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España: La escuela no necesita una asignatura de educación emocional o de felicidad, sino cultura y conocimiento

España/02 de mayo de 2016/ Alberto Royo/Fuente: abc

Guitarrista clásico. Musicólogo. Profesor de Instituto. Así se define en su perfil de Twitter Alberto Royo, autor del libro «Contra la nueva educación», donde hace una ácida crítica a las nuevas corrientes que inundan el sector de la enseñanza. Página tras página, el autor repasa de forma mordaz los principales dogmas pedagógicos posmodernos, y elabora una defensa apasionada, pero no pasional, de una instrucción pública dotada de una efectiva función de palanca para la mejora personal de las personas, y alejada de supercherías y propuestas excéntricas mejor o peor intencionadas».

—Reforma educativa, tras reforma educativa, los resultados parecen ser siempre los mismos. Igual tasa de abandono, igual de malos resultados en PISA. ¿Es que dan igual las leyes educativas?

—No se puede esperar un vuelco en los resultados con leyes que son conceptualmente similares. La LOE es la LOGSE y la LOMCE es las anteriores pero con diferente vestimenta. En el fondo, ninguna de ellas sitúa el conocimiento en un lugar preferente. Por otra parte, si bien no todo ha de estar condicionado por PISA, los informes sí nos indican que las cosas no se están haciendo bien.

—Usted asegura que entre los más graves errores cometidos quizá esté el de rebajar el nivel de exigencia: el igualitarismo hacia la mediocridad, el desprecio del conocimiento, la desconsideración hacia el esfuerzo y la aversión al mérito. ¿Esto sería con lo primero que hay que acabar? ¿Cómo?

—Recuperando el valor del conocimiento, asumiendo que no es posible aprender sin esfuerzo, reivindicando la meritocracia (que los mejores lleguen más lejos, no solo los que tengan mayor capacidad, sino los más perseverantes y, claro, los más honrados, los que más lo merezcan en definitiva, procedan de una situación mejor o peor), siendo ambiciosos y no conformándonos con un nivel medio para todos sino apostando por la excelencia (lo que no va en detrimento, faltaría más, del apoyo a los alumnos con mayores dificultades). Y, por último, aclarándonos sobre qué queremos que sea la escuela: un lugar en el que se aprenden conocimientos y valores o un centro de entretenimiento y sociabilización, que «guarde niños» y evite problemas porque no están en la calle.

—¿Es prudente que un país que se encuentra a la cola de la OCDE en educación, y tiene tal tasa de abandono, centre casi todos sus esfuerzos en imponer la lengua de Shakespeare?

—Cuento en el libro cómo el actor argentino Ricardo Darín explicaba en una entrevista por qué no ha querido trabajar en Hollywood: porque pensar en otro idioma es muy difícil y porque estaría renunciando a una herramienta muy valiosa. Este mismo razonamiento sirve para la enseñanza. Un profesor ha de dominar la herramienta más importante que tiene: la palabra. Y hacer que sus alumnos la dominen. Va a ser su mejor medio laboral y profesional. Sin que eso suponga despreciar el conocimiento de otros idiomas. La enseñanza del inglés (o del francés, alemán o chino…) debe suponer un plus, no una sustitución. No puede ser que la finalidad de una enseñanza secundaria sea hacer que nuestros alumnos chapurreen un idioma extranjero y ya.

—Hay una corriente de pedagogos que insiste en acabar con la enseñanza tradicional. Pero usted apunta en su libro que, al final, el único sistema cuyos resultados están demostrados es el del aprendizaje a través de la lección tradicional, la clase magistral, los exámenes, los programas por objetivos… ¿Cierto?

—No es que sea el único sistema válido. Lo que pienso es que un buen docente puede serlo utilizando una metodología tradicional o innovadora. Lo que defiendo es que se deje de presionar al profesor insistiendo en la necesidad de la innovación sin tener en cuenta si esta va a mejorar o no el aprendizaje de nuestros alumnos. Hoy tenemos congresos de innovación, cursos de innovación, premios de innovación… el profesor que no innova es tachado de inmovilista, mientras se premian metodologías extravagantes. Déjennos a los profesores que hagamos uso de nuestra libertad de cátedra y enseñemos como mejor consideremos, según nuestra forma de concebir la educación. De lo que se trata no es de enseñar a lo antiguo o a lo moderno sino de enseñar bien.

En cuanto a la clase magistral, es ridículo estar en contra de ella porque no es más que una clase excelente. La palabra magistral se ha llenado de connotaciones negativas absolutamente injustas. En todos los ámbitos (artísticos, laborales, deportivos, empresariales…) se busca a un «maestro» que pueda explicar cómo mejorar en conocimientos, técnicas o proyectos. ¿Por qué no en educación? Cuando he impartido clases magistrales como intérprete (o cuando las he recibido) a nadie se la ha ocurrido pensar que iban a ser soporíferas o perjudiciales. Al contrario, en el mundo de la música una clase magistral es una oportunidad de aprender, un disfrute, un lujo.

Una clase, en el contexto que sea (un curso de interpretación musical, un instituto, una universidad) no puede ser magistral si es aburrida, monótona, plana… denostar la clase magistral es un ejercicio de anti intelectualismo. Estoy seguro de que solo desprecia la clase magistral, entendida, insisto, como una clase extraordinaria, quien no es capaz siquiera de dar una buena clase. Para aspirar a impartir una clase magistral (y digo aspirar porque no es sencillo) hay que estar muy preparado.

—Su libro Contra la Nueva Educación insiste en que lo nuevo vende, lo viejo no, y que lo peor de estas corrientes es que sobrevaloran lo emocional, la empatía, lo original e infravaloran el esfuerzo, la constancia o el rigor.

—Sería urgente cambiar esto restableciendo algunas certezas, algunas convicciones. ¿Cómo? Recurriendo a la razón y a la experiencia. Entendiendo que nada hay más reaccionario que un sistema público de enseñanza que iguale a todos en la vulgaridad. La cultura y el conocimiento se devalúan si se regalan, si no se pide a cambio interés y voluntad. Pero demostramos desconfiar de su valor cuando lo edulcoramos y lo aligeramos para facilitar su adquisición. Además es profundamente injusto socialmente hablando. Los alumnos que viven en un ambiente familiar donde hay cultura, conocimientos, absorben estos de manera habitual: leen en casa, escuchan música, visitan un museo, aprenden un vocabulario culto, leen la prensa, comentan y escuchan comentarios de distintos temas… Mientras que los alumnos que se mueven en ámbitos social y económicamente difíciles solo pueden llegar a «aprender», a conocer estos saberes en la escuela. Si no se los dan allí, carecerán de ellos siempre y partirán con una desventaja notable.

 

—Una de esas corrientes aboga por la introducción de la educación emocional en todas las escuelas. ¿Esto sucede a costa de tiempo para las Matemáticas?

—Es posible porque nuestros dirigentes, con intención o no de idiotizar a la sociedad, no confían en el valor del conocimiento, así que, si el conocimiento no es importante y la escuela no es el lugar en el que transmitirlo ni el profesor quien lo atesora, toca buscar otras metas: una de ellas es la educación emocional, como si fuera posible separar la emoción de cualquier actividad que uno haga. Soy músico, ¿le parece que es posible enseñar mi asignatura sin emoción? Hay más emoción en el aria de las Variaciones Goldberg que en treinta congresos de educación emocional. No necesitamos una asignatura de educación emocional. Necesitamos educación, conocimiento y cultura. Y esto en sí mismo ya es emocionante. Apasionante.

—También hay quien aboga por enseñar en la escuela a ser felices a los hijos.

—Cuando me dicen que los chicos tienen que ser felices en la escuela, me pongo enseguida en guardia. Yo también quiero que mis alumnos sean felices, claro. Mis alumnos, mi familia, usted, el mundo… pero la escuela no es ni debe ser un centro de psicología positiva, autoayuda y terapias alternativas y la felicidad no puede ser el fin de la escuela. Es absurdo. Cuando preparé mi oposición no estudié nada sobre felicidad y sí mucho sobre música. Porque ese es mi cometido: enseñar música. A mí la música me apasiona y sin duda contribuye a mi felicidad, como estoy convencido de que es importante para la formación de mis alumnos y que puede proporcionarles cualidades valiosas que les podrán procurar disfrute en el futuro: el desarrollo de la sensibilidad artística, el cultivo del paladar musical y del gusto estético… o, al menos, una cierta cultura que, pese a que para algunos parece que estorba o que no es «útil», nunca está de más. Pero esto es algo que se alcanza con el tiempo y no de forma inmediata y en cuyo proceso no siempre lo pasa uno en grande. Supeditar todo aprendizaje a la comodidad, al bienestar y al placer es una irresponsabilidad que puede convertir a nuestros alumnos en ignorantes narcisistas.

—Usted advierte en su obra que hay cierta ofuscación con la innovación, la tecnología y lo digital.

—Parece que es una buena forma de ganar dinero y fomentar el consumo. Voy a ponerle un ejemplo, ahora que se empieza a criticar también la escritura a mano y todo debe hacerse con el ordenador: cuando uno toma apuntes en el ordenador, la propia rapidez de la pulsación hace que anote cuanto escucha sin apenas darle importancia. Sin embargo, tomar apuntes a mano, dada la menor rapidez con que la mano puede escribir, te obliga a pensar y seleccionar lo más importante. Ya estás haciendo un trabajo importante de cada al estudio que no puedes hacer con un portátil. La tecnología es una herramienta que, como todas, debe utilizarse cuando mejore el desempeño de una actividad, pero no por imposición.

—También hay cierta ofuscación con la innovación, la tecnología y lo digital. ¿Por qué?

—Porque es una buena forma de ganar dinero y fomentar el consumo. Voy a ponerle un ejemplo, ahora que se empieza a criticar también la escritura a mano y todo debe hacerse con el ordenador: cuando uno toma apuntes en el ordenador, la propia rapidez de la pulsación hace que anote cuanto escucha sin apenas darle importancia. Sin embargo, tomar apuntes a mano, dada la menor rapidez con que la mano puede escribir, te obliga a pensar y seleccionar lo más importante. Ya estás haciendo un trabajo importante de cada al estudio que no puedes hacer con un portátil. La tecnología es una herramienta que, como todas, debe utilizarse cuando mejore el desempeño de una actividad, pero no por imposición.

—Dice usted que sir Ken Robinson, apoyado en la teoría de las inteligencias múltiples, proclama que «todos los niños tienen talento». ¿Cuál es su opinión al respecto?

—Que entiendo que es mucho más tranquilizador decir que todos somos igual de inteligentes y que el talento está repartido a partes iguales. El problema es que es mentira. Desgraciadamente el conocimiento, la inteligencia y la capacidad no son democráticos, aunque sí meritocráticos porque alguien que no tenga una gran capacidad, una inteligencia o un gran talento puede llegar a desarrollar alguna actividad razonablemente bien si tiene interés y persevera. Luego, cada uno puede confiarse al esfuerzo o a las múltiples inteligencias. La elección es libre.

—También hay modas en lo que respecta a cómo debe enseñar. Se habla de pedagogos innovadores de la innovación, de profesores artistas, de docentes que dan importancia al alumno porque este a veces sabe más que él y tiene todo el conocimiento a su disposición, del profesor motivador…

—El conocimiento no es hoy más accesible que antes. Tenemos internet como ya teníamos las bibliotecas. Un alumno formado encontrará en internet muchas posibilidades de aprender. Un alumno ignorante solo tendrá más oportunidades para perderse, quizá más que antes porque resulta facilísimo tener millones de informaciones al alcance de una tecla. El alumno siempre va a necesitar aprender a comprender lo que lee, a seleccionar lo que encuentra, a relacionarlo con otras cosas, a confrontarlo con algunas más, a resumirlo o expresarlo, a que sea punto de partida de su propio razonamiento o deducción.

—Por último, señala usted que vivimos en una sociedad sin exigencia intelectual, en la que quien se esmera no siempre encuentra recompensa y quien busca atajos muchas veces llega el primero. ¿Cómo lograr que nuestra aspiración sea conseguir una meritocracia ética, una sociedad que posibilite que, quien se conduce de forma honrada y tenaz llegue más lejos que quien no se comporta así?

—Es difícil. Los modelos sociales no ayudan. Sin embargo, creo que debemos hacer lo posible por inculcar en nuestros hijos (y nuestros alumnos) estos valores: la honradez, el esfuerzo, el amor por el conocimiento, el gusto por el trabajo bien hecho. Tenemos la obligación moral de convencerles de que nada es más satisfactorio que lo uno mismo consigue por sus propios medios.

Fuente: http://www.abc.es/familia/educacion/abci-escuela-no-necesita-asignatura-educacion-emocional-o-felicidad-sino-cultura-y-conocimiento-201604291804_noticia.html

Imagen: http://www.abc.es/media/familia/2016/04/27/alberto-royo–620×349.jpg

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España: El desafío educativo de la televisión

España/Jose  Manuel Pérez/  2016/ Fuente: El Nacional

El sentido de la televisión ni es unívoco ni tiene que convertirse en un mensaje imperativo. El telespectador puede recuperarlo siempre para sus propios intereses: es un logro de libertad que tiene que inscribirse en la capacidad de reinterpretación y de recreación de las propuestas que nos llegan desde las pantallas.

(Pérez Tornero)

José Manuel Pérez Tornero es catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Unesco. Director del Estudio de Doctorado del  Departamento de Periodismo y Ciencias de la Comunicación (UAB). Sus temas de interés son: la educación y la comunicación, los géneros informativos, culturales y educativos, la enseñanza mediática y el discurso periodístico. En su producción académica sobresalen: El desafío educativo de la televisión (Paidós, 1994), Perspectivas 2014: Tecnología y pedagogía en las aulas.(Planeta, 2015), Escribir para la Red (UOC, 2014).

Su método de enseñanza de la televisión contempla tres dimensiones: tecnológica, lingüística y discursiva. La televisión es un dispositivotécnico de captación, transmisión y de registro audiovisual. Construye imágenes de la realidad, de los estímulos del mundo exterior. Difunde mensajes vía satélite, globalizándose con Internet. Acopia y almacena imágenes y sonidos a favor de la memoria histórica audiovisual. La televisión es un lenguaje sincrético. Combina lenguajes en función de criterios argumentales y semánticos, tales como: imágenes, diálogos, sonidos, música y edición. La televisión también es un discurso, constituido por tópicos de sentido, incorporado en un contexto sociocultural. El discurso audiovisual “es percibido por sus receptores como una entidad con peso específico ante la que desarrollan hábitos y costumbres adecuados y conformes, e, incluso, se admiten ciertas normas de procedimiento. Es así como la televisión adquiere su auténtica dimensión social”.

La lectura crítica, la mirada inteligente

La lectura crítica de la televisión se sumerge en los contenidos implícitos de los mensajes para evaluar valores y contravalores y sentidos aparentemente unívocos. Este tipo de lectura busca detectar la pretendida transparencia de los mensajes, con el fin de refutarlos, cuestionarlos y problematizarlos en el marco de la cotidianidad. La televisión nos suministra, por sí misma, un mundo posible, pero nosotros no lo aceptamos obedientemente, sino que entramos en ese mundo y nos enseñoreamos de sus supuestos para, justamente, aportar nuestra subjetividad y nuestra creatividad.”

La lectura inteligente de la televisión, toma en cuenta estos aspectos:

–Descubrir la finalidad pragmática del mensaje televisivo. Se reconoce el objetivo del mensaje, qué propone, qué tipo de intencionalidad manifiesta o no hay en él. “Ante un programa de televisión, debería ser posible intentar poner de manifiesto, su finalidad: ¿provocar una idea, una adhesión a alguien, potenciar consumir, mostrar la vida privada de alguien, seguir el curso de la actualidad.” La lectura será más advertida, atenta y constructiva si somos capaces de identificar la propuesta ideológica del emisor, los mitos de los programas televisivos y la influencia de los mensajes sobre la esfera pública y privada. Es imprescindible crear un ambiente de confianza en el aula de clases. De esta manera el educando podrá expresar libremente sus ideas.

Reconocer los niveles temáticos y narrativos de los géneros televisivos. Este aspecto consiste en hacer consciente la estructura narrativa del relato, los temas, el punto de vista de los personajes en la trama. “Un programa de televisión puede permitir bucear en documentación e informaciones sobre el tema o las propuestas del mismo. El medio se convierte, entonces, no en la fuente única de información, sino en la oportunidad para usar otras fuentes distintas”.

Identificar el nivel formal de la historia. Se examina la forma de expresión del mensaje, los movimientos de cámara, las escalas de plano, la edición, la iluminación, la iconografía. Estos elementos enriquecen el sentido general de la historia. “Cualquier programa de televisión introduce una estética y un estilo. Puede, por tanto, estimular la reflexión y el trabajo creativo y formal: sobre colores, armonías, ritmos, equilibrios o contrastes, rupturas y continuidades”.

– Describir las relaciones contextuales y cotextuales. Los programas televisivos adquieren múltiples significados cuando se relaciona con un contexto histórico y sociocultural. En cambio, el “co-texto” remite a otros textos televisivos y fílmicos. Algunos anuncios publicitarios refieren a una secuencia de una película muy conocida para atraer el interés del consumidor.

Elaborar proposiciones alternativas y comparar historias. Consiste en imaginar otras historias y otros  finales. “La realidad y el valor de un programa sólo pueden captarse comparándolo con otros, encontrando semejanzas y diferencias en definitiva, captando el sistema en el que puede inscribirse, hallando el paradigma del que proceden”.

–Desmitificar la tecnología. Una formación pedagógica sobre la tecnología de la televisión considera el origen de dicha tecnología, su historia y su impacto en la humanidad. Considera, además, el funcionamiento de los aparatos, los televisores, el uso responsable del control remoto, los reproductores de videos y otras tecnologías domésticas. “Una tecnología no es nunca una determinación a priori que deba ser considerada como un supuesto. Tras su desarrollo y configuración ha habido infinidad de decisiones políticas, culturales o económicas que la han ido construyendo paulatinamente. Por eso, cuando se instala en una sociedad, encuentra fácil acomodo y evidentes correspondencias con otras circunstancias de su entorno”.

Es imprescindible motivar la lectura inteligente de la televisión en la escuela. Un uso consciente y creativo de este medio es aprender aspectos básicos sobre su dimensión lingüística, tecnológica y discursiva. “Saber usar la televisión requiere, en primer lugar, un acto consciente, no automático ni reflejo, un acto de voluntad intencional dirigido por un propósito, demanda conocer el funcionamiento del medio y las posibilidades pragmáticas que ofrece. Y todo ello de una manera práctica y global.” Si no se incentiva este tipo de competencia audiovisual estaremos ante un uso instrumental y rutinario del medio. El desafío educativo de la televisión, radica en fortalecer la democracia en el ámbito global. Muy amenazada por barbaries, fundamentalismos y corrupción desbordada.

Pensar con Pérez Tornero

Convivir con la televisión

“Un profesor que interroga a sus alumno a propósito de un programa; un grupo de amigos que debate sobre un contenido televisivo, todas éstas son situaciones comunicativas en que las palabras y el lenguaje sirven para producir un extrañamiento, para distanciarse del lenguaje propio de la televisión”.

La alfabetización mediática es responsabilidad de todos

“La alfabetización mediática exigida por las nuevas circunstancias sólo puede ser fruto de la convergencia de esfuerzos realizada por las instituciones familiares y educativas, los gobiernos y las autoridades que tienen relación con los medios, las asociaciones cívicas, la industria y los profesionales, así como los medios de comunicación y en general, todas las instituciones cívicas que dependan de la participación y de la actividad ciudadana”.

Competencia televisiva

“La necesidad educativa  de potenciar esta competencia televisiva está clara: a nadie que pretendiera enseñar cualquier materia se le ocurriría utilizar un libro sin antes asegurarse de que se conoce su uso. No es posible ni educar con la televisión ni educar para utilizarla críticamente si antes no se dispone de una cierta competencia en el medio”.

Fuente: http://www.el-nacional.com/papel_literario/desafio-educativo-television_0_838716332.html

Imagen: http://www.el-nacional.com/papel_literario/Gustavo-Hernandez-Diaz-Archivo-Nacional_NACIMA20160115_0064_6.jpg

 

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*Demasiado feministas para la academia

La universidad ha sido, y lo es cada vez más, una estructura de exclusión y privatización, según la autora

Lucía Egaña

Periódico Diagonal

Como otras 20.000 personas más, hace menos de dos meses defendí mi tesis doctoral. En un breve plazo de tiempo, el reino de España ha producido más doctores que nunca en la historia de su academia, hoy en vías de reforma con el Plan Bolonia. Ante las “nuevas” lógicas mercantiles de la universidad, los “viejos” programas de doctorado han sido sometidos a una inminente clausura, arrastrando con ello la desaparición forzada de su alumnado. A esto se le ha llamado “extinción”.

Y en esta categoría “extinta”, como si de animales raros o pequeños dinosaurios enquistados en la academia se tratara, nos encontramos hoy unas 20.000 personas que hemos tenido que salir del paso para abrir terreno a la velocidad. Así ha sido que la universidad española ha tenido que deshacerse de este excedente de doctoras que representaban un modo de producción académica basada en la lentitud y la baja productividad, según criterios mercantiles.

En este contexto de desaparición forzada, había que hacer aquello que nunca tuvimos tiempo para hacer, desplazado por incontables motivos, las emergencias cotidianas y el pluriempleo: la tesis. Algunas de aquellas personas que teníamos pendiente la redacción del manuscrito nos caracterizábamos por no haber tenido becas de doctorado, por trabajar en muchas cosas y ninguna a la vez, en general personas con más de 35 años, muchas migrantes, viviendo en pisos compartidos. Personas que –ante currículos heterogéneos, por decirlo de forma elegante– quedábamos descalificadas de la mayoría de las becas doctorales o postdoctorales, y con ello, fuera de los canales oficiales de la trayectoria académica.

Por otro lado, al doctorarnos, también quedábamos fuera del mercado laboral tradicional, una suerte de “pringadas sobrecualificadas” con estudios superiores, pero demasiado heterogéneas. Como escribió la poeta tortillera valeria flores: “Dema­siado intelectual para el activismo, demasiado activista para la academia, demasiado feminista para la poesía, demasiado radical para la pedagogía, demasiado política para ser maestra, demasiado disidente para la política de la identidad, demasiado tortillera para ser maestra, demasiado maestra para la jerarquía del saber, demasiado tímida para la oratoria política, demasiado provinciana para la capital, demasiado prosexo para un feminismo que aún teme hablar de sexo, demasiado teórica para ser trabajadora”.

La universidad ha sido, y lo es cada vez más, una estructura de exclusión y privatización. Plantea formas para trazar trayectorias profes­ionales que requieren mucho tiempo o dinero, y una dedicación poco compatible con las vivencias de precariedad que definitivamente impiden dedicarse a una sola cosa a la vez. Muchas de las personas que han acabado la tesis ahora son profesoras asociadas, ese espacio académico en el que la promesa de futuro es lo que mantiene con vida un trabajo infravalorado a la vez que altamente rentabilizado por la institución.

Máquina de las miserias

La universidad, entonces, es una máquina que se alimenta de las miserias de las asociadas. Como indica Elena Fraj, profesora asociada en el Departamento de Diseño e Imagen de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, en la universidad se conjugan un sistema neo­liberal (competitividad y medición de la producción del conocimiento desde criterios exclusivamente de mercado) con uno feudal (relaciones de poder entre miembros del campo académico). En esta encrucijada, el 80% del profesorado precario son mujeres, mientras que el 80% que tiene contrato son hombres. ¿Y cuántas son migrantes, cuántas negras, cuántas feministas, cuántas lesbianas, cuántas trans? Las activistas que hemos podido llegar al punto de acabar una tesis, con toda la presión que esto significa, muy difícilmente podremos optar a espacios de poder, o como mínimo, a espacios laborales estables. Pero ¿alguna vez deseamos formar parte de los espacios de poder?

Estas preguntas emergen de los espacios en blanco que crea la intersección entre precariedad, exclusión y activismo feminista y sexo-disidente. Mi historia para llegar a ser doctora es parte de una experiencia común –y de una condición– invisibilizada entre procesos protocolares institucionales, plazos ministeriales y un nuevo modelo de capitalización y privatización que reduce la financiación pública y aumenta el coste de las tasas por crédito al alumnado.

Me apunté al programa de doctorado en 2006, hace diez años, para alargar mi visado de estudiante. Sumo privilegio aquel de poder acceder a la universidad como espacio de “legalización” de una misma en un contexto migratorio que busca extinguir tus posibilidades de permanencia. No todas han podido hacerlo. Por otro lado, mi sobrecualificación se conjuga con un vivir con menos de lo que se considera un sueldo mínimo en este país. Un conflicto de clase entroncado en las incongruencias propias de la precariedad ilustrada de la que formo parte.

Quiero reivindicar la experiencia de las activistas feministas y sexo-disidentes que, con mucho esfuerzo, han terminado el proceso del doctorado desde un lugar extraño, porque la academia es incómoda para muchas, pero especialmente para las que nos sentimos “fuera”, aunque se nos premie con pequeños reconocimientos y logros, como permitirte acabar una tesis doctoral en condiciones de autoexplotación.

¿Qué significa ser feminista, transfeminista, disidente sexual y además pobre, migrante en el contexto del reino de España? Son condiciones que te obligan a olvidar el “cuarto propio”, buscándolo en bibliotecas públicas, o, como diría Gloria Anzaldúa, haciéndote escribir en el autobús, en la fila del paro, en el trabajo durante la comida, entre el dormir y el estar despierta.

Muchos discursos y vivencias están presentes, aunque invisibles, en los procesos de redacción de una tesis buscando agujerear los protocolos académicos. Conozco a muchas compañeras que han querido torcer el lenguaje, contaminar el canon, retribuir al feminismo la constante discriminación académica y, sobre todo, a la invisibilización de la experiencia activista dentro de esta esfera.

Las bolleras, las transfeministas, las disidentes sexuales que no logran separar la vida del activismo ni de una investigación regulada por los procesos institucionales y vetustos de una academia en descomposición, no buscan, en primera instancia, ser parte de esta estructura. Se trata, más bien, de ir dejando las marcas de algunos procesos marginales, sacarlos de su lugar invisible, del pie de página, de ser ese bicho incómodo al que no pueden matar. Y así aspirar, de forma utópica y colectiva, a una tenue politización de los pactos con la institución, a contaminar sus registros acostumbrados a la propia recursividad. Hacer que esa casa pierda los papeles y facilitar un cambio de roles para que cada vez sea más evidente que la universidad es ese lugar incómodo e inadecuado que habitualmente significamos nosotras.

Fuente del artículo: https://www.diagonalperiodico.net/saberes/30006-demasiado-feministas-para-la-academia.html

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España: Educación modifica también el examen de reválida en secundaria

España/Madrid/02 de Abril de 2016/El País

El examen de reválida que deberán hacer de forma obligatoria todos los alumnos de 4º de la ESO a partir de 2017 también va a cambiar. El Ministerio de Educación, que ya rectificó hace unos días los requisitos del nuevo examen de Selectividad, ha rebajado ahora las condiciones de otra de las polémicas pruebas a las que, en este caso, se enfrentarán los alumnos de 15 y 16 años y que tendrán que aprobar para obtener el título. El examen que ultima el equipo en funciones del ministro Íñigo Méndez de Vigo no será tipo test, no se hará en la misma fecha en toda España ni incluirá 350 preguntas.

EL PAÍS ha accedido al borrador de decreto que regula las reválidas de secundaria y bachillerato incluidas en la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). A diferencia del plan que diseñó el exministro José Ignacio Wert, el decreto que ultima el ministro en funciones, Méndez de Vigo, no prevé que el examen se haga el mismo día en toda España tampoco en secundaria.

La semana pasada, Méndez de Vigo presentó con los rectores las características principales de las pruebas de bachillerato (que sustituyen el curso que viene a la Selectividad) con cambios y cesiones respecto a los planes de su predecesor.

El borrador del real decreto que incluye ambas pruebas cambia también algunas de las características de la reválida de secundaria. Incluirá preguntas abiertas, semiabiertas y de opciones múltiples y cuestionarios para determinar el contexto socioeconómico de los alumnos. Los estudiantes deberán superar el examen para obtener el título de graduado, aunque este aspecto no se aplicará el primer año. Contarán un 30% para su nota final y un 70% las notas que haya obtenido en el ciclo.

El examen evaluará las siguientes competencias, según detalla el borrador: comunicación lingüística, competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología, competencia digital, aprender a aprender, competencias sociales y cívicas, sentido de iniciativa y espíritu emprendedor, y conciencia y expresiones culturales.

Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2016/05/02/actualidad/1462188615_073298.html

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España: Educación estudia cambiar las fechas de los exámenes por el Ramadán

España/ 01 de Mayo de 2016/Estella Digittal

Propuesta de la comisión islámica en España

Esta comunidad confía en que se incluyan sus recomendaciones para que no se registre como «falta» la no asistencia a clase de un alumno con este credo religioso aquellos días que coincidan con las festividades musulmanas

El ministerio de Educación se ha comprometido a estudiar una petición de la comunidad musulmana en España para incluir en las instrucciones de funcionamiento que se envían cada año a colegios e institutos unas propuestas elaboradas por la Comisión Islámica de España para que los centros educativos adecúen las actividades escolares y exámenes a las festividades musulmanas, en particular, el Ramadán.

Concretamente, Educación valorará la inclusión de estas recomendaciones para los centros educativos de Ceuta y Melilla, que son de su competencia, según han informado fuentes del Ministerio. Igualmente, dará traslado a las comunidades autónomas de estas propuestas a través de los mecanismos de cooperación territorial para que, en el ejercicio de las competencias que le son propias, adopten las medidas que consideren oportunas.

El documento de propuestas, que los musulmanes esperan que llegue a los centros educativos de toda España a partir del próximo mes de mayo, incluirá recomendaciones para los directores de los colegios e institutos como no registrar como «falta» la no asistencia a clase de un alumno musulmán aquellos días que coincidan con las festividades musulmanas recogidas en los Acuerdos de Cooperación o no realizar exámenes en estas fechas, especialmente en Ramadán.

Estos Acuerdos, firmados en 1992 entre la Comisión Islámica de España y el Estado español, establecen que los alumnos musulmanes que cursen estudios en centros de enseñanza públicos o privados concertados, estarán dispensados de la asistencia a clase y de la celebración de exámenes los viernes, día de rezo colectivo obligatorio y solemne de los musulmanes, desde las 13,30 horas hasta las 16,30 horas.

También estarán exentos en las festividades y conmemoraciones religiosas como: Al Hiyra, primer día del Año Nuevo islámico; Achura, décimo día de Muharram; Idu Al-Maulid, nacimiento del Profeta; Al Isra Wa Al-Mi’Ray, fecha del viaje nocturno y la ascensión del Profeta; Idu Al-Fitr, que celebra la culminación del Ayuno de Ramadán; e Idu Al-Adha que celebra el sacrificio protagonizado por el Profeta Abraham.

Este año, el Ramadán, uno de los pilares del Islam que implica abstinencia total de comida, bebida y relaciones sexuales desde el alba hasta la puesta del sol, dará comienzo el 6 de junio y se prolongará hasta el 6 de julio. Asimismo, en 2017, 2018 y 2019 también corresponderá a este periodo del año, coincidiendo con los exámenes de Bachillerato y Selectividad -los menores de 15 años están exentos de cumplir con el ayuno-.

El presidente de la Comisión Islámica de España se reunió la pasada semana con responsables del Ministerio de Educación para abordar este asunto y han acordado volver a encontrarse en octubre –dos veces al año– para el seguimiento de la enseñanza religiosa islámica.

En la actualidad, en las etapas no universitarias, hay 281.725 estudiantes musulmanes, según los datos de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), a 31 de diciembre de 2015. Las comunidades autónomas con más presencia de estos alumnos son Cataluña (80.743), seguida de Andalucía (44.636), Madrid (37.150) y Comunidad Valenciana (29.781). En Ceuta son 5.545 estudiantes musulmanes y en Melilla, 6.989.

Fuente: http://www.estrelladigital.es/articulo/espanha/educacion-estudia-cambiar-fechas-examenes-ramadan/20160501105251282795.html

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España: El colegio Filipenses de Palencia ayuda a los refugiados sirios con mensajeros de la paz

España/Catilla/01 de Mayo de 2016/ El Norte de Castilla

El colegio Filipenses ha celebrado una jornada dedicada a la solidaridad, coincidiendo con los 200 años del nacimiento del Padre Marcos y los 500 años del nacimiento de San Felipe Neri. Profesores y alumnos del colegio Blanca de Castilla celebraron un sencillo y emotivo acto para recordar dos efemérides relevantes para la comunidad educativa y para la Congregación de Religiosas Filipenses.

Así, recordaron que su fundador, el padre Marcos Castañer, tuvo una mirada compasiva y comprometida con las niñas obreras de las fábricas textiles de Mataró, en el siglo XIX. Por su parte, san Felipe Neri fue maestro y catequista para los niños vagabundos de la Roma renacentista, y en esta nueva fiesta profesores y alumnos recordaron su gran obra de arte, que fue la reconstrucción de la dignidad de las personas desfavorecidas, llenando de alegría y humor la convivencia en las plazas de Roma.

El colegio Filipenses, siguiendo el ejemplo de su fundador, se ha solidarizado con los niños refugiados de las familias sirias que huyen de la guerra. El centro va a colaborar con el proyecto del padre Ángel, de Mensajeros de la Paz, que ha visitado, como el Papa Francisco, a los refugiados en Idomeni y está pidiendo que le presten un crucero para anclar en un puerto de Grecia y recoger a familias con niños mientras se gestionan las acogidas en países europeos.

El padre Ángel ha solicitado la colaboración de maestros voluntarios, además de recursos para alimentos e higiene. Los donativos recogidos por el reparte de chocolate solitario, organizado en el centro, que fue donado por el club deportivo Blanca de Castilla, se enviarán a Mensajeros de la Paz para colaborar en este proyecto. El acto tuvo lugar en el patio central del colegio y durante el mismo se interpretó la canción del ‘Paraíso’, de la película de San Felipe Neri, cantada por alumnos del coro de Educación Primaria.

Fuente: http://www.elnortedecastilla.es/palencia/201605/01/colegio-filipenses-palencia-ayuda-20160501123341.html

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En Ceuta España: La Dirección Provincial formará a los docentes sobre el aprendizaje «ayudando a los demás»

Impulsado por la Dirección Provincial, el Campus Universitario acogerá los días 18 y 19 de mayo unas Jornadas sobre Aprendizaje-Servicio que se desarrollarán en horario vespertino

Ceuta/ 2 Mayo/ Ceuta al dia

La Unidad de Programas Educativos (UPE) de la Dirección Provincial ha programado para los días 18 y 19 de mayo en el Salón de Grados del Campus Universitario unas Jornadas sobre ‘Aprendizaje-Servicio (ApS)’, «una nueva metodología para el trabajo educativo», que se desarrollarán en horario de 16.30 a 20.30 horas. La inscripción está abierta desde el jueves para todo el profesorado y puede realizarse a través de Internet.

El ponente de esta actividad es Pedro Uruñuela, que ha sido Catedrático de Bachillerato, Inspector de Educación y Subdirector General de la Alta Inspección del MECD entre 2004 y 2008. Ha impartido numerosos cursos y conferencias sobre dirección y organización escolar y, sobre todo, convivencia escolar y Educación para la Ciudadanía. Jubilado en la actualidad, es miembro honorífico de la Asociación Convivencia en la escuela (CONVIVES) y forma parte de la junta directiva de la asociación sin ánimo de lucro Red Española de Aprendizaje–Servicio (REDAPS).

Según ha explicado la UPE este lunes en un comunicado, el Aprendizaje-Servicio (ApS) consiste en «aprender haciendo un servicio a la comunidad, en aprender ayudando a los demás». Se trata de «una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado».

«Si se analizan las experiencias de trabajo de esta metodología de ApS, vemos que se trata de una potente herramienta educativa que incide sobre la motivación e interés del alumnado, dando sentido a lo que están estudiando y, a la vez, es una herramienta social muy importante que abre el centro escolar a su entorno, le pone en relación con las organizaciones e instituciones que trabajan en el mismo y contribuye a educar a los alumnos y alumnas como ciudadanos que asumen compromisos con su comunidad», ha ampliado.

Tres son los elementos clave en esta metodología: en primer lugar, la identificación de las necesidades sociales del entorno y la necesidad de dar una respuesta a las mismas, junto con las personas e instituciones que ya trabajan en ellas. En segundo lugar, la elección de una acción de servicio concreto, relacionado con esa necesidad detectada, formulando claramente sus características, objetivos y forma de realización. Por último, la identificación de los aprendizajes que se pretenden llevar a cabo, tanto los vinculados con el curriculum formal como los relativos a los valores de convivencia y a las competencias personales e interpersonales necesarias para la vida.

Son «muchos» los campos de actuación en los que puede plantearse un proyecto de ApS, tantos como necesidades humanas y sociales hay en nuestro entorno. Desde esta metodología se considera que nuestros niños y jóvenes son ya ciudadanos capaces de provocar cambios en su entorno y que, a través del ApS, «van a aprender más y mejor tanto los contenidos del programa como las competencias personales e interpersonales necesarias para la vida, ya que van a encontrar sentido a todo lo que hacen y trabajan». En definitiva, el ApS «es un planteamiento educativo integral, que no se limita sólo a la instrucción, sino que busca el desarrollo de personas solidarias y comprometidas».

«Si la educación no sirve para formar y desarrollar otro tipo de persona que, además de adquirir un buen curriculum académico, desarrolle una forma de ser y actuar solidaria y comprometida, ¿para qué sirve entonces la educación?», ha reflexionado la UPE.

Fuente: http://www.ceutaldia.com/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=112394

Fuente de la imagen: http://3.bp.blogspot.com/-Cf3-WH3XWgU/Up373d9OWrI/AAAAAAAAAE0/qE9ZHTeNBFM/s1600/que-es-aprendizaje-servicio.png

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