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«Los niños», el documental que te hará reconsiderar tu percepción de las personas con síndrome de Down

Entrevista a la cineasta chilena Maite Alberdi, directora de la película que se proyecta en DocumentaMadrid.

El festival de cine documental DocumentaMadrid proyecta el último título de Alberdi, Los niños, donde se muestra la realidad de cuatro adultos con síndrome de Down. En tan solo una generación, la esperanza de vida de este colectivo se ha doblado y ha pasado de 25 a 60 años. El documental hace hincapié en los problemas a los que se enfrentan cuando superan el cuarto de siglo, y en cómo las familias y la sociedad gestionan esto, pues no hay casi centros para ellos a partir de esa edad.

AMAYA V. NAVASCUÉS
Maite Alberdi en las instalaciones de Morada Films, en el madrileño barrio de Malasaña.

La cinta está cosechando innumerables premios, entre ellos el Premio a la Mejor Dirección Femenina del Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam (IDFA), considerado el más importante para el cine de este género. Delante de cámara suceden cosas tan naturales y a la vez tan aparentemente difíciles de captar que el espectador se cree delante de una ficción y olvida que los personajes no son buenísimos actores, sino que las historias mostradas son sus realidades.

Los niños ofrece una visión libre de prejuicios o etiquetas sobre las personas con síndrome de Down: también beben alcohol, se casan, amañan votaciones o quieren ser libres e independientes. El Huffpost se citó con la directora en el madrileño barrio de Malasaña y estas fueron sus respuestas:
¿Qué te llevó a contar la historia de Los niños?

Los niños surge porque yo siempre he vivido con una tía que tiene síndrome de Down y la gran preocupación de mi abuela era qué iba a pasar cuando ella no estuviera. Cuando mi tía nació, a mi abuela le dijeron que la expectativa de vida era de 25 años y que no iba a vivir mucho tiempo. Lo que pasó es que hoy día la expectativa de vida es de 60 años. Mi tía y los protagonistas de la película son una generación que ahora tiene entre 40 y 50 años y que sobrevivieron a sus padres. Es la primera generación adulta de personas con síndrome de Down y todavía los seguimos viendo como niños. Desde ese contexto es desde donde surge la película.

Fotograma del documental ‘Los niños’, de Maite Alberdi

De ahí el título, ¿verdad?

Claro, el título de la película es totalmente irónico, porque se llama Los Niños pero tienen 50 años y son adultos, así que tiene que ver con cómo hemos pensado siempre en ellos como niños y cómo nos acercamos a ellos desde la infantilización. La idea es romper eso.

Mi tía y los protagonistas de la película son una generación que ahora tiene entre 40 y 50 años y que sobrevivieron a sus padres.

¿Cómo fue el proceso de investigación hasta elegir a esos protagonistas?

Fue una búsqueda larga. Busqué distintos grupos de personas adultas con síndrome de Down y este fue el único grupo que encontré que llevaba 40 años yendo al mismo colegio y haciendo toda la vida lo mismo. Me interesó esta cosa de que la vida esté siendo siempre igual y que te estén diciendo «algún día, cuando seas grande, vas a poder vivir solo», «algún día, cuando seas grande, te vas a poder casar», pero ese día nunca llega. Desde esa situación de no cambio es desde donde me interesaron estos personajes. Además era un grupo donde yo veía mucha diversidad: no podría decir un rasgo común de las personas con síndrome de Down, sino que son todos distintos. Esto me permitía no empaquetarlos, porque cada uno tiene un sueño distinto: uno quiere trabajar, otro quiere casarse, la otra solo quiere que le regalen una Barbie… y para mí son igualmente válidos. Me interesaba respetar esa diversidad.

En tu película La Once tu abuela era una de las protagonistas. ¿No pensaste en convertir aquí a tu tía con síndrome de Down en una de las protagonistas?

En un momento lo fue, porque era amiga y de hecho es novia de uno de los protagonistas, pero se parecía físicamente mucho a la Anita, que es la protagonista. Cuando lo montamos la gente las confundía y por eso la tuve que sacar. No era un personaje protagonista, porque quizás no tenía un sueño tan claro como los otros, pero siempre fue parte del relato.

La abuela de Maite, una de las protagonistas del documental ‘La Once’, en un fotograma de la película

Tu anterior documental, La Once, consiguió en 2016 ser el primer documental en colarse entre los nominados al Goya a la mejor película Iberoamericana ¿Crees que hay una tendencia entre los espectadores hacia el documental?

Yo creo que de alguna manera se está construyendo audiencia para el documental, cosa que antes no existía. La gente está dejando de entender el documental como el reportaje televisivo clásico asociado a la objetividad, que es lo que nos metieron en la cabeza. El público está entendiendo los documentales como películas y los directores estamos trabajando muy conscientes de ello: la gente va al cine y yo tengo que ofrecerles una experiencia cinematográfica con todo lo que implica, visualmente y narrativamente.

La gente está dejando de entender el documental como el reportaje televisivo clásico asociado a la objetividad

Tras 40 años asistiendo al mismo colegio, el aburrimiento se apodera de los protagonistas de ‘Los niños’. Fotograma de la película.

¿Crees que tiene más fuerza lo real en contraposición a la ficción?

A veces se vuelve difícil contar una historia así, porque la materia prima es la realidad. Uno no tiene los hilos narrativos clásicos y creo que lo que estamos construyendo realmente son ficciones, porque son narrativas creadas, aunque sea desde la realidad. Que sea real le da un valor, porque cuando la gente sabe que lo que está viendo está pasando realmente, eso facilita la identificación del espectador.

Tus películas destacan mucho estéticamente y también por la naturalidad con la que ocurren situaciones insólitas delante del objetivo. Es la eterna pregunta, pero ¿cuánto hay de realidad y cuánto hay de preparación en ello?

En mi primera película, El salvavidas, nos decían que la conversación que tenían los niños parecía ficción porque de una conversación había muchos planos distintos. Lo que ocurre es que los niños repiten las cosas 20 veces y eso permite hacer mejores planos en términos de fotografía. En los dos siguientes documentales, Los niños y La Once, los planos tan cuidados de los postres y todos los de detalle tampoco son ficción: las cosas estaban ahí, pero uno se toma el tiempo de grabar el plano perfecto o iluminarlo para que se vea bien. La cámara alcanza a filmar situaciones excepcionales porque yo soy una convencida de que la realidad es totalmente cíclica.

Planos detalle del taller de repostería en el que trabajan los protagonistas de ‘Los niños’

¿Qué implica para el documental que la realidad sea cíclica?

Esto quiere decir que lo que vi en investigación se va a volver a repetir cuando esté filmando: no sé en qué momento, pero sé que se va a repetir. Lo que hago es investigar mucho tiempo en los lugares. En este caso pasé como seis meses con ellos, conociéndolos y entendiendo cómo funcionaba este espacio. Por eso ya sabía lo que estaba buscando. Es una cámara que espera, espera y espera hasta que lo que estaba buscando aparece. Nicholas Philibert hablaba de «programar el azar» para referirse a esto.

Ahondemos en el concepto de «programar el azar» en tu cine.

Es eso: lo que pasa delante de la cámara es casual pero uno también sabe lo que está esperando porque sabe las cosas que pasan en ese mundo. Hasta lo que parece extraordinario no es tan extraordinario porque está dentro de la línea de excepciones que suelen suceder en ese tipo de espacios. Lo fascinante es que pase frente a la cámara y es lo que uno como espectador también está buscando: que me muestren algo inusual o especial, no algo que pasa todo el tiempo. Eso es lo que hay que tratar de programar. Es conocer muy bien la realidad para que esa particularidad surja en pantalla.

Que me muestren algo inusual o especial, no algo que pasa todo el tiempo. Eso es lo que hay que tratar de programar.

¿Cuándo aprendiste a «programar el azar»?

Definitivamente en mi primera película, El salvavidas. Era una película cuyo protagonista era un salvavidas [un socorrista de playa] del que decían que tenía miedo al agua. Tenía que haber un rescate para ver realmente si en ese momento el salvavidas se iba meter o no al agua. Esa es la revelación del personaje, cuando está bajo presión y ves realmente cómo se comporta. Era una escena que no podía no estar en la película. Pero yo pensaba: «¿Cómo la voy a grabar?» porque es una playa de 2.000 personas. Entonces me preguntaba: «¿Cómo voy al alcanzar a correr y llegar justo cuando se esté efectuando un rescate?» Porque no puedes estar toda la vida grabando todo el tiempo.

AMAYA V. NAVASCUÉS

¿Cómo hiciste entonces para no grabar durante 24 horas en busca del momento excepcional?

Me leí todas las estadísticas de los marinos y me di cuenta de que en esa playa los rescates siempre eran entre las 17:00 y las 18:00 de la tarde. Y había más o menos dos rescates cada verano. Así que nos fuimos para allí siempre a esa hora esperando a que alguien se ahogara. Finalmente sucedió la escena en la que Mauricio, el salvavidas, se ve enfrentado a ir o no ir al agua. Si no hubiese investigado y no hubiese sabido la estadística, esa cosa que pasa de manera excepcional no la habría podido filmar. Y pasa de manera excepcional, pero a pesar de serlo, tiene una forma de comportarse y una forma de repetirse. Se trata de estudiar el ciclo para ver bajo en qué contexto y bajo qué circunstancias surge eso que es excepcional.

Coincidí contigo cuando presentabas tu película en el IFF Panamá, un festival dirigido por una amplia mayoría de mujeres que se convierte en un escenario excepcional en las altas esferas del cine, donde el hombre lidera los altos cargos. ¿Qué opinas del papel de la mujer en el cine?

Yo creo que vivo en un contexto excepcional, porque si pienso en las desventajas laborales que tienen en otros ámbitos las mujeres en Latinonamérica o en Chile, sus realidades son mucho más complejas. Yo siento que en mi medio y en mi mundo nunca he sufrido discriminación por ser mujer. Pero también me muevo en un espacio totalmente distinto, que es el del documental, donde las mujeres trabajan en un terreno, no dominado pero sí más a la par con los hombres que por ejemplo en la ficción, que ha sido un espacio históricamente más masculino.

Si pienso en las desventajas laborales que tienen en otros ámbitos las mujeres en Latinonamérica o en Chile, sus realidades son mucho más complejas.

¿Crees que las ficciones tratan de aprender algo del documental?

Las ficciones últimamente están imitando al género documental en el sentido de que hay ficciones que te dicen «basada en hechos reales». También se ha puesto de moda la ficción que ilustra un caso periodístico, como en la película Spotlight. La ficción entendió el poder del documental respecto al interés del público por el evento que realmente sucedió. Le están sacando partido en los guiones y mucho también en términos de publicidad y marketing. En ese sentido, están usando la ficción para generar conciencia social.

¿Crees que el documental es mejor vehículo para concienciar que la ficción?

Creo que uno de los roles del documental es generar conciencia social, pero no creo que sea el único. Es un arma de doble filo. Los documentalistas nos tenemos que liberar de alguna manera de esa obligación de tener que generar conciencia sobre algo. Cuando uno va a hablar de su documental para conseguir apoyos te dicen: «Ya, pero ¿de qué quieres hablar?, ¿cuál es tu tema?, ¿cómo vas a generar conciencia?» y sin embargo a los directores de ficción les preguntan por la historia. A mí me gustaría mucho más que me preguntaran por la historia o qué experiencia voy a retratar, antes que por qué conciencia temática voy a generar.

Creo que uno de los roles del documental es generar conciencia social, pero no creo que sea el único. Es un arma de doble filo.

Sí, es importante generar conciencia social y además uno tiene una herramienta importante para hacerlo, pero no es lo único. Hay ciertas películas que encajan ahí y otras que no. Me gustaría que con el tiempo se abriera la libertad creativa del documentalista con respecto a este tema. Pero reconozco que yo también tengo el chipde pensar: «OK, ¿Cómo voy a generar conciencia social?, «¿A qué tema relevante le voy a poner mi voz para que le influya al mundo?» y está bien, pero espero que en diez años uno esté liberado de eso artísticamente.

Pero en el caso de Los niños sí que es importante la concienciación social, ¿no? ¿Habéis conseguido generar cambios en la sociedad?

Sí, en el caso de Los niños es un tema que claramente está apuntando a la conciencia social. Desde el principio el proyecto estaba pensado así, tratando de generar cambios. Lo que hicimos fue trabajar una campaña para hacer ver a la sociedad la realidad de la Ley Laboral de Chile, que decía que las personas con discapacidad pueden trabajar las mismas horas que el resto pero se les paga menos que el sueldo mínimo. Se hizo una campaña de comunicación con 40 fundaciones, una red llamada Red Incluye, y también estuvimos mandando parte de la campaña al Congreso. Finalmente hace dos semanas se votó para que se aboliera ese artículo y ahora las empresas de más de 100 trabajadores están obligadas a tener un 1% de trabajadores con discapacidad intelectual y además pagarles el sueldo mínimo, cosa que antes no tenían. Eso para mí sí es un avance y es un cambio social.


Trailer del documental ‘Los niños’

El mismo sistema legal que permitía que solo cobrasen lo equivalente a 6€ al mes, es el que prohibe casarse a dos personas con síndrome de Down. ¿Qué opinas de eso?

Lo de casarse es algo que también tiene que ver con las familias. Y tampoco les juzgo, porque también tenemos que entender que son padres a los que, cuando nacieron sus hijos, les dijeron que no iban a vivir mucho tiempo. Son padres mayores, les criaron de manera dependiente… La pregunta del matrimonio también tiene que ver con la crianza y es más para las nuevas generaciones: padres que se abran realmente a pensar que su hijo pueda vivir independiente y pueda vivir en pareja.

¿Por cuántos festivales ha pasado ya el documental? ¿Eso hace que se tengan más oportunidades para el siguiente proyecto?

Estrenamos en IDFA y hemos pasado por cerca de 40 festivales de todo el mundo. Es increíble cómo ha funcionado a este nivel, de tener unos 15 festivales al mes, que es mucho. Pero realmente te da más posibilidades de exhibición, de llegar a países y ciudades a los que la película no llegaría en cartelera nunca. Te da una visibilidad enorme y eso siempre ayuda.

Fuente: http://www.huffingtonpost.es/2017/05/11/los-ninos-el-documental-que-te-hara-reconsiderar-tu-percepcio_a_22077735/

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Entrevista a J. J. Brunner: “El sistema universitario chileno ha alcanzado una cobertura prácticamente universal”

Fuente:ellibero /Autor: Uziel Gomez

El investigador afirma que, según datos de la Unesco, el 90% de los jóvenes mayores de 18 años está en la educación superior y que los desafíos actuales no pasan por más cobertura sino por la calidad, retener a los alumnos y enseñarles contenidos que los prepararen para el mercado laboral.

a matrícula de estudiantes universitarios cae por primera vez en 34 años”. Esa fue la noticia que se regó como pólvora el pasado jueves, luego de que el Consejo Nacional de Educación informara que este año se matricularon un millón 162 mil alumnos, cifra inferior en seis mil a 2016.

La caída de -0,6% en el número de estudiantes fue destacada como la primera que ocurre en Chile desde 1983, dando cuenta, a su vez, del fuerte acceso que han tenido los jóvenes a la educación superior. Por ejemplo, si en 2005 había 637 mil alumnos, esa cifra se duplicó en poco más de una década, gracias principalmente al acceso a las becas y créditos que diferentes gobiernos fueron aumentando progresivamente.

Esta caída en la matrícula se genera, además, en medio de la reforma a la educación superior que impulsa el gobierno y que busca implementar la gratuidad universal, principalmente, para entregar más acceso a quienes no tienen recursos.

Para analizar el inédito fenómeno, “El Líbero” conversó con el profesor titular e investigador de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales (UDP), José Joaquín Brunner.

– ¿Por qué cayó la matricula en la educación superior?

– No se puede decir que cae cuando hay una pequeña diferencia de seis mil estudiantes en un universo de más de 1,2 millón. Podría ser un movimiento insignificante y azaroso. El próximo año podría subir o bajar en 3 mil y no significaría mucho. Lo que importa saber es que el sistema universitario chileno, que desde el punto de vista del acceso es uno de los más abiertos en el mundo, ha alcanzado una cobertura prácticamente universal. La tasa bruta de participación de Chile, según la Unesco, que compara todos los países, es de cerca del 90%. Ellos son quienes están en condiciones de estudiar, en general jóvenes entre 18 y 22-23 años.

– También está el fenómeno demográfico.

– Así es. Eso hay que combinarlo con el factor estrictamente demográfico. La población de jóvenes en Chile cae cada año. Los niños y jóvenes que van a colegios y terminan su educación secundaria son menos ahora que hace cinco años, y van a ser menos en cinco años más. Eso significa que habrá una menor cantidad de jóvenes demandando ingresar a la educación superior. Eso nos está pasando y explica el hecho de que ahora crezca muy poco la educación superior. Puede llegar el momento, como ha ocurrido en países bálticos o en España, que en un momento determinado empiece a caer definitivamente la matrícula de educación superior en los jóvenes. Que tengamos el 90% de tasa de cobertura, pero que los alumnos sean 30 mil o 40 mil menos.

– ¿La caída también muestra que los desafíos de la educación superior no van por el acceso?

– Evidentemente no. Los desafíos van por la retención, que los que acceden puedan estudiar y terminar; que lo que estudien contribuya a su desarrollo personal y los preparare para el mercado laboral; y la calidad, que tiene que ver que adquieran las competencias y conocimientos necesarios para el siglo XXI.

– ¿En qué ayuda la gratuidad a esos tres desafíos?

– La gratuidad no ayuda directamente a esos objetivos, sino que tiene un objetivo de máxima importancia, que es la equidad de las oportunidades de educación superior, que se distribuyan con mayor equidad. A eso puede ayudar una gratuidad en la educación superior bien focalizada al 30, 40, 50 o 60% de los jóvenes de los hogares de menores recursos.

– Pero hay alumnos con gratuidad que están en instituciones no acreditadas y de baja calidad.

– Efectivamente, eso es un problema que tiene que ver con el aseguramiento de la calidad. Uno busca simultáneamente varios objetivos, y uno de ellos es que para que la equidad sea a la salida, es decir, que no haya solo acceso universal sino que haya aprovechamiento de oportunidades de calidad, hay que aumentar la calidad a través de mejorar los profesores, los programas y el sistema de acreditación.

– ¿El hecho de que estemos en plena cobertura, no revela que la gratuidad no es necesaria para dar acceso a los estudiantes vulnerables?

– Se puede sostener eso, efectivamente. Chile, con un sistema que combina becas, créditos, pagos de aranceles y gratuidad limitada llegó a tener una de las más altas tasas de cobertura, pero eso no significa que el sistema haya sido equitativo realmente. Porque la equidad no tiene que ver con que todos accedan sino con que se queden dentro, terminen sus estudios, que sean pertinentes y de calidad. El objetivo de la gratuidad tal como se plantea hoy, que es limitada a los que tienen mayores necesidades, en la medida que vaya combinando con mayores recursos del estado y las universidades en darles especial atención formativa a esos jóvenes, podría ayudar a lograr la equidad del sistema universitario.

– ¿Cuál es su opinión del proyecto de reforma a la educación superior que se discute en el Congreso?

– La aprobación de que todas las universidades sean complejas, que se tienen que acreditar obligatoriamente en investigación, es simplemente una aberración. No hay ningún país en el mundo donde todas las universidades tengan capacidades propias de investigación científica y técnica. De modo que creo que se está volviendo a legislar con escasísimo realismo. Son cosas que tendrán que ser corregidas profundamente o eliminadas en el Senado, porque son incompatibles con la realidad de nuestro país, respecto de que la cobertura universal requiere de universidades puramente docentes. No hay que exigirles a todas algo que en ningún país, ni en los más desarrollados, es así.

Fuente de la entrevista: http://ellibero.cl/actualidad/j-j-brunner-sobre-inedita-caida-en-matriculas-el-sistema-universitario-chileno-ha-alcanzado-una-cobertura-practicamente-universal/

Fuente de la imagen:  http://ellibero.cl/wp-content/uploads/2016/05/jose-joaquin-brunner-645×400.jpg

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Entrevista: La maestra de pueblo que logró un ‘pacto educativo’ en Twitter

Por: MARINA ALÍAS

¿En qué centro dices que trabajas?

-No, yo es que doy charlas y eso.

Este diálogo es el ‘tuit fijado’ de manera permanente por Maestra de Pueblo, la misteriosa docente que está facilitando un pacto que parecía imposible: el de la comunidad educativa. A través de sus cuentas en FacebookTwitter -donde cuenta con más de 70.00020.000 seguidores, respectivamente-, esta divertida maestra de Primaria dedica su tiempo libre a hacer reír a sus colegas de profesión con ingeniosos mensajes sobre temas relacionados con la Educación que, además de humorísticos, invitan a reflexionar.

Mis compañeros se sorprenderían si supiesen quién está detrás de la cuenta. Hay veces que comparten mis chistes en el grupo de WhatsApp y me debato entre la gracia y la vergüenza

Las faltas de ortografía, el spinner,el calor en las aulas, las evaluaciones, los grupos de WhatsApp formados por padres y madres de alumnos, la elaboración de una memoria, las oposiciones… Cualquier tema es susceptible de sus comentarios y GIFs animados, provocando un sinfín de reacciones entre los usuarios de las redes sociales. Sin embargo, salvo que trabaja en un colegio de pueblo, poco se sabe de ella. Según revela a altavoz, solo renunciaría al anonimato si se realizaran una serie de mejoras en el sistema educativo como, por ejemplo, la consecución de una «estabilidad legislativa«.

¿Qué estabas haciendo el día que se te ocurrió crear la cuenta @maestradepueblo?

Fue hace año y medio aproximadamente. Estaba buscando un regalo en una librería y me topé con un libro de Enfermera Saturada (@EnfrmraSaturada) y pensé… ¿No habrá ningún perfil en Twitter que hable de Educación en tono de humor? Y aquí estoy.

¿Qué tiene una maestra de pueblo que no tienen en la ciudad?

Una peor conexión a Internet y si tienes suerte y trabajas en un pueblo pequeño, menos alumnos.

¿Qué tienen los alumnos de pueblo que no tienen los de ciudad y viceversa?

Las ciudades te ofrecen una oferta cultural que difícilmente encuentras en los pueblos, pero los alumnos de pueblo tienen un contacto directo con la naturaleza y aún mantienen un poco de la inocencia y la curiosidad que a veces se pierde en las grandes ciudades.

¿Saben que su maestra es una ‘influencer’?

Todos los maestros tenemos algo de influencers. Cuando yo iba al colegio mi maestra era todo un referente para mí y aún todavía recuerdo sus clases. Ojalá sea yo también una influencer para mis alumnos.

¿Te ha pillado ya el director/a de tu colegio? ¿Saben en tu centro quién se esconde detrás de la cuenta?

Creo que mis compañeros se sorprenderían bastante si supiesen que yo estoy detrás de la cuenta. Hay veces que comparten chistes míos en el grupo de WhatsApp de profes y me debato entre la gracia y la vergüenza. Sobre el director de mi colegio… ¡Dudo que sepa cómo funciona Twitter!

¿Por qué prefieres mantenerte en el anonimato?

Yo no pensaba que la cuenta iba a tener tanta repercusión, ha crecido mucho en poco tiempo. El anonimato me da más tranquilidad y la libertad de decir lo que me pasa en el cole y lo que pienso sin cortarme demasiado.

Cuando te encuentras a una madre de tu clase en el Mercadona

¿Cómo es tu día a día?

Doy clase, corrijo cuadernos, cuido recreos, atiendo a las familias, programo por las tardes, me formo en mi tiempo libre… Vamos, lo que hacen todos los maestros.

¿Cuáles son las mayores «burradas» qué has tenido que corregir en clase?

Más que burradas se dan muchas situaciones graciosas en el aula. Un día pregunté en clase de los pequeños si sabían el nombre del presidente del gobierno, un niño me dijo que era «Cristiano Rajoy». Me pareció un buen candidato de consenso.

¿Por qué cambios en el sistema educativo serías capaz de salir de ese anonimato?

Si bajasen las ratios, sustituyesen las bajas sin esperar quince días, hubiese una formación de calidad en magisterio, una estabilidad legislativa o un pacto educativo teniendo en cuenta a los docentes… ¡A lo mejor me lo pensaba!

¿Cuando sueles tuitear? ¿Cuál es el objetivo de tus mensajes?

No suelo tuitear en el colegio, normalmente lo hago por la tarde-noche, cuando termino de corregir o programar el día siguiente. El objetivo es principalmente desahogarme, contar mi punto de vista sobre diversos temas de Educación y, sobre todo, divertirme. Si además mis tontunas sirven para que la gente reflexione sobre Educación, ya es la pera limonera.

La cuenta @maestradepueblo arrancó en enero de 2016
La cuenta @maestradepueblo arrancó en enero de 2016 Twitter

¿Crees que hace falta más humor en la comunidad educativa?

Creo que nos hace falta humor, reírnos de nosotros mismos, ver las cosas desde otra perspectiva. Ya estamos bastante agobiados entre cambios legislativos y papeleo como para vivir amargados.

De todas las críticas a los docentes, ¿cuáles son las que menos te gustan?

De política, de fútbol y de educación todo el mundo entiende ¡y claro!… Pero hace tiempo que dejaron de darme rabia ciertos comentarios, me lo tomo con humor y vivo más tranquila.

Un día pregunté en clase de los pequeños si sabían el nombre del presidente del gobierno, un niño me dijo que era ‘Cristiano Rajoy'»

¿Qué les dirías a todos aquellos que no ven bien la cantidad de vacaciones de los maestros?

Que los dos primeros meses están bien, el tercero ya cansa un poco.

¿Qué piensas de los padres de los alumnos? ¿Tienes esperanza en que algún día comprendan al profesorado?

Parece que las familias son el enemigo del docente por antonomasia y es una cosa que me da un poco de pena. Hay muchas familias preocupadas por la educación de sus hijos que también están al día de los cambios que se producen en la educación y que quieren lo mejor para ellos. Nuestro reto es integrarles y hacerles partícipes de la enseñanza de sus hijos. Si los padres saben lo que se hace en el aula, pueden colaborar y se sienten parte del proceso seguro que todo funciona mejor.

¿Te escriben otros maestros para desahogarse?

Me escribe mucha gente que se siente identificada con mis publicaciones. Al final todos los docentes, de pueblo o de ciudad, tenemos los mismos problemas y las mismas preocupaciones.

 Fuente de la Entrevista:
http://www.vozpopuli.com/educacion/maestra-pueblo-meastradepueblo-educacion-twitter-facebook-alumnos-profesores-colegios_0_1039096557.html
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Entrevista a Yeap Ban Har: Involucrar al alumno, clave en el aprendizaje de matemáticas

22 junio 2017/Fuente: Atlantico.net

Los profesores deben enseñar las matemáticas en clase trabajando con los alumnos en equipo, a través de objetos concretos y aprovechando las ideas que tengan los propios menores sobre la resolución de los problemas en lugar de explicarles solo los procedimientos matemáticos que tienen que memorizar. Así lo señala Yeap Ban Har, considerado el referente mundial del modelo Singapur de matemáticas, un país que encabeza los resultados de pruebas educativas internacionales como PISA, y que defiende un aprendizaje activo de esta asignatura.

Doctor en educación matemática por la Universidad Tecnológica Nanyang (Singapur) y profesor en el Instituto Nacional de Educación de dicho centro universitario, Yeap Ban Har ha estado recientemente en España -con la editorial SM- para impartir un curso a docentes, asesores y editores de Primaria en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), y ha afirmado que los estudiantes pueden llegar a hablar de matemáticas como lo hacen de un videojuego.

¿Cómo se puede lograr que un niño no coja miedo a las matemáticas desde Primaria?
Los niños deberían tener la oportunidad de explorar ideas cuando aprenden por primera vez una nueva, utilizando en clase objetos y materiales concretos, y trabajar en equipo con otros niños. Los profesores de matemáticas deberían aprovecharse de las ideas de los niños en lugar de decirles lo que tienen que memorizar. Buscamos ese enfoque.

¿Es posible que los niños hablen de las matemáticas como pueden hablar de un videojuego?
Por supuesto. Acabo de pasar dos días en una escuela cerca de Liverpool (Reino Unido) y los profesores allí han aplicado el método tan bien que en la clase en la que estuve enseñando durante dos días estaban hablando de matemáticas. Un grupo de alumnos continuó hablando sobre un problema matemático cuando la clase terminó, y unas horas más tarde me enviaron una nota para contarme cómo resolvieron un problema añadido.

¿Qué es el método Singapur?
Realmente no existe tal cosa. El llamado método de Singapur es una buena enseñanza. Nos centramos en resolver problemas y utilizar un enfoque «CPA»: concreto, pictórico y abstracto.

¿Por qué decidió dedicarse a la docencia de las matemáticas?
Es muy satisfactorio ver a tantos niños en todo el mundo que se benefician del método que aplicamos. Por supuesto que el trabajo es hecho por sus profesores. Mi trabajo es inspirar a los docentes a querer hacerlo.

¿En Singapur es raro que un niño no apruebe matemáticas?, ¿por qué cree que en España es una asignatura considerada difícil?
Sí, es raro en comparación con otros países. E Si los profesores se centran en el procedimiento, el logro será bajo. Si se fijan sólo en el cálculo, el logro será bajo. Si no trabajan como un equipo, el logro será bajo. Y si los maestros no creen que los estudiantes son capaces, el logro será bajo. Hay que involucrar a los estudiantes durante las etapas iniciales del aprendizaje. Crear un ambiente de enseñanza seguro, donde se valoren las ideas más que las respuestas mecanizadas.

Una herramienta para resolver los problemas desde la habilidad

El método Singapur es mundialmente famoso por tratarse de una forma de enseñanza de la matemática que ha dado extraordinarios resultados, y que se aplica en cerca de 50 países. Este método se caracteriza por su concepción de la matemática y por un método específico de enseñanza.
La matemática, en el método Singapur, se concibe inicialmente como una herramienta para resolver problemas, más que como una materia abstracta que consiste en memorizar las leyes, teoremas y fórmulas asociadas a distintas propiedades matemáticas. Por lo tanto, en esta perspectiva es importante la matemática como una habilidad al servicio de las personas para resolver problemas.
La enseñanza de la matemática se basa en el método inductivo y tiene tres grandes pasos. En primer lugar, la enseñanza da inicio por lo concreto, con la utilización de materiales y ejercicios que permiten a los estudiantes familiarizarse con los conceptos matemáticos desde la vida cotidiana. En segundo lugar, se fomenta la representación visual del problema. Finalmente, se pasa de una representación gráfica a una abstracta de tipo matemático con signos y símbolos propios de la disciplina.

Fuente: http://www.Atlantico.net/articulo/sociedad/involucrar-alumno-clave-aprendizaje-matematicas/20170625000149595228.html

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Entrevistas a Miguel Ángel Santos Guerra: «Sin optimismo podemos ser buenos domadores pero no educadores»

España/22 junio 2017/Fuente: Malaga Hoy

  • Para Santos Guerra la escuela no debe de formar «a los mejores del mundo sino a los mejores para este»
  • El problema es que se viven tiempos de individualismo y competitividad exacerbada.

Es cercano, de trato cálido y siempre tiene algún chiste o anécdota bajo la manga para encandilar a su auditorio. Con un currículum casi inabarcable, lo que deja claro en sus ponencias, en sus libros, es sencillo: que el buen maestro es el que pone su corazón en sacar lo mejor de sus alumnos, el optimista, el que trabaja de forma constructiva.

-¿Qué nota le pondría a la educación en España?

-Pues le pondría buena nota. Sin duda. Hecho que no me impide reconocer sus limitaciones ni las imperiosas exigencias de su mejora. No puedo comparar más que positivamente la educación que yo tuve con la que hoy tenemos. El primer cambio de calado es que hoy está escolarizada prácticamente toda la población infantil y juvenil. Antes solo estudiaban unos pocos. La educación en España tiene luces y sombras. Ni es perfecta ni es desastrosa. Pero tiene más luces que sombras. Es la clásica historia de la botella medio llena y medio vacía. Corremos el riesgo de aplicar tópicos y frases hechas para analizar el sistema educativo. Y lo hacemos según nuestros intereses, los eslóganes al uso y las exigencias de nuestro sello ideológico. Acabo de leer el libro de Grimson y TantiFanfani Mitomanías de la educación argentina. Muchos de los 63 mitos que analizan y desmontan los autores valen para nuestro sistema educativo. Uno de ellos es el de que la enseñanza privada es mejor que la pública.

-¿En qué falla el sistema educativo?

-A mí me preocupa, sobre todo, la selección y la formación de los profesores. Creo que nadie duda de la importancia que tiene la tarea educativa para las personas y para las sociedades. Dice Herbert Wells que «la historia de la humanidad es una larga carrera entre la educación y la catástrofe». Creo, además, que la tarea educativa tiene una extraordinaria complejidad. En cualquier profesión, el mejor profesional es el que más y mejor manipula los materiales. En ésta es el que más y mejor los libera. Pues bien, para realizar esta decisiva y difícil tarea tendríamos que elegir a las mejores personas del país, y no a las que no sirven para otra cosa. Y tendríamos que formarlos de manera más rigurosa para hacerles competentes en la tarea que han de realizar en un mundo lleno de incertidumbre y en unas instituciones cargadas de prescripciones y sujetas a una enorme presión social.

-¿Y qué ha mejorado estas últimas décadas de investigación pedagógica?

-Hemos mejorado en todo. Hoy nos preocupa la atención a la diversidad, sabemos que cada alumno aprende con su estilo, con su ritmo y con su motivación y capacidad. Hemos mejorado en la forma de entender la esencia de lo educativo como un proceso de desarrollo integral, se ha transformado la metodología haciéndola más participativa y dinámica, se ha modificado la forma de entender la evaluación como un proceso de diálogo, comprensión y mejora. En otro orden de cosas, se ha pasado de una concepción autoritaria de la dirección a una visión más participativa, colegiada y democrática. Y qué decir de la mejora de las condiciones: la ratio (en la trayectoria general) ha mejorado, las escuelas están mejor dotadas, hay más especialistas…

-¿De qué pasta debe de estar hecho el docente?

-Tiene que poseer competencias relacionadas con el saber, disciplina que enseña, saberes psicopedagógicos, conocimiento del mundo y de la institución… Otras relacionadas con el saber hacer, destrezas didácticas, habilidades comunicativas, manejo de las Tics… Y, sobre todo, tiene que tener competencias relacionadas con el ser, integridad moral, cercanía emocional, autenticidad profesional y coherencia personal. Enseñar no es solo una forma de ganarse la vida. Es, sobre todo, una forma de ganar la vida de los otros. El docente tiene que ser una persona apasionada y optimista. Sin optimismo podemos ser buenos domadores pero no buenos educadores. La educabilidad se rompe en el momento que pensamos que el otro no puede aprender y que nosotros no podemos ayudarle a conseguirlo. La profesión docente gana autoridad por el amor a lo que se enseña y el amor a los que se enseña.

-Aquí son muchos los que infravaloran al maestro cuando en otros países son figuras de relevancia… ¿Qué sería necesario para cambiar esta percepción?

-Estoy de acuerdo. La sociedad debería mimar a los docentes. Son el ejército de salvación de la sociedad. Tiene autoridad aquella persona que ayuda a crecer. La palabra autoridad proviene del verbo latino auctor, augere, que significa hacer crecer. Tiene autoridad aquella persona que ayuda a crecer, a madurar, a desarrollarse. Quien aplasta, silencia, humilla, controla, castiga y oprime, tendrá poder, pero no tiene autoridad. No comparto esas formas de imponer autoridad como las tarimas en el aula. Freinet quemó la tarima una mañana en la que los niños tenían mucho frío. ¿Perdió Freinet su autoridad?

-¿Y los padres, cómo y cuánto nos equivocamos en el terreno educativo?

-Las generalizaciones son siempre abusivas. Hay tantos tipos de padres y madres como de alumnos y alumnas. Exactamente dos: los inclasificables y los de difícil clasificación. Es decir, que cada familia es un mundo. Lo que veo con claridad es que la participación de los padres y las madres, de los dos, no ellas solamente, es indispensable en la comunidad educativa para que haya una tarea eficaz. Sin la familia: imposible. Todas las piedras que los padres tiran sobre el tejado de la escuela, caen sobre las cabezas de sus hijos. Las familias tiene que participar en el proyecto educativo de la escuela y, por supuesto, tener en cuenta que la primera escuela es la casa. Importa mucho el valor del ejemplo. El ruido de lo que somos llega a los oídos de nuestros hijos con tanta fuerza que les impide oír lo que decimos.

-¿Hoy se educa en tiempos revueltos? ¿Por qué?

-Sí, son tiempos revueltos. Por muchos motivos. El primero porque vivimos inmersos en la cultura neoliberal que contradice casi todos los presupuestos de la educación: individualismo, competitividad, obsesión por los resultados, relativismo moral, privatización de bienes y servicios, imperio de las leyes del mercado y capitalismo salvaje. Hoy la escuela y el profesional que trabaja en ella tienen que ser contrahegemónicos. Tenemos que formar en las escuelas no a los mejores del mundo sino a los mejores para el mundo. A los niños les ofrece la sociedad modelos por la vía de la seducción frente a los modelos que les ofrece la escuela y la familia por la vía de la argumentación. Estamos instalados en la incertidumbre, en la provisionalidad, en la crisis de los valores tradicionales. Hoy no les podemos decir a los hijos y alumnos que si estudian tendrán un puesto de trabajo bueno y seguro. Por otra parte, vivimos en una cultura digital que brinda conocimientos a raudales, pero muchas veces contaminados por intereses políticos o comerciales, cultura que también ha modificado la esfera de las relaciones.

-Es profesor emérito de la Universidad de Málaga, ¿cómo la ve desde dentro?

-La Universidad debería ser un faro moral de la sociedad pero no siempre lo es. Llegué de la Complutense siendo ya profesor titular.Tuve que repetir la oposición para trabajar en ella. Era una Universidad naciente. Ha crecido mucho, aunque tenemos muchos retos pendientes tanto en docencia como en investigación.

-Su trabajo le ha llevado a conocer los sistemas educativos de otros países, ¿cuáles son los nexos comunes y cuáles las principales diferencias?

-Es imposible comparar con rigor lo incomparable. Cadapaís tiene su historia, su contexto, su idiosincrasia. Sí se puede aprender de concepciones, de iniciativas y de experiencias que han emprendido si se ha comprobado que han tenido buenos resultados. Siempre se puede aprender si se tiene voluntad de hacerlo.Hacer autocrítica, abrirse a la crítica y tratar de ver lo bueno que se hace en otros lugares es un camino hacia la mejora.

-¿Por qué obsesiona tanto el informe Pisa y por qué España nunca sale bien parada?

-Porque vivimos en la cultura de los titulares. Si leyésemos el Informe PISA de forma completa, si conociésemos lo que dicen sus propios creadores, veríamos que no se puede atribuir todo el resultado a las escuelas. Y se hace. Lo que más me preocupa del Informe PISA es el para qué se hace, por cierto, hay muchos que se están haciendo ricos con él y ¿a quién ayuda, a quién mejora?

-¿Cree que ahora tenemos la juventud mejor preparada de la historia?

-Otra comparación difícil de hacer. Porque pone en situación de contraste dos realidades diferentes, dos épocas diferentes, dos situaciones diferentes. Si yo me comparo con mi hija, el contraste no resiste ni una mirada: toca el piano, es bilingüe, monta a caballo, se mueve por la red como por casa, ha viajado a muchos países…

–¿Entienden la cultura del esfuerzo?

-He aquí otro tópico. ¿Quién ha dicho que no es necesario el esfuerzo? ¿Quién ha dicho que no hace falta voluntad para aprender? Sin embargo ese tópico se ha instalado en la opinión de manera contundente. Me refiero al que dice que la LOGSE acabó con el esfuerzo e los escolares. Mentira. Sin esfuerzo no es posible hacer nada. Claro que la entienden.

-¿Considera que esta nueva Málaga de los museos, de la cultura, generará una sociedad más culta?

-Hace años escribí un artículo titulado La ciudad educadora. No es igual una ciudad que otra. Claro que influye en la formación de la ciudadanía. La ciudad educadora es silenciosa, ecológica, culta, limpia… Y al revés. La ciudad debería construirse para los niños, como dice mi amigo Francesco Tonucci. Si fuera así, todos cabríamos en ella.

–¿Cómo percibe la evolución de la ciudad? ¿Qué asignaturas tiene Málaga pendientes?

-Formé parte durante cuatro años del Consejo Social de la ciudad de Málaga. Presidí la mesa de educación y en los trabajos diagnosticamos muchas necesidades e hicimos muchas propuestas de mejora. Hay diferencias agraviantes. Hay pobreza infantil, miseria, incultura… No podemos olvidarnos de los desfavorecidos, esa ha de ser la prioridad. Pero yo creo que no solo hay que preguntarse qué puede hacer Málaga por sus ciudadanos sino qué tiene que hacer cada uno para tener una ciudad mejor, más habitable, más culta, más hermosa. Yo brindo a todos los habitantes de Málaga este lema: «Que mi ciudad sea mejor porque yo vivo en ella».

 

Fuente: http://www.malagahoy.es/malaga/optimismo-podemos-buenos-domadores-educadores_0_1148285512.html

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Entrevista a Ana Ordás: “Un juego es una forma lúdica de resolver un problema y a todos nos gustan los retos. Todos somos jugadores”

25 Junio 2017/Fuente: eldiariodelaeducacion/Autor: Daniel Sánchez Caballero

¿Qué tienen en común las bibliotecas, la gamificación y los patines? A Ana Ordás. “exploradora de mundos para innovar en bibliotecas”, según se define ella misma, Ordás ha conseguido aunar todas sus pasiones. Apasionada de las bibliotecas (“públicas sobre todo”) y monitora de patinaje de Madrid Patina, se dedica a formar a bibliotecarios en cómo introducir el juego y la gamificación en sus centros para atraer a nuevo público y consolidar el existente. Añádase una pizca de su interés por el software, el marketing y la narrativa y tendrá un curioso combo de elementos con los que jugar en las bibliotecas.

Defina la ‘gamificación’ para quién no sepa qué es.

Una definición muy estándar es que la gamificación es aplicar elementos de los juegos en entornos de no juegos. Pero, al final, la gamificación es coger elementos que tienen los juegos para promover cambios de comportamientos deseados en las personas en línea con los objetivos que se persigan. Imagina que en las bibliotecas quieres que la gente comente los libros que lee. Se puede instaurar un sistema por el que, por cinco comentarios en la red, se da el “poder extra” de quitar una multa por retraso en la devolución de un libro. Esto sería poner un elemento de un juego (el “poder extra”) para promover un comportamiento deseado. Podría ser entregar una medalla o un carné de “lector experto” en un tema. Depende de qué motive a cada persona, si lo hace solo por la recompensa extrínseca o si quiere ayudar a los demás, por ejemplo.

Pero este concepto parte de que a todos nos gusta jugar.

Todos somos jugadores, lo que pasa es que no nos gustan los mismos juegos. Un juego en realidad es una forma de resolver un problema de una forma lúdica, y a todos nos gustan los retos. Para unos un reto será aprender inglés. Para un deportista, una carrera es un reto. El enfoque de la gamificación es ver a las personas como un tipo de jugador. Hay autores que definen diferentes perfiles de jugador. Marczwski define seis. Los motivados por la recompensas, los socializadores (motivados por las relaciones humanas), los triunfadores (motivados por la maestría), los espíritus libres (les motiva el descubrimiento y crear, aquí es donde suelen estar los adolescentes), los disruptores (quieren romper con el sistema) y los filántropos (hacen las cosas porque tienen un sentido, por ejemplo los voluntarios de una biblioteca se enmarcan aquí).

La gamificación es ver todo desde una perspectiva lúdica. En los proyectos gamificados se estudian los usuarios y luego se ve qué mecánica de juego encaja en cada jugador. Hay que crear proyectos o actividades que emocionen, como cuando juegas, que se generan emociones que se queden en el recuerdo y que me aporten como persona, no que se quede en la superficialidad de que me lo pase bien.

¿Qué aporta la ‘gamificación’ en las bibliotecas?

Una mirada nueva. Es mirar a los usuarios y no usuarios (las bibliotecas se están centrando en atraer a nuevos públicos) utilizando estas mecánicas del juego.

¿Se trata de atraer nuevos públicos o de atraer público a secas?

Un poco de las dos cosas. Si hablamos de biblioteca públicas, es para llegar a un sector de la población que no es tan asiduo a las bibliotecas. Tiene mucho que ver con los adolescentes. Encajan muy bien con ese perfil diferente. Se trata de ver qué necesidades tiene esa gente que cree que la biblioteca no tiene nada que aportar, de ver qué le puede aportar. Por ejemplo, hay personas a las que les gusta aprender, pues tienes la biblioteca como lugar de aprendizaje. O, si te gusta la parte social, la biblioteca puede ser un lugar de encuentro. La gamificación quizá se ha visto como algo relacionado con los puntos, medallas y ránkings, que es como al principio se atrae a la gente, pero va mucho más allá. Va de lo intrínseco, de las ganas que tenemos de aprender, que lo llevamos todos dentro, las ganas de relacionarnos con las personas.

¿Podemos poner algún ejemplo concreto?

Imagina un club de lectura. Quieres que la gente se lleve más libros, por poner un ejemplo básico. La gamificación debe ser a largo plazo, con varios pasos. En la primera etapa hay que enganchar más con recompensas (“cuantos más libros te lleves, más puntos tienes y podrás llevarte cosas”). Hay gente que leerá más solo por esa recompensa, no por leer. Pero la idea es que lea más. Si ese usuario es un “triunfador” al que le gusta la actividad, acabará leyendo.

Se trata de preparar un proyecto en el que le vas diciendo que si lee tal temática puede ir a una charla de un experto sobre un tema que le interese. No es qué quieres que la gente lea, sino que la gente quiera ir, no por lo que se les da sino porque es un espacio que la gente necesite. Las bibliotecas hoy en día tienen espacios para crear, por ejemplo. No se trata solo de que la biblioteca ofrezca conocimiento, sino que dentro de ella se genere conocimiento.

¿Jugamos poco en general?

Sí. En los talleres, cuando preguntas que recuerden un juego, a la gente le produce nostalgia porque es algo que ya no se hace. Hay una frase de un premio Nobel que dice que no es que dejemos de jugar porque nos hacemos viejos, es que nos hacemos viejos porque dejamos de jugar. En los cursos les pongo a jugar y les explico que se puede aprender mucho del aprendizaje cooperativo. El juego lo que tiene es el aprendizaje basado en el ensayo-error. El juego es experiencia, cuanto mejor juegas mejor eres y vas subiendo de nivel. Es trasladar ese conocimiento, ese poder para superarnos y disfrutar de un reto, lo que deberíamos trasladar a los entornos de no juegos. Ese es el poder del juego.

¿Cómo es la salud de las bibliotecas?

Han estado muy pachuchas estos años de crisis. No había dinero para comprar fondos y hacer una biblioteca atractiva sin fondos es complicado. Pero los bibliotecarios lo han sabido suplir con imaginación y pasión. Se han seguido implantando servicios, como el libro electrónico. Han seguido con la transformación digital, han sabido ponerse a la altura. Creo mucho en los profesionales de las bibliotecas, que son gente muy competente. Los bibliotecarios buscan nuevas formas de conectar con la gente para atraer nuevos públicos.

¿Qué retos afrontan las bibliotecas?

Adaptarse a todo lo que tiene que ver con la transformación digital. Otro reto es adaptarse al consumo de información por parte de los ciudadanos. Pueden contribuir mucho hoy en día a la parte del pensamiento crítico. En realidad son expertos en información, en fuentes de información. Cómo educar ALFIN (alfabetización internacional), enseñar a los ciudadanos cuáles son las fuentes, identificar en las redes sociales cómo contextualizar la información, cómo interpretarla. Ese es uno de los mayores retos. La federación de asociaciones de bibliotecarios (FESABID) también está tratando de meter las bibliotecas en la agenda política como generadoras de crecimiento y cohesión social.

Fuente de la entrevista; http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/06/22/un-juego-es-una-forma-ludica-de-resolver-un-problema-y-todos-nos-gustan-los-retos-todos-somos-jugadores/

Fuente de la imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/06/AnaOrdás.jp

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Entrevista: “El propósito de la educación es mejorar el mundo”

Pedagogo, formador, blogger y asesor en innovación educativa, Salvador Rodríguez Ojaos se define como un “entusiasta de la educación”. Recientemente, acaba de publicar su primera obra en papel ‘La educación que deja huella y no cicatrices’ deEdiciones DeFábula. Hemos charlado con él acerca de su libro, el papel que tiene en estos momentos la escuela y el docente, metodologías de enseñanza…

Es su primer libro escrito en papel, ¿cómo ha sido la experiencia y qué le ha aportado?

Tras varios años escribiendo y publicando semanalmente en El Blog de Salvaroj sentí la necesidad de articular un discurso coherente sobre mi manera de entender la educación. Esa tarea de articular un discurso pedagógico coherente me ha servido para profundizar aún más en mi reflexión sobre cómo, qué, cuándo y dónde enseñar y aprender en el siglo XXI. Fruto de ella es el libro ‘La educación que deja huella y no cicatrices’.

Además tenía la sensación de que lo que escribo en las redes sociales y en el blog, aunque afortunadamente llega a muchas personas, tiene un carácter efímero. En cambio, la publicación del libro, en el que las palabras queden impresas en papel, lo hace más duradero y perdurable en el tiempo.

¿Qué temas aborda y desde qué perspectiva?

En el libro se aborda el concepto de educación en el mundo actual, que está caracterizado por la incertidumbre y por los cambios constantes. En él se reflexiona sobre cómo se debe enseñar y aprender en este mundo para que nuestros jóvenes tengan una vida plena y provechosa. La educación, tal y como se entiende en el libro, tiene como propósito mejorar el mundo y proporcionar a las personas las herramientas que les permitirán adaptarse a los retos y desafíos del presente y del futuro: educación emocional, educación en valores, creatividad, cooperación…  Una vez definida cómo debe ser la educación en la actualidad, se aborda cómo tiene que ser la escuela que ofrezca este tipo de formación y el papel de los docentes en este proceso.

En el libro se reflexiona cómo se debe enseñar y aprender en este mundo para que nuestros jóvenes tengan una vida plena y provechosa

En su opinión, ¿cómo debería replantearse la escuela el papel que juega en estos instantes?

La escuela ha perdido la exclusividad como garante de la transmisión del conocimiento, pero continúa siendo un lugar privilegiado para ello. Desafortunadamente, se ha ido convirtiendo en una especie de fábrica donde preparar exámenes y en la que es más importante aprobar que aprender. La escuela debe asumir su nuevo rol como lugar donde se forma a personas capaces de participar en la sociedad de manera activa, crítica y constructiva; de entender y valorar su cultura y la de otros;  y de vivir dignamente y con plenitud. Para conseguir esto, la escuela debe transmitir conocimientos, pero también valores, emociones, sentimientos y habilidades no cognitivas como la perseverancia, la resiliencia, la meticulosidad

¿Y en el caso del rol de los docentes?

En el libro digo que: “El maestro no es una enciclopedia con piernas; es un punto de apoyo, un guía, un mago, un contador de historias, un creador de ilusión”. El dominio de los conocimientos propios de las materias es necesario y se le supone a cualquier docente. Pero no es suficiente, es igualmente importante conocer a los alumnos, dominar las diferentes metodologías y recursos didácticos… Como muy bien explicaba María Montessori: “La mayor señal de éxito de un profesor es poder decir: Ahora los niños trabajan como si yo no existiera”.

Aunque muchos docentes tienen reparos a educar en valores, ¿podemos permitirnos el lujo de no educar en valores a nuestros alumnos?

¿Cómo puede un profesor dejar huella en sus alumnos?

No creo que exista un modelo de profesor que deje huella. Si pensamos en cómo eran los docentes que nos han dejado huella a lo largo de nuestra vida académica, nos daremos cuenta de que, probablemente, eran muy diferentes entre sí. Esto sucede porque enseñar no puede reducirse a una técnica. Sí que destacaría una cualidad común entre ellos: creen que todos y cada uno de sus alumnos tiene algo que aportar.

¿Qué valores echa en falta en el sistema educativo o cree que se han perdido?

En el libro afirmo que la verdadera innovación de la educación actual pasa por recuperar los 10 valores fundamentales de la educación del siglo XXI que son flexibilidad, curiosidad, autonomía, emprendimiento, creatividad, tolerancia, cooperación, responsabilidad, transparencia y entusiasmo. Aunque muchos docentes tienen reparos a educar en valores, ¿podemos permitirnos el lujo de no educar en valores a nuestros alumnos?

La metodología que hay que tener siempre presente es la de ABSC, es decir, el Aprendizaje Basado en el Sentido Común

¿Qué metodología de enseñanza es su favorita?, ¿y la que menos le atrae?

Todas pueden aportar algo, depende de las circunstancias, del contexto, del propósito… Son como la ropa que tenemos en el armario: si hace frío o calor, si llueve o no, si tengo una celebración o no…, me vestiré de una u otra forma. Lo mismo sucede con las metodologías, están a nuestra disposición para ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos. La metodología que hay que tener siempre presente es la de ABSC, es decir, el Aprendizaje Basado en el Sentido Común. Es la clave para utilizar todas las demásTodas las metodologías pueden aportar alguna cosa, depende de las circunstancias, del contexto, del propósito

Por último un pequeño test. ¿Qué te sugieren las siguientes palabras?:

Aprendizaje: Aprender es sinónimo de vivir. Debemos aprender a lo largo de nuestra vida, es lo que nos permitirá adaptarnos y salir airosos de los retos que nos planteará el futuro.

Deberes: Un recurso útil, pero muy mal utilizado en la mayoría de los centros. Creo que en general se banaliza el debate de si “deberes sí” o “deberes no”. Hay que especificar qué tipo de deberes, en qué condiciones, para qué… En todo caso nunca deben ser tantos como para no permitir que los alumnos y alumnas puedan hacer otras cosas.

Emoción: Es un elemento facilitador del aprendizaje significativo. En las aulas de muchas escuelas todo es previsible y sería muy positivo emocionar a los alumnos.

Innovación: Innovar no es solo hacer las cosas de forma distinta, sino mejor; es decir, obtener algún tipo de beneficio en el proceso de enseñanza/aprendizaje. En la educación actual, hay una cierta tendencia desmesurada por innovar, pero solemos olvidar que para ello es necesario tener un profundo conocimiento del saber pedagógico existente.

Lectura: Hay que leer comprensiva y compulsivamente. La lectura es una de las puertas de acceso al conocimiento más importante, pero también es una puerta a otros mundos, a otras realidades, a otras culturas…

Fuente entrevista: http://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/salvador-rodriguez-ojaos/50030.html

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