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Los universitarios prefieren un buen profesor aunque no use tecnología

Por: Carina Farreras. 

La innovación carece de un impulso colectivo en los centros, según la UPF

Un nuevo estudio sobre la innovación en la educación universitaria revela que la transformación educativa que se está produciendo en el mundo anglosajón está lejos de llegar a España por la falta de impulso de los estudiantes, profesores y consejos de dirección de los campus. Los cambios metodológicos existentes en algunos centros se producen por iniciativas de determinados docentes activos pero no es una cuestión sistémica, que no es reclamada ni por los estudiantes, ni por los claustros ni implementada de forma firme por parte de los rectorados. Esta es una de las conclusiones del estudio Competències mediàtiques de la ciutadania en mitjans digitals emergents en entorns universitarispresentado ayer en el campus Poblenou de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) que ha analizado 38 universidades españolas

Según el mismo, los estudiantes no se imaginan las posibilidades que ofrecen lo medios tecnológicos para recibir una educación diferente a la tradicional, un aprendizaje más participativo y flexible. De hecho, confunden “innovación a través de la tecnología” con “introducción de la tecnología en el aula”. Y, además, prefieren que los dispositivos móviles se usen sólo con fines privados.

Pocos docentes son capaces de aprovechar la ubicuidad y la funcionalidad compleja de los dispositivos

El informe que aún no se ha publicado pero que ayer fue comentado en las jornadas de educación, está dirigido por Mònica Figueras, directora del grupo de investigación JOVIScom de la UPF. Con las salvedades en las respuestas entre diferentes autonomías, que tienen contextos educativos distintos, los alumnos creen que las tecnologías no son necesarias en todas las asignaturas y que lo más importante en sus aprendizajes es el profesor y que éste les motive, explica Figueras, por encima de cómo imparte la clase. Y no les gusta que maneje medios tecnológicos si no sabe hacerlo.Por su parte, consideran que el uso del móvil en el aula a menudo les distrae de la clase.

Cuando se les pregunta por innovación “señalan aspectos como el uso de ordenadores y proyectores de las aulas, o software como Prezi y Drive”, y no mencionan las características de la verdadera transformación educativa, “como los aprendizajes con el móvil ( m-learning), en línea ( e-learning) y semipresenciales (blended learning)”, apunta la
investigadora de la UPF. Esa con-fusión hace pensar al grupo investigador que “no se plantean la innovación porque no saben lo que significa”.

El uso de móviles, tabletas y ordenadores personales lo asocian a su vida privada. “Como mucho afirman tener un grupo de WhatsApp donde pasarse apuntes y dudas”, indica Figueras.

La falta de demanda innovadora por parte de los alumnos coincide con la escasa práctica por parte de los docentes y la escasa política estratégica en los consejos de dirección de los campus.

Respecto a los responsables de innovación docente consultados para el estudio, se indica que usan la tecnología como “una herramienta más”, “un posible apoyo de algunos métodos” o “una ayuda inmejorable para facilitar ciertos accesos”.

Valoran positivamente los dispositivos móviles, sobre todo desde una perspectiva didáctica, cuando se utilizan “para realizar videoconferencias, para gestionar de forma ubicua chats y foros académicos relacionados con las asignaturas o para el fomento de la participación del alumnado en la vida académica e investigadora”. En cambio, pocos reconocen características intrínsecas de los dispositivos como su ubicuidad y su funcionalidad compleja que permite, por ejemplo, la geolocalización, la posibilidad de crear realidades virtuales o aumentadas, la gamificación y la capacidad de registro, procesamiento y análisis de datos en tiempo real.

“Resulta sorprendente –apunta la profesora– que el énfasis se ponga en el profesor y no en la motivación del alumno o en la mejora en la comprensión”, indica. Así, se dan más respuestas que hacen referencia al “desarrollo profesional docente” que a la búsqueda de modelos “más centrados en el aprendizaje del alumno”.

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El reto de la lectura en tiempos digitales

 Autor: Carina Farreras

Los especialistas piden mejorar la enseñanza en las etapas iniciales y reforzar el gusto literario durante toda la formación

Uno de cada cinco niños españoles no comprende lo que lee a la edad de nueve años. Puede leer de corrido pero no recuerda lo que ha verbalizado o, simplemente, no lo entiende. La falta de comprensión lectora condicionará el resto de su aprendizaje y, por tanto, su éxito educativo futuro.

Además, si no se corrige a tiempo, antes de que termine la primaria, sus posibilidades de disfrutar con los libros quedarán seriamente mermadas. “El placer de leer lleva a desear aprender toda la vida, por eso es tan importante en la formación de la persona y debería centrar el objetivo de toda la educación”, afirma Rafael Bisquerra, catedrático de la facultat de Educación de la UB.

Así lo entiende también la Federación del Gremio de Editores que en su último Informe 2017 pide explícitamente al Gobierno que la educación pivote en torno a la lectura, evitando regular su enseñanza, como ordena la actual ley de educación, la Lomce, de forma “vaga y confusa”.

Los datos de comprensión lectora según el último informe Pirls han mejorado en nuestros país 15 puntos pero aún quedan por debajo de otros lugares donde la lectura es una de las tareas prioritaria en los primeros años de la educación formal. “Los niveles de lectura de un país están en consonancia con la importancia social que se le da a esta actividad”, considera Enric Prats, profesor de Pedagogía de la UB. “Y la española está claramente por debajo de la media de la OCDE”, sostiene. Catalunya es aún inferior a la media nacional.

En España, sin leer, también se vive. Según los barómetros del Centro de Investigaciones Sociológica (CIS) sólo la mitad de la población lee en algún formato de papel (libro, cómics, revista, periódicos) una vez al mes y un 35% no lo hace casi nunca, ni siquiera por exigencia del trabajo. A esta fotografía se añade que cuatro de cada diez personas no abren un libro en todo un año.

Estas perspectivas podrían cambiar en el futuro. Según el informe de la Federación del Gremio de Editores, se está ensanchando la base social porque en las últimas décadas se ha escalado en la formación de la población en general, y hay más universitarios que nunca.

Otro factor positivo es el aumento de la franja de grandes lectores, que ha pasado de dos a tres personas de cada diez. Este crecimiento de lectores tendrá un efecto en la educación. Unos padres que disfrutan de la lectura y tienen libros en el hogar predispone a niños lectores, según las investigaciones.

“El chaval debe descubrir que se lo pasa bien leyendo, que le reporta satisfacción, porque si leer le produce estrés, cuando es pequeño, o aburrimiento, cuando es mayor, sólo estamos creando las condiciones para que evite esa experiencia”, afirma Bisquerra, experto en educación emocional y eficiencia lectora. Por tanto, la introducción a la lectura, ese periodo en el que aprende a dar significado a los caracteres, parece clave. “No se trata sólo de dominar una técnica sino de que el niño encuentre recompensas a ese esfuerzo”, indica el profesor.

Para Mireia Manresa, profesora de Didáctica de la Lengua y Literatura en la UAB, se debería dejar de entender que la lectura es un aprendizaje técnico. En su opinión, habría que dejar de situar la enseñanza de la lectura y la comprensión de los textos de manera exclusiva en los primeros años de primaria y extender las ayudas a la comprensión de manera progresiva y constante en todas las etapas. “Parece que, como ya saben decodificar, ya saben leer, y eso no es cierto”, considera.

Sumergirse en un libro exige haber adquirido ciertas competencias como “saber escuchar, con atención, y en silencio”, indica Bisquerra. “Leer tiene mucho que ver con escuchar, es estar atento a una historia ajena, que conecta con emociones propias”, explica. El maestro tiene que trabajar la atención y el silencio con sus pequeños alumnos “mucho más que en el pasado porque los estímulos que recibe el niño son mayores y no se ha entrenado en la espera”, concluye el catedrático.

“En las escuelas de primaria se trabaja bien el aprendizaje de la lectoescritura”, explica Álex Cosials, especialista en la promoción de la lectura y las bibliotecas escolares desde la Fundación Jaume Bofill, “pero faltan horas de práctica”. Desde su punto de vista, las familias pueden contribuir a mejorar las habilidades de sus hijos. “A veces, bastaría que la nota que recibe la familia en la evaluación del alumno, ese ‘debería leer más’, estuviera acompañada de una explicación a las familias sobre cómo ayudar al chaval a leer”, aconseja Cosials, que recuerda que el rendimiento lector también está asociado a condicionantes como los entornos sociales, económicos y culturales.

En todo caso, sugiere a los padres que hagan lecturas compartidas con sus hijos y también visitas a bibliotecas y librerías. Conversaciones sobre las emociones que provoca el texto o los nuevos descubrimientos que aportan. Acompañar. No abandonar al crío solo con el libro de la noche en cuanto ya sabe pronunciar las primeras palabras de un cuento.

Fuente del Artículo:

http://www.lavanguardia.com/vida/20171225/433873013038/reto-lectura-tiempos-digitales-informes-espana.html?facet=amp

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Educación: la difícil inclusión. Hacia una escuela diversa

Por: Carina Farreras

El objetivo del decreto de la escuela inclusiva, aprobado por el Govern a mediados de octubre, establece que todos los alumnos con necesidades educativas vayan a colegios ordinarios, independientemente de la atención que requieran (excepto si la discapacidad es muy grave). Para ello, la Conselleria d’Ensenyament dijo que reforzaría las escuelas con más docentes, monitores, logopedas y psicopedagogos, y prometió que las escuelas de educación especial se convertirían en proveedoras de servicios. El decreto va acompañado de una previsión presupuestaria de 142 millones de euros en cuatro años.

Esta regulación, que ha sido muy esperada en la comunidad educativa, debe ir desplegándose. No obstante, los docentes están inquietos al ver que la parálisis política de estos meses, que se prolongará hasta la constitución del nuevo Ejecutivo, puede atrasar todo el proceso de modo que se llegue a la fecha de preinscripción escolar sin que las escuelas conozcan los nuevos recursos del próximo año.

El proyecto, centrado en mates y ciencias, da información al docente y al alumno sobre su progreso

En este sentido se ha saludado la convocatoria de oposiciones, 2.000 nuevas plazas docentes, que se anunciará la próxima semana. Las críticas más duras se realizan desde los institutos. En las etapas de infantil y primaria se avanza progresivamente en inclusividad (como puede verse en las prácticas que se presentan en estas páginas).

El sábado, en unas jornadas convocadas por Professors de Secundària (Aspepc.SPS) se preguntaban hasta qué punto la inclusividad, un concepto compartido como objetivo, es sólo un sueño. “Se va a convertir en una nueva mochila a nuestra espalda”, advirtió un asistente. La neuróloga Anna Sans, que cifró en el 15% la población infantil con algún tipo de trastorno de aprendizaje (no se cuentan otras discapacidades), dijo que estos alumnos que tienen derecho a aprender como los demás no requieren “un poco de asistencia un rato al día”, sino un tipo de atención especial porque necesitan “aprender muy bien pocas cosas y no de todo un poco”.

Para Gemma Lacasa, del instituto Sant Just Desvern, la individualización exige bajada de ratios y más horas no lectivas para preparar las clases. “Sin estos recursos será un problema para los alumnos con dificultades que vienen y que no podrán ser bien atendidos, para sus compañeros de clase que bajarán su rendimiento y para los profesores”, indicó. El secretario del sindicato, Xavier Massó, apuntó también que dentro de la diversidad de alumnos con necesidades especiales le preocupan aquellos que presentan trastornos conductuales. “Ese es el gran problema porque nos impide la tarea de enseñar. ¿Cómo se va a hacer? No lo sabemos”.

En aula acoge una gran diversidad de alumnos. Hay algunos rápidos que lo pillan todo al momento. Otros son más lentos y necesitan más atención. Tratar de que todos los estudiantes consigan superar los objetivos mínimos es la labor del docente. Pero, ¿y si existiera una manera de lograr que cada alumno llegue lo más lejos posible, a su ritmo, sin dejarse aprendizajes importantes por el camino? En este sentido, la inteligencia artificial está demostrando su utilidad en el aula porque los algoritmos son capaces de detectar el nivel del alumno y sus dificultades concretas, y de proponer material complementario para consolidar bien el aprendizaje y ejercicios de repetición. Al profesor le sirve para ver y atender los problemas específicos.

Esta tecnología es la que está probando Paqui Muñoz en su aula de 6.ºA de la escuela Marta Mata de Viladecans, donde se han distri­buido tabletas para todos los estudiantes con las que aprenden matemáticas y ciencias (en inglés). La ­tableta no sustituye la clase magistral del profesor, que sigue siendo necesaria. “Esto es muy divertido”, asienten Raquel, Jordi, Carlota y Simón, que comparten la misma mesa pero no tableta, que es individual. “Y no tienes que escribir en la libreta”, añade Jordi. Los chavales están trabajando la raíz cuadrada que la profesora explicó en la clase anterior. Ninguna de las pantallas de esta mesa tiene los mismos ejercicios. Uno está viendo un vídeo con explicaciones, otro está practicando ejercicios y un tercero repasa “como se hacía eso de las potencias”.

Un cuarto está aparentemente chateando en un foro grupal con otros niños del aula. La máquina reparte medallas por el esfuerzo, la motivación y la superación. “¿Ves aquí?”, señala con el dedo una gráfica de la pantalla Noelia. “Yo veo cómo voy y en qué tengo que mejorar”. La tableta también recuerda, en ocasiones, que un problema requirió mucho tiempo de resolución. “¿Por qué no vas al profesor y le preguntas?”, sugiere la pantalla.

En la del profesor aparece un mensaje también de que ese niño no ha resuelto el problema en un tiempo adecuado. “Este sistema, además de la motivación, tiene grandes ventajas como la individualización del aprendizaje y la información que le da al profesor”, explica Muñoz. El ordenador se adapta al nivel justo en el que está un alumno. Le permite progresar lentamente, con mucha repetición, detectando dificultades concretas para las que propone ­explicaciones on line, mediante vídeos o imágenes, o invitaciones a preguntar a un compañero determinado que el ordenador sabe que es un crack en ese contenido o acudir a la mesa del profesor. El pro­grama está abierto a los padres, que pueden acompañarles en los deberes.

Asimismo, el docente ve el progreso de cada niño y el del aula. “Se logra un avance importante como colectivo, estrechándose las diferencias entre los grupos que corren más y los que menos”, afirma Pa- qui Muñoz. Este trimestre, en la clase de 6.º A tienen una media conjunta de notable en matemáticas. La herramienta permite incorporar contenidos propios del profesor o descargados de alguna web de referencia, como la de la NASA.

“Este programa funciona muy bien, especialmente porque los niños se sienten muy motivados y porque da una gran cantidad de información al profesor, pero aún debe trabajarse su punto débil, pues no disminuye el tiempo de preparación de las clases”, sostiene Maribel Gascón, directora de la escuela. Marta Mata es una de las cuatro escuelas de Viladecans, municipio que ha apostado por la innovación tecnológica educativa, en las que se está ensayando el proyecto Imaile, financiado con un millón de euros por la Comisión Europea.

Lo ha puesto en marcha el consorcio Amigo, una alianza entre Documenta, empresa que desarrolla programas y producción multimedia, Gradiant, centro de investigación TIC de referencia, y la editorial líder en contenidos educativos Edebé, que lidera el proyecto, actualmente en fase de precomercialización. El objetivo europeo es la reducción del abandono escolar y el aumento de las vocaciones stem (ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas). Colaboran en el proyecto escuelas de Finlandia, Alemania y Suecia.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20171127/433237285466/educacion-inclusiva-escuela-viladecans.html

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La escuela innovadora reivindica la tradición

Por : Carina Farreras

  • Dos directores de centros con proyectos pedagógicos singulares reflexionan sobre los cambios en la educación

Pocos rasgos comunes parecen tener las escuelas que dirigen Pilar Ugidos(Miquel Bleach) y Joan Puig (Súnion). No coinciden ni sus etapas educativas (primaria y secundaria/ bachillerato), ni el tipo de alumnado (inmigrante y autóctono), ni la titularidad de los centros (pública y concertada). Sin embargo, sus respectivos directores, que dejaron el cargo el pasado junio después de tres décadas de experiencia en entornos educativos, comparten el mismo discurso: la educación es alentar la autonomía intelectual y humana de los alumnos. “No es extraño”, indica Ugidos, “porque las personas que vivimos con pasión la educación coincidimos en lo
básico”.

Se reúnen en Súnion, a propuesta de La Vanguardia. “La educación, que ahora acapara tanto la atención de la sociedad, no ha cambiado en su esencia”, interviene Puig que habla sobre los jóvenes. “Los adolescentes comienzan a ver el mundo, se hacen preguntas, son muy críticos. A veces, parecen estar de vuelta del mundo (que desconocen), pero si les acompañas, les das confianza, estimulas el sentido de la curiosidad, ves que están abiertos a comprender, y te siguen”.

 Los populismos educativos

Ambos directores han forjado sus carreras en proyectos pedagógicos revolucionarios, transformadores. Pero se muestran reservados respecto a la ola de innovación que recorre las escuelas de Catalunya. En este sentido, advierten sobre el riesgo de los “populismos educativos”.

“Hay que preguntarse, ‘la innovación ¿para qué?’ En sí misma no es un valor absoluto”, indica Puig. “La pedagogía a lo largo de la historia ha realizado muchas aportaciones que no podemos desestimar, desde la explicación magistral brillante hasta el trabajo por proyectos”. Ugidos añade que “el educador debe estar abierto a todas las metodologías y pensar cuál es la adecuada a su propósito, porque lo que importa es el aprendizaje”.

A juicio de estos maestros, que pese a su cargo no han renunciado a dar clases, educar es acceder a la cultura palanca para interpretar la realidad. Y en ese proceso se requieren las disciplinas educativas, las asignaturas clásicas. “Claro que todo está enlazado en la vida –exclama Puig– pero, ¡hombre!, las matemáticas son las matemáticas, la literatura es la literatura”. Y sigue: “Internet nos hace pensar que muchos contenidos se han quedado obsoletos, prescindibles, y con poco significado para los alumnos. En este camino de transformar el cu-
rrículo hay mucho que hacer. Pero hay muchos aspectos que tienen un buen recorrido, un único recorrido. No es la disciplina la que hace perversos algunos contenidos, sino algunos contenidos mal planteados”. Y concluye: “Los niños tienen que ser competentes, por supuesto, pero tiene que haber una base de conocimiento para aplicar la sabiduría, porque si no son ignorantes”.

Revisión continua

La innovación, acuerdan, tiene que ver, en todo caso, con el cuestionamiento continuo sobre la práctica educativa desde la dirección y el claustro. “La construcción de materiales, la realización de actividades concretas, la formación del profesorado, la creación de una estructura organizativa (calendarios, reuniones), hasta el espacio, todo eso debe estar vinculado a los objetivos finales”, indica Ugidos.

Puig asiente en que no se puede caer en la autocomplacencia. “Un profesor no puede estar quieto, está obligado a cuestionarse. Si hace tres años que imparte la clase igual, con los mismos materiales, ¿está bien? No, hay que revisar nuestra actuación. De forma individual y colectiva. Si perdemos la capacidad de interrogarnos permanentemente, fallamos”, señala.

Al servicio de un proyecto

La diferencia con la escuela concertada, según explica la directora del centro público, es que se admite que hay una línea pedagógica. Toda la comunidad (las familias, el equipo, los alumnos) la comparten. “En una pública un director no es nada más que un compañero que está en dirección al que le toca desempeñar temas de gestión y organización. Y te tocan unos alumnos, familias heterogéneas. Si quieres transformar, tienes que convencer, seducir, implicar al claustro primero y a las familias después”. Al llegar a Miquel Bleach, hace siete años, se encontró con un personal desmotivado por el difícil reto que suponía el alumnado (98% inmigrante, sin dominar la lengua, con cargas emocionales pesadas al vivir en contextos desfavorecidos). “La vivencia de los maestros en muchos centros de alta complejidad, que son como guetos, es: ¿qué culpa tengo yo de encontrarme con estos niños si yo he estudiado para dar clases?”. Al mito de la homogeneidad del aula (una fantasía común) se unían las quejas hacia la administración, la dejadez de las familias, la falta de esfuerzo de los alumnos… “Pero logramos el cambio colocando al alumno en el centro de todas las decisiones. Los niños pasaron de ser meros receptores pasivos a narradores del relato de su aprendizaje, dirigiéndose a sus propias familias, a las que también implicamos. Entendieron por qué estudiaban, ampliaron competencias comunicativas, y el arte, nuestro eje vertebrador, les aportó perspectivas fundamentales para comprender el mundo, como la creatividad o la crítica”.

“Nosotros –continúa Puig– planteamos desde el inicio la necesidad de que los alumnos tuvieran un espacio amplio y de bienestar para que se autoconstruyeran, con poca presencia de los adultos, pero con responsabilidad”. El espacio, el horario (variable cada semana en función de las actividades) y la asistencia fueron los elementos que definieron la fundación de Súnion. “Hemos recuperado la libertad de asistencia a clase que inicialmente había y que retiramos un tiempo después porque nos pareció que la sociedad no iba por ahí. Los chicos de 2.º de bachillerato, con 18 años, ¿tienen que cumplir con esta obligación cuando estrenan su libertad en otros ámbitos? La asistencia, por mucho que crean algunas universidades que la exigen para su evaluación, no es un valor en sí mismo. El valor es el aprendizaje y eso es lo que nosotros creemos que hay que evaluar. Y funciona. Sólo hay que procurar que los alumnos hagan un buen uso de esa libertad, que no se excedan. El acompañamiento en este proceso es parte de nuestra función”.

El papel del maestro

“Los profesores son la clave del proyecto, si creen en él, lo aplican cada uno con su capacidad, su temperamento y creatividad. Deben mantener una buena relación con el alumno”, reitera Ugidos. Para el director de Súnion, los docentes son educadores. “Yo no entiendo que haya unos profesores especialistas y luego unos tutores que entran en la vida privada de los alumnos. No, todos tenemos que conocer a los alumnos y luego ser profesores de matemáticas o de lo que sea”.

Ambas organizaciones reflejan en las aulas lo que sucede en el claustro, donde también hay una diversidad. “No todo el mundo es perfecto y tenemos el deber de ayudarnos unos a otros. Hay profesores que tiran más que otros, pero todos participamos y hay que asegurar un buen ambiente de personal”, considera el director de la escuela de secundaria.

Formación

“Soy muy crítica sobre la formación que se hace a los profesores por su inutilidad –explica la directora de primaria–. Nosotros determinábamos el tipo de formación preguntando a los maestros. Primero formarnos en arte, luego en trabajo por proyectos, en trabajo en equipo, en gestión emocional… Pero no queríamos expertos para llenar vasos vacíos, sino expertos que entraran en el aula, y dieran un feedback personal”. Puig cree en la responsabilidad como docente. “Hay una parte tuya, de querer actualizar conocimientos, profundizar en tus inquietudes. Y otra parte es de la escuela, que debe organizar la formación de forma eficiente”.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170803/43291766828/escuela-innovadora-reivindica-tradicion.html

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Niños de 0 A 3 ¿En casa o en la escuela?

Por: Carina Farreras

La crianza de los ­niños pequeños vuelve a suscitar azoradas discusiones políticas. Con el fracaso de la Lomce, la malhadada ley del PP, el Gobierno ha propuesto un pacto nacional por la educación en el que algunos profesionales proponen la universalización y gratuidad de la escolarización en cualquier edad.

En Catalunya, el debate propuesto por la Conselleria d’Ensenyament, Ara és demà, recoge la posibilidad de adelantar a los 2 años la entrada de los alumnos a las escuelas de forma que se acorte el periodo más duro de conciliación laboral de los padres y se den oportunidades educativas tempranas a los más desfavorecidos.

La educación obligatoria se inicia en nuestro país a los 6 años, pero la Administración garantiza las plazas en centros a partir de los 3 años. Esta estructura acaba influyendo: más del 95% de la población infantil está escolarizada en su tercer cumpleaños, frente al 55% de los niños de 2 años. A punto de conocerse las conclusiones del Consell Escolar, cristaliza la idea de pedir la garantía del P2 y ampliar los conciertos económicos.

Finalmente, el tercer debate se focaliza en Barcelona. El Ayuntamiento acaba de abrir un proceso participativo social. Este es, de todos los debates, el que da altavoz a fórmulas nuevas ya existentes que conectan con nuevas demandas sociales realizadas por una generación de padres y madres de la ciudad, muchos de los cuales reivindican o buscan fórmulas de trabajo más sostenibles con el periodo de la crianza y piden una estructura del sistema más flexible que la actual. En espacios, horarios, servicios… En octubre se elaborarán las conclusiones para empezar a implementar medidas el próximo año.

Hasta los 2 años: Médicos y psicólogos coinciden con las políticas de países más ricos: mejor en casa

Desde el punto de vista de salud física y mental, los especialistas consideran que hasta los 2 años los niños crecen mejor en el hogar, cuidados por sus padres o por referentes familiares, sin que se ponga en cuestión la buena labor que realizan las guarderías. Los países europeos con mayor renta no ofrecen servicios educativos hasta los 3, 4, 5 o incluso 6 años (Alemania, Irlanda, Grecia, Holanda, Finlandia y Suiza), y las familias reciben ayudas económicas o profesionales para facilitar la crianza en sus primeros años, con espacios de contacto con otros niños. Se ofrecen permisos a los padres de hasta 68 semanas (Suecia) o 52 (Reino Unido). Y existe mayor flexibilidad laboral.

La doctora Amalia Arce, portavoz de la Societat Catalana de Pediatria, explica que la maduración del sistema inmunitario del bebé aumenta con la edad, así como su autonomía. Un crío de 2 años puede exponerse con menos riesgo a los gérmenes que un bebé de menos edad, y la protección aumenta con cada año de vida ganado.

“Desde el punto de vista emocional y psicológico, si sólo pensamos en el niño, y no en las necesidades de las familias, donde mejor está es en casa”, apunta Silvia Blanch, doctora en Psicología de la Educación y coordinadora de Educación Infantil de la UAB, que subraya la excepción de aquellos niños que requieren estímulos afectivos y educativos para progresar. También resulta aconsejable para aquellos que hablan otra lengua. “Cuanto antes sea la integración, mejores serán sus posibilidades de éxito”, apunta.

Los centros se aconsejan en niños que reciben pocos estímulos afectivos o culturales

“En Catalunya, muchos niños de 7 años son maduros como escolares. Saben leer, resuelven operaciones matemáticas… pero son infantiles emocionalmente: siguen tomando biberón, se hacen pipí en la cama y no saben frustrarse”, afirma Blanch, que se pregunta si ciertas exigencias, como no llevar pañal a los 3 años, convienen más al centro escolar o al niño. “Si creamos un P2, generaremos la necesidad de matricularlos para que no pierdan plaza en el lugar que los padres quieren que se eduque y aceleraremos aún más su ilia de un contexto desfavorecido, emocionalmente inestable o culturalmente pobre, antes se garantiza smaduración”.

La equidad y la conciliación

El enfoque sobre cuáles son las condiciones ideales para criar a los niños, si en casa o en centros educativos o sociales, plantea, inevitablemente, dos grandes cuestiones. Por una parte, la necesidad de la conciliación laboral y familiar, que sigue incidiendo especialmente en la vida laboral de muchas mujeres. Por otra, la cuestión de la equidad. Está demostrado que cuanto antes se escolarice un niño nacido en una fam

u éxito escolar. Es por ello que muchos profesionales y organizaciones como Unicef proponen la universalización de la escolarización infantil 0-3.

Para muchos expertos, estos condicionamientos sociales de tanto peso no deben ocultar el bien que perseguir, el bienestar del niño, lo que el Parlamento europeo definió en el 2006 como “parentalidad positiva” en el sentido de que es deber de la comunidad acompañar a los padres en su tarea de crianza.

Los centros. Menos rigidez en horarios y más presencia de padres

“En la parentalidad positiva hay que preguntarse qué necesitan los padres”, cuestiona Blanch y “apoyarles en esa decisión”. Actualmente el recurso más utilizado para los niños de 0 a 3 años son las guarderías, que resultan escasas para la demanda, especialmente en Barcelona. “Estos centros están muy profesionalizados, ofrecen los estímulos educativos adecuados a cada edad y dan un marco de estabilidad a las familias”, apunta Blanch.

Además, avanzan en innovación pedagógica. Pero las asociaciones de padres se quejan de las ratios de maestros con niños (de 8 niños por maestro antes del año y de 20 a los dos años) y de la barrera que significa la puerta de entrada a la escuela que les separa de sus hijos, independientemente de su estado emocional. Y lamentan la rigidez de horarios que imposibilita combinar distintas posibilidades a las que podrían acogerse aquellos que trabajan en horarios no matinales o días sueltos a la semana.

“Habría que preguntarse si resultaría más conveniente que la etapa infantil se realizara en el mismo centro, de modo que el niño, entrara a la edad que entrara, terminara con 5 o 6 años”, recomienda Jaume Blasco, autor del informe sobre la pequeña infancia de la Fundación Jaume Bofill.

En Barcelona, el Ayuntamiento ha anunciado que abrirá nuevas guarderías públicas en dos años. Junto a estos centros se instalarán “espacios familiares”, de los que ya existen cuatro públicos en la ciudad. Se trata de un recurso socioeducativo que permite a los padres con niños encontrarse con otras familias dos días a la semana.

Al margen del mercado regulado, existen otras iniciativas comunitarias, como los grupos de crianza. “Se trata de padres que se autogestionan en el cuidado de sus hijos, usando locales o los bajos de una casa”, indica Blasco. Están en el Raval, en Sant Martí, Sants, Gràcia… Comparten convicciones sobre el cuidado de los niños (próximos al colecho y a la educación libre). En algunos grupos están siempre los padres, pero en la mayoría se alternan los progenitores en el cuidado de todos los niños.

Estas organizaciones no cuentan con la transversalidad de los espacios familiares (no hay inmigración ni planteamientos de vida excesivamente distintos) ni con la estabilidad. Pero los miembros comparten un interés pedagógico alto y contratan charlas sobre temas concretos. “Son alegales y de difícil reconocimiento por parte de la administración pública que, en el caso de la municipal, sí se plantearía su apoyo”.

En situación similar se encuentran las madres de día (hogares de crianza) que dan atención a un grupo de bebés (cuatro como máximo) de diferentes edades. Suelen tener una titulación educativa y ofrecen el ambiente de un hogar con una persona de referente. Presentan el problema de la alta rotación de niños y la dificultad para que cuadren los ingresos del cuidador.

Están en revisión las ratios, los horarios y las propuestas de espacios de crianza

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170529/423018906283/ninos-crianza-casa-escuela.html

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Revolución pedagógica: Esade se apunta a la innovación en la enseñanza con las ‘flipped classroom’

Por Carina Farreras

La revolución pedagógica ha llegado a la universidad. En un anuncio sin precedentes en el ámbito de la educación superior, Esade declaró ayer que la innovación transformará las aulas de sus escuelas. Los profesores bajarán de la tarima desde donde imparten actualmente sus clases magistrales para enseñar de una forma distinta, mucho más práctica, colaborativa y digital.

Las clases se iniciarán en la casa del alumno, que recibirá digitalmente los contenidos teóricos de la materia (como artículos o audiovisuales) de los que se examinará con un sencillo test antes de acudir a la escuela. En el aula, realizará un proyecto práctico con otros alumnos basado en los conocimientos adquiridos. El profesor, que preparará el material previo a la clase, acompañará al alumno en su proceso de aprendizaje y evaluará en base a los resultados. Esta metodología, que se denomina clase invertida o flipped classroom, se está generalizando en las escuelas e institutos de pedagogía avanzada pero no había llegado aún a la universidad de forma generalizada.

La directora general de la institución, Eugenia Bieto, que anunció un plan a tres años con una inversión de 10 millones de euros para digitalización y formación del profesorado, argumentó que “el mundo ha cambiado y la educación superior plantea retos y cambios de paradigma que obligan a reinventar el modelo de aprendizaje adaptándolo a lo que nos piden las empresas y los propios alumnos”.

Recordó la capacidad visionaria de Esade, que hace sesenta años se constituyó gracias al impulso de un grupo de empresarios que trajeron la metodología de las universidades americanas, novedosas en nuestro país, aliándose con la Compañía de Jesús. “Dentro de cinco o diez años la sociedad va a pedir liderazgos distintos a los actuales –indicó la directora general– como personas capaces de comprender una realidad compleja por lo que tenemos que formar a los alumnos en otras competencias”. El plan, que se probó con éxito el año pasado con ocho profesores y un millar de alumnos, se iniciará este curso 2016/2017 con un tercio de los 140 docentes actuales, de todas las escuelas y en todas las etapas formativas. En los próximos dos cursos se sumará el resto del profesorado, casi un centenar de docentes que previamente habrán recibido formación en la nueva metodología y apoyo en la presentación digital de las clases. Asimismo, se invertirá también en la renovación de las aulas, que contendrán mobiliario móvil para adaptarse a las diferentes demandas de las clases y podrán transformarse en aulas de diferentes dimensiones según convenga.“Estamos invirtiendo mucho esfuerzo, dinero, ilusión y energía en este proyecto”, indicó Bieto.

Dada la complejidad del programa, denominado Student First, se ha creado una unidad de innovación pedagógica que analizará el impacto del cambio en el profesorado y dirigirá la carrera de los docentes. “No es un proceso fácil ni barato”, reconoció el director general adjunto de Esade, Paco Longo, por lo que la escuela de negocios ha iniciado una campaña de financiación para este plan, calculado en 10 millones de euros, buscando la asociación con socios estratégicos que puedan acompañarles en este proyecto.

“Necesitamos una fuerte inversión en tecnología digital, así como laboratorios que permitan combinar la labor del alumno que quiere aprender, el profesor que quiere investigar y experimentar y las empresas que buscan utilidades nuevas”, señaló el directivo que también apuntó al cambio de política retributiva del profesorado: “Ahora, el trabajo será más intensivo fuera del aula” por lo que es lógico modificar la forma en que se calcula los pagos económicos. Entre los profesionales que se han sumado voluntariamente a este programa constan docentes veteranos como Javier Solana.

La directora general calificó los resultados del curso pasado como los mejores de los últimos seis años. La entidad, dependiente de la Universitat Ramon Llull, facturó 99 millones de euros, sin aumentar precios, lo que significa un 4,2% más que el año anterior. El 34,2% de los ingresos proceden de programas internacionales. Cuenta con 9.369 estudiantes de 101 países entre los campus de Madrid, Barcelona y Sant Cugat del Vallès y un total de 60.000 exalumnos.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20161026/411330930381/esade-innovacion-flipped-classroom.html

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Cenen con sus hijos

Por: Carina Farreras

Una discreta maestra de Texas ha encendido un sonoro debate en los medios de comunicación americanos con una sencilla carta enviada a los padres de sus nuevos alumnos. Televisiones y medios de comunicación la han entrevistado de costa a costa del país, y su misiva ha sido comentada por psicólogos, pedagogos y profesores. Samantha Gallagher, una madre de segundo de primaria del colegio de Godley (Texas), del que la mencionada maestra, Brandy Young, es tutora, colgó la carta en Facebook y en pocas horas había sido leída por 70.000 personas.

Young tiene el acierto de escribir de forma llana un mensaje de un par de párrafos que da en la diana en dos aspectos candentes en la crianza norteamericana (y de cualquier país del mundo, incluida España): los deberes y la vida fa­miliar.

«No habrá deberes este año”, anuncia la profesora a las familias de sus alumnos de 7 y 8 años. “Pero a ustedes les pido que pasen las tardes haciendo cosas con ellos porque eso sí que está demostrado que mejora el éxito escolar”, indica Young. Y añade: “Cenen como una familia, lean juntos, jueguen al aire libre y acuéstenlos pronto”, aconseja.
Carta a los padres de la profesora norteamericana Brandy Young
Carta a los padres de la profesora norteamericana Brandy Young (FACEBOOK)

La maestra argumenta que ha estado investigando y ha visto que “los estudios no han podido demostrar que los deberes mejoren el desempeño escolar”. Por tanto, se compromete a no poner tareas extras aunque los niños sí llevarán a casa los trabajos que no hayan terminado en el aula.

A cambio, pide a los padres más participación familiar. La dirección de la escuela apoya a Young, pero afirma que no se trata de una decisión de la escuela. Además de los medios de comunicación, el asunto ha sido muy comentado en las redes con opiniones muy polarizadas. Algunos padres celebran la carta. “Mi hija ya quiere a su nueva profesora”, señaló la madre que colgó la misiva en Facebook. Muchas familias se quejan de que los deberes tienen un impacto en el hogar y en las actividades de la familia. Otros creen que causa tensión en el hogar, lo que termina repercutiendo en una mala relación con el colegio.

Sin embargo, también hay detractores. “¡Otro profesor que apoya la banalización de EE.UU.!” o “Responsabilidad es una cualidad que se cultiva”, o “¿Y las rutinas y hábitos?”. Incluso se recomiendan el método de los 10 minutos diarios que aumentan con los cursos. Algunos de estos opinadores temen que los niños de culturas orientales estén mejor preparados pues sus padres sí se preocupan de su educación. Al respecto, la OCDE denunció las jornadas excesivas a las que los progenitores someten a los niños. El pasado martes, un preadolescente de 12 años moría apuñalado por su padre, que le recriminaba no haber estudiado suficiente en una prueba de acceso a un colegio privado que el niño suspendió.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20160825/404178657932/cenen-con-sus-hijos.html

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