China está teniendo su propio movimiento #YoTambién

21 de Enero 2018/Autor: ANNIE WU /Fuente:  LA GRAN ÉPOCA

China está teniendo su propia hora de la verdad en cuanto al acoso y el abuso sexual.

Al igual que el reciente movimiento #YoTambién (#MeToo) que se desató en Estados Unidos e impulsó a que muchas mujeres denunciaran a sus acosadores, una mujer china que abiertamente acusó a su ex profesor de abuso sexual inspiró a que más mujeres salieran a contar sus historias. La noticia reveló la amplia extensión del acoso sexual dentro de China, tanto en el sector de educación superior como en la sociedad en general.

El 1 de enero, Luo Qianqian publicó un relato escrito en su cuenta de Weibo, el equivalente chino de Twitter, describiendo cómo fue abusada sexualmente hace 12 años por su ex profesor, Chen Xiaowu, mientras realizaba su doctorado en la Universidad Beihang de Beijing. Luo dijo que luego del incidente inicial en el que fue abusada, continuó sufriendo acoso de Chen, lo que le causó depresión clínica.

Ella luego emigró a Estados Unidos para finalmente “escapar de sus malvadas garras”, escribió. Cuando Luo escuchó de otras excompañeras mujeres sobre acosos similares mientras estudiaban con Chen como profesor, dijo que sintió la obligación de hacer públicas sus acusaciones. “He lamentado no haber dado el paso en ese entonces debido a mi carrera. De otro modo, no habría habido tantas otras víctimas  después”, escribió.

Luo también publicó grabaciones de audio de conversaciones que, según dijo, probarían la culpabilidad de Chen.

Poco después de la publicación de Luo, la prensa local la entrevistó, lo que impulsó a que las autoridades locales investigaran a Chen.

El 11 de enero, la universidad anunció a través de su cuenta de Weibo que se había encontrado evidencia de que Chen acosaba sexualmente a estudiantes y que por lo tanto lo relevaría de su puesto como vicedirector de la escuela de graduados de la universidad y revocaría su certificado de enseñanza.

Varios días antes, el 4 de enero, el Instituto de Comunicación de la Universidad de Hebei relevó a un instructor de personal del Departamento de Artes Cinematográficas y de Televisión luego de que fuera acusado de acoso sexual por varias estudiantes mujeres.

Entonces, el 12 de enero, el periódico estatal China Youth Daily reportó que una internauta publicó en Zhihu.com, un sitio web de preguntas y respuestas, sobre su experiencia de ser abusada por un profesor asociado del Departamento de Estadísticas de la Universidad de Beijing de Negocios y Economía Internacional. Mientras estudiaba allí, la mujer, que no reveló su nombre, dijo que el profesor la forzó a mantener relaciones sexuales para que ella pudiera acceder a la oportunidad de estudiar en el extranjero.

La mujer dijo que obtuvo el coraje para hablar luego de escuchar sobre el caso de Luo Qianqian.

Abunda el abuso sexual

Muchos otros casos de abuso sexual en instalaciones educativas chinas salieron a la luz en años recientes. Los reportajes de la prensa documentaron escándalos en escuelas intermedias y secundarias e incluso en jardines de niños.

En julio de 2017, el Centro de Educación de Género de Guangzhou y varias otras ONGs chinas condujeron conjuntamente una encuesta sobre acoso sexual entre estudiantes universitarios. De aquellos encuestados, el 69,3 por ciento dijo que experimentó alguna forma de acoso. El 75 por ciento de los encuestados eran mujeres. La mayoría –el 60 por ciento– dijo que el perpetrador era un extraño, cerca del 10 por ciento dijo que el perpetrador era parte del personal universitario.

Según Girls’ Protecting, una ONG china, la prensa china reportó 125 casos de abuso sexual de niños en 2013 que, comparado con 433 casos en 2016, creció considerablemente.

El exprofesor chino de historiografía Liu Yinquan dijo que la inmoralidad de los profesores y de la sociedad en general se debe a los pobres ejemplos que dan los funcionarios del Partido Comunista. Los ciudadanos frecuentemente ven o escuchan reportajes o chismes sobre sus escándalos sexuales y sobre sus amantes. “Para la burocracia del Partido, para el campo de la educación, para todos los ciudadanos, ha tenido una muy mala influencia”, dijo Liu.

Además, el comentador de asuntos de China Li Shanjian señaló que las tradiciones chinas antiguas enfatizaban el respeto mutuo entre profesor y estudiante. No obstante, durante las últimas décadas de régimen comunista, muchas de las creencias tradicionales de China han sido destruidas y suprimidas por el régimen. “La cultura del Partido ha cubierto y sellado la cultura tradicional”, dijo Li.

Fuente de la noticia: https://www.lagranepoca.com/china/244424-china-is-having-its-own-metoo-moment.html

Fuente de la imagen: https://www.lagranepoca.com/wp-content/uploads/2018/01/GettyImages-71255423-700

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La lucha contra el acoso y el abuso sexual en la universidad

Por: Bárbara Brito

Durante este año se han abierto importantes luchas contra el acoso y el abuso sexual en las universidades que han tenido como exigencia principal la construcción de un protocolo institucional que pueda acoger las decenas de denuncias. Es que la universidad es reflejo de una sociedad capitalista y patriarcal que se sostiene en base a la opresión y violencia de género. La respuesta que tenemos que dar las y los estudiantes tiene que responder, por tanto, a un problema social que es estructural a la sociedad en la que vivimos.

Hasta hoy se han desenvuelto diversas iniciativas que pasan por la respuesta inmediata a casos de acoso sexual y que han culminado en la expulsión de profesores, como ocurrió en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile; hasta campañas que buscan empoderarnos a las mujeres en una sociedad que busca día a día invisibilizarnos y mantenernos lejos de los lugares de discusión política y académica. El desarrollo de las Secretarías de Sexualidades y Géneros ha sido fundamental a la hora de dar una batalla contra un sistema educativo profundamente sexista, dándole continuidad a demandas como la educación no sexista.

Hoy las y los estudiantes nos encontramos en un limbo donde nos vemos en la obligación de tomar en nuestras propias manos la lucha contra el acoso y el abuso sexual en el marco de universidades que no integran en sus estatutos mecanismos de canalización de las denuncias por violencia machista. En este camino muchas hemos aprendido a desnaturalizar prácticas cotidianas de violencia de género conquistando que se comience a hablar nuevamente de feminismo, mostrando la necesidad de pelear por una política que responda a este problema, que es factor de deserción y bajo desempeño académico sobre todo en las estudiantes mujeres. Se abre el debate entonces por cuál tiene que ser el contenido de dicho protocolo y por cómo tenemos que llevar esta lucha adelante.

Esta discusión es imposible darla restándonos de un debate que comienza a tomar fuerza entre los círculos feministas respecto a si nuestras luchas pasan por reformas parciales en la institucionalidad o por el fortalecimiento de métodos punitivos que respondan a las denuncias. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la violencia de género es estructural a la sociedad en la que vivimos y que, por tanto, la única salida efectiva pasa por idear una estrategia política que, de la mano con otros sectores políticos y sociales como el movimiento estudiantil o las y los trabajadores, en las calles y con independencia del gobierno y de la iglesia, se proponga la abolición del estado capitalista y patriarcal y conquiste la emancipación de la mujer en términos sociales.

Luego, entonces, cabe la pregunta de cuáles son las aspiraciones que podemos tener en el marco de un estado burgués y neoliberal que no sólo nos ha vendido un discurso “promujer”, sino que ha cercenado nuestros derechos. La dictadura guarda su legado también en el terreno de género arrebatándonos hasta la más mínima conquista como lo fue el derecho al aborto bajo tres causales (que hoy sigue siendo una demanda completamente insuficiente a la realidad que vivimos cientos de miles de mujeres en el mundo) y, también, protocolos que respondan a los casos de acoso y abuso sexual en las universidades, los que se configura como una expresión más del autoritarismo universitario.

Quienes militamos en Pan y Rosas estamos por que toda lucha contra la violencia de género, toda conquista, sirva para formarnos a nosotras mismas como revolucionarias en pos de cuestionar y combatir la sociedad en la que vivimos. Hoy la lucha por un protocolo institucional debe contener dos condiciones, en función de resguardar el proceso de fortalecimiento y crecimiento que viene teniendo el movimiento feminista y de mujeres en Chile haciendo de las conquistas parciales un alimento para luchas mayores: la primera, es que sea un protocolo que sea elaborado de manera triestamental y democrática; la segunda, es que su contenido sea democrático, esto es, que el organismo que defina las sanciones no sean las autoridades como los rectores o los decanos que no tienen ninguna competencia para hacerlo y que utilizarán dicho resquicio para mantener prácticas autoritarias, despidos injustificados, etcétera, sino organismos triestamentales donde sus integrantes estén formados en género.

A nivel de organización no conquistaremos herramientas que respondan mínimamente a nuestras necesidades, si es que no fortalecemos la organización estudiantil desde la base a través de las secretarías de género y los comités de ética triestamentales; tampoco lo haremos sin el apoyo de la comunidad educativa que valore y valide la generación de protocolos.

En definitiva, nuestra tarea es ardua y no contiene fórmulas: nuestro objetivo es acabar con la opresión de género, pero en el camino tendremos que probar una y mil formas para fortalecer nuestra organización y lucha. Lo que si tenemos claro es que el cese de la violencia machista no la conquistaremos en los marcos de la actual sociedad, tenemos claro también, por tanto, que no es un problema individual y que tenemos que abordarlo socialmente. Desde aquí es que apostamos por la creación de protocolos institucionales que puedan acoger las denuncias, con el límite de que esta conquista sólo la lograremos con la movilización activa del movimiento estudiantil, de funcionarios/as y académicos/as si es que no queremos que sirva para alimentar aún más el autoritarismo universitario en vez de fortalecer nuestra organización.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.cl/La-lucha-contra-el-acoso-y-el-abuso-sexual-en-la-universidad?id_rubrique=1201

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