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España: El 43% de los niños más pobres abandona de forma prematura los estudios

España/10 de Octubre de 2016/El Huffington Post

El 43% de los niños más pobres (la quinta parte de la población infantil) abandona de forma prematura los estudios, es decir que una vez que han logrado el título en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) no continúan con el Bachillerato o la Formación Profesional, según Save the Children.

En su informe Necesita mejorar. Por un sistema educativo que no deje a nadie atrás, la ONG denuncia que la educación española no trata a todos los niños de forma equitativa, sino que perpetúa o acentúa las desigualdades sociales.

El estudio revela que la mayoría de los niños con los que el sistema educativo fracasa son varones, de menor renta, y, en muchos casos, pertenecientes a minorías étnicas, de origen extranjero y con discapacidad.

LUCHA CONTRA EL FRACASO ESCOLAR

La organización de defensa de la infancia pide un Pacto por la Educación que sitúe la lucha contra el fracaso escolar y el abandono escolar prematuro en «el corazón» del acuerdo con el objetivo de generar oportunidades para los niños de entornos desfavorecidos.

El director general de Save the Children, Andrés Conde, ha señalado durante la presentación del informe, que los amplios recortes que ha sufrido en el presupuesto de educación han repercutido especialmente en los estudiantes en peor situación.

«La Lomce puede conllevar un aumento de la segregación educativa y de la rigidez del currículum y evaluación, dificultando la atención  la diversidad», ha resaltado Conde.

Fuente: http://www.huffingtonpost.es/2016/09/22/ninos-pobres_n_12135160.html

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¿Crianza moderna en crisis? el reto de educar en la actualidad

Por: Arturo Fernández

Héctor es el primer hijo de un matrimonio joven, tiene siete años y ha concluido que es feo, ya que nadie lo soporta. Todos los días en vez de esperar a su padre, sentado en el pasillo del colegio como todos los niños, sale a la calle principal de su escuela a jugar al oficial de tránsito, metiéndose entre los autos para intentar hacerlos parar.

En otras dos ocasiones, cuando su padre lo fue a recoger, lo encontró en el bote de basura, intentando pillar algo “interesante”. De inmediato y de un jalón de orejas lo sacó de ahí. El niño no entiende de “buenos modales” y menos quiere escuchar a sus padres.
En clase hace aviones de papel, no acepta hablar con las niñas y se molesta si no se hace lo que él quiere. Incluso, lo trataron de expulsar del colegio hace un par de años, pero al final conmovió a los maestros y logró quedarse.
Pese a todas esas experiencias, él sigue igual. Llora y hace berrinche por todo. Héctor tiene dos hermanos menores (un varón y una mujer), ellos no se tiran al suelo por un capricho, escuchan a sus padres y son niños aplicados en la escuela.
Mauricio e Isabella, son los padres, ellos creen que son los culpables del comportamiento de su hijo, pues cuentan que como fue el primero, estuvieron solos con él por casi cuatro años y lo consentían en todo.
“Siempre tenía lo que quería. Lo alzábamos para dormir desde bebé,  si se antojaba algo se lo comprábamos, pasábamos casi todo el día con él, jugando y atendiéndolo, siempre a su disposición, pero hablándole, porque creíamos que si actuábamos así sería lo mejor”, explica Isabella.
Primero se pensó que el niño tenía un problema de hiperactividad, es decir, un trastorno de la conducta, que lo orillaba a desarrollar una intensa actividad motora, traducida en el moverse continuamente, sin que toda esta actividad tenga un propósito.
Sin embargo, luego de algunas revisiones y charlas con psicólogos se llegó a la conclusión de que Héctor había sido muy mimado y no tuvo reglas ni límites claros durante sus primeros años de vida. Esto desencadenó en que asuma tal comportamiento.

Los errores y la educación hoy
Javier Urry, pedagogo y psicólogo, explica que los padres en la actualidad, sobre todo los primerizos, tienen muchas inseguridades y angustias al momento de cuidar y educar a sus hijos. Por lo general, estos problemas son transmitidos a los menores y ocasionan que éstos adquieran comportamientos no deseados. Sobre todo, que se pongan en una posición de dar órdenes en vez de obedecer.
Aclara que no existen fórmulas ni reglas establecidas e infalibles para educar a los niños; sin embargo, identifica algunos errores que son usualmente cometidos y que ocasionan malos hábitos y comportamientos en los menores.
De tal manera, asegura que “la sobreprotección” es uno de ellos. Según dice, los padres asumen muchas tareas de los hijos, estudian con ellos, les disculpan ante el profesor, intervienen antes de verles sufrir las consecuencias de una mala decisión, les dicen constantemente lo que han de hacer, organizan toda la vida familiar a su alrededor a fin de evitarles disgustos.
“Esta sobreprotección resulta muy perniciosa porque forma ciudadanos dependientes y a veces muy tiránicos, porque crecen pensando que el mundo gira a su alrededor, que son los reyes de la casa, no uno más de la familia”, advierte.
Añade que esto además se traduce en personas inseguras, incapaces de tomar decisiones y de enfrentar las dificultades y contratiempos diarios, seres que no saben asumir las consecuencias de sus actos y con problemas de autoestima.
Victoria Gómez es orientadora familiar y explica que otra de las grandes fallas al momento de educar es la “falta de unidad de criterio” entre las figuras de autoridad, ya que si el niño recibe de entrada mensajes contradictorios, es decir, si sus progenitores se desautorizan entre ellos, el menor no sabrá a quién hacer caso y se sentirá perdido, sin referencias claras.
Así, a medida que crezca, aprenderá a utilizar esas discrepancias o diferencias de criterio para hacer lo que quiera. “Siempre es mejor equivocarse juntos que acertar por separado”, añade.
En otro error, cita la falta de continuidad como otro fallo habitual de los padres, quienes se dejan llevar por su estado de ánimo a la hora de educar, de modo que permiten o no determinadas conductas en función de que estén más o menos cansados, contentos o enfadados. “Hay que tener conciencia de que estamos educando siempre, no en momentos concretos”, señala Gómez.
Dice también que otro de los errores continuos en los que muchos padres caen es el de “castigar mal” o poner sanciones desproporcionadas y sin lógica, imponer castigos imposibles, hacer promesas inalcanzables o que no se cumplen.
Si los castigos no se aplican por imposibles o por dejadez, los padres pierden autoridad y transmiten la idea de que sus normas pueden quebrantarse fácilmente. Por eso el psicólogo Julio Fernández recomienda “ser moderado en el castigo y llevarlo a la práctica. En lugar de castigar al adolescente sin salir todo un mes o exigirle que estudie cinco horas diarias, limitarle a una hora la conexión a las redes sociales”.
Finalmente, prometer y no cumplir; las comparaciones entre hermanos; no poner límites ni poner normas mínimas; ser malos ejemplos y estar constantemente negativos, son otros de los errores que también se cometen usualmente en la actualidad.

¿A la antigua, lo mejor?
Para Fernando, quien tiene 59 años de edad y es padre de tres hijos- todos profesionales- las familias jóvenes de hoy transitan por un abanico de consejos y estudios sobre cómo educar a los niños, que a su entender, en vez de ayudarlos los confunden.
Dice que le ha tocado ver a muchos hijos de sus familiares y amigos que se levantan tarde de la cama, que hay que llamarlos varias veces para que vayan a desayunar o ir al colegio. “No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos, ayudan a poner orden en su hogar. Se levantan irritados, pues se acuestan muy tarde hablando por teléfono, viendo tele o conectados al Internet”, añade.
Uno de los peores defectos que ha visto en los menores y adolescentes de hoy es que “sacan pecho” por sus amigos y viven poniéndoles “defectos” a sus padres, a quienes además los acusan de “sus traumas”. “No hay quién les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo”, explica.
Por todo esto, Fernando cree que los métodos de hoy no son positivos ni buenos para las familias de la actualidad, ya que no forman personas con carácter y los hace desobedientes.
Recuerda que los horarios estrictos eran una regla inquebrantable en su hogar. Habían horas establecidas para levantarse de la cama, desayunar, ir al colegio, retornar de clases, almorzar, hacer las tareas, jugar, ver tele y dormir.
Del mismo modo, era prohibido levantar la voz o cuestionar las decisiones de los padres, puesto que en caso de hacerlo, el castigo no era tan solo una prohibición. De hecho, los chicotazos eran el principal  temor y básicamente era lo que obligaba a los hijos de su época a pensar más de tres veces antes de cometer alguna travesura.
Fernando cuenta que así fue criado y agradece a sus padres por aquello, ya que según dice, gracias a esa forma de educar que asumieron sus padres él pudo ser un hombre de bien, lograr una profesión, pero sobre todo, tuvo un buen modelo a seguir para poder criar y educar a sus tres hijos.
Empero, reconoce que la dureza y restricciones para con sus hijos bajaron de tono, en relación a lo que él tuvo que pasar durante toda su infancia, sin embargo, asegura que siguió el modelo que conocía y por ello, recomienda a las familias de hoy aplicar el mismo.

Un nuevo punto de vista
La tendencia en la educación actual es dejar que los chicos exploren y desarrollen todo su potencial, sin restricciones, para que en un futuro sean adultos exitosos. Muchos padres dejan la educación en manos de los docentes, porque el trabajo y las actividades no les dejan tiempo para ocuparse de los niños, pero se refugian en “estamos tranquilos porque va  una de las mejores escuelas del país”, ¡gran error!
Por otro lado están las viejas enseñanzas, en las cuales las mamás “acosaban” a sus hijos para que cumplieran con sus tareas, revisaban cada aspecto de la vida de sus hijos (sus cuadernos, sus amistades, qué programas ve en la televisión, qué busca en Internet, etc) y los mantenían muy bien guardaditos en su casa para que no se “juntaran” con las malas amistades. Si llegaban a desobedecer se les daban unos buenos chicotazos para que “aprendieran” disciplina.
Para  la psicóloga, Carla Tapia, ni lo uno ni lo otro es lo adecuado. El dejar crecer a los pequeños con tantas libertades, permisos, sin una orientación adecuada ni el fomento de valores, sólo ocasionará que se convierta en un monstruo, pues no conoce de límites, no sabe lo que es el respeto ni por él ni por los demás.
Según afirma, se puede crear un nuevo modelo de educación, al aplicar inteligentemente las viejas usanzas con las actuales. Por ejemplo: estar al pendiente de lo que al pequeño le ocurre en la escuela, revisar sus tareas y trabajos escolares, platicar ¡sin gritar! para saber si se encuentra bien o algo le preocupa.

Cinco debilidades al criar a los niños de hoy

1. Tenemos miedo de nuestros hijos
“Acostumbro hacer una prueba en la que observo cómo los padres sirven el desayuno a sus hijos en la mañana. Si el niño dice: ‘¡quiero la taza rosa, no la azul!’, aunque la madre ya haya vaciado la leche en la azul, la cambia por temor al berrinche”.

2. Hemos bajado las expectativas
“Cuando los niños se portan mal, ya sea en público o en privado, los padres sólo se encogen de hombros, como si dijeran: ‘así son los niños”‘. Te aseguro que no debe ser de esa forma. Los niños son capaces de mucho más de lo que los padres generalmente esperan de ellos en cuanto a sus modales.

3. Hemos perdido las costumbres locales
Hace tiempo se acostumbraba que los maestros y otros padres de familia tuvieran carta abierta para corregir a los niños maleducados. Eran los ojos y oídos de los padres cuando los niños se portaban mal, hoy no aceptan que maestros u otras personas hablen de sus hijos y menos que los corrijan.

4. Nos apoyamos en los atajos
Creo que es maravilloso que los padres tengan todo tipo de aparatos electrónicos para ayudarlos durante los vuelos o los largos recorridos para ir al consultorio del médico. Pero los atajos también pueden ser un terreno resbaladizo.
Ellos deben aprender a entretenerse por su cuenta. Los bebés deben aprender a tranquilizarse solos en lugar de sentarlos en una silla vibradora cada vez que estén de mal humor.

5. Los padres ponen las necesidades de los hijos por encima de las suyas
De manera natural, los padres tienden a cuidar a sus hijos primero, y eso es bueno para la evolución. Pero los padres de ahora han ido muy lejos, sometiendo completamente sus propias necesidades y salud mental a la de sus hijos. Así, es frecuente ver a muchas madres levantarse una y otra vez de la cama para satisfacer los caprichos del niño, o padres que dejan todo y corren de extremo a extremo del zoológico para traer una bebida a su hija.

Fuente: http://www.elpaisonline.com/index.php/2013-01-15-14-16-26/sociedad/item/231687-crianza-moderna-en-crisis-el-reto-de-educar-en-la-actualidad
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Cuando los padres no son equipo: ¿qué hacer cuando hay diferencias en la forma de educar?

Por: Olga Carmona

No se trata de tener razón, sino de poner el amor delante de la necesidad de alimentar el ego.

La pareja la forman dos personas que tienen biografías, personalidades, maneras de ver el mundo muy diferentes. Parece lógico pensar que cuando se decide iniciar un proyecto común de trascendencia vital, como es formar una familia y ocuparse del desarrollo y cuidado de los hijos, tienen la suficiente compatibilidad como para que ese proyecto sea viable y en él quepa y predomine como una prioridad la tarea de educar a un ser humano vulnerable, indefenso y necesitado de referentes tanto como de alimento y ternura. Sin embargo, y por desgracia, esto solo ocurre en la minoría de las familias. No tenemos ni idea de lo que significa tener un hijo antes de tenerlo y el aterrizaje que ambos miembros de la pareja hacen en la mater-paternidad es poco predecible. Y así, nos encontramos con que nuestra pareja, con la que hasta ese momento todo parecía fluir, no está de acuerdo en muchas de las cosas que atañen a la educación de los hijos, lo cual genera distancia afectiva, desencuentros, soledades y mucha frustración. Es sin duda, uno de los desafíos más difíciles de gestionar, pero también una oportunidad enorme de crecimiento y aprendizaje si lo hacemos desde la humildad y la empatía.

Dado que no podemos cambiar la historia de cada cual, ni tampoco cómo fuimos maternados, lo que sí podemos hacer es tratar de mirar hacia adelante, teniendo presente lo que nos jugamos y siendo capaces, sobre todo, de negociar, entendiendo que los dos estamos aprendiendo, que educar a un hijo es la tarea más difícil que encararemos a lo largo de nuestra vida y que los procesos de toma de conciencia y de aprendizaje de cada persona tienen una velocidad diferente. Se trata de ver al otro como un compañero, un cómplice, un apoyo y no como un enemigo. Partimos de dos premisas básicas que no debemos perder de vista: ambos padres amáis por encima de todo a vuestros hijos y no queréis dañarlos, y que tú elegiste a la otra persona y la consideras honesta y con capacidad de aprender.

Con todo esto por delante, algunas sugerencias para facilitar la cotidianidad serían:

  • No corrijas ni des charlas magistrales sobre cómo deben hacerse las cosas al otro, ni delante de los niños, ni detrás. No hay verdades absolutas, ni porque lo diga un libro ni porque así lo hacía tu padre o madre.
  • No tomes decisiones sobre la marcha. Posponlo hasta hablar con el otro y tratar de alcanzar acuerdos, por mínimos que estos sean. Siempre hay lugares comunes y lo inteligente es poner el foco en lo que nos une, no en lo que nos separa.
  • Maneja las expectativas y aléjate de la perfección. No existe y, menos aún, a la hora de educar. La idea es hacer las cosas de la mejor manera posible, que no será óptima ni perfecta, pero será tu mejor jugada. Revisa, no te conformes y trata de hacerlo mejor mañana.
  • Todos tenemos limitaciones. Hablarlas, saber cuáles son las de tu pareja y las tuyas a la hora de educar, conduce a saber en qué momento debe intervenir cada cual.
  • Ponernos límites, de la misma manera que se los ponemos a los hijos.Dejar explícitamente claro cuáles son las acciones no tolerables por el otro y qué fronteras no se pueden traspasar.
  • Es fundamental no ver al niño como el causante de los problemas, idealizando la vida anterior a la llegada de los hijos, subrayando las dificultades y no la riqueza y oportunidad emocional de esta nueva etapa.
  • Confía en tu pareja. Hay muchas maneras diferentes de educar y salvo aquellas que incluyen maltrato físico o psíquico, no se ha descrito en psicología que un determinado estilo de crianza produzca un resultado inequívoco. Por suerte, no existe el determinismo, solo la influencia.
  • Ayuda a tu hijo a que entienda que mamá y papá hacen algunas cosas de manera diferente y trata de realzar lo positivo del otro y no enfatizar sus zonas oscuras. La prioridad es el niño, no nosotros. Y debemos hacer todo lo posible para que crezca con la mejor versión de sus padres, aún conociendo sus limitaciones.
  • Hablad de ello, de vez en cuando, de forma serena, no como reacción a un desencuentro o una bronca. Quedad para hablarlo en un contexto diferente del propio hogar, sin niños, con inteligencia, buscando acuerdos, recordando lo que os une y la importancia de ser lo más coherentes y coincidentes posible.
  • Evitad la polarización, la vieja historia del “poli bueno y poli malo”. El niño nos tiene que ver como equipo, no como posibilidades individuales de conseguir algo. Es negocio para él a corto plazo, pero abre una grieta que se ensancha con el tiempo y luego ya no se puede saltar.

Es imprescindible entender que no se trata de “tener razón”, ni de ser el “que más sabe de esto”, tampoco de confirmar lo “equivocado que está el otro”. Se trata de poner el amor por encima de nuestra biografía y de nuestra necesidad de alimentar el ego. Se trata de ponerse en el lugar de los hijos y darnos cuenta de que nos están mirando. El mundo es filtrado a través de nosotros. Aprenderán a relacionarse según nos relacionemos entre nosotros y con ellos, aprenderán a negociar según seamos capaces nosotros de incorporar esta herramienta esencial en nuestra cotidianidad, aprenderán a respetar si viven con respeto, en definitiva, construirán una imagen de sí mismos y de los otros con lo que seamos capaces de ofrecerles.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/09/26/mamas_papas/1474885387_313660.html

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España: Educación: CEAPA expone 10 razones para la huelga del día 26

España/10 de Octubre de 2016/Teinteresa

La Confederación Estatal de Padres de Alumnos (Ceapa) expuso este lunes 10 razones por las que anima a todas las familias a secundar la huelga educativa convocada el próximo 26 de octubre contra el real decreto de reválidas y “vaciar las aulas dejando a sus hijos en casa”.
Entre sus argumentos, Ceapa insta a los padres a secundar esta huelga que también convoca el Sindicato de Estudiantes «para dentro de unos años no tener que pedirle perdón a sus hijos».
Según Ceapa, “o conseguimos la derogación de las reválidas ahora o cuando llegue la fecha tendrán que hacerse, aunque luego las comunidades autónomas se disculpen”.
El documento también señala que estos exámenes responden a “un modelo educativo arcaico”, que busca dejar fuera de la educación superior a la mayor parte posible del alumnado y que impedirá acceder a las titulaciones de Secundaria a muchos estudiantes con todas las asignaturas aprobadas.
Asimismo, Ceapa considera que las ‘reválidas’ imponen «un estrés innecesario a los alumnos” y menosprecian la figura del profesor y su evaluación continua.
Ceapa también apuntó que estos exámenes representan “un suculento negocio privado” para las empresas externas que se encarguen de su realización, y subrayó el poco tiempo de preparación que la incertidumbre actual ha dejado a profesores y estudiantes.

Fuente: http://www.teinteresa.es/espana/EDUCACION-CEAPA-EXPONE-RAZONES-HUELGA_0_1666033545.html

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España: Amara Berri: la escuela cuyo cuarto idioma oficial es el lenguaje de signos

España/10 de Octubre de 2016/El Huffington Post

Hace no muchos años un niño con voz de pito solía repetir esta retahíla de ríos y pueblos de España delante del profesor. Pero estos tiempos han pasado. En la actualidad, cada vez más escuelas tratan de salirse del método tradicional de enseñanza y algunas ya lo están logrando.

La escuela Amara Berri de Donostia emplea desde los años 80 una metodología educativa basada en el desarrollo armónico, que engloba el factor social, emocional y cognitivo. «Queremos que los alumnos hagan lo que les interese y les motive, que aprendan jugando», cuenta su director, Carlos Garaialde, a El Huffington Post.

Esto ha llevado a este centro a convertir la lengua de signos en su cuarto idioma. «La diferencia tiene que ser algo que enriquezca», afirma Garaialde. De ahí que, desde hace más de 30 años, apuesten por no excluir a los niños que tienen que recibir una educación especial. «Es importante que trabajen todos juntos porque luego en la vida real van a tener que convivir. En lugar de marginar a los niños que no oyen, lo que hacemos es que el resto de alumnos aprendan el lenguaje de signos y puedan comunicarse», dice su director.

Los alumnos que necesitan una educación especial estudian con el resto de compañeros, ya que necesitan que sean ellos quienes le enseñen a jugar al fútbol, a coger el autobús o a saber relacionarse: «Si los tratas de una forma especial, aislándoles, no les enseñan a desenvolverse en la vida real».

Amara Berri tampoco tiene pupitres y trabaja por temáticas en vez de por asignaturas. “Si los alumnos están estudiando sobre la antigua Roma es bueno que el resto de niños puedan escuchar lo que sus compañeros aportan”, afirma Garaialde.

RED DE ESCUELAS

El colegio público Amara Berri pertenece a la red de escuelasAshoka, una asociación sin ánimo de lucro que pone en contacto a escuelas que educan de forma diferente y cuyo objetivo es sumar cada vez más centros. «Somos una red de emprendedores global que busca construir una sociedad de ciudadanos que sean changemakers, es decir, actores de cambio, escuelas que quieren cambiar la forma de educar», afirma Maira Cabrini, directora de comunicación de la organización.

Para Cabrini y la organización, «es importante que cada niño, niña o adolescente aprenda a desarrollar habilidades que antes no se consideraban prioritarias, como el liderazgo compartido, la empatía, el trabajo en equipo, la creatividad o la resolución de conflictos».

Con este tipo de educación se busca que los niños «aprendan bien», señala Cabrini. «La tecnología va tan rápido que no tiene sentido educar a los niños en esa tecnología; sino en cómo gestionar ese cambio. Puedes enseñar a un chico a hacercoding pero cuando tenga 20 años usará otra tecnología distinta». Esto los mueve a «enseñar a los niños la capacidad de aprender bien y en equipo, de liderar de forma colaborativa este mundo tan cambiante».

Con este tipo de educación se busca que los niños aprendan bien. La tecnología va tan rápido que no tiene sentido educar a los niños en la tecnología sino en cómo gestionar ese cambio.

SE BUSCAN NUEVOS CENTROS

Las escuelas tienen el proyecto en marcha y Ashoka las localiza, las pone en red y les da visibilidad con el objetivo de que otras escuelas se sumen al cambio. Por ahora hay siete, cuatro públicas y tres concertadas.

En ningún caso es necesario que los miembros de la red sigan modelos parecidos, porque no tienen las mismas necesidades una escuela rural que una urbana. En una escuela urbana se desarrollan acciones de aprendizaje de servicio para involucrar a la comunidad más allá de las cuatro paredes del colegio. Por ejemplo, en la escuela Sadako de Barcelona se realizan proyectos de servicio para que los alumnos lancen sus propias iniciativas de emprendimiento social, dentro y fuera del centro. «El niño no tiene que aprender a ser ingeniero, tiene que aprender a ser buena persona», afirma Cabrini.

Las escuelas rurales son un método de subsistencia para el propio pueblo. Así, en la escuela de Alpartín, en Aragón, el Ayuntamiento está involucrado en este tipo de enseñanza ya que gracias a ella los habitantes no se van a estudiar a la ciudad.

Cada una tiene su particularidad y cumple un objetivo distinto, pero los expertos de Ashoka han comprobado que todas estas escuelas changemaker tienen una cosa en común. «Los alumnos se expresan mejor, escriben mejor y tienen más confianza en sí mismos» y eso les otorgará ventajas al llegar a secundaria, sentencia Cabrini.

Fuente: http://www.huffingtonpost.es/2016/10/04/escuelas-diferentes_n_12155486.html

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España Méndez de Vigo: La apuesta por el emprendimiento debe apoyarse en un buen sistema educativo

Europa/España/Octubre de 2016/Fuente: MECD

El Ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha clausurado hoy la quinta edición del Spain Startup South Summit que se ha celebrado estos días en Madrid afirmando que “la apuesta por el emprendimiento debe apoyarse decisivamente en un buen sistema educativo. Estoy plenamente comprometido en la búsqueda de un gran Pacto Nacional para la Educación que eleve sustancialmente el nivel educativo del país y permita más y mejores empleos”.

“España tendrá más y mejores empresarios si somos capaces de educar mejor, si somos capaces de formar ciudadanos educados en el pensamiento crítico, libres y responsables” ha señalado el Ministro.

El titular de la cartera de Educación, Cultura y Deporte ha defendido el emprendimiento como “una excelente oportunidad para nuestros jóvenes” y ha apostado por iniciativas como el South Summit, que “ponen en contacto a los emprendedores y generadores de ideas innovadoras con los inversores que puedan financiarlas”.

Méndez de Vigo ha animado a emprendedores e inversores a que “concreten en nuestro país sus proyectos empresariales. España es un país confiable, vibrante, dinámico, abierto y competitivo” y ha indicado los datos de crecimiento económico que registra en estos últimos años tras una importante crisis económica.

El ministro se ha mostrado muy satisfecho al poder comprobar personalmente el éxito del encuentro “en el que durante los tres días han participado más de 12.500 personas, con más de 6.500 emprendedores, y más de 100 nacionalidades presentes”.

Fuente: http://www.mecd.gob.es/prensa-mecd/actualidad/2016/10/20161007-ministro.html

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España: ¿Quién quiere ser directora? Solo son el 45%

Europa / España / 09 de octubre de 2016 / Por: Saray Marqués

“La escuela no es un ente abstracto. Forma parte de la sociedad y, como a ella, aún le queda mucho camino para que la igualdad de derechos de hombres y mujeres sea verdad. Un amigo me decía que no podía ser igual pensar subida a ocho centímetros de tacón de aguja que firme sobre un 44 ancho especial…”, bromea la directora Lola Urbano.

Quizá sin percatarse, el último informe de la OCDE, Education at a glance 2016, pone el foco en mujeres que, como ella, han llegado a ser líderes en sus centros escolares: ¿Por qué ellas sí? ¿Por qué tantas otras no? ¿Son necesarias políticas al estilo de las puestas en marcha por algunos países de la UE, como Holanda e Irlanda, para formar a mujeres para ejercer cargos de responsabilidad?

De hecho, lo único que este análisis, de 510 páginas, califica de “sorprendente” –en numerosas ocasiones, por el contrario, al hablar de tendencias en educación repite la coletilla: “No es sorprendente…”– es el hecho de que el liderazgo escolar no sea un reflejo de la proporción entre hombres y mujeres: “Mientras que el porcentaje de maestros es relativamente pequeño en muchos países, están sobrerrepresentados entre los directores. Esto sugiere que los maestros tienden a ser promocionados a estos puestos más a menudo que las maestras”.

España, donde las mujeres son mayoría entre los docentes en Primaria y Secundaria pero solo ocupan el 45% de los puestos de dirección, no es diferente. Como en el resto de países que que participaron en TALIS 2014 (del que bebe este reciente análisis de la OCDE) las mujeres están más en las aulas y menos en los despachos, y su presencia en las primeras es inversamente proporcional al nivel educativo: suponen un 93% de la plantilla en Infantil, un 76% en Primaria, un 59% en el primer ciclo de Secundaria y un 54% en el segundo. Tan solo Rusia, Bulgaria, Letonia y Brasil constituyen una excepción, con más de un 70% de directoras de instituto.

Aunque desde la OCDE se percibe una lenta tendencia hacia un incremento del liderazgo femenino –de un 47% de mujeres en puestos de dirección en 2008, de media, se pasó a un 50% en 2013– ¿qué se interpone en el camino de una maestra o profesora hacia el cargo?

Motivos para el no

Retomando el discurso de Lola Urbano, Capitolina Díaz, profesora de Sociología de la Universitat de València, considera que la escasez de mujeres en la cima no es una exclusiva del mundo educativo: “Hay pocas directoras de institutos del mismo modo que hay pocas directoras de periódicos, y uno de los factores que influyen es la educación, el proceso de socialización infantil: a los niños se les educa para ser ambiciosos (The sky is the limit), mientras que las niñas se construyen sin grandes aspiraciones y no encuentran referentes de mujeres que ocupen puestos de alto nivel”. Esto, junto con la falta de corresponsabilidad masculina en las tareas de cuidados, que apenas le dejan tiempo a las mujeres para otra ocupación más –“Y una responsabilidad lo es”–, late, para la experta, detrás del ramplón 45% de directoras. A esto se añaden, por último, los micromachismos: las reuniones a horas imposibles, los juicios por cuestiones que pasan inadvertidas en los hombres (el modo de arreglarse, el grado de simpatía o agresividad…).

En este sentido, el coordinador del primer curso de directores de la Lomce (con 150 seleccionados, 77 mujeres y 73 hombres), el profesor de la Universidad de Deusto Manuel Álvarez, relata su experiencia al dejar la dirección de un colegio grande, cuando “no había o yo no valoraba ningún candidato masculino y sí cuatro o cinco mujeres con claras capacidades de liderazgo”. Al proponerle el puesto, estas fueron algunas de las razones: “Tengo tres hijos, dos de ellos adolescentes”, “No me interesa este tipo de poder” (dicho por una persona con gran influencia en el claustro de tipo horizontal, según Álvarez) o “Demasiado tiempo de dedicación”.

¿Habría dado estas mismas respuestas un hombre? Según el estudio Mujeres en cargos de representación del sistema educativo, elaborado en 2012 por el Centro Nacional de Investigación e Innovación Educativa (CNIIE), dependiente del Ministerio de Educación, y el Instituto de la Mujer, ni los directores ni las directoras ven el género como algo determinante en el ejercicio de su puesto. Es la variable más irrelevante –la cita el 14,3% de las mujeres y el 6,7% de los hombres–, muy por detrás de otras como la estabilidad del profesorado, las relaciones entre docentes o el tamaño del centro.

Y, sin embargo, su respuesta se contradice con otros datos que arroja el estudio, desarrollado en centros de Infantil y Primaria de la Comunidad de Madrid durante mayo de 2010. Como señalan dos de sus autoras, Teresa Rabazas e Inmaculada Egido, de la Universidad Complutense de Madrid. Las mujeres no son solo más en los centros de Primaria que en los de Secundaria, sino que también tienen mayor representación en aquellos de menor tamaño. Su forma de llegar al puesto suele ser circunstancial, al quedar el puesto vacante por jubilación, traslado… y no obedecer tanto a un proyecto personal. Su mayor inseguridad respecto a sus compañeros varones se percibe en que, pese a tener mayor nivel de formación (5,5% de las encuestadas contaba entonces con un máster, mientras que ningún varón poseía dicha titulación) no lo consideran así, o en que no “se ven” en el ejercicio de la dirección, por lo que necesitaban más estímulo y apoyo de sus compañeros que los líderes masculinos. Del mismo modo, su experiencia docente era mayor cuando accedían al cargo que la de sus homólogos masculinos.

Detrás de esta última circunstancia puede estar, también, la “barrera externa de la conciliación”, como apuntan las autoras, pues la mayor parte de las directoras madres se lo plantearon cuando sus hijos fueron ya mayores. En la misma línea destacan el mayor porcentaje de mujeres solteras, divorciadas o viudas (más del 25%, frente al 13,6% de directoras), o el hecho de que un 67% reconociera necesitar ayuda externa en las labores domésticas, frente al 38,6% de los hombres.

Adiós a las aulas

Responsabilidades familiares aparte, otro de los puntos en contra, que lo es para las mujeres y no tanto para los hombres, es el distanciamiento de la función docente, que citaron casi la mitad de ellas, por un 35,6% de sus compañeros. Para ellas, la docencia se relaciona con su vocación, pero no tienen la misma idea de la dirección. Sin embargo, no creen que esto se traslade a los directores, pues entienden que, para ellos, apartarse de las aulas quizá no tenga ese carácter negativo e incluso puede actuar como estímulo para presentarse al puesto.

Sea como sea, en uno de los ítems en que más diferencias se aprecian entre unos y otras es en su lista de sinsabores asociados al cargo, en la que los hombres puntuaron mucho más los enfrentamientos con los docentes y padres y las mujeres, la pérdida de independencia profesional.

Quizá de lo anterior se deduzca un concepto distinto de lo que implica el puesto en el imaginario masculino y femenino. Nuevamente, aunque en la mayor parte de las directoras respondieron que “no existe ninguna diferencia en el estilo de dirección en función del género”, esto contrastó con otras evidencias, también puestas de manifiesto por TALIS, como el hecho de que ellas mostraron una tendencia a un liderazgo colegiado y no unipersonal en mayor medida que ellos, y más orientado a la gestión pedagógica y no a la administrativa. Solo un 6,7% de las mujeres se encuadraron a sí mismas en este perfil, frente al 20% de los varones. Además, en el caso de las primeras, fue la falta de preparación para organizar y gestionar económicamente el centro una de las más repetidas entre las dificultades del puesto (31,9% de las respuestas, frente al 13,3% en el caso de los hombres).

Más allá de la dirección

Para Montserrat Grañeras, coordinadora del estudio, incluido en la colección Mujeres en la educación, el de las directoras no es un caso único. Tanto en el análisis que se realizó a comienzos de la década como en el posterior, publicado en 2012 (cuando la serie se vio interrumpida), se descubrió que las mujeres figuraban en menor medida de lo que les correspondería en los cargos de representación. Con ligeras mejoras en los 10 años que separaron ambos estudios, lo cierto es que “pudimos comprobar que eran menos no solo en los despachos de dirección, también en la inspección, los consejos escolares, entre los representantes de padres y madres, en los sindicatos… En cualquier puesto con una dimensión pública, más figurativo, siempre nos encontramos con lo mismo: una sobrerrepresentación de hombres en un mundo de mujeres”.

Y, sin embargo, para Manuel Álvarez, no están suficientemente ponderados los puntos positivos de un liderazgo femenino en educación: “Las mujeres son más participativas. Se preocupan más por las personas, son más empáticas, capaces de implicarse en situaciones de alta densidad emocional. Se mueven mejor en el conflicto, se preocupan más por el clima de convivencia y por la imagen y también saben vender mejor la marca. Parafraseando a Deborah Tannen en El futuro del liderazgo: La mujer ejerce con más éxito el liderazgo que demanda la sociedad de hoy y del futuro porque las competencias que este exige son las que siempre han desarrollado, como mediar, prever, llegar a compromisos, reconocer las necesidades del otro, ponerse en su lugar… Los hombres hablan constantemente de mantenerse firmes, guardar distancias, resistir. En democracia la rigidez no es una virtud (…) Las mujeres están acostumbradas a participar simultáneamente en varias actividades y a ser el centro móvil en medio del caos repetitivo”.

VOCES

Lola Urbano

  • Lola Urbano (56 años). Directora del CEIP Tomás de Ybarra de Tomares (Sevilla)

“Presenté mi candidatura porque quería cambios. El empujón me lo dieron mis hijos, especialmente el menor de dos: “Si no te presentas, no me cuentes más frases de Gandhi en plan hashtag: Cambia tú y cambiará el mundo”. Al mayor le preocupaba que una implicación excesiva me perjudicara en lo personal. Tampoco iba desencaminado.

Preparé el proyecto de dirección en pocos días en las vacaciones de Navidad ya que no era algo previsto. La dirección te ofrece una autonomía profesional algo mayor. Los contras: trabajar en un país inmaduro formando parte de un sistema educativo esquizofrénico, tóxico, donde cualquier político con tijeras tiene más que decir que los profesionales que nos dejamos el pellejo cada día en la escuela, especialmente en la pisoteada escuela pública. Tampoco es agradable no tener autonomía para buscar recursos humanos y económicos. Nunca se puede demostrar qué clase de directora puedes llegar a ser porque no decides apenas nada. La inspectora le da la vuelta a esta idea señalando las maravillas que hacemos en la escuela pública con las limitaciones enormes que padecemos.

Me presenté sola. Un amigo, inspector y antiguo director, me dijo: “Preséntate, eres tú quien dará la cara. El equipo llegará solo”. En mi caso no solo llegó, sino que es el mejor posible. Creo que una de las mejores cosas que sé hacer es elegir muy bien a las personas que me hacen la vida mejor, también profesionalmente.

Meterse en un berenjenal como este suele robar tiempo y energía para la “vida normal”. En mi caso, la vida normal no es algo que me entusiasme, así que no he tenido problema en hacer puenting emocional, laboral y meterme de lleno en vivir algo nuevo que, casi sin darme cuenta, sin medicación, y totalmente gratis, me está ayudando a ser mejor persona. Sí he dicho en repetidas ocasiones que este trabajo, con mis hijos pequeños, no habría podido hacerlo igual, con la misma implicación. En contra de lo que muchos puedan pensar, no necesariamente una directora lo hace mejor que un director. Es posible que el director llegue más relajado porque la directora, antes de salir de casa, haya tenido que, como mínimo, dar órdenes a la mujer que cuida su casa en su ausencia, besar a su descendencia, sentirse culpable por su ausencia del día entero… y el director, generalmente, no.

El trato es distinto. Una mujer ejerciendo un cargo, que lo tiene claro y sabe adónde va, suele ser etiquetada como prepotente. Un hombre con las mismas características suele ser un hombre seguro de sí mismo. No es fácil mantener el tipo cuando hombres acostumbrados a mandar en función de su volumen de voz, su sabiduría innata y sus cojones encuentran mujeres que puede que tengan más de todo eso que ellos mismos. El conflicto está garantizado y las antitaurinas sacamos el capote de parar, templar y mandar, un trabajo extra que debería cobrarse aparte.

Hace 20 años no fui capaz de dar el paso y dirigir un colegio mucho más pequeño y fácil que el de ahora. Me arrepentí muchas veces y ahora he entendido que nada sucede por error.

Puede que en Secundaria los hombres tiendan a huir de la tiza más que las mujeres. Hay más liberados sindicales, más asesores, más todo lo que sea fuera del aula o menos con el alumnado de menor edad…”.

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  • Sara Carbonell Sevilla (38 años). Directora del CEIP Luis Vives de Cullera (Valencia)

“Acabo de entrar en el equipo directivo. Creo que es clave la actitud, que te la dan las personas de las que te rodeas, y por eso es muy importante elegirlas muy bien. Has de hacerlo con ilusión, optimismo y teniendo clara la importancia de ser coherente. Aspiro a colaborar desde el proyecto de dirección para crear una escuela abierta a la participación de la comunidad, donde todas las voces sean escuchadas y valoradas por los argumentos de validez y contribuir a que sea una escuela segura, donde se potencien las relaciones igualitarias libres de violencia. Creo cuando la educación se basa en las mejores investigaciones y en los autores de referencia a nivel internacional puede transformar el contexto y mejorar la vida de los niños, las niñas, las familias y las personas del barrio. Contribuir a que todas y todos sin exclusión, tengan éxito académico y social, y, en definitiva, vidas más satisfactorias. Gracias al proyecto de Comunidades de Aprendizaje ahora sé cómo puedo ir haciendo posible esta escuela con la que sueño. Soy directora por mi compromiso por la mejor educación, la responsabilidad ética como profesional de hacer algo para cambiar las cosas y el sentido que da a mi vida poder contribuir a mejorar la vida de las personas. Y lo soy pese al coste personal de iniciar cambios en una estructura tan cerrada a la participación comunitaria, a la formación del profesorado basada en evidencias y a todo lo que se refiere a la lucha por la educación inclusiva.

Oyes muchos comentarios sobre que cuando eres madre tienes que dejar por un tiempo de hacer lo que hacías. No es fácil ni agradable tener que defender que eres muy buena madre o explicar que sí se puede cuando te rodeas de un círculo de apoyo en el que confiar.

Creo que a algunas personas solo les mueve el poder que da tener el puesto, el prestigio en un determinado círculo de personas… A otras, mejorar la educación, dentro de un estilo de liderazgo más dialógico y distribuido.

Las familias, fundamentalmente las propias mujeres, suelen expresar más quejas a las mujeres directoras que a los hombres. Pero si creas un clima de confianza donde las relaciones que estableces con las familias son más horizontales, si promueves las asambleas donde se deliberen y consensúen, por ejemplo, las normas del centro, cuando a las familias no solo las llamas para informarles de lo que se ha decidido ya, sino que fomentas comisiones mixtas para que tomen decisiones y te formas con ellas, ganas respeto, confianza, gratitud y amistad”.

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  • Núria Marín (55 años). Directora de la Escola Mare de Déu de Montserrat (Terrassa, Barcelona)

“Decido se directora para participar en la transformación de la escuela en comunidad de aprendizaje, para lograr el éxito educativo de todos los alumnos y alumnas y mejorar la convivencia.

Entre los puntos a favor, valoro la posibilidad de proponer ideas para mejorar la vida de las personas participantes en la vida escolar y la visión global de la vida en la escuela que te aporta ser directora, que te permite buscar complicidades para conseguir los objetivos recogidos en los sueños expresados por la comunidad.

Entre las dificultades, tener que volver a empezar cada mes de septiembre, explicando a los maestros nuevos en qué consiste el proyecto, con el que llevamos desde el año 2001, porque el equipo docentes es inestable. Pero lo vivo como una oportunidad. Pienso: ‘Quizá el profesorado que se incorpora lo capta mejor y salimos reforzados’. Este curso las complicidades desde el minuto uno del 1 de septiembre han sido increíbles.

Cuando empezamos, éramos tres compañeras en el equipo directivo (directora, jefa de estudios y secretaria), y fueron momentos difíciles, con la escuela desencantada por los resultados académicos poco satisfactorios del alumnado al pasar al instituto, pese a que aplicábamos las prácticas que nos aconsejaban en las formaciones del profesorado. Queríamos transformar las dinámicas de trabajo y tuvimos que superar las resistencias (incluso el conserje nos lo ponía difícil). Pero éramos un equipo cohesionado liderando un proyecto de cambio que culminó cuando decidimos transformar la escuela en comunidad de aprendizaje.

Tras más de 20 años en la dirección, creo que la coherencia mostrada por el equipo directivo nos ha hecho merecedoras de respeto, reconocimiento y, en ocasiones, la complicidad de familiares, compañeros y alumnos.

Asisto a las reuniones de dirección de la ciudad y he ido viviendo la evolución en estos años: cada vez se incorporan más mujeres aunque sigue habiendo una representación masculina importante en una profesión donde hay más mujeres. Personalmente, lo encuentro extraño, pues conozco a muchas docentes con un potencial de liderazgo importante que serían buenas gestoras.

Esperemos que vaya cambiando la tendencia también en los institutos. En Secundaria están dándose cuenta de que las buenas direcciones de Primaria tienen cosas que se pueden y deben aplicar en esta etapa, pero no solo en el funcionamiento de las direcciones sino en el funcionamiento de las escuelas”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/2016/09/22/quien-quiere-ser-directora/

 

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