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Entrevista a Rocío Lara: «La programación es la alfabetización del siglo XXI

03 julio 2017/Fuente: Educaweb

Rocío Lara es responsable del área educativa de RO-BOTICA, una empresa especializada en facilitar experiencias y soluciones en torno a la robótica. La corporación abrió la primera tienda presencial dedicada a la robótica personal y educativa de Europa en Barcelona y es miembro co-fundador de Educabot, una institución dedicada al desarrollo de las capacidades tecnológicas de la infancia. También forma parte de Edutech Cluster, un consorcio de empresas que trabajan en pro de la innovación educativa y del que Educaweb también forma parte.

¿Qué es la robótica educativa?

Hay más de una definición: personalmente la entiendo como un conjunto de actividades didácticas contextualizadas que tienen como base un robot manipulable dentro del aula que se diseña, programa y controla para llevar a cabo una o varias tareas con el objeto de ayudar al alumnado a desarrollar el pensamiento creativo, el pensamiento computacional y el pensamiento crítico.

¿Es importante que una sociedad sepa de programación y robótica, aunque sus ciudadanos no sean científicos, ingenieros o matemáticos?

Sí, a menudo se habla de la programación como la alfabetización del siglo XXI. Incluso hay quien hace la analogía del aprender a leer y leer para aprender con el aprender a programar y programar para aprender; en este sentido, la robótica es la parte más amable para aprender a programar, es su forma más tangible y divertida.

Si se tiene como base que la programación ayuda a estructurar el pensamiento y, por lo tanto, que ayuda a construir conocimiento -según la teoría construccionista de Seymour Papert, inventor de LOGO, el primer lenguaje de programación dedicado a la educación- el programar puede ayudar a cualquier persona a desarrollar un pensamiento computacional. Este le permitirá resolver problemas, diseñar sistemas o entender los procesos que nos rodean de una forma organizada y lógica, útil en cualquier situación de la vida y en cualquier profesión, no sólo en aquellas con carácter científico o tecnológico.

¿A qué edad cree que se debería tener un primer contacto con los robots?

Actualmente algunos robots ya son parte de nuestra vida cotidiana: solo hay que ver, por ejemplo, la cantidad de vídeos donde aparecen bebés interactuando con robots aspiradoras. Creo que es una carrera que se ha iniciado y ya no tiene freno, las nuevas generaciones son ya nativas en entornos robotizados, de tal forma que tan pronto tengan consciencia del mundo que les rodea los robots ya están allí.

¿Qué es mejor: que los contenidos se impartan en una asignatura específica o a lo largo de todo el currículum (materia transversal)?

Rotundamente, a lo largo de todo el currículum. Los pensamientos creativo, computacional y crítico no están limitados a una materia, sino que se desarrollan como parte integral del individuo. He sido testigo durante los últimos 6 años de la evolución de la introducción de la robótica educativa en diversos centros, primero como actividad complementaria o extraescolar, luego como materia «robótica» y recientemente como una herramienta más de metodologías educativas que proponen el trabajo por proyectos. En ellos intervienen más de un docente y más de una materia, y definitivamente con este modelo se han conseguido los resultados más espectaculares.

El alumnado siempre está expectante, los docentes tiene material suficiente para desarrollar los contenidos y alcanzar los objetivos que se buscan con el proyecto y, sobre todo, el aprendizaje global tiene sentido para ambas partes. También es una forma efectiva de conseguir motivar a grupos clase diversos y no solo a aquellos alumnos que tienen una vocación científica-tecnológica.

¿Qué competencias desarrolla el alumnado a través de la robótica?

Aprender a aprender, comunicación intrapersonal e interpersonal, sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor, competencias sociales y cívicas y, por supuesto, la competencia digital, la competencia matemática y las competencias básicas en ciencia y tecnología.

¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes del manejo de robots en las aulas?

La grandes ventajas indiscutibles son el factor motivacional y el aspecto emocional. La emoción es el motor para crear impacto y fijar el aprendizaje. A través de las distintas etapas educativas la motivación del trabajo con robots va cambiando, ya que el alumnado también va creciendo y fija sus prioridades en distintos aspectos que han empezado como un juego y concluyen habitualmente en la necesidad de aprender a diseñar, controlar, programar, reparar, aplicar o reglar esos maravillosos artefactos.

Los inconvenientes residen en las mismas ventajas: ¿cómo saber transmitir ese proceso de evolución y encontrar el sentido al trabajo que se está realizando en clase cuando todo parece tan ‘fuera de reglas’ o, por lo menos, de las reglas que se aplican en otras materias? ¿Cómo conseguir que el robot tenga impacto en perfiles varios y en necesidades dispares?; ¿Cómo conseguir dar el salto del juego o de la experiencia anecdótica de trabajar con robots a la percepción de que es un medio para adquirir no sólo conocimiento sino también para desarrollar habilidades que cada alumno pueda aplicar en cualquier ámbito de su vida no solo académica sino también personal?

¿Cuáles son las principales dificultades que se encuentra el profesorado y cómo puede subsanarlas?

Trabajar con robots en clase es totalmente equiparable a realizar prácticas de laboratorio, por lo tanto una de las dificultades con la que se encuentra el profesorado es la dimensión del grupo clase. Si los equipos directivos y docentes están alineados es posible reducir el número de alumnos por clase cuando se trabajan proyectos con robots o bien disponer de más de un docente si el grupo es numeroso. Esta situación seguramente cambiará con el tiempo porque a medida que los alumnos más pequeños se vayan acostumbrando a las nuevas metodologías de trabajo con robots se volverán más autónomos y resolutivos y, por lo tanto, la demanda de atención del profesorado será menor y el grupo clase puede entonces ser más numeroso.

Otro de los problemas que hemos identificado es la ‘falta de currículum’ para enseñar con robots y aquí siempre sugerimos volver al origen: no diseñar un programa educativo en función de la tecnología ‘de moda’ sino recuperar la esencia del qué enseñar, cómo enseñarlo y ya después mirar con qué hacerlo. Todo ello sin perder de vista que la finalidad es ayudar a nuestros alumnos a comprender y aprender sobre el mundo que les rodea y de qué manera en el futuro pueden llegar a ser personas útiles para las otras personas y para su entorno.

Hablaría también de la evaluación cuando se trabaja con proyectos con robots: es evidente la importancia de realizar el seguimiento del proceso y poder identificar en cada fase las competencias y habilidades adquiridas. Las rúbricas suelen ser una magnífica herramienta, pero también tenemos hojas de observación y la evaluación entre iguales.

¿Puede dar algunos consejos para quienes se acercan por primera vez a este mundo?

¡Montar un robot! Sea cual sea, los hay pensados para niños de 5 años, así que muy complicado no será.

Ponerse metas sencillas de conseguir sobre todo cuando se inicia en la programación. Probar con distintas alternativas de las disponibles actualmente. Hay entornos gráficos muy amigables que nos ayudan a superar la barrera que nos lleva a pensar que saber programar es privilegio de unos cuantos.

Seguir algunos de los muchos MOOCs que hay actualmente disponibles en español sobre estos temas. Es una buena forma de ir aprendiendo y practicando a través de videotutoriales e intercambio de experiencias con personas que están en condiciones similares.

¿De qué país o países deberíamos aprender y por qué?

Esta es una pregunta con trampa: siempre miramos el ombligo del vecino y llevamos muchos años imitando sistemas educativos extranjeros sin acabar de mejorar del todo el propio.

Quiero ser optimista y romper una lanza en favor de los muchos centros educativos españoles que tienen ya un largo camino recorrido en esta materia y muy buenas prácticas comparables a las que se realizan en países referentes y convocar por esta vía si es posible a crear más comunidad, a que nos compartan sus proyectos y los muchos intentos que han realizado hasta conseguir consolidar sus propuestas educativas de robótica.

¿Quiere añadir algo más? 

Actualmente hay mucho talento y las primeras generaciones de alumnos que empezaron a trabajar con robots están llegando a las aulas universitarias. Estos jóvenes en breve se incorporarán al mundo laboral y esperamos que muchos de ellos puedan tomar un buen relevo en esta frenética carrera de cambios tecnológicos y nos ayuden a establecer indicadores más fiables sobre las ventajas de haber incluido la programación y la robótica en su formación.

Fuente noticia: http://www.educaweb.com/noticia/2016/12/15/entrevista-rocio-lara-10704/

Fuente imagen: https://www.cyldigital.es/sites/default/files/imagecache/resize_600_auto/story/logoroboticaeducativafondoblanco.png

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Entrevista a Carina Kaplan: Los jóvenes ante un mercado laboral selectivo y excluyente

Entrevista a Carina Kaplan, quien analiza cómo avanza un modelo de individualismo en la formación de la juventud.

Buscás trabajo o querés uno mejor? Si tenés entre 18 y 29 años, sos estudiante secundario, terciario o universitario, te invitamos a una Expo donde vas a encontrar oportunidades de inserción laboral y desarrollo profesional en las empresas más importantes del país. Te damos todas las herramientas para que te sigas potenciando». Con ese mensaje la Expo Empleo Joven porteña, realizada el martes y miércoles pasados, convocó a más de 200 mil jóvenes que fueron por una oportunidad laboral, aunque solo pudieron dejar un currículum. En esa escena de desencanto, el presidente Mauricio Macri inauguró la masiva muestra advirtiendo sobre «la velocidad con la que se están destruyendo los empleos tradicionales», a la vez que invitaba a los asistentes a «ser protagonistas de un empleo nuevo». En charla con La Capital, la doctora en educación Carina Kaplan analiza esa situación y manifiesta su preocupación por «los juicios de descalificación que interiorizan las y los jóvenes ante un mercado laboral selectivo y excluyente».

   »No nos tocó una época cualquiera. Cada uno de ustedes puede ser protagonista del empleo nuevo. El secreto de hoy es nunca dejar de capacitarse, siempre tener inquietudes». Parte del mensaje que el presidente de la Nación les dio a los miles de jóvenes que asistieron a la exposición. Y sobre el que continuó: «Lo que más te renueva y te hace sentir joven es el poder seguir aprendiendo cosas, y lo que te levanta la autoestima y te hace ser quien sos es tu trabajo. Eso te genera una seguridad en vos mismo que sino no la tendrías».

   Desde muy temprano la concurrencia de estudiantes que buscan un lugar en el mundo del trabajo se hizo presente en el ingreso a la Expo Empleo Joven montada en el predio de La Rural. La ilusión de ser tenidos en cuenta duró muy poco, apenas y en contadas ocasiones, pudieron dejar un currículum. La mayoría fue invitada a mandarlos por correo. Todo eso al tiempo que el presidente les hablaba de un futuro incierto. «Me preocupan especialmente los juicios de descalificación que interiorizan las y los jóvenes que, ante un mercado laboral selectivo y excluyente, y la consiguiente baja probabilidad objetiva de conseguir un empleo, tienden a atribuirse a sí mismos el fracaso», reflexiona la doctora en educación Carina Kaplan, investigadora de las Universidades de Buenos Aires (UBA) y Nacional de la Plata (Unlp), y del Conicet, al ser consultada sobre el mensaje que les llega a los jóvenes con estas experiencias.

   »El trabajo —continúa— es un ordenador de la vida personal y social. Construye lazo social y da un sentido a la existencia. Me pregunto, entonces, sobre qué soportes o amarras simbólico-subjetivas construyen una imagen y autoimagen de futuro estas y estos jóvenes que están atravesados por el desempleo y la precarización laboral».

Vivir en la incertidumbre

Los conceptos de Macri se unen a los pronunciados por su ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, en el Foro de Inversiones y Negocios, en septiembre del año pasado. En uno de los paneles organizados en ese Mini Davos, Bullrich expresó: «Debemos crear argentinos capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla». Un mensaje que no pasa inadvertido, sin consecuencias, para las escuelas, sus docentes y estudiantes. «Una cosa es la incertidumbre propia de cualquier sociedad como la nuestra, y otra es la incertidumbre de los modelos de exclusión. Eso tiene que ver con el capitalismo salvaje. También las sociedades, en general, no están pensando que vaya a haber lugar y trabajo para todos. Y eso es algo que los jóvenes descifran», analiza Kaplan sobre esos discursos que define coherentes con un modelo de exclusión social.

   Pero la especialista también observa que esto demanda un doble trabajo para la institución escolar, a la que define como contracultural. Dice que la escuela está todo el tiempo generando prácticas contraculturales, pensando cómo sostener a los jóvenes en aquel mundo que les toca vivir, donde nadie los está esperando.

   Kaplan también avanza sobre la doble moral con la que se mira a los chicos y chicas: «A veces se critica a los jóvenes por la falta de «cultura del esfuerzo», pero sin oportunidades no hay esfuerzo posible. En realidad es un engaño, es una situación tramposa a la que se los somete: por un lado se les pide que se formen, que se eduquen, porque son «la promesa del futuro» pero luego, cuando quieren insertarse en lo social y en lo laboral, no tienen oportunidades. Y además, junto con ese discurso de que «no se esfuerzan» está el de que son «el mal de la sociedad», «los que producen la inseguridad». A los jóvenes habría que protegerlos dándoles trabajo y educación, sin embargo lo que se hace es un discurso contrario: se los estigmatiza y convierte en el mal de la sociedad».

   La pedagoga menciona que entre sus investigaciones, estudió qué caracteriza a los jóvenes en todas las épocas y lo que resulta es que son los más castigados por los procesos de exclusión laboral, cultural y social en general.

   No sólo estas dobles miradas afectan a la juventud, también golpean a la escuela, cuando se la responsabiliza de todo. «La escuela puede establecer ciertas formas culturales: abrir el abanico de lo simbólico pero no puede generar empleo». Al tiempo que se le demanda que «sea un refugio de lo social», pero luego cuando sus estudiantes se insertan en la sociedad, se esfuerzan por estudiar mientras trabajan, asumir una vida compleja, las oportunidades no son las esperadas. Y por si fuera poco —remarca la educadora— bajo un discurso meritocrático: «Llegan los mejores».

   Con la misma velocidad que Macri describe que se destruyen los trabajos más tradicionales, vuelve a circular en el campo de la educación aquel vocabulario propio de los 90: emprendedorismo, competencias, liderazgo, eficacia, entre otros tantos términos más emparentados con el mercado que con la pedagogía. «Creo que es una autoresponsabilización del individuo sobre su propio destino, algo así como «fabrícate a ti mismo»; y, en realidad, sin oportunidades sociales, culturales, materiales, simbólicas, la gente no se fabrica a sí misma. Se puede construir a partir de una estructura de posibilidades. Por eso lo que hay que discutir es esa desigualdad de base. Lo que promueven es una forma de individualización, de neodarwinismo social porque lo que están diciendo es que van a llegar los que tengan mejores «competencias», en un mercado que es desigual y excluyente».

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/educacion/los-jovenes-un-mercado-laboral-selectivo-y-excluyente-n1408944.html

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Entrevista: Iván Rodríguez: “El Estado peruano no tiene aún un proyecto de educación universitaria”

Entrevista a Iván Rodríguez, rector de la Universidad Ricardo Palma, quien comparte su reflexiones sobre la universidad en el Perú.

El educador Iván Rodríguez, rector de la Universidad Ricardo Palma, lidera la Asociación de Universidades que aún litiga contra la Ley Universitaria. Hoy celebra 48 años de su universidad con una ceremonia en que reaparece el tradicionista y canta el legislador Francesco Petrozzi. Rodríguez comparte su reflexiones sobre la universidad en el Perú.

¿Nuestras universidades avanzan bien en investigación?

En ciencias sociales y humanas, la realidad del Perú es el mejor laboratorio. La investigación en ciencia es limitada por requerir laboratorios que no hay en Perú. Comparando con el primer mundo, lo que tenemos son juguetitos. Y los talentos se van porque en Perú ser investigador no puede ser una profesión. Tampoco se comercian las investigaciones: muchas quedan en archivo. Cuando presidí la ANR, premiamos una tesis del uso de plantas peruanas para hacer fármacos que bajen el colesterol.

 

¿Por qué se queda allí?

Porque no hay una industria. Nosotros somos más importadores. Y el Estado y la sociedad, incluidas las empresas, hay que mejorar la mentalidad y valorar la inteligencia.

La Ley Universitaria incide más en la investigación. ¿Hará salir más investigadores?

En tanto sea solo disposición legal, nada cambiará. Lo hará cuando pase como en el primer mundo: las empresas y el estado financian las investigaciones. Si no hay una interacción amigable universidad-estado-sociedad, ¿qué hacer? Los gobiernos ven las universidades como incomodidad.

¿Por qué?

Cuando hay problemas, se dan pronunciamientos de las universidades. Lo veríamos más si no estarían con una legislación punitiva de la autonomía, que si no te portas bien no te dan presupuesto. Sánchez Cerro y Odría cerraron y persiguieron a la universidad.

Ahora ya no las cierran…

No con tanques, pero hay modos indirectos, como tener a las universidades nacionales en situación de vida vegetativa: tienen un presupuesto que apenas les permite cubrir gastos corrientes, no tienen para más. Y presentaron un cuadro en que la responsable sería la universidad. Cuando he presidido la ANR, en el Congreso he hecho notar que la universidad es hechura de las leyes.

¿Y la Ley Universitaria? La ANR se opuso, aunque se le tachó como un club de amigos…

He demostrado que no es así. La universidad es autónoma y eso significa libertades…

Pero la educación es un servicio público, se regula….

No pueden responsabilizar de los problemas solo a la universidad. Ahora requieren un órgano suprauniversitario, que era la ANR. La Sunedu es un órgano del Ejecutivo con esencia de fiscalización y castigo. No está para verle una debilidad y ayudar a superarla. La ANR no fue un club de amigos: hemos cesado rectores, reorganizado universidades…

Pero había y hay varias universidades muy precarias…

Muchas funcionan no por órganos como el Conafu (de la ANR) sino porque hay acciones de amparo, medidas cautelares que han ganado y no podíamos hacer nada. Y el Congreso creó como quince universidades. Yo puedo desafiar: vean en el expediente si cumplen los dos requisitos: informe del MEF y de la ANR. Nunca se cumplió.

¿No debieron interponer un recurso para anular eso?

Tampoco se garantiza (lograr anularlo). Teníamos dos abogados para todo el país…

¿Reconoce que la ANR puedo haber sido más proactiva?

Puede haber algo de eso. En lo fundamental, se hizo lo que se pudo. El Estado no tiene proyecto de educación universitaria. No lo quiere hacer. Es tema picante y los políticos no conocen bien la universidad.

En el gobierno de García el ministro fue un rector…

Por eso hubo una época de más tranquilidad… Pero al no haber ese proyecto, con la Constitución de 1993, la educación se vuelve mercado. Y la Ley Universitaria mantiene eso. No derogó la universidad-empresa. Es un problema muy complejo. Yo acepto ese modelo pero para lo administrativo.

¿La experiencia no muestra el abuso de ese modelo?

La universidad está afectada en todos los sectores. Somos un conjunto heterogéneo. La ley actual trata de estandarizar. Eso es malo. Haciendo lo mismo cada universidad pone su sello. Esa es su autonomía.

¿Con la ley actual hay presión tipo ‘garrote y zanahoria’?

Pienso que sí. Es muy dura. La corrección no se da con castigo, menos en una institución de libertad. Es: “Si usted no cumple esto, lo cierro”. Es un poco sangriento.

¿Cómo cambiarla? La ASUP puso recurso en el TC…

Hemos ganado como acción popular. Un artículo dice que los funcionarios de Sunedu pueden interrumpir un proceso de admisión, rectificación, nombramiento, promoción, matrícula. En una universidad privada paralizar un proceso de matrícula es llevarla a la quiebra. Está en apelación por el Estado. Esperamos que se entienda bien el asunto. Un funcionario administrativo tenía poderes de jueces. Eso no puede ser así.

¿Y en el Congreso?

Debe haber modificaciones esenciales. Hay que recuperar aspectos de la autonomía revisando competencias de la Sunedu. Otros problemas son que está integrada por personas ajenas a las comunidades universitarias y su adscripción al Ministerio de Educación. Debe ser órgano autónomo: si la universidad es autónoma, el órgano que actúa sobre ella debe tener autonomía. La supervisión sería ejercida por el Congreso, como con los órganos autónomos. La superintendencia puede tener efectos administrativos. Todo esto es intervencionismo muy grande en las universidades.

¿Cómo afronta eso a la cabeza de la Ricardo Palma?

Hay un compás de espera por los reglamentos y modificaciones. Mientras, seguimos con nuestro sello. Aquí propiciamos el humanismo: poner al centro al ser humano y los valores. La formación profesional y de un ser humano cabal. Nuestra concepción es que el desarrollo de un país debe basarse en el desarrollo humano. Y exaltar nuestra cultura nacional, porque hay que peruanizar a los peruanos. Ahora cumplimos 48 años.

En este contexto, ¿qué significado tiene el aniversario?

Para nuestro aniversario y para cumplir nuestro deber con la sociedad nos olvidamos de las dificultades, ponemos entusiasmo y nos esforzamos por conseguir esos objetivos de crear mejores condiciones de formación y de servir a la sociedad en los mejores términos, a partir de diferentes programas, no solo formando profesionales. Hay educación continua, promoción social, comunal, prestación de servicios, muchas formas en que hacemos llegar la acción de la institución a todos los sectores de la sociedad, asentamientos, etc., incluso más allá de Lima.

Fuente: http://larepublica.pe/impresa/politica/891153-ivan-rodriguez-el-estado-peruano-no-tiene-aun-un-proyecto-de-educacion-universitaria-video

 

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Entrevista a Ignacio Mantilla: “De tanto ahorrar en educación, nos hemos hecho ricos en ignorancia”

“De tanto ahorrar en educación, nos hemos hecho ricos en ignorancia”

En septiembre esta institución cumple 150 años de fundación. Semana.com habló con su rector, Ignacio Mantilla Prada, sobre la importancia de este aniversario y los problemas que atraviesa la educación superior pública, entre ellas la estigmatización de la que es víctima.

SEMANA: La Universidad Nacional de Colombia está cumpliendo 150 años, ¿qué representa este aniversario?
Ignacio Mantilla: Es una fortuna para nosotros cumplir 150 años y ser la universidad pública más grande del país. Sobrevivir siglo y medio a todas las convulsiones que ha tenido Colombia es un gran logro. Queremos aprovechar este aniversario para recordar el pasado, pero también para reflexionar sobre el presente y el futuro. Ahora la educación superior vive una coyuntura particular. La tendencia a privilegiar el subsidio a la demanda, con programas como ‘Ser Pilo Paga’, pone en aprietos a la Universidad Nacional y a la educación pública en general, entonces creo que en esta conmemoración también debemos pensar sobre cuál es el modelo de educación que le conviene a Colombia, máxime si se tiene en cuenta que la Nacional ha sido pionera en muchos campos; por ejemplo acá nacieron los primeros doctorados en 1986.

SEMANA: ¿Cómo ha hecho la Universidad Nacional para sobrevivir tanto tiempo?
I.M.: Creo que se debe a que, pese a las dificultades, la universidad ha sido una institución crítica, que siempre ha utilizado el argumento como su mejor arma, pero que a la vez se ha convertido en guardián tanto del avance de la ciencia y la tecnología, como de la política y el conocimiento social, cualidades labradas durante 150 años, que el país reconoce. Esto es evidente en el acompañamiento que ha hecho al proceso de paz por solicitud de los actores involucrados (Gobierno y Farc-EP), quienes manifestaron su confianza total en la Institución.

SEMANA: En los rankings internacionales y nacionales, la Nacional siempre queda como la mejor institución educativa del país. Si uno de los problemas que tiene la Nacional es la financiación, ¿cómo ha hecho para mantener esos altos estándares de calidad?
I.M.: A pesar de los problemas presupuestales, la universidad tiene una riqueza muy grande en sus estudiantes. De hecho, hoy en día nuestros alumnos de pregrado prefieren hacer un posgrado antes que ir a buscar un trabajo. Cuando ellos compiten por cupos para ser admitidos en las universidades del exterior les va muy bien. Por otra parte, la Nacional siempre ha contado con un equipo de profesores con formación de alta calidad, quienes gozan de un salario digno no obstante las condiciones económicas de la Institución, y tienen libertad para enseñar e investigar lo que ellos consideran pertinente para el desarrollo del país.

SEMANA: ¿Cuáles son los aportes más valiosos que la Universidad Nacional le ha hecho al país en estos 150 años?
I.M.: Son innumerables, pero rememoro los 135 años en los que la Nacional estuvo en el Hospital San Juan de Dios, durante los cuales se hicieron investigaciones que trascendieron internacionalmente. Como ninguna otra institución de educación superior hemos tenido una vida cultural sumamente rica. El Auditorio León de Greiff es reconocido como el mejor escenario musical de Bogotá, y además contamos con cerca de 20 museos solo en la ciudad. En el área de las ciencias, fuimos herederos del trabajo de José Celestino Mutis, el Sabio Caldas y Humboldt, gracias a lo cual poseemos un robusto inventario de la flora y fauna colombiana. La universidad ha formado a los protagonistas más importantes de la política nacional del siglo XX, como el presidentes Carlos Lleras Restrepo, y a grandes líderes como Jorge Eliécer Gaitán y el sacerdote Camilo Torres, no el guerrillero que todo el mundo ve, sino al destacado sociólogo. Incluso García Márquez fue alumno de la Escuela de Derecho. Sin duda, la Institución ha dejado una huella imborrable en el país.

SEMANA: Si la universidad ha sido tan importante para el país, ¿por qué la clase política no se la ha jugado para fortalecerla y ha preferido apoyar la educación superior privada?
I.M.: Eso forma parte de la opción que ha tomado el Estado colombiano de privilegiar el subsidio a la demanda, que prácticamente le quita su obligación de proveer de educación superior a todos los colombianos. Y el mejor ejemplo es ‘Ser Pilo Paga’, que termina destinando más dinero a la universidad privada que a la pública. Para el Gobierno es más fácil y rentable mediáticamente lanzar 40.000 becas para estudiantes de escasos recursos, que crear 400.000 cupos en las universidad públicas. Un modelo excluyente porque con ‘Ser Pilo Paga’ se quedan por fuera jóvenes que podrían ser ‘repilos’, pero que no tienen la oportunidad de obtener una beca porque su formación en la educación básica fue deficiente, lo cual no significa que no sean brillantes.

SEMANA: En ese sentido, ¿cuál es la importancia de la educación superior pública?
I.M.: Creo que muchas políticas neoliberales ven la inversión en educación sólo en términos de retorno y ganancia económica. Frente a esa postura dominante, pienso que un país que abandone la educación pública le abre las puertas a la desigualdad y a la exclusión. ¿Qué futuro le vamos a ofrecer a los jóvenes que no pueden pagar una universidad privada? ¿Qué posibilidades tienen de ascenso social? Se podría resumir en la siguiente frase: “De tanto ahorrar en educación, nos hemos hecho ricos en ignorancia”. Eso es lo que lograría un país que no ve la educación como una gran inversión, sino como un costo que debe asumir sin ninguna convicción. No debería haber dudas sobre la necesidad de tener una universidad pública fuerte y completamente subsidiada.

SEMANA: ¿Cómo ve en el futuro a la universidad?
I.M.: Con optimismo. Observo que en sus dos últimas legislaturas, el Congreso ha apoyado la educación superior pública, y espero que la tendencia continúe. Por eso considero que allí, obviamente sin dejar a un lado el Ejecutivo, es donde debemos dar los debates y las batallas para fortalecerla, mejorar la financiación y, en últimas, convencer a la sociedad colombiana sobre la importancia de la universidad pública.

Puede leer: Los amigos de la Nacional

SEMANA: ¿Tenemos Universidad Nacional para otros 150 años?
I.M.: La Universidad de Salamanca cumple 800 años el próximo año; la de Bologna va a cumplir mil años en las próximas décadas. Eso significa que las universidades son las instituciones más antiguas que hay en Occidente. Y lo han logrado porque se equivocan menos que los gobiernos y no toman decisiones al vaivén de las modas, sino que se convierten en depositarias de un conocimiento y a la vez en gestoras del cambio social a partir de análisis e investigación. En ese sentido, tenemos Nacional para rato.

SEMANA: Por último, a raíz del acto terrorista en Andino ¿Por qué su indignación por un artículo del diario ‘El Tiempo’? 
I.M.: Porque es inaceptable que se relacione directamente al terrorismo con la universidad. La expresión “extremistas de la Universidad Nacional”, indica que aquí graduamos extremistas y no es así, nosotros formamos geólogos, físicos, ingenieros. Esa es una estigmatización que hemos tenido que cargar por décadas, es como el sentimiento que tenemos los colombianos en el exterior cuando se generaliza y dicen que todos somos narcotraficantes. No podemos seguir cargando esa cruz y los medios no pueden seguir relacionándonos con grupos terroristas.

SEMANA: ¿Por qué se continúa con la estigmatización?
I.M.: Hay un lastre que llevamos, ese de creer que la universidad es el centro de operaciones de grupos guerrilleros, y no lo hemos podido borrar. Cada vez que salen a la luz actuaciones negativas de algún egresado o estudiante lo primero que se dice es que pertenece la Nacional, no ocurre lo mismo con alumnos o profesionales de otras instituciones. En estos casos no se habla de los “ladrones graduados en tal universidad” o de los “defraudadores o violadores de tal otra”. La Nacional no tiene responsabilidad en las actuaciones de los egresados cuando no están en el ejercicio profesional para el que se les formó. Se nos puede criticar por la mediocridad de un profesional mal formado en la universidad, pero no por otras cosas.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/entrevista-con-el-rector-de-la-universidad-nacional-ignacio-mantilla/529221

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Entrevista a Laura Moyano: “En el último tiempo la identidad de género tomó una forma mucho más política”

Entrevista a Laura Moyano

“En el último tiempo la identidad de género tomó una forma mucho más política”

«Cuando me preguntan cómo me defino, digo yo soy Laura y punto, ahora cuando tengo que asumir una identidad política, soy una mujer trans», asegura Laura Moyano, activista trans, defensora de los derechos por las identidades sexuales y de género, y estudiante universitaria en la carrera de Comunicación con orientación en Planificación. También es maquilladora y trabajadora de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.

Por Silvina Perugino: abogada, especialista en género y comunicación, Facultad de Periodismo y Comunicación Social UNLP (en etapa de tesis).



¿Qué es la identidad trans, travesti?

Una persona trans cuestiona el binomio de género, esta dicotomía de hombre y mujer, y como una cuestión performativa la identidad surge de un modo no tradicional, sin reproducir el orden social, es decir, esto de tener que ser lo que la sociedad quiere que seas. A través de estas cuestiones identitarias una se va construyendo la identidad a medida que va viviendo.

En el último tiempo la identidad de género tomó una forma mucho más política; a mí cuando me preguntan cómo me defino, digo yo soy Laura y punto, ahora cuando tengo que asumir una identidad política, soy una mujer trans.

También la cuestión identitaria tiene que ver con cómo podemos aportar en diferentes campos con otra mirada y que no todo sea tener que adaptarnos a aquel bonimio.


¿Trans y travestis son conceptos contrapuestos?

Las identidades políticas se asumen desde distintos puntos de vista, yo asumo la identidad trans y no el término travesti, creo que trans es una palabra que no engloba conceptos peyorativos, me siento más cómoda con ese término, por eso no asumo la palabra travesti, para mí no es una palabra que pueda resignificar, pero hay personas que sí la resignificaron, y por eso lo performativo del lenguaje.

Judith Butler habla mucho de eso, y claramente hay personas que tienen la posibilidad de apropiarse de ese insulto, o esa, una palabra que tenía esa carga negativa y transformarlo. Me parece que la palabra trans no carga con eso y nombra a un conjunto de identidades, también creo que no es tan importante ponerle una categoría a cada cosa.


El concepto trans, para vos genera otra mirada…

Sí, el término también viene más de lo académico, y permitió romper el perjuicio que se había instalado desde los medios de comunicación en el imaginario social donde se veía nuestras identidades como peligrosas, personas escandalosas, metidas en la droga, y eso recaía sobre nosotras entonces cualquier persona que te veía asumía que tu vida era de determinada manera, en algún punto es algo que sigue pasando.


Hubo avances que permitieron revisar esas miradas…

Claro, tenemos una ley de identidad de género, una ley de cupo laboral trans y un montón de avances en materias de leyes pero no así en lo social, eso lleva mucho más tiempo, quizá mirando un poco hacia atrás era impensado que una persona que no es trans se enterase sobre una dificultad que cualquiera de nosotras tuviéramos y nos diera una mano; ahora tenemos gente, organizaciones, desde lo político y lo social, familiares, amistades que apoyan nuestro esfuerzo, pero porque se pudieron visibilizar cuales eran nuestras problemáticas. Antes no te podían ver ni siquiera caminando no podías existir no eras sujeta de derechos. No te veían en contextos laborales, yo nunca pensé que iba a estar trabajando en la secretaria legislativa por ejemplo. Sí tenía en claro que quería trabajar, pero no podía imaginarlo.


Hablamos de derechos consolidados…

Sin embargo, siempre hay que mirar para atrás y también ver que todo lo conseguido se puede revertir, que todo puede volver para atrás. Esto lo vemos mucho en lo discursivo, vienen otros tipos de discursos, por ejemplo los discursos que hablan de ideología de género de manera peyorativa queriendo deshistorizarla, descontextualizarla, quitar el contenido para decir todo lo contrario.


¿Los cambios legales generaron cambios desde lo subjetivo?

Han cambiado los contextos en que transitamos distintos ámbitos, hoy veo que suceden cosas que antes eran impensadas, no digo que no las soñemos, de cambiarte y salir a la facultad a estudiar y poder tener una vida común, sin que sea un sobresalto para el otro.


¿Y los cambios en ustedes?

A nosotros se nos había anulado lo que era el deseo, ese deseo fue coartado porque vos sabías que si deseabas estudiar tenías una sociedad en la que no tenías identidad, no tenías un derecho; sabías que ibas a tener un problema, estabas en permanente estado de alerta, sabías que alguien podía reaccionar, que podían remarcar que vos no eras mujer, como algo trascendental, como si eso le cambiara algo en su vida.

Ahora debemos ver cómo trabajar el deseo, y tratar de pensarnos también en cuanto analizar cómo fue nuestra educación, cómo fue el acceso a esa educación porqué nos sentíamos expulsadas en los sistemas de salud y de educación. En los sistemas de salud por ejemplo te desgasta tanto el sistema que terminás no yendo, o pululando de médico en médico.


¿Qué cuestiones siguen sin solución?

Una dificultad que vemos es que a las personas migrantes que no han tramitado sus documentos, no les respetan la identidad de género, cuando por ley deberían respetar la autopercepción y eso no depende del cambio de DNI, deberían respetarlo igual.

Otro problema es la formación por ejemplo de los médicos, que son formados sin perspectivas de género.

Es muy importante la perspectiva de género en la medicina. Por ejemplo las instituciones de salud y este tema de pensar la terapia hormonal, y tiene que ver que el cuerpo a través de ese reemplazo da un giro, la medicina debe saber cuáles son los procesos por los cuales pasa el cuerpo y los cambios y cómo se pueden sostener a través de esos procesos hormonales, incluso cuando preguntamos por orquiectomía .

Esta es una lucha que debemos darnos, este tratamiento actúa sobre un canal por donde circula la testosterona, cortando ese canal, para evitar que tengas que estar todo el tiempo tomando estrógenos. Esto por la ley de identidad de género se debe cumplir, son cirugías totales o parciales. Estos pedidos son burocráticos, pero debe comenzarse el camino, porque las obras sociales no pueden pasar por sobre una ley nacional. También la ley de identidad de género te permite la cirugía de feminización facial, sólo hay tres médicos en argentina que puede hacer eso, la especialidad es osteo craneal.


¿Y en el terreno de la justicia?

Creo que para la justicia nuestras identidades no importan, no hay investigaciones, peritajes, hay un sesgo claramente machista y patriarcal en determinadas situaciones.

Por ejemplo se han armado causas a las chicas trans para sacarlas de las zona roja, y puntualmente noto que la causa avanza más rápido para juzgarlas y encarcelarlas que lo que pueden avanzar cuando ellas son víctimas de un intento de asesinato. No hay coherencia en el sistema judicial, el poder judicial también debe modificar algunas cuestiones con respecto también a la situación de las víctimas.


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Entrevista a Iván Rodríguez: “El Estado peruano no tiene aún un proyecto de educación universitaria”

02 Julio 2017/Fuente:larepublica /Autor: David Pereda

El educador Iván Rodríguez, rector de la Universidad Ricardo Palma, lidera la Asociación de Universidades que aún litiga contra la Ley Universitaria. Hoy celebra 48 años de su universidad con una ceremonia en que reaparece el tradicionista y canta el legislador Francesco Petrozzi. Rodríguez comparte su reflexiones sobre la universidad en el Perú.

¿Nuestras universidades avanzan bien en investigación?

En ciencias sociales y humanas, la realidad del Perú es el mejor laboratorio. La investigación en ciencia es limitada por requerir laboratorios que no hay en Perú. Comparando con el primer mundo, lo que tenemos son juguetitos. Y los talentos se van porque en Perú ser investigador no puede ser una profesión. Tampoco se comercian las investigaciones: muchas quedan en archivo. Cuando presidí la ANR, premiamos una tesis del uso de plantas peruanas para hacer fármacos que bajen el colesterol.

¿Por qué se queda allí?

Porque no hay una industria. Nosotros somos más importadores. Y el Estado y la sociedad, incluidas las empresas, hay que mejorar la mentalidad y valorar la inteligencia.

La Ley Universitaria incide más en la investigación. ¿Hará salir más investigadores?

En tanto sea solo disposición legal, nada cambiará. Lo hará cuando pase como en el primer mundo: las empresas y el estado financian las investigaciones. Si no hay una interacción amigable universidad-estado-sociedad, ¿qué hacer? Los gobiernos ven las universidades como incomodidad.

¿Por qué?

Cuando hay problemas, se dan pronunciamientos de las universidades. Lo veríamos más si no estarían con una legislación punitiva de la autonomía, que si no te portas bien no te dan presupuesto. Sánchez Cerro y Odría cerraron y persiguieron a la universidad.

Ahora ya no las cierran…

No con tanques, pero hay modos indirectos, como tener a las universidades nacionales en situación de vida vegetativa: tienen un presupuesto que apenas les permite cubrir gastos corrientes, no tienen para más. Y presentaron un cuadro en que la responsable sería la universidad. Cuando he presidido la ANR, en el Congreso he hecho notar que la universidad es hechura de las leyes.

¿Y la Ley Universitaria? La ANR se opuso, aunque se le tachó como un club de amigos…

He demostrado que no es así. La universidad es autónoma y eso significa libertades…

Pero la educación es un servicio público, se regula….

No pueden responsabilizar de los problemas solo a la universidad. Ahora requieren un órgano suprauniversitario, que era la ANR. La Sunedu es un órgano del Ejecutivo con esencia de fiscalización y castigo. No está para verle una debilidad y ayudar a superarla. La ANR no fue un club de amigos: hemos cesado rectores, reorganizado universidades…

Pero había y hay varias universidades muy precarias…

Muchas funcionan no por órganos como el Conafu (de la ANR) sino porque hay acciones de amparo, medidas cautelares que han ganado y no podíamos hacer nada. Y el Congreso creó como quince universidades. Yo puedo desafiar: vean en el expediente si cumplen los dos requisitos: informe del MEF y de la ANR. Nunca se cumplió.

¿No debieron interponer un recurso para anular eso?

Tampoco se garantiza (lograr anularlo). Teníamos dos abogados para todo el país…

¿Reconoce que la ANR puedo haber sido más proactiva?

Puede haber algo de eso. En lo fundamental, se hizo lo que se pudo. El Estado no tiene proyecto de educación universitaria. No lo quiere hacer. Es tema picante y los políticos no conocen bien la universidad.

En el gobierno de García el ministro fue un rector…

Por eso hubo una época de más tranquilidad… Pero al no haber ese proyecto, con la Constitución de 1993, la educación se vuelve mercado. Y la Ley Universitaria mantiene eso. No derogó la universidad-empresa. Es un problema muy complejo. Yo acepto ese modelo pero para lo administrativo.

¿La experiencia no muestra el abuso de ese modelo?

La universidad está afectada en todos los sectores. Somos un conjunto heterogéneo. La ley actual trata de estandarizar. Eso es malo. Haciendo lo mismo cada universidad pone su sello. Esa es su autonomía.

¿Con la ley actual hay presión tipo ‘garrote y zanahoria’?

Pienso que sí. Es muy dura. La corrección no se da con castigo, menos en una institución de libertad. Es: “Si usted no cumple esto, lo cierro”. Es un poco sangriento.

¿Cómo cambiarla? La ASUP puso recurso en el TC…

Hemos ganado como acción popular. Un artículo dice que los funcionarios de Sunedu pueden interrumpir un proceso de admisión, rectificación, nombramiento, promoción, matrícula. En una universidad privada paralizar un proceso de matrícula es llevarla a la quiebra. Está en apelación por el Estado. Esperamos que se entienda bien el asunto. Un funcionario administrativo tenía poderes de jueces. Eso no puede ser así.

¿Y en el Congreso?

Debe haber modificaciones esenciales. Hay que recuperar aspectos de la autonomía revisando competencias de la Sunedu. Otros problemas son que está integrada por personas ajenas a las comunidades universitarias y su adscripción al Ministerio de Educación. Debe ser órgano autónomo: si la universidad es autónoma, el órgano que actúa sobre ella debe tener autonomía. La supervisión sería ejercida por el Congreso, como con los órganos autónomos. La superintendencia puede tener efectos administrativos. Todo esto es intervencionismo muy grande en las universidades.

¿Cómo afronta eso a la cabeza de la Ricardo Palma?

Hay un compás de espera por los reglamentos y modificaciones. Mientras, seguimos con nuestro sello. Aquí propiciamos el humanismo: poner al centro al ser humano y los valores. La formación profesional y de un ser humano cabal. Nuestra concepción es que el desarrollo de un país debe basarse en el desarrollo humano. Y exaltar nuestra cultura nacional, porque hay que peruanizar a los peruanos. Ahora cumplimos 48 años.

En este contexto, ¿qué significado tiene el aniversario?

Para nuestro aniversario y para cumplir nuestro deber con la sociedad nos olvidamos de las dificultades, ponemos entusiasmo y nos esforzamos por conseguir esos objetivos de crear mejores condiciones de formación y de servir a la sociedad en los mejores términos, a partir de diferentes programas, no solo formando profesionales. Hay educación continua, promoción social, comunal, prestación de servicios, muchas formas en que hacemos llegar la acción de la institución a todos los sectores de la sociedad, asentamientos, etc., incluso más allá de Lima.

Fuente de la entrevista: http://larepublica.pe/impresa/politica/891153-ivan-rodriguez-el-estado-peruano-no-tiene-aun-un-proyecto-de-educacion-universitaria-video

Fuente de la imagen:https://idl-reporteros.pe/wp-content/uploads/2013/04/ivan-rodriguez..jp

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Entrevista a Fernando de la Riva: «Las estructuras de poder no creen en la inteligencia colectiva»

02 Julio 2017/Fuente: bloginteligenciacolectiva/Autor: Amalio Rey

Si hay algo que define a Fernando es que, además de ser un tío brillante y que habla claro, es muy buena gente. Un madrileño reconvertido en gaditano  con mucha sabiduría forjada a base de compromiso y generosidad. Se define como educador social, consultor de organizaciones y especialista en dinámicas participativas. Miembro del CRAC (Centro de Recursos para Asociaciones de Cádiz y la Bahía) hoy convertido en el Colectivo de Educación para la Participación, una interesante comunidad abierta a personas de cualquier lugar que compartan la pasión por aprender a construir democracia y ciudadanía.

Su trabajo dentro del Equipo CRAC consiste en incorporar metodologías participativas para mejorar el funcionamiento de las organizaciones, fomentando la gestión de la diversidad y el conflicto, el cuidado de las personas, la apropiación participativa de tecnologías sociales para la dinamización de grupos grandes y los nuevos modelos de liderazgo.

Fernando tiene una larga experiencia cultivando y desarrollando tejido asociativo, y en los últimos tiempos concentra buena parte de su atención en fomentar la educación participativa entre los jóvenes y en apoyar al movimiento asociativo para la plena inclusión de las personas con discapacidad intelectual. Toda esta experiencia lo hace una persona muy conocedora de cómo funciona la inteligencia colectiva a pie de calle. Admiro la trayectoria de Fernando, y me apetecía mucho entrevistarlo. Sus respuestas, como verás, no defraudan:

1.- Para fijar el lenguaje que vamos a utilizar: ¿cómo definirías la “Inteligencia Colectiva”?

Para mí “inteligencia colectiva” es la sabiduría que se acumula como consecuencia de los procesos (reflexivos, deliberativos, cooperativos…) de construcción colectiva (análisis de la realidad, identificación de necesidades, búsqueda de alternativas, resolución de problemas…) de un grupo de personas. Soy consciente de que hay muchos paréntesis en mi definición, porque me parece que es un concepto complejo. En la práctica (simplificando mucho) significa que un grupo de personas que coopera en la resolución de un problema encuentra habitualmente las mejores soluciones.

2.- Me gustaría saber tu opinión sobre cómo influye la inteligencia y otros atributos individuales de los participantes en el resultado grupal. Por ejemplo, si crees que añadiendo gente más inteligente a un grupo eso aumenta las probabilidades de que éste genere resultados colectivamente más inteligentes. Esta es una pregunta que nos hacemos muchos: ¿cómo influye lo individual en el rendimiento y eficacia colectiva?

Creo que es determinante, para bien y para mal. Para bien, los perfiles individuales positivos y propositivos (con disposición positiva, buenas habilidades sociales, capacidad natural de liderazgo) pueden contribuir claramente a que la interacción sea más satisfactoria y productiva. En sentido contrario también funciona: una mala disposición individual o malas habilidades comunicativas o relacionales pueden bloquear o frustrar el proceso de construcción colectiva. No creo que sea, al menos SOLO, una cuestión de personas más “inteligentes”, sino también de motivación y de habilidades (¿podemos hablar de inteligencia emocional?) de quienes participan en los procesos. También es cierto que un buen diseño metodológico puede ayudar mucho a compensar y equilibrar las diferentes capacidades existentes en cualquier grupo. Por lo general, los grupos de “expertos”, por ejemplo en el ámbito académico, tienen –curiosamente- más dificultades para interactuar y construir colectivamente, y esta situación tan común yo la relaciono con el ego sobredimensionado y la competencia mutua.

3.- ¿Qué factores determinan, a tu juicio, que un grupo sea más inteligente colectivamente?

Voy a intentar resumirte los factores que me parecen más determinantes:

  • Motivación: disposición positiva de los miembros del grupo hacia la tarea común, identificación con los objetivos, conocimiento mutuo y cohesión intergrupal.
  • Competencia y experiencia en relación al objeto de la tarea común: el grupo es más inteligente si sus miembros tienen experiencia y conocimientos previos relacionados con el problema o la tarea. Aunque esto, en ocasiones, implica prejuicios y estereotipos que –si no se producen previamente los necesarios “des-aprendizajes”- pueden convertirse en serios obstáculos.
  • Capacidades y habilidades para la interacción y la construcción colectiva: capacidad de escucha, expresión, diálogo, síntesis y resolución de conflictos, entre otras.
  • Metodologías apropiadas de trabajo: un buen diseño previo, objetivos claros, buenos métodos y técnicas, y herramientas adecuadas.
  • Liderazgos distribuidos o compartidos: o sea, el liderazgo como impulso es siempre necesario, pero si se concentra demasiado –o no se pone al servicio del proceso grupal- anula la IC.
  • Diversidad de enfoques o disciplinas: creo que, cuando en un grupo se articulan miradas y aportes diversos, desde perspectivas y enfoques distintos, las soluciones son más inteligentes, más ricas.
  • Condiciones adecuadas de tiempo y espacio: esto tiene que ver también con las Entiendo que unas condiciones favorables ayudan a la IC, aunque a veces pueda ser favorable una cierta “presión” en las condiciones que estimule la construcción de respuestas.

4.- ¿Cómo definirías a la “estupidez colectiva”? ¿Cuándo una decisión colectiva se puede considerar “estúpida”?

Yo la defino como un estado de obcecación en el error (de juicio, de decisión…) de un grupo y de sus miembros. Me vienen a la cabeza distintos ejemplos (relacionados con el fútbol, con la televisión basura, con cualquier “fenómeno fan”…) que hablan de esa “estupidez colectiva”, pero en los que, indudablemente, las personas que participan encuentran satisfacción, aunque sus opciones no parezcan muy inteligentes. Y esto me refuerza en la idea de que la participación, y la IC, tienen mucho que ver con la satisfacción (para bien y para mal).

5.- ¿Entonces se podría decir que la elección presidencial de Donald Trump es un ejemplo de “estupidez colectiva”? porque los millones de personas que lo eligieron no pensarán lo mismo, así que: ¿dónde deberíamos poner el marco de referencia para discernir lo que es “estúpido” o “sabio” colectivamente?

Claro, la percepción de la estupidez es subjetiva, y a veces lo que puede parecer estúpido conduce a buenos resultados finales. Creo que la clave (si es que existe solo una) está en la respuesta a las necesidades y los intereses del grupo, a su bienestar y felicidad. Ahora, define bienestar y felicidad: ¿Se puede destruir el planeta para consumir más? ¿Se puede eliminar a millones de judíos o rechazar a millones de refugiados o inmigrantes para vivir mejor? Creo que la ética también tiene algo que decir… y con ello seguimos metiéndonos en frondosos jardines.  En resumen, están los intereses y necesidades del propio grupo, pero también los intereses y necesidades de los otros, de la comunidad, de la humanidad. Está presente la dimensión ética que tiene que ver con los otros y por eso es necesario preguntarse: ¿una solución puede ser eficaz, correcta, inteligente… aunque sea a costa del bienestar de los otros? Por eso, la elección de Donald Trump tal vez pueda ser una decisión sabia para muchos votantes estadounidenses, pero para el resto de la humanidad es un claro ejemplo de estupidez colectiva.

6.- Los procesos de “acción” colectiva, en los que hay que coordinarse para hacer/producir cosas tangibles y generar un impacto real, parecen ser más complicados de abordar colectivamente que aquellos que se limitan al aprendizaje y la reflexión grupal. Como todo en la vida, no es lo mismo hablar que hacer así que, de acuerdo a tu experiencia: ¿Qué necesidades específicas tienen los procesos de acción colectiva respecto de los de aprendizaje, deliberación y reflexión?

Es que me cuesta ver la diferencia. O sea, creo que un buen proceso de “acción colectiva” debe incluir el aprendizaje, la deliberación y la reflexión. No entiendo que sea posible pasar a la acción de golpe, salvo que se trate de problemas simples. Y entiendo, así mismo, que un proceso de aprendizaje, deliberativo y reflexivo, debe conducir a la acción, a la producción. Al menos, si nos referimos al ámbito de la intervención social.

Esta es la base fundamental de la educación popular. Recuerdo el título del libro de mi hermano, Carlos Núñez Hurtado, el gran educador popular mexicano: “Educar para transformar, transformar para educar”, que expresa bien esta dialéctica entre aprendizaje y acción. Creo que este principio, esta relación estrecha, vale para cualquier proceso, aunque su importancia sea diferente de acuerdo con el carácter de las necesidades o problemas que se abordan. Pero, cualquier proceso de construcción colectiva implica algún tipo de aprendizaje.

7.- ¿Se puede prescindir de los expertos y confiar en la opinión colectiva (el “crowd”) para cualquier tema?

No sé si se debe plantear la cuestión en términos de oposición o de síntesis, en forma de “o” o en forma de “y”. Creo que no se debe prescindir de los expertos y tampoco de la sabiduría colectiva. Pienso que se les debe poner a trabajar juntos. Claro, eso significa que los expertos creen en la IC y trabajan para facilitarla, porque de otra forma no funciona. Para diseñar bien la consulta necesitamos a los expertos. Sigo refiriéndome al ámbito de lo social, donde la construcción colectiva se refiere a lo común, a lo comunitario, que incluye a todos los actores, que son objeto y sujeto al mismo tiempo. Tal vez esto funcione de distinta manera en otros ámbitos (las ciencias, la tecnología, la ingeniería…), pero en lo social me parece muy claro.

En mi experiencia, ha habido ocasiones en que los expertos encontraron “buenas” soluciones que fueron inaplicables porque las personas o colectivos sociales objetos de esas soluciones no las entendieron, ni las hicieron suyas. Y por el contrario, ha habido “malas” soluciones (desde la mirada experta) construidas colectivamente que, si no solucionaron el problema, sirvieron para generar otras dinámicas o poner en marcha otros procesos que fueron útiles al colectivo y permitieron encontrar soluciones alternativas. O sea, quiero decir que la “eficacia” de las respuestas no solo depende, en el ámbito de lo social, de la “calidad técnica” de las mismas, sino de sus posibilidades de apropiación por parte de los sujetos, de las personas y de los grupos sociales. Y entonces es decisivo el carácter colectivo y participativo del proceso que hace posible esa apropiación.

8.- ¿Pero tiene sentido pedirle a la gente que opine/decida sobre algo que le afecta pero que (por la complejidad del asunto) no sabe cómo le afecta?

Creo que algunas de mis respuestas anteriores apuntan en esta misma dirección: la democracia no es solo votar o decidir, es también deliberar y reflexionar, implica información y aprendizaje. Creo que el dilema es efectivamente falso e interesado. O sea, sirve de coartada para justificar la decisión de unos pocos, porque “¿cómo van a opinar o decidir las personas sencillas sobre algo que desconocen?”, y nos ahorramos el esfuerzo de informar, debatir y facilitar los aprendizajes necesarios.

Hace algunos días, un líder ciudadano natural de Cádiz, explicaba a una asamblea de desempleados que nunca deben aceptar la extendida idea de que “los presupuestos municipales son muy complejos, difíciles de comprender, solo para gente entendida”, que con tiempo y preguntando se entiende todo. Creo que el esfuerzo por presentar y explicar con claridad los presupuestos sería una clara expresión de la voluntad de impulsar la participación, la deliberación, el debate… Lo contrario es lo contrario. Si prefiero que la gente no opine, no interfiera, no moleste… lo presentaré y explicaré de una forma oscura y cuanto más compleja mejor. Por eso, hablando de IC, de participación ciudadana y de políticas públicas tiene tanta importancia eso de lo que se habla tanto (y se practica menos) que es la “transparencia”.

9.- ¿Y no es posible, Fernando, que las consultas colectivas, como expresión de IC, tiendan a generar soluciones previsibles y poco innovadoras?

Creo que parte del problema tiene que ver con la identificación de la IC con la mera consulta, pero sin embargo considero que no tiene por qué limitarse a ella, puede incluir el análisis, la búsqueda de alternativas, la deliberación… y debe incorporar métodos y técnicas más complejos que la mera consulta, a través de los cuales pueda ser posible estimular el pensamiento divergente o disruptivo, la innovación, etc. Otro problema es la identificación de lo colectivo con lo masivo. Entiendo que las dimensiones de los procesos, especialmente cuando son masivos, requieren de mecanismos y procedimientos, apropiados, que permitan verdaderos PROCESOS (y lo digo en mayúsculas) de construcción colectiva con distintos grados y niveles de participación que, tal vez, puedan concluir en una consulta masiva (o no).

En el fondo, me sigue sonando al debate sobre los expertos y la masa, y a una cierta justificación para seguir dando prevalencia al conocimiento experto sobre la ignorancia de la masa. Dicho lo cual, los “expertos” de hoy seguramente también son los primeros opositores a los procesos y proyectos realmente innovadores, porque  les sacan de su zona de confort y ponen en cuestión su parcela de poder experto.

10.- ¿Y por qué crees que la participación suele ser tan baja en los procesos de Inteligencia Colectiva?

Todo el debate (las preguntas y las respuestas) es, al fin, ideológico. O sea, formamos parte de un sistema individualista y competitivo que no quiere la participación social, no la estimula, no la educa en las escuelas ni en la familia, la desincentiva en los medios, etc., etc.,… ¿y nos sorprendemos del bajo interés y la baja participación? ¿No es, acaso, lo que buscábamos? ¿Dónde está la sorpresa?

Me pregunto cómo serían las cosas si el paradigma fuera otro, si la escuela y la familia educaran a favor de la inteligencia colectiva y de la cooperación comunitaria. Mi experiencia es que las personas de cualquier edad (los niños, ni te cuento) encontramos placer en la participación cooperativa y descubrimos con satisfacción que es productiva, que consigue alcanzar buenas soluciones (innovadoras, satisfactorias y apropiables). Pero estas experiencias positivas de construcción colectiva son escasas en el proceso de socialización y en la vida cotidiana.

Sigo pensando, como en todas las respuestas, que en el fondo (aunque, en la forma, se diga otra cosa) las estructuras de poder (económico, político, cultural, experto…) no creen en la inteligencia colectiva, porque implica creer en otro reparto del poder y por eso no la incentivan. Lo hacen solo “de boquilla”. Pero existen metodologías apropiadas, incluyendo el diseño y la gestión, que pueden facilitar los necesarios procesos de aprendizaje, individual y colectivo, que hagan posible el desarrollo de la IC y su implementación en todo tipo de procesos.

Fuente de la entrevista: http://bloginteligenciacolectiva.com/las-estructuras-poder-no-creen-la-inteligencia-colectiva-entrevista-fernando-la-riva/

Fuente de la imagen: http://bloginteligenciacolectiva.com/wp-content/uploads/2017/02/Fernando-de-la-Riva.jg

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