabilidad en el marco legal que dé fin a la sucesión de leyes y reformas que han complicado el trabajo de docentes. En ese contexto, José Antonio Marina ha publicado, junto al Equipo de Investigación UP, ‘El bosque pedagógico’ (Ariel), una útil guía en el proceloso mundo de la educación.

El filósofo, pedagogo y profesor, también colaborador de este periódico, recuerda que se trata de un libro “que contiene muchísima información, pero que es muy humilde”. Marina enfrenta el paradigma tradicional —centrado en enseñar, estandarizado, cuya principal figura es el profesor— con el nuevo —centrado en aprender, activo, cuyo protagonista es el alumno— para descartar sus fallos, recoger sus aciertos y generar un nuevo paradigma, el ultramoderno, que se base en el talento y que se guíe a través de una filosofía de la educación que aúne la complejidad de saberes que influyen en el entorno educativo.

La metodología del nuevo pacto educativo es mala: ¿por qué hay tanto secretismo?

Una visión optimista, a pesar de que el escritor no confíe en el resultado que pueda surgir de la subcomisión del Pacto Educativo, ya que considera que sigue una metodología equivocada y sospecha de su falta de transparencia. Él mismo fue, a través de los ‘Papeles para un Pacto Educativo‘, uno de los grandes promotores de un acuerdo que, desvela, estuvo a punto de cerrarse, pero que se vino abajo en el último momento, como había ocurrido años antes con Ángel Gabilondo en el Ministerio de Educación. De su mano nos adentramos en el bosque pedagógico con la esperanza de que, como señala en el subtítulo del volumen, nos oriente para salir de él.

PREGUNTA. En los últimos años se han sucedido las innovaciones, las nuevas metodologías y las propuestas de cambio. Sin embargo, esta avalancha de información puede resultar paralizadora.

RESPUESTA. Es un sistema de autodefensa. Ante esta proliferación de cosas que no puedo dominar, vuelvo a mis posiciones de siempre, porque sé cuánto pueden dar de sí. Además, una parte importante de los estudios de evaluación de estos sistemas está reivindicando métodos antiguos, como la enseñanza directa, del profesor al alumno. Por lo tanto, hay muchas cosas que están dando pie a que el movimiento antipedagógico esté cogiendo mucha fuerza, lo cual no es bueno, porque hay cosas de las que sabemos mucho más ahora. Hay una necesidad en el mundo académico de publicar o morir, así que se cuenta lo mismo con un nuevo nombre. Esto produce aburrimiento.

P. Con un problema añadido, que es que en educación es más difícil saber qué funciona o qué no. Muchas de estas propuestas suenan bien, pero no es fácil conocer su verdadera utilidad.

R. La evaluación educativa es trascendental. La que se ha puesto de moda es PISA, pero no nos dice nada sobre los métodos, solo de los resultados. Tenemos que tomar otro camino. PISA, por ejemplo, después de haber defendido que la ratio entre alumno y profesor no influía, acaba de reconocer que sí. No podemos andar con estos bandazos, porque como ha tenido tanto éxito, lo que les interesa a los gobiernos es salir bien. Les da igual que sea una educación que conviene a los ciudadanos, que ayude al desarrollo personal… Y eso está creando una homogeneización de los sistemas educativos al mismo tiempo que dicen que hay que fomentar la autonomía de los centros, la innovación y la creatividad. Nos faltan elementos para evaluar lo que funciona y lo que no. Ahí es donde deberíamos investigar mucho más.

P. Y los gobiernos no han hecho nada.

R. No. Tampoco el español, aunque haya un instituto de evaluación educativa. A mí me pidieron que revisara un estudio de la OCDE en más de 20 países, elTALIS, sobre la calidad del profesorado. Cuál sería mi sorpresa al ver que era un estudio muy caro, con mucha estadística, pero en el que nadie había entrado a un aula. El mundo educativo tiene alergia a la evaluación. Cuando publiqué el ‘Libro blanco sobre la profesión docente‘, una de las cosas que decía era que había que evaluar al profesor, y eso despertó críticas muy agresivas.

En primer lugar, de los sindicatos, que decían que a los profesores funcionarios no había que evaluarlos porque ya habían demostrado su idoneidad. Una cosa es aprobar una oposición, que es algo puntual, y otra pasar 40 años ejerciendo. No es lo mismo aprobar un examen teórico que saber dar clase. Reprochaban que la evaluación del alumno no era fiable, pero era solo un aspecto de lo que propuse. También estaba la del claustro: yo he estado en claustros educativos y sabía qué profesores eran buenos y cuáles eran malos por cómo hablaban o preparaban sus clases… Y otra era entrar en el aula y observarlos, algo que se hace en todo el mundo menos aquí.

P. La innovación educativa se ha convertido en un reclamo publicitario. ¿Cómo pueden los padres distinguir el grano de la paja?

R. Lo mejor es no fiarse solo de lo que dicen los papeles y visitar el centro para ver cómo funciona. En la teoría, un modelo puede ser bueno, pero en la práctica no. Que los padres sepan lo suficiente para que no les den gato por liebre presentándoles cosas que no están fundamentadas, que tengan un sentido crítico. La elección del centro es muy importante.

El Pacto Educativo estuvo a punto de firmarse antes de las elecciones, pero se echaron atrás en el último momento

Me interesa el concepto de ‘talento’, distinto de ‘inteligencia’, que son unas capacidades básicas que se pueden medir, pero que se pueden aplicar bien o mal. Tenía un alumno en 1º de Bachillerato con 150 de coeficiente intelectual, pero que se hizo jefe de una banda de su barrio. Ahora tiene 25 años y está en la cárcel por tráfico de drogas. ¿Era muy inteligente o muy estúpido? Era inteligente porque lo decían todas las mediciones, pero era muy estúpido en la manera de utilizar esa inteligencia. ‘Talento’ es el buen uso de la inteligencia, que tiene que ver con elegir bien las metas, gestionar las emociones y las virtudes de la acción (tenacidad, capacidad ante la frustración…). Esto es en lo que tienen que centrarse.

P. Llevamos unos cuantos meses de subcomisión por el Pacto Educativo, ¿en qué coordenadas se está moviendo?

R. Yo he trabajado mucho por el Pacto Educativo. Con mi equipo publicamos unos ‘Papeles por el Pacto‘, donde hacíamos algo de sentido común. Preguntarnos, en primer lugar, por qué si ha habido muchos intentos, nunca ha funcionado. Luego, identificar los problemas principales y la solución que han dado otros países, donde la mayoría de pactos son muy antiguos. En Inglaterra, la Ley de Enseñanza Obligatoria es de finales de los ochenta, y no se ha movido. Tuve antes de las elecciones muchas reuniones con representantes de partidos políticos, porque veía claro que si había un pacto, debía acordarse antes de las elecciones, cuando todo el mundo es más receptivo.

El pacto estuvo a punto de firmarse. La parte más logística la llevaba Manuel Campo Vidal con su fundación. Yo estaba dando unas conferencias en Lyon e iba a volver el martes porque se iba a firmar, pero Manuel me llamó y me dijo: “No vengas, se han echado atrás”. La solución era una subcomisión. No sé qué partido, creo que Ciudadanos, me invitó a ir, pero me negué. Dije: “He trabajado mucho en esto, aquí tenéis el estudio, leedlo”. Esas subcomisiones valen para muy poco. Una persona va, expone unas cosas y se marcha. Ponlo por escrito, lo estudio y si tengo dudas, pregunto.

La metodología me parece mala. Están organizando las conclusiones y van a caer otra vez en lo mismo. ¿Por qué tanto secretismo? Que sean públicas y que la sociedad sepa cómo se está tratando eso que le afecta tanto. Ahora todo el mundo ha descubierto que en la escuela catalana se adoctrinaba. Pero ¿qué ha pasado todo ese tiempo, no ha habido una alta inspección que se pasase por ahí? No interesaba meterse mucho, porque había pactos políticos o lo que fuese. Ahora nos rasgamos las vestiduras y dicen que lo importante es recentralizar todo. ¿Por qué? Si alguien quiere adoctrinar, cuanta más centralidad, más adoctrinamiento. ¿Por qué este miedo a la diferencia? Otra cosa es que se utilice mal. ¿Por qué hay regiones de España que están en los primeros lugares, si tienen la misma ley? Porque lo están haciendo mejor.

P. De hecho, entre las mejores comunidades figuran Cataluña, País Vasco, Navarra…

R. El consejero de Educación del País Vasco me invitó hace tres semanas a que viese cómo tienen organizada la Formación Profesional. Y es mejor que la de Austria, la de Alemania, la de Finlandia… Lo están haciendo de cine. Vamos a aprender qué les está funcionando. ¿Por qué tienen una tasa de paro bajísima? Porque lo están cuidando, por ejemplo, pidiendo ayuda a las empresas que tienen cerca, que se han dado cuenta de que tener una buena FP les viene estupendamente, y ayudan muchísimo.

En España hemos carecido siempre de la gestión del sistema educativo. Gestionar un sistema es complicado, tienes que hablar con la gente, aunar esfuerzos, borrar diferencias… Tienes que complicarte la vida, y no puedes ponerte chulito diciendo que vas a españolizar a todo bicho viviente. Debes tener talento para la gestión, y en España los ministros no lo han tenido.Méndez de Vigo, que pensaba que lo iba a hacer, tampoco, pero por una sencilla razón: en el momento en que accede a compatibilizarlo con la portavocía, se ve el aprecio que tiene hacia la educación. Ya no puedo fiarme.

Hay gente trabajando en puestos que no necesitan cualificación con títulos universitarios, que han desplazado al resto

P. ¿Es la mejora de la Formación Profesional el futuro inmediato de la educación en España, como señalan tantas voces?

R. Creo que puede haber una trayectoria más parecida a la alemana: una persona hace Formación Profesional y luego va a la universidad. El problema surge porque España es una sociedad muy clasista, y el ascenso social no ha funcionado nunca. Una de las maneras era tener una carrera universitaria. Eso presionó a la baja a las universidades, que tuvieron una función social respetable, pero distinta a la que debían tener. Se trata de que sean universitarios que quieren estudiar, no que quieran poseer un título por cuestiones sociales, porque hemos producido una hipercualificación de puestos de trabajo.

Ahora mismo hay gente trabajando en puestos que no necesitan cualificacióncon títulos universitarios, que han desplazado hacia abajo a los que naturalmente debían ocuparlos y, además, se sienten muy frustrados. Debemos dignificar socialmente la FP, que sirve para resolver un problema inmediato de colocación. Abres una nueva vía. Comparativamente, tenemos muchos universitarios y poca formación profesional.

P. El paradigma tradicional y el moderno se miran con desconfianza. ¿Qué deberían aprender uno de otro?

R. En primer lugar, que los maniqueísmos son malos. En segundo, identificar lo bueno y lo malo de cada uno. Lo que tienen de malo los dos es que ninguno tenía una idea lo suficientemente potente de qué son la inteligencia y la memoria humanas y en qué consiste el proceso de aprendizaje. Ese es el centro de la pedagogía. Tiene que prolongarse con un análisis de las finalidades de la educación, de los contenidos para conseguir esas finalidades y de los métodos para enseñar. No tenemos una ciencia de suficiente nivel para decidir todos estos temas. La pedagogía se nos ha quedado pequeña, y por eso reclamo una ciencia de superior nivel. A falta de otro nombre, la llamo ‘filosofía de la educación’.

El filósofo, durante la entrevista. (Héctor G. Barnés)
El filósofo, durante la entrevista. (Héctor G. Barnés)

¿Cuál es la función de la educación? ¿Cuál es el papel del Estado? Por ejemplo, ha influido mucho la idea que un paradigma y otro tienen de la liberad. En el tradicional, los niños son libres, pero son como los árboles, hay que tutorizarlos bien para que no se tuerzan. Es una idea recelosa de la libertad. En el nuevo, la libertad es lo genial, y se educa con más libertad. El niño nace perfecto, y la sociedad debe proteger su desarrollo autónomo. Eso es mentira, gran parte de las estructuras psicológicas las aprende en la sociedad, y ese ha sido un fallo que está en el origen del niño tirano.

La crítica que he hecho siempre a las competencias es que son a un único nivel, en ninguna se apela al pensamiento crítico. Intenté, cuando se publicaron, reclamar la novena competencia, la filosófico-crítica, pero cuando se habla de filosofía solo se habla de su historia. Necesitamos algo que, desde una visión más global, tenga una idea clara de lo que sabemos y podemos predecir.

*Fuente: www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-11-09/jose-antonio-marina-entrevista_1474920/

 

Comparte este contenido:
Page 251 of 459
1 249 250 251 252 253 459